Una buena chupada

Salí de la ducha, entré al cuarto y atendí la llamada que sonaba en mi celular. Vos estabas ahí relajada, sentada a la computadora leyendo vaya uno a saber qué. Me empecé a vestir mientras arreglaba el día de mañana por teléfono. Me acerqué a dónde estabas para agarrar el perfume y ahí me di cuenta que tu cara te delataba, tenías un hambre que no iría a aguantar ni un segundo. Enseguida me desabrochaste el cinturón y te la llevaste a la boca. Mi pija reaccionó inmediatamente pero mi mente seguía al teléfono, momento que aprovechaste maravillosamente para mirarme con esa cara de puta que me trastorna tanto y yo... "Sisi, dale, te veo mañana, chau" -corté.

Te levantaste del escritorio agarrándome de la pija y me llevaste al comedor y me dijiste: "pajeate". Mientras me acomodaba en una silla, fruncí el seño y miré como te dirigías al sillón ladeando el culo para mi deleite. Pero lo que me descolocó fue el pelado sentado en el sillón con su enorme pija afuera y vos arrodillándote a chupársela para ponérsela dura, lo cuál no costó demasiado.
El chabón tenía una mano en tu cabeza para que no pararas y con la otra me señaló y me dijo: "¡qué buenos petes que hace tu jermu, siempre me encantaron!" y se dirigió a vos: "dale que ya te mojaste toda vos, subite a cabalgar, puta".

Yo no entendía quién era este chabón, cuándo había entrado a mi casa y hacía cuánto que se curtía a mi mujer. Ella, mientras, me miraba con una cara de lujuria-perversión y remordimiento como diciendo: "perdón, pero es tan riiico". A pesar de estar anonadado por la situación, mi pija estaba al mango y lista para la acción, de hecho mi mano me pajeaba al ritmo que a vos te cogían.

El chabón estaba en la suya, con su brazo derecho te apretujaba hacia él, con el otro te apretaba una teta y te chupaba la otra. Te veías taan puta. Y ahí vi la imagen que te destrozó un poquito a vos y otro poquito a mi: llevó su dedo del medio a tu boca, se lo ensalivaste todo, acto seguido lo metió en tu orto de una manera descomunal y para nada condescendiente, para colmo vos gritabas frenética de placer...

Segundos después acabaste y mientras te levantabas y ponías en cuatro, me quise acercar. A lo que él me puso una mano en el pecho y me empujo para atrás:"vos mirás". El pelado te la metió: una, dos, tres, cuatro veces, la sacó y ahora sí, toda entera adentro de tu culo. Te embestía mientras te tiraba de tu melena morocha hacia atrás. Yo miraba deseoso y vos delirabas gustosa. Me mirabas diciendo: "vení, acabá conmigo".

Voy hasta vos, pongo mi pija en tu boca y mientras vos acabas, yo largo toda la leche en tu boca y no te perdés ni un gota, como siempre. Abro los ojos y digo por primera vez: "Sisi, dale, te veo mañana, chau" -corté.