Esto ocurrió hace 40 años atrás. Totalmente real
Diciembre en Mendoza, Argentina, calor, mucho calor. Como todas las tardes íbamos al club a tratar de apaciguar las altas temperaturas reinante, vivía a 5 cuadras, por lo cual iba caminando y en el trayecto siempre pasaba a buscar un amigo (bastante más chico que yo), pero que siempre estaba metido entre nosotros y cuando había algún partido de futbol lo poníamos al arco. Vivía con la madre (Graciela) que estaba separada y con una hermana menor.
Un sábado lo paso a buscar y desde adentro la madre me dice que pase que está en el patio, cuando me acerco me dice que el Fito se había ido a almorzar con el padre y que él lo llevaría al club. Cuando iba a seguir mi camino me dice que me quede a tomar unos mates y a conversar, siempre me preguntaba por el hijo y como tenía mucha confianza conmigo era habitual estas charlas.
Nos fuimos al patio, yo cebaba los mates mientras ella tomaba sol enfundada en una bikini normal. Ella era rellenita, buenas gomas, culo normal, pero una carita tan, pero tan bella, que no había forma dejar de mirarla.
Luego de un rato, me pide que le ponga bronceador en la espalda, procedí a colocárselo y a medida que empecé a tocar su cuerpo, inmediatamente empecé a tener una erección importante (aquella época no era como ahora, que a los 15 minutos de conocer una mina te vas a coger, había que laburarla, por lo cual el 95% de las eyaculaciones eran a manos limpias), no me preocupé mucho por la erección porque ella estaba de espaldas.
Seguí pasando el bronceador y la pija siguió creciendo, una pija normal en cuanto al largo, aunque bastante ancha en especial en el glande. Después de terminar de pasarle el bronceador se da vuelta de repente y inmediatamente se dio cuenta de mi estado. Obviamente me preguntó si la situación me había excitado y le contesté “por supuesto” esto la excitó (como me dijo después, se calentó de pensar que había puesto a un pendejito como yo al palo), cabe recordar que en aquellos años, cuando una mujer se separaba quedaba un tanto recluida en su casa y pocas veces volvían a tener pareja.
Me miraba el bulto y me dijo, vamos a tener que hacer algo con esto, no te podes ir al club así. Inmediatamente nos besamos y comenzó a acariciarme la pija, cuestión que a los 3 minutos yo estaba acabando de manera que tiré leche por doquier.
Medio que se enojó y me dijo que como iba a acabar tan rápido, que la iba a dejar caliente, que creía que era más experimentado, bla, bla, bla. Le dije que no, que había debutado con una prima hacía un par de años y después esporádicamente con alguna compañera, por lo cual le dije: enseñame vos a cómo hacer el amor; esto la puso a mil y comenzaron las clases de sexo.
Empezó con sexo oral hasta que la pija volvió a ponerse dura (habrán sido 3 minutos, no mas), nos besábamos, terminamos de desnudarnos, y me dijo ahora te toca a vos, yo no sabía qué hacer y ella me empezó a dirigir para que besara sus pechos, todavía tengo la imagen guardada en mi cabeza del tamaño que se pusieron sus pezones, estaba maravillado, parecían mi dedo meñique, después me bajo hasta su conchita toda peludita para que la siguiera lamiendo, mi pija a punto de explotar nuevamente, cuando le dije que iba a acabar me separó, me dijo tranquilízate porque no vas a acabar hasta que yo te diga, al rato seguimos, yo seguí chupándola toda hasta que por primera vez probé todo el flujo de una mujer y me volvió loco, y seguí, seguí hasta que tuvo otro orgasmo y me volvió a llenar la boca con sus fluidos.
Me separé de ella, me empezó a chupar la pija con una delicadeza increíble, a los minutos estaba listo para acabar, se acostó boca arriba y me dijo ahora penétrame, despacito, muy despacio pero no acabés ni que se te baje la pija. Así lo hice, despacio, sentía mi verga entrar con facilidad, en esa cueva todo húmeda, caliente, rosadita, suave, pasaron como 15 o 20 minutos de estar adentro de ella, nos besábamos y acariciábamos, yo chupaba sus pezones que me volvían loco, sentía como su flujo empapaba mi pedazo, hasta que no aguantamos mas y me pidió ahora métemela sin asco, al minuto estábamos acabando de una manera increíble.
Esa bella mujer me había dado mi primera lección de sexo un sábado de diciembre.
No fue la única clase, estuvimos 9 meses juntos, y seguramente lo seguiré escribiendo en estos días, es mas talvez enseguida comience a escribir la 2da. parte.
Diciembre en Mendoza, Argentina, calor, mucho calor. Como todas las tardes íbamos al club a tratar de apaciguar las altas temperaturas reinante, vivía a 5 cuadras, por lo cual iba caminando y en el trayecto siempre pasaba a buscar un amigo (bastante más chico que yo), pero que siempre estaba metido entre nosotros y cuando había algún partido de futbol lo poníamos al arco. Vivía con la madre (Graciela) que estaba separada y con una hermana menor.
Un sábado lo paso a buscar y desde adentro la madre me dice que pase que está en el patio, cuando me acerco me dice que el Fito se había ido a almorzar con el padre y que él lo llevaría al club. Cuando iba a seguir mi camino me dice que me quede a tomar unos mates y a conversar, siempre me preguntaba por el hijo y como tenía mucha confianza conmigo era habitual estas charlas.
Nos fuimos al patio, yo cebaba los mates mientras ella tomaba sol enfundada en una bikini normal. Ella era rellenita, buenas gomas, culo normal, pero una carita tan, pero tan bella, que no había forma dejar de mirarla.
Luego de un rato, me pide que le ponga bronceador en la espalda, procedí a colocárselo y a medida que empecé a tocar su cuerpo, inmediatamente empecé a tener una erección importante (aquella época no era como ahora, que a los 15 minutos de conocer una mina te vas a coger, había que laburarla, por lo cual el 95% de las eyaculaciones eran a manos limpias), no me preocupé mucho por la erección porque ella estaba de espaldas.
Seguí pasando el bronceador y la pija siguió creciendo, una pija normal en cuanto al largo, aunque bastante ancha en especial en el glande. Después de terminar de pasarle el bronceador se da vuelta de repente y inmediatamente se dio cuenta de mi estado. Obviamente me preguntó si la situación me había excitado y le contesté “por supuesto” esto la excitó (como me dijo después, se calentó de pensar que había puesto a un pendejito como yo al palo), cabe recordar que en aquellos años, cuando una mujer se separaba quedaba un tanto recluida en su casa y pocas veces volvían a tener pareja.
Me miraba el bulto y me dijo, vamos a tener que hacer algo con esto, no te podes ir al club así. Inmediatamente nos besamos y comenzó a acariciarme la pija, cuestión que a los 3 minutos yo estaba acabando de manera que tiré leche por doquier.
Medio que se enojó y me dijo que como iba a acabar tan rápido, que la iba a dejar caliente, que creía que era más experimentado, bla, bla, bla. Le dije que no, que había debutado con una prima hacía un par de años y después esporádicamente con alguna compañera, por lo cual le dije: enseñame vos a cómo hacer el amor; esto la puso a mil y comenzaron las clases de sexo.
Empezó con sexo oral hasta que la pija volvió a ponerse dura (habrán sido 3 minutos, no mas), nos besábamos, terminamos de desnudarnos, y me dijo ahora te toca a vos, yo no sabía qué hacer y ella me empezó a dirigir para que besara sus pechos, todavía tengo la imagen guardada en mi cabeza del tamaño que se pusieron sus pezones, estaba maravillado, parecían mi dedo meñique, después me bajo hasta su conchita toda peludita para que la siguiera lamiendo, mi pija a punto de explotar nuevamente, cuando le dije que iba a acabar me separó, me dijo tranquilízate porque no vas a acabar hasta que yo te diga, al rato seguimos, yo seguí chupándola toda hasta que por primera vez probé todo el flujo de una mujer y me volvió loco, y seguí, seguí hasta que tuvo otro orgasmo y me volvió a llenar la boca con sus fluidos.
Me separé de ella, me empezó a chupar la pija con una delicadeza increíble, a los minutos estaba listo para acabar, se acostó boca arriba y me dijo ahora penétrame, despacito, muy despacio pero no acabés ni que se te baje la pija. Así lo hice, despacio, sentía mi verga entrar con facilidad, en esa cueva todo húmeda, caliente, rosadita, suave, pasaron como 15 o 20 minutos de estar adentro de ella, nos besábamos y acariciábamos, yo chupaba sus pezones que me volvían loco, sentía como su flujo empapaba mi pedazo, hasta que no aguantamos mas y me pidió ahora métemela sin asco, al minuto estábamos acabando de una manera increíble.
Esa bella mujer me había dado mi primera lección de sexo un sábado de diciembre.
No fue la única clase, estuvimos 9 meses juntos, y seguramente lo seguiré escribiendo en estos días, es mas talvez enseguida comience a escribir la 2da. parte.
2 comentarios - hace 40 años
Van puntos, obvio.