Falta el capitulo 59 donde andará?
Romina y yo camino al infierno 8
Paso casi un mes, la relación con Romi atravesaba un pico de fogosidad como hacía muchisimo tiempo no habíamos tenido, solía ahora penetrarla por su hermoso culito ante el beneplácito de ambos, me corría abundantemente al fondo de su culo y Romi me regalaba unos deliciosos orgasmos. El problema empezó en el trabajo había pasado casi un mes desde que había empezado a trabajar y Romi ni siquiera había pasado por el trabajo. El jefe me citó en su oficina y me hizo algunos comentarios sobre el tema, que esperaba que mi esposa nos visitara o que por lo menos lo invitáramos a cenar. En casa hable con Romi del tema y me dijo que no era su problema, que había renunciado ella misma porque no quería que nadie la forzara a nada y menos por dinero, arreglate como puedas me dijo sonriendo. La verdad que no me importaba en lo más mínimo el tema, volvería a trabajar con la moto si era necesario. En la cena estabamos muy animados, la nena jugaba y se reía, termino de comer y se fue a jugar a su cuarto. Ayude a levantar la mesa, llevando las cosas a la cocina mientras dejaba los platos en la pileta Romi me apretó de atrás y me beso en el cuello. Lo llame a Oscar un par de veces en estos días. Mi pija dio un salto pero también me asuste, Romi me la apretó fuerte y me dijo que me quedara tranquilo, que no iba a pasar nada raro. Gire y nos besamos y acariciamos, me dijo que me desnudara y me acostara en la cama, que ella acostaba a la nena y después venía, estuve leyendo un rato en la cama y por el cansancio me quede dormido, la luz del velador encendida, cuando me desperté Romi estaba vestida con una camisa blanca sin sujetador unas medias con liguero y una mini escocesa tipo colegiala, bailaba sensualmente, cerró con llave la puerta de la pieza y me dijo que me desnudara, se acomodo a mis pies poniéndose de costado para no aplastar su hermosa pancita de cuatro meses y empezó a juguetear con mi pija.
Pense en cogérmelo de nuevo a Oscar, pero parece que esta muy caído..., le dio un besito a mi pija y siguió. Parece que la esposa esta embarazada de dos meses...
Y cual es el problema..., mi pija empezó a bajar, no me parecía momento para hablar de eso.
Te estas enfriando..., claro no tendría que hablar de esto..., vino al lado mío y se acostó boca arriba. Que desubicada... –su tono tenía un tono perverso que me producía cierta incomodidad.- a quien le importa si Oscar esta bajoneado. La esposa esta embarazada de dos meses y el me dijo que tuvo problemas en los testiculos y que le costaba bastante dejar embarazada a la mujer.
Romi no te entiendo, a donde querés llegar.
Bueno..., hace seis meses que esta viviendo con él, el papá, es un hombre de unos cincuenta y cinco, más o menos, medio rufián parece... –mi pija pareció reaccionar, no entendía muy bien adonde íbamos, pero me daba cuenta que Romi algo se traía. Ella vio como crecía mi pija y sonrió. Hay amor no te entusiasmes. Vino del interior y hace seis mese que esta viviendo en la casa de ellos...
Y el esta bajoneado porque tiene miedo que sea hijo de su papá?
Muy bien perrito...
y..., Nosotros que?
Bueno vos sabes que soy muy solidaria..., si bien vos estás muy caliente últimamente y no me haces faltar nada de la pija que necesito... –mi pija estaba como un fierro y Romi la lengüeteaba de nuevo mientras me pajeaba suavemente, la miraba con cara de vicio- Que lindo que estés tan caliente últimamente. Bueno vuelvo al grano, se me ocurrió ofrecerle que viniera con la esposa y el papá el domingo a comer un asado. –mi pija dio un salto- Que rápido que me entendes..., me voy a vestir bien elegante y bueno..., lo voy a sondear un poquito... –la tome de la mano y la atraje hacia mi, no tenía ropa interior, con la mini puesta se acomodo sobre mi y se la fue metiendo lentamente empezándome a coger lentamente pero moviendo mucho sus caderas se la clavaba bien a fondo casi sentada sobre mi, su cuerpo estaba bien derecho sus tetas con los pezones bien duros y se mordía el labio inferior, estuvimos un largo rato sin hablar, teníamos una calentura mayor los dos, Romi tomo mi mano y llevo uno de mis dedos a su culo. Se lo clavo a fondo y luego tomando otro me lo hizo meter, la empece a coger con los dedos mientras la tenía clavada bien duro con mi pija, se acomodo como pudo sobre mi pecho y tuvo un orgasmo que la dejó relajada sobre mí. Yo seguía sin acabar, Romi se salió de encima mío y volvió a acostarse en la cama.
Ay amor, estás hecho un potro últimamente..., me matas..., o será el embarazo..., o quizás las fantasías que estoy teniendo...,
Y porque no me seguís contando como lo pensas zondear... –se puso de perrito en la cama agarró el aceite de la mesa de luz y se lubrico bien el culo. Inmediatamente me acomode y se la deje ir al fondo de su culo. Volvió a tener un orgasmo que parecía no tener fin, doblo sus brazos y su cabeza cayo sobre la almohada. Estuvimos otro largo rato sin hablar. Después Romi dijo:
Bueno..., lo voy a estudiar un poco..., calentarlo..., y si es un rufián..., como dice Oscar..., algo se le va a ocurrir..., lo hago por el pobre Oscarcito..., dijo con esa voz de puta que me vuelve loco. Si me lo cojo al papá es solo para saber si es un degenerado..., nada más..., me das permiso perrito...?
No se...,
No me obligues a que vuelva a ser mala con vos...
Y como serías mala...?
Queres probar...?
No
Bueno entonces antes de seguir toma el teléfono y llámalo a Oscar..., confirmale la invitación para el Domingo y que venga con el papá..., cornudo... –tome el teléfono que estaba sobre la mesa de luz sin sacar mi pija del culo de Romi. Llame a su casa, me atendió la esposa, que me paso con él, le confirme que lo esperábamos el domingo con Romi para el asado, que Romi iba a encargarse de estudiar al papá, su voz sonaba apagada cuando me dio las gracias, parecía otra persona. Tire el inalámbrico al costado nuestro y empecé a bombearla a Romi con toda la fuerza, mientras Romi decía:
La perrita vuelve a las andadas..., quiere leche de señor mayor... - explote en el fondo de su culo y caímos acostados sobre la cama, tuve miedo de haberla aplastado nos pusimos de costado, mi pija seguía dura en el fondo de su culo- Acabaste y seguís duro...., te calienta ser cornudo..., siempre te da calentura extra... –se salió de mi pija y se acomodó a chupármela. El domingo me voy a comer al papi de Oscar..., me vas a volver a coger usada..., - hablaba y me pajeaba- ojalá que le guste al viejito..., si ya se cogió a la perrita esa capaz que está enganchado y no le gusto..., me vas a ayudar a elegir ropa linda..., no...? –Dijo mientras me hacía acabar nuevamente mientras me pajeaba.
Romina y yo camino al infierno 10
Finalmente nos sentamos a comer, me sentía raro, lo miraba a Oscar, a su mujer, después seguía con su padre y me parecía imposible que hubiera hecho lo que Romi decía. Obviamente que sabia que Romi no tenía ningún motivo para mentirme. En dos oportunidades don José se puso de pie y volvió a poner brindis por los felices futuros papás, todos brindamos, mientras la nena corría feliz por el jardín. La comida me pareció larguísima, no tenía claro que pasaría a continuación. Cuando finalizamos de almorzar y luego de un rato de sobremesa Romi le pregunto a don José si lo ayudaba con los platos, yo sentí nacer un impulso y le dije que yo lo haría, nunca había intentado cortar un juego nuestro, algo no me olía bien. Don José, me corto sin darme cuenta casi, dijo:
- Bárbaro, son muchos platos para que los lleve solo, - me dio una pila que tenía en la mano, empezó a tomar otros y agregó- Llevalos a la cocina, que ahora yo llevo los otros y le doy una mano a tu señora, así vos mientras entretenes a tus invitados, que están hartos de estar conmigo.
Me cerró cualquier posibilidad a negarme, me sentía caliente y molesto, no podía argumentar nada, fui con los platos a la cocina, mientras me acercaba, me daba cuenta que aunque la pileta estaba junto a la ventana, por los vidrios y la diferencia de luz no se veía nada para adentro. Cuando estaba saliendo de la cocina entraba Romi, retrocedí unos pasos y la vi en la pileta, ya había empezado a lavar. Me aleje de la cocina y trate de mirar si la veía desde el jardín pero no se veía nada. Cuando estaba llegando a la mesa, don José salió con los platos hacia la cocina, paso un rato largo, habrán sido unos veinte minutos y Don José salió caminando normalmente de la cocina, no había nada raro en su aspecto. Yo no aguante y me fui a la cocina quería saber que había pasado. Cuando entré Romi estaba mirando hacia el jardín, con la panza apoyada en la pileta, su calza entre las piernas su culito al aire, me acerque despacio, no podía dar crédito a lo que veía, me parecía imposible que realmente don José hubiera hecho algo. Romi no dijo nada, me sentía raro, separé sus glúteos y vi que la leche de Don José empezaba a salir del coño de Romi, acerque la cabeza de mi pija y junte la leche que salía de su coño con ella. Separe los glúteos y empecé a llevar la leche que salía con mi pija hacia el aguejerito de su culo. Romi gemía cada vez más fuerte, pero no decía palabra. Cuando me pareció que tenía bastante lubricante la empecé a penetrar lentamente por su culo. Romi me empujaba como fingiendo rechazarme, me acerque a su oido:
- Mira como te encuentro en la cocina, puta..., así que te hiciste coger otra vez..., No hablas hoy..., te dejo muda?..., parece que te gustó.... –Romi no contestaba nada, me di cuenta que estaba teniendo una serie encadenada de orgasmos, siempre me humillaba o hacía comentarios luego de que la hubieran cogido, me molestaba la situación, me daba cuenta que la situación había sido completa, que no me necesitaba para nada el don la había dejado satisfecha.
- Me quiere venir a ver en la semana..., - la agarre bien fuerte de las caderas y la empece a bombear muy violentamente, no me importaba si la lastimaba- le dije que estaba bárbaro pero que me llame mañana a la tarde cuando vos estés trabajando así arreglamos para algún día.
- Y, no me pensabas consultar?...., - Romi no contestaba solo gemía, la seguí bombeando y la vi a la esposa de Oscar poniéndose de pie, descargue toda mi leche en el culo de Romi, me daba igual si venía hacia la cocina, solo se acercó hacia el limonero, igual si hubiera venido a la cocina no me hubiera detenido. Ni siquiera le di un beso ni nada a Romi, guarde mi pija y salí hacia el patio, necesitaba tomar aire. Me fui hacia la parrilla y me dedique a apagar el fuego. Don José se acerco y me preguntó si me sentía bien. No pude mirarlo, pero le dije que si que estaba todo bien.
- Paso algo con tu mujer?
- No, esta todo bien quédese tranquilo.
Al rato apareció Romi con unos platos de postre, enseguida traigo el helado dijo, Romi no lo miraba siquiera al don, estaba igual que la esposa de Oscar, don José tampoco la miraba solo nos miraba al hijo y a mí. Romi le pidió a Oscar si la ayudaba con el helado. Fueron hacia la cocina, no sabía si acercarme o no, decidí hacerlo para que no hubiera dudas y que don José no pensara que Oscar se la cogía a Romi, pensaba que encontraría al entrar en la cocina, pero solo estaba Romi sacando el helado de la heladera y Oscar agarrando cada bandeja que le daba mientras le preguntaba que había pasado con su padre. Romi me miro sobre el hombro de Oscar mientras le contestó.
- Nada, me parece que estas un poco paranoico nada más.
Salí de la cocina profundamente molesto, no veía porque Romi lo cubriría al don a no ser que fuera porque no quisiera cortar algo entre ellos.
Romina y yo camino al infierno 11
El lunes a la mañana antes de salir al trabajo me acerque a la cama y la desperté a Romi, me miro y me saludo con un beso.
- Que pensas hacer le pregunte?
- Voy a llevar la nena a la casa de mi hermano mañana y le voy a decir a José que estoy sola.
- Y yo?
- Vos tenes que trabajar..., además que no creo que le guste cogerme con público..., me parece que no es su estilo.
- Decile que yo trabajo hasta la medianoche y que recién a las siete podes llevarle la nena a tu hermano, yo me encargo de que no me descubran escondido.
- Y si te ve...?
- No se dije, me di media vuelta y me fui, me sentía bastante mal, a Romi no le importaba lo más mínimo si yo estaba presente o no, en realidad le molestaba mi presencia, pero no podía decir nada. Cuando volví del trabajo no le pregunté si había hablado algo o no, Romi tampoco dijo nada. El martes pedí permiso para salir diez minutos antes llegue a casa a las siete menos veinte, Romi entró al rato, venía de la casa de su hermano. Se vistió así nomás, un jogging de entrecasa y una remerita corta, calentó el mate y me convido uno, ninguno de los dos dijo nada, nos miramos en silencio, de golpe se había instalado un abismo, parecíamos dos extraños y lo sentíamos. Paso un rato en que el mate fue y vino y sonó el timbre, estaba descalzo para no hacer ruido, salí hacia el cuarto de las porquerías y me escondí ahí. Romi entro primero y don José atrás, caminaron hacia la cocina, no me animaba a salir tenía miedo que me descubrieran. No escuchaba nada, me asomé como pude. Don José no dijo nada tomo solo unos mates sentado mientras Romi se los cebaba de pie, lo único que había escuchado como dialogo había sido el buenas tardes del saludo. Don José le pasó el mate a Romi y empezó a desnudarse lentamente en la cocina, se sentó desnudo. Romi dejó el mate en la mesada y se acerco respirando entrecordamente hacia él, tenía las mejillas coloradas, se acercó a besarlo y don José la tomó de la nuca y le dijo que los besos eran para los enamorados. La hizo poner de rodillas y tomándola de la nuca la hacía acercarse y alejarse de su pija, por ratos se la dejaba chupar y a ratos la retenía alejada. En un momento la soltó y dijo:
- Párate y desnudate despacio. –Así lo hizo Romi, cuando estaba desnuda se quedo parada al lado de él- ahora acomódate despacio sobre mí, mirándome. –Romi se subió sobre él y se fue metiendo su pija lentamente los dos quedaron de frente, don José le chupaba las tetas a Romi con suavidad y detenimiento, en un momento la miró y Romi tenía los ojos cerrado, la tomo de los pelos y le dijo.
- Abrí los ojos, me gusta que me miren cuando me las cojo. –Romi abrió los ojos y lo miro fijamente tenía una cara como embobada- movete suavecito y seguí mirándome. Sabes que a todas las perritas que me cogí les hice un hijo... –Romi no decía nada gemía y lo seguía mirando fijo a los ojos- no hay ninguna que me haya calentado y no haya quedado llena. Esa es la relación para mi con las perras como vos..., cuando me calientan me las cojo y las lleno.., y después los boludos como Oscar y tu marido llevan a pasear a mis hijos a la plaza muy felices- la tomo de la cintura y la empezó a mover sobre él mientras como podía en la posición en que estaba trataba de mover su cintura también- Quiero que lo llames a tu marido al trabajo, le vas a hablar bien melosa yo te voy a decir lo que le tenes que decir.
- Pero el teléfono esta en la pieza...
- Anda a buscarlo. –Romi se salió de encima de él y fue hacia el cuarto a buscarlo, ni me miro, mientras volvía hacia la cocina le dijo que no me dejaban recibir llamados
- Llamalo al celular, entonces..., y no me vas a decir que no tiene... –puse mi celular en vibrador. Don José la volvió a acomodar sobre él, le dio un cachete suave para que abriera los ojos y lo mirara- Llamalo ahora bien melosa, eh... –me fui hacia el cuarto y vibró mi celular, lo atendí sin contestar. Volví a salir sabiendo que igual yo no iba a contestarle nada, sino me delataría automáticamente. Don José se acerco al oído de Romi y le dijo algo Romi hablo. Su voz sonaba muy melosa
- Hola mi amor te extraño mucho..., a que hora vas a venir... –el don no le preguntaba que le contestaba seguía el la conversación sin importar lo que supuestamente yo estaría diciendo.
- Es que me siento tan llenita y tan a gusto..., me encanta sentirme así... llenita..., me encantaría que estuvieras acá. Me siento solita... –se alejo el teléfono de la boca y empezó a tener un orgasmo muy grande, cerro sus ojos y don José le dio un cachete para que los abriera, la miro sonriendo y la clavó como pudo en la posición en que estaba tomándola además de las caderas. Le volvió a hablar al oído.
- No tardes mucho mi amor..., quiero sentir la lechita bien adentro..., quiero estar vacía para que me vuelvas a llenar..., -don José tomo el teléfono y cortó.
- Viste que caliente te pusiste..., sabes que es verdad lo que le dijiste...?
- Que cosa...?
- Que estás esperando estar vacía..., -Romi empezó a mover sus caderas más frenéticamente-
- Si es verdad..., no veo el momento de estar vacía... –el don la miraba sonriente-
- Viste que linda pancita le hice a la esposa de mi hijo...
- Si quiero que me hagas una más linda... –Romi acabo nuevamente mientras le mordía fuerte el hombro, el don volvió a tomarla de las caderas y empezó a hacerla subir ahora si más rápido, la movía sobre su pija acompasando el movimiento con su cintura clavándola, don José se tensó también, mientras la clavaba contra el Romi gemía ahora fuerte y sin ningún control mientras le volvía a morder fuerte el hombro. Se quedaron un largo rato en la posición, solo se miraban, Romi quería besarlo y el don no la dejaba.
- Esta pija que sentís y que todavía sigue dura, es para que la disfrutes..., pero no te pertenece ni a vos ni a ninguna otra..., es la que te va a llenar ni bien se pueda. Romi empezó a llorar- Ya se que lo entendés, todas lo entienden.- se quedaron todavía un tiempo larguisimo más Romi se movía sobre él acompasadamente. El don ni siquiera le había tocado el culo. Romi le pregunto si le iba a hacer la cola también.
- Eso es de mariquitas..., a mi me gustan las hembras..., y las dejo marcadas de la única forma que se puede..., llenándolas...-Romi le dijo que estaba cansada, el don la sacó de encima de él, su pija estaba bien dura y parecía la de un jovencito, por lo dura que estaba, se puso de pie y atrayéndola hacia él la abrazo, la levanto, mientras yo me zambullía en el cuartito y pasó llevándola hacia el cuarto, la acostó suavemente en la cama, volvió a la cocina, se vistió con calma, se cebo unos mates y se fue, Romi se había quedado profundamente dormida sobre la cama.
Romina y yo camino al infierno 12
Ni bien el don se fue, salí del cuarto de las porquerías, primero fui hacia la cocina y me cebe un mate. La ropa de Romi estaba tirada por toda la cocina. Fui hacia el cuarto Romi estaba desnuda sobre la cama, nunca había visto en su rostro tal placidez y relajación, dormía profundamente, por entre sus piernas separadas veía salir el semen que don José le había inyectado con su miembro. Me sentía caliente, además tenía una sensación rara, mezcla de celos, dudas, miedos. La mire a Romi desnuda y evocando todo lo pasado me empecé a masturbar bastante violentamente al costado de la cama. Al poco rato mi pija exploto y le apunte a Romi, mi leche cayo sobre sus pechos y vientre salpicándola abundantemente, Romi ni lo notó se movió un poco en la cama y siguió durmiendo.
Al día siguiente cuando volví del trabajo Romi estaba con la nena en el jardín, ella arreglaba el jardín mientras la nena jugaba con sus juguetes. Prepare el mate y la llame a la cocina, la nena vino corriendo a saludarme, me abrazó fuerte y me dio dos besos muy grandes mientras me decía que era su papá hermoso y demás cosas, Romi entro tras ella su pancita al aire, me miró sonriente, mientras le acercaba un mate. La nena volvió a salir hacia el jardín. Yo hable.
- Me parece que tenemos que hablar de lo de ayer.
- Vos lo viste bien, algo nuevo..., sin palabras... –romi me dio el mate, se dio la vuelta y volvió al jardín. Salí detrás de ella necesitaba aclarar la situación aunque en realidad sin saber muy bien que pasaba entendía la situación como Romi pretendía explicar.
- Y ahora que va a pasar.
- Vamos a pasar una hermosa tarde juntos..., a cenar..., jugar con nuestra hija.
- Sabes a que me refiero.
- No va a pasar nada..., mañana claro..., pasado no sabemos. Sonrió con cara de malicia y siguió trabajando. Yo fui a hacer la comida y la pasamos realmente bien, esa noche hicimos el amor muy calientes y sin palabras. La semana pasó sin novedad. El martes volví del trabajo y al entrar todo estaba en silencio. La nena no estaba por ningún lado, romi tampoco. Entré en el cuarto y la vi a Romi otra vez desnuda en la cama, en su rostro la misma placidez. Me acerque a ver entre sus piernas y restos de semen bien frescos salían de ella. Me sentía molesto, violento. No sabía que hacer. Salí hacia la cocina y me prepare unos mates y me fui a sentarme al jardín para tomarlos. A la media hora apareció romi con su calcita y su remerita cortita. Me dio un beso y se sentó en una silla a mi lado. Yo miraba hacia el frente no la miraba. Romi hablo.
- La verdad es que me desperté caliente. Vos te habías ido a trabajar. La nena dormía. La llame a mi cuñada para ver si la podía pasar a buscar a la nena a la salida del jardín y me dijo que le encantaría que mañana me la traía. Llame al celular de José. Me atendió y le dije: Quiero pija..., escuche su risa y me dijo a que hora quería que venga. A la una me parecía bien, la nena ya estaba en el jardín, a esa hora, una y media me aseguró que llegaría. –romi se puso de costado bajo el cierre de mi vaquero y libero mi pija del pantalón, me empezó a pajear lentamente.- Cuando José llego fuimos directo a la pieza, yo ya lo esperaba desnuda, solo con una tanguita puesta. Como te late la pija. –Me la mantuvo apretada sin pajearme y continúo con su historia.- cuando entramos al cuarto me sonrió con cara de perverso, me puso de rodillas delante de él y me la dio para que se la chupe, me ayudo a pararme y me dijo que me arrodillara al borde de la cama, que se desnudaba y venía. Así lo hizo y me fue penetrando lentamente. Me dijo. Así te tendría que romper el culo porque no te veo los ojos, así que se salió enseguida de mi y se acostó en la cama, me hizo que lo montara y me estuvo cogiendo calmada y pausadamente, siempre sin dejar que lo besara, aunque me moría de ganas de hacerlo y haciendo que lo mirara a los ojos. Entonces hablo y me dijo que era una perrita deliciosa y que sabía que me iba a llenar ni bien estuviera vacía, que no veía la hora de dejarme un hijo adentro. Me pregunto si me gustaría, yo me mordí el labio como respuesta mientras lo miraba como si fuera su sierva. me sentía suya y deseaba que me llenara, deseaba estar vacía para que me hiciera un hijo. No te puedo explicar la sensación, me sentía íntegramente de él, en un momento lo empecé a coger mas violentamente quería sacarle la leche y de tanto apretarlo con mis paredes sentía que se venía y mi orgasmo se acopló al de él. Su pija a pesar de la edad que tiene seguía bien dura. No se si tendrá que ver con que practique artes marciales o si había tomado algo antes de venir, me giro en la cama y se fue al baño, cuando volvió se acomodó con suavidad sobre mi y volvió a su tarea de cogerme, tranquilo..., pausado..., dominándome..., dominando la situación..., me pregunto si alguna vez me habían meado y le dije que no..., me hizo arrodillar al lado de la cama y se meó en mi, me sentí confundida pero a la vez estaba cada vez más caliente abría la boca para tragar su meada. El se reía y me decía que lo siguiera mirando a la cara. Me hizo poner de vuelta en la cama y me estuvo cogiendo por un montón de tiempo, me sacó varios orgasmos, me retorcía los pezones haciéndome doler y me encantaba, me cogió hasta que dijo que se le hacía tarde y exploto mientras me apretaba el cuello con fuerza haciéndome faltar el aire y dándome uno de los orgasmos mas grandes de mi vida. –romi volvió a pajearme y continúo.- prácticamente me desmaye, lo siguiente que escuche fue la puerta de calle que se cerraba y me quede dormida –me había hecho explotar a mí también y me miraba con cara de perversa.- Romi se puso de pie y se fue hacia la cocina.
Esa noche no quiso que la cogiera, no le parecía bien, me dijo.
- Me gusta que seas pajero. Me aseguro y dándose la vuelta en la cama se durmió. Yo me sentía enojado, tome el aceite y le lubrique el culo, se la clave sin contemplaciones, Romi se despertó enojada, pero me empujaba con el culo fingiendo.
- Dale cornudo, consolate con las sobras que te dejan, maricona..., haceme el culito..., dale puto..., Yo estaba cada vez más violento y la cogía a fondo queriendo hacerle daño, Romi se reía..., dale putito..., dale que el Don me va a seguir cogiendo igual... aunque te enojes... Explote al fondo de su culo y ella también tuvo su orgasmo, habíamos tomado vino y los dos nos quedamos dormidos sin siquiera darnos cuenta, me desperté desnudo, molesto y con dolor de cabeza a la mañana siguiente.
Romina y yo camino al infierno 8
Paso casi un mes, la relación con Romi atravesaba un pico de fogosidad como hacía muchisimo tiempo no habíamos tenido, solía ahora penetrarla por su hermoso culito ante el beneplácito de ambos, me corría abundantemente al fondo de su culo y Romi me regalaba unos deliciosos orgasmos. El problema empezó en el trabajo había pasado casi un mes desde que había empezado a trabajar y Romi ni siquiera había pasado por el trabajo. El jefe me citó en su oficina y me hizo algunos comentarios sobre el tema, que esperaba que mi esposa nos visitara o que por lo menos lo invitáramos a cenar. En casa hable con Romi del tema y me dijo que no era su problema, que había renunciado ella misma porque no quería que nadie la forzara a nada y menos por dinero, arreglate como puedas me dijo sonriendo. La verdad que no me importaba en lo más mínimo el tema, volvería a trabajar con la moto si era necesario. En la cena estabamos muy animados, la nena jugaba y se reía, termino de comer y se fue a jugar a su cuarto. Ayude a levantar la mesa, llevando las cosas a la cocina mientras dejaba los platos en la pileta Romi me apretó de atrás y me beso en el cuello. Lo llame a Oscar un par de veces en estos días. Mi pija dio un salto pero también me asuste, Romi me la apretó fuerte y me dijo que me quedara tranquilo, que no iba a pasar nada raro. Gire y nos besamos y acariciamos, me dijo que me desnudara y me acostara en la cama, que ella acostaba a la nena y después venía, estuve leyendo un rato en la cama y por el cansancio me quede dormido, la luz del velador encendida, cuando me desperté Romi estaba vestida con una camisa blanca sin sujetador unas medias con liguero y una mini escocesa tipo colegiala, bailaba sensualmente, cerró con llave la puerta de la pieza y me dijo que me desnudara, se acomodo a mis pies poniéndose de costado para no aplastar su hermosa pancita de cuatro meses y empezó a juguetear con mi pija.
Pense en cogérmelo de nuevo a Oscar, pero parece que esta muy caído..., le dio un besito a mi pija y siguió. Parece que la esposa esta embarazada de dos meses...
Y cual es el problema..., mi pija empezó a bajar, no me parecía momento para hablar de eso.
Te estas enfriando..., claro no tendría que hablar de esto..., vino al lado mío y se acostó boca arriba. Que desubicada... –su tono tenía un tono perverso que me producía cierta incomodidad.- a quien le importa si Oscar esta bajoneado. La esposa esta embarazada de dos meses y el me dijo que tuvo problemas en los testiculos y que le costaba bastante dejar embarazada a la mujer.
Romi no te entiendo, a donde querés llegar.
Bueno..., hace seis meses que esta viviendo con él, el papá, es un hombre de unos cincuenta y cinco, más o menos, medio rufián parece... –mi pija pareció reaccionar, no entendía muy bien adonde íbamos, pero me daba cuenta que Romi algo se traía. Ella vio como crecía mi pija y sonrió. Hay amor no te entusiasmes. Vino del interior y hace seis mese que esta viviendo en la casa de ellos...
Y el esta bajoneado porque tiene miedo que sea hijo de su papá?
Muy bien perrito...
y..., Nosotros que?
Bueno vos sabes que soy muy solidaria..., si bien vos estás muy caliente últimamente y no me haces faltar nada de la pija que necesito... –mi pija estaba como un fierro y Romi la lengüeteaba de nuevo mientras me pajeaba suavemente, la miraba con cara de vicio- Que lindo que estés tan caliente últimamente. Bueno vuelvo al grano, se me ocurrió ofrecerle que viniera con la esposa y el papá el domingo a comer un asado. –mi pija dio un salto- Que rápido que me entendes..., me voy a vestir bien elegante y bueno..., lo voy a sondear un poquito... –la tome de la mano y la atraje hacia mi, no tenía ropa interior, con la mini puesta se acomodo sobre mi y se la fue metiendo lentamente empezándome a coger lentamente pero moviendo mucho sus caderas se la clavaba bien a fondo casi sentada sobre mi, su cuerpo estaba bien derecho sus tetas con los pezones bien duros y se mordía el labio inferior, estuvimos un largo rato sin hablar, teníamos una calentura mayor los dos, Romi tomo mi mano y llevo uno de mis dedos a su culo. Se lo clavo a fondo y luego tomando otro me lo hizo meter, la empece a coger con los dedos mientras la tenía clavada bien duro con mi pija, se acomodo como pudo sobre mi pecho y tuvo un orgasmo que la dejó relajada sobre mí. Yo seguía sin acabar, Romi se salió de encima mío y volvió a acostarse en la cama.
Ay amor, estás hecho un potro últimamente..., me matas..., o será el embarazo..., o quizás las fantasías que estoy teniendo...,
Y porque no me seguís contando como lo pensas zondear... –se puso de perrito en la cama agarró el aceite de la mesa de luz y se lubrico bien el culo. Inmediatamente me acomode y se la deje ir al fondo de su culo. Volvió a tener un orgasmo que parecía no tener fin, doblo sus brazos y su cabeza cayo sobre la almohada. Estuvimos otro largo rato sin hablar. Después Romi dijo:
Bueno..., lo voy a estudiar un poco..., calentarlo..., y si es un rufián..., como dice Oscar..., algo se le va a ocurrir..., lo hago por el pobre Oscarcito..., dijo con esa voz de puta que me vuelve loco. Si me lo cojo al papá es solo para saber si es un degenerado..., nada más..., me das permiso perrito...?
No se...,
No me obligues a que vuelva a ser mala con vos...
Y como serías mala...?
Queres probar...?
No
Bueno entonces antes de seguir toma el teléfono y llámalo a Oscar..., confirmale la invitación para el Domingo y que venga con el papá..., cornudo... –tome el teléfono que estaba sobre la mesa de luz sin sacar mi pija del culo de Romi. Llame a su casa, me atendió la esposa, que me paso con él, le confirme que lo esperábamos el domingo con Romi para el asado, que Romi iba a encargarse de estudiar al papá, su voz sonaba apagada cuando me dio las gracias, parecía otra persona. Tire el inalámbrico al costado nuestro y empecé a bombearla a Romi con toda la fuerza, mientras Romi decía:
La perrita vuelve a las andadas..., quiere leche de señor mayor... - explote en el fondo de su culo y caímos acostados sobre la cama, tuve miedo de haberla aplastado nos pusimos de costado, mi pija seguía dura en el fondo de su culo- Acabaste y seguís duro...., te calienta ser cornudo..., siempre te da calentura extra... –se salió de mi pija y se acomodó a chupármela. El domingo me voy a comer al papi de Oscar..., me vas a volver a coger usada..., - hablaba y me pajeaba- ojalá que le guste al viejito..., si ya se cogió a la perrita esa capaz que está enganchado y no le gusto..., me vas a ayudar a elegir ropa linda..., no...? –Dijo mientras me hacía acabar nuevamente mientras me pajeaba.
Romina y yo camino al infierno 10
Finalmente nos sentamos a comer, me sentía raro, lo miraba a Oscar, a su mujer, después seguía con su padre y me parecía imposible que hubiera hecho lo que Romi decía. Obviamente que sabia que Romi no tenía ningún motivo para mentirme. En dos oportunidades don José se puso de pie y volvió a poner brindis por los felices futuros papás, todos brindamos, mientras la nena corría feliz por el jardín. La comida me pareció larguísima, no tenía claro que pasaría a continuación. Cuando finalizamos de almorzar y luego de un rato de sobremesa Romi le pregunto a don José si lo ayudaba con los platos, yo sentí nacer un impulso y le dije que yo lo haría, nunca había intentado cortar un juego nuestro, algo no me olía bien. Don José, me corto sin darme cuenta casi, dijo:
- Bárbaro, son muchos platos para que los lleve solo, - me dio una pila que tenía en la mano, empezó a tomar otros y agregó- Llevalos a la cocina, que ahora yo llevo los otros y le doy una mano a tu señora, así vos mientras entretenes a tus invitados, que están hartos de estar conmigo.
Me cerró cualquier posibilidad a negarme, me sentía caliente y molesto, no podía argumentar nada, fui con los platos a la cocina, mientras me acercaba, me daba cuenta que aunque la pileta estaba junto a la ventana, por los vidrios y la diferencia de luz no se veía nada para adentro. Cuando estaba saliendo de la cocina entraba Romi, retrocedí unos pasos y la vi en la pileta, ya había empezado a lavar. Me aleje de la cocina y trate de mirar si la veía desde el jardín pero no se veía nada. Cuando estaba llegando a la mesa, don José salió con los platos hacia la cocina, paso un rato largo, habrán sido unos veinte minutos y Don José salió caminando normalmente de la cocina, no había nada raro en su aspecto. Yo no aguante y me fui a la cocina quería saber que había pasado. Cuando entré Romi estaba mirando hacia el jardín, con la panza apoyada en la pileta, su calza entre las piernas su culito al aire, me acerque despacio, no podía dar crédito a lo que veía, me parecía imposible que realmente don José hubiera hecho algo. Romi no dijo nada, me sentía raro, separé sus glúteos y vi que la leche de Don José empezaba a salir del coño de Romi, acerque la cabeza de mi pija y junte la leche que salía de su coño con ella. Separe los glúteos y empecé a llevar la leche que salía con mi pija hacia el aguejerito de su culo. Romi gemía cada vez más fuerte, pero no decía palabra. Cuando me pareció que tenía bastante lubricante la empecé a penetrar lentamente por su culo. Romi me empujaba como fingiendo rechazarme, me acerque a su oido:
- Mira como te encuentro en la cocina, puta..., así que te hiciste coger otra vez..., No hablas hoy..., te dejo muda?..., parece que te gustó.... –Romi no contestaba nada, me di cuenta que estaba teniendo una serie encadenada de orgasmos, siempre me humillaba o hacía comentarios luego de que la hubieran cogido, me molestaba la situación, me daba cuenta que la situación había sido completa, que no me necesitaba para nada el don la había dejado satisfecha.
- Me quiere venir a ver en la semana..., - la agarre bien fuerte de las caderas y la empece a bombear muy violentamente, no me importaba si la lastimaba- le dije que estaba bárbaro pero que me llame mañana a la tarde cuando vos estés trabajando así arreglamos para algún día.
- Y, no me pensabas consultar?...., - Romi no contestaba solo gemía, la seguí bombeando y la vi a la esposa de Oscar poniéndose de pie, descargue toda mi leche en el culo de Romi, me daba igual si venía hacia la cocina, solo se acercó hacia el limonero, igual si hubiera venido a la cocina no me hubiera detenido. Ni siquiera le di un beso ni nada a Romi, guarde mi pija y salí hacia el patio, necesitaba tomar aire. Me fui hacia la parrilla y me dedique a apagar el fuego. Don José se acerco y me preguntó si me sentía bien. No pude mirarlo, pero le dije que si que estaba todo bien.
- Paso algo con tu mujer?
- No, esta todo bien quédese tranquilo.
Al rato apareció Romi con unos platos de postre, enseguida traigo el helado dijo, Romi no lo miraba siquiera al don, estaba igual que la esposa de Oscar, don José tampoco la miraba solo nos miraba al hijo y a mí. Romi le pidió a Oscar si la ayudaba con el helado. Fueron hacia la cocina, no sabía si acercarme o no, decidí hacerlo para que no hubiera dudas y que don José no pensara que Oscar se la cogía a Romi, pensaba que encontraría al entrar en la cocina, pero solo estaba Romi sacando el helado de la heladera y Oscar agarrando cada bandeja que le daba mientras le preguntaba que había pasado con su padre. Romi me miro sobre el hombro de Oscar mientras le contestó.
- Nada, me parece que estas un poco paranoico nada más.
Salí de la cocina profundamente molesto, no veía porque Romi lo cubriría al don a no ser que fuera porque no quisiera cortar algo entre ellos.
Romina y yo camino al infierno 11
El lunes a la mañana antes de salir al trabajo me acerque a la cama y la desperté a Romi, me miro y me saludo con un beso.
- Que pensas hacer le pregunte?
- Voy a llevar la nena a la casa de mi hermano mañana y le voy a decir a José que estoy sola.
- Y yo?
- Vos tenes que trabajar..., además que no creo que le guste cogerme con público..., me parece que no es su estilo.
- Decile que yo trabajo hasta la medianoche y que recién a las siete podes llevarle la nena a tu hermano, yo me encargo de que no me descubran escondido.
- Y si te ve...?
- No se dije, me di media vuelta y me fui, me sentía bastante mal, a Romi no le importaba lo más mínimo si yo estaba presente o no, en realidad le molestaba mi presencia, pero no podía decir nada. Cuando volví del trabajo no le pregunté si había hablado algo o no, Romi tampoco dijo nada. El martes pedí permiso para salir diez minutos antes llegue a casa a las siete menos veinte, Romi entró al rato, venía de la casa de su hermano. Se vistió así nomás, un jogging de entrecasa y una remerita corta, calentó el mate y me convido uno, ninguno de los dos dijo nada, nos miramos en silencio, de golpe se había instalado un abismo, parecíamos dos extraños y lo sentíamos. Paso un rato en que el mate fue y vino y sonó el timbre, estaba descalzo para no hacer ruido, salí hacia el cuarto de las porquerías y me escondí ahí. Romi entro primero y don José atrás, caminaron hacia la cocina, no me animaba a salir tenía miedo que me descubrieran. No escuchaba nada, me asomé como pude. Don José no dijo nada tomo solo unos mates sentado mientras Romi se los cebaba de pie, lo único que había escuchado como dialogo había sido el buenas tardes del saludo. Don José le pasó el mate a Romi y empezó a desnudarse lentamente en la cocina, se sentó desnudo. Romi dejó el mate en la mesada y se acerco respirando entrecordamente hacia él, tenía las mejillas coloradas, se acercó a besarlo y don José la tomó de la nuca y le dijo que los besos eran para los enamorados. La hizo poner de rodillas y tomándola de la nuca la hacía acercarse y alejarse de su pija, por ratos se la dejaba chupar y a ratos la retenía alejada. En un momento la soltó y dijo:
- Párate y desnudate despacio. –Así lo hizo Romi, cuando estaba desnuda se quedo parada al lado de él- ahora acomódate despacio sobre mí, mirándome. –Romi se subió sobre él y se fue metiendo su pija lentamente los dos quedaron de frente, don José le chupaba las tetas a Romi con suavidad y detenimiento, en un momento la miró y Romi tenía los ojos cerrado, la tomo de los pelos y le dijo.
- Abrí los ojos, me gusta que me miren cuando me las cojo. –Romi abrió los ojos y lo miro fijamente tenía una cara como embobada- movete suavecito y seguí mirándome. Sabes que a todas las perritas que me cogí les hice un hijo... –Romi no decía nada gemía y lo seguía mirando fijo a los ojos- no hay ninguna que me haya calentado y no haya quedado llena. Esa es la relación para mi con las perras como vos..., cuando me calientan me las cojo y las lleno.., y después los boludos como Oscar y tu marido llevan a pasear a mis hijos a la plaza muy felices- la tomo de la cintura y la empezó a mover sobre él mientras como podía en la posición en que estaba trataba de mover su cintura también- Quiero que lo llames a tu marido al trabajo, le vas a hablar bien melosa yo te voy a decir lo que le tenes que decir.
- Pero el teléfono esta en la pieza...
- Anda a buscarlo. –Romi se salió de encima de él y fue hacia el cuarto a buscarlo, ni me miro, mientras volvía hacia la cocina le dijo que no me dejaban recibir llamados
- Llamalo al celular, entonces..., y no me vas a decir que no tiene... –puse mi celular en vibrador. Don José la volvió a acomodar sobre él, le dio un cachete suave para que abriera los ojos y lo mirara- Llamalo ahora bien melosa, eh... –me fui hacia el cuarto y vibró mi celular, lo atendí sin contestar. Volví a salir sabiendo que igual yo no iba a contestarle nada, sino me delataría automáticamente. Don José se acerco al oído de Romi y le dijo algo Romi hablo. Su voz sonaba muy melosa
- Hola mi amor te extraño mucho..., a que hora vas a venir... –el don no le preguntaba que le contestaba seguía el la conversación sin importar lo que supuestamente yo estaría diciendo.
- Es que me siento tan llenita y tan a gusto..., me encanta sentirme así... llenita..., me encantaría que estuvieras acá. Me siento solita... –se alejo el teléfono de la boca y empezó a tener un orgasmo muy grande, cerro sus ojos y don José le dio un cachete para que los abriera, la miro sonriendo y la clavó como pudo en la posición en que estaba tomándola además de las caderas. Le volvió a hablar al oído.
- No tardes mucho mi amor..., quiero sentir la lechita bien adentro..., quiero estar vacía para que me vuelvas a llenar..., -don José tomo el teléfono y cortó.
- Viste que caliente te pusiste..., sabes que es verdad lo que le dijiste...?
- Que cosa...?
- Que estás esperando estar vacía..., -Romi empezó a mover sus caderas más frenéticamente-
- Si es verdad..., no veo el momento de estar vacía... –el don la miraba sonriente-
- Viste que linda pancita le hice a la esposa de mi hijo...
- Si quiero que me hagas una más linda... –Romi acabo nuevamente mientras le mordía fuerte el hombro, el don volvió a tomarla de las caderas y empezó a hacerla subir ahora si más rápido, la movía sobre su pija acompasando el movimiento con su cintura clavándola, don José se tensó también, mientras la clavaba contra el Romi gemía ahora fuerte y sin ningún control mientras le volvía a morder fuerte el hombro. Se quedaron un largo rato en la posición, solo se miraban, Romi quería besarlo y el don no la dejaba.
- Esta pija que sentís y que todavía sigue dura, es para que la disfrutes..., pero no te pertenece ni a vos ni a ninguna otra..., es la que te va a llenar ni bien se pueda. Romi empezó a llorar- Ya se que lo entendés, todas lo entienden.- se quedaron todavía un tiempo larguisimo más Romi se movía sobre él acompasadamente. El don ni siquiera le había tocado el culo. Romi le pregunto si le iba a hacer la cola también.
- Eso es de mariquitas..., a mi me gustan las hembras..., y las dejo marcadas de la única forma que se puede..., llenándolas...-Romi le dijo que estaba cansada, el don la sacó de encima de él, su pija estaba bien dura y parecía la de un jovencito, por lo dura que estaba, se puso de pie y atrayéndola hacia él la abrazo, la levanto, mientras yo me zambullía en el cuartito y pasó llevándola hacia el cuarto, la acostó suavemente en la cama, volvió a la cocina, se vistió con calma, se cebo unos mates y se fue, Romi se había quedado profundamente dormida sobre la cama.
Romina y yo camino al infierno 12
Ni bien el don se fue, salí del cuarto de las porquerías, primero fui hacia la cocina y me cebe un mate. La ropa de Romi estaba tirada por toda la cocina. Fui hacia el cuarto Romi estaba desnuda sobre la cama, nunca había visto en su rostro tal placidez y relajación, dormía profundamente, por entre sus piernas separadas veía salir el semen que don José le había inyectado con su miembro. Me sentía caliente, además tenía una sensación rara, mezcla de celos, dudas, miedos. La mire a Romi desnuda y evocando todo lo pasado me empecé a masturbar bastante violentamente al costado de la cama. Al poco rato mi pija exploto y le apunte a Romi, mi leche cayo sobre sus pechos y vientre salpicándola abundantemente, Romi ni lo notó se movió un poco en la cama y siguió durmiendo.
Al día siguiente cuando volví del trabajo Romi estaba con la nena en el jardín, ella arreglaba el jardín mientras la nena jugaba con sus juguetes. Prepare el mate y la llame a la cocina, la nena vino corriendo a saludarme, me abrazó fuerte y me dio dos besos muy grandes mientras me decía que era su papá hermoso y demás cosas, Romi entro tras ella su pancita al aire, me miró sonriente, mientras le acercaba un mate. La nena volvió a salir hacia el jardín. Yo hable.
- Me parece que tenemos que hablar de lo de ayer.
- Vos lo viste bien, algo nuevo..., sin palabras... –romi me dio el mate, se dio la vuelta y volvió al jardín. Salí detrás de ella necesitaba aclarar la situación aunque en realidad sin saber muy bien que pasaba entendía la situación como Romi pretendía explicar.
- Y ahora que va a pasar.
- Vamos a pasar una hermosa tarde juntos..., a cenar..., jugar con nuestra hija.
- Sabes a que me refiero.
- No va a pasar nada..., mañana claro..., pasado no sabemos. Sonrió con cara de malicia y siguió trabajando. Yo fui a hacer la comida y la pasamos realmente bien, esa noche hicimos el amor muy calientes y sin palabras. La semana pasó sin novedad. El martes volví del trabajo y al entrar todo estaba en silencio. La nena no estaba por ningún lado, romi tampoco. Entré en el cuarto y la vi a Romi otra vez desnuda en la cama, en su rostro la misma placidez. Me acerque a ver entre sus piernas y restos de semen bien frescos salían de ella. Me sentía molesto, violento. No sabía que hacer. Salí hacia la cocina y me prepare unos mates y me fui a sentarme al jardín para tomarlos. A la media hora apareció romi con su calcita y su remerita cortita. Me dio un beso y se sentó en una silla a mi lado. Yo miraba hacia el frente no la miraba. Romi hablo.
- La verdad es que me desperté caliente. Vos te habías ido a trabajar. La nena dormía. La llame a mi cuñada para ver si la podía pasar a buscar a la nena a la salida del jardín y me dijo que le encantaría que mañana me la traía. Llame al celular de José. Me atendió y le dije: Quiero pija..., escuche su risa y me dijo a que hora quería que venga. A la una me parecía bien, la nena ya estaba en el jardín, a esa hora, una y media me aseguró que llegaría. –romi se puso de costado bajo el cierre de mi vaquero y libero mi pija del pantalón, me empezó a pajear lentamente.- Cuando José llego fuimos directo a la pieza, yo ya lo esperaba desnuda, solo con una tanguita puesta. Como te late la pija. –Me la mantuvo apretada sin pajearme y continúo con su historia.- cuando entramos al cuarto me sonrió con cara de perverso, me puso de rodillas delante de él y me la dio para que se la chupe, me ayudo a pararme y me dijo que me arrodillara al borde de la cama, que se desnudaba y venía. Así lo hizo y me fue penetrando lentamente. Me dijo. Así te tendría que romper el culo porque no te veo los ojos, así que se salió enseguida de mi y se acostó en la cama, me hizo que lo montara y me estuvo cogiendo calmada y pausadamente, siempre sin dejar que lo besara, aunque me moría de ganas de hacerlo y haciendo que lo mirara a los ojos. Entonces hablo y me dijo que era una perrita deliciosa y que sabía que me iba a llenar ni bien estuviera vacía, que no veía la hora de dejarme un hijo adentro. Me pregunto si me gustaría, yo me mordí el labio como respuesta mientras lo miraba como si fuera su sierva. me sentía suya y deseaba que me llenara, deseaba estar vacía para que me hiciera un hijo. No te puedo explicar la sensación, me sentía íntegramente de él, en un momento lo empecé a coger mas violentamente quería sacarle la leche y de tanto apretarlo con mis paredes sentía que se venía y mi orgasmo se acopló al de él. Su pija a pesar de la edad que tiene seguía bien dura. No se si tendrá que ver con que practique artes marciales o si había tomado algo antes de venir, me giro en la cama y se fue al baño, cuando volvió se acomodó con suavidad sobre mi y volvió a su tarea de cogerme, tranquilo..., pausado..., dominándome..., dominando la situación..., me pregunto si alguna vez me habían meado y le dije que no..., me hizo arrodillar al lado de la cama y se meó en mi, me sentí confundida pero a la vez estaba cada vez más caliente abría la boca para tragar su meada. El se reía y me decía que lo siguiera mirando a la cara. Me hizo poner de vuelta en la cama y me estuvo cogiendo por un montón de tiempo, me sacó varios orgasmos, me retorcía los pezones haciéndome doler y me encantaba, me cogió hasta que dijo que se le hacía tarde y exploto mientras me apretaba el cuello con fuerza haciéndome faltar el aire y dándome uno de los orgasmos mas grandes de mi vida. –romi volvió a pajearme y continúo.- prácticamente me desmaye, lo siguiente que escuche fue la puerta de calle que se cerraba y me quede dormida –me había hecho explotar a mí también y me miraba con cara de perversa.- Romi se puso de pie y se fue hacia la cocina.
Esa noche no quiso que la cogiera, no le parecía bien, me dijo.
- Me gusta que seas pajero. Me aseguro y dándose la vuelta en la cama se durmió. Yo me sentía enojado, tome el aceite y le lubrique el culo, se la clave sin contemplaciones, Romi se despertó enojada, pero me empujaba con el culo fingiendo.
- Dale cornudo, consolate con las sobras que te dejan, maricona..., haceme el culito..., dale puto..., Yo estaba cada vez más violento y la cogía a fondo queriendo hacerle daño, Romi se reía..., dale putito..., dale que el Don me va a seguir cogiendo igual... aunque te enojes... Explote al fondo de su culo y ella también tuvo su orgasmo, habíamos tomado vino y los dos nos quedamos dormidos sin siquiera darnos cuenta, me desperté desnudo, molesto y con dolor de cabeza a la mañana siguiente.
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