Ano

Y aca estamos. Vos sentada en el sillón de mimbre de tu madre, desnuda y mostrándome la concha, abierta, roja del roce de mi pija y con un hilo de leche chorreándo desde adentro. Abris los labios para que pueda ver mejor mi obra. Tu rostro enrojecido por el ejercicio sexual me gusta. Veo tu sonrisa franca y el rimmel corrido. Te metí la verga bastante profundo en la garganta hace un rato y alguna lágrima saltó. Me gusta como se siente tu boca deseosa.
Me pedís que te la chupe.
- Otra vez?.- pregunto.
- Despues no te veo por semanas.- contestás y te empezás a pajear tocándote el clítoris.
No puedo negarme a tus deseos y me entierro en tu infierno encatantador. Tu concha hermosa. De labios carnosos y rosados. Grande y acogedora. Tu clítoris se levanta enorme otra vez ante el roce de mi lengua. Lo siento vibrar y se me pone dura la pija nuevamente. Quiero chuparte, lamerte, comerte, sentirte para que esta sensación dure todo el tiempo que no voy a estar para volver a tenerte. Que éste sublime momento sea el recuerdo del futuro que me traiga nuevamente a tus brazos.
El sabor de tus flujos se mezcla con el amargor de mi acabada y juntos son mi manjar favorito del momento. Siento la viscosidad de nuestros efluvios mezclados correr por mi barbilla hasta llenarme por completo, soy el goloso enfermo de gula de tu vagina, intentando llenarme de vos. Siento tus gemidos otra vez. Esa voz que me excita pidiendo más y más, apretándome la cabeza contra tu sexo. Abriendo las piernas y apoyando tus pies en mis hombres.
- Soy toda tuya.- me decis.
- Ya lo se.- digo hundido en éste húmedo momento.
Te hago bajar del sillón. Me acuesto en el piso. Tengo ganas de una 69. Vos aceptás. Se que te gusta.
Te montás sobre mi cara. Veo tu concha y culo delante mismo de mis ojos. Espectáculo maravilloso. Hundo mi lengua en tu concha. Siento tus labios que besan apenas la cabeza de mi pija. Tus tetas apoyadas en mis pantorrillas. Tu respiración agitada. Te abro los cachetes del culo para ver mejor tu ojete. Movés las caderas muy caliente sobre mi boca. Busco tu ano con el dedo. Lo paso encima sintiendo las rugosidades y haciendo un poco de presión para ir metiéndolo. Vos hacés lo mismo con mi culo. Una oleada de placer me recorre de punta a punta con la verga en tu boca y tus dedos metiéndose en mi ano. Entre gemidos enloquecidos te digo que no pares de chuparme y abrirme el orto con los dedos. Vos me pedís que meta otro dedo en el ano. Me los humedezco en tus flujos y vuelvo sobre tu agujero con dos dedos. Los meto hasta la segunda falange. Tus gemidos y movimientos calientes son cada vez más intensos. Siento vibrar tu cuerpo sobre el mío y los dos juntos calientes como siempre.
Te escupís la mano y sumás otro dedo a mi placer. Siento el orto abrirse y la calentura aumentar cada vez más, Me das ese placer un poco doloroso que viene del culo y yo te lo doy a vos. Cada vez nos enfocamos más en el orto y vamos dejando otras partes para más tarde. Levanto y abro las piernas para sentir mejor tus tres dedos que entran y salen haciéndome delirar. Tres de mis dedos entran y salen del tuyo haciéndote delirar a vos.
De repente te parás y dás vuelta, montándome enloquecida. y apretándote fuerte contra mi. Besándome profunda y caliente. Tu lengua me recorre, tu respiración me llena de calentura, tu transpiración se mezcla con la mía. Con tu mano derecho buscás la humedad de tu concha y la esparcís por el ojete. La querés en el culo. La acercás y la vas metiendo. Ya está bastante abierto y no encuentro mucha resistencia. Con la verga atrapada y apretada por los músculos de tu orto, me siento volar de placer. Agarrándote las tetas me empezás a bombear. Lo hacés por algunos minutos mirándome fijamente. El tiempo no existe. Solo vos, tu cuerpo, mi pija en tu ano. El placer que estalla, acabando juntos.
Te recostás sobre mi agitada y sonriente. Todo acaba para volver a empezar en un rato.