Mala Leche, Buena Leche - by MeliLamm (Parte II)

Espero que estén disfrutando de estos nuevos relatos. A mi me vuelve loca revivir lo vivido mientras se los relato...

Se viene la parte II de este caliente relato... Para los que deseen la historia completa les recomiendo comenzar leyendo la primera parte de este relato: http://www.poringa.net/posts/relatos/2901277/Mala-Leche-Buena-Leche---by-MeliLamm-I-m-Back.html

Y ahora sí... Mala Leche, Buena Leche - Parte II.

Yo la miraba extrañada, Ale no me daba un perfil de mina que le gustara estar con otras minas. “Por ejemplo, vos pensas que este pibe entiende como te quedaste? Olvidate. El pibe largo la leche y ya está. En cambio yo entiendo perfecto como te sentis. Estas prendida fuego, no?”. “Sí, la verdad no puedo más” confesé. “Bueno, no seré un pibe pero te puedo ayudar a relajarte…”. No supe que contestarle. No entendía lo que estaba por pasar…


Alejandra se paró y rodeó el sillón en el que estaba sentada. Se puso atrás mío, puso sus manos sobre mis hombros y comenzó a tasajearme suavemente. Haciendo un poco de presión con sus dedos, sobre mi cuello, mi espalda. Empezó a recorrer los costados de mi cuerpo con sus manos. hasta que sus manos comenzaron a acariciar mis tetas por encima de mi remera. Instintivamente mis manos desabrocharon mi corpiño. Comenzó a rozar las yemas de sus dedos contra mis pezones mientras su boca comenzó a besar mi cuello. Sentía su respiración, fuerte, humeda, caliente en mi cuello. Entonces automáticamente desabroche mi jean, lo baje lo suficiente como para que mi conchita humeda quedara accesible a mis suaves dedos. Y comencé a bajar mi mano pero automáticamente su mano frenó la mía. “Ya trabajaste suficiente. Ahora te toca relajarte.”

Dio la vuelta al sillón y termino de sacarme el pantalón y la tanga. Me abrió las piernas y sumergió su cabeza entre ellas. Inmediatamente sentí la suavidad, la humedad de su lengua contra mi clitoris. Mi cuerpo se sacudió de inmediato. Una sensación de placer inmenso se apoderó de cada centímetro de mi cuerpo. Mientras lamía cada vez con mas intensidad toda mi concha mojada yo apretaba su cabeza entre mis piernas mientras me pellizcaba los pezones con los dedos. Entonces levanto mis 2 piernas, dejándolas abiertas, se sacó su remera, su corpiño y comenzó a frotar uno de sus pezones contra mi clitoris. Pocas veces me hicieron algo que me calentara tanto. Lo hacia con suavidad pero con mucha velocidad y precisión. Entonces me dijo “vamos a acabar juntas”. Yo no le había hecho nada, ella no se estaba tocando, la miré extrañada. “Me vengo calentando con vos desde hoy a la tarde mi amor, no me va a costar demasiado”.

Entonces se sacó la calza que tenia puesta y también la diminuta tenga negra que tenia debajo. Me agarró las piernas, me puso de costado en el sillón y levantó una de ellas hasta su hombro. Entonces acercó su concha contra la mía. Sentí como iba recorriendo toda mi pierna y mi muslo hasta que hicimos contacto. Ale estaba absolutamente empapada tambien. Entonces mientras me tenía la pierna contra su cuerpo, comenzó a mover la cadera, haciendo que nuestros clitoris se frotaran. Cada vez con mas intensidad. Cada vez mas fuerte y mas rapido. Ambas comenzamos a gemir inmediatamente. Yo cerré los ojos y no pude abrirlos más. Mi cabeza estaba volando. Había perdido el control de mi cuerpo. Comencé a temblar, sabia que el orgasmo estaba a segundos de llegar. Entonces sentí como ella también comenzaba a temblar y derrepente comenzó a acabar sobre mi. Sentí como ese liquido tibio recorría mis labios vaginales, mis muslos. Y entonces no aguante. Mi cuerpo se arqueó violentamente. Mis manos se aferraron a sus piernas. Mi respiración se cortó. Me sacudía para todos lados. “Acabame toda. Mojarme toda mi vida” me decía Ale. Mientras yo seguía sacudiendo y sentía toda mi humedad fluyendo hacia ella. Hasta que mis piernas se relajaron, pude volver a respirar. Abrí los ojos y la vi a Ale, con una sonrisa en la cara. “Viste? Una mina sabe lo que otra mina quiere…”. Asentí, todavía sin poder hablar. Nos quedamos en el sillón unos minutos mas, en silencio, recuperando el aire.

Miré la hora, se había hecho tarde. Me vestí, guardé todo y le pedí a Ale que me bajara a abrir.
Nos despedimos con un beso. No se por que, pero la situación así lo pedía. Con Alejandra seguimos viéndonos y jugando hasta que termino el posgrado. Después no volvimos a vernos. Pero desde ese día, mi percepción sobre lo que una mina era capaz de complacerme cambio radicalmente.

Espero lo hayan disfrutado 🙂.
Besos!!!

MeliLamm

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