Amor y Venganza, tanta barbarie. Cap 01
Amor y Venganza, tanta barbarie. Cap 02
Amor y Venganza, tanta barbarie. Cap 03
Amor y Venganza, tanta barbarie. Cap 04
Días raros, descolocado, mi ex mujer andaba demasiado atenta, demasiado buena onda, era extraño escucharla cantar, me charlaba las veces que podía y Yo me la tenía que comer, la recalcada con… cuando ayer, el verbo de nuestras vidas, era ignorarnos, hablar demasiado poco, a estar cerca pero tenernos muy lejos.
Tampoco sé cómo se define esa nueva situación, pero me ponía incomodo, no porque hiciera algo que me molestara o parecido, todo lo contrario, estaba tan cómodo con la otra forma de vida, que en sí, había cambiado muy poco, pero la sola existencia del trato afable, cortes y de buena forma, me ponía en otro escenario.
Y el otro, evento extraño, era la presencia de mi ex cuñada, de forma mucho más seguida, ya era normal, por ejemplo, que al regreso de mi ejercicio de la bicicleta, por las tardes, encontrarla mateando, charlando y riendo ambas, y también era extraño, el trato que ella me daba, era correcto, nada que llamara la atención, pero tenía cosas aisladas y las hacía por ejemplo, cuando no estaba mi ex.
Es una hembra hermosa, se cuida mucho, siempre bien vestida, arreglada, tuneada finamente, siempre se sentaban en la galería, que da al patio de casa, un patio enorme bien parquizado, que tiene un jardín cuidado, el juego de mesa y sillones, esos antiguos, hechos con hierros, que supe comprar por dos mangos, restaurar con mi mejor oficio y que mi ex le hizo unos almohadones mullidos, cómodos, que permiten que te columpies suavemente, un lugar perfecto para estar, en un perezoso atardecer.
Y llegar un día, donde justo mi ex mujer, estaba buscando agua para el mate y cuando me acerco a saludarla, me da un beso y me pone el brazo en el hombro y lo baja despacio, rozándome suavemente como una caricia, por mi brazo, a mi cintura y sigue bajando por mi pierna, y al incorporarme, como tengo la calza de ciclista puesta, esas bien pegadas al cuerpo, y se me nota bien el bulto, ella me lo relojea con descaro, sin disimulo, dos segundos como mucho, a lo siguiente, busca si la estoy mirando.
Otra… estaba con una minifalda, una blusa abierta, sueltas, sin mangas y el corpiño casi transparente tratando que no se escape una teta, partía la tierra, y también mi mujer fue a buscar algo adentro y ella me miraba fijamente en su charla, hizo como se acomodaba en el sillón abriendo las piernas, calcada a la escena de la famosa película, para que yo vea por supuesto, la tanga transparente que viene en conjunto con el corpiño, y no sé, cómo hice para no mirarla y no darle el gusto, tampoco sé, como hice para mirar y contarles esto.
¡Si sé!, que mi ex cuñada, ante mi supuesta indiferencia, bien actuada de mi parte, fue dando pasos más arriesgados, las siguientes veces.
Yo sé, que como hombre me veo bien, y con vanidad lo digo, estos casi cinco años de esa rutina de gimnasia, de acostarme y levantarme temprano, la dieta, las pesas, el boxeo, me habían sacado la panza, enderezado la espalda y solo eso, hace que parezca más ancha, más jovial, músculos fibrosos y definidos, un cincuentón y pico, en muy buen estado, nunca taxi.
Mis casi 1.90 y esos 95-97 kg, bien repartidos, no los tiene cualquiera, el pelo cortito bien masculino, pantalón sport de vestir, del tipo pinzado, nada vaqueros ni cosas parecidas, buenas camisas, correctas formales, nada de colores raros, buenos timbos, de los caros, siempre bien lustrados, un buen bobo que resalte en la muñeca, "SIN" el anillo de casado, hacía rato que estaba en lo profundo del cajón de mi mesa luz, "creo"; El cinto, la billetera, del mismo tono de los zapatos, pañuelo de tela, bien planchado siempre, bien afeitado, perfume caro, cuidaba mucho de mi persona, de ese hombre que trataba de recuperar. Profesional universitario, negocio propio, andaba en una camioneta casi nueva, no digo que rebalsaba guita, porque la tenía que pelear como todos, todos los días del año, pero no era ningún seco, no tenía que andar, inventando nada.
Pero más allá, de lo que se veía por fuera, tenía otra cosa, era mi actitud, sobre todo con las mujeres, se me fueron todas las cortesías, altanero, soberbio, indiferente, no había culo por más bueno que estuviera, que me hiciera voltear a mirar, cuidaba y fomentaba esa forma de actuar.
Los pocos eventos sociales que asistía, donde pudiera estar entablar relaciones con mujeres, siempre algún hueso, algunos bastantes buenos, preguntaban por este humilde escriba, es increíble cuando tenés la cabeza fría, como se hacen evidentes, lo calientes que andan con uno, sobre todo las separaditas, después de los 35, cero historia si de apareamientos se trata.
Se podría decir, “un macho alfa”, pero al reverendísimo pedo, porque no era que me culiaba tres yeguas mortales por semana, yo solo tenía mi paja sabatina, ya descripta y ahí descargaba, mi cabeza de arriba, después de tanto años, dominaba ampliamente a la de abajo.
Por ahí algún amigo, me describió que nací, viví y moriré, virgo, que me sobe la quena. Yo no lo veía, como que podía voltearme mujeres, yo podía y hacía, por encima de todas las cosas y por primera vez en mi vida, “ELEGIR”, Yo decidía y no lo hacía mi pija, como toda la vida, Yo elegía ese celibato, que cabalmente no puedo explicar ni darle un nombre, pero sí puedo decir, que era una respuesta, capaz ilógica y estúpida, pero una respuesta sin dudas, a toda esa mierda, que la maldita conchuda de mi ex mujer, por un poco de vagina, me había hecho tragar tantos años.
Y lo descripto up-supra y en mi seguridad del hombre que soy, estaba muy lejos que semejante hembra, a mi entender, como mi ex cuñada, que tiene su buen pasar, que tiene una legión, de salames con guita como su ex marido, que darían muchas cosas para que ella, les de bola, se haga la cabeza con alguien como Yo.
Es decir, no es que me estoy contradiciendo, que me la creo y después arrugo, puede que se moje la conchita conmigo, en su morbo por ser el marido de la, que quiere que derrame sangre, hasta mi ex mujer cuando sellamos nuestro pacto, me dijo advirtiendo y previniendo su accionar, “que una de las formas que ella me puede llegar, es con vos… capaz que podamos usar eso a nuestro favor”, y en cierta forma, por esas cosas que hacia mi ex cuñada, conmigo, mi ex mujer, tenía un diagnóstico, en apariencias correcto.
Aparte, noté que mi ex mujer, de alguna forma, actuaba para dar ese marco, que mi ex cuñada y yo, estemos solos, voy al baño, espera que busco porque quiero mostrarte unas fotos, o la mejor, sonaba su celular y ella se retiraba a hablar, como buscando privacidad, un rato largo y yo quedaba, ahí, …
-bueno me voy a bañar, tu hermana de seguro tiene para rato con el celular
-pero con ¿quién habla?, no me dejes sola, como florero de adorno
-que me decís a mí, ahí está tu hermana…
-dale che, desde cuando sós tan odioso, parece que mi presencia te molestara….
Hice absoluto silencio, lo que pudiera decir, por si o por no, era darle alas, así que me levante y cuando voy pasando me agarra la mano…
-contéstame dale
Le apreté la mano con fuerza…haciéndole sonar los dedos
-no seas bruto, me haces doler
Sin soltarle la mano, pero aflojando la tensión… le dije acercándome, cual matón dando una advertencia
-pedime que te acompañe, hablemos de la inmortalidad del cangrejo si querés, pero ahórrate, ese papel de la indeseada, y que yo, un odioso… es innecesario y fastidioso mujer
Me sonrió malditamente, lasciva diabla, no importaba como, yo ya me había quedado, y metido en su juego, había logrado que le preste atención y en los sucesivos diálogos, me conto que no se sentía bien, que su marido la cambio por un modelo más nuevo (obvio, si ella hizo lo mismo), que su hija de 20 años, con dos años de secundaria repitente, una turra atorranta, bombacha veloz, una de esas morras veinteañeras, fuertísima, que todas las fiestas le vienen bien… y que se siente muy sola….bla bla bla
Dicen que “la verdad”, de las mentiras, es la más eficiente, si vieran los gestos, la contundencia de sus argumentos, hasta la carga emocional de la historia de mi ex cuñada, era para comprarla, un charla de unos de treinta minutos o un poco más, exactamente no lo sé, porque estaba absorto en el relato, que interrumpió mi ex mujer, desfigurada del odio…
-¿tomamos otra ronda de mates?
-Conmigo no cuentes, me voy a bañar, tu hermana me hizo quedar, porque si es por el tiempo que estas con ese teléfono, nos salen raíces…
La ironía cruel y el tono de mi voz, fuerte, rugiente, marcándole la cancha a mi ex mujer y delante de su enemiga, no se la esperaba, trataba de balbucear una respuesta pero a la misma vez, sopesando mi probable respuesta, donde podría quedar peor parada...
Como un acto de piedad, para que no quede más expuesta, delante de su hermana, no le di tiempo para respuesta y casi con mala educación, me retiré.
¡Que papelón! El de mi ex mujer, mostrándose furiosa delante de mi ex cuñada, ¿celos?, ¿desconfianza?, ¿posesión?, ¿competencia?, todas podrían ser o capaz ninguna, solo me quedaba como todas las veces, que en situaciones parecidas las había pasado, solo que antes salía corriendo a ver si podía arreglarlo, lo que yo no había roto, y como ahora se le acabo el crédito, ahora me genera repudio, solo rechazo… ahora me chupa un huevo.
Continuará…
Amor y Venganza, tanta barbarie. Cap 02
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Días raros, descolocado, mi ex mujer andaba demasiado atenta, demasiado buena onda, era extraño escucharla cantar, me charlaba las veces que podía y Yo me la tenía que comer, la recalcada con… cuando ayer, el verbo de nuestras vidas, era ignorarnos, hablar demasiado poco, a estar cerca pero tenernos muy lejos.
Tampoco sé cómo se define esa nueva situación, pero me ponía incomodo, no porque hiciera algo que me molestara o parecido, todo lo contrario, estaba tan cómodo con la otra forma de vida, que en sí, había cambiado muy poco, pero la sola existencia del trato afable, cortes y de buena forma, me ponía en otro escenario.
Y el otro, evento extraño, era la presencia de mi ex cuñada, de forma mucho más seguida, ya era normal, por ejemplo, que al regreso de mi ejercicio de la bicicleta, por las tardes, encontrarla mateando, charlando y riendo ambas, y también era extraño, el trato que ella me daba, era correcto, nada que llamara la atención, pero tenía cosas aisladas y las hacía por ejemplo, cuando no estaba mi ex.
Es una hembra hermosa, se cuida mucho, siempre bien vestida, arreglada, tuneada finamente, siempre se sentaban en la galería, que da al patio de casa, un patio enorme bien parquizado, que tiene un jardín cuidado, el juego de mesa y sillones, esos antiguos, hechos con hierros, que supe comprar por dos mangos, restaurar con mi mejor oficio y que mi ex le hizo unos almohadones mullidos, cómodos, que permiten que te columpies suavemente, un lugar perfecto para estar, en un perezoso atardecer.
Y llegar un día, donde justo mi ex mujer, estaba buscando agua para el mate y cuando me acerco a saludarla, me da un beso y me pone el brazo en el hombro y lo baja despacio, rozándome suavemente como una caricia, por mi brazo, a mi cintura y sigue bajando por mi pierna, y al incorporarme, como tengo la calza de ciclista puesta, esas bien pegadas al cuerpo, y se me nota bien el bulto, ella me lo relojea con descaro, sin disimulo, dos segundos como mucho, a lo siguiente, busca si la estoy mirando.
Otra… estaba con una minifalda, una blusa abierta, sueltas, sin mangas y el corpiño casi transparente tratando que no se escape una teta, partía la tierra, y también mi mujer fue a buscar algo adentro y ella me miraba fijamente en su charla, hizo como se acomodaba en el sillón abriendo las piernas, calcada a la escena de la famosa película, para que yo vea por supuesto, la tanga transparente que viene en conjunto con el corpiño, y no sé, cómo hice para no mirarla y no darle el gusto, tampoco sé, como hice para mirar y contarles esto.
¡Si sé!, que mi ex cuñada, ante mi supuesta indiferencia, bien actuada de mi parte, fue dando pasos más arriesgados, las siguientes veces.
Yo sé, que como hombre me veo bien, y con vanidad lo digo, estos casi cinco años de esa rutina de gimnasia, de acostarme y levantarme temprano, la dieta, las pesas, el boxeo, me habían sacado la panza, enderezado la espalda y solo eso, hace que parezca más ancha, más jovial, músculos fibrosos y definidos, un cincuentón y pico, en muy buen estado, nunca taxi.
Mis casi 1.90 y esos 95-97 kg, bien repartidos, no los tiene cualquiera, el pelo cortito bien masculino, pantalón sport de vestir, del tipo pinzado, nada vaqueros ni cosas parecidas, buenas camisas, correctas formales, nada de colores raros, buenos timbos, de los caros, siempre bien lustrados, un buen bobo que resalte en la muñeca, "SIN" el anillo de casado, hacía rato que estaba en lo profundo del cajón de mi mesa luz, "creo"; El cinto, la billetera, del mismo tono de los zapatos, pañuelo de tela, bien planchado siempre, bien afeitado, perfume caro, cuidaba mucho de mi persona, de ese hombre que trataba de recuperar. Profesional universitario, negocio propio, andaba en una camioneta casi nueva, no digo que rebalsaba guita, porque la tenía que pelear como todos, todos los días del año, pero no era ningún seco, no tenía que andar, inventando nada.
Pero más allá, de lo que se veía por fuera, tenía otra cosa, era mi actitud, sobre todo con las mujeres, se me fueron todas las cortesías, altanero, soberbio, indiferente, no había culo por más bueno que estuviera, que me hiciera voltear a mirar, cuidaba y fomentaba esa forma de actuar.
Los pocos eventos sociales que asistía, donde pudiera estar entablar relaciones con mujeres, siempre algún hueso, algunos bastantes buenos, preguntaban por este humilde escriba, es increíble cuando tenés la cabeza fría, como se hacen evidentes, lo calientes que andan con uno, sobre todo las separaditas, después de los 35, cero historia si de apareamientos se trata.
Se podría decir, “un macho alfa”, pero al reverendísimo pedo, porque no era que me culiaba tres yeguas mortales por semana, yo solo tenía mi paja sabatina, ya descripta y ahí descargaba, mi cabeza de arriba, después de tanto años, dominaba ampliamente a la de abajo.
Por ahí algún amigo, me describió que nací, viví y moriré, virgo, que me sobe la quena. Yo no lo veía, como que podía voltearme mujeres, yo podía y hacía, por encima de todas las cosas y por primera vez en mi vida, “ELEGIR”, Yo decidía y no lo hacía mi pija, como toda la vida, Yo elegía ese celibato, que cabalmente no puedo explicar ni darle un nombre, pero sí puedo decir, que era una respuesta, capaz ilógica y estúpida, pero una respuesta sin dudas, a toda esa mierda, que la maldita conchuda de mi ex mujer, por un poco de vagina, me había hecho tragar tantos años.
Y lo descripto up-supra y en mi seguridad del hombre que soy, estaba muy lejos que semejante hembra, a mi entender, como mi ex cuñada, que tiene su buen pasar, que tiene una legión, de salames con guita como su ex marido, que darían muchas cosas para que ella, les de bola, se haga la cabeza con alguien como Yo.
Es decir, no es que me estoy contradiciendo, que me la creo y después arrugo, puede que se moje la conchita conmigo, en su morbo por ser el marido de la, que quiere que derrame sangre, hasta mi ex mujer cuando sellamos nuestro pacto, me dijo advirtiendo y previniendo su accionar, “que una de las formas que ella me puede llegar, es con vos… capaz que podamos usar eso a nuestro favor”, y en cierta forma, por esas cosas que hacia mi ex cuñada, conmigo, mi ex mujer, tenía un diagnóstico, en apariencias correcto.
Aparte, noté que mi ex mujer, de alguna forma, actuaba para dar ese marco, que mi ex cuñada y yo, estemos solos, voy al baño, espera que busco porque quiero mostrarte unas fotos, o la mejor, sonaba su celular y ella se retiraba a hablar, como buscando privacidad, un rato largo y yo quedaba, ahí, …
-bueno me voy a bañar, tu hermana de seguro tiene para rato con el celular
-pero con ¿quién habla?, no me dejes sola, como florero de adorno
-que me decís a mí, ahí está tu hermana…
-dale che, desde cuando sós tan odioso, parece que mi presencia te molestara….
Hice absoluto silencio, lo que pudiera decir, por si o por no, era darle alas, así que me levante y cuando voy pasando me agarra la mano…
-contéstame dale
Le apreté la mano con fuerza…haciéndole sonar los dedos
-no seas bruto, me haces doler
Sin soltarle la mano, pero aflojando la tensión… le dije acercándome, cual matón dando una advertencia
-pedime que te acompañe, hablemos de la inmortalidad del cangrejo si querés, pero ahórrate, ese papel de la indeseada, y que yo, un odioso… es innecesario y fastidioso mujer
Me sonrió malditamente, lasciva diabla, no importaba como, yo ya me había quedado, y metido en su juego, había logrado que le preste atención y en los sucesivos diálogos, me conto que no se sentía bien, que su marido la cambio por un modelo más nuevo (obvio, si ella hizo lo mismo), que su hija de 20 años, con dos años de secundaria repitente, una turra atorranta, bombacha veloz, una de esas morras veinteañeras, fuertísima, que todas las fiestas le vienen bien… y que se siente muy sola….bla bla bla
Dicen que “la verdad”, de las mentiras, es la más eficiente, si vieran los gestos, la contundencia de sus argumentos, hasta la carga emocional de la historia de mi ex cuñada, era para comprarla, un charla de unos de treinta minutos o un poco más, exactamente no lo sé, porque estaba absorto en el relato, que interrumpió mi ex mujer, desfigurada del odio…
-¿tomamos otra ronda de mates?
-Conmigo no cuentes, me voy a bañar, tu hermana me hizo quedar, porque si es por el tiempo que estas con ese teléfono, nos salen raíces…
La ironía cruel y el tono de mi voz, fuerte, rugiente, marcándole la cancha a mi ex mujer y delante de su enemiga, no se la esperaba, trataba de balbucear una respuesta pero a la misma vez, sopesando mi probable respuesta, donde podría quedar peor parada...
Como un acto de piedad, para que no quede más expuesta, delante de su hermana, no le di tiempo para respuesta y casi con mala educación, me retiré.
¡Que papelón! El de mi ex mujer, mostrándose furiosa delante de mi ex cuñada, ¿celos?, ¿desconfianza?, ¿posesión?, ¿competencia?, todas podrían ser o capaz ninguna, solo me quedaba como todas las veces, que en situaciones parecidas las había pasado, solo que antes salía corriendo a ver si podía arreglarlo, lo que yo no había roto, y como ahora se le acabo el crédito, ahora me genera repudio, solo rechazo… ahora me chupa un huevo.
Continuará…
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