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Romina, mi perra buscona cap 9 a 12

Romina, mi perra sucia

Romi había cumplido sus 25 años, yo tenía ya 28. Ella estaba realmente deliciosa, las formas de su cuerpo se habían armonizado aún más y su culo solía impactar en donde fuéramos. Habíamos pasado muchas historias juntos y nos seguíamos amando como siempre. Compramos un lote en la pcia de Bs. As., en un lugar tranquilo dentro de todo y no muy poblado, construimos una modesta vivienda y en el fondo teníamos un hermoso jardín, que a Romi le encantaba cuidar, hacia un lado de la casa había un terreno vacío y del otro, una casa de dos plantas en donde vivían Manuel y Carmen, de 58 y 60 años respectivamente.
Carmen era realmente una mujer encantadora del tipo de esas madrazas de antes, en cuanto a Manuel, me provocaba un rechazo inmenso, tenía unas manos ásperas y grandes, era pelado y parecía que estuviera descamándose por como tenía la piel siempre, además de una panza de esas barrigonas tan habituales. En fin que no me agradaba para nada.
Romi estaba muy feliz, en esa época había decido dejar de trabajar, no sabía si iba a estudiar algo todavía, pero le gustaba estar en la casa. Yo había conseguido un trabajo mejor y nos iba dentro de todo bien.
Disfrutaba muchísimo en las tardes, en la primavera, contemplarla desde la ventana de la cocina, arreglando las plantas y pequeños arbolitos que tenemos. Usaba para esto siempre una calza corta de lycra sin ropa interior, porque sabía que me encantaba, parecía que su culo estuviera desnudo forrado con una especie de nylon, trataba de hacer poses para mi sabiendo que la miraba desde la cocina, aunque a veces me escondiera detrás de una cortina que teníamos. Yo la llamaba después desde la cocina y la mayoría de las veces nos pegábamos una buena franeleada mientras tomábamos mate y después terminábamos en el cuarto cogiendo de lo lindo, después Romi se quedaba dormitando en la cama y yo me dedicaba a preparar la cena.
Una tarde llegue del trabajo, fui a la cocina y Romi estaba por salir al jardín, la abracé desde atrás, estuvimos acariciándonos un rato y se fue al jardín, yo me quede escondido detrás de la cortina mirándola, mientras tomaba mate y ella empezó con su show privado de agacharse, levantarse, hacer poses sabiendo que yo la observaba, en un momento escuche un ruido y no se porque gire la vista en la dirección de la casa del vecino y lo que vi me dejo de piedra, se veía, en el segundo piso de la casa, en la ventana que daba a nuestra casa, el perfil de Manuel observándola también a Romi y acariciándose la pija, no pensaba que la estuviera viendo y menos imaginaba que el viejo se calentara viendo a mi chica. Alternaba las miradas entre Romi y el viejo, este de acariciarse paso directamente a masturbarse, se veía como su mano empezaba a subir y bajar más aceleradamente. La situación me dejo bastante molesto, me fui a la cama a leer una revista.
Cuando Romi volvió del jardín, al no verme en la cocina, vino a la habitación, me preguntó si estaba molesto por algo y le dije que estaba todo bien, solo cansancio. Ella me dijo que hoy cocinaba ella que descansara. Más tarde cenamos y yo me fui a dormir temprano, molesto con la situación y pensando que hacer. En la tarde siguiente tuvimos toda nuestra rutina habitual, no lo vi al viejo en la ventana cuando estábamos en la cama cogiendo, romi me preguntó que me había pasado el día anterior.
-Nada amor, en un momento mire a la ventana de la casa de al lado y estaba el asqueroso de Manuel mirándote.
-Pero, amor si nos gusta que miren a la perrita..., y con las calzas que uso en casa...
-Si mi amor, pero es un viejo sucio. En un momento empezó a pajearse.
-Le gusta la vecina..., parece..., debe tener una pija grande..., me parece, por las manos... ,–no sabía que decir.- ay... amor...., que a vos te parezca asqueroso..., no quiere decir que a mi también..., yo lo dejaría que me de,... al señor Manuel..., podría ser como un papi... –la clave bien duro sobre la cama dejándola trabada.
-Y te quedaste mirándolo todo el tiempo...?
-No, alternaba la vista, te miraba y miraba a la ventana.
-Pudiste ver como la tenia...?, -dijo exagerando su voz de puta. – Mañana los podemos invitar a tomar mate y mientras vos charlas con Carmen el me ayuda con el jardín y me ve mas de cerquita...
-Que puta sos.
-Ay..., amor..., solo para que me vea mejor..., es un pobre viejito....
-Pero amor, es un viejo asqueroso.
-¿Te va a gustar... ver como me coge un viejo asqueroso...? –la serruche bien duro
-Me parece demasiado perra sucia.
-No me hagas enojar perrito..., porque aunque no me guste mucho que me den por el culo voy a dejar que me lo haga también si me haces enojar...
-Te mato perra!!!, grite mientras acababamos juntos. –Nos quedamos un rato acostados todavía uno encima del otro, mi pija seguía dura, a pesar de la gran corrida.
-Tu pija, como siempre, dice otra cosa pajerito. Me dice que ya esta ansiosa porque el viejo de al lado me coja, y mirar escondido como un pajerito que sos, como me disfruta ese viejo asqueroso y me hace gozar como la perra que soy..., mientras vos..., te escondes para que no te vean mientras el asqueroso ese se goza a tu mujer...
Esa noche me dormí molesto no hubo abrazos ni caricias, en la mitad de la noche la sentí a Romi que me abrazaba desde atrás y la deje que me apretara bien fuerte, te amo, amor, me dijo entre sueños.
Romina, mi perra sucia 2

El día siguiente todo transcurrió con normalidad desayunamos juntos muy acaramelados y haciéndonos chistes, felices como siempre. En la tarde cuando volví del trabajo entre a casa y cuando fui a la cocina estaban Carmen y Manuel tomando mate con Romi en la cocina. Romi tenía sus calcitas sin nada debajo y una remera también sin sujetador que dejaba adivinar sus pezones. Me vino a saludar abrazándome fuerte y poniéndose en puntitas de pie dándole una visión de su culo a Manuel que como vi de reojo se la comía con los ojos.
-Hola, amor!!!, los invite a los vecinos así don Manuel que sabe mucho de plantas me da algunos consejos, mientras vos tomas unos mates con Carmencita, ¿no hay problema, no?
-No cielo todo bien, le dije.
-Bueno, no la aburras a la vecina, en un ratito venimos. –Salieron al jardín.
Yo corrí la cortina para ver bien el jardín, charlaba con Carmen pero no podía dejar de mirar el jardín, Romi se movía todo el tiempo alrededor de Manuel, agachándose, pasándole cerca, rozándolo. En un momento la vi a Romi que pareció caerse, se había doblado un tobillo, se agarró del cuello del viejo que la agarró de la cintura, tomándola casi de su culo, la trajo hacia dentro. Carmen que no había visto nada cuando los vio entrar se asusto.
-¿Qué te pasó, nena?
-Nada Carmencita, solo me doble un poco el tobillo. –Manuel se puso de rodillas delante de Romi le saco la zapatilla y empezó a acariciarle su tobillo, parecía encantado, a la vez tenía una vista de la vulva de Romi que con esa calcita y sin ropa interior parecía desnuda, el viejo la frotaba con pasión.
-Que buena mano don Manuel..., es usted un campeón... –El viejo se puso de pie y se quedo charlando un rato más. Luego el matrimonio se fue hacia su casa. Romi se puso de pie de un salto.
-Mira que bien me hizo el masaje..., no me duele nada. Me acerque hacia ella y mordiéndole la boca le dije que era una perra sucia. Me tomo la mano y corrió un poco la calza y me la hizo meter en su concha, estaba toda mojada.
-Como me calentó jugar con el viejito..., te imaginaba mirando desde la cocina..., y ese olor agrio..., ¿sentís como me moje? –La puse con la panza sobre la mesa, le baje la calza hasta los tobillos y se la metí hasta el fondo, la agarre de los pelos y le dije que era una sucia buscona.
-Deme duro Manuel..., que mi marido puede llegar en cualquier momento...
-Para, hija de puta.
-Soy su puta Manuel..., que macho delicioso..., ¿no me daría la lechita en la boquita?
La gire y la puse de rodillas delante de mi, la tenía agarrada del pelo y le empecé a mover la cabeza adelante y atrás. Se la sacó en un momento de la boca y me dijo:
-Acábeme pronto Manuel... que esta por llegar mi marido del trabajo...
-Si te lo coges en mi ausencia, va a ser para kilombo
-Si queres estar presente..., vas a estar escondido por primera vez... y además...
-¿Además que?, perra sucia.
-Si estas vos..., voy a estar más caliente...
-¿Y que tiene?
-Y..., que voy a estar tan caliente..., que aunque no me guste...., le voy a entregar el culo también..., le voy a pedir que me acabe en el fondo de mi culito...,
-No podes ser tan puta, es un viejo sucio.
-Para él..., cogerse alguien como yo debe ser un regalo, y seguramente va a estar bien agradecido y cumplidor... Seguramente va a estar bien atento a mi goce...
la agarre en brazos y la lleve a la cama la acosté boca arriba y empecé a cogerla de nuevo
-Decime que no va a pasar nada de eso
-Mi amor..., vos tenes que elegir... –dijo moviendo su cintura acompañando mi empuje.
-Bueno esta decidido, nada con ese viejo mugriento.
-Ay..., mi amor..., tenes que elegir...
-Ya elegí sucia.
-Tenés que elegir si vas a estar trabajando o lo vas a ver... –Me puse violento, mal, como nunca me había puesto, la gire sobre la cama y le apoye la pija en la puerta de su ortito.
-No quiero por el culo!!!, si me lo haces..., me lo voy a coger y no te vas a enterar... y no va a ser el único..., no me vas a ver más cogiendome a nadie. –Estaba con la punta de mi pija en la puerta de su culo, a pesar de mi enojo, me parecía que no podía perderla. Me salí y ella volvió a girarse boca arriba. Me acomodé sobre ella y se la deje ir, me miro con esos ojos verdes profundos y me dijo.
-Pensé que no me amabas más..., mi pajerito..., así te quiero..., más sumiso y obediente..., y que vas a elegir...?
-Quiero ver cuando te coge!!!, grite acabando.
-Bueno..., me lo voy a coger..., no puedo negarte nada de lo que me pedís... Acordate que lo hago por vos..., y sonrió perversa
Romina, mi perra sucia 3

Pasaron dos meses en los que nada más paso con el viejo, ninguno de los dos volvió a sacar el tema, realmente si bien me había calentado prefería que quedara así el tema, me parecía que era un límite que no teníamos que pasar y que había en el tema un tanto de humillación, era un juego distinto. Romi seguía trabajando en el jardín a las tardes y seguíamos disfrutando de nuestros juegos casi diarios.
Nuestra casa tiene la cocina que da al jardín, de ella se sale al comedor del otro lado hay dos cuartos, uno el nuestro, y junto a la cocina una pieza chica y el baño al lado.
Había olvidado el tema del viejo por completo. Me levante una mañana y Romi estaba con su calcita y una remerita elastizada hermosa, nos besamos y acariciamos mucho, me sobo la pija sobre el pantalón.
-Te tengo una sorpresita, mi amor. –Sentí que me faltaba el aire, intuía que era lo que me iba a decir y por supuesto no me equivoque. Con la voz casi quebrada le dije.
-Que sorpresita, mi amor.
-Bueno Carmen me contó que hoy viernes, se va a la casa de la hermana en Merlo y que no vuelve hasta el domingo. Yo le pedí a don Manuel que me ayude con el jardín y de paso tomamos unos mates, porque vos te vas a ir a jugar al fútbol con tus amigos y después a cenar y no volvés hasta la madrugada.
-Pero amor..., yo no juego al fútbol.
-Ya se tontito..., -se acercó y me dio un beso mientras me acariciaba la cara suavemente-
vas a venir a casa, ...yo lo cité a Manuel para más tarde, vamos con el a arreglar el jardín y después de 10 o 15 minutitos, vos salís al jardín y me avisas que te vas..., después te quedas sin hacer ruido en el comedor y si nos ves salir para nuestra pieza, te escondes en alguna otra o en el baño. Eso fijate vos. Pero no tenes que hacer ruido.
-Pero... amor, pensé que estaba terminado el asunto.
-Por eso... , es una sorpresita... –dijo y me empezó a acariciar el miembro sobre el pantalón, lo tenía durísimo- me parece que nuestro amigo esta contento...
En el trabajo discutí con un pibe que no se mete con nadie y es rebuenazo, no lo pude evitar estaba alterado, no me podía concentrar. Recordaba los momentos anteriores de mi vida, escondido y espiando. Encima el viejo este me parecía asqueroso, en realidad tenía cincuenta y ocho, no era tan viejo, pero si para nosotros, claro.
Llegué a casa y no podía más de los nervios, Romi tenía la calcita puesta y arriba una remerita anudada, que le dejaba toda la pancita al aire. Me acaricio bien juguetona, tenía el mate preparado. Me beso y me dijo que me amaba que yo era su sol diario y cosas por el estilo. Escuche que golpeaban la puerta, Romi me dijo que fuera yo a abrir. Manuel me dio la mano y me dijo que Romi le había pedido que viniera a ayudarla en el jardín, lo hice pasar. Lo veía caminar delante mío hacia la cocina y tenía ganas de golpearlo.
-Manuel!!, gracias por venir –dijo Romi- Tomaron un par de mates en la cocina y Romi le dijo que mejor empezaban que sino se iban a quedar sin luz del día. Me quedé viendo en la cocina como trabajaban, Romi al igual que la otra vez, se agachaba, lo rozaba, en fin todo su arte a pleno. Espere como me dijo unos diez o quince minutos y salí vestido con un pantalón corto a avisarle que me iba.
-Amor, me voy a jugar al fútbol
-¿A que hora venís?
-No se amor, después vamos a cenar, de madrugada supongo.
-Bueno, hace una cosa llamame antes de venir para casa, a ver si me haces la misma de siempre que te vas a la casa de algún amigo y no volvés a dormir. Yo cierro con llave la puerta, por las dudas, llamame antes de venir.
Que perra pensé, no podes ser tan puta..., no pensaras dormir con el viejo..., por favor!!!, me acerque a besarla, entre en la cocina y me saque las zapatillas, que tire en el cuartito viejo. Quede solo en medias para no hacer ruido, deje el comedor a oscuras para poder ocultarme, igual no iba a ser fácil, poder mirar sin ser visto. Paso como una media hora en que ya oscureció del todo, estábamos en noviembre y era un día muy templado y hermoso. Romi le preguntó a Manuel si no quería una cervecita. Romi le sirvió y se sentaron a beberla y charlar.
-No sabía que tu marido te dejaba sola
-Ustedes los hombres..., siempre con la pelotita.
-Si yo tuviera una mujer como vos en mi casa, no me iría ni a la esquina.
-Bueno, le agradezco el cumplido, Carmen debe haber sido muy hermosa de joven.
-Si es verdad.
-Discúlpeme Manuel, le quisiera hacer una pregunta, pero no me gustaría que piense mal.
-Nada de lo que vos digas me puede molestar, hermosa.
-Bueno le agradezco, no se como decirlo..., bueno..., ud. y Carmen.... tienen todavía relaciones –el tipo la miro serio y le dijo que lamentablemente no, que su esposa había perdido el interés en el tema. Romi se puso de pie. Le preguntó si se quedaba a cenar con ella que preparaba un arroz. El viejo dijo que estaría encantado que él también estaba solo.
-Y... ¿cómo hace ud. para arreglarse?, digo, ud es un hombre apetecible, incluso para una mujer joven –no podes ser tan puta pensé, por favor. Mientras escondido en la oscuridad del comedor sentí crecer mi erección.-A muchas de mis amigas creo que les gustaría.
-Bueno te agradezco el cumplido.
-Manuel..., ¿ud me ve gorda?, dijo parándose y mostrándole el culo. Mi marido dice que tengo unos kilos de más en la cola. –que perra hija de puta, basta, mi pija estaba a reventar-
Manuel se puso de pie y se acercó a Romi, yo te veo hermosa. Romi se apoyo en el pecho de Manuel escondiendo su cabeza en el hombro de este fingiendo llorar, me parece que a mi marido no le gusto. Manuel empezó a acariciarle la cara con la mano izquierda mientras con la derecha la tenía agarrada de la cintura. Romi levantó la cara para mirarlo y se quedaron mirándose hasta que se besaron. Manuel empezó a acariciarla con sus manos grandes y ajadas, le sobaba el culo con gusto, no tiene un gramo de grasa tu culo, que rico culo tenes pendeja. Mi mujer se separó de él y le dijo que no estaba bien lo que estaban haciendo. Manuel se acercó hacia ella que estaba apoyada en la mesada y le tomo la cara con sus dos manos, la beso, romi retiro la cara, Manuel le dijo que no le hacían mal a nadie.
Por favor siéntese Manuel, paremos acá por favor. El viejo se sentó y Romi empezó a cocinar.

Romina, mi perra sucia 4

Romina empezó a cocinar y parecía estar llorando de nuevo, Manuel se acerco y la beso desde atrás, una de sus manos le rodeó la cintura y con la otra le acarició la cabeza, romi giro la cabeza y volvieron a besarse, se giro hacia el y se dieron un beso profundo, sentía mucho odio dentro mío, no sabía bien que hacer, pero a la vez reventaba de calentura. El viejo se separó y tomándola de la mano se sentó y la llevó hacia el, la sentó en su regazo y la beso de nuevo mientras una de sus manos le acariciaba un pecho, se separaron y romi se saco la remera. El viejo empezó a chuparle los pechos con detenimiento, estuvo un tiempo larguísimo chupandoselos, Romi apoyo sus codos en la mesa y tiro la cabeza hacia atrás, Manuel bajo su mano derecha y la metió bajo la calza empezando a masajearle la concha, romí gemía cada vez mas.
-Si..., que dulce Manuel...., que suave... y que dedos tan hábiles..., me encanta. El viejo la hizo levantar y la apoyo en la mesa, se arrodillo delante de ella y le bajo la calcita lentamente hasta sacársela del todo.
-Espere..., Manuel, -el viejo la miro arrodillado delante de ella.- Voy a cerrar la puerta con llave no vaya a ser cosa que vuelva mi marido. Se alejo de él desnuda como estaba, solo con sus zapatillas, y paso por el comedor hacia la puerta. Me acerque hacia ella mientras cerraba con llave y la apreté desde atrás, me separo y hablando bajito.
-Dejame..., que mi nuevo macho me esta esperando..., ¡tócate pajerito...!!! –sentía que volvía la historia de humillación pero a la vez era una delicia, me acaricie el miembro, me beso y me dijo muy bien, así te quiero a partir de ahora más obediente. Me apretó la pija y volvió a la cocina. Manuel se había puesto de pie.
-Ya estamos tranquilos, don Manuel. –el viejo la agarro y la apretó besándola y sobandole el culo, la volvió a poner en el borde de la mesa le separo las piernas y se puso de rodillas delante de ella. Empezó a comerle la concha muy suavemente, después empezó a jugar con sus dedos y fue aumentando la intensidad, al final la estaba cogiendo con los dedos todo el tiempo romi decía.
-Que bien me lo come..., si Manuel..., siga por favor..., -el viejo en un momento mientras la chupaba y le daba dedo, empezó a meterle otro en el culo.
-No, por fa..., el culo no.
-Callate perra que lo vas a disfrutar ya estas caliente para hacerlo. Su mano se movía metiendo y sacando sus dedos en ambos agujeros, mientras seguía su trabajo con la lengua
-Si..., que rico Manuel...., si haceme tuya..., quiero ser tu puta..., que juegue al fútbol el pajero ese... y así siguieron hasta que romi empezó a sacudirse y tuvo un orgasmo. El viejo la siguió chupando y siguió jugando con sus dedos. Se fue incorporando y la beso.
-Sentí tu gusto a perra. –Romi estaba sacada le chupaba la lengua, hacía lo que el viejo le decía. Seguí con la comida que te quiero ver desnudita cocinando. Romi empezó a cocinar, el viejo se desnudo y apareció una panza muy prominente y también una verga bien gorda de largo normal pero muy gruesa. Se la sacudió un poco y la llamo a romi.
-Acercate pendeja, -romi se acercó hacia el- Ponete de rodillas. -La veía de rodillas delante del viejo y no lo podía creer.-
-Ahora pone las manos juntas atrás y a ver que sabes hacer con esa boquita. -le agarro la cara y la beso. Romi empezó a chuparlo el viejo le saco la pija de la boca la levanto y le dejo sus bolas al alcance de la lengua.
-Chupamelas bien, y el agujerito del culo también. Romi parecía deleitada, chupaba y gemía, la veía con su lengua tratando de entrar en el culo del viejo y no lo podía creer, el viejo había levantado sus piernas para que llegara mejor a su culo. Le tomo la cabeza y la dejo incrustada ahí, escuchaba los gemidos de Romi, con la otra mano le descargo un fuerte cachetazo en el culo que le arrancó otro gemido.
-Así que te gusta mostrarte, eh puta. De hoy en adelante vas a ser mi sierva, ¿Esta claro? –dijo tomándola del pelo y haciendo que lo mirara. Romi tenía una cara de placer increíble.
-Si..., Manuel. –el viejo le dio otro cachetazo en el culo.-
-¿Cómo?
-Si, amo.
-Vamos al cuarto que te quiero coger donde te coge el infeliz ese. –la ayudo a levantarse, romi lo agarró de la pija y lo llevo hacia el cuarto. Yo salí corriendo haciendo el menor ruido y me metí en la pieza de al lado de la cocina mientras pasaban. Se metieron en el cuarto y volví a salir. El viejo se tiro en la cama le dijo a Romi que la quería ver con alguna tanguita, que se probara varias. El viejo se acariciaba la pija mientras Romi le hacía un desfile de sus tangas. En un momento se puso una blanca que le queda hermosa
-Esa esta bien dijo el viejo, veni a montarme.-romi se acomodo sobre el viejo- correte la tanga a un lado y metetela despacito.
Romi se la fue enterrando, realmente era bien gruesa la pija del viejo. Romi lo monto un rato y le dijo que le encantaría sentirlo arriba de ella.
-Así que te calienta que este arriba tuyo, acostate yegua. El viejo se acomodo y se la metió a fondo
-Que rica concha tenes pendeja, ¿te gusta la pija no?
-Si...
-¿Si que?
-Si..., mi amo. –el viejo la empezó a bombear, le mordía los pezones y la pellizcaba, su panza parecía que iba a aplastarla pero la cara de Romi estaba transfigurada.
-Te voy a coger seguido ahora, ¿eh? Mientras el boludo ese trabaja. Te va a encontrar llena de mi leche, y lo vas a hacer que te chupe la concha, ¿si?
-Si!!!, mi amo..., si!!! Lo que quieras pero no pares, cojéeme fuerte...
-Quedate tranquila que me cuesta mucho acabar, pero el problema es que después de coger mucho no la tengo tan dura. En casa tengo una pastillita de esas de viagra, la voy a ir a tomar, total tenemos tiempo. Así te rompo el culo con la pija bien dura, ¿queres? Romi no contesto.
-La agarro del pelo y le mordió el cuello, mientras la clavaba a fondo.
-Si!!!, mi amo...., si!!!, lo que vos quieras..., soy tu puta gozame..., llename de tu leche... haceme lo que quieras... -Por primera vez Romina no estaba pendiente de mi presencia ni le importaba, era como si estuvieran solos. Me escondí de nuevo en el cuarto, el viejo fue a la cocina a buscar su ropa, romi salió del cuarto y lo acompaño hasta la puerta, cuando el viejo salió se apoyo en la puerta. En ese momento me vio en la penumbra y recordó mi presencia.
-No le vas a abrir. le dije, -se acercó hacia mi y me apretó la pija.
-Tu pija!!!!, me pide que le abra..., además es la primera vez que gozo tanto..., me da morbo que sea un viejo... y que me trate como una puta más... –la tire en la cama, me baje los pantalones cortos y se la clave en la concha.
-Me la agrando el viejo no, la dejo más abiertita..., te gusta...., -golpearon la puerta y romi me saco de encima,
-Escóndete..., pajerito...., no te pierdas la cogida que me van a pegar..., pajero...pajero..., cornudo pajero... , me decía hablando lentamente y exagerando el movimiento de los labios. Volvieron al cuarto. El viejo se acostó al lado de ella. Y le pidió que siguiera desfilando para él.
-Que puta sos..., desde el primer dia que te vi..., supe que te iba a terminar cogiendo..., pero nunca creí que ibas a ser mi sierva. Su pija estaba bien dura de nuevo. La hizo acostar a Romi y volvió a cogerla. Se salió de ella y la giro, bajo a chuparle el culo, solo corriendo la tanguita a un lado, se lo estuvo chupando un largo rato mientras le metía dedos. Romi no paraba de gemir estaba cada vez más caliente.
-Pensar que podría ser tu papa..., llamame papi.
-Si... papi...
-Desde ahora quiero que me llames así..., papi. Cuando este tu marido adelante también, no con este tono de puta sabes. Pero si como si fuera tu papi, cualquier cosa le decís que me queres como a un papi.
-Si.. papi..., si..., lo que quieras... que rico..., chupame más..., metemela...
-En donde?
-En el culo papi..., rompeme el culo..., con esa cabezota..., porfa papi.... –el viejo con media sonrisa dijo
-Si me lo pedís así –la apoyo en la entrada de su culo y le metió solo la cabeza.
-Ay..., me duele papi..., es muy gruesa...., sacala un poquito..., porfi... –por toda respuesta le soltó un golpe en un cachete y un poco más de pija en el culo. De a poco empezó a mover el culo.
-Si... papi, despacito..., que linda la siento... –El viejo se la dejo ir a fondo apretándola contra la cama.
-Ay...,ay....ay...!!!!, sacala me duele mucho. –y unas lagrimas empezaron a caerle- porfi papi..., me duele mucho.... –la levanto del cuello apretándoselo un poquito, la mordió y le dijo-
-Callate, no te quiero oír, a partir de hoy vas a ser mi culorroto. Romi empezó a gemir y el viejo empezó a bombearla.
-Si...papi lo que vos digas..., soy toda tuya..., para lo que quieras...., partime..., aunque me duela...., haceme sentir tu perra..., sucia...., puta... –yo no podía más con la situación, tenía que hacer algo, fui a buscar mi celular y me fui al patio a llamar. El teléfono esta sobre la mesa de luz. Al rato romi atendió.
-Hola amor.
-Que queres?
-Me dijiste que te llame cuando estuviera por volver.
-Bueno, no me siento bien, estoy muy mareada, deje cerrado con llave, no me quiero levantar a abrir a ver si me caigo, anda a dormir a lo de algún amigo. Y me corto. Volví urgente a la habitación
-Papi..., llename el culo..., quiero sentir tu leche... damela... por favor....
-La queres en el culo?
-Donde vos quieras papi... –lo veía al viejo que seguía bien duro entrando y saliendo del culo de romi, debería estar muy dolorida, hacia un montón que se lo estaba rompiendo.
Le costaba mucho llegar, pero después de bombearla un rato más se contrajo explotando en el fondo del culo de Romi.
-Que rico papi..., que calentita.... –se quedo un tiempo largo sobre romi. Cuando se salió romi se la fue a limpiar con la boca. Dejala bien brillante, le dijo, después de un rato la agarro del pelo y la llevo junto a su boca besándola.
-¿Te gusto?, dijo el viejo
-Nunca había gozado tanto...
Dormitaron un rato el viejo se levanto y se fue. Romi me vio y sonrió.
-Que rico estuvo..., que delicia de pija... me hizo su puta..., –se acostó en la cama culito arriba. Me dijo- Se que estas enojado..., que te encantaría romperme el culo..., vos elegís..., si me rompes el culo..., no me vas a ver más cogiendo con nadie...,
-Me acomode detrás de ella y se la metí en la concha.
-Nos vamos entendiendo pajerito..., te gusto ver como me rompían el culo..., como se trata a una perra sucia como yo...,me tensé y le llené la concha de leche. Me salí y caí en la cama. Ella me llevó a su pecho y me acarició, me miro con esos ojos verdes y me dijo que me amaba, pero que ahora había encontrado un macho que la llenaba en muchos sentidos y que nada iba a ser como antes.


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