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La dependienta (2ª parte)

El jueves pasado recibí una llamada de la tienda donde la semana anterior me compré el traje, (http://www.poringa.net/posts/relatos/2886623/La-dependienta.html) era una voz masculina que asocié con el dependiente, me decía que ya tenían mi pantalón y que podía ir a recogerlo cuando me fuera bien, al día siguiente viernes, pensé que era el día ideal, en mi mente albergaba la idea de que al ser viernes, tal vez podría volver a ver a la dependienta que tan bien me atendió la vez pasada, el viernes resultó ser un viernes lluvioso, cosa que odio, estaba a punto de no ir, y dejarlo para el día siguiente, pero el sábado había quedado con mi primo Armand, la única familia que tengo, su esposa e hijo para comer, y no me apetecía tener que ir corriendo arriba y abajo. Sabía por la visita anterior que hasta las 10 de la noche estaban abiertos.

Finalmente me decidí, aun estaba en la ciudad, en la oficina terminando de hacer algunos trabajos, me fui al piso, me di una ducha, y me cambié de ropa, me subí al coche y me dirigí hasta la tienda, eran más de las 9 cuando llegué, me dirigí a la tienda, seguía lloviendo de manera que había poca gente, entré en la tienda, y ella estaba en el fondo de la tienda, me vio y vino hacia mi con una sonrisa en su cara, llevaba pantalón negro de vestir ajustado a las caderas y marcando su silueta y una blusa blanca, con ropa interior negra, la blusa era lo suficiente fina como para ver su ropa interior, cuando llegó hasta mi, disimulamos ya que en la tienda solo había otro cliente y la otra dependienta también se estaba acercando a mi, saqué el resguardo y lo entregué diciendo que venía a por mi pantalón, ella alargó la mano y con disimulo acaricio el dorso de mi mano, «venga por aquí, por favor, ahora se lo entrego, pero debería probárselo para comprobar que está correcto todo.» «No hay problema, lo haré». fue a buscar los pantalones y la chaqueta a la trastienda, y al poco salió con ellos, «¿me acompaña? por aquí», empezó a caminar delante de mi, mis ojos no podían apartarse de su culo, y de su espalda donde la blusa dejaba ver claramente esos sujetadores negros que mantenían oprimidos los magníficos pechos que tenía, y que una semana antes había estado degustando, acariciando, apretando, y llenando de leche, nuevamente me hizo entrar en el último cambiador, aunque esta vez a diferencia de una semana atrás no había nadie más, me entregó los pantalones y me dijo: «por favor póngaselos, y ya me dirá si están correctos, espero aquí fuera» y corrió la cortina, me los puse, y descorrí la cortina, para que ella lo viera, se acercó a mi y yo retrocedí, quedando los dos dentro del cambiador, lejos de miradas ajenas, ella corrió la cortina, y se giró hacia mi, se abalanzó sobre mi boca, y me besó apasionadamente, entre susurros me dijo: «eres un cabrón, me has hecho sufrir, todo el día, esperando que vinieses, pensaba que no vendrías, yo que me he vestido así para ti» puso su mano en mi nuca y acercó sus labios a los míos, nos besamos apasionadamente mientras mis manos recorrían su espalda y acariciaban su culo, acerqué su cuerpo al mío, y empezó a levantar una de sus piernas hasta rozar mis testículos, «el pantalón te queda muy bien» me dijo, mientras una de sus manos apretaba mi polla con fuerza, se separó de mi, salió del cambiador y en voz baja indicó que me esperaba en caja.

Me cambié, mi polla estaba relajada nuevamente, miré el reloj, faltaban 30 minutos para que cerraran, me dirigí a la caja, me dieron la factura definitiva, y me despedí diciendole en voz baja que la esperaba al final de las escaleras mecánicas del parking de la 2ª planta, ella se despidió con un sonoro «Muchas gracias señor, que tenga un buen día, y vuelva cuando quiera». Me dirigí al coche, coloqué el traje en el maletero, y me senté a esperar pasar el tiempo, en esta ocasión desde el coche veía la escalera por donde se bajaba, pasado el tiempo ví sus zapatos asomar, negros, con tacón de aguja, intuí que tal vez no eran los más cómodos para trabajar, pero recordé sus palabras: «…yo que me he vestido así para ti», aunque no le había preguntado, era obvio que no quería que la llevase hasta la puerta de su casa precisamente, salí del coche y me acerqué hasta el final de las escaleras mecánicas, llegó hasta mi, me saludo, sin ninguna muestra cariñosa, cosa que en un principio me desorientó, pero a la vez me calentó, y nos dirigimos hasta el coche, le abrí la puerta y ella entró, di la vuelta y entré al coche, nos dirigimos de nuevo hasta la salida del parking del centro comercial, al estar suficientemente alejados, se acercó hasta mi, y me besó apasionadamente mientras una de sus manos se postraba en mi pierna y se acercaba hasta mi polla para acariciarla, llegamos hasta el garaje de mi edificio, entramos en él, eran más de las 10 de la noche, no había nadie, reinaba un silencio total, solo roto por el abrir y cerrar de las puertas de mi coche, al salir ella del coche, nos besamos, no podía esperar más y besé su cuello, desabroché su blusa y besé y amasé con mis manos sus pechos, ella con la cabeza hacía atrás respiraba profundamente y hundía mi cara en sus pechos, mientras su cuerpo se apoyaba en mi coche, sus manos desabrocharon con gran velocidad mi pantalón, y metió su mano por dentro de mis bóxers, toco, y acarició mi polla, que ya empezaba a estar dura, la sacó, se arrodilló y me brindó con un francés espectacular, allí en medio del garaje, ocultos entre mi coche y el del lado, besó todo el tronco, lamió y sorbió mis huevos, mientras una de sus manos se agarraba a mi culo, y la otra movía suavemente mi polla arriba y abajo, acercó su boca hasta mi glande, lo lamió, lo sorbió, jugó con él, mientras su mano seguía masturbando, yo solo le acariciaba el cabello, estaba en el paraíso, dejó por un momento de lamer y mientras su mano no paraba de mover mi polla me dijo: «quiero que te corras en mi boca, luego ya seguiremos en tu piso» siguió lamiendo, y haciendo de todo con sus manos y su boca hasta que logró su objetivo, descargué todo el semen acumulado durante la semana, no dejó caer ni una gota, lamió y dejo todo limpio, se levantó, me miró y me dijo: «¿Todavía te queda algo? porqué casi me ahogas, no creí que saliera tanto.» «Por supuesto que me queda, prepárate» le dije, mientras me subía los pantalones, ella empezó a caminar delante de mi, su blusa estaba por fuera del pantalón, su cabello suelto, ni siquiera perdió tiempo en arreglarse, me acerqué hasta ella, la agarré por el culo, ese culo duro y llegamos hasta el ascensor, entre besos, cada vez más apasionados, me desabrochó la camisa, empezó a morderme los pezones y acariciar mi vientre, una vez dentro del ascensor, continuamos con tocamientos, yo acerqué mi mano a su entrepierna, y ella abrió ligeramente las piernas, su sexo empezaba a estar húmedo, estuvimos besándonos y manoseándonos todo el trayecto hasta llegar a mi planta, abrí la puerta de mi piso, y entramos.

Cerré la puerta y en menos de dos minutos estábamos totalmente desnudos, bueno yo, ella seguía con su conjunto de ropa interior negro, sujetadores y tanga, esa imagen me excito en sobremanera, me cogió la polla, y me llevó hasta la cama, me miraba y se reía: «recuerdo el camino, tranquilo» llegamos a mi habitación se puso a 4, encima de la cama, y acariciándose el culo, me dijo: «hazme de todo, que estoy muy cachonda»me acerqué hasta ella, y empecé a lamer su trasero, su nalgas preciosas, mientras mi mano acariciaba por encima del tanga, su coño, que cada vez estaba más mojado, aparté el tanga, y comencé a besarlo, lamerlo, separé ligeramente sus labios vaginales con una de mis manos, e introduje mi lengua, lamiendo de arriba a abajo, despacio, me detenía en su clítoris, lo lamía, lo sorbía, como si quisiera arrancárselo, ella gemía de placer, y con su mano acariciaba mi cabeza se movía hacia adelante y hacia atrás, cada vez estaba más mojada, su cabeza terminó reclinándose en la cama, su mano dejó de acariciar mi cabeza poco a poco sus piernas fueron bajando, y ella seguía gimiendo, sus manos agarraron el cojín con fuerza, y ahogó un grito de placer en las sabanas, seguía moviendo pero con mayor dificultad, mientras yo seguía lamiendo como podía, mis manos aguantaban su cuerpo en alto para poder lamiendo y degustando su sexo, mi boca se llenó de sus jugos placenteros, mientras sus manos seguían apretando con fuerza el cojín, finalmente su sexo golpeó fuerte mi cara y empezó a moverse frenéticamente, mientras mi lengua seguía lamiendo sin parar, de repente se desplomó, su respiración era acelerada, se giró hacia mi, yo me había puesto en pie mi cara llena de su néctar, «Ven, acércate» me dijo, obedecí, puso sus manos en mis mejillas y empezó a lamer toda mi cara llena de sus jugos vaginales, terminamos en un beso apasionado donde nuestras lenguas estaban descontroladas, me quedé de rodillas frente a ella, ella tumbada con su tanga, a un lado, y sus sujetadores aun puestos, la miré con cara de deseo, le aparté los sujetadores de sus pechos, y me lancé a ellos, como un animal ante su presa, empecé a lamerlos a mordisquear sus pezones, eso le produjo a ella un placer que mostraba con ligeros gemidos y movimientos pélvicos, estaba muy cachondo, y quería follarla ya, alargó su mano a ciegas hasta la mesilla y palpó hasta alcanzar un condón, con sus dos manos rompió el envase, me apartó suavemente, se acercó a mi polla y me la chupó, lo justo para ponerme la goma, separó sus piernas, y aun con el tanga puesto la penetré, lo aparté lo justo para que mi polla entrase limpiamente en su húmedo y caliente coño, allí estuve un buen rato, mientras besaba sus pechos, cambiamos de posición, y yo quedé tumbado en la cama, ella se puso encima de mi, se desabrochó el sujetador y lo tiró al suelo, se puso encima de mi y clavo mi polla en su coño, yo la agarré por el culo mientras ella subía y bajaba, introduje mi dedo en su culo como la otra vez, ella me había dicho que solo aceptaba el dedo, y yo no esperaba nada más, ella subía y bajaba cada vez más aceleradamente, yo notaba mi dedo en su culo, introduje un segundo dedo, cada vez que mi polla entraba en su coño, apoyó sus manos en mi pecho, sus tetas colgaban preciosas, su cabello cubría su cara: «quieres follarme el culo, verdad?» «Sí, desde el primer día» le dije, sacó mi polla de su coño, la cogió con su mano, y la acercó a su culo, se puso encima de ella, y poco a poco fue bajando, yo notaba como iba entrando despacio, el condón estaba tan mojado de sus jugos que resbaló hasta dentro entro entera, se quedó sentada encima de mi, mirándome, sus ojos se pusieron en blanco, y empezó a moverse adelante y atrás, una de mis manos acarició su clítoris mientras la otra la agarraba por una teta fuertemente, ella me puso un dedo en mi boca, y empecé a chupárselo, a los pocos minutos los dos alcanzamos el orgasmo, y quedamos rendidos en la cama.

Habíamos estado un buen rato teniendo sexo, ella estaba tumbada a mi lado, y me dijo: «noto como mi culo me palpita, cabrón era virgen, y pensé que me dolería, pero me has puesto tan caliente…» la miré y le dije: «mañana al despertar me gustaría verte a mi lado Cenicienta» se rio, y me dijo que sí, quedamos dormidos desnudos, al día siguiente como me dijo, abrí mis ojos, y ella estaba a mi lado, desnuda, me levanté, me fui al baño, y al volver seguía allí, desnuda, un cuerpo perfecto teniendo en cuenta su edad, me acerqué y la desperté entre suaves besos en la mejilla, cuello, y espalda, y caricias en su sexo, se despertó, me regaló un beso, y me dijo que esperara, fue al bañó, y volvió con la cara lavada y sonriendo, se acercó hasta mi gateando, beso mi ombligo, mi polla y empezó a lamerla, hasta lograr ponerla dura, me siguió lamiendo la polla y los huevos, mientras yo le tiraba de la coleta que se había hecho en el baño arriba y abajo, preparé otro condón, la aparté de mi polla tirando de su cabello, me puse el condón, la puse a4, y la penetré mientras mis dedos jugaban con su culo, tuvo un orgasmo mientras la follaba por el coño, escupí en su culo, mis dos dedos entraban sin problema, acerqué la cabeza de mi polla al agujero y empujé suavemente, entró, ella dejo ir un grito de placer empecé a empujar, le acariciaba los pechos, ella hacía lo mismo con su clítoris, cuando estuve a punto de correrme saqué mi polla de su culo, saqué el condón, ella se dio la vuelta y cayo de espaldas en la cama me acerqué a ella, se incorporó y sin decirme nada se introdujo mi polla en su boca, apartó de mi polla mis manos, y empezó a masajear mis huevos hasta que descargué tuve que apoyar mis manos en la cama, ella seguía lamiendo y chupando. Caí a su lado, se paso el dorso de la mano por la boca y mirándome dijo: «que buen desayuno me has dado, ahora ya puedo irme, sino mi marido hará demasiadas preguntas» se levantó, fue al baño, se duchó, yo seguí en la cama, desnudo, rememorando cada movimiento, cada roce, cada olor, salió del baño, se vistió, y se acercó hasta mi «No es necesario que para follar compres algo en la tienda, en mi mesita tenía un bolígrafo y unos papeles, y escribió algo en uno de ellos, mientras me decía: «Mi marido nunca me ha hecho nada de lo que tu me has hecho, y nunca lo hará, así que siempre que quieras y sin compromiso nos vemos aquí Martin» dio un golpe seco sobre el papel, me dio un beso apasionado, y se fue, la vi salir de la habitación contorneándose, me dieron ganas de volver a follarla, pero no lo intenté, me senté en el borde de la cama, leí el papel, había escrito su número de teléfono y su nombre, Cristina, con un corazón y una leyenda que decía llamaré cuando quieras, deseo tu polla siempre.

9 comentarios - La dependienta (2ª parte)

rom123lopz
Buenisimo!! Es real?
Declan1971
Por supuesto que es real, leete la primera parte si no lo has hecho.
kramalo
muy bueno..!! el pantalon, te queda bien...? ja! sigue..?
Declan1971
El pantalón de maravilla, gracias por tu interés, jajajaja
GiselaGod
Excelente!
Declan1971
Muchas gracias Gisela.
hornyboy36
Ojalá haya una tercera parte!!
Declan1971
Bueno, todo pinta que sí, pero el tiempo lo dirá, siempre dependerá de ella, por mi no hay problema.
Perkonte
Tremenda historia, esperando la parte 3
Lomorocha
Uuuuufff tanto detalle en tus relatos hace que yo también desee tu verga
Declan1971
Pues cuando quieras, ya lo sabes. Un besazo.