La noche habia comenzado con el jueguito "Quién acaba primero" y rápidamente se habia convertido en lo que iba a ser terrible orgia.
Daniela quedó completamente en bolas en cuestión de segundos. Mientras uno de los flacos le tocaba y acariciaba la cola, el otro le comia la boca agarrándole la cara a dos manos.
Yo estaba sentada en el sillón solamente con la tanga puesta. El resto de mi ropa estaba tirada en el piso ya no sabía ni dónde.
Poca importancia le di, la noche estaba demasiado excitante como para fijarme en eso.
Mientras uno de mis chicos seguia diviertiéndose con mis lolas, el otro metia mano por todo mi cuerpo tocándome sin límites ni permisos.
Al rato nomás, con la tanga corrida y con las piernas ya semi abiertas, dos dedos entraban y salian de mi concha haciéndome calentar a full.
Los dos se divertian conmigo viendo cómo me empezaba a retorcer de placer. Tras unos minutos me incorporé del sillón y sacándome la tanga les di a entender qué es lo que quería.
Enseguida me hicieron poner en cuatro en el piso y mientras uno de los chicos me metia su poronga en la boca, el otro comenzaba a penetrarme por atrás.
Ninguno de los dos tenia forro, eran de confianza y figurita repetida de nuestros fines de semana con Vane. Hacia rato que habian dejado de usarlo.
Mi cara apuntaba directo a donde estaba Daniela. No la podia ver del todo bien porque el chico que me cogia por la boca me tapaba parte de la imágen, pero cada tanto lograba ver algo.
Mientras mi cuerpo de movia por las embestidas pude ver que a mi compañera que estaba arriba de la mesa con las piernas abiertas, mientras tanto uno de los flacos se la ponia y sacaba a ritmo constante.
El otro flaco que estaba con ellos por ahora sólo miraba y se pajeaba.
Los gemidos de nosotras tres se solapan en la noche. Tanto Daniela arriba de la mesa, Vanesa en la pieza de sus papis como yo en la alfombra del living, gritábamos y gemiamos como putas en celo.
Mi chico me la ponia mientras me agarraba el pelo y lo tiraba para atrás tanto que me hacia doler. Mi espaldita se arqueba todo lo que podia, pero el movimiento se veia frenado por la poronga del otro flaco que me la ponia y sacaba de mi boca.
Debajo mio la alfombra estaba toda mojada de saliva. Es que con la cogida por la boca que me estaban pegando no podia evitar atragantarme, toser y escupir. Traté de decirle que lo hiciera más despacio, pero su calentura no me lo permitió y siguió metiéndola.
Daniela no tardó en acabar. El flaco que aún la mantenia con las piernas abiertas le habia dado bomba sin pausa durante al menos 15 minutos.
Su gemido fue increible. Empezó a retorcerse tirando unos adornos (de bronce por suerte) que estaban arriba de la mesa mientras abria y cerraba las piernas como podia. El descontrol habia empezado y estábamos tan excitadas que no nos importaba nada.
Los jarrones y adornos rodaron por el suelo mientras Daniela seguia retorciéndose y gritando que no dejara de cogerla. "Dale dale, seguí seguí", empezó a gritarle al flaco que no paraba de darle y darle pija.
Cuando terminó su orgasmo, enseguida le tocó el turno al otro flaco que estaba en espera. Ahi nomás al lado de la mesa, la puso de espalda y la penetró de una, sin previo aviso.
De nuevo comenzaron los gemidos de ella, cada vez más fuertes. El flaco la tenia agarrada de la cintura sin dejar de mirar cómo su pija entraba y salia.
Mis ojos dejaron de ver lo que sucedia cuando mi chico sacó su pene de mi boca. Enseguida el que me estaba cogiendo por atrás se puso adelante mio e intercambiaron roles, comenzando de nuevo la penetración.
Estaba como loco! Me agarraba mi diminuta cintura apretándomela mientras hacia fuerza para empujar con más y más fuerza, como queriendo meter su pija más de lo que ya entraba.
Yo gemia y gemia como una trola, aunque mis gemidos eran bajitos porque el otro chico ahora me cogia por la boca.
Con esa situación no tardé en acabar. Dos minutos más habré aguantado, enseguida empezó a llegar mis orgasmo retorciéndome y temblándome todo el cuerpo ahi mismo en la alfombra.
Tras acabar puse mi cabeza en el suelo para sentir sólo la poronga del flaco entrar y salir. El que me habia estado cogiendo por la boca ahora estaba al lado mio pajeándose.
Mi acabada no significó nada para mi macho que seguia dándome sin pausa. Enseguida el otro flaco me agarró del pelo haciéndome levantar la cabeza a la fuerza. Me estaba tratando como una verdadera puta y eso me hacia volar de la excitación.
Con su mano en el pelo y agarrándomelo con violencia, empezó a pajearse para darme todo. Al toque unos tres a cuatro chorros de leche empezaron a salir del pene directos a mi cara y pelo.
Tras acabar me metió su pija en la boca para terminar de sacarle todo. La succioné como pude porque con las embestidas del otro flaco no me permitian quedarme quieta. Le saqué unas cuántas gotas más de leche que tragué enseguida.
Ni tiempo tuve de limparme. Enseguida apareció uno de los flacos que estaba con Daniela y pajeándose en apenas unos segundos hizo su descarga en mi boca.
Por suerte, esta vez pude abrirla a tiempo y casi todo fue a parar adentro. El resto cayó de nuevo en mi pelo. No queria ni mirarme cómo lo tendría!
Mientras tanto el otro flaco que aún seguía dándome sin parar por atrás, sacó su pija y me hizo dar vuelta. Tomando mis piernitas, me las abrió todo lo que pudo y me penetró.
Yo podia ver en esa posición cómo su pene entraba y salia de mi conchita. La poronga se enterraba del todo hasta hacer tope y volvia a salir. Todo en cuestión de menos de un segundo.
Entraba y salia, entraba y salia. Plaf! Plaf! Plaf!
Finalmente comenzó a llegar mi segundo orgasmo. Comencé a morderme los labios mientras con mis manos me agarraba y apretaba las lolas, empecé a temblar y a ponerme toda roja.
"Ay otra vez! Ay otra vez!", empecé a gemir como puta mientras no paraba de gozar. El placer de acabar lo estaba experimentando al máximo mientras no dejaba de sentir cómo el pene seguia entrando y saliendo, generándome aún mayor placer.
Apenas habia terminado de acabar que escuché la frase de mi macho. "Te acabo adentro", me dijo en modo afirmación. Y es que era una frase repetida de él casi todos los fines de semana.
Acabarme adentro era lo que más le gustaba. Sobre todo porque sabia que a la mayoria de los chicos no se lo dejaba porque sólo eran pasajeros. Y para mí era también lo mejor del mundo.
Enseguida empezó a gemir un poco más alto y yo pude sentir cómo se me inudaba de leche la conchita. Tras un par de bombazos más, la poronga empezó a ponerse más pequeña. Ya me habia largado todo el semen adentro.
Me levanté del suelo con un poco de dolor de espalda. La alfombra era gruesa pero no tan cómoda como una cama. Miré un poco y vi el desatre que era. Semen y saliva por todos lados, la alfombra estaba totalmente manchada. Para colmo el color beige clarito no ayudaba.
"No sé cómo mierda va a limpiar eso Vane antes que lleguen sus papás", pensé.
El flaco que salió de la pieza de los papis de Vanesa estaba todo despeinado. Él no sabia que ya me habian acabado adentro, o quizás sí y no le importo.
La cuestión fue que salió de la pieza y sin pestañar me agarró de la mano para llevarme al sillón. "Vení que ya me la cogi a Vane. Ahora te toca a vos". Me dijo sin posibilidad de que le dijera nada.
De nuevo me trataban como una trola en dónde eran ellos los que decidian cuándo y cóo cogerme, y eso me calentaba a más no poder. Esa noche no habia reglas.
Yo tenia intenciones de ir al baño a limpiarme el asco que leche que aún tenia en el pelo y la cara, pero no llegué a decir ni una palabra.
Marcos (así se llamaba) me penetró de una. Él era otro de los "afortunados" que nos cogian sin forro. Me empezó a bombear con violencia plena, como era costumbre en él.
Mientras me la ponia, apoyaba sus manos en mis tetas apreándolas tanto que parecia que me iban a explotar.
"Tomá putita, tomá, tomás tomá, mirá cómo entra mi amor", empezó a gritarme mientras los otros flacos nos miraban. Sólo uno seguia en la suya poniéndosela a Daniela que ahora estaba en cuatro y también nos miraba.
Con las gambas abiertas y ahora mis manos en las tetas, seguia gimiendo como una trola. Tomás (el que recién me habia acabado adentro) de acercó a mí y empezó a apretarme también las tetas, como ayudándome. Es que son grandes y dan para varias manos a la vez.
Mientras tanto los otros dos flacos se tocaban la pija para volver a la acción.
Tras un par de bombazos, Marcos sacó su pija y me largó toda la leche en mi abdomen. El piercing del ombligo quedó totalmente tapado de semen.
Los flacos me dieron un descanso, pero a Daniela aún la tenian sometida, en pleno garche.
Habia pasado al menos una hora desde que habiamos comenzado a coger. Y en ese tiempo cuatro flacos me habian largado su leche. "Que puta que soy", pensé como siempre.
Santiago finalmente sacó la pija de la concha de mi compañera, y sacándose el forro (porque ella no habia accedido a hacer sin) empezó a pajearse delante de ella.
El flaco le pidió que se la tome y Daniela, muy obediente, se agachó enseguida y abrió la boca. "Damela toda papi", le dijo con su suavecita y delicada voz.
Enseguida le tomó la cabeza y metiendo la punta de su pene, empezó a largarle todo el semen adentro. No pude ver cuántos chorros salian, lo que si supuse fue que era mucha leche, porque estuvo un buen rato largando todo.
Daniela se incorporó con toda la boca llena de leche, me miró riéndose e intentó decir algo: "Si me... vie... nov...", dijo muy torpemente. Tenia tanta leche en la boca que no podia pronunciar bien y parte se le caia de la boca directo al piso.
Enseguida se tragó todo en dos veces y lamiéndose los labios dijo: "Ahora sí, si me viera mi novio pobrecito", dijo cagándose de risa con una sonrisa de oreja a oreja. Los flacos no podian creer lo trola que era.
Yo me fui al baño a limparme el desastre que era. Cuando me vi en el espejo no lo podia creer. Estaba hecha un lio! Tenia semen por todos lados! Decidí entonces meterme en la ducha así era más fácil.
Cuando salí, así completamente en bolas como habia entrado, Vanesa estaba en el sillón sentada al lado de Marcos, Tomás y Santiago (el nuevo).
Enseguida nos servimos unos tragos y empezamos a charlar un rato. Todavia estábamos todos muy calientes así que en cualquier momento la cosa arrancaba de nuevo.
Fue cuestión de pensar en eso cuando Vane se levantó del sillón y me tomó de la mano.
Empezamos entonces a transar ahi nomás, las dos en bolas, paradas en el medio del living y ante la mirada de todos los flacos que ya tenian las pijas al mango, preparados para el segundo round.
Tras transarnos un buen rato fuimos a la pieza de los papás de Vane, junto con ella y tres chicos. Los otros dos flacos se quedaron con Daniela en el sillón.
A la pieza llevamos dos botellas de cerveza y una de vino (terrible mezcla).
Nos sentamos en la cama a tomar a full mientras nos ibamos transando entre todos (o sea, los tres flacos a nosotras dos). Primero transaba con uno mientras me tocaba toda, luego pasaba al siguiente, luego al siguiente, y un trago entero de cerveza o vino.
Repetimos ese ciclo un par de veces hasta que las botellas se vaciaron y la calentura llegó al máximo, al límite de la desesperación.
Enseguida nos acomodamos en la cama de dos plazas y media). Un pene en la boca de Vane, otro en cada una de nuestras conchas. Nos empezaron a garchar nuevamente con todo Tomás, Marcos y Santiago.
Esta vez no duré ni 3 minutos. Acabé al toque. Estaba tan caliente que no pude contenerme. Era mi tercer orgasmo de la noche y hasta ahora el más fuerte. Me tembló todo mientras un escalofrio me invadió por completo el cuerpo.
Marcos no dejó de cogerme a pesar de haber acabado, sino que por el contrario empezó a hacerlo más fuerte aún.
Enseguida me puso en cuatro y comenzó a darme de nuevo. Luego patitas al hombro. Luego de costado. Luego contra la pared. Y nuevamente acabé. Estaba tan excitaba y borracha que lo único que hacia era acabar y acabar y acabar.
Mientras gozaba y gemia como una puta en mi último orgasmo, Santiago se acercó y me frotaba la concha, haciéndomse ver las estrellas. Tras ésto fue él quien me la puso de nuevo. Mi conchita ya no daba más, pero queria seguir garchando, así que me quedé calladita.
Mi chico me bombeaba en cuatro cuando me acabó adentro. No me avisó, simplemente me la ponia y sacaba y terminó metiéndome toda la leche adentro. "Te acabé adentro putita hermosa", me dijo mientras sacaba su poronga chorreando de leche.
"Es mi turno", dijo Santiago que sacó la pija de la boca de Vane y me la puso en la mia. El flaco comenzó a garcharme por la boca mientras Tomás le daba toda la leche en la boca a mi amiga.
Ni bien terminó de tragar se acercó a mi y comenzó a chuparme la concha, mientras yo intentaba gritar como podia, con una pija adentro de la boca era complicado.
Tras un rato la sacó asi se la metió a Vanesa. Un par de bombazos y de nuevo le acabaron adentro.
Todos estábamos exhaustos y muy borrachos. A mi me daba vueltas todos y tenia tanto sueño que podia dormirme ahi mismo en cuestión de segundos.
Me levanté a tomar agua y en el sillón Daniela estaba ya dormida al lado de sus dos machos. Tomé tres vasos de agua y volvi a la cama. Con Vanesa nos dormimos enseguida mientras los otros flacos se acomodaban en las otras camas de otras piezas.
Cuando me desperté el sol daba de lleno en la ventana de la pieza. Vanesa dormia boca arriba mirando hacia mi. Miré a a los pies de la cama y ahi estaba Santiago mirándome y acomodándose.
Enseguida se acercó y comenzó a tocarme. Yo estaba tan dormida que no pude ni decirle que me dejara dormir. La verdad, sólo queria dormir en ese momento.
Me desvanecí y desperté con la pija dentro mio. Con los ojos apenas entreabiertos podia ver cómo el flaco me estaba garchando con todo. Mi cuerpo y la cama se movia pero yo no podia reaccionar. El cansancio era mayor. Vanesa dormia también sin despertarse.
Creo que me volvi a dormir (la verdad no me acuerdo) y me desperté con leche cayendo en mi cara. Era Santiago que me habia acabado. Enseguida mi di vuelta y segui durmiendo, toda enchastrada y enchastrando todas las sábanas de los papis de Vane.
No levantamos todos a las 17 hs. Bastante más recuperados. Para sorpresa nuestra Santiago ya se habia ido.
Tenia que ir a buscar a la novia a la terminal porque llegaba de viaje ese día. Ninguna de nosotras sabia nada de él y mucho menos que tuviera novia. Pero me gustó la onda del flaco. Flor de garchada nos habia pegado.
Luego de cambiarnos, ducharnos y comer, comenzamos lo que seria el último round. Era domingo y no habia nada mejor que hacer que coger. Así eran nuestros fines de semana (en gral) con nuestro grupo: sexo y más sexo. Desde el sábado a la noche hasta el domingo a la noche.
La casa estaba hecha un desastre, por todos lados. Asi que fuimos a la pieza del hermano de Vase y ahi me fui con dos de los chicos.
Uno de los chicos comenzó a penetrarme en cuatro, mientras su dedo de apoyaba y lentamente entraba en mi cola. "Un domingo no es domingo si no me hacen la cola", eso es lo que pensé cuando senti como el dedo entraba y salia.
Mientras tanto el otro flaco buscó lubrincante. Me pusieron y de una, sin previo aviso ni suavidad, empezó a empujar su pene para que entrara en mi cola. Lentamente comenzó a ceder hasta que logramos que la poronga entrara hasta el tope.
"Entró toda", dijo el flaco contento. "Ahora agarrate putita". Ni bien terminó la frase comenzó a romperme el culo con violencia plena. Mientras tanto el otro flaco se pajeaba al lado nuestro.
Yo empecé a gritar desaforadamente, gritando más bien de dolor que de placer, pero al mismo tiempo me excitaba plenamente. El flaco no duró mucho. Enseguida me acabó adentro (del forro) y fue el turno del siguiente.
Ni bien un flaco sacó su pija, el otro me la puso. Éste me agarraba del pelo mientras me hacia la cola. Al mismo tiempo escuchaba los gemidos de Daniela que otra vez estaria cogiendo. De Vanesa no se escuchaba nada.
"Mirá que colita bebé, es tan lindo hacértela. Toma putita tomá", me decia mientras me rompia el culo. Tras unos minutos de cola y de frotarme la concha, acabé de nuevo.
Unos segundos más tarde el flaco también me acabó. Esta vez se sacó el forro y me tiró todo en la cola.
Tras terminar me fui al living. "No puedo más, basta basta!", empezó a decir Daniela que no podia disimular su cara de dolor. Uno de los chicos le estaba rompienfo el orto sin piedad.
Marcos estaba libre mirando junto a Vanesa, asi que ni bien me vio se acercó a mi y me puso en el suelo en cuatro. De una me penetró la cola.
Ahí estábamos Daniela y yo, a las dos nos estaban haciendo la cola y gritábamos a tal punto de estar casi afónicas. Yo comencé a excitarme plenamente y acabé de nuevo.
Sentia que ya no podia acabar más. Ya habia perdido la cuenta de los orgasmos que habia tenido. La concha me ardia de tantas acabadas.
Tras un buen rato de cola, sacó su pene y me largó todo adentro de la boca. Más leche para tragar.
El loco que le estaba haciendo el culo a Daniela, se sacó el forro y se la puso en la boca. Con el pene adentro, mi compañera empezó a pajearlo tomándose toda la leche que le dió.
Un buen rato después, los chicos se habian ido y nos quedamos las tres chicas juntas. Yo me fui a duchar de nuevo, luego Daniela.
Hablamos un rato de lo bueno que habia estado y mi compañera nos pidió por favor que la volviéramos a invitar, estuviese o no su novio en la ciudad.
"Espero que mi novio no me quiera coger porque no puedo ni caminar boludas!", dijo riéndose a más no poder.
La mosquita muerta de Daniela no sólo era terrible puta, sino que le encantaba realmente hacerle la trampa. Y nosotras felices por haber encontrado una compañerita para nuestras aventuras...
Daniela quedó completamente en bolas en cuestión de segundos. Mientras uno de los flacos le tocaba y acariciaba la cola, el otro le comia la boca agarrándole la cara a dos manos.
Yo estaba sentada en el sillón solamente con la tanga puesta. El resto de mi ropa estaba tirada en el piso ya no sabía ni dónde.
Poca importancia le di, la noche estaba demasiado excitante como para fijarme en eso.
Mientras uno de mis chicos seguia diviertiéndose con mis lolas, el otro metia mano por todo mi cuerpo tocándome sin límites ni permisos.
Al rato nomás, con la tanga corrida y con las piernas ya semi abiertas, dos dedos entraban y salian de mi concha haciéndome calentar a full.
Los dos se divertian conmigo viendo cómo me empezaba a retorcer de placer. Tras unos minutos me incorporé del sillón y sacándome la tanga les di a entender qué es lo que quería.
Enseguida me hicieron poner en cuatro en el piso y mientras uno de los chicos me metia su poronga en la boca, el otro comenzaba a penetrarme por atrás.
Ninguno de los dos tenia forro, eran de confianza y figurita repetida de nuestros fines de semana con Vane. Hacia rato que habian dejado de usarlo.
Mi cara apuntaba directo a donde estaba Daniela. No la podia ver del todo bien porque el chico que me cogia por la boca me tapaba parte de la imágen, pero cada tanto lograba ver algo.
Mientras mi cuerpo de movia por las embestidas pude ver que a mi compañera que estaba arriba de la mesa con las piernas abiertas, mientras tanto uno de los flacos se la ponia y sacaba a ritmo constante.
El otro flaco que estaba con ellos por ahora sólo miraba y se pajeaba.
Los gemidos de nosotras tres se solapan en la noche. Tanto Daniela arriba de la mesa, Vanesa en la pieza de sus papis como yo en la alfombra del living, gritábamos y gemiamos como putas en celo.
Mi chico me la ponia mientras me agarraba el pelo y lo tiraba para atrás tanto que me hacia doler. Mi espaldita se arqueba todo lo que podia, pero el movimiento se veia frenado por la poronga del otro flaco que me la ponia y sacaba de mi boca.
Debajo mio la alfombra estaba toda mojada de saliva. Es que con la cogida por la boca que me estaban pegando no podia evitar atragantarme, toser y escupir. Traté de decirle que lo hiciera más despacio, pero su calentura no me lo permitió y siguió metiéndola.
Daniela no tardó en acabar. El flaco que aún la mantenia con las piernas abiertas le habia dado bomba sin pausa durante al menos 15 minutos.
Su gemido fue increible. Empezó a retorcerse tirando unos adornos (de bronce por suerte) que estaban arriba de la mesa mientras abria y cerraba las piernas como podia. El descontrol habia empezado y estábamos tan excitadas que no nos importaba nada.
Los jarrones y adornos rodaron por el suelo mientras Daniela seguia retorciéndose y gritando que no dejara de cogerla. "Dale dale, seguí seguí", empezó a gritarle al flaco que no paraba de darle y darle pija.
Cuando terminó su orgasmo, enseguida le tocó el turno al otro flaco que estaba en espera. Ahi nomás al lado de la mesa, la puso de espalda y la penetró de una, sin previo aviso.
De nuevo comenzaron los gemidos de ella, cada vez más fuertes. El flaco la tenia agarrada de la cintura sin dejar de mirar cómo su pija entraba y salia.
Mis ojos dejaron de ver lo que sucedia cuando mi chico sacó su pene de mi boca. Enseguida el que me estaba cogiendo por atrás se puso adelante mio e intercambiaron roles, comenzando de nuevo la penetración.
Estaba como loco! Me agarraba mi diminuta cintura apretándomela mientras hacia fuerza para empujar con más y más fuerza, como queriendo meter su pija más de lo que ya entraba.
Yo gemia y gemia como una trola, aunque mis gemidos eran bajitos porque el otro chico ahora me cogia por la boca.
Con esa situación no tardé en acabar. Dos minutos más habré aguantado, enseguida empezó a llegar mis orgasmo retorciéndome y temblándome todo el cuerpo ahi mismo en la alfombra.
Tras acabar puse mi cabeza en el suelo para sentir sólo la poronga del flaco entrar y salir. El que me habia estado cogiendo por la boca ahora estaba al lado mio pajeándose.
Mi acabada no significó nada para mi macho que seguia dándome sin pausa. Enseguida el otro flaco me agarró del pelo haciéndome levantar la cabeza a la fuerza. Me estaba tratando como una verdadera puta y eso me hacia volar de la excitación.
Con su mano en el pelo y agarrándomelo con violencia, empezó a pajearse para darme todo. Al toque unos tres a cuatro chorros de leche empezaron a salir del pene directos a mi cara y pelo.
Tras acabar me metió su pija en la boca para terminar de sacarle todo. La succioné como pude porque con las embestidas del otro flaco no me permitian quedarme quieta. Le saqué unas cuántas gotas más de leche que tragué enseguida.
Ni tiempo tuve de limparme. Enseguida apareció uno de los flacos que estaba con Daniela y pajeándose en apenas unos segundos hizo su descarga en mi boca.
Por suerte, esta vez pude abrirla a tiempo y casi todo fue a parar adentro. El resto cayó de nuevo en mi pelo. No queria ni mirarme cómo lo tendría!
Mientras tanto el otro flaco que aún seguía dándome sin parar por atrás, sacó su pija y me hizo dar vuelta. Tomando mis piernitas, me las abrió todo lo que pudo y me penetró.
Yo podia ver en esa posición cómo su pene entraba y salia de mi conchita. La poronga se enterraba del todo hasta hacer tope y volvia a salir. Todo en cuestión de menos de un segundo.
Entraba y salia, entraba y salia. Plaf! Plaf! Plaf!
Finalmente comenzó a llegar mi segundo orgasmo. Comencé a morderme los labios mientras con mis manos me agarraba y apretaba las lolas, empecé a temblar y a ponerme toda roja.
"Ay otra vez! Ay otra vez!", empecé a gemir como puta mientras no paraba de gozar. El placer de acabar lo estaba experimentando al máximo mientras no dejaba de sentir cómo el pene seguia entrando y saliendo, generándome aún mayor placer.
Apenas habia terminado de acabar que escuché la frase de mi macho. "Te acabo adentro", me dijo en modo afirmación. Y es que era una frase repetida de él casi todos los fines de semana.
Acabarme adentro era lo que más le gustaba. Sobre todo porque sabia que a la mayoria de los chicos no se lo dejaba porque sólo eran pasajeros. Y para mí era también lo mejor del mundo.
Enseguida empezó a gemir un poco más alto y yo pude sentir cómo se me inudaba de leche la conchita. Tras un par de bombazos más, la poronga empezó a ponerse más pequeña. Ya me habia largado todo el semen adentro.
Me levanté del suelo con un poco de dolor de espalda. La alfombra era gruesa pero no tan cómoda como una cama. Miré un poco y vi el desatre que era. Semen y saliva por todos lados, la alfombra estaba totalmente manchada. Para colmo el color beige clarito no ayudaba.
"No sé cómo mierda va a limpiar eso Vane antes que lleguen sus papás", pensé.
El flaco que salió de la pieza de los papis de Vanesa estaba todo despeinado. Él no sabia que ya me habian acabado adentro, o quizás sí y no le importo.
La cuestión fue que salió de la pieza y sin pestañar me agarró de la mano para llevarme al sillón. "Vení que ya me la cogi a Vane. Ahora te toca a vos". Me dijo sin posibilidad de que le dijera nada.
De nuevo me trataban como una trola en dónde eran ellos los que decidian cuándo y cóo cogerme, y eso me calentaba a más no poder. Esa noche no habia reglas.
Yo tenia intenciones de ir al baño a limpiarme el asco que leche que aún tenia en el pelo y la cara, pero no llegué a decir ni una palabra.
Marcos (así se llamaba) me penetró de una. Él era otro de los "afortunados" que nos cogian sin forro. Me empezó a bombear con violencia plena, como era costumbre en él.
Mientras me la ponia, apoyaba sus manos en mis tetas apreándolas tanto que parecia que me iban a explotar.
"Tomá putita, tomá, tomás tomá, mirá cómo entra mi amor", empezó a gritarme mientras los otros flacos nos miraban. Sólo uno seguia en la suya poniéndosela a Daniela que ahora estaba en cuatro y también nos miraba.
Con las gambas abiertas y ahora mis manos en las tetas, seguia gimiendo como una trola. Tomás (el que recién me habia acabado adentro) de acercó a mí y empezó a apretarme también las tetas, como ayudándome. Es que son grandes y dan para varias manos a la vez.
Mientras tanto los otros dos flacos se tocaban la pija para volver a la acción.
Tras un par de bombazos, Marcos sacó su pija y me largó toda la leche en mi abdomen. El piercing del ombligo quedó totalmente tapado de semen.
Los flacos me dieron un descanso, pero a Daniela aún la tenian sometida, en pleno garche.
Habia pasado al menos una hora desde que habiamos comenzado a coger. Y en ese tiempo cuatro flacos me habian largado su leche. "Que puta que soy", pensé como siempre.
Santiago finalmente sacó la pija de la concha de mi compañera, y sacándose el forro (porque ella no habia accedido a hacer sin) empezó a pajearse delante de ella.
El flaco le pidió que se la tome y Daniela, muy obediente, se agachó enseguida y abrió la boca. "Damela toda papi", le dijo con su suavecita y delicada voz.
Enseguida le tomó la cabeza y metiendo la punta de su pene, empezó a largarle todo el semen adentro. No pude ver cuántos chorros salian, lo que si supuse fue que era mucha leche, porque estuvo un buen rato largando todo.
Daniela se incorporó con toda la boca llena de leche, me miró riéndose e intentó decir algo: "Si me... vie... nov...", dijo muy torpemente. Tenia tanta leche en la boca que no podia pronunciar bien y parte se le caia de la boca directo al piso.
Enseguida se tragó todo en dos veces y lamiéndose los labios dijo: "Ahora sí, si me viera mi novio pobrecito", dijo cagándose de risa con una sonrisa de oreja a oreja. Los flacos no podian creer lo trola que era.
Yo me fui al baño a limparme el desastre que era. Cuando me vi en el espejo no lo podia creer. Estaba hecha un lio! Tenia semen por todos lados! Decidí entonces meterme en la ducha así era más fácil.
Cuando salí, así completamente en bolas como habia entrado, Vanesa estaba en el sillón sentada al lado de Marcos, Tomás y Santiago (el nuevo).
Enseguida nos servimos unos tragos y empezamos a charlar un rato. Todavia estábamos todos muy calientes así que en cualquier momento la cosa arrancaba de nuevo.
Fue cuestión de pensar en eso cuando Vane se levantó del sillón y me tomó de la mano.
Empezamos entonces a transar ahi nomás, las dos en bolas, paradas en el medio del living y ante la mirada de todos los flacos que ya tenian las pijas al mango, preparados para el segundo round.
Tras transarnos un buen rato fuimos a la pieza de los papás de Vane, junto con ella y tres chicos. Los otros dos flacos se quedaron con Daniela en el sillón.
A la pieza llevamos dos botellas de cerveza y una de vino (terrible mezcla).
Nos sentamos en la cama a tomar a full mientras nos ibamos transando entre todos (o sea, los tres flacos a nosotras dos). Primero transaba con uno mientras me tocaba toda, luego pasaba al siguiente, luego al siguiente, y un trago entero de cerveza o vino.
Repetimos ese ciclo un par de veces hasta que las botellas se vaciaron y la calentura llegó al máximo, al límite de la desesperación.
Enseguida nos acomodamos en la cama de dos plazas y media). Un pene en la boca de Vane, otro en cada una de nuestras conchas. Nos empezaron a garchar nuevamente con todo Tomás, Marcos y Santiago.
Esta vez no duré ni 3 minutos. Acabé al toque. Estaba tan caliente que no pude contenerme. Era mi tercer orgasmo de la noche y hasta ahora el más fuerte. Me tembló todo mientras un escalofrio me invadió por completo el cuerpo.
Marcos no dejó de cogerme a pesar de haber acabado, sino que por el contrario empezó a hacerlo más fuerte aún.
Enseguida me puso en cuatro y comenzó a darme de nuevo. Luego patitas al hombro. Luego de costado. Luego contra la pared. Y nuevamente acabé. Estaba tan excitaba y borracha que lo único que hacia era acabar y acabar y acabar.
Mientras gozaba y gemia como una puta en mi último orgasmo, Santiago se acercó y me frotaba la concha, haciéndomse ver las estrellas. Tras ésto fue él quien me la puso de nuevo. Mi conchita ya no daba más, pero queria seguir garchando, así que me quedé calladita.
Mi chico me bombeaba en cuatro cuando me acabó adentro. No me avisó, simplemente me la ponia y sacaba y terminó metiéndome toda la leche adentro. "Te acabé adentro putita hermosa", me dijo mientras sacaba su poronga chorreando de leche.
"Es mi turno", dijo Santiago que sacó la pija de la boca de Vane y me la puso en la mia. El flaco comenzó a garcharme por la boca mientras Tomás le daba toda la leche en la boca a mi amiga.
Ni bien terminó de tragar se acercó a mi y comenzó a chuparme la concha, mientras yo intentaba gritar como podia, con una pija adentro de la boca era complicado.
Tras un rato la sacó asi se la metió a Vanesa. Un par de bombazos y de nuevo le acabaron adentro.
Todos estábamos exhaustos y muy borrachos. A mi me daba vueltas todos y tenia tanto sueño que podia dormirme ahi mismo en cuestión de segundos.
Me levanté a tomar agua y en el sillón Daniela estaba ya dormida al lado de sus dos machos. Tomé tres vasos de agua y volvi a la cama. Con Vanesa nos dormimos enseguida mientras los otros flacos se acomodaban en las otras camas de otras piezas.
Cuando me desperté el sol daba de lleno en la ventana de la pieza. Vanesa dormia boca arriba mirando hacia mi. Miré a a los pies de la cama y ahi estaba Santiago mirándome y acomodándose.
Enseguida se acercó y comenzó a tocarme. Yo estaba tan dormida que no pude ni decirle que me dejara dormir. La verdad, sólo queria dormir en ese momento.
Me desvanecí y desperté con la pija dentro mio. Con los ojos apenas entreabiertos podia ver cómo el flaco me estaba garchando con todo. Mi cuerpo y la cama se movia pero yo no podia reaccionar. El cansancio era mayor. Vanesa dormia también sin despertarse.
Creo que me volvi a dormir (la verdad no me acuerdo) y me desperté con leche cayendo en mi cara. Era Santiago que me habia acabado. Enseguida mi di vuelta y segui durmiendo, toda enchastrada y enchastrando todas las sábanas de los papis de Vane.
No levantamos todos a las 17 hs. Bastante más recuperados. Para sorpresa nuestra Santiago ya se habia ido.
Tenia que ir a buscar a la novia a la terminal porque llegaba de viaje ese día. Ninguna de nosotras sabia nada de él y mucho menos que tuviera novia. Pero me gustó la onda del flaco. Flor de garchada nos habia pegado.
Luego de cambiarnos, ducharnos y comer, comenzamos lo que seria el último round. Era domingo y no habia nada mejor que hacer que coger. Así eran nuestros fines de semana (en gral) con nuestro grupo: sexo y más sexo. Desde el sábado a la noche hasta el domingo a la noche.
La casa estaba hecha un desastre, por todos lados. Asi que fuimos a la pieza del hermano de Vase y ahi me fui con dos de los chicos.
Uno de los chicos comenzó a penetrarme en cuatro, mientras su dedo de apoyaba y lentamente entraba en mi cola. "Un domingo no es domingo si no me hacen la cola", eso es lo que pensé cuando senti como el dedo entraba y salia.
Mientras tanto el otro flaco buscó lubrincante. Me pusieron y de una, sin previo aviso ni suavidad, empezó a empujar su pene para que entrara en mi cola. Lentamente comenzó a ceder hasta que logramos que la poronga entrara hasta el tope.
"Entró toda", dijo el flaco contento. "Ahora agarrate putita". Ni bien terminó la frase comenzó a romperme el culo con violencia plena. Mientras tanto el otro flaco se pajeaba al lado nuestro.
Yo empecé a gritar desaforadamente, gritando más bien de dolor que de placer, pero al mismo tiempo me excitaba plenamente. El flaco no duró mucho. Enseguida me acabó adentro (del forro) y fue el turno del siguiente.
Ni bien un flaco sacó su pija, el otro me la puso. Éste me agarraba del pelo mientras me hacia la cola. Al mismo tiempo escuchaba los gemidos de Daniela que otra vez estaria cogiendo. De Vanesa no se escuchaba nada.
"Mirá que colita bebé, es tan lindo hacértela. Toma putita tomá", me decia mientras me rompia el culo. Tras unos minutos de cola y de frotarme la concha, acabé de nuevo.
Unos segundos más tarde el flaco también me acabó. Esta vez se sacó el forro y me tiró todo en la cola.
Tras terminar me fui al living. "No puedo más, basta basta!", empezó a decir Daniela que no podia disimular su cara de dolor. Uno de los chicos le estaba rompienfo el orto sin piedad.
Marcos estaba libre mirando junto a Vanesa, asi que ni bien me vio se acercó a mi y me puso en el suelo en cuatro. De una me penetró la cola.
Ahí estábamos Daniela y yo, a las dos nos estaban haciendo la cola y gritábamos a tal punto de estar casi afónicas. Yo comencé a excitarme plenamente y acabé de nuevo.
Sentia que ya no podia acabar más. Ya habia perdido la cuenta de los orgasmos que habia tenido. La concha me ardia de tantas acabadas.
Tras un buen rato de cola, sacó su pene y me largó todo adentro de la boca. Más leche para tragar.
El loco que le estaba haciendo el culo a Daniela, se sacó el forro y se la puso en la boca. Con el pene adentro, mi compañera empezó a pajearlo tomándose toda la leche que le dió.
Un buen rato después, los chicos se habian ido y nos quedamos las tres chicas juntas. Yo me fui a duchar de nuevo, luego Daniela.
Hablamos un rato de lo bueno que habia estado y mi compañera nos pidió por favor que la volviéramos a invitar, estuviese o no su novio en la ciudad.
"Espero que mi novio no me quiera coger porque no puedo ni caminar boludas!", dijo riéndose a más no poder.
La mosquita muerta de Daniela no sólo era terrible puta, sino que le encantaba realmente hacerle la trampa. Y nosotras felices por haber encontrado una compañerita para nuestras aventuras...
34 comentarios - El descontrol (#62)
paja paja paja!!!!!!
imposible contener tanta calentura... ojala te tuviese al lado mio para clavarte bien!!!!!!!
Genial relato!
Y que lindo seria garchar con ustedes !
besos!
Van 9 puntos
Ayer vi que habías puesto el relato pero no lo podía leer, luego cuando quise leerlo no lo encontré por ninguna parte. Y por fin hoy lo leo. ¿Hubo algún problema?
Excelente relato.
Beso.