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Como todo Aquiles yo tengo mi talón descubierto. La debilidad que me puede. Ese vicio al que siempre sucumbo.
La soga invisible que tira hacia el lado oscuro. La fuerza.
Me resisto, pero no puedo (o no quiero?).
Veamos otra vez si soy yo o ese que finjo diariamente ser. Podré?
Las marquesinas dicen en letras brillantes que se anuncia una función especial. Hoy gran espectáculo. "Aquiles, Otra vez sucumbe".
Y muero sin dudar una vez más frente a tu ojete.
Flor monumental de placeres indómitos que subyugan mi conciencia.
Abrilo, separá con ganas las nalgas. Quiero verlo. Quiero mantener en mi mente la imágen de tu ano todavía cerrado. Todavía sin dilatar, con ganas.
Así, en cuatro patas mostramelo. Move las caderas y haceme sentir que querés empezar a sentirme. Que querés que lo vaya lubricando de a poco, que tenés otra vez ese irrefrenable deseo de sentir mi verga adentro tuyo.
Me gusta que te vayas metiendo un dedo. Puede ser el índice. Me pone la pija bien dura ver como te vas haciendo lugar. Cómo el agujero va cediendo a tu presión, tanto como yo vuelvo a ceder a tus encantos. A tu encantador orto. Volcán en erupción que va dejando entrar ahora otro dedo más y ya son dos.
Tengo que agarrarme la pija. Tengo que agarrarla y pajearme porque no puedo más de la calentura. Me ves hacerlo de reojo y apurás el movimiento. Pedime que te lubrique con mi saliva. Yo lo haré gustoso. Te paso la lengua por el ano en pleno proceso de abrirse. Tus dedos juguetean un poco con mi lengua. Siento el amargo sabor de tu culo. Me hace sentir obsceno, lujurioso, caliente. Quiero quemarme entre tus llamas..
Tocate el clítoris mientras te lo sigo chupando. Así. Me gusta que ahora vuelvas a introducirte los dedos. Te veo un rato más.
Abrí las nalgas, preparate para sentir mi pija adentro. La cabeza se apoya y la vas devorando de a poco con el orto. Se abre y cierra como comiéndola. La veo desaparecer de a poco adentro tuyo. La sentís? Yo me muero de placer y te cojo.
Así.
Recibí mi leche. Senti el culo caliente, de mi semen hirviendo. Te gustó?
Como todo Aquiles tengo mi talón al descubierto. Pero ésta noche vuelvo a ser Ulises, volviendo a los brazos de la que teje, después de haberme dejado ensoñar por tus cantos de sirena.
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