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Compendio II
¡A veces, me da rabia!
😡
Yo le digo que si solo se detiene un poquito y mira para atrás, estoy segura, como mínimo, que se encuentra con una mujer que se le queda mirando y a lo mejor, hasta le sonríe…
¡Y claro! ¡Él no me cree!
😠
“¿Me estás diciendo que las mujeres se pusieron de acuerdo y ahora me encuentran lindo?” Me pregunta muy bromista.
“¡Sí! Hasta a mi mamá le llegó el correo, pero no me ha querido mandar la copia…” le respondo, con la mejor de mis sonrisas.
Pero la verdad es que ni yo me he dado cuenta qué ha cambiado en él.
😍
Es que yo le conocí cuando era “piolita” y con “mala pata”: que parecía que siempre le llovía sobre mojado y que siempre le caía la mala suerte a él.
Y ahí, más me frustraba que me viera como una amiga, porque lo único que quería era abrazarlo, darle besos y decirle que las cosas iban a estar mejor…
😅
Y bueno, también debería haberle dicho que lo amaba en secreto.
🤷
En fin. Las cosas pasaron como pasaron…
Y ahora que he vivido tantas cosas con él, también me sorprendo, porque sigue siendo igual.
Igual de lindo y aseado, igual de atento y caballeroso.
Inteligente. Entretenido.
Humilde de corazón…
Y la verdad, no sé si será porque es cierto lo que dicen de los casados… (“que están más buenos”… aunque Liz es una de las más creyentes).
O porque ahora tiene un buen sueldo y se ve más contento en su trabajo, pero tiene algo que llama la atención…
No creo que sea que está más confiado y seguro de sí mismo, porque todavía le veo a los ojos ese “Espíritu de lucha” con el que me robó el corazón.
Lo que sí dice mi mamá es que mi marido y mejor amigo la tiene un poquito más grande que la mayoría y bien gordita (Que también es lo que más le gusta XD) y me vive diciendo que es una gran cosa que él pueda durar tanto y que no se le baje muy rápido.
😕
En fin, volviendo de las ramas (porque me llevan y no puedo controlarlo. T.T), también me he dado cuenta que las mujeres me lo miran más y a veces (pero muy pocas veces), reconozco que me pongo un poquito celosa.
Y es que al pobrecito le cuesta tanto entender cuando una mujer le coquetea, que a veces me saca de quicio.
😔
De partida, dobla la boca y el ojo derecho tan raro, como si de verdad no entendiera qué está pasando.
Y ahí, yo pienso que es terrible, porque una queda toda expuesta y como tonta, haciendo el ridículo con el chico que cuando lo ves, escuchas pajaritos y de verdad, le he pedido que no lo haga, pero parece una “falla de fábrica” y ya me convencí que no se da cuenta y que no puede evitarlo.
Segundo, que él es una persona “de piel” y de mucho “tocar” (pero en el buen sentido de la palabra).
😂
Liz también me ha confesado que a veces, cuando bailamos coreografías para hacer reír a las pequeñas y él la toca por la cintura (de puro afirmarla. Nada más), tiene que ir al baño, porque se empieza a mojar.
Y la verdad que a mí también me pasa.
Y también me pasa cuando me besa…
Y cuando me abraza…
Cuando me hace cariño en la cabeza…
Cuando bailamos pegaditos…
Cuando me masajea la espalda, los pies o los pechos…
Cuando me corre mano…
Cuando lavo la loza con él al lado…
Cuando se me queda mirando mucho rato con esos ojitos hermosos…
😓
Lo único malo es que él no se da cuenta.
Porque una, como mujer, se da cuenta cuando te tocan rico y con cariño, como si una fuera gatita y lo único que te gustaría es que esa mano se quedara debajo de tu mejilla colorada y te acariciara y acariciara, hasta ojala, quedarte dormida.
Y por eso le digo que mis amigas están loquitas por él, porque aparte de preguntarme cómo está o si vendrá a buscarme a la universidad ese día o no, cuando están con él, no me lo dejan tranquilo.
😂
Lara es de las que se “topan” a cada rato con él, restregando sus pechos o su cola cuando pasa o se apoya por su lado y me lo deja todo incómodo, porque él sigue siendo un caballero, tímido y respetuoso.
Jess, en cambio, se pone toda nerviosa a su lado y definitivamente, ya no se le pueden pasar vasos. Pero no es porque le tenga miedo, porque la he visto asustada y cuando se pone así de colorada y nerviosa, es porque está muy cerca de un chico que le gusta demasiado.
Y Sandy, es de esas que vive bromeando con mi marido, le da palmadas en el hombro, le sonríe bien coqueta y se le nota bastante cómoda cuando está con él.
Pero lo que quiero contar (y otra vez, saliendo de las ramas), es que para mí, es una enorme satisfacción ir de compras con él al North Haven.
Porque hay tiendas donde las vendedoras se apilan a mi lado cuando voy con él y siempre me dan el mejor servicio cuando va acompañándome.
😆
Al súper, no me gusta tanto ir. Lo que pasa es que está la “Tal Emily” y me enojo un poco porque encuentro que le conversa mucho.
Yo sé que él es sociable y buena gente, pero me molesta que le converse tanto, tanto.
Porque pienso que una no tiene por qué saber que la cajera tiene un hijo de 12 años, que es madre soltera, los problemas que tiene que enfrentar para llegar a fin de mes y todos esos dramas de la “mala suerte que tiene al conocer hombres”.
😠
Lo que más me enoja es que él se la queda mirando mucho rato de tanto conversar y a mí, como que me deja de lado un poco.
Más encima, él me dice que no me tengo que poner celosa, porque soy su esposa y al final del día, siempre vuelve a casa conmigo, cuando en realidad, no son celos los que me dan, sino que me preocupa que deje tanto rato a solas a Liz y a mis pequeñitas y obviamente, me preocupa que vaya a dejar de ser un excelente papá por pasar tanto rato conversando con ella.
😏
Pero lo peor es que él no se da cuenta que siempre le hace ojitos y para variar, siempre le falla la caja cuando nos atiende, porque “se le cae el sistema” o “no le lee los códigos” y ella siempre le agradece porque él sea tan paciente.
Yo creo que no me enojaría tanto si ella no fuera rubia, tan pechugoncita (porque los tiene un pelín más grandes que los míos), delgadita y un poquito “culona”, que encuentro que la hace ver medio “facilona” para mi gusto.
Y para colmo de males, él me dice que tiene una “excelente voluntad para trabajar”, porque él va a veces a la hora en que están almorzando y ella, “justo cuando lo ve”, se pone bien contenta y le abre la caja para atenderle…
😤
¡Aprovechada!
En fin, lo que más me gusta es ir a la juguetería y en especial, cuando llevamos a las chiquititas.
😆
Ahí, todas las tías conocen a mi marido y se ponen contentas de verle y nos preguntan por cómo están las pequeñas.
Y bueno, ya saben: mi gordita es puro abrazos con las tías, que le presten los peluches y que quiere comer dulces…
Y mi flaquita es con la que mi marido arrasa. Porque todas quedan “¡Ohhh!” cuando les decimos que ya no usa pañales, que avisa y se sienta solita en la bacinica y más encima, ella toma tan tierna a su papá por los pantalones para que le lleve a los estantes de libros, porque le encanta escucharle cuando él cuenta cuentos…
Y obvio que ahí, a las tías, a las madres jóvenes y ¿Para qué mentir? A mí también se me cae la baba al verlo tan cariñoso y mimando tan lindo a mi chiquitita.
😆
Pero mi mayor satisfacción ha sido ir a comprar ropa con él a una tienda elegante.
Hay 2 vendedoras: una rubia flaquita, de unos 25 años, bien soberbia y bien creída y otra de pelo negro, de unos 30 o 35 años, pero bien cuidados, bastante guapa y curvilínea y lo que me gusta más: ¡Casada!
😃
La primera vez que fuimos, nos atendió la rubia. Para variar, nosotros andábamos con ropas normales y nos metimos por curiosidad, porque él quería comprarme un vestido para cuando hiciera mis clases.
Ahí, como que la rubia nos trató de echar, porque no parecíamos clientes con dinero y hasta yo no encontraba ropa que me gustara.
Pero él, para variar, tenía que hablar…
“Ando buscando una falda delgada para ella. De seda, si se puede o de Polyester, pero que le haga ver elegante, juvenil y la proteja del frio y me encantaría que fuera de color verde, que le hiciera juego con sus ojos.”
😳
¡Hasta yo quedé con la boca abierta, porque no creí que lo hubiese pensado con tanto detalle!
Y bueno, no se quedó con eso: pidió zapatos, blusas, chaquetas, carteras, etc., etc.
Lo más lindo es que me tiene tanta confianza, que hasta me preguntó:
“¿Quieres mostrar las piernas?”
Con lo que me sentí incluso más linda todavía.
😊
Pero entonces, la vendedora se escurrió, porque cuando mi marido le pidió algún perfume elegante y que me hiciera oler rico, en lugar de echarme a mí, ¡Se lo echó ella en el cuello!
Y claro, ella bien estirada de cuello, mientras mi esposo le oliscaba el perfume.
“¡No! ¡Me gustaría algo más suave, si tiene!” le respondió mi marido, sin darse cuenta.
¡Y ni que le dijeran 2 veces! ¡Pescó un montón de frasquitos y empezó a echarse uno tras otro, mientras mi marido le tomaba el olor!
XD
“¡Este siento que tiene un rico aroma! ¿Qué piensas tú, Marisol?” me dijo, tomándola del hombro bien cerquita y ella parecía helado deshaciéndose al sol.
😆
Por eso me gusta más vitrinear por esa tienda, porque la rubia al toque se trata de desocupar de sus clientes, para hacerle compañía a mi marido y le cuenta que está estudiando, que está viviendo con un chico y un montón de cosas más y yo me hago la que no me doy cuenta...
Pero siempre mirándoles atenta…
“Por si le salta la liebre…”
😏
Y de verdad que no tengo dramas con la rubiecita, en comparación con la cajera del súper.
¡Se me olvidaba contarles! Que la otra vez, como él anduvo como loquito, comiéndose a su Hannah en el trabajo por andar con ropita interior sexy, que yo empecé a usar mis portaligas que venía con el vestido de novia que compramos hace un tiempo.
Y bueno, de tanto usarlo y tanto usarlo, mi “niñito fogoso” me lo terminó rompiendo.
😕
El asunto que lo llevé a él a la tienda y nos tocó la susodicha, que para variar, se iluminó como arbolito de pascua al verle.
Le conté de mi problema: que necesitaba ropita interior más resistente, porque mi marido se pone demasiado fogoso en la intimidad, por pasar una semana entera trabajando en la mina (Y eso, se lo remarqué bastante).
😏
Y bueno, mientras me iba probando más y más sostenes y prendas, obviamente que a mi mejor amigo le fue subiendo la temperatura y aunque la vendedora me daba su opinión honesta de cómo me quedaba, los ojitos se le iban apenas me metía al probador hacia el pantaloncito de mi adorado esposo.
Para cuando salí, supe que por la noche me iban a dar como tambor y la vendedora me miraba con bastante envidia cuando pagaba.
XD
Y bueno, la otra vendedora, la de pelo negro, igual me lo mira, pero es más discreta.
Le llama la atención que sea tan alto, tenga esos hombros anchos y el pelo tan cortito, que incluso pensó que era militar.
Y yo le conté que quería que se comprara ropa nueva para trotar, porque encuentro que parece ermitaño cuando corre.
Como igual me lo miraba, le pedí si me podía acompañar para que “me diera su opinión de casada” de cómo le quedaba la ropa a mi marido, por lo que nos colocamos a la entrada de los probadores.
😳
¡Los ojos se le salían cuando mi marido se sacaba la camiseta y se le notaba el vientre musculoso y esos brazos fortachones!
Y claro, yo lo hacía ver muy normal, aunque la verdad, verle sacarse la ropa igual me estaba afectando su buen poco por debajo…
😏
Y como yo quería seguir tonteando, le pregunté si acaso tenía calzoncillos deportivos, porque él siempre se queja que “se le arranca” del bóxer.
Ahí, como que él medio desconfió, porque le dio vergüenza, pero yo le dije que como la señora estaba casada y que como él nunca me cree cuando le digo que se ve estupendo, terminó aceptando a que la señora se quedara.
Y sinceramente, las 2 babeabamos por la enorme figura que se marcaba en el calzoncillo.
Se veía tan genial, que nos tuvo que repetir que los encontraba un poco apretados y que se sentía incómodo, porque la primera vez, ninguna de las 2 le escuchamos, por estar mirándole la cintura y su amenazante paquete.
XD
Mientras él se vestía, la vendedora me preguntó cuántos años llevaba de casada, porque me veo tan jovencita y le dije que 2, pero me había casado joven, porque él es el amor de mi vida y ella me contó que llevaba 7 años…
“¿Sí? ¿Y cómo le ha ido con la “comezón del séptimo año”? Preguntó el muy copuchento…
😕
Ninguna de las 2 teníamos idea de lo que nos hablaba y él nos explicó que era una película famosa donde actuó Marilyn Monroe, que trataba de una chica joven, bonita y soltera que se mudaba al lado de un matrimonio que llevaba 7 años casados y cómo el esposo se tentaba de serle infiel a su mujer.
Ahí, la señora se puso roja de pies a cabeza, porque nos contó que nunca le ha sido infiel a su marido, a lo que el mío le respondió que él debía tener mucha suerte, ya que ella es hermosa y tiene un cuerpo muy bonito.
😆
Y ya terminando, siempre que entramos al mall, le doy la misma recomendación.
“¡Por favor! ¡Esta vez, presta atención cuando te miran!”
Me mira con esos ojazos que me vuelven loca…
😍
“¿Para qué voy a ver a otra, si ya te tengo a ti?”
Y para variar, lo primero que hago al entrar al mall es marchar derechito al baño…
Para secarme la parte que solamente él sabe hacerme mojar…
😉
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2 comentarios - Ir de compras con él…
😍 Yo creo que es eso porque lo amo tanto, porque siempre supo darme mi espacio y tratarme como una señorita. Saludos y que estés bien.