Muy buenas amig@s de P!
Les dejo un cuentito esperando les guste!
Sin mas que decir les dejo el relato!
Era el verano, había ido a Mardel a pasar las vacaciones, cuando un día llegó a casa mi sobrina Kat, preguntado por mi hija, tenía los ojos llorosos. La dejé entrar y le dije que mi hija estaba en el cine con otras amigas de ellas.
-Que te pasa?, -le pregunté.
-Tío, tengo un problema, por eso quería hablar con mi prima – me contestó
-Y no me lo puedes decir a mí, sabes que conmigo podes contar para lo que quieras – dije
-Si tío, pero es muy personal…es de sexo – dijo ella.
Me quedé helado, no había pensado hasta ese momento que la sobrina de mi mujer, me preguntaría algo tan intimo. Me fijé en ella, llevaba una mini estampada, sandalias y una blusa que se le marcaban las tetas, era una copia en joven de su madre, a la que siempre me fijé por lo hermosa que era.
-Si querés me lo contas, en la facu que trabajo, muchas veces tengo que hacer de psicólogo con las adolescentes. – le dije
Ella se quedó pensando, no sabia que decir, pero vi que empezó a expresar lo que sentía.
-Bueno tío, hacemos ver que soy una alumna tuya que tiene un problema – me dijo Kat.
-Dale, tranquila, esto no saldrá de mi – le dije
-Tengo un novio, con el que intento tener…sexo, se que es muy fuerte tío, pero no se lo contes ni a mama ni a papa.
-Seré una tumba – le contesté
-Como te decía, intentamos practicar sexo, pero cada vez que intenta meterla, me lastima y nunca teminamos de hacerlo, y hoy me dejo, me dijo que soy una calienta pavas – me confesó Kat.
Me dejo descolocado, mi sobrina me estaba contando un secreto, y no se si por su parecido a su madre, o por que le estaba viendo que los pezones empezaban a endurecerse bajo la remera, que sufrí de golpe una empalmada bestial. Ella en ese momento se fijó en mi “amigo”, se dio cuenta de lo caliente que me había puesto, pensé que se iría en ese momento, pero se quedó. Entonces yo me senté a su lado y le pasé un brazo por sus hombros y le empecé a hablar dulcemente.
-Bueno, Kat, vos no tenés la culpa, para hacerlo bien, la primera vez, hay que tener delicadeza y seguir unos juegos para que tu concha se moje bien – le dije.
Ella me miraba con ojos llorosos, con carita de pena y entonces me soltó la bomba.
-Tío, vos me podes enseñar, sos un señorito ingles y por lo que veo que tenés unos buenos centímetros- dijo sin dejar de mirar mi empalme – vos sos la persona que me puede estrenar, sin dolor y con mucho cariño.
Ahí ya me desmoronó, se que si seguía ya no habría marcha atrás, pero era como cogerme a mi cuñada cuando era joven, uno de mis sueños eróticos. Así que empecé a deslizar la mano que tenia sobre su hombro hasta que le agarre su teta por encima de la blusa, empecé a jugar con su pezón, que se puso duro como una piedra. Ella giró su carita y me dio un piquito en los labios, yo le respondí, mi legua entro en su boca y empezaron nuestras las lenguas a jugar.
Mi otra mano, empezó a subir por su pierna, hasta llegar a su corpiño, le empecé a acariciar aquellos abultados labios, ella empezó a estremecerse, agarrándome la verga por encima del pantalón.
-Tío, no puedo más, necesito sentirte, te necesito dentro de mí – dijo ella.
Me levanté, la agarre con la mano y sin dejar de abrazarnos, fuimos hasta mi habitación, de pié, la atraje hacia mi, le subí la falda por detrás y empecé a tocarle aquel culito paradito, ella se separó y se tendió en la cama, me desnudé sin quitarme el bóxer, me acerqué a ella y le dije.
-Lo que hay bajo del bóxer es tuyo, hacele lo que quieras.
Ella bajó el bóxer, empezó un movimiento de arriba abajo, se notaba que era una experta en eso de hacer pajas, cuando mi pija alcanzó la dureza de una barra de hierro, se lo metió todo en la boca, chupando como una loca, hasta que no pude mas y acabe dentro, como no podía tragarla toda, la sacó de la boca y los últimos disparos le cayeron en su cara.
-Ahora, te toca a vos preciosa – le dije.
Así que le empecé a quitar la blusa, le besé las tetas, con unos pezones como una piedra, le saqué el corpiño, que hermosas eran. Le quité la falda, se quedó ante mí con una tanguita calada roja, se le transparentaban la poca mata de pelo, estaba mojada, se las bajé poco a poco, viéndole aquellos labios gordos y aquel clítoris sonrosado. Empecé a chupar aquella cueva, mi sobrina empezó a dar grititos y a jadear, hasta que le vino un orgasmo feroz, quedándose inmóvil, parecía muerta.
-Gracias tío, nunca había sentido lo que me has dado – me dijo.
Era el momento de la verdad, agarre un cojín y se lo puse debajo del culo, empecé a chuparle el clítoris, hasta que ella empezó a jadear, entonces bajé hasta su culito, el cual besé y mi lengua empezó un mete saca, con una mano le introduje un par de dedos en su concha y empecé un mete saca también, hasta que ella volvió a orgasmar, ya estaba preparada, así que suavemente, puse la punta de mi pija en su concha húmeda y empecé a penetrarla suavemente, hasta que llegué a su himen, la saque y volví a penetrarla, poco a poco, pegué un golpe y entre del todo, ella pego un grito
– Tío, me duele, – me dijo
-Ya está mi princesa, – le dije
Así que esperé un poco, y empecé un ritmo suave, ella empezó a pasar del dolor al placer, y se fue acoplando a mi ritmo, hasta que empezamos los dos en un ritmo frenético, hasta que cuando sentí que iba a acabar, la saque y se la metí en el culo, con todos los flujos, entro la mitad, ella pegó un grito y un respingo, acabe dentro de ella.
-Tío, a sido maravilloso, no como con ese pelotudo de novio que tenía, vos sabes tratar a una mujer- me dijo suavemente ella.
A partir de aquel día nos convertimos en amantes, y empezamos unos juegos que otro día contaré.
Buen findeeeee!
Les dejo un cuentito esperando les guste!
Sin mas que decir les dejo el relato!
Era el verano, había ido a Mardel a pasar las vacaciones, cuando un día llegó a casa mi sobrina Kat, preguntado por mi hija, tenía los ojos llorosos. La dejé entrar y le dije que mi hija estaba en el cine con otras amigas de ellas.
-Que te pasa?, -le pregunté.
-Tío, tengo un problema, por eso quería hablar con mi prima – me contestó
-Y no me lo puedes decir a mí, sabes que conmigo podes contar para lo que quieras – dije
-Si tío, pero es muy personal…es de sexo – dijo ella.
Me quedé helado, no había pensado hasta ese momento que la sobrina de mi mujer, me preguntaría algo tan intimo. Me fijé en ella, llevaba una mini estampada, sandalias y una blusa que se le marcaban las tetas, era una copia en joven de su madre, a la que siempre me fijé por lo hermosa que era.
-Si querés me lo contas, en la facu que trabajo, muchas veces tengo que hacer de psicólogo con las adolescentes. – le dije
Ella se quedó pensando, no sabia que decir, pero vi que empezó a expresar lo que sentía.
-Bueno tío, hacemos ver que soy una alumna tuya que tiene un problema – me dijo Kat.
-Dale, tranquila, esto no saldrá de mi – le dije
-Tengo un novio, con el que intento tener…sexo, se que es muy fuerte tío, pero no se lo contes ni a mama ni a papa.
-Seré una tumba – le contesté
-Como te decía, intentamos practicar sexo, pero cada vez que intenta meterla, me lastima y nunca teminamos de hacerlo, y hoy me dejo, me dijo que soy una calienta pavas – me confesó Kat.
Me dejo descolocado, mi sobrina me estaba contando un secreto, y no se si por su parecido a su madre, o por que le estaba viendo que los pezones empezaban a endurecerse bajo la remera, que sufrí de golpe una empalmada bestial. Ella en ese momento se fijó en mi “amigo”, se dio cuenta de lo caliente que me había puesto, pensé que se iría en ese momento, pero se quedó. Entonces yo me senté a su lado y le pasé un brazo por sus hombros y le empecé a hablar dulcemente.
-Bueno, Kat, vos no tenés la culpa, para hacerlo bien, la primera vez, hay que tener delicadeza y seguir unos juegos para que tu concha se moje bien – le dije.
Ella me miraba con ojos llorosos, con carita de pena y entonces me soltó la bomba.
-Tío, vos me podes enseñar, sos un señorito ingles y por lo que veo que tenés unos buenos centímetros- dijo sin dejar de mirar mi empalme – vos sos la persona que me puede estrenar, sin dolor y con mucho cariño.
Ahí ya me desmoronó, se que si seguía ya no habría marcha atrás, pero era como cogerme a mi cuñada cuando era joven, uno de mis sueños eróticos. Así que empecé a deslizar la mano que tenia sobre su hombro hasta que le agarre su teta por encima de la blusa, empecé a jugar con su pezón, que se puso duro como una piedra. Ella giró su carita y me dio un piquito en los labios, yo le respondí, mi legua entro en su boca y empezaron nuestras las lenguas a jugar.
Mi otra mano, empezó a subir por su pierna, hasta llegar a su corpiño, le empecé a acariciar aquellos abultados labios, ella empezó a estremecerse, agarrándome la verga por encima del pantalón.
-Tío, no puedo más, necesito sentirte, te necesito dentro de mí – dijo ella.
Me levanté, la agarre con la mano y sin dejar de abrazarnos, fuimos hasta mi habitación, de pié, la atraje hacia mi, le subí la falda por detrás y empecé a tocarle aquel culito paradito, ella se separó y se tendió en la cama, me desnudé sin quitarme el bóxer, me acerqué a ella y le dije.
-Lo que hay bajo del bóxer es tuyo, hacele lo que quieras.
Ella bajó el bóxer, empezó un movimiento de arriba abajo, se notaba que era una experta en eso de hacer pajas, cuando mi pija alcanzó la dureza de una barra de hierro, se lo metió todo en la boca, chupando como una loca, hasta que no pude mas y acabe dentro, como no podía tragarla toda, la sacó de la boca y los últimos disparos le cayeron en su cara.
-Ahora, te toca a vos preciosa – le dije.
Así que le empecé a quitar la blusa, le besé las tetas, con unos pezones como una piedra, le saqué el corpiño, que hermosas eran. Le quité la falda, se quedó ante mí con una tanguita calada roja, se le transparentaban la poca mata de pelo, estaba mojada, se las bajé poco a poco, viéndole aquellos labios gordos y aquel clítoris sonrosado. Empecé a chupar aquella cueva, mi sobrina empezó a dar grititos y a jadear, hasta que le vino un orgasmo feroz, quedándose inmóvil, parecía muerta.
-Gracias tío, nunca había sentido lo que me has dado – me dijo.
Era el momento de la verdad, agarre un cojín y se lo puse debajo del culo, empecé a chuparle el clítoris, hasta que ella empezó a jadear, entonces bajé hasta su culito, el cual besé y mi lengua empezó un mete saca, con una mano le introduje un par de dedos en su concha y empecé un mete saca también, hasta que ella volvió a orgasmar, ya estaba preparada, así que suavemente, puse la punta de mi pija en su concha húmeda y empecé a penetrarla suavemente, hasta que llegué a su himen, la saque y volví a penetrarla, poco a poco, pegué un golpe y entre del todo, ella pego un grito
– Tío, me duele, – me dijo
-Ya está mi princesa, – le dije
Así que esperé un poco, y empecé un ritmo suave, ella empezó a pasar del dolor al placer, y se fue acoplando a mi ritmo, hasta que empezamos los dos en un ritmo frenético, hasta que cuando sentí que iba a acabar, la saque y se la metí en el culo, con todos los flujos, entro la mitad, ella pegó un grito y un respingo, acabe dentro de ella.
-Tío, a sido maravilloso, no como con ese pelotudo de novio que tenía, vos sabes tratar a una mujer- me dijo suavemente ella.
A partir de aquel día nos convertimos en amantes, y empezamos unos juegos que otro día contaré.
Buen findeeeee!
7 comentarios - Encuentro con una amiga!