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Romina, mi perra cap 17 a 20

Romina, mi perra embarazada 2

La situación volvió a parecerse a la que habíamos vivido con don Manuel, Romi me miraba todo el tiempo como gastándome y no sacaba el tema. Me volvió a dejar un par de días bien caliente y al tercero volvió al ataque. Mientras cenábamos empezamos a charlar.
-Estamos de suerte..., amor... –dijo romi.
-Porque mi cielo?
-Oscar, que así se llama el muchacho de seguridad vive por acá cerca y viene en auto.
-Y...?
-Que se ofreció a traerme..., -le di unos besos y le dije que no empezara a joder.
Ella espero a que estuviéramos en la cama haciendo el amor. Mientras se movía encima mío empezó el ataque de nuevo, se quedo quieta, sentada sobre mi con mi pija bien adentro de su conchita, me miraba de frente y le acariciaba sus pechos que estaban muy llenos y duros.
-Ya lo decidí..., amor....,si no decís nada..., me lo voy a coger en un telo..., que hace mucho que no voy...
-Pero dejame que yo te rompa el culo bien roto.
-Vos sos un pajerito... y si te digo que me duele que salgas te salís porque te da miedo lastimarme..., quiero un macho..., que me rompa bien el culo... –se salió de mi y se puso en cuatro en la cama.
-Veni por atrás pero metemela en la conchita..., imaginate que me coges el culo..., pero nada más pajero..., me vas a pedir que lo invite al muchacho mañana a que me coja en nuestra cama... antes de metermela, sino se termino la cogida aca... –me acomodé detrás de ella, me volvía loco verla asi ofrecida, le acerque la punta de mi pija para empezar a cogerla y se tiro para adelante.
-No te escuche..., cornudo pajero...., y ahora por favor pedimelo..., y mañana le vas a decir vos a Oscar que te encantaría verlo rompiéndome el culo... esta claro?
Se la clave en la concha y volvió a sacarme, se acostó boca arriba en la cama.
-Ni siquiera en cuatro me vas a coger..., pedime..., vamos... –me acerque a poner mi miembro y ella me puso su mano en el pecho, me miro profundo a los ojos.
-Invitalo mañana amor...
-Y que más?
-Yo le voy a pedir que te rompa el culo. –sonrió perversamente y me dejó penetrarla me beso profundo en la boca.
-Cogeme fuerte hasta que acabes..., imaginate mañana..., lo primero que va a disfrutar es mi culo... y espero que me lo rompa sin piedad..., vos sabes que no me equivoco cuando elijo un macho... –le di duro hasta acabar y nos besamos un largo rato hasta dormirnos.
El día siguiente se me volvió a hacer interminable. Romi me dijo que me pasarían a buscar por el trabajo, que suerte que volviéramos en coche. Cuando salí del trabajo vi un falcón viejo parado en la puerta y a Romi junto al muchacho en el coche. Me subí y me senté en el asiento de atrás. El tipo era realmente impresionante, tenía unas manos muy fuertes y cara de bruto nato. Me sentía humillado con la situación de viajar atrás y el con mi mujer adelante. Romi me dio solo un piquito.
-El es Oscar amor. Trabaja en seguridad. –El tipo me dio la mano con un apretón y sentí que me rompía los huesos de la mano. Tenía una panza bastante grasa pero se lo veía un tipo bravo. Charlamos un rato sobre naderías y en un momento Romi me miro y dijo, mi amor no te parece que Oscar podría ayudarnos a cumplir tu fantasía. Que hija de puta pensé, porque me haces esto perra. Trague saliva, Oscar me miro por el espejo.
-Dale habla macho, no seas tímido. –la cara de romi era un poema.
-Dale amor..., decile..., -y vi su mano dirigiéndose a la bragueta del tipo.
Oscar la miro y me miro a mi, yo puse cara de estúpido. Romi se agacho sobre el tipo y liberando su miembro empezó a chuparselo. Se lo saco de la boca y me dijo.
-Dale amor..., decile!!!
-Bueno..., me gustaría ver como le rompen el culo a romi estando embarazada... –el tipo piso el acelerador y salió de raje, la separo a Romi y le dijo que no quería desperdiciar su leche en la boca.
-Te voy a llenar el culo..., hasta por las orejas te va a salir..., siempre te vi pinta de puta...
vos indicame el camino –me dijo.
Cuando entramos en casa se empezaron a fajar en el comedor las manos grandes del tipo la sobaban por todo el cuerpo romi también lo desnudo a él, le chupo bien la pija y se fueron abrazándose hasta el cuarto, la calentura de ambos era mayúscula y yo tampoco podía más. Romi se puso en cuatro sobre la cama.
-Así queres que me ponga...?, amor... –el tipo ya estaba arrodillado detrás de ella, la metió un poco en la concha de romi para recoger sus jugos mientras sus dedos morcillones jugaban con el culito de mi chica.
-Despacito..., que hace mucho que no me lo hacen... –el tipo la agarro del pelo y la beso, con la mano derecha fue dirigiendo su miembro hacia el culito de romi y una vez que la cabeza entro, la tomo de la cintura y se la clavó hasta el fondo.
-Despacito... te dije!!!!...., me dueeeleee bruto... –el tipo la agarro fuerte de la cadera y empezó a serrucharla cada vez más violentamente. Mientras le decía:
-Callate puta.... si esto es lo que queres... los primeros días que te vi, te vi mirándome el bulto..., ¿te lo imaginabas en el culo...? ¿tenías ganas de tenerlo así al fondo?
-Si papi...., si....!!!, que bruto sos... que dura la tenes..., tu mujer debe ser muy feliz...
-Más feliz vas a ser vos..., porque te voy a hacer mi puta..., -giro la cabeza a verme y me dijo.
-Vos pajeate cornudo..., mostrame como te pajeas... –Romi también giro la cabeza a verme y me pareció que sonreía. ¿Te gusta ver como le rompo el culo a tu mujer? –yo solo asentí con la cabeza. Se salió de Romi y se sentó al borde de la cama, su pija era gruesa y cabezona. Romi se sentó de espaldas a él y se la acomodo de nuevo en el culo.
-Vení a chuparle la concha a tu mujer, mariconcito..., yo no se como un puto como vos..., puede haber enganchado una perra como esta. –con sus manos le apretaba fuerte los pezones a Romi, que tenía los ojos cerrados y se quejaba y gemía parejo. Me ordenó salir y girándola a Romi la dejo arrodillada al costado de la cama, la empezó a coger violentamente.
-Que rico culito..., pendeja..., ¿vas a ser mi putita..., eh?
-mmmmsiiiiiii!!!..., papi...., si!!!!, cuanto hacía que nadie me trataba así...
-Te voy a venir a coger cuando quiera...¿eh?
-Si papi..., si!!! Toda para vos...,
-¿y el pajero, putita?
-Que se joda..., por cornudo....!!!!!, por dejarme ser tan perra!!!!,
-Pero estas embarazada..., ¿no te da vergüenza ser tan puta?
-No desde ahora soy tu puta..., toda tuya papi..., ¿no acabas...?
-Me gusta alargar el placer..., mañana te vas a venir a bailar conmigo...
-Lo que vos digas...!!!
-Y después te voy a llevar a un telo y te voy a coger tranquilo..., sin ningún boludo mirando... –me miro a mi y dijo. Vos conseguime ciento cincuenta para mañana así saco a pasear a tu mujer... y te la devuelvo bien cogida... ¿Querés? Y empezó a serrucharla más duro a Romi.
-Amor..., contestale a Oscar...!!!, no ves que se enoja... y se la agarra con mi culito...
-Si..., Oscar, como vos digas. –el tipo se rió y dijo que no quería acabar todavía pero que tenía que irse. Me volvió a mirar y dijo.
-Querés que te la llene... o tenés la fantasía de ver mi leche por su espalda y culo... ¿eh?
-Dejasela bien adentro..., por puta..., -el tipo se rió y la clavo, romi giro su cabeza y lo besaba.
-Cuanta leche papi..., siempre te sale tanta..., como la siento... –el tipo se quedo un poco más bombeándola y la saco dura aún después de su orgasmo, en realidad era un tipo joven tendría unos veinticuatro o veinticinco años. Se quedo parado y la tomó del pelo a Romi llevando su cabeza a su pija para que la limpiara. Romi estaba deleitada.
-Metemela un poquito en la concha..., dale si..., -el tipo la beso y le dijo que mejor mañana que iban a tener toda la noche para ellos. Se empezó a vestir lentamente, mientras me miraba como a un bicho raro. Romi se acostó en la cama. Con el culo hacia arriba. Lo acompañe al tipo hasta la puerta.
-Acordate que mañana la paso a buscar, ayúdala a arreglarse..., te la voy a devolver bien cogida..., no va a tener ganas por un tiempo...

Romina, mi perra embarazada 3

Romina no había querido tener nada conmigo en la noche de ese día en realidad se quedo dormida en seguida, la tape y me dormí a su lado abrazandola y acariciándole la cara. A la mañana siguiente me monte sobre ella y empecé a bombearla.
-Despacito, amor..., no quiero que acabes..., quiero que me esperes bien calentito..., cogeme un ratito y después nos vamos a comprar algo de ropita..., quiero que me ayudes a elegirla..., -Después del desayuno salimos de compras. En cada negocio que parábamos Romi me hacía mirarla dentro del probador y me decía si le gustaría a Oscar. En un momento se probó un vestidito que la entallaba y le quedaba hermoso.
-Le dara ganas de cogerme mucho..., con este vestidito..., ¿vos que opinas..., amor...? –yo estaba todo el tiempo tragando saliva y pensando en lo que estaba por pasar.
-Amor, nunca habías salido con nadie, me molesta realmente.
-Pero cielo..., vos sos mi amor..., me voy a divertir un rato..., -se acerco a mi oído- ...y a comerme la verga de mi papi..., que me da mucha leche..., para que después..., mi amorcito me reciba bien cogida... y se haga la paja... –y me dio un golpe con el nudillo en la frente.
Tenía una mezcla de sentimientos dentro mío, me sentía caliente como pocas veces me había sentido antes, tenía miedo de perderla, en realidad sentía que la estaba perdiendo. Y me parecía que otra vez estaba siendo humillado, aunque sentía que Romi me amaba todavía. A la vez el tipo este Oscar era de los más desagradables que había conocido, me parecía violento y difícil de manejar. Esa tarde la ayude a bañarse le pasaba la esponja por todo su cuerpo, después se puso el vestidito sin corpiño y empezó a probarse tangas, cada una que se probaba se giraba y me mostraba el culito.
-Como se ve amor?, se nota bien... –yo la miraba excitado y molesto.
Cenamos tranquilos, no besamos nos acariciamos y a las once de la noche sonó el timbre. El tipo pasó a la casa, Romi se acercó a él, la apretó de la cintura y la beso. Cuando salía me aseguro que vendrían recién en la mañana, que no me preocupara que la iba a cuidar bien. Esa noche intente dormir, podía dormitar de a ratos. Estaba realmente preocupado por la situación, nunca Romi había salido con un bruto como este. A las siete de la mañana me quede dormido profundamente. A las diez escuche un coche que arrancaba y la puerta de casa. Romi entró a la habitación, se tiro en la cama y revoleó los zapatos. La salude.
-Hola amor..., que noche...!!!, -me miro perversamente y dijo- cuanto hacía que no comía tanta pija..., es un toro..., ¿por qué no te fijas..., todavía me debe salir lechita..., y de todos lados... y se rió perversa. Note que había bebido algo, estaba muy alegre.
-¿Por qué no revisas a la perrita, amor...?, oleme..., sentí el olor a macho que traje..., te vas a tener que acostumbrar a sentirme con ese olor... –me fui bajando y acomodé mi cabeza entre sus piernas. El cuarto estaba iluminado con los reflejos del día que entraban desde el comedor. Mire bajo su vestido y no tenía ropa interior.
-Y tu tanga?
-Se la regale a mi macho..., quería algo mío..., en realidad se comió todo..., no dejó nada sin probar..., que potro es..., acercate a olerme... –le levante el vestido dejándola desnuda de la cintura para abajo, restos de semen salían de sus agujeros, mi pija me parecía que me reventaba. Me acerque a olerla, me sentía cada vez más caliente. Tenía deseos de chuparla pero me daba cierto asco.
Romi pareció notarlo. Se desnudo del todo y me hizo olerle también los pechos y la panza, olor a semen por todos lados.
-El primero me lo hizo explotar arriba de los pechos..., me salpico hasta la cara... , ¿querés que te cuente...? mejor no...?
-Contame por favor.
-Veo que estas aprendiendo a pedir las cosas..., si me chupas..., te cuento..., quiero que me pruebes así..., usada por mi macho..., que certifiques que sos un cornudo..., pajero... –mi lengua empezó despacio a lamer su concha, de a poco me fui animando cada vez más, hasta lamerle su ojete. Al principio Romi se rió, pero luego se calentaba mucho con la situación.
-Sentís los restos de sus corridas...?, te voy a contar cuando me hizo el culo otra vez..., me había dado un rato largo por la concha..., estaba yo que no aguantaba más..., le pedía por favor que me la diera en el culo..., y otra vez..., me puso en cuatro sobre la cama..., me pellizcaba fuerte los pezones..., me dolía mucho pero me encantaba..., me decía que me iba a coger en mi cama..., y sabés que más me dijo...
-No. Y no se si quiero saberlo.
-Es muy fuerte, me dio miedo pero a la vez..., me sentí su puta..., toda de él... y me sentí dominada..., entregada..., sucia..., perversa..., creo que estaba jugando con la idea..., pero igual me asuste..., pero me calentaba más...
-Y..., que...,
-Mejor no amor...,
-Después de lo que te hizo amor. Que más? –y retome la chupada con más énfasis mientras le metía un dedo en el culo y otro en la concha, yo me sentía tambien al borde del orgasmo y me restregaba contra la sabana mientras la chupaba y la dedeaba.
-Me dijo..., que si tenemos una nena..., me va a acabar en los pechos... antes de darle de mamar..., para que se acostumbre a su gusto a macho..., los dos explotamos en un profundo orgasmo y los dos lloramos, era demasiada tensión. Siempre hay un limite que uno no se permite cruzar ni siquiera con el pensamiento. Y ese era el nuestro. Romi me dijo que mientras la cogía se sentía una hembra animal diciéndole todo que si a su macho. Pero que cuando bajo la calentura tuvo miedo. Igual Oscar le aclaró que también era parte de la calentura del momento que no se preocupara. Que la iba a respetar como la perra que era. Y le dio su pija para que se la chupara.

Romina, mi perra embarazada 4

El tiempo paso y Oscar se había hecho habitué de mi casa, casi siempre me pedían que me fuera a dar una vuelta aunque algunas veces disfrutaban de coger en mi presencia. Una de las últimas veces que la cogió embarazada, estaba avanzado el embarazo. Me hicieron sentar al costado de la cama los dos se desnudaron despacio el uno al otro, veía la panza de Romi que se agacho con dificultad y de rodillas le chupo la pija a Oscar que dirigía los movimientos de su cabeza guiándola de los pelos. Después el tipo se acostó en la cama y le indico que se acercara, se puso de espaldas a él y mirándome profundamente a los ojos, se fue acomodando despacito agarrando la pija de Oscar y metiendola lentamente en su culito. Su panza se veía bien llena y sus pechos bien duros, empezó a gemir como una perra sin control y a gritar y a vociferar. Le pedía a Oscar que le rompiera bien el culo, decía que era una puta, que su próximo hijo iba a ser de él , que nunca había sentido a un macho como él, giraba la cabeza y lo besaba, aunque les resultara difícil en esa posición, estuvieron un rato larguísimo cogiendo y cuando estaba por acabar oscar la saco del culo y vi como su pija explotaba de forma impresionante, su leche cayo en los pechos de Romi y en su panza, Romi me ordenó acercarme y untársela bien por todo el cuerpo así le dejaba el sabor de su macho bien repartido. Romi se salió de encima de él y se acostó en la cama, le repartí la leche por los pechos y la panza, me miraba profundo a los ojos con su sonrisa muy perversa. Oscar había salido hacia el baño.
-Que puta me volví..., como me gusta este pendejo. Pajeate para mi..., despacito..., es un triunfo para mí..., quiero que te estés pajeando cuando Oscar vuelva. Y acaba hacía el costado de la cama, no quiero que el se enoje... –Oscar entro al cuarto con una sonrisa en los labios. Me dijo que me apurara que tenía ganas de coger de nuevo. Mientras terminaba de pajearme la acomodo a Romi sobre la cama en cuatro y la empezó a coger de nuevo. No acabes todavía viejito, yo te digo cuando, así estás bien caliente y lo disfrutas, me dijo Oscar. Romi giro la cabeza para verme mientras sonreía y me decía que le hiciera caso a su macho, que no lo hiciera enojar, el tipo la estaba bombeando otra vez bien duro los dos giraban la cabeza hacia mi que ahora estaba parado al lado de la cama mirando como le rompían el culo a mi chica.
-Papi, le vas a agradecer a Oscar?..., ningún otro perro me hizo gozar tanto..., él es muy bueno con nosotros... –Oscar la tomo del pelo y le mordió el cuello, mientras la bombeaba más duro todavía. –Dale las gracias papi..., nadie fue tan bueno..., ni me hizo gozar así... –de mi boca salió un tímido gracias ante la cara de satisfacción de Oscar.
Se salió de romi y se sentó en la silla de al lado de la cama, romi fue directo hacia él y ella solita se volvió a sentar sobre la herramienta del tipo que seguía bien dura, veía las manos del tipo que se paseaban por los pechos de romi que estaban bien duros y llenos y lo veía pellizcándole los pezones, mientras Romi se mordía los labios, en un momento se salió de él y se puso de rodillas a chuparsela, lo miró a los ojos y le dijo que le iba a exprimir la pija, que le iba a sacar hasta la última gota de leche...
-La perra de tu mujer te va a encontrar bien sequito..., no te voy a dejar nada para esa puta...
¿por qué no venís con ella un día..., y mientras el pajero la entretiene en la cocina vos me venís a coger a la pieza..., ¿no te gustaría...?
-Si perra..., si!!!!
-Y a vos, ¿que te parece, cornudo?..., mientras Oscar me coge..., como te ves contándole alguna receta de cocina que te sale muy rica...., -me volvió a mirar perversamente- ..., y Oscar acá..., en el cuarto conmigo..., como ahora rompiéndome bien el culo..., mientras vos le contás a la putita barata esa... como preparas alguno de tus platos...., y seguía sonriendo al mirarme. Oscar estaba acabando de nuevo y Romi se la metió en la boca bien a fondo tratando de que no escapara ni una gota. Se quedo hasta que tragó el último resto de leche y después se sentó en su regazo mirando hacia mí.
-Oscar, ¿querés verlo acabar..., o lo dejamos caliente...,? -el tipo tenía los ojos cerrados y una sonrisa en los labios.
-Decidí vos putita...
-Bueno..., pajeate bien rápido...!!!, pajero...!!!, cornudo pajero....!!!, cuando venga mi macho es lo único que vas a hacer..., pajearte mientras él me coge...!!!, mi pija empezó a explotar, Oscar que había abierto los ojos se reía ahora abiertamente.
-Viste cuanta lechita da el cornudo...?, dijo Romi, pero solo cuando lo cuerneo así... si no no da tanta... y los dos se rieron mientras se besaban. El tipo empezó a vestirse, Romi se acostó en la cama y me dijo que le abriera la puerta a Oscar y le diera las gracias una vez más.

Romina, mi perra embarazada 5

A la semana de la cogida que me habían hecho presenciar quedaron en que Oscar vendría a cenar con su mujer. Nada podría sospechar su mujer y le permitía a Oscar venir a visitarla a mi mujer cuando quisiera, era una compañera de trabajo y amiga nada más. Cuando llegaron se hicieron las presentaciones de rigor, la esposa de Oscar era una morocha que estaba buenísima. Mi mujer fue a la cocina a terminar con la comida mientras nosotros nos sentábamos alrededor de la mesa, romi me pidió si podía ayudarla en la cocina. Oscar se ofreció a ayudar él mientras yo charlaba con su esposa. Me sentía como un idiota. La esposa de Oscar era una hembra deliciosa, se mostraba seductora todo el tiempo y yo me hacía el tonto, como si no me diera cuenta, hablando de naderías. En un momento me acerque hacia la cocina a ver que pasaba romi estaba apoyada con la pancita arriba de la mesada suavemente, la mini levantada en la cintura y Oscar cogiendola por el culo mientras se besaban para ahogar cualquier ruido que pudieran emitir. Desde la puerta de la cocina los miraba mientras la miraba a Mirta, la esposa de Oscar y les pregunte si estaba todo bien, dejaron de besarse y mi mujer dijo en voz alta que estaba por terminar con la ensalada. Que enseguida venía hacia la mesa. Volví yo hacia la mesa, me senté tratando de que Mirta no se diera cuenta de mi erección ni de mi turbación, me parecía que mis mejillas estaban más coloradas que nunca. Tardaron todavía un rato más. Supuse que Oscar no saldría hasta no dejarle su primer descarga en el culo a Romi. Luego de un rato salieron, Romi vino directo a besarme y Oscar le dio un beso a su mujer. Nos sentamos a comer.
Empezamos a cenar y la charla fue trascurriendo normalmente, en un momento Romi en plan de amiga le dijo a Mirta que lo tenía que cuidar a Oscar que las perras en la fábrica lo miraban con demasiadas ganas.
-Me llega a engañar y se la corto, dijo Mirta con una sonrisa, el sabe que es sólo mío, y girando la cabeza, le pregunto si no era así. –Oscar sonriéndole le aseguro que así era y que ella lo sabía bien, que era la única mujer en el mundo para él. Oscar se miro con Romi en un momento en que Mirta no los miraba y se rieron cómplices. Me sentía el bicho más tarado de la tierra. En un momento Romi me pregunto porque no le mostraba a Oscar la mancha de humedad que teníamos en la pieza, que el sabía mucho del tema, que quizás nos podría ayudar. Yo le dije que le mostrara ella. Imaginando que eso era lo que quería. Salieron de la cocina hacia la pieza, sentía mi sangre hervir. Mirta se puso de pie y se acercó hacia mi. Me pregunto si estábamos en período de abstinencia, mientras se apoyaba en la mesa de frente a mi con sus piernas rozando las mías. Se puso un cigarrillo en la boca y me pidió que se lo encendiera. Cuando se acercó hacia mi me dijo que debía ser duro.
-Sos muy buen mozo, me dijo. Me miro profundo a los ojos y me dijo que le gustaría conocerme más profundamente. Me sentía al borde de la locura, me parecía una hembra deliciosa, pero Romi era mi perrita, y era la única mujer que para mi contaba, aunque en ese momento me sentía muy caliente por toda la situación. Mirta empezó a llevar los platos a la cocina y me pidió que la ayudara, en un momento en la cocina se giro hacia mí y sus pechos quedaron apoyados casi en mi pecho, era una morocha hermosa, sintió la dureza de mi miembro se giro y me apoyo el culo contra mi pija mientras se ponía a lavar los platos. Movía su culito y me decía que le encantaría ayudarme en lo que pudiera, la tome de la cintura y pensé en Romi, le pedí perdón a Mirta y salí hacia el cuarto diciéndole que iba a ver si Romi necesitaba algo. Cuando entre en el cuarto, Romi estaba en cuatro en la cama con la ropa puesta, los pechos por encima de la remera sobresaliendo y la mini en la cintura, mientras Oscar la bombeaba bien duro,
-Enseguida vamos amor..., como me calienta la situación...., no puedo más..., -y empezó a acabar, estaba descontrolada, al mismo tiempo Oscar se contrajo y la clavó bien a fondo inundándola con su leche le mordía el hombro para que no se oyeran sus gritos, los dos estaban acabando como desesperados. Romi me miraba con cara de puta satisfecha.
-¿No habrás hecho nada con Mirta..., no? –y oscar me miro serio.
-No, vos sos mi amor.
-Bueno anda a la cocina... a entretenerla..., enseguida vamos...,
Volví a la cocina y Mirta me miró sonriendo, se acercó hacia mi y me planto un beso en los labios mientras me apretaba el bulto sobre el pantalón
-¿por qué no aprovechas?..., hoy es un día de fiesta..., ¿no?
Le dije que amaba a mi mujer y que nosotros no nos engañábamos, sonrió y salió de la cocina, salí disparado detrás de ella pero justo Oscar volvía del cuarto, me dijo que Romi no se sentía bien que mejor ellos se iban. Los acompañe hasta la puerta, Oscar me dio la mano antes de salir y Mirta me dio un beso que se apoyo en mis labios, mientras me decía que saludara a Romi de su parte. Me fui hacia el cuarto, Romi estaba desnuda sobre la cama.
-Si me chupas el culito..., te dejo que me lo hagas después..., esta llenito..., si te animas...
empecé a chupar como un desesperado romi se reía, en un momento se puso de costado y me dijo que podía cogerla si quería. Se la clavé al fondo de su culo que sentí bien caliente y lubricado con la leche de Oscar. En solo tres bombeos acabé.
-Suerte que ya me lo habían hecho bien..., sino me quedaba calentita...

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