"Te paso a buscar?" me escribió Christian, luego que le contara que ese sábado iba a estar en un boliche por Palermo con unas amigas. Durante la semana habíamos tenido unos chats bastante calientes, y quería volver a coger con él. Algo me atraía, y no sabía qué. "Espero que estés bien borrachita", terminó la conversación luego de arreglar el horario.
A las 4, yo ya estaba bastante doblada y le empecé a escribir. Estaba demasiado caliente y no aguantaba más. En menos de 20 minutos, me avisó que estaba en la puerta. Salí como pude, casi agarrándome de las paredes y llegué al auto.
Lo saludé con un beso y él inmediatamente tocó mi entrepierna. Largué un suspiro y relajé mi cuerpo contra el asiento. "Estás caliente... me gusta" me dijo sin dejar de franelear su mano contra mi concha. Yo estaba tirada contra el asiento mordiéndome los labios con los ojos cerrados. Christian agarró mi mano, y la puso arriba de su pija. Encendió el auto y nos fuimos para mi departamento.
Tomó calles poco transitadas y oscuras. Se detuvo un instante y se bajó los pantalones hasta las rodillas. Tenía la pija al palo. La agarré y lo fui pajeando todo el camino, despacio recorriendo todo el tronco. "Que linda pija tenés" le decía mientras él trataba de prestar atención a la calle.
Bajé mi mano y agarré sus bolas. Estaban duras y pesadas. "Estás cargadito, parece". Me miró y se sonrió. "No me toqué en toda la semana... junté toda la leche para vos". Me mordí los labios y seguí pajeándolo.
Cuando entramos al departamento, lejos de dejar salir la lujuria contenida, se paró frente a mi y me besó. Rodeó mi cuello con una de sus manos acariciando mi nuca mientras me corría el pelo. De golpe, me pegó un tirón fuerte haciendo que mi cabeza se fuera hacia atrás.
Sin dejar de mirarme, tiró fuerte hacia abajo obligándome a arrodillarme. "Me duele", le dije. "Entonces obedecé. Arrodillate". Su voz era calma, pero firme y autoritaria. Me dejé caer de rodillas ante él. Se desabrochó el pantalón y lo dejó caer al piso.
Me agarró la cabeza de la nuca y me metió la pija en la boca. Sus manos seguían los movimientos de mi cabeza, que subía y bajaba por toda la pija. "Escupí", dijo él. Me saqué la verga de la boca y dejé caer saliva sobre la cabeza.
Veía como se deslizaba por el tronco de la pija, y la junté con la lengua. Otra vez, volví a meter la verga en la boca. Sus manos me empujaban para clavarla cada vez más, provocándome arcadas y haciéndome toser. Pero a él no le importaba. No me dejaba sacarla de mi garganta.
De vez en cuando separaba mi cabeza, tomaba aire y otra vez me la volvía a meter. Después de un rato de petearlo, me levantó de los pelos y me apoyó contra la pared. Me besó y empezó a desnudarme. Me dejó solo con la tanguita puesta. Me dio vuelta apoyando mis manos contra la pared. Me agarró fuerte de la cola y me pegó un par de chirlos.
"Te parece bien estar así de borracha y traer a un pibe a tu departamento?", me decía mientras seguía pegándome en la cola. "Ay!! No! no está bien, me porté mal, castigame fuerteee" le decía siguiéndole el juego.
Cada vez me pegaba más fuerte, pero yo estaba tan excitada que me encantaba. Su mano se deslizó hacia mi panza. Me acarició un rato las tetas y luego bajó hasta mi concha. Rozó sus dedos por mi entrepierna haciéndome aflojar toda. Casi me caigo.
Me agarró fuerte del pelo, mientras me metía mano por todos lados. Yo me agarraba de la pared para no caer. Después de un rato, y habiéndome dejado empapada, me arrastró de los pelos hasta la habitación. Me tiró en la cama y él se puso entre mis piernas.
Su lengua empezó a rozar mis muslos, mi cintura, jugaba en toda la zona; hasta que abrió grande la boca y se metió toda mi concha en ella. La besó y lamió suavemente, recorriendo desde mi clítoris hasta abajo de mi cola.
Alternaba lamidas superficiales con golpes fuertes en mi clítoris. Me clavaba la lengua en la concha. Después, empezó a meterme los dedos. Perdí la noción del tiempo por completo. Estaba delirando con la chupada de concha que me estaba pegando, hasta que exploté en un orgasmo que creo hizo despertar a todo el edificio.
Mi espalda se arqueó hasta hacerme casi levitar de la cama. Christian me agarró fuerte de la cola y no se detuvo hasta que pedí por favor que frenara. "Me encanta cómo te pones cuando acabás", dijo sin sacar la cabeza de entre mis piernas.
"Basta por favor pará", le suplicaba, pero él seguía como si nada. Levantó la cabeza y me dijo "si querés que pare, sacame". Lo empujé de la cabeza, pero se resistía. Lo agarré fuerte de los pelos con las dos manos y lo saqué a la fuerza, hasta que se tiró al lado mío. Yo estaba aún respirando agitadamente.
- Yo te pego, te agarro del pelo... pero no me jode que hagas lo mismo. Al contrario - me dijo
- Ah si? interesante. Avisame antes!!
- No te preocupes, vas a tener mucho tiempo de jugar vos también
Nos empezamos a besar, mientas él acomodaba la pija en mi concha. Con solo pegar un leve empujón, se enterró entera. Chorreaba de la calentura y el orgasmo que había tenido hacía un rato. Empezó a moverse despacio, sacando toda la pija y metiéndola de golpe. Cada vez lo hacía con más fuerza. Salía despacio y entraba como una bestia hasta el fondo.
De golpe, se sacó de tal manera que pensé se moría de un infarto. Me agarró de los hombros y empezó un mete y saque veloz, violento, salvaje... Me taladraba la concha de una manera bestial. Cuando se quedó sin aire, frenó y me movió de costado. Otra vez, me enterró la poronga lo más adentro que pudo y me taladró sin piedad.
Me volvió a poner boca arriba. Agarró mis manos y las juntó sobre mi cabeza. Me apretó fuerte, para que no me suelte. "Te gusta así?", me preguntaba mientras me cogía ahora más suave. "Nooo quiero fuerte... bien fuerte" le respondía. Christian seguía moviéndose despacio.
Yo empecé a mover mis caderas más rápido, para metermela con más fuerza. "Asiii quiero asiiii" le decía mientras él se quedaba quieto y me dejaba mover a mi.
"Quién te dio permiso para moverte, puta" me dijo saltando de golpe de adentro mío y dándome vuelta. Me puso en 4 y me hizo levantar la cola. "Ahora vas a ver". Se acomodó encima de mi cuerpo y me la clavó de una. Se movió un par de veces para acostumbrarse y luego me agarró de los pelos, como si de las riendas de un caballo se tratara, y me pegó una garchada fabulosa.
Con sus manos tiraba de mi pelo haciendo que mi cuerpo chocara contra el suyo. Y el envión que me pegaba con la pija me hacía volar hacia adelante, donde me atajaba del pelo para que no saliera despedida. Era impresionante la fuerza con la que me estaba cogiendo. Y yo, gritando que quería más y más. Cada vez que me cola se estrellaba contra su cuerpo, recibía un chirlo que decoraba
la escena. Estábamos los dos sacadísimos.
En el momento que se frenó, porque lógicamente, no le daban más las piernas; me separé de él y lo tiré en la cama. Agarré la pija y me senté arriba suyo. Ahora, la que cabalgaba era yo. Me movía hacia arriba y hacia abajo cada vez más rápido.
Pero no me dejó mover por mucho tiempo. Me agarró de las caderas y se empezó a levantar él. Me cogía de tal forma que mi cuerpo saltaba con cada embestida.
Otra vez, me tiró en la cama. Se subió encima mío y me la puso de una moviéndose como una bestia. "Ayy siii siii siiii daleee" grité al mismo tiempo que acababa de nuevo. Lejos de detenerse, siguió cogiéndome sin piedad.
Se frenó de golpe y empezó a chuparme la concha. Que digo chupar... comer! mejor aun. Devorar! me apretaba fuerte con la boca y golpeaba rápido contra mi clítoris. No aguanté. Otra vez acabé gritando y moviéndome para todos lados.
"Uff sos difícil de domar pendeja" me decía mientras se limpiaba la boca de mis flujos. "Por Dios, no podés chuparla tan bien!" Gritaba mientras recibía nuevamente su pija en mi concha. "No puedo más", dijo sacándola y tirándome una terrible descarga de leche sobre mi panza.
Era cierto que había estado sin pajearse largo tiempo. El primer chorro llegó casi hasta mis tetas y después me inundó todo el abdomen. Estaba hirviendo. Me la fui desparramando por todo el cuerpo, mientras seguía goteando semen de la pija.
No había sido en nada parecido a aquella primera vez con él. Acerté en darle otra oportunidad, sin dudas. Es un animal cogiendo, y sabe como calentarme hasta el extremo.
Se acostó a mi lado. "Acá te quedó un poco", me dijo agarrando con un dedo un chorro de semen que caía sobre mi costado. Lo miró y lo pasó por mi cara. Lo miré con lujuria. Me dolía la concha, pero quería seguir cogiendo.
Le agarré la pija, que estaba media parada y gomosa, y la toqué un rato. Después, fui directamente a chuparla hasta que se paró de vuelta, y me volvió a garchar como si fuese la última vez en la vida. Esta vez, la segunda descarga me la tiró toda en la cola.
- Sos un animal... tenías escondida a la bestia - le dije cuando pude recuperar el habla.
- Vos no te quedás atrás. Sos terrible Juli. Al final quiero educarte y castigarte por portarte mal y parece que te gusta
- Eso era un castigo? no me di cuenta... y porqué era? - le dije riendo
- Ah no?? mirá vos... parece que sos media masoquista. El castigo es por andar borracha por la ciudad y subiéndote al auto de cualquiera. Eso no hacen las niñas buenas.
- Ah pero mirá vos... bueno, vas a tener que seguir castigándome porque lo pienso seguir haciendo. Y más si recibo este tipo de castigos.
- Aaahh que putita resultaste! La próxima voy a tener que ser bastante más riguroso.
********************************
La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#2 Pagando deudas
#3 Atame y haceme tuya
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#6 Buscando el 10
#7 Recibiendo regalos navideños
#8 Festejando San Valentín
#9 Polvazo inesperado con algo de morbo
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#13 Esclava y sumisa
#14 Disfrutando el mundial
************************************
Indice
A las 4, yo ya estaba bastante doblada y le empecé a escribir. Estaba demasiado caliente y no aguantaba más. En menos de 20 minutos, me avisó que estaba en la puerta. Salí como pude, casi agarrándome de las paredes y llegué al auto.
Lo saludé con un beso y él inmediatamente tocó mi entrepierna. Largué un suspiro y relajé mi cuerpo contra el asiento. "Estás caliente... me gusta" me dijo sin dejar de franelear su mano contra mi concha. Yo estaba tirada contra el asiento mordiéndome los labios con los ojos cerrados. Christian agarró mi mano, y la puso arriba de su pija. Encendió el auto y nos fuimos para mi departamento.
Tomó calles poco transitadas y oscuras. Se detuvo un instante y se bajó los pantalones hasta las rodillas. Tenía la pija al palo. La agarré y lo fui pajeando todo el camino, despacio recorriendo todo el tronco. "Que linda pija tenés" le decía mientras él trataba de prestar atención a la calle.
Bajé mi mano y agarré sus bolas. Estaban duras y pesadas. "Estás cargadito, parece". Me miró y se sonrió. "No me toqué en toda la semana... junté toda la leche para vos". Me mordí los labios y seguí pajeándolo.
Cuando entramos al departamento, lejos de dejar salir la lujuria contenida, se paró frente a mi y me besó. Rodeó mi cuello con una de sus manos acariciando mi nuca mientras me corría el pelo. De golpe, me pegó un tirón fuerte haciendo que mi cabeza se fuera hacia atrás.
Sin dejar de mirarme, tiró fuerte hacia abajo obligándome a arrodillarme. "Me duele", le dije. "Entonces obedecé. Arrodillate". Su voz era calma, pero firme y autoritaria. Me dejé caer de rodillas ante él. Se desabrochó el pantalón y lo dejó caer al piso.
Me agarró la cabeza de la nuca y me metió la pija en la boca. Sus manos seguían los movimientos de mi cabeza, que subía y bajaba por toda la pija. "Escupí", dijo él. Me saqué la verga de la boca y dejé caer saliva sobre la cabeza.
Veía como se deslizaba por el tronco de la pija, y la junté con la lengua. Otra vez, volví a meter la verga en la boca. Sus manos me empujaban para clavarla cada vez más, provocándome arcadas y haciéndome toser. Pero a él no le importaba. No me dejaba sacarla de mi garganta.
De vez en cuando separaba mi cabeza, tomaba aire y otra vez me la volvía a meter. Después de un rato de petearlo, me levantó de los pelos y me apoyó contra la pared. Me besó y empezó a desnudarme. Me dejó solo con la tanguita puesta. Me dio vuelta apoyando mis manos contra la pared. Me agarró fuerte de la cola y me pegó un par de chirlos.
"Te parece bien estar así de borracha y traer a un pibe a tu departamento?", me decía mientras seguía pegándome en la cola. "Ay!! No! no está bien, me porté mal, castigame fuerteee" le decía siguiéndole el juego.
Cada vez me pegaba más fuerte, pero yo estaba tan excitada que me encantaba. Su mano se deslizó hacia mi panza. Me acarició un rato las tetas y luego bajó hasta mi concha. Rozó sus dedos por mi entrepierna haciéndome aflojar toda. Casi me caigo.
Me agarró fuerte del pelo, mientras me metía mano por todos lados. Yo me agarraba de la pared para no caer. Después de un rato, y habiéndome dejado empapada, me arrastró de los pelos hasta la habitación. Me tiró en la cama y él se puso entre mis piernas.
Su lengua empezó a rozar mis muslos, mi cintura, jugaba en toda la zona; hasta que abrió grande la boca y se metió toda mi concha en ella. La besó y lamió suavemente, recorriendo desde mi clítoris hasta abajo de mi cola.
Alternaba lamidas superficiales con golpes fuertes en mi clítoris. Me clavaba la lengua en la concha. Después, empezó a meterme los dedos. Perdí la noción del tiempo por completo. Estaba delirando con la chupada de concha que me estaba pegando, hasta que exploté en un orgasmo que creo hizo despertar a todo el edificio.
Mi espalda se arqueó hasta hacerme casi levitar de la cama. Christian me agarró fuerte de la cola y no se detuvo hasta que pedí por favor que frenara. "Me encanta cómo te pones cuando acabás", dijo sin sacar la cabeza de entre mis piernas.
"Basta por favor pará", le suplicaba, pero él seguía como si nada. Levantó la cabeza y me dijo "si querés que pare, sacame". Lo empujé de la cabeza, pero se resistía. Lo agarré fuerte de los pelos con las dos manos y lo saqué a la fuerza, hasta que se tiró al lado mío. Yo estaba aún respirando agitadamente.
- Yo te pego, te agarro del pelo... pero no me jode que hagas lo mismo. Al contrario - me dijo
- Ah si? interesante. Avisame antes!!
- No te preocupes, vas a tener mucho tiempo de jugar vos también
Nos empezamos a besar, mientas él acomodaba la pija en mi concha. Con solo pegar un leve empujón, se enterró entera. Chorreaba de la calentura y el orgasmo que había tenido hacía un rato. Empezó a moverse despacio, sacando toda la pija y metiéndola de golpe. Cada vez lo hacía con más fuerza. Salía despacio y entraba como una bestia hasta el fondo.
De golpe, se sacó de tal manera que pensé se moría de un infarto. Me agarró de los hombros y empezó un mete y saque veloz, violento, salvaje... Me taladraba la concha de una manera bestial. Cuando se quedó sin aire, frenó y me movió de costado. Otra vez, me enterró la poronga lo más adentro que pudo y me taladró sin piedad.
Me volvió a poner boca arriba. Agarró mis manos y las juntó sobre mi cabeza. Me apretó fuerte, para que no me suelte. "Te gusta así?", me preguntaba mientras me cogía ahora más suave. "Nooo quiero fuerte... bien fuerte" le respondía. Christian seguía moviéndose despacio.
Yo empecé a mover mis caderas más rápido, para metermela con más fuerza. "Asiii quiero asiiii" le decía mientras él se quedaba quieto y me dejaba mover a mi.
"Quién te dio permiso para moverte, puta" me dijo saltando de golpe de adentro mío y dándome vuelta. Me puso en 4 y me hizo levantar la cola. "Ahora vas a ver". Se acomodó encima de mi cuerpo y me la clavó de una. Se movió un par de veces para acostumbrarse y luego me agarró de los pelos, como si de las riendas de un caballo se tratara, y me pegó una garchada fabulosa.
Con sus manos tiraba de mi pelo haciendo que mi cuerpo chocara contra el suyo. Y el envión que me pegaba con la pija me hacía volar hacia adelante, donde me atajaba del pelo para que no saliera despedida. Era impresionante la fuerza con la que me estaba cogiendo. Y yo, gritando que quería más y más. Cada vez que me cola se estrellaba contra su cuerpo, recibía un chirlo que decoraba
la escena. Estábamos los dos sacadísimos.
En el momento que se frenó, porque lógicamente, no le daban más las piernas; me separé de él y lo tiré en la cama. Agarré la pija y me senté arriba suyo. Ahora, la que cabalgaba era yo. Me movía hacia arriba y hacia abajo cada vez más rápido.
Pero no me dejó mover por mucho tiempo. Me agarró de las caderas y se empezó a levantar él. Me cogía de tal forma que mi cuerpo saltaba con cada embestida.
Otra vez, me tiró en la cama. Se subió encima mío y me la puso de una moviéndose como una bestia. "Ayy siii siii siiii daleee" grité al mismo tiempo que acababa de nuevo. Lejos de detenerse, siguió cogiéndome sin piedad.
Se frenó de golpe y empezó a chuparme la concha. Que digo chupar... comer! mejor aun. Devorar! me apretaba fuerte con la boca y golpeaba rápido contra mi clítoris. No aguanté. Otra vez acabé gritando y moviéndome para todos lados.
"Uff sos difícil de domar pendeja" me decía mientras se limpiaba la boca de mis flujos. "Por Dios, no podés chuparla tan bien!" Gritaba mientras recibía nuevamente su pija en mi concha. "No puedo más", dijo sacándola y tirándome una terrible descarga de leche sobre mi panza.
Era cierto que había estado sin pajearse largo tiempo. El primer chorro llegó casi hasta mis tetas y después me inundó todo el abdomen. Estaba hirviendo. Me la fui desparramando por todo el cuerpo, mientras seguía goteando semen de la pija.
No había sido en nada parecido a aquella primera vez con él. Acerté en darle otra oportunidad, sin dudas. Es un animal cogiendo, y sabe como calentarme hasta el extremo.
Se acostó a mi lado. "Acá te quedó un poco", me dijo agarrando con un dedo un chorro de semen que caía sobre mi costado. Lo miró y lo pasó por mi cara. Lo miré con lujuria. Me dolía la concha, pero quería seguir cogiendo.
Le agarré la pija, que estaba media parada y gomosa, y la toqué un rato. Después, fui directamente a chuparla hasta que se paró de vuelta, y me volvió a garchar como si fuese la última vez en la vida. Esta vez, la segunda descarga me la tiró toda en la cola.
- Sos un animal... tenías escondida a la bestia - le dije cuando pude recuperar el habla.
- Vos no te quedás atrás. Sos terrible Juli. Al final quiero educarte y castigarte por portarte mal y parece que te gusta
- Eso era un castigo? no me di cuenta... y porqué era? - le dije riendo
- Ah no?? mirá vos... parece que sos media masoquista. El castigo es por andar borracha por la ciudad y subiéndote al auto de cualquiera. Eso no hacen las niñas buenas.
- Ah pero mirá vos... bueno, vas a tener que seguir castigándome porque lo pienso seguir haciendo. Y más si recibo este tipo de castigos.
- Aaahh que putita resultaste! La próxima voy a tener que ser bastante más riguroso.
********************************
La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#2 Pagando deudas
#3 Atame y haceme tuya
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#6 Buscando el 10
#7 Recibiendo regalos navideños
#8 Festejando San Valentín
#9 Polvazo inesperado con algo de morbo
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#13 Esclava y sumisa
#14 Disfrutando el mundial
************************************
Indice
18 comentarios - #1 Sometida y entregada
gracias por pasar
Espero que en el proximo recibas tu castigo como corresponde.
Van pts 🙂
espero disfrutes los proximos. gracias por pasar!
gracias por pasar