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Romina, mi perra cap 21 a 24

Romina, mi perra embarazada 6

En sucesivas cogidas le conté a Romi lo que había pasado con Mirta, ella estaba muy contenta que se lo contara y me aseguro que iba a ser muy bueno.
-Porque mi amor? -le pregunte mientras ella se movía encima mío, mirándome.
-La próxima vez..., vamos a ir a comer a la casa de ellos..., y vos vas a ira a ayudarla a la cocina...
-¿Y...?
sonrió perversa y dijo –La vas a besar y yo voy a entrar justo a la cocina..., los voy a sorprender y me voy a desmayar..., vos te vas a ir con ella a la farmacia a comprarme una medicación... y yo me lo voy a garchar a Oscar en su cama matrimonial..., mientras vos como un pajerito cornudo..., le das algún besito en el camino a Mirta para hacer tiempo..., mientras sabes que en su casa..., su marido me rompe bien el culo....
acabe como un cerdo explote a mas no poder mientras la miraba a Romi alcanzando su orgasmo y sonriendo.
Así fue casi como paso. Nos sorprendió en la cocina besándonos y nos fuimos con Mirta a la farmacia. En el camino hacia la misma nos apretábamos todo el tiempo. En un momento Mirta me manoteó la pija y empezó a pajearme, pero no la deje seguir. Igual traté de tardar lo suficiente como para que pudieran coger tranquilos. Me sentía un infeliz, pero a la vez no daba más de la calentura. No podía dejar de imaginar a Romi o bien sentada sobre la pija de Oscar o bien en cuatro sobre la cama. Me calentaba cuando volvíamos caminando de la farmacia que fuera Mirta la que pensara que estábamos haciendo algo indebido, mientras su esposo se cogía a mi mujer hacía ya un montón de tiempo. En un momento mientras nos besábamos, a pesar de la calentura la separé de mi diciéndole que eso no estaba bien, que nuestras parejas confiaban en nosotros y no se merecían eso. Ella me miro y pareció estar de acuerdo. Igual yo estaba seguro, que debía tener sus amantes por ahí. Era una putita a todas luces. Yo me sentía como el único mogolico que no se la iba a coger, mientras su marido se cogía a mi mujer en mis narices. Cuando volvimos a su casa Romi y Oscar charlaban tranquilamente en el living. Romi habló:
-Cuanto tardaron amor. ¿qué estuvieron haciendo?
-Nada amor. Es que no encontrábamos farmacias cerca, quédate tranquila.
-Mejor vamos a casa así descanso.
Llamamos un taxi y nos fuimos, Romi me hablo al oído diciéndome que le había echado dos, me tomó la mano y me la llevó por debajo de su mini hasta su conchita, no tenía su tanguita.
-Se la deje de regalo. –me tomo de la nuca y acercándome a su boca me beso, llevó mi oído a su boca y me dijo que me quedara así, que el taxista miraba por el espejo como le manoseaba la concha. Empezó a gemir más fuerte, el taxista parecía ponerse más nervioso. Romi me decía que se acomodaba el bulto sobre el pantalón que siguiera pajeandola. En un momento me dijo que el taxista se la había sacado fuera del pantalón que le encantaría chuparsela. ¿te gustaría?... me corrió a un costado y pasando por entre el asiento se la agarró al taxista. Le pidió que se detuviera en un lugar oscuro y pasándose adelante se sentó en el asiento del acompañante y acomodándose empezó a chuparsela. El taxista gemía y Romi le dijo que ahora siguiera manejando, en un momento el hombre se tenso mientras con su mano derecha agarraba la nuca de Romi no dejándola escapar. La vi levantar la cabeza y restos de leche salían por la comisura de sus labios, cuanta lechita papi, me dijo.
Que linda noche no?... y me sonrió. En la puerta de casa bajamos y le dio un beso al taxista que estaba de piedra al ver bien la panza que Romi tenía. Esta le agradeció sonriendo.
Se desnudo y se metió en la cama con el culito de costado.
-Estuviste muy bien..., solo te falta que me limpies con esa lengua de cerdita que tenes..., ¿la apretaste a Mirta?...,
-Un poco...
-Bueno..., te perdono..., pero chupame bien..., saborea la leche de mi macho..., pajero..., cornudo.... y pajero..., que lindo tener un putito como vos..., a mi servicio....,¿me querés pajero....?¿Querés que mami te pajee como agradecimiento...?
-Si, por favor.
-Así me gusta..., que sepas como tenes que pedir... –se sentó en la cama y acomodándome con mi pija a la altura de sus pechos empezó a pajearme lentamente mientras me decía que me había portado muy bien y me iba a dejar que le llenara los pechos de mi leche. Explote un montón sobre sus pechos y ella se lo restregó todo.
-Se dio media vuelta y se durmió deseándome buenas noches.

Romina y yo, cada vez más perversos

Finalmente nació nuestra hija, a la que llamamos Nadia, estábamos contentos con la situación. Oscar, el macho de Romina, pasó con Mirta, su esposa, por la clínica a conocer a la nena. Pasaron dos meses en que nuestra vida transcurrió en total normalidad, mis suegros en casa muy seguido de visita y mis padres y hermana sin ninguna noticia de mí, ni siquiera sabían que habían sido abuelos y tía, estaba muy enojado con ellos todavía.
No habíamos hablado ni hecho mención acerca de lo que pasaría ahora con la relación de Romi con Oscar, era obvio para mi que no iba a desaparecer en la nada, igualmente el tema estaba instalado sin ser hablado.
Una tarde iba en la moto laburando y sonó mi celular. Cuando atendí era Oscar.
-Hola, como estás me dijo? –no conteste, acerque mi moto al cordón y me quede callado.
-Mañana me gustaría ir a visitarla a Romi hace mucho que no la veo, ¿que te parece? –seguía sin palabras.
-¿Me escuchas?
-Si.
-Pensé que me había equivocado de número, mañana quiero ir a verla a Romi, ¿a que hora te parece bien?, quiero que estés presente. –me sentía demolido, no esperaba un golpe así.
-Cuando vos quieras. –me escuche contestar y sentía morirme. Escuche su sonrisa al otro lado de la línea.
-No le digas nada a Romi quiero que sea una sorpresita, cuando este por llegar te llamo al celular así me abrís la puerta sin que toque timbre y la sorprendemos. –sentí mi cuerpo empezar a temblar, me sentía excitado, rabioso, enfermo. Mi cuerpo era una maza de temblores, me baje de la moto y me quede sentado en el cordón de la vereda, fui hasta el primer kiosco que encontré y me compré una cerveza de litro, me la tome, y me quede sentado toda la tarde en el mismo lugar, perdido. Ni siquiera le avise a mi jefe que no me sentía bien, ni nada, tenía un montón de trámites para hacer pero estaba nock-out.
En la noche Romi me preguntó que me pasaba y no le anticipé nada, le dije que el día de trabajo no había sido muy bueno y nada más, me abrazó fuerte desde atrás y nos dormimos. La nena en su cuarto dormía placidamente, y cuando lloraba Romi se encargaba de cuidarla.
A la mañana siguiente me levanté temprano, la mire a Romi que dormía desnuda, me bañe, desayune y me fui al trabajo, le conté al jefe que me había descompuesto el día anterior que ni siquiera le pude avisar, como el estaba contento con mi trabajo no dijo nada, en realidad se preocupo más por mi, que por otra cosa. Me abrazó y me dijo que me fuera a descansar dándome plata, me fui a pasear por la ciudad con mi moto, miraba a la gente pensando que nadie sabía la enfermedad que puede haber en la cabeza de otro.
En el horario habitual volví a casa, la nena dormía y Romi estaba con su calcita en la cocina preparando el mate. Cuando llegué vino hacia mi y me besó bien melosa, se fue a trabajar en el jardín y me dijo que si se despertaba la nena le avisara. Estaba vestida con su hermosa calza que me volvía loco y una remerita muy liviana sin sujetador. Paso un rato y sonó mi celular. El corazón parecía que me iba a explotar en el pecho.
-Estoy a una cuadra, acércate a la puerta. –y cortó.
Otra vez me sentía temblar, fui hacia la puerta mientras Romi seguía en el jardín trabajando. Abrí y ahí estaba Oscar con una amplia sonrisa y un ramo de rosas rojas en la puerta de mi casa. Paso y me dio la mano fuimos a la cocina y por la ventana la vio a Romi.
-Está cada vez más linda. –me dijo. Le acerque un mate y se quedo parado junto a la ventana mirándola. Me miro y dijo:
-¿Qué suerte tenemos no? –le vi su sonrisa como una mueca.
-Dejala que trabaje un rato más en el jardín me encanta mirarla desde acá. ¿Tenías ganas de que venga, no? –me parecía rarísimo que fuera Oscar quien me interrogara, pero la sola cercanía de Romina hacía que el juego fuera de a tres y era obvio que Oscar era una pieza fundamental en ese momento. No contesté y me cebé un mate. Me miró fijo a los ojos y me dijo:
-No aguantaba las ganas de cojermela, que sorpresa le vamos a dar, no hace falta que me agradezcas nada, dijo y sonrió. –se quedó parado junto a la ventana de la cocina mirándola a romi trabajando en el jardín, mientras yo le cebaba mate y el seguía con las flores en la mano.
-Que cogida le voy a pegar hoy, me había olvidado la perra hermosa que es, y vos te vas a pajear para nosotros –dijo mirándome a los ojos- vas a ser un pajero para nuestra calentura.-me sostuvo la mirada que era muy fuerte y yo no pude soportarla, baje mis ojos mire el suelo me cebe un mate y le acerque otro a él. Me miro a los ojos, mientras tomaba y me dijo.
-Asomate y decile que venga a tomar unos mates. Que ya están bien calentitos. ¿No?.
Me asomé al jardín por la puerta del costado de la cocina y la llame
-Ro. ya esta el mate calentito
-Dejo las herramientas en el cuartito y ya voy amor, me lavo las manos y voy.

Romina y yo, cada vez más perversos 2

Oscar se coloco en la puerta que daba al comedor, casi entrando en la cocina, yo me quede junto a la pileta que da a la ventana del jardín, cuando Romi entro una inmensa sonrisa se le dibujo en la cara, me miro y me dijo
-Papi, no me dijiste que tenías una sorpresa... –me dio un beso en la mejilla, fue hacia Oscar que le dio las flores, Romi se giro hacia mi y me las dio se acercó a Oscar y lo beso, las manos de este se fueron al culo de romi y empezaron a sobarse los dos desenfrenadamente.
Romi se separó un poco y me dijo.
-Amor que linda sorpresa!!!!, fue idea tuya.
-No, él es sólo un cornudo consentidor –dijo oscar mirándome con sorna.
-Y... ¿a que debemos el honor de su visita señor? –dijo Romi, Oscar la tomo del brazo y le guió su mano hacia su bulto.
-Mi amigo tenía ganas de verte, te extrañaba. –Romi se puso de rodillas delante de él le bajo el cierre y desabrochándole el pantalón se lo bajo, se lo saco del todo y también le bajo el slip, la gruesa pija de Oscar apareció bien dura. Romi giro la cabeza a verme, sonriéndome dijo:
-Se la ve bien no amor...? –y la empezó a recorrer con su lengua sin metersela todavía en la boca, se entretuvo con su lengua jugando en la cabecita de la pija, justo en el agujerito. Me miró y continúo:
-Y no sabes que rico gusto tiene..., -se la metió hasta el fondo de la boca, Oscar me miro sonriente.
-Que buena mamadora tenes en casa..., ¿te gusta mirar, pajero? –romi giro la cabeza sin dejar de chupar para mirarme, se la saco un instante de la boca
-El muchacho te preguntó algo amor...
-Si..., me gusta mirarla a Romi.
-Y querés ver como me la cojo en tu cama, cornudo? –no tenía fuerzas para contestar. La tomo de las axilas, la ayudo a levantarse y se fueron besando hacia la pieza. Se desnudaron en el camino. Quedaron los dos completamente desnudos. Oscar la empujo a romi hacia la cama, esta cayo boca arriba y se abrió de piernas. Lo miro con cara de deseo.
-Lo único que te pido es que te pongas un forrito, no me gustaría quedar embarazada..., todavía. Oscar me miro a mi y le acerque uno de la mesita de luz.
-Ayudame a ponérmelo, me arrodille delante de él y lo fui colocando.
-Cuanta colaboración... –dijo Romi, Oscar se acomodó entre sus piernas y se la fue dejando ir despacito.
-Si.....!!!, como extrañaba tu pija..., ¿está más gorda o me parece?. –Oscar solo se dedicaba a bombearla y de a ratos le mordisqueaba los pezones.
-Suavecito que me duelen y sale lechita... –Oscar se prendió en uno de ellos y empezó a mamarlo. Romi se sacudía sobre la cama.
-Como te extrañe puta..., tenía unas ganas locas de cogerte. ¿no te gustaría sentirla al natural?
-Es que..., es un período muy riesgoso..., no se... –giro la cabeza a mirarme- ¿qué opinas mi amor...? –yo estaba con la pija en la mano pajeandome lentamente, no supe que contestar.
-Hagamos una cosa..., sacate el forrito pero no me llenes..., acaba afuera... ¿si? –vi la pija de Oscar salir y arrancarse el forro con una mano, empezó a pasar la cabeza de su pija por todo el borde de la conchita de romi.
-Clavame de una vez..., porfi..., damela..., no aguanto... –Oscar se la metió bien duro y hasta el fondo- Tenía razón papi..., se siente mucho más deliciosa así... y... ¿sabes como le late...? que linda pija, Oscar!!!. –lo veía a Oscar sonriendo y de a ratos mordisquearle los pezones. Empezó a bombearla cada vez más profundo, romi empezó a gemir cada vez más fuerte.
-Es muy peligroso..., despacito porfi..., que dura que esta..., como te late!!!, clavame duro... –los pies de romi se acomodaron cruzados detrás de los muslos de Oscar, con los cual lo empujaba hacia ella y se ofrecía cada vez más abierta.
-Mira que estoy cerca perrita.
-Dame duro..., no pares..., bombeame y clava..., duro!!!, papi duro..., no pares!!!, bien duro...!!!!
-Pero estoy muy cerca no aguanto.
-llename toda...!!!, damela...!!! quiero sentirla... bien adentro!!!!, duro..., duro...!!! –Oscar estaba cada vez más excitado al igual que Romi la bombeó hasta que se tensó y explotó en lo profundo de su concha, romi se revolvía en la cama estaba transfigurada, su rostro parecía otro.
-Cuanta...!!!!, cuanta...!!!, que rica...!!!, dame...!!!!, más...!!!, que dura que sigue!!! Seguí cojéeme!!!!, no pares...!!! –Romi sacudía su cabeza hacia atrás, oscar se fue saliendo de a poco, su pija seguía bien dura, se acomodó entre los pechos de Romi y juntándolos empezó a pajearse entre ellos. La cogía duro entre los pechos, volvió a pajearse y de a ratos le pegaba en los pechos con su pija...,
-Le vas a dar de mamar a la nena? –Romi sacudía la cabeza como queriéndose escapar.-
-No por favor..., no. Entonces te voy a llenar el culito..., querés?
-Lo que vos digas papi!!!, soy tu puta...!!!, -oscar se siguió pajeando hasta que acabó sobre los pechos de Romi, que empezó a repartir la leche de Oscar por todos sus pechos.
-¿Te gustaría traerla a la nena y darle de mamar?, así se acostumbra al olor a macho de chiquita. Romi abrió los ojos se incorporó y lo beso. Que rico estuvo..., espero que no me hayas llenado.
Oscar se puso de pie y se fue a la ducha. Romi se pajeaba sobre la cama, me miro y me dijo: -¿Te gusto..., amor?, acercate a chupar..., a ver si podes sacarme la leche de la conchita..., aunque me parece que no vas a poder llegar tan profundo... –me arrodille entre sus piernas y empecé a chupar lentamente y cada vez estaba más caliente, en un momento acabe sin siquiera tocarme, me tiré hacia el lado de Romi que estaba sonriente. Oscar apareció algo más tarde, estaba vestido. La beso a Romi mientras le acarició el cuerpo por un largo rato parado al lado de la cama. Nos vemos perra hermosa, le dijo y dando la vuelta salió del cuarto, en ese momento la nena empezó a llorar.

Romina y yo, cada vez más perversos 3

Pasaron un par de días de la visita de Oscar, esa tarde llegue del trabajo Romi me esperaba en la cocina, estaba hermosa como siempre con su calcita y una de esas remeritas hermosas. Me esperaba con el mate listo, la beba dormía, cuando entre me dio unos besos y nos acariciamos mucho. Estaba muy seria y me dijo que quería hablar muy seriamente. Nos sentamos a tomar mate. Romi rompió el fuego.
-Amor, lo que paso antes de ayer es demasiado, me parece. Tenés que poner fin a la situación. Si Oscar llega a llamar o a pasar y vos no estás yo le voy a cortar el rostro. Si lo llegas a traer o a dejar venir, la situación no es más mi responsabilidad. Va a pasar algo muy fuerte y vamos a salir lastimados. Viste que me acabo en los pechos, vos sabes cual es la idea de eso, además que me lleno bien la concha, deci que hace unos poquitos días que me indispuse así que no creo que haya riesgo. Pero no podemos avanzar en esto. Le tenés que poner un fin a la situación. –se hizo un largo silencio, tomamos mate, Romi me miraba esperando una respuesta.
-Bueno entiendo lo que decís, pero no lo puedo remediar, y a vos te encanta también no te hagas la inocente ahora.
-Es verdad, lo recuerdo y me mojo toda. –nos besamos y acariciamos mientras Romi se sentaba en mi regazo.- Pero igual tiene que terminar, sino nosotros vamos a terminar mal.
-No lo puedo frenar mi amor, es más fuerte que yo.
-Bueno, consulta con algún profesional, algún terapeuta o algo así, para empezar hasta que consigas alguien que te ayude empeza por tener el celular apagado.
Esa noche pensé que Romi tenía razón, pero a la vez sentía que lo que pasaba con Oscar me atraía como un imán. Esa noche no podía dormir, pensaba como le contaría a un psicólogo lo que me pasaba, me daría mucha vergüenza siquiera empezar a hablar. Finalmente empecé una terapia, pasaron dos meses de la misma, Oscar me había llamado en un par de oportunidades al celular, yo le había cortado y apagado el celular, sentía que empezaba a tener el control de la situación. A Romi la había llamado en dos ocasiones y le había dicho que estábamos tratando de terminar con esta situación, que nos estaba haciendo mal. Igual el tipo solía insistir periódicamente.
La semana siguiente las cosas se complicaron, mi terapeuta no podía atenderme ninguno de los dos días de la semana porque tenía un congreso. Sentí que mis defensas empezaban a flaquear. El viernes fui con un par de muchachos a tomar una cerveza después del laburo, me despedí de ellos y me subí a la moto y me fui para casa, sonó mi celular y pensé que era Romi y cuando atendí escuche la voz de Oscar:
-¿Ya te vinieron las ganas de ver como me recojo a la puta de tu mujer? –no le contesté pero tampoco corté el teléfono, lo interpretó obviamente como un semáforo verde.-Tengo unas ganas de romperle el culo a Romi, se me hizo tarde en el laburo, porque no me pasas a buscar con la moto así miras como le rompo el culo a tu mujer, ¿eh cornudo? –no podía cortar, estaba atrapado con lo que escuchaba. –Parece que estás calentito, eh cornudo, te espero en la puerta del trabajo, apurate. –y lo sentí cortar, doble con mi moto hacia el lugar.
Ya no tenía ninguna fuerza para resistirme. Estaba vencido. Tenía ganas de llorar pero a la vez estaba muy excitado. Cuando me vió llegar con la moto, el rostro se le ilumino, se subió detrás de mi, salí a toda velocidad hacia casa, cuando llegamos bajamos de la moto, su cara estaba transformada, lo veía más perverso que nunca. Entramos a la casa el detrás de mí la nena dormía, Romi en la cocina, me vino a besar y a abrazar y cuando lo vió a Oscar se quedó quieta en el lugar, Oscar me corrió lentamente hacia un costado y dio una vuelta alrededor de Romi mirándola, evaluándola.
-Así que la señora no tenía ganas de verme. –se acercó desde atrás y la agarro fuerte apoyándola mientras le agarraba los pechos y le mordía el cuello, Romi tiro su cabeza hacia atrás apoyando la cabeza en sus hombros. Oscar empezó a sobarle las tetas, le saco la remera y la calza dejándola desnuda en el medio del comedor. La giro y la puso de rodillas delante de él, le levanto la cabeza para que lo mirara, bajo el cierre de su pantalón y saco su miembro dándoselo a chupar, Romi empezó a chuparlo cada vez más caliente, lo miraba cada vez con más cara de perra. Me miró y sacándose de la boca dijo:
-¡¡No pudiste aguantar..., cornudo... y pajero...!!!, eso vas a ser entonces. –se le volvió a meter en la boca y la chupaba cada vez más caliente, se puso de pie y tomándolo del brazo a Oscar lo llevo hacia el cuarto, me miro al pasar junto a mi.
-Vení a ver como me cogen..., puto..., pajero..., cornudo de mierda...!!!! –lo empujo a Oscar a la cama y le saco el pantalón, Oscar se saco la remera y quedo desnudo. Romi se fue acomodando sobre él.
-Ponete atrás mío y llevame la pija a la concha metela vos...., dale puto... –su voz estaba cada vez más caliente.- Dale aprende como se trata a una perra..., pajero..., puto..., maricon..., -agarré la pija de Oscar y la guié a su concha, metiendosela de a poco.
-Como te sentís?, llevando la pija de mi macho a mi concha..., te gusta..., puto!!!, cornudo..., te vas a tener que acostumbrar a pajearte porque lo vas a hacer más seguido. –se acomodo sobre Oscar y empezó a cogerlo con su cadera moviéndose a mas no poder, Oscar tenía una cara de perverso máximo, sus manos empezaron a pellizcar duro los pezones.
-Me duele Oscar...
-Callate puta, así que no me querías recibir... –y la volvió a pellizcar.
-Perdón mi macho..., ¿qué querés que haga la puta..., para que la perdones...?
-Primero te voy a romper bien el culo que lo extraño.
-Lo que vos digas mi señor...!!!, hacemelo mierda..., que no me pueda sentar por un mes...!!!, y se salió de él y se quedo en cuatro sobre la cama.
-Infeliz!!!, trae un lubricante así mi macho me rompe bien el culo..., puto de mierda!!!
Volví del baño con un tarro de aceite para bebes.
-Que tierno, aceite para bebes..., dijo Oscar.
-Lubricamelo bien para mi macho y lubricale bien la pija a él..., no vas a tener lugar donde meter los cuernos... después de hoy..., puto..., pajero...
Empecé con el culo de Romi, Oscar me dijo que solo tirara un chorro que el lo repartía, empezó a juguetear con sus dedos, poniéndose de rodillas detrás de Romi. Me indicó que le lubricara su pija. Era la primera que toqueteaba y me sentía raro. Romi se puso a mirarme.
-Te gustan las pijas también..., ¿queres probarla...?, maricón..., es la del macho de tu mujer..., la que le va a partir el culo en dos..., puto...!!!! –Oscar se acomodó y la fue metiendo de a poco, la cara de Romi se transformo.
-Que delicia Oscar..., perdón por no haberte dejado venir..., cobrate con mi culo..., rómpemelo bien... por favor..., que mire el puto..., no sirve para nada.... –Oscar la agarró de la cintura y le empezó a dar bien duro, aguantaba un montón el tipo. En un momento se salió y trayendo una silla del comedor se sentó y la llamó a Romi sentándola en su miembro. Se la metió hasta el fondo del culo.
-Si mi macho..., que rico..., me perdonas?
-Te voy a perdonar..., si le das la teta a tu hija mientras te quedas sentada en mi pija.
-Ay...!!!!, no por favor...!!!, nnno seas guacho... y movía el culo sobre la pija de Oscar
-¿No querés que te perdone?
-Infeliz trae a la nena. –yo estaba conmocionado y más tarado que nunca, traje a la beba. Romi dormida como estaba la acomodo y le fue poniendo el pezón en la boca para que empezara a mamar, la nena se prendió al pecho. Oscar miraba por sobre el hombro, le dijo al oído a Romi en tono normal.
-Muy bien perrita, vas mejorando. -Romi empezó a tener un orgasmo.- Parece que te gusta, ¿eh? –Romi no contestaba, se mordía el labio inferior y estaba acabando. La nena tomaba de un pecho y Oscar jugueteaba con sus dedos pellizcando el otro. En un momento me indico a mi que me llevara a la nena, sin sacar la pija acomodo a Romi sobre la silla y la empezó a coger así como estaba. La bombeo hasta que exploto mientras Romi también volvía a acabar. Oscar se salió y empezó a cambiarse, dijo que tenía que llegar a su casa que su mujer lo esperaba. Le dio un duro cachetazo en el culo a Romi y la tomo del pelo.
-Nos vamos entendiendo puta?, le soltó el pelo y salió. El culo de Romi estaba muy abierto y la leche salía de él, se tiro en la cama y se durmió llorando, yo me fui a dormir al comedor.

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