Levante las manos instintivamente al ser apuntado por un cañón de ese tamaño.
- Me rindo Rober,. Le dije. El miraba con cara un poco bobalicona. Evidentemente no se había dado cuenta de que todavía tenía la pija fuera del pantalón.
- Guarda el mamotreto Rober, no seas mal educado.- le dijo Horacio dándole una palmada en el brazo. El se rió de manera un poco torpe y guardo trabajosamente el portento.
Betina no salía de su asombro. Lo saludó un poco extrañada.
- Hola Rober, soy Betina. Horacio ya me había hablado de vos, pero pensé que exageraba.... Lindo show, en realidad nos vino bárbaro con Leo porque nos conocimos.-
Mientras decía ésto levantó el vestidito del piso donde había quedado antes, se sacó la toalla quedando totalmente desnuda y se lo puso mostrándonos a los tres su preciosa figura recién bañada. Ya que estábamos en el baile, yo hice la mismo y me desnudé frente a todos para ponerme los pantalones. Debo confesar que sentí un poco de vergüenza de andar con mi pija normal al aire después de la aparición espectral del cohete de Rober.
Más o menos presentados y vestidos todos nos sentamos a la mesa. Horacio había traído unas empanadas dentro de las cajas de pizza. Siguió preparando unos fernets y hablando sin parar. Su chongo tenía la vista perdida en la nada como intentando desentrañar algún oscuro secreto de la creación, o tenía la mente en blanco. Me tiento a pensar que la segunda opción es la verdadera.
Betina por su parte se sento sobre mis rodillas, pasándome el brazo izquierdo sobre el hombro.
Pasados unos quince minutos sonó el timbre.
Lo miré con cara de poquísimos amigos a Horacio, que entendió enseguida que yo ya sabía lo que pasaba.
- Bueno, Leo, les dije a unas amigas que vengan... Estaban sin rumbo y me pareció que podíamos compartir con ellas..... No te enojaste no? -
Obvio que me enojaba, pero no me estaba dejando demasiadas opciones. Mi casa había pasado a ser el centro de encuentro del club de freaks amigos de Horacio y eso podía terminar en cualquier cosa.
Se levantó y abrió él mismo la puerta. Dos mujeres de unos 30 años entraron. Una era bastante gordita, pelo rapado en las sienes y muy negro, varios tatuajes en los brazos y toda vestida de negro. La otra con pantalones cargo, borceguíes y musculosa militar, casi rapada. Venían riéndose, la morocha traía una botella de whisky en la mano.
- Chicos y chica, ellas son Belén y Perfidia. Belén es la esbelta chica de negro y Perfidia es ésta mala nena que vino de España a llevarnos a todos por el mal camino.-
Hola dijimos todos. Ellas no parecían muy entusiasmadas con la cuestión, pero se sentaron en su mundo alrededor de la mesa.
Horacio sacó otra botella de su mochila que no había visto. Un licor dulce, me parece que era kiwi o algo así,, medio intomable para mi, pero riquísimo para todos los demás porque bajó en unos pocos minutos. Ellos hablaban sin parar todos juntos. Perfidia, la española casi gritaba intentando rebatir a Horacio y Belen. Discutían sobre cualquier cosa. Una especie de guerra entre tortas y maricas en la que preferí no meterme
Al rato de conversación y alcohol la española me preguntó: - Tu eres el del mamotreto?.-
- No - dije yo.- Yo soy el que hace acabar con la lengua en el culo...-
Todos nos reímos un poco para aflojar la situación y otro poco porque estábamos bastante borrachos a esa altura de la noche.
- No niñas, el de la poronga hiperestelar es Rober.-
- Bien que te los has escondido niño.- Dijo la española. - Anda, a que no nos la muestras, a ver si es cierto lo que dice éste jodido de Horacio.-
Rober no atinó a nada. Horacio se levantó, lo agarró de la mano hasta hacerlo quedar parado frente a nosotros. Le bajó los pantalones y el boxer hasta los tobillos y dejó al descubierto su completa humanidad masculina.
- Señoras y Señores, les presento mi último y más acalorada hallazgo. Demostrando que es posible sacar agua de las piedras y encontrar una aguja en un pajar... Rober y su cohete supersónico!-
Instintivamente aplaudimos todos juntos.
- Vamos Horacio, que la queremos ver dura!.- dijo la morocho y le dió un trago al whisky del pico de la botella.
- Dale Hora, cométela!- Agregó Betina sentada sobre mí. Yo la miré un poco extrañado, pero me acordé de que ver a dos chicos tocándose la excitaban y la sola idea de seguir cojiéndola hizo que se me pusiera dura la pija. Ella se dió cuenta y acomodó el culo de manera que se meta el bulto entre sus nalgas. Me dió un piquito y siguió arengando a Horacio a que se la chupe.
- Dale Hora, metétela en la boca!
Lo más raro del asunto era que Rober mantenía su cara impávida. La misma que le había visto en el centro a la tarde mientras tocaba música electrónica, la misma que mantenía durante toda la noche hasta el momento. Sonrió un poco torciendo la boca. Horacio le agarró la verga con la mano derecho. Era como si nos mostrara un desodorante de ambiente y estaba dormida!
- Honorable audiencia, si me lo piden voy a tener que hacer un esfuerzo,- dijo Horacio bamboleándose.
Se agachó. Agarró la pija con ambas manos y retiró el prepucio dejándo al aire la cabeza. La empezó a lamer de a poco, haciéndo que se ponga cada vez más dura y enorme. Betina estaba entusiasmada. Por un lado lo incitaba a seguir y por el otro veía como empezaba a mover el culo en círculos, metiéndose y masajeándose con mi bulto. Se iba calentando nuevamente.
Al otro lado de la mesa, las chicas se besaban y aplaudían también. Vi como Pefidia tomaba un largo trago de whisky y besaba a su compañera pasándole parte del líquido y haciéndola beber de esa manera. Belén la atrajo hacia sí después de tragar y empezó a lamerle el cuello bastante caliente también. Perfidia se le subió como a caballo en la silla y empezaron a franelearse.
Horacio por su parte ya había hecho poner dura la pija.a Rober y era todo un espectáculo verlo tragarse tremendo pedazo de carne.
A Betina la volvía loca de calentura. Sentada sobre mi, dándome la espalda, se revolvía sobre mi bulto muy caliente. Yo le había empezado a tocar las tetas bajo el vestidito. Tenía los pezones duros como piedras. Jadeaba sin sacarle la vista de encima a Horacio y Rober. Yo la hice levantar para bajarme los pantalones. Mi pija agradeció ser liberada. Ella se sentó encima, metiéndosela en la concha. Sentí su humedad caliente bajar por la verga hasta que se la ensartó entera. Con la pija metida hasta los huevos en su concha, empezó a hacer movimientos circulares que me hacían ver las estrellas y a ella calentar todavía más. Se sacó el vestido de un tirón y me guió las manos a sus tetas. Rober nos miraba fijamente sin decir palabra. Su rostro seguìa impávido, pero una chispa de lascivia salía de sus ojos directo a las tetas de Betina.
- Alguien quiere compartir?.- dijo Horacio. -Hay para todos!.-
Betina se dió vuelta con cara de querer tragarse entera esa poronga.
- Anda, chupala y vení que te cojo por el culo.- Le dije.
Me dió un beso en la mejilla y me acarició el cabello con una sonrisa. Fue hasta donde estaban ellos, se arrodilló delante del portento. Horacio la agarraba de la base y de todas maneras sobraba para que ella también la agarrara y se la metiera de un saque en la boca.a Su cabeza sola le llenaba la cavidad. Betina enloquecida empezó a chuparla rápido y a introducirla cada vez más adentro de su boca hasta que casi le daban arcadas. Estaba posesionada con tremenda pija. Se tocaba el clítoris. En algún momento se dió vuelta y me miró. Dejó la vista puesta en mi que me pajeaba viéndola y seguía chupando sin parar.
Belén a esa altura se había acostado sobre el sillón y con las piernas abiertas, recibía una chupada bastante agresiva de Perfidia. Le medía además tres dedos en la concha y la cojía así. Se escuchaba fuerte el golpe de la mano golpeando las piernas de Belen. Un ruido un poco húmedo, de los flujos que salían de la concha. Belén gemía agarrándose los muslos por debajo para mantener las piernas bien abiertas.
Pajeándome sentado en una silla en el living de mi casa, estaba cayendo que el martes que había pensado que pasaría sin pena y sin gloria, estaba terminando en una orgía y yo siendo parte...
Hablando de ser parte, me paré y me acerqué a Betina que seguía como loca con la verga enorme. Me arrodille detrás de ella, le agarré las tetas por detrás y le metía la pija entre las nalgas. Horacio estaba chupandole los pezones a Rober que miraba fijamente a Betina. Ella jadeaba de placer con la boca llena de poronga.
Sentìa mi pija ser aprisonada por los cachetes del culo de Betina que los apretaba cada vez más. Rober se acostó en el piso, ella siguió chupando sin parar.
Horacio me dijo alcanzándome un forro.
- Toma, cojela que no puede más de calentura la chiquita. Se ve que nunca vió algo así y no me está dejando nada para mi...-
Otra vez veía el culo de Betina ofrecerme la entrada. Lo chupé un poco para lubricarlo, me puse el forro y entré como quien ya conoce el camino hacia la puerta. Ella se retorció un poco y empezó a gozar comparitendo ahora la pijo con Horacio que la chupaba junto con ella. El se pajeaba el culo, tocándoselo con el dedo mayor, sin meterlo. Me llamó esa forma de tocarse que nunca había visto. Me calentaba aún más junto con ese ojete hermoso que estaba cojiendo y que no dejaba de pedir más.
A esa altura empiezo a sentir jadeos intensos de Rober. Su calentura va en aumento y parece que está por acabar. Betina y Horacio aumentan la intensidad de la chupado. Yo le doy con todo por el culo a ella. El tiene una especie de espasmo y empieza a brotar leche de su pija enchastrando a Betina y Horacio que se empiezan a lamer entre ellos. Acaba a mares sobre los chupadores y queda acostado y relajado.
Con todo el rostro lleno de semen, Betina se da vuelta y me pide que le saque la pija del culo porque le duele un poco de tanto usarlo en el día. Lo hago e intento metérsela en la concha.
Ella me dice si no quiero jugar un poco.
- A qué queres jugar?.- pregunto intrigado y con la pija por explotar nuevamente.
- Al gallito ciego...-
Acto seguido toma su pobre vestidito que está tirado por ahí nuevamente y lo enrolla. Me envuelve los ojos con él y me dice que me relaje, que entre todos se van a encargar de mi.
Ambos se avalanzaron sobre mí, tirándome de espaldas y empezándome a besar y lamer por todo el pecho. Sentía sus lenguas recorrerme, la humedad mezcla de saliva y semen que iban dejando sobre mi piel. Sus manos que me empezaban a acariciar desde la panza al cuello. Cerré los ojos fuerte debajo de la tela que me cegaba y dejé que hicieran lo que quisieran conmigo.
Lenguas que me chupaban los pezones y recorrían la piel. La pija me explotaba de calentura sintiendo sus respiraciones agitadas comiéndome como una jauría hambrienta. De pronto siento unas manos sobre la pija. Alguno de los dos saca el forro que tengo puesto y mete otro, con la boca. Siento el látex bajar por mi pija empujado por unos labios que van apretándomela. Una mano me acaricia los huevos. Una lengua está empecinada en lamer sin parar mi pezón derecho. De repente para y siento sobre mi cara acercarse una concha. Siento un aroma diferente al de Betina. Al apoyarse contra mi siento el culo contra mi nariz. Debe ser Belen porque sus nalgas son más gordas. Empieza a moverse caliente sobre mi rostro. Yo chupo, meto la lengua en su concha y culo de acuerdo a como ella se va acomodando. Siento sus flujos caer sobre mi y me caliento aún más. En la pija ahora siento la presión de un ano intentado hacer lugar para que entre. De a poco me va apretando y bombeando. Escucho gemidos de hombre y mujer a mi alrededor, pero a veces me falta el aire con el culo de Belén que me asfixia y me suelta por momentos. A la tercera vez que lo hace me doy cuenta que es adrede. Me está haciendo delirar de placer medio ahogado y con la pija que ya ha entrado del todo en el culo que me coje. Le pido por favor que me deje respirar y afloja la presión sobre mi cara solo para que entre un poco de aire y pueda respirar y seguir chupandole la concha que está cada vez más húmeda.
Betina tambien debe estar recibiendo lo suyo porque la escucho jadear a mi lado como si alguien la estuviera matando de placer.
Chupo sin parar hasta que siento que Belén acaba en un grito un poco ronco y grave. Salen flujos de su concha en cantidades que me inundan. Un poco me entra en la nariz y me hace toser.
Belén se levanta de sobre mi cara y me corro la tela para ver qué es lo que está pasando.
Horacio está cojiéndome en cuclillas sobre mi pija. Veo su poronga a los saltos con cada movimiento de sube y baja que hace. A mi lado, con la cabeza muy cerca mío, Betina está en cuatro y Rober la está cojiendo con cara de loco. Ella me mira fijo con una expresión mezcla de dolor y placer intenso. Los cachetes muy rojos y algunas lágrimas que le caen por la mejilla. Belén se ha ido con Perfidia que ahora recibe sus dedos por el culo mientras le chupa la concha.
Acerco mi rostro al de Betina.
- Está gozando linda?.- le pregunto entre jadeos.
Ella no dice nada pero me empiieza a besar apasionadamente. Acepto su lengua que se mete deseosa dentro de mi boca y así, besándonos y calientes acabamos practicamente juntos cada uno cojido por su lado.
La pija se me baja. Siento que Horacio se la saca del culo. Betina también se zafa de Rober y se acurruca contra mi pecho. Le acaricio el pelo. Siento su sudor brotar en medio de esa noche caluros.
- Vamos a la cama? le propongo.
Ella se levanta y me ayuda a hacerlo.
- Chicos, ustedes sigan y quédense cuanto quieran. No hay problema. Nosotros nos vamos a acostar.- les digo. Perfidia y Belén siguen en lo suyo. Veo a Horacio con ganas de intentar clavarse la estaca de Rober con ganas. Saludamos con la mano y nos metemos en el cuarto.
Nos acostamos. La abrazo por detrás. Ella se acerca a mi apretándose. El ventilador de techo nos da un poco de respiro a tanta actividad del día. Nos quedamos en silencio abrazados. Desde el living se escucha el fragor de la lucha que sigue. Nos quedamos dormidos.
- Me rindo Rober,. Le dije. El miraba con cara un poco bobalicona. Evidentemente no se había dado cuenta de que todavía tenía la pija fuera del pantalón.
- Guarda el mamotreto Rober, no seas mal educado.- le dijo Horacio dándole una palmada en el brazo. El se rió de manera un poco torpe y guardo trabajosamente el portento.
Betina no salía de su asombro. Lo saludó un poco extrañada.
- Hola Rober, soy Betina. Horacio ya me había hablado de vos, pero pensé que exageraba.... Lindo show, en realidad nos vino bárbaro con Leo porque nos conocimos.-
Mientras decía ésto levantó el vestidito del piso donde había quedado antes, se sacó la toalla quedando totalmente desnuda y se lo puso mostrándonos a los tres su preciosa figura recién bañada. Ya que estábamos en el baile, yo hice la mismo y me desnudé frente a todos para ponerme los pantalones. Debo confesar que sentí un poco de vergüenza de andar con mi pija normal al aire después de la aparición espectral del cohete de Rober.
Más o menos presentados y vestidos todos nos sentamos a la mesa. Horacio había traído unas empanadas dentro de las cajas de pizza. Siguió preparando unos fernets y hablando sin parar. Su chongo tenía la vista perdida en la nada como intentando desentrañar algún oscuro secreto de la creación, o tenía la mente en blanco. Me tiento a pensar que la segunda opción es la verdadera.
Betina por su parte se sento sobre mis rodillas, pasándome el brazo izquierdo sobre el hombro.
Pasados unos quince minutos sonó el timbre.
Lo miré con cara de poquísimos amigos a Horacio, que entendió enseguida que yo ya sabía lo que pasaba.
- Bueno, Leo, les dije a unas amigas que vengan... Estaban sin rumbo y me pareció que podíamos compartir con ellas..... No te enojaste no? -
Obvio que me enojaba, pero no me estaba dejando demasiadas opciones. Mi casa había pasado a ser el centro de encuentro del club de freaks amigos de Horacio y eso podía terminar en cualquier cosa.
Se levantó y abrió él mismo la puerta. Dos mujeres de unos 30 años entraron. Una era bastante gordita, pelo rapado en las sienes y muy negro, varios tatuajes en los brazos y toda vestida de negro. La otra con pantalones cargo, borceguíes y musculosa militar, casi rapada. Venían riéndose, la morocha traía una botella de whisky en la mano.
- Chicos y chica, ellas son Belén y Perfidia. Belén es la esbelta chica de negro y Perfidia es ésta mala nena que vino de España a llevarnos a todos por el mal camino.-
Hola dijimos todos. Ellas no parecían muy entusiasmadas con la cuestión, pero se sentaron en su mundo alrededor de la mesa.
Horacio sacó otra botella de su mochila que no había visto. Un licor dulce, me parece que era kiwi o algo así,, medio intomable para mi, pero riquísimo para todos los demás porque bajó en unos pocos minutos. Ellos hablaban sin parar todos juntos. Perfidia, la española casi gritaba intentando rebatir a Horacio y Belen. Discutían sobre cualquier cosa. Una especie de guerra entre tortas y maricas en la que preferí no meterme
Al rato de conversación y alcohol la española me preguntó: - Tu eres el del mamotreto?.-
- No - dije yo.- Yo soy el que hace acabar con la lengua en el culo...-
Todos nos reímos un poco para aflojar la situación y otro poco porque estábamos bastante borrachos a esa altura de la noche.
- No niñas, el de la poronga hiperestelar es Rober.-
- Bien que te los has escondido niño.- Dijo la española. - Anda, a que no nos la muestras, a ver si es cierto lo que dice éste jodido de Horacio.-
Rober no atinó a nada. Horacio se levantó, lo agarró de la mano hasta hacerlo quedar parado frente a nosotros. Le bajó los pantalones y el boxer hasta los tobillos y dejó al descubierto su completa humanidad masculina.
- Señoras y Señores, les presento mi último y más acalorada hallazgo. Demostrando que es posible sacar agua de las piedras y encontrar una aguja en un pajar... Rober y su cohete supersónico!-
Instintivamente aplaudimos todos juntos.
- Vamos Horacio, que la queremos ver dura!.- dijo la morocho y le dió un trago al whisky del pico de la botella.
- Dale Hora, cométela!- Agregó Betina sentada sobre mí. Yo la miré un poco extrañado, pero me acordé de que ver a dos chicos tocándose la excitaban y la sola idea de seguir cojiéndola hizo que se me pusiera dura la pija. Ella se dió cuenta y acomodó el culo de manera que se meta el bulto entre sus nalgas. Me dió un piquito y siguió arengando a Horacio a que se la chupe.
- Dale Hora, metétela en la boca!
Lo más raro del asunto era que Rober mantenía su cara impávida. La misma que le había visto en el centro a la tarde mientras tocaba música electrónica, la misma que mantenía durante toda la noche hasta el momento. Sonrió un poco torciendo la boca. Horacio le agarró la verga con la mano derecho. Era como si nos mostrara un desodorante de ambiente y estaba dormida!
- Honorable audiencia, si me lo piden voy a tener que hacer un esfuerzo,- dijo Horacio bamboleándose.
Se agachó. Agarró la pija con ambas manos y retiró el prepucio dejándo al aire la cabeza. La empezó a lamer de a poco, haciéndo que se ponga cada vez más dura y enorme. Betina estaba entusiasmada. Por un lado lo incitaba a seguir y por el otro veía como empezaba a mover el culo en círculos, metiéndose y masajeándose con mi bulto. Se iba calentando nuevamente.
Al otro lado de la mesa, las chicas se besaban y aplaudían también. Vi como Pefidia tomaba un largo trago de whisky y besaba a su compañera pasándole parte del líquido y haciéndola beber de esa manera. Belén la atrajo hacia sí después de tragar y empezó a lamerle el cuello bastante caliente también. Perfidia se le subió como a caballo en la silla y empezaron a franelearse.
Horacio por su parte ya había hecho poner dura la pija.a Rober y era todo un espectáculo verlo tragarse tremendo pedazo de carne.
A Betina la volvía loca de calentura. Sentada sobre mi, dándome la espalda, se revolvía sobre mi bulto muy caliente. Yo le había empezado a tocar las tetas bajo el vestidito. Tenía los pezones duros como piedras. Jadeaba sin sacarle la vista de encima a Horacio y Rober. Yo la hice levantar para bajarme los pantalones. Mi pija agradeció ser liberada. Ella se sentó encima, metiéndosela en la concha. Sentí su humedad caliente bajar por la verga hasta que se la ensartó entera. Con la pija metida hasta los huevos en su concha, empezó a hacer movimientos circulares que me hacían ver las estrellas y a ella calentar todavía más. Se sacó el vestido de un tirón y me guió las manos a sus tetas. Rober nos miraba fijamente sin decir palabra. Su rostro seguìa impávido, pero una chispa de lascivia salía de sus ojos directo a las tetas de Betina.
- Alguien quiere compartir?.- dijo Horacio. -Hay para todos!.-
Betina se dió vuelta con cara de querer tragarse entera esa poronga.
- Anda, chupala y vení que te cojo por el culo.- Le dije.
Me dió un beso en la mejilla y me acarició el cabello con una sonrisa. Fue hasta donde estaban ellos, se arrodilló delante del portento. Horacio la agarraba de la base y de todas maneras sobraba para que ella también la agarrara y se la metiera de un saque en la boca.a Su cabeza sola le llenaba la cavidad. Betina enloquecida empezó a chuparla rápido y a introducirla cada vez más adentro de su boca hasta que casi le daban arcadas. Estaba posesionada con tremenda pija. Se tocaba el clítoris. En algún momento se dió vuelta y me miró. Dejó la vista puesta en mi que me pajeaba viéndola y seguía chupando sin parar.
Belén a esa altura se había acostado sobre el sillón y con las piernas abiertas, recibía una chupada bastante agresiva de Perfidia. Le medía además tres dedos en la concha y la cojía así. Se escuchaba fuerte el golpe de la mano golpeando las piernas de Belen. Un ruido un poco húmedo, de los flujos que salían de la concha. Belén gemía agarrándose los muslos por debajo para mantener las piernas bien abiertas.
Pajeándome sentado en una silla en el living de mi casa, estaba cayendo que el martes que había pensado que pasaría sin pena y sin gloria, estaba terminando en una orgía y yo siendo parte...
Hablando de ser parte, me paré y me acerqué a Betina que seguía como loca con la verga enorme. Me arrodille detrás de ella, le agarré las tetas por detrás y le metía la pija entre las nalgas. Horacio estaba chupandole los pezones a Rober que miraba fijamente a Betina. Ella jadeaba de placer con la boca llena de poronga.
Sentìa mi pija ser aprisonada por los cachetes del culo de Betina que los apretaba cada vez más. Rober se acostó en el piso, ella siguió chupando sin parar.
Horacio me dijo alcanzándome un forro.
- Toma, cojela que no puede más de calentura la chiquita. Se ve que nunca vió algo así y no me está dejando nada para mi...-
Otra vez veía el culo de Betina ofrecerme la entrada. Lo chupé un poco para lubricarlo, me puse el forro y entré como quien ya conoce el camino hacia la puerta. Ella se retorció un poco y empezó a gozar comparitendo ahora la pijo con Horacio que la chupaba junto con ella. El se pajeaba el culo, tocándoselo con el dedo mayor, sin meterlo. Me llamó esa forma de tocarse que nunca había visto. Me calentaba aún más junto con ese ojete hermoso que estaba cojiendo y que no dejaba de pedir más.
A esa altura empiezo a sentir jadeos intensos de Rober. Su calentura va en aumento y parece que está por acabar. Betina y Horacio aumentan la intensidad de la chupado. Yo le doy con todo por el culo a ella. El tiene una especie de espasmo y empieza a brotar leche de su pija enchastrando a Betina y Horacio que se empiezan a lamer entre ellos. Acaba a mares sobre los chupadores y queda acostado y relajado.
Con todo el rostro lleno de semen, Betina se da vuelta y me pide que le saque la pija del culo porque le duele un poco de tanto usarlo en el día. Lo hago e intento metérsela en la concha.
Ella me dice si no quiero jugar un poco.
- A qué queres jugar?.- pregunto intrigado y con la pija por explotar nuevamente.
- Al gallito ciego...-
Acto seguido toma su pobre vestidito que está tirado por ahí nuevamente y lo enrolla. Me envuelve los ojos con él y me dice que me relaje, que entre todos se van a encargar de mi.
Ambos se avalanzaron sobre mí, tirándome de espaldas y empezándome a besar y lamer por todo el pecho. Sentía sus lenguas recorrerme, la humedad mezcla de saliva y semen que iban dejando sobre mi piel. Sus manos que me empezaban a acariciar desde la panza al cuello. Cerré los ojos fuerte debajo de la tela que me cegaba y dejé que hicieran lo que quisieran conmigo.
Lenguas que me chupaban los pezones y recorrían la piel. La pija me explotaba de calentura sintiendo sus respiraciones agitadas comiéndome como una jauría hambrienta. De pronto siento unas manos sobre la pija. Alguno de los dos saca el forro que tengo puesto y mete otro, con la boca. Siento el látex bajar por mi pija empujado por unos labios que van apretándomela. Una mano me acaricia los huevos. Una lengua está empecinada en lamer sin parar mi pezón derecho. De repente para y siento sobre mi cara acercarse una concha. Siento un aroma diferente al de Betina. Al apoyarse contra mi siento el culo contra mi nariz. Debe ser Belen porque sus nalgas son más gordas. Empieza a moverse caliente sobre mi rostro. Yo chupo, meto la lengua en su concha y culo de acuerdo a como ella se va acomodando. Siento sus flujos caer sobre mi y me caliento aún más. En la pija ahora siento la presión de un ano intentado hacer lugar para que entre. De a poco me va apretando y bombeando. Escucho gemidos de hombre y mujer a mi alrededor, pero a veces me falta el aire con el culo de Belén que me asfixia y me suelta por momentos. A la tercera vez que lo hace me doy cuenta que es adrede. Me está haciendo delirar de placer medio ahogado y con la pija que ya ha entrado del todo en el culo que me coje. Le pido por favor que me deje respirar y afloja la presión sobre mi cara solo para que entre un poco de aire y pueda respirar y seguir chupandole la concha que está cada vez más húmeda.
Betina tambien debe estar recibiendo lo suyo porque la escucho jadear a mi lado como si alguien la estuviera matando de placer.
Chupo sin parar hasta que siento que Belén acaba en un grito un poco ronco y grave. Salen flujos de su concha en cantidades que me inundan. Un poco me entra en la nariz y me hace toser.
Belén se levanta de sobre mi cara y me corro la tela para ver qué es lo que está pasando.
Horacio está cojiéndome en cuclillas sobre mi pija. Veo su poronga a los saltos con cada movimiento de sube y baja que hace. A mi lado, con la cabeza muy cerca mío, Betina está en cuatro y Rober la está cojiendo con cara de loco. Ella me mira fijo con una expresión mezcla de dolor y placer intenso. Los cachetes muy rojos y algunas lágrimas que le caen por la mejilla. Belén se ha ido con Perfidia que ahora recibe sus dedos por el culo mientras le chupa la concha.
Acerco mi rostro al de Betina.
- Está gozando linda?.- le pregunto entre jadeos.
Ella no dice nada pero me empiieza a besar apasionadamente. Acepto su lengua que se mete deseosa dentro de mi boca y así, besándonos y calientes acabamos practicamente juntos cada uno cojido por su lado.
La pija se me baja. Siento que Horacio se la saca del culo. Betina también se zafa de Rober y se acurruca contra mi pecho. Le acaricio el pelo. Siento su sudor brotar en medio de esa noche caluros.
- Vamos a la cama? le propongo.
Ella se levanta y me ayuda a hacerlo.
- Chicos, ustedes sigan y quédense cuanto quieran. No hay problema. Nosotros nos vamos a acostar.- les digo. Perfidia y Belén siguen en lo suyo. Veo a Horacio con ganas de intentar clavarse la estaca de Rober con ganas. Saludamos con la mano y nos metemos en el cuarto.
Nos acostamos. La abrazo por detrás. Ella se acerca a mi apretándose. El ventilador de techo nos da un poco de respiro a tanta actividad del día. Nos quedamos en silencio abrazados. Desde el living se escucha el fragor de la lucha que sigue. Nos quedamos dormidos.
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