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relato erotico por telefono

Mi primer trío en el teléfono erótico por Maricarmen López

Es la primera vez que me atrevo a desvelar mis experiencias para poder compartirlas con vosotros y vosotras, pero quizá los testimonios de otras chicas de la línea caliente que lo han hecho me han animado aún más a escribir mi primer relato erótico.

Quiero que además de lo que veis de mi en la web, mis fotos y mis gustos, podáis también comprobar lo caliente que estoy las 24 horas para vosotros. Bueno, a veces duermo, pero aún así suelo tener sueños eróticos que me llevan a levantarme empapada y con ganas de un dedo mañanero. Eso que nunca falte antes de mi ducha y mi café.

En la línea erótica he dejado volar todas mis fantasías, he realizado cosas que yo misma me he sorprendido, pero es que día a día compruebo que en el mundo hay mucha gente tan caliente como yo. Por eso mi teléfono porno a veces arde.

Quizá me quedaba una por cumplir, pero tuve la oportunidad hace muy poco. Os cuento.

TRÍO, DOS HOMBRES SÓLO PARA MÍ
No nos engañemos, ¿a qué mujer no le gustaría estar con dos hombres a la vez, haciendo un trío? Si, sé que para muchas es un sueño que no cumplirán, pero a mi se me presentó la oportunidad y la aproveché.

No era demasiado tarde. Sobre las diez de la noche, una hora estupenda para recibir una llamada caliente que haga plantearse la noche con ganas de sexo.

En esta ocasión fueron dos hombres los que me llamaron, los dos a la vez, claro, pero desde el mismo teléfono. Me comentaron que estaban de guardia en un turno de noche, como vigilantes, pero que acostumbraban a follarse siempre a las mismas chicas. Dos tíos inseparables por lo que pude comprobar.

– Hola, buenas noches Maricarmen, porque eres tú, ¿verdad?

– Si, cielo, claro que soy yo. ¿Cómo estás?

– Pues te diré la verdad, estamos bien, es que somos dos amigos y compañeros, y visitando la web te hemos visto y nos hemos decidido a llamar.

– Pues encantada.

– ¿No te importa, verdad?

– En absoluto. Casi mejor. Por cierto, ¿tu amigo no saluda?

– Hola cielo! – se escuchó una voz un poco lejana.

– Hola! – contesté -. ¿Cómo os llamáis?

– Nos gusta que nos llamen los hombres de negro, por lo del uniforme, o también Mister X y Míster Z. Queda mucho más americano, como en las películas.

– Vale, vale, me ahorraré lo de Misters, si no os importa. Seréis X y Z. Así me pone más.

– ¿Si? Pues qué bien, pensábamos que a lo mejor no te hubiera gustado estar con dos.

– Si, ¿por qué no? Además lo de los uniformes es algo que me parece erótico, y quitarlos mucho más.

Era mi fantasía, pero no quería decírselo a ellos, prefería gozar de dos tíos jóvenes, de gimnasio, que me dieran placer en un trío sólo para mí. Seguro que con buenas vergas y calientes, se lo notaba en sus voces ansiosas por tener una placentera experiencia conmigo. Además, uno de ello no paraba de comentar lo mucho que le gustaban las tías de mi edad, mientras el otro fantaseaba con lo que podríamos hacer los tres juntos.

– Bueno, chicos, ¿aún con los uniformes puestos?

– Solo nos hemos bajado los pantalones y estamos dándonos un poquito de alegría a las pollas, ya sabes, están morcillonas.

– Si, esperando que tu organices, ya te aviso que la tengo gorda, luego no me dejes a dos velas – contestó el segundo.

– Um. Ya os imagino, los dos para mi, que honor. Ya veréis como lo pasamos de miedo. Yo estoy con menos ropa, sólo un tanga rojo y una camiseta de tirantes. Pero esto durará poco, quiero que entre los dos me arranquéis la poquita ropa que llevo. Me excita así, aunque se rompa.

– Vale, vale, yo encantado – dijo el segundo que era el que parecía más vicioso.

– Y si no yo, me encantará comerte el coño arrancando ese tanga a bocados.

– Como queráis, yo como os organicéis, pero quiero coger ese par de pollas ya. Así que imaginaros que estoy en el suelo, de rodillas, frente a vosotros, y os habéis quitado ya los calzoncillos.

– Si, si, así estamos ya los dos.

– Pues para que esperar. Quiero cogerlas con fuerza y empezar a calentar motores. Según vaya viendo quien se empalma primero empezaré a lamérsela.

– Yo, Yo, contestó el segundo. Mi compi aún está empezando a pelársela. Es que está viejo, jeje.

– ¡Que va! Eso no es verdad, la tengo como una piedra.

– Bueno chicos, pues las dos. Así que las cojo, las traigo a mi boquita, las junto un poco, y ¡a lamer!

– Um, cómo me gustan las mujeres que se atreven con dos. A mi fuerte, como si le quieres clavar las uñas. Me pone.

– A mi no, que paso de brutalidades, yo prefiero que la comas como si fuera un helado. Ya sabes.

– De momento solo os chupo el glande y os pajeo a los dos. No seáis ansiosos. Ahora estoy de cuclillas, si viérais como tengo de mojadito el tanga.

– Más que verlo me encantaría agarrarte el coño, me ponen las chicas empapadas de la excitación. Y las tetas? Duritas también – preguntaba el segundo.

– También, y mucho, casi se salen ya de la camiseta de tirantes cortita que llevo. No veas como marcan los pezones.

– Bueno, habrá tiempo, de momento saborear mis labios en vuestros capullos. Me gustan los dos. Así que mientras empiezo a comerme uno pajeo el otro.

– ¡El mío! – contestó el segundo.

– No, no, que yo he llamado primero.

– Eh chicos, que si me como pollas no quiero discutir. Empiezo a meterme la polla del que no la tiene tan gorda, así luego me entrarán ganas de intentarlo con las dos.

– Um, Si, contestó el segundo, ¡pero bien dentro!

– Que si.

– Y a mi pajea con fuerza.

Me excitaba la situación. Dos jóvenes vigorosos, dos pollas, y el placer de querer meterme todo a la vez. El sueño de cualquier mujer.

Cogí mi consolador y empecé a chuparlo, me excitaba tanto. Luego iría a mi coño, con lo cual lo ensalivaba bien. Mientras ellos se las cascaban, escuchaba sus gemidos, las hebillas de sus cinturones, incluso a lo lejos el sonido de una emisora de vigilancia, a la que ellos no hacían ni caso. Estaban ya demasiado calientes como para eso.

– Pero qué ricas están las dos, las como casi a la vez. Me encanta veros de pie y yo arrastrada como una estudiante haciendo su primer bukkake.

– Si, así, eres nuestra zorra.

– Si, lo soy. Me gusta sentirme así.

– Cuando nos vamos de putas hacemos lo mismo – dijo el primero.

– Pero ninguna tan entregada como tú – afirmó el segundo.

– Yo quiero más, cielos – les contesté -. Quiero sentir esas pollas dentro. ¡Follarme!

Escuché cómo apartaban entre los dos cosas de una mesa. No sé que pasaba. Era como si de repente se pusieran a hacer algo, pero yo ignoraba el qué.

– Ahora a la mesa! Tú eres nuestro mejor plato. Queremos ver como aguantas dos pollas por detrás. ¡Así que agárrate bien!

– Perfecto. Me gusta el perrito, y más así, sin que tenga que estar de rodillas. Adoro que me la metan de pie.

Me coloqué a cuatro patas en mi cama. Sentía ese vigor de los dos. Las ganas tan locas de penetrarme, disfrutando ese trío, casi de verme sufrir y gozar con los dos miembros perfectamente excitados. No cesaban de machacársela. Eso me ponía aún más. Mientras, yo saciaba mi sed chupando ese consolador de dos puntas. Una para el coño y la otra más delgada para chupar o meterla por el culo.

– Ahora si que te he tengo por detrás- comentó el segundo. Te voy a empalar mientras te arranco antes ese tanga. Paseo mi polla por todo tu coño. Que se empape bien de jugos.

– Si, así, así me gusta.

– Y yo al otro lado de la mesa, dispuesto a que me la sigas mamando pero ahora concentrándote solo en mi polla. Se acabó compartir.

– Si, no paro de hacerlo, ahora si que me gusta chupar. Lo haré a buen ritmo.

TRÍO DE NOCHE

Y empezó la verdadera fiesta. Notaba los empujones de uno mientras me follaba, era como si me desplazara por toda la cama. Era fuerte y tenía ganas de meterla hasta los huevos. Mientras chupaba con ansiedad el consolador pensado en ese tío con la polla bien dura.

Se produjo un silencio, sólo lo interrumpían los gemidos, alguna palabra sucia que me excitaba más y las ordenes de ellos.

– Ahora si que te voy a quitar esa camiseta sudada que llevas, quiero agarrarte las tetas mientras te follo. Mejor la romperé. Te mereces este palo dentro de tu coño y follarte duro, sin piedad- me decía el que me daba por detrás. Se crecía tanto como su excitación.

– Y no dejes de chupar con fuerza, joder, eres nuestra puta de esta noche, luego me tocará a mi reventarte el coño.

Los dos adoptaron un carácter más violento, más intenso, querían correrse rápido. Y yo no aguantaría mucho sin hacerlo.

– Que gustazo hacerlo sin condón. Noto como cada vez se dilata más tu coño, y además esas tetas me encantan, las cojo para que no te escapes.

– Si, me encanta verlas. Yo las quisiera morder. Pero chupa, que me quiero correr, tu verás si en tu cara o dentro. Depende de ti.

Jamás me había tragado el semen de ninguno, pero esa vez parecía que todo me daba lo mismo. Estaba tan entregada que no podía parar. Haría todo lo que me dijeran. Pero la fiesta estaba muy caliente, los tres casi a punto.

– Cielo, vas a notar como me corro – Me dijo como pudo el que me follaba. Tenía la voz rota.

– Lo estoy deseando. Empuja más fuerte, vamos, con más ímpetu todavía.

– Si, si, ya! Descargo!

Notaba como mi vagina recibía ese semen caliente y espeso. Mi coño cambiaba de temperatura, ardía de placer, lo sentía, escuchaba sus empujones, sus últimos coletazos para dejarme todo su lechazo dentro de mi. Y ya quise que la otra polla hiciera lo mismo, que me invadiera más semen. Ansiaba estar bañada por todas partes. Y estaba casi a punto.

– Y yo también, me la vas a comer más, porque no quiero que pares mientras me corro- me comento casi sin poder hablar.

– Si, amor, la chupo fuerte, muy fuerte, me ayudo con las manos.

El otro no dejaba de gemir, no sacaba su polla, me gustaba eso. No como la mayoría que enseguida se retiran.

– Come, come, ¡qué me corro!

Y yo, contesté. Sus polvos me volvían loca. Jamás me había corrido de esa manera y con dos a la vez. Quería todo de ellos.

– ¡Trágatelo! Vamos, todo, no dejes ni una gota.

– Si, si,

– Como me gusta tu culo, contestaba el que me folló por detrás, me encanta azotarlo. Y estás tan caliente que chorreas. Buf, hasta echas mi semen. Que zorrón eres. Sigue tragando la lefa de mi compi. Lo haces de maravilla.

No podía pensar, solo dejarme llevar por aquel par de tiarrones. Había sido su juguete, pero lo sorprendente es que lejos de querer parar me excitaba continuar así, chupando, tragando y recibiendo por mi coño los fuertes movimientos de la verga. Sin embargo ellos, ya no podían más. Parecía que les apremiaba cortar. No lo entendía, pero me lo explicaron.

– Cielo – me dijo el primero -, mañana te llamamos, nos hemos saltado dos rondas, y aquí las cámaras lo recogen todo. Bueno casi todo. La fiesta no se ha grabado.

Esa frase de “te llamo mañana” suele ser la despedida más clásica, pero lo cierto es que al día siguiente a la misma hora, los dos estaban preparados para tener más sexo. En aquella ocasión pude comprobar cómo eran capaces de penetrarme casi a la vez. Si, los dos. Un placer para los sentidos. Prometo contarlo en otro de mis relatos eróticos.

2 comentarios - relato erotico por telefono

angieyruben +1
Un relato bien caliente de un trío explosivo !!!!

Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!

relato erotico por telefono
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!