Hola, mi nombre es Edu y soy de Chile. Este es mi primer relato... y el desahogo necesario después de años sin tener a quien confiar el recuerdo que cargo sobre mi espalda.
Corría el mes de julio de 2013 cuando, a punto de cumplir los 30 años, sentí por primera vez la inquietud de tener sexo con un hombre. La verdad es que en toda mi vida jamás se me había pasado por la cabeza, sin embargo de un día para otro comencé a fantasear y desear probar el sabor de un pene; quería sentir su sabor y conocer el placer de ser poseído por un tipo dominante, que hiciera conmigo lo que quisiera. Quería dejarme llevar por el deseo de un macho que me penetrara como le diera la gana, sin preguntar siquiera si me gustaba o no... ser su objeto de deseo y la razón por la que cayera rendido tras acabar.
Así de intensas eran mis fantasías, pensaba en eso todo el día; en el trabajo, en casa, en la calle e incluso cuando
hacía el amor con mi esposa... si, soy casado. Debido a estos deseos mi vida afectiva y sexual con mi mujer fue empeorando, durante meses peleamos de manera progresiva, al mismo tiempo que mi cabeza no hacía más que querer refugiarse en los brazos de un hombre que me contuviera y cogiera a su placer.
Después de dos meses y semanas de meditarlo -prácticamente 24 horas al día- me decidí, tomé el computador y escribí "chat gay" en el buscador de Google. Luego de navegar en varios portales di con una sala de chat que me pareció confiable, ingresé y quedé de acuerdo de verme con un tipo que pasaría a buscarme para ir a un motel. Efectivamente, llegada la hora acordada, él apareció, yo subí a su auto y sin decir una sola palabra nos dirigimos al lugar donde probaría el primer pene de mi vida.
Inmediatamente entramos a la habitación él me tomó por la espalda y agarró mi culo, cinco segundos después de eso desabrochó mi cinturón, bajó mi pantalón e introdujo su lengua en mi ano, al tiempo que separaba mis nalgas con las dos manos. No pasó mucho rato para que me tuviera con el pantalón hasta los tobillos y el torso sobre la cama, sólo con el objeto de lamer mi culo levantado y abierto. Era una sensación mágica, nunca había sentido ese placer en mi vida. No sentía vergüenza ni miedo, estaba entregado y a merced de los antojos de mi amante... en ese momento él era dueño de hacer lo que quisiera, sin riesgo de recibir resistencia alguna... esa noche mi culo era suyo.
De esa forma pasaron dos horas durante las cuales me metió su pene de todas las maneras que quiso. Primero, justo después de lamer mi culo al borde de la cama, puso su pene en la entrada de mi culo, en la misma posición que acababa de comerme la cola. Ahí estaba mi ano húmedo y deseoso, valiente y dispuesto a soportar cualquier dolor, por intenso que este fuera, con tal de dejar de soñar con ser penetrado y experimentar por fin las sensaciones que la carne de un macho le podía brindar. Yo estaba casi en cuatro patas, expuesto lo suficiente como para que lo metiera de una sola vez.... y así lo hizo. Si bien no fue rudo ni violento, si me penetró de una sola vez, suave pero sin pausa, de manera que me hizo sentir su pene de principio a fin en una sola embestida, lenta, larga e intensa. Debo reconocer que ni en mis mejores fantasías había imaginado que sería tan delicioso, más bien imaginaba dolores incontrolables que -afortunadamente- no hicieron más que existir en mi imaginación.
Patas al hombro, montado sobre él y mirando en el espejo como su pene se perdía entre mis nalgas, de lado, de pie contra la pared y hasta en la ducha, la sesión de sexo perfecta duró aproximadamente dos horas, hasta que acabó... el único pendiente de mi primera experiencia, ya que -si bien acabó adentro de mi- lo hizo en el condón que llevaba puesto, fue sentir su semen en mi ano. Lamentablemente era la primera vez y no lo conocía, por lo tanto debía cuidarme (mi primer semen es otra historia).
Nos duchamos, manoseó mi cola un rato mas, se la volví a mamar otro tanto y luego me fue a dejar... y... es aquí donde comienza la segunda parte de esta historia.
Una vez en casa no fui capaz de contener la culpa, sentía que el mundo se venía abajo; que a partir de ese momento me convertiría abiertamente en homosexual y que -debido a eso- destruiría mi matrimonio y mi familia... así que no pude resistirme y le confesé todo a mi esposa apenas unos 20 minutos después de haber llegado. Su primera reacción fue no creerlo, pensó que era una mentira inventada para irme con otra mujer; que estaba jugándole una broma o que estaba inventando eso para no reconocer que ya no la amaba. Lloró, me golpeó, volvió a llorar y quedó en estado de shock, mismo que la hizo dormir junto a mi esa misma noche, aparentemente sin cuestionar hasta que...
Alrededor de la media noche me dijo que quería comprobar si lo que yo decía era verdad y que necesitaba verlo con sus propios ojos; que no me creería hasta verme hacer algo coherente con el relato y me amenazó con que si no se lo demostraba, efectivamente el conflicto pasaría a mayores perjudicando el corazón no sólo de la relación, sino de nuestra familia.De esta manera sacó un consolador que yo mismo le había regalado aproximadamente un año antes de ese momento y me dijo "te lo quiero meter", indicándome que me pusiera en cuatro patas y abriera mis nalgas para "culearme" ella misma, con el argumento de que si no lo hacía seguiría pensando que todo era una mentira a causa de otra mujer.
Accedí mitad por miedo y mitad por morbo... mi esposa no lo sabe pero verme sometido por ella me provocó una excitación enorme y si bien estaba nervioso, gran parte de mi agitación obedecía al deseo que sentía a causa suya... me iba a seguir follando mi mujer. Así fue como terminé con el culo parado y el consolador enterrado hasta lo más profundo de mi ano, con mi esposa por detrás y yo masturbándome hasta acabar... una sensación de placer que tras esa ocasión nunca más he vuelto a disfrutar.
Luego de ese episodio vino la separación y un poco más tarde la aceptación, el reencuentro y la experimentación...momentos de nuestra vida que compartiré con ustedes en un futuro cercano... porque son cosas que no he podido compartir con nadie... hasta hoy...
...muchas gracias comunidad.
Corría el mes de julio de 2013 cuando, a punto de cumplir los 30 años, sentí por primera vez la inquietud de tener sexo con un hombre. La verdad es que en toda mi vida jamás se me había pasado por la cabeza, sin embargo de un día para otro comencé a fantasear y desear probar el sabor de un pene; quería sentir su sabor y conocer el placer de ser poseído por un tipo dominante, que hiciera conmigo lo que quisiera. Quería dejarme llevar por el deseo de un macho que me penetrara como le diera la gana, sin preguntar siquiera si me gustaba o no... ser su objeto de deseo y la razón por la que cayera rendido tras acabar.
Así de intensas eran mis fantasías, pensaba en eso todo el día; en el trabajo, en casa, en la calle e incluso cuando
hacía el amor con mi esposa... si, soy casado. Debido a estos deseos mi vida afectiva y sexual con mi mujer fue empeorando, durante meses peleamos de manera progresiva, al mismo tiempo que mi cabeza no hacía más que querer refugiarse en los brazos de un hombre que me contuviera y cogiera a su placer.
Después de dos meses y semanas de meditarlo -prácticamente 24 horas al día- me decidí, tomé el computador y escribí "chat gay" en el buscador de Google. Luego de navegar en varios portales di con una sala de chat que me pareció confiable, ingresé y quedé de acuerdo de verme con un tipo que pasaría a buscarme para ir a un motel. Efectivamente, llegada la hora acordada, él apareció, yo subí a su auto y sin decir una sola palabra nos dirigimos al lugar donde probaría el primer pene de mi vida.
Inmediatamente entramos a la habitación él me tomó por la espalda y agarró mi culo, cinco segundos después de eso desabrochó mi cinturón, bajó mi pantalón e introdujo su lengua en mi ano, al tiempo que separaba mis nalgas con las dos manos. No pasó mucho rato para que me tuviera con el pantalón hasta los tobillos y el torso sobre la cama, sólo con el objeto de lamer mi culo levantado y abierto. Era una sensación mágica, nunca había sentido ese placer en mi vida. No sentía vergüenza ni miedo, estaba entregado y a merced de los antojos de mi amante... en ese momento él era dueño de hacer lo que quisiera, sin riesgo de recibir resistencia alguna... esa noche mi culo era suyo.
De esa forma pasaron dos horas durante las cuales me metió su pene de todas las maneras que quiso. Primero, justo después de lamer mi culo al borde de la cama, puso su pene en la entrada de mi culo, en la misma posición que acababa de comerme la cola. Ahí estaba mi ano húmedo y deseoso, valiente y dispuesto a soportar cualquier dolor, por intenso que este fuera, con tal de dejar de soñar con ser penetrado y experimentar por fin las sensaciones que la carne de un macho le podía brindar. Yo estaba casi en cuatro patas, expuesto lo suficiente como para que lo metiera de una sola vez.... y así lo hizo. Si bien no fue rudo ni violento, si me penetró de una sola vez, suave pero sin pausa, de manera que me hizo sentir su pene de principio a fin en una sola embestida, lenta, larga e intensa. Debo reconocer que ni en mis mejores fantasías había imaginado que sería tan delicioso, más bien imaginaba dolores incontrolables que -afortunadamente- no hicieron más que existir en mi imaginación.
Patas al hombro, montado sobre él y mirando en el espejo como su pene se perdía entre mis nalgas, de lado, de pie contra la pared y hasta en la ducha, la sesión de sexo perfecta duró aproximadamente dos horas, hasta que acabó... el único pendiente de mi primera experiencia, ya que -si bien acabó adentro de mi- lo hizo en el condón que llevaba puesto, fue sentir su semen en mi ano. Lamentablemente era la primera vez y no lo conocía, por lo tanto debía cuidarme (mi primer semen es otra historia).
Nos duchamos, manoseó mi cola un rato mas, se la volví a mamar otro tanto y luego me fue a dejar... y... es aquí donde comienza la segunda parte de esta historia.
Una vez en casa no fui capaz de contener la culpa, sentía que el mundo se venía abajo; que a partir de ese momento me convertiría abiertamente en homosexual y que -debido a eso- destruiría mi matrimonio y mi familia... así que no pude resistirme y le confesé todo a mi esposa apenas unos 20 minutos después de haber llegado. Su primera reacción fue no creerlo, pensó que era una mentira inventada para irme con otra mujer; que estaba jugándole una broma o que estaba inventando eso para no reconocer que ya no la amaba. Lloró, me golpeó, volvió a llorar y quedó en estado de shock, mismo que la hizo dormir junto a mi esa misma noche, aparentemente sin cuestionar hasta que...
Alrededor de la media noche me dijo que quería comprobar si lo que yo decía era verdad y que necesitaba verlo con sus propios ojos; que no me creería hasta verme hacer algo coherente con el relato y me amenazó con que si no se lo demostraba, efectivamente el conflicto pasaría a mayores perjudicando el corazón no sólo de la relación, sino de nuestra familia.De esta manera sacó un consolador que yo mismo le había regalado aproximadamente un año antes de ese momento y me dijo "te lo quiero meter", indicándome que me pusiera en cuatro patas y abriera mis nalgas para "culearme" ella misma, con el argumento de que si no lo hacía seguiría pensando que todo era una mentira a causa de otra mujer.
Accedí mitad por miedo y mitad por morbo... mi esposa no lo sabe pero verme sometido por ella me provocó una excitación enorme y si bien estaba nervioso, gran parte de mi agitación obedecía al deseo que sentía a causa suya... me iba a seguir follando mi mujer. Así fue como terminé con el culo parado y el consolador enterrado hasta lo más profundo de mi ano, con mi esposa por detrás y yo masturbándome hasta acabar... una sensación de placer que tras esa ocasión nunca más he vuelto a disfrutar.
Luego de ese episodio vino la separación y un poco más tarde la aceptación, el reencuentro y la experimentación...momentos de nuestra vida que compartiré con ustedes en un futuro cercano... porque son cosas que no he podido compartir con nadie... hasta hoy...
...muchas gracias comunidad.
6 comentarios - 1° vez: Follado por un hombre... y mi mujer
Excelente historia, muy bien contada.
Te felicito por el valor que demostraste, me gustaria saber mas.
Gracias por compartir 👍
La mejor manera de agradecer es comentando a quien te comenta.
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...