Romina y la trampa del deseo 3
En una semana nada más Romi arregló todo con su mamá para que cuidara a la nena, arreglo telefónicamente con el jefe que trabajaría sólo de mañana, estaba recontenta. La noche del domingo antes de empezar, cogimos como hacía mucho no lo hacíamos. Ella me humillaba y maltrataba todo el tiempo diciéndome lo cornudo y pajero que iba a volver a ser y que la iban a enfiestar y yo ni siquiera iba a participar. A los dos nos calentaba la situación. Fuimos juntos al trabajo, uno de los empleados le mostró a Romi cual sería su escritorio que estaba justo enfrente del mío. Una vez que se acomodó iba a ir a saludar al jefe, me pidió que la acompañara así la presentaba, me dijo delante de los otros empleados. Éramos diez en total en esa oficina, tres mujeres, además de Romi y seis muchachos más además de mi. Fuimos caminando hacia la oficina del jefe romi meneaba su culito todo el tiempo por la oficina por lo que todos ya empezaban a mirarla más detenidamente.
Cuando entramos el jefe estaba terminando una llamada telefónica, se puso de pie y vino hacia nosotros. Me dio la mano y se quedó mirándola a romi.
-Date vuelta, levantate la mini..., quiero ver que interiores tenes..., -Romi se había puesto una bombacha normal- Eso es horrible, sacatelo y quedate sin nada..., y cada vez que te sientes delante de alguno de los muchachos trata de abrir bien las piernas..., me encanta pensar que te puedan ver..., -mi pija estaba más al palo que nunca. El jefe bajo su mano y empezó a acariciarle el culo.
-Que duro lo tenes..., queres que te lo haga...?
-Como Ud. quiera señor..., Ud. es el jefe.... –La tomó de la mano y la llevo hacia su escritorio, la acomodo sobre él y sacando un tarrito de su escritorio le lubrico bien el culo con eso. Se acomodo detrás de ella y se la dejo ir. Yo seguía parado en el medio de la oficina.
-Ud. ya puede retirarse, si lo necesito lo llamo. –me sentía humillado y caliente. Cuando salí de la oficina todos me jodían con lo buena que estaba Romi y que no la dejara mucho tiempo con el jefe. Al rato salió romi, yo note sus mejillas coloradas, me miro y me dijo.
-Tengo la colita llena..., no hay un lugar donde podamos ir...?, -no se me ocurría pero finalmente se me ocurrió un cuartito donde dejan las cosas de limpieza. Hacia ahí fuimos lo más rápido posible, entramos y cerré la puerta trabada desde adentro. Se apoyo en la pared y levanto la mini hacia su cintura. Se separo los glúteos.
-Me dijo el jefe que la dejo para vos..., que la disfrutes..., -empecé a chuparla y romi se ponía cada vez más caliente- Me dijo que ya habló con el chico de la limpieza... –y empezó a gemir cada vez mas fuerte- Quiere que sea el sábado..., en nuestra casa o en la de él..., le da lo mismo...
-Que hijo de puta,
-No digas así..., mira todo lo que hace por nosotros..., si le hubiera dicho a Oscar que quería que me enfiesten se hubiera ofendido..., que suerte encontrar alguien tan bueno como tu jefe..., nuestro... –En un momento se giro y me hizo levantar, me beso y me miró profundo con esos ojos verdes como hacía mucho no lo hacía. Con su mano me apretó la pija. La libero del pantalón y empezó a pajearme.
-Cornudo...!!!, cornudo...!!!, me vas a ver llena de pija..., por adelante y por atrás..., te vas a hacer la pajita...? y sonrió bien perversa al sentir mi pija explotando en su mano.
El día siguiente estuvo bastante tiempo trabajando en el escritorio, en un momento el jefe la llamo, estuvo un rato en la oficina. Cuando salió me acerque al escritorio y me confirmo que habían arreglado para el sábado en lo del jefe. Sentí una vibración en mi pija.
-Además me hizo que se la chupe un rato..., de rodillas debajo del escritorio..., -le dije que la esperaba en el cuartito de limpieza. Al rato vino. Su sonrisa era más perversa que nunca.
-No llegó a acabar..., solo lo entretuve un rato..., que perverso que es...,
-Porque...?
-Me dijo que quiere que caliente a todos los chicos de la oficina..., y si alguno me avanza...
-Quiere que le cuentes así lo hecha...?
-No quiere que me deje transar..., quiere verte sufrir..., dice que una puta como yo..., nació para recibir verga..., -me había sacado la pija del pantalón y se encanto otra vez cuando sintió como explotaba.
-Que bueno no papi..., por cual te gustaría que empiece...? –mi pija no perdía la erección.
Cuando salí me fui a sentar a mi escritorio, cuando romi volvió tenía varios botones abiertos de la camisa, se le veía el canal entre sus pechos. Se acercó al escritorio de Oscar que es un pibe de 20 añitos, y se puso de frente a él agachándose apoyada en el escritorio. La vista de Oscar se iba a los pechos de Romi que se hacía la indiferente. De a poco lo fue acosando a Oscar, lo miraba, lo seducía. Mi calentura era cada vez mayor. Esa noche cuando llegue a casa romi ya estaba en la cama descansando me acerque y le separé las piernas, le chupe la concha un rato largo y acomodándome se la deje ir en lo profundo de su concha.
-Que calentito viniste..., me extraño el jefe...? –La clave a fondo y se la deje ahí.
-Que ganas de que sea sábado..., quiero sentir como es tener dos pijas para mi..., y un pajero mirando..., -mi pija exploto y la llene bien profundo en su conchita.
Romina y la trampa del deseo 4
En la noche del viernes tuvimos una cena tranquila, romi no habló del tema del día siguiente pero se la notaba excitada, nos acostamos sin tener ningún roce siquiera, Romi quería esperar al día siguiente y que estuviéramos bien calentitos.
Cuando me desperté estaba en la cocina. Fui a saludarla, nos besamos y acariciamos.
-Hoy es el día, mi amor..., pero te tengo una mala noticia...,
-Que paso?
-Nada que mamá no puede cuidar a la nena..., voy a tener que ir solita...
-Pero..., no..., me parece... –sonrió con picardía y me dijo
-No tontito es una broma... , a las siete la viene a buscar..., sin vos mirándome pajerito..., no es lo mismo..., -Me dijo que se iba de compras que quería comprarse algo para la ocasión.
Le prepare la mamadera a la nena y me quede jugando con ella y prepare el almuerzo. Romi volvió cerca del mediodía, traía un par de bolsas saco un vestido que me mostró que era muy semejante la tela en trasparencia al rojo, pero era de color negro, me mostró también una tanguita negra. Y dejo las bolsas en la pieza. Se saco los zapatos y vino a comer. Me dijo que a la tarde me fuera a pasear que quería que la pasara a buscar directamente a las ocho de la noche.
-Quiero que me veas lista para la fiestita..., que nervios..., ¿cómo se sentirá tener dos pijas para una...?, que nervios...!!!, dijo exagerando su voz de puta.
Toda la tarde estuve perdido por la ciudad como un zombi, me parecía que yo no podía permitir algo así, toda la tarde me la pasé rumiando que no lo iba a permitir, le iba a decir que el juego había terminado, hasta ahí habíamos llegado. Empecé a tomar cada vez más coraje, sentía nacer una fuerza interna muy grande en mi.
A las ocho entre en casa. Romi salió del baño y me dijo.
-Chan..., chan...!!!, y salió del baño girando lentamente en el comedor. El vestido era realmente hermoso y muy transparente, no tenía corpiño y se le marcaban los pezones en la tela que era una especie de gasa, la pintura era muy modesta, unos aros circulares un tanto grandes, cuando giro vi la tanguita diminuta que se notaba bien metida en su culo que estaba más realzado aún con los zapatos de taco alto. Me acerque a ella y la acaricie desde atrás.
-Y..., ¿qué tal?, estoy linda...? –mi pija empezó a crecer la saque del pantalón y la quise apoyar, se alejo y me dijo poniendo más voz de putita.
-No..., no me apoyes que me vas a manchar de liquido preseminal..., y vos sos solo mirón..., es tu lugar en la fiestita..., mironcito mío..., mi cornudito pajero. –se puso de rodillas libero mi miembro y me lo chupetió un ratito, se lo saco de la boca.
-Ahora me tengo que labar los dientes de nuevo... y pintarme los labios..., y sonrió con cara de puta, me dijo que la esperara en el auto. En todo el trayecto me decía lo caliente que estaba mientras me sobaba sobre el pantalón mi pija también estaba bien dura.
-Que calentito que estas..., nunca hicimos algo así..., -me miro con cara de viciosa- espero no enviciarme...
-Que puta sos...!!! –me apretó fuerte la pija.
-Y a vos te encanta..., pajero..., pedime que me los garche bien garchados a los dos..., que les exprima bien las pijas... mientras vos miras como un cornudo pajero..., pedime...
-Mi amor...
-Que pajerito...?
-Garchatelos bien garchados..., exprimilos bien... –sonrió perversamente y me beso.
Llegamos a la casa del jefe y bajamos del auto, mi cuerpo me temblaba sin control. Romi me hizo que la tomara de la cintura. Caminamos como dos tortolitos abrazados, el jefe mismo atendió y nos hizo pasar. Adentro estaba Raúl que era el muchacho en cuestión, debía tener unos 20 años nunca lo había visto en la empresa. La miraba a Romi con la boca abierta.
-Bueno Raúl, parece que nunca hubieras visto una dama –dijo el jefe mientras le tomaba la mano a romi sobre su cabeza y le hacía dar unas vueltas. La música en el lugar ya era suave, había unos sándwich triples que nadie iba a tocar y cuatro vasos de champán servidos en una mesita ratona. El jefe propuso un brindis por esa noche. Y se sentó con Raúl en el sillón de dos cuerpos proponiéndonos a Romi y a mi que bailáramos acariciándonos como si estuviéramos en la intimidad. Así lo hicimos y por un momento me olvidé que alguien nos miraba y la empecé a acariciar cada vez con más ganas. En un momento sentí que me tocaban el hombro y era el muchachito que me pedía bailar con Romi, empezaron tímidamente, el jefe me indico sentarme con el en el sillón, el muchachito fue tomando confianza lentamente y de a poco se empezaron a besar y a acariciar, me calentaba muchísimo ver cuando le acariciaba el culo a Romi. Romi se veía muy caliente. El jefe levanto su copa y brindo conmigo, por su esposa, me dijo. Dejo la copa y fue hacia la parejita. Se acercó y se apoyo en Romi desde atrás, ella giro la cabeza y se besaron, luego volvió a besarlo al muchacho mientras el jefe la apoyaba desde atrás y le bajo los tirantes del vestido, liberando sus pechitos y dejando los tirantes del vestido trabados en la mitad de sus brazos, con lo que sus brazos quedaron para abajo, la mano de romi empezó a jugar en la bragueta del muchacho y enseguida las dos manos juntas liberaron una pija de dimensión normal de su encierro, romi la acarició un poco y luego se puso de rodillas y mirándolo a los ojos se la empezó a meter en la boquita. El jefe se arrodillo detrás de Romi y bajando su cierre le apoyó su pija entre los glúteos por sobre el vestidito, mientras sus manos se fueron a amasar las tetas de Romi. Romi se saco la pija de la boca:
-Despacito que sale lechita todavía..., -por respuesta el jefe le dio un cachete en el culo, Romi giro su cabeza y siguió chupando. El jefe me dijo que me acercara que viera bien de cerca lo que le iban a hacer a la puta de mi mujer.
-Si...!!!, soy su puta jefe...!!!, cojame bien cogida..., por favor... –este se puso de pie y le dio su pija ahora para que la chupe, el muchacho se termino de desnudar y se acomodo detrás de Romi, le levanto el vestido y empezó a acariciarle el culo. Romi se sacó la pija de la boca:
-Te gusta lo que ves...?, el pendejo sonrió y tomo la tirita del tanga, la corrió a un costadito y empezó a frotarle su pija en la concha, el jefe mientras la había tomado de la nuca y la tenía con su poronga metida a fondo, parecía que se ahogaba. El pendejo se la fue metiendo despacito en la concha, romi empezó a mover la cadera mientras la iba penetrando, esto calentó al pendejo que la agarró de la cintura y empezó a bombearla bien duro. El jefe le agarro el pelo en un rodete y empezó a cogerle la boca mientras la tenía con el pelo tirante, la cara de Romi era de la más puta de un harén, el flaquito la seguía cogiendo cada vez con más fuerza en un momento se tensó y la siguió cogiendo supe que la estaba llenando, romi parecía estar acabando y el jefe la agarró fuerte de la nuca y la apretó contra su pelvis mientras se tensaba. Cuando la soltó romi tosió y escupió, estaba ahogada, el pibe se salió y se puso de pie, fueron ambos hasta la mesita y tomando una copa de champán brindaron por esa noche. El jefe volvió y la ayudo a romi a levantarse, la desnudo y la sentó en el sillón mientras la besaba.
-Ya le podes chupar la conchita..., está bien llena seguro..., me arrodille y empecé a chuparla como se que le gusta, romi me agarró en un momento de la nuca y volvió a tener un orgasmo en mi cara, el pibe que ya estaba al palo de nuevo se calentó con lo que veía y subiéndose al sillón le dio su pija a romi para que la chupe. El jefe le dijo que se sentará al lado y a Romi que lo montara. Romi se subío y se metió la pija bien despacio empezó a cabalgarlo y giro la cara hacia mi para que la besara.
-Que tierno dijo el jefe, que salió de la habitación. Cuando volvió se acomodó detrás de Romi, su pija estaba al palo otra vez, había ido a buscar un tarro de aceite. Me ordenó acercarme para ver bien y le dijo a la parejita que se quedaran quietos. Me dijo que separara los glúteos de romi, el se froto su pija con aceite, romi había girado su cabeza a mirarnos.
-Como me veo amor...? ya tengo una pija adentro..., la ves...? porque yo siento como le late..., parece que lo caliento a Raulito... –El jefe se fue acomodando y le empezó a frotar su pija jugando por su culito. Yo miraba sin perder detalle. Me miro a los ojos y dijo:
-Ahora mira bien..., no te pierdas detalle –y apunto su cabeza hacia el ortito de Romi solo la apoyo en el agujerito.
-Despacio..., jefe..., porfi..., te gusta lo que ves cornudo...? dos pijas para mi... y ninguna es la tuya..., mostramela..., -y así lo hice- es linda la tuya..., lástima..., -y en ese momento el jefe la clavo hasta el fondo- Ay!!!, despacito..., me duele...!!! –el jefe la agarro del pelo y empezó a bombearla mientras le mordía el cuello. Romi tenía los ojos cerrados y la boca abierta, el pendejo empezó a moverse como podía. Yo veía la escena ahí pegado y no lo podía creer.
-Partimelo... hijo de puta...!!!, que perro sos..., te gusta que sea tan puta...!!! –el jefe sonreía y la bombeaba bien duro, no acababa más hacia un montón que la garchaba, el pendejo quiso salir de debajo de Romi y así lo hizo. No quería acabarle en la concha. Romi quedo apoyada en el sillón y el jefe le apretaba el cuello contra él sillón mientras la bombeaba duro.
-Si..., tratame así..., me encanta ser tu perra..., que delicia sos..., garchame..., rompeme bien el orto... así aprende el pajero como se trata a una puta como yo...
ahora el jefe se agarró de su cintura y la bombeó hasta que se tenso acabando Romi también acabo, el jefe se quedo un ratito sobre ella y después se salió. El pendejo estaba esperando su turno y primero le separo el culo y me dijo.
-Mira como se lo dejó abierto..., es una culorroto... –y enseguida se la clavo.
El pendejo empezó a cogerla cada vez más duro mientras el jefe se sentaba al lado de Romi en el sillón y le daba su pija.
-Limpiala bien, que puede tener gérmenes de tu culo de puta. –Romi la mamaba como desesperada, le encantaba como la trataba el jefe. El pendejo en un momento no pudo más y también acabó descargando en el culo de romi. El jefe me dijo que ahora tenía más para saborear, se reían los tres mientras yo le chupaba el orto a Romi.
-Que goloso que sos amor..., te gustaría probarla del envase algún día..., o quizás te gustaría sentirla...? –yo acabé sin tocarme mientras el pendejo le había dado también su pija para que la limpiara. Por esa noche la fiesta había terminado dijo el jefe, no quería que Romi se volviera una viciosa dijo sonriendo.
-Lo único que quiero es que te vayas así, sin limpiarte. Y que tu marido duerma con su cabeza metida en tu entrepierna o tu culo y sienta como te sale el olor de tus machos. Puede chuparte si quiere, todo lo que quiera y podes pajearlo, por hoy que no te coja.
Romina y la trampa del deseo 5
Llegamos a casa de madrugada, romi estaba muy melosa me besaba y me decía.
-Tengo gusto a semen en la boca no...? –al tiempo que me apretaba la pija.
-Viste todo lo que me hicieron...?, me encantó sentir dos vergas adentro mío... es increíble, te molesta que te cuente...? –yo no consteste nada. Nos fuimos a acostar Romi se saco el vestido y se tiro en la cama estaba desnuda, la tanguita se la quedo Raúl de regalo. Se acostó culo arriba en la cama poniéndose una almohada debajo de la pelvis, estaba para recogerla.
-Chupamelo un ratito mamoncita..., a ver si podes sacar más lechita de mis machos..., que cornudo sos..., -se lo empecé a chupar y estaba sacadísimo romi se calentaba de a ratos y de a ratos me gastaba.
-Me encanta el jefe..., nunca me había enviciado así..., siento que me posee..., que puede hacer lo que quiera conmigo..., -me agarró la cabeza y la dejo clavada en su culo.
-Ahora ponete de pie..., empeza a pajearte despacito..., -me miraba burlándose y con cara perversa- que bien te pajeas..., hiciste un curso de pajero..., te gusto ver como me llenaban...?, viste como me dieron...? –mi pija empezó a escupir leche y romi se rió.
Me tire en la cama a su lado y me quede profundamente dormido.
Me desperté el domingo cerca del mediodía, Romi entro a la habitación con el vestidito transparente rojo y una tanguita blanca, estuvo acariciándose y girando para mi.
-Te gusto papi...?, -se levantó el vestidito hasta la cintura y se acomodo con ambas rodillas al lado de mi cara con su culo apoyado en mi pecho, me puso su conchita en la boca para que la chupe y corrió a un lado el tanga. Empecé a sentir otra vez que estaba muy mojada. Era semen lo que salía. Romi me miro sonriendo.
-Si..., es lechita..., pajero..., -empecé a chupar como un desesperado. Estaba más caliente que nunca, estuve un largo rato limpiándole la concha con mi lengua- Queres saber como llegó ahí...? –se salió de mi y se puso acostada boca arriba en la cama con la tanguita corrida a un costado.
-Si te dejo cogerme sin forro vas a aguantar un buen rato...? –me puse sobre ella y se la clavé bien a fondo, había acabado un montón la noche anterior así que podía aguantar bastante.
-Que dura la tenes..., si no me cogieran otros no se te pondría tan dura..., no...? –la clave a fondo- esta enojado el cornudito...?, quiere que le cuente como llego esa lechita a mi conchita...?
-Por favor...
-Muy bien..., cornudito..., bueno..., me levante caliente... y lo llame al jefe a su casa..., le dije si no quería aprovechar que la nena no estaba... y que vos dormías así me garchaba tranquilo..., me puse el vestidito este con la tanguita..., sigo...? –yo estaba que no podía más
-Que calentón sos..., ponete un forro sino no vas a aguantar nada... –me salí y me puse un forro como me indicó. Se la volví a clavar bien a fondo.
-Bueno cuando llegó lo vi estacionar el auto y le abrí la puerta..., le hice señas que no hiciera ruido y le mostré como dormías..., me apoyo ahí nomás sobre la mesa del comedor..., mirando hacia la pieza..., me levanto el vestido, me corrió la tanguita a un lado y me la clavó en el culo. –paré de moverme porque estaba a punto de acabar. Romi me la apretó con la concha pero hice un esfuerzo y logré no acabar. Romi sonrió perversamente.
-Sigo...? porque me parece que te hace mal...
-Por favor mi amor seguí.
-Después me la dio para chupar un rato..., me preguntó si me había gustado lo de anoche...
-Y te gusto...?
-Le dije que no veía el momento de repetir..., pero que dos eran poquitos..., -me mordí el labio inferior pare de moverme y otra vez pude contener mi eyaculación. Romi estaba excitada y divertida con mis esfuerzos para no acabar.
-Después de eso me dijo que fuera gateando hasta al lado de la cama..., moviendo bien el culito..., vine con el vestidito y la tanga acomodada de nuevo..., giraba la cabeza y lo miraba... cuando llegue al costado de la cama el jefe se abalanzo hacia mi..., me levantó el vestidito y corriéndome otra vez la tanguita..., me la metió en la concha..., me bombeaba y me agarraba del pelo..., me giro la cabeza para que te mirara mientras me cogía..., me hablaba al oído..., me decía: mira como duerme el cornudo..., no te podes aguantar sin pija..., no te da vergüenza ser tan puta..., yo movía el culito para atrás como respuesta...,
-Querés que te llene la concha...?, me dijo.
-Dame un poquito mas..., le pedí, me encanta tu pija le dije..., me enviciaste..., me encanta tenerla adentro mío..., me mordió el hombro y se quedo quieto para no acabar..., como haces vos ahora... –y volvió a sonreírse.
-Le dije que no había podido aguantar hasta el lunes para que me coja..., que quería sentir su pija... bien de machote..., y que me encantaba como me poseía..., que era su perrita..., el empezó a bombearme y ahí descargo en lo profundo de mi conchita, se despidió en el oído y me dijo que lo acompañara hasta la puerta..., me dijo que te diera la lechita.... salió y el ruido de la puerta te despertó. Yo vine caminando al lado de la cama..., más caliente que nunca..., y vos pensaste que me había puesto el vestidito para vos..., -me metió el dedo en el culo bien adentro y no pude aguantar más.
-Cuanta lechita mi amor..., la siento a pesar del forrito..., cornudito hermoso..., pajero...
me levante y me fui al baño, me sentí confundido. Me grito desde el cuarto, acordate que tenemos que ir a buscar a la nena.
Romina y la trampa del deseo 6
El resto del domingo la pasamos muy tranquilos en familia, fuimos a buscar a la nena y a la plaza. A la noche al acostarnos, Romi me mostró unas medias con liguero que había comprado junto con una tanguita muy bonita, sus pechitos al aire, me hizo sentar en la silla y bailo sensualmente para mi. Se acostó en la cama y tomo el teléfono inalámbrico se abrió de piernas y me indico que fuera a chuparle su conchita, disco un numero.
-Hola jefe...? –sentí crecer mi erección al tiempo que empezaba a chuparla.
-Si, me esta chupando la conchita..., debe estar buscando restos todavía...
-Te quería decir que decidí no trabajar más, por ahora. –la mire a los ojos no me había dicho nada al respecto- No quiero sentir ninguna obligación, me encanta como me coges..., lo vas a seguir haciendo..., claro..., -dijo mientras me miraba- pero no quiero el tener que estar todos los días juntos y demás. Igual en la semana voy a pasar por la oficina. –cortó el teléfono y me indico que la fuera a montar. Se la clave bien dura como estaba, me miró a los ojos como hacía mucho no lo hacía.
-No quiero que el dinero se mezcle en esto..., vos sabes que soy una perrita..., me calienta que sea tu jefe..., también como me trata..., pero me puede seguir tratando así igual..., ¿No..?, dijo sonriendo. Yo la bombeaba como un desesperado, los dos estábamos calientes, el fin de semana había sido muy movido y teníamos imágenes muy frescas dando vueltas en nuestras cabezas.
-Te dejo cogerme sin forrito..., porque me estoy cuidando..., igual no te voy a dejar siempre..., aunque me cuide..., -me miro mas perversa que nunca-, cuando no me cuide más vos no me vas a coger más sin forrito..., es peligroso...
-Y los demás...?
-Ay..., tontito..., que preguntas...,
-Los vas a dejar que te cojan sin forrito aunque no te cuides?
-A todos no..., -dijo mientras me metió el dedo medio en mi culo y me hizo explotar en cantidades a pesar de lo movido del fin de semana, ella también me regalo un orgasmo delicioso. Nos dormimos abrazados como hacía tiempo no lo hacíamos.
De lunes a miércoles la semana venía bastante normal, Romi no había querido tener relaciones, se vestía muy sensual en la casa, cuidaba el jardín y a nuestra hija. Pero me decía que prefería que subiera la calentura, así nos disparábamos un poco más.
El jueves estaba trabajando y me pasaron un llamado de Romi
-Hola amor...!!!, esta el jefe?
-Mmmsi.., -me salió medio entrecortado
-Que te parece si voy para ahí... así aclaro un poquito la situación..., no?, pobre...
-Como vos digas.
-Avisale que voy..., así no se va a ningún lado..., un besito.
El jefe me sonrió cuando fui a darle la noticia. Me dijo que en hora buena que iba a ver si la podía convencer, de alguna manera y me miro perversamente al decirlo. A la media hora llegó Romi, traía un tapado liviano que le cubría hasta las rodillas. Saludo en general y charlo un rato con los muchachos y chicas, después la acompañe a la oficina del jefe. Golpee la puerta y le pregunté si podíamos pasar. Romi entró y se quedo parada antes de llegar al escritorio.
-Me sacas el tapadito..., amor...? –estaba vestida con el vestido transparente negro y el conjuntito de liguero y tanguita que se había puesto el domingo, me miro a mi y me dijo
-Estoy linda amor...? –el jefe le hizo una seña para que se acercara, me dio un beso en la boca al pasar junto a mi y se fue caminando sensualmente, el jefe se alejó del escritorio y Romi se sentó en sus muslos mirándome a mi.
-Jefe.., se puede quedar mi marido a ver...?
-Claro... sabes que nos gusta... –los dos sonrieron perversamente. Romi lo beso un rato y se acariciaron y después se apoyó en el escritorio con la pancita en el y el culito para el lado del jefe. Me indico que me acercara a besarla. El jefe la acariciaba y se desnudo de la cintura para abajo, me indicó cerrar la puerta.
-No te podes ir te voy a extrañar mucho -decía mientras la franeleaba. Después empezó a apoyarla sobre la ropa y frotarse contra ella.
-No te gusta esta verga...?, putita barata...
-Si...!!!, me encanta...
-Y porque no te quedas así te cojo bien seguido..., y te rompo bien este ortito divino que tenés. Mientras el boludo trabaja al lado...
-Nnno se... –le levanto el vestidito a la cintura y le corrió la tanga, le escupió en el culo y se la metió lentamente, romi tenía una cara de placer inmensa.
-No te gusta lo que sentís...?
-Si papi..., me encanta..., me gusta ser tu puta..., tu culorroto... –empezó a bombearla bien fuerte y Romi me volvió a besar para ahogar sus gemidos. El jefe le pellizcaba los pezones, ella empujaba con su culo para atrás.
-Le conté al presidente de la empresa de vos...
-Y... que hay...?
-Le conté lo puta fácil que sos y le dije que el sábado a la noche ibas a venir con tu marido a casa..., a una fiestita...
-Lo que vos quieras...!!!, pero garchame más..., dame más duro..., no pares...., cuanto aguantas..., el pajerito de mi marido enseguida acaba..., -me miro y me hizo el gestito habitual que me masturbara- Miralo como se pajea para nosotros..., -el jefe la clavo a fondo y se quedo viendo la tomo de la cintura y sin sacársela se sentaron en el sillón. Los dos me miraban.
-Muy bien amor..., mientras la perrita tiene una pija en el ortito...., vos te haces la pajita...
-y se rieron los dos perversamente- el jefe la volvió a poner sobre el escritorio y empezó a bombearla cada vez más fuerte
-Te voy a llenar bien llena para que te chupe el cornudo infeliz de tu marido. Queres...?
-Si..., papi..., si..., pero porque no la sacas y se la dejas toda en la puertita..., así la saborea bien la cerdita... –el jefe se rió y cuando estaba acabando le junto los glúteos apretando su pija con ellos y acabó gruñendo. Romi me miro para que fuera. El culo estaba lleno de leche toda por fuera. Cuando empecé a chuparla romi seguía acabando y el jefe le dio su pija para que la chupara, seguía morcillona. Fui limpiando caliente y con un poco de asco. Me sentía un imbecil.
-Que bien que limpias mi cornudito..., te gusta la leche de tu jefe...? –y volvió a reírse perversamente. La pija del jefe había vuelto a crecer y le cogió la boca hasta que acabo. Romi me pasó la leche a mi y me indicó que la tragara, me sentí peor que nunca y asqueado de mi mismo. Después se quedaron besando en el medio de la oficina, romi me pidió el tapado se lo puse y me dio un beso a mi también. Yo no había acabado.
-Guarda la lechita para la noche..., te voy a pajear lindo hoy... –le guiño un ojo al jefe y salió de la oficina, mientras este le decía que no olvidara lo del sábado.
-Lo vamos a pensar, dijo Romi mirándome.
En una semana nada más Romi arregló todo con su mamá para que cuidara a la nena, arreglo telefónicamente con el jefe que trabajaría sólo de mañana, estaba recontenta. La noche del domingo antes de empezar, cogimos como hacía mucho no lo hacíamos. Ella me humillaba y maltrataba todo el tiempo diciéndome lo cornudo y pajero que iba a volver a ser y que la iban a enfiestar y yo ni siquiera iba a participar. A los dos nos calentaba la situación. Fuimos juntos al trabajo, uno de los empleados le mostró a Romi cual sería su escritorio que estaba justo enfrente del mío. Una vez que se acomodó iba a ir a saludar al jefe, me pidió que la acompañara así la presentaba, me dijo delante de los otros empleados. Éramos diez en total en esa oficina, tres mujeres, además de Romi y seis muchachos más además de mi. Fuimos caminando hacia la oficina del jefe romi meneaba su culito todo el tiempo por la oficina por lo que todos ya empezaban a mirarla más detenidamente.
Cuando entramos el jefe estaba terminando una llamada telefónica, se puso de pie y vino hacia nosotros. Me dio la mano y se quedó mirándola a romi.
-Date vuelta, levantate la mini..., quiero ver que interiores tenes..., -Romi se había puesto una bombacha normal- Eso es horrible, sacatelo y quedate sin nada..., y cada vez que te sientes delante de alguno de los muchachos trata de abrir bien las piernas..., me encanta pensar que te puedan ver..., -mi pija estaba más al palo que nunca. El jefe bajo su mano y empezó a acariciarle el culo.
-Que duro lo tenes..., queres que te lo haga...?
-Como Ud. quiera señor..., Ud. es el jefe.... –La tomó de la mano y la llevo hacia su escritorio, la acomodo sobre él y sacando un tarrito de su escritorio le lubrico bien el culo con eso. Se acomodo detrás de ella y se la dejo ir. Yo seguía parado en el medio de la oficina.
-Ud. ya puede retirarse, si lo necesito lo llamo. –me sentía humillado y caliente. Cuando salí de la oficina todos me jodían con lo buena que estaba Romi y que no la dejara mucho tiempo con el jefe. Al rato salió romi, yo note sus mejillas coloradas, me miro y me dijo.
-Tengo la colita llena..., no hay un lugar donde podamos ir...?, -no se me ocurría pero finalmente se me ocurrió un cuartito donde dejan las cosas de limpieza. Hacia ahí fuimos lo más rápido posible, entramos y cerré la puerta trabada desde adentro. Se apoyo en la pared y levanto la mini hacia su cintura. Se separo los glúteos.
-Me dijo el jefe que la dejo para vos..., que la disfrutes..., -empecé a chuparla y romi se ponía cada vez más caliente- Me dijo que ya habló con el chico de la limpieza... –y empezó a gemir cada vez mas fuerte- Quiere que sea el sábado..., en nuestra casa o en la de él..., le da lo mismo...
-Que hijo de puta,
-No digas así..., mira todo lo que hace por nosotros..., si le hubiera dicho a Oscar que quería que me enfiesten se hubiera ofendido..., que suerte encontrar alguien tan bueno como tu jefe..., nuestro... –En un momento se giro y me hizo levantar, me beso y me miró profundo con esos ojos verdes como hacía mucho no lo hacía. Con su mano me apretó la pija. La libero del pantalón y empezó a pajearme.
-Cornudo...!!!, cornudo...!!!, me vas a ver llena de pija..., por adelante y por atrás..., te vas a hacer la pajita...? y sonrió bien perversa al sentir mi pija explotando en su mano.
El día siguiente estuvo bastante tiempo trabajando en el escritorio, en un momento el jefe la llamo, estuvo un rato en la oficina. Cuando salió me acerque al escritorio y me confirmo que habían arreglado para el sábado en lo del jefe. Sentí una vibración en mi pija.
-Además me hizo que se la chupe un rato..., de rodillas debajo del escritorio..., -le dije que la esperaba en el cuartito de limpieza. Al rato vino. Su sonrisa era más perversa que nunca.
-No llegó a acabar..., solo lo entretuve un rato..., que perverso que es...,
-Porque...?
-Me dijo que quiere que caliente a todos los chicos de la oficina..., y si alguno me avanza...
-Quiere que le cuentes así lo hecha...?
-No quiere que me deje transar..., quiere verte sufrir..., dice que una puta como yo..., nació para recibir verga..., -me había sacado la pija del pantalón y se encanto otra vez cuando sintió como explotaba.
-Que bueno no papi..., por cual te gustaría que empiece...? –mi pija no perdía la erección.
Cuando salí me fui a sentar a mi escritorio, cuando romi volvió tenía varios botones abiertos de la camisa, se le veía el canal entre sus pechos. Se acercó al escritorio de Oscar que es un pibe de 20 añitos, y se puso de frente a él agachándose apoyada en el escritorio. La vista de Oscar se iba a los pechos de Romi que se hacía la indiferente. De a poco lo fue acosando a Oscar, lo miraba, lo seducía. Mi calentura era cada vez mayor. Esa noche cuando llegue a casa romi ya estaba en la cama descansando me acerque y le separé las piernas, le chupe la concha un rato largo y acomodándome se la deje ir en lo profundo de su concha.
-Que calentito viniste..., me extraño el jefe...? –La clave a fondo y se la deje ahí.
-Que ganas de que sea sábado..., quiero sentir como es tener dos pijas para mi..., y un pajero mirando..., -mi pija exploto y la llene bien profundo en su conchita.
Romina y la trampa del deseo 4
En la noche del viernes tuvimos una cena tranquila, romi no habló del tema del día siguiente pero se la notaba excitada, nos acostamos sin tener ningún roce siquiera, Romi quería esperar al día siguiente y que estuviéramos bien calentitos.
Cuando me desperté estaba en la cocina. Fui a saludarla, nos besamos y acariciamos.
-Hoy es el día, mi amor..., pero te tengo una mala noticia...,
-Que paso?
-Nada que mamá no puede cuidar a la nena..., voy a tener que ir solita...
-Pero..., no..., me parece... –sonrió con picardía y me dijo
-No tontito es una broma... , a las siete la viene a buscar..., sin vos mirándome pajerito..., no es lo mismo..., -Me dijo que se iba de compras que quería comprarse algo para la ocasión.
Le prepare la mamadera a la nena y me quede jugando con ella y prepare el almuerzo. Romi volvió cerca del mediodía, traía un par de bolsas saco un vestido que me mostró que era muy semejante la tela en trasparencia al rojo, pero era de color negro, me mostró también una tanguita negra. Y dejo las bolsas en la pieza. Se saco los zapatos y vino a comer. Me dijo que a la tarde me fuera a pasear que quería que la pasara a buscar directamente a las ocho de la noche.
-Quiero que me veas lista para la fiestita..., que nervios..., ¿cómo se sentirá tener dos pijas para una...?, que nervios...!!!, dijo exagerando su voz de puta.
Toda la tarde estuve perdido por la ciudad como un zombi, me parecía que yo no podía permitir algo así, toda la tarde me la pasé rumiando que no lo iba a permitir, le iba a decir que el juego había terminado, hasta ahí habíamos llegado. Empecé a tomar cada vez más coraje, sentía nacer una fuerza interna muy grande en mi.
A las ocho entre en casa. Romi salió del baño y me dijo.
-Chan..., chan...!!!, y salió del baño girando lentamente en el comedor. El vestido era realmente hermoso y muy transparente, no tenía corpiño y se le marcaban los pezones en la tela que era una especie de gasa, la pintura era muy modesta, unos aros circulares un tanto grandes, cuando giro vi la tanguita diminuta que se notaba bien metida en su culo que estaba más realzado aún con los zapatos de taco alto. Me acerque a ella y la acaricie desde atrás.
-Y..., ¿qué tal?, estoy linda...? –mi pija empezó a crecer la saque del pantalón y la quise apoyar, se alejo y me dijo poniendo más voz de putita.
-No..., no me apoyes que me vas a manchar de liquido preseminal..., y vos sos solo mirón..., es tu lugar en la fiestita..., mironcito mío..., mi cornudito pajero. –se puso de rodillas libero mi miembro y me lo chupetió un ratito, se lo saco de la boca.
-Ahora me tengo que labar los dientes de nuevo... y pintarme los labios..., y sonrió con cara de puta, me dijo que la esperara en el auto. En todo el trayecto me decía lo caliente que estaba mientras me sobaba sobre el pantalón mi pija también estaba bien dura.
-Que calentito que estas..., nunca hicimos algo así..., -me miro con cara de viciosa- espero no enviciarme...
-Que puta sos...!!! –me apretó fuerte la pija.
-Y a vos te encanta..., pajero..., pedime que me los garche bien garchados a los dos..., que les exprima bien las pijas... mientras vos miras como un cornudo pajero..., pedime...
-Mi amor...
-Que pajerito...?
-Garchatelos bien garchados..., exprimilos bien... –sonrió perversamente y me beso.
Llegamos a la casa del jefe y bajamos del auto, mi cuerpo me temblaba sin control. Romi me hizo que la tomara de la cintura. Caminamos como dos tortolitos abrazados, el jefe mismo atendió y nos hizo pasar. Adentro estaba Raúl que era el muchacho en cuestión, debía tener unos 20 años nunca lo había visto en la empresa. La miraba a Romi con la boca abierta.
-Bueno Raúl, parece que nunca hubieras visto una dama –dijo el jefe mientras le tomaba la mano a romi sobre su cabeza y le hacía dar unas vueltas. La música en el lugar ya era suave, había unos sándwich triples que nadie iba a tocar y cuatro vasos de champán servidos en una mesita ratona. El jefe propuso un brindis por esa noche. Y se sentó con Raúl en el sillón de dos cuerpos proponiéndonos a Romi y a mi que bailáramos acariciándonos como si estuviéramos en la intimidad. Así lo hicimos y por un momento me olvidé que alguien nos miraba y la empecé a acariciar cada vez con más ganas. En un momento sentí que me tocaban el hombro y era el muchachito que me pedía bailar con Romi, empezaron tímidamente, el jefe me indico sentarme con el en el sillón, el muchachito fue tomando confianza lentamente y de a poco se empezaron a besar y a acariciar, me calentaba muchísimo ver cuando le acariciaba el culo a Romi. Romi se veía muy caliente. El jefe levanto su copa y brindo conmigo, por su esposa, me dijo. Dejo la copa y fue hacia la parejita. Se acercó y se apoyo en Romi desde atrás, ella giro la cabeza y se besaron, luego volvió a besarlo al muchacho mientras el jefe la apoyaba desde atrás y le bajo los tirantes del vestido, liberando sus pechitos y dejando los tirantes del vestido trabados en la mitad de sus brazos, con lo que sus brazos quedaron para abajo, la mano de romi empezó a jugar en la bragueta del muchacho y enseguida las dos manos juntas liberaron una pija de dimensión normal de su encierro, romi la acarició un poco y luego se puso de rodillas y mirándolo a los ojos se la empezó a meter en la boquita. El jefe se arrodillo detrás de Romi y bajando su cierre le apoyó su pija entre los glúteos por sobre el vestidito, mientras sus manos se fueron a amasar las tetas de Romi. Romi se saco la pija de la boca:
-Despacito que sale lechita todavía..., -por respuesta el jefe le dio un cachete en el culo, Romi giro su cabeza y siguió chupando. El jefe me dijo que me acercara que viera bien de cerca lo que le iban a hacer a la puta de mi mujer.
-Si...!!!, soy su puta jefe...!!!, cojame bien cogida..., por favor... –este se puso de pie y le dio su pija ahora para que la chupe, el muchacho se termino de desnudar y se acomodo detrás de Romi, le levanto el vestido y empezó a acariciarle el culo. Romi se sacó la pija de la boca:
-Te gusta lo que ves...?, el pendejo sonrió y tomo la tirita del tanga, la corrió a un costadito y empezó a frotarle su pija en la concha, el jefe mientras la había tomado de la nuca y la tenía con su poronga metida a fondo, parecía que se ahogaba. El pendejo se la fue metiendo despacito en la concha, romi empezó a mover la cadera mientras la iba penetrando, esto calentó al pendejo que la agarró de la cintura y empezó a bombearla bien duro. El jefe le agarro el pelo en un rodete y empezó a cogerle la boca mientras la tenía con el pelo tirante, la cara de Romi era de la más puta de un harén, el flaquito la seguía cogiendo cada vez con más fuerza en un momento se tensó y la siguió cogiendo supe que la estaba llenando, romi parecía estar acabando y el jefe la agarró fuerte de la nuca y la apretó contra su pelvis mientras se tensaba. Cuando la soltó romi tosió y escupió, estaba ahogada, el pibe se salió y se puso de pie, fueron ambos hasta la mesita y tomando una copa de champán brindaron por esa noche. El jefe volvió y la ayudo a romi a levantarse, la desnudo y la sentó en el sillón mientras la besaba.
-Ya le podes chupar la conchita..., está bien llena seguro..., me arrodille y empecé a chuparla como se que le gusta, romi me agarró en un momento de la nuca y volvió a tener un orgasmo en mi cara, el pibe que ya estaba al palo de nuevo se calentó con lo que veía y subiéndose al sillón le dio su pija a romi para que la chupe. El jefe le dijo que se sentará al lado y a Romi que lo montara. Romi se subío y se metió la pija bien despacio empezó a cabalgarlo y giro la cara hacia mi para que la besara.
-Que tierno dijo el jefe, que salió de la habitación. Cuando volvió se acomodó detrás de Romi, su pija estaba al palo otra vez, había ido a buscar un tarro de aceite. Me ordenó acercarme para ver bien y le dijo a la parejita que se quedaran quietos. Me dijo que separara los glúteos de romi, el se froto su pija con aceite, romi había girado su cabeza a mirarnos.
-Como me veo amor...? ya tengo una pija adentro..., la ves...? porque yo siento como le late..., parece que lo caliento a Raulito... –El jefe se fue acomodando y le empezó a frotar su pija jugando por su culito. Yo miraba sin perder detalle. Me miro a los ojos y dijo:
-Ahora mira bien..., no te pierdas detalle –y apunto su cabeza hacia el ortito de Romi solo la apoyo en el agujerito.
-Despacio..., jefe..., porfi..., te gusta lo que ves cornudo...? dos pijas para mi... y ninguna es la tuya..., mostramela..., -y así lo hice- es linda la tuya..., lástima..., -y en ese momento el jefe la clavo hasta el fondo- Ay!!!, despacito..., me duele...!!! –el jefe la agarro del pelo y empezó a bombearla mientras le mordía el cuello. Romi tenía los ojos cerrados y la boca abierta, el pendejo empezó a moverse como podía. Yo veía la escena ahí pegado y no lo podía creer.
-Partimelo... hijo de puta...!!!, que perro sos..., te gusta que sea tan puta...!!! –el jefe sonreía y la bombeaba bien duro, no acababa más hacia un montón que la garchaba, el pendejo quiso salir de debajo de Romi y así lo hizo. No quería acabarle en la concha. Romi quedo apoyada en el sillón y el jefe le apretaba el cuello contra él sillón mientras la bombeaba duro.
-Si..., tratame así..., me encanta ser tu perra..., que delicia sos..., garchame..., rompeme bien el orto... así aprende el pajero como se trata a una puta como yo...
ahora el jefe se agarró de su cintura y la bombeó hasta que se tenso acabando Romi también acabo, el jefe se quedo un ratito sobre ella y después se salió. El pendejo estaba esperando su turno y primero le separo el culo y me dijo.
-Mira como se lo dejó abierto..., es una culorroto... –y enseguida se la clavo.
El pendejo empezó a cogerla cada vez más duro mientras el jefe se sentaba al lado de Romi en el sillón y le daba su pija.
-Limpiala bien, que puede tener gérmenes de tu culo de puta. –Romi la mamaba como desesperada, le encantaba como la trataba el jefe. El pendejo en un momento no pudo más y también acabó descargando en el culo de romi. El jefe me dijo que ahora tenía más para saborear, se reían los tres mientras yo le chupaba el orto a Romi.
-Que goloso que sos amor..., te gustaría probarla del envase algún día..., o quizás te gustaría sentirla...? –yo acabé sin tocarme mientras el pendejo le había dado también su pija para que la limpiara. Por esa noche la fiesta había terminado dijo el jefe, no quería que Romi se volviera una viciosa dijo sonriendo.
-Lo único que quiero es que te vayas así, sin limpiarte. Y que tu marido duerma con su cabeza metida en tu entrepierna o tu culo y sienta como te sale el olor de tus machos. Puede chuparte si quiere, todo lo que quiera y podes pajearlo, por hoy que no te coja.
Romina y la trampa del deseo 5
Llegamos a casa de madrugada, romi estaba muy melosa me besaba y me decía.
-Tengo gusto a semen en la boca no...? –al tiempo que me apretaba la pija.
-Viste todo lo que me hicieron...?, me encantó sentir dos vergas adentro mío... es increíble, te molesta que te cuente...? –yo no consteste nada. Nos fuimos a acostar Romi se saco el vestido y se tiro en la cama estaba desnuda, la tanguita se la quedo Raúl de regalo. Se acostó culo arriba en la cama poniéndose una almohada debajo de la pelvis, estaba para recogerla.
-Chupamelo un ratito mamoncita..., a ver si podes sacar más lechita de mis machos..., que cornudo sos..., -se lo empecé a chupar y estaba sacadísimo romi se calentaba de a ratos y de a ratos me gastaba.
-Me encanta el jefe..., nunca me había enviciado así..., siento que me posee..., que puede hacer lo que quiera conmigo..., -me agarró la cabeza y la dejo clavada en su culo.
-Ahora ponete de pie..., empeza a pajearte despacito..., -me miraba burlándose y con cara perversa- que bien te pajeas..., hiciste un curso de pajero..., te gusto ver como me llenaban...?, viste como me dieron...? –mi pija empezó a escupir leche y romi se rió.
Me tire en la cama a su lado y me quede profundamente dormido.
Me desperté el domingo cerca del mediodía, Romi entro a la habitación con el vestidito transparente rojo y una tanguita blanca, estuvo acariciándose y girando para mi.
-Te gusto papi...?, -se levantó el vestidito hasta la cintura y se acomodo con ambas rodillas al lado de mi cara con su culo apoyado en mi pecho, me puso su conchita en la boca para que la chupe y corrió a un lado el tanga. Empecé a sentir otra vez que estaba muy mojada. Era semen lo que salía. Romi me miro sonriendo.
-Si..., es lechita..., pajero..., -empecé a chupar como un desesperado. Estaba más caliente que nunca, estuve un largo rato limpiándole la concha con mi lengua- Queres saber como llegó ahí...? –se salió de mi y se puso acostada boca arriba en la cama con la tanguita corrida a un costado.
-Si te dejo cogerme sin forro vas a aguantar un buen rato...? –me puse sobre ella y se la clavé bien a fondo, había acabado un montón la noche anterior así que podía aguantar bastante.
-Que dura la tenes..., si no me cogieran otros no se te pondría tan dura..., no...? –la clave a fondo- esta enojado el cornudito...?, quiere que le cuente como llego esa lechita a mi conchita...?
-Por favor...
-Muy bien..., cornudito..., bueno..., me levante caliente... y lo llame al jefe a su casa..., le dije si no quería aprovechar que la nena no estaba... y que vos dormías así me garchaba tranquilo..., me puse el vestidito este con la tanguita..., sigo...? –yo estaba que no podía más
-Que calentón sos..., ponete un forro sino no vas a aguantar nada... –me salí y me puse un forro como me indicó. Se la volví a clavar bien a fondo.
-Bueno cuando llegó lo vi estacionar el auto y le abrí la puerta..., le hice señas que no hiciera ruido y le mostré como dormías..., me apoyo ahí nomás sobre la mesa del comedor..., mirando hacia la pieza..., me levanto el vestido, me corrió la tanguita a un lado y me la clavó en el culo. –paré de moverme porque estaba a punto de acabar. Romi me la apretó con la concha pero hice un esfuerzo y logré no acabar. Romi sonrió perversamente.
-Sigo...? porque me parece que te hace mal...
-Por favor mi amor seguí.
-Después me la dio para chupar un rato..., me preguntó si me había gustado lo de anoche...
-Y te gusto...?
-Le dije que no veía el momento de repetir..., pero que dos eran poquitos..., -me mordí el labio inferior pare de moverme y otra vez pude contener mi eyaculación. Romi estaba excitada y divertida con mis esfuerzos para no acabar.
-Después de eso me dijo que fuera gateando hasta al lado de la cama..., moviendo bien el culito..., vine con el vestidito y la tanga acomodada de nuevo..., giraba la cabeza y lo miraba... cuando llegue al costado de la cama el jefe se abalanzo hacia mi..., me levantó el vestidito y corriéndome otra vez la tanguita..., me la metió en la concha..., me bombeaba y me agarraba del pelo..., me giro la cabeza para que te mirara mientras me cogía..., me hablaba al oído..., me decía: mira como duerme el cornudo..., no te podes aguantar sin pija..., no te da vergüenza ser tan puta..., yo movía el culito para atrás como respuesta...,
-Querés que te llene la concha...?, me dijo.
-Dame un poquito mas..., le pedí, me encanta tu pija le dije..., me enviciaste..., me encanta tenerla adentro mío..., me mordió el hombro y se quedo quieto para no acabar..., como haces vos ahora... –y volvió a sonreírse.
-Le dije que no había podido aguantar hasta el lunes para que me coja..., que quería sentir su pija... bien de machote..., y que me encantaba como me poseía..., que era su perrita..., el empezó a bombearme y ahí descargo en lo profundo de mi conchita, se despidió en el oído y me dijo que lo acompañara hasta la puerta..., me dijo que te diera la lechita.... salió y el ruido de la puerta te despertó. Yo vine caminando al lado de la cama..., más caliente que nunca..., y vos pensaste que me había puesto el vestidito para vos..., -me metió el dedo en el culo bien adentro y no pude aguantar más.
-Cuanta lechita mi amor..., la siento a pesar del forrito..., cornudito hermoso..., pajero...
me levante y me fui al baño, me sentí confundido. Me grito desde el cuarto, acordate que tenemos que ir a buscar a la nena.
Romina y la trampa del deseo 6
El resto del domingo la pasamos muy tranquilos en familia, fuimos a buscar a la nena y a la plaza. A la noche al acostarnos, Romi me mostró unas medias con liguero que había comprado junto con una tanguita muy bonita, sus pechitos al aire, me hizo sentar en la silla y bailo sensualmente para mi. Se acostó en la cama y tomo el teléfono inalámbrico se abrió de piernas y me indico que fuera a chuparle su conchita, disco un numero.
-Hola jefe...? –sentí crecer mi erección al tiempo que empezaba a chuparla.
-Si, me esta chupando la conchita..., debe estar buscando restos todavía...
-Te quería decir que decidí no trabajar más, por ahora. –la mire a los ojos no me había dicho nada al respecto- No quiero sentir ninguna obligación, me encanta como me coges..., lo vas a seguir haciendo..., claro..., -dijo mientras me miraba- pero no quiero el tener que estar todos los días juntos y demás. Igual en la semana voy a pasar por la oficina. –cortó el teléfono y me indico que la fuera a montar. Se la clave bien dura como estaba, me miró a los ojos como hacía mucho no lo hacía.
-No quiero que el dinero se mezcle en esto..., vos sabes que soy una perrita..., me calienta que sea tu jefe..., también como me trata..., pero me puede seguir tratando así igual..., ¿No..?, dijo sonriendo. Yo la bombeaba como un desesperado, los dos estábamos calientes, el fin de semana había sido muy movido y teníamos imágenes muy frescas dando vueltas en nuestras cabezas.
-Te dejo cogerme sin forrito..., porque me estoy cuidando..., igual no te voy a dejar siempre..., aunque me cuide..., -me miro mas perversa que nunca-, cuando no me cuide más vos no me vas a coger más sin forrito..., es peligroso...
-Y los demás...?
-Ay..., tontito..., que preguntas...,
-Los vas a dejar que te cojan sin forrito aunque no te cuides?
-A todos no..., -dijo mientras me metió el dedo medio en mi culo y me hizo explotar en cantidades a pesar de lo movido del fin de semana, ella también me regalo un orgasmo delicioso. Nos dormimos abrazados como hacía tiempo no lo hacíamos.
De lunes a miércoles la semana venía bastante normal, Romi no había querido tener relaciones, se vestía muy sensual en la casa, cuidaba el jardín y a nuestra hija. Pero me decía que prefería que subiera la calentura, así nos disparábamos un poco más.
El jueves estaba trabajando y me pasaron un llamado de Romi
-Hola amor...!!!, esta el jefe?
-Mmmsi.., -me salió medio entrecortado
-Que te parece si voy para ahí... así aclaro un poquito la situación..., no?, pobre...
-Como vos digas.
-Avisale que voy..., así no se va a ningún lado..., un besito.
El jefe me sonrió cuando fui a darle la noticia. Me dijo que en hora buena que iba a ver si la podía convencer, de alguna manera y me miro perversamente al decirlo. A la media hora llegó Romi, traía un tapado liviano que le cubría hasta las rodillas. Saludo en general y charlo un rato con los muchachos y chicas, después la acompañe a la oficina del jefe. Golpee la puerta y le pregunté si podíamos pasar. Romi entró y se quedo parada antes de llegar al escritorio.
-Me sacas el tapadito..., amor...? –estaba vestida con el vestido transparente negro y el conjuntito de liguero y tanguita que se había puesto el domingo, me miro a mi y me dijo
-Estoy linda amor...? –el jefe le hizo una seña para que se acercara, me dio un beso en la boca al pasar junto a mi y se fue caminando sensualmente, el jefe se alejó del escritorio y Romi se sentó en sus muslos mirándome a mi.
-Jefe.., se puede quedar mi marido a ver...?
-Claro... sabes que nos gusta... –los dos sonrieron perversamente. Romi lo beso un rato y se acariciaron y después se apoyó en el escritorio con la pancita en el y el culito para el lado del jefe. Me indico que me acercara a besarla. El jefe la acariciaba y se desnudo de la cintura para abajo, me indicó cerrar la puerta.
-No te podes ir te voy a extrañar mucho -decía mientras la franeleaba. Después empezó a apoyarla sobre la ropa y frotarse contra ella.
-No te gusta esta verga...?, putita barata...
-Si...!!!, me encanta...
-Y porque no te quedas así te cojo bien seguido..., y te rompo bien este ortito divino que tenés. Mientras el boludo trabaja al lado...
-Nnno se... –le levanto el vestidito a la cintura y le corrió la tanga, le escupió en el culo y se la metió lentamente, romi tenía una cara de placer inmensa.
-No te gusta lo que sentís...?
-Si papi..., me encanta..., me gusta ser tu puta..., tu culorroto... –empezó a bombearla bien fuerte y Romi me volvió a besar para ahogar sus gemidos. El jefe le pellizcaba los pezones, ella empujaba con su culo para atrás.
-Le conté al presidente de la empresa de vos...
-Y... que hay...?
-Le conté lo puta fácil que sos y le dije que el sábado a la noche ibas a venir con tu marido a casa..., a una fiestita...
-Lo que vos quieras...!!!, pero garchame más..., dame más duro..., no pares...., cuanto aguantas..., el pajerito de mi marido enseguida acaba..., -me miro y me hizo el gestito habitual que me masturbara- Miralo como se pajea para nosotros..., -el jefe la clavo a fondo y se quedo viendo la tomo de la cintura y sin sacársela se sentaron en el sillón. Los dos me miraban.
-Muy bien amor..., mientras la perrita tiene una pija en el ortito...., vos te haces la pajita...
-y se rieron los dos perversamente- el jefe la volvió a poner sobre el escritorio y empezó a bombearla cada vez más fuerte
-Te voy a llenar bien llena para que te chupe el cornudo infeliz de tu marido. Queres...?
-Si..., papi..., si..., pero porque no la sacas y se la dejas toda en la puertita..., así la saborea bien la cerdita... –el jefe se rió y cuando estaba acabando le junto los glúteos apretando su pija con ellos y acabó gruñendo. Romi me miro para que fuera. El culo estaba lleno de leche toda por fuera. Cuando empecé a chuparla romi seguía acabando y el jefe le dio su pija para que la chupara, seguía morcillona. Fui limpiando caliente y con un poco de asco. Me sentía un imbecil.
-Que bien que limpias mi cornudito..., te gusta la leche de tu jefe...? –y volvió a reírse perversamente. La pija del jefe había vuelto a crecer y le cogió la boca hasta que acabo. Romi me pasó la leche a mi y me indicó que la tragara, me sentí peor que nunca y asqueado de mi mismo. Después se quedaron besando en el medio de la oficina, romi me pidió el tapado se lo puse y me dio un beso a mi también. Yo no había acabado.
-Guarda la lechita para la noche..., te voy a pajear lindo hoy... –le guiño un ojo al jefe y salió de la oficina, mientras este le decía que no olvidara lo del sábado.
-Lo vamos a pensar, dijo Romi mirándome.
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