Esta historia que les contare la recorde anoche mientras que me escribia con un chico por poringa. Estaba en la secundaria cuando empece a salir con un chico mayor que yo, al que llamaremos Gonzalo.
Yo ya habÃa chupado alguna que otra pija en algun baño, en algun cine con chicos con los que salia y obvio que habÃa garchado, pero con este chico me enamore por primera vez. Ahora más grande me di cuenta que era solo calentura de adolescente. Con este chico que les comente empecé a salir, a hacer tipicas cosas de novios. Cuando me pidió cojerme, le dije que sÃ, y le pedà que se pusiera siempre forro, ya que tenia miedo de embarazarme. Él aceptó y me cojió de lo lindo, muchÃsimas veces.
No quiero hacer filosofia del sexo, pero yo soy celosa cuando estoy en pareja con alguien, pero eso no impide que yo tenga ganas de garchar con otro. Lo que nunca permitiria es que mi novio al que amo este con otra mina mientras yo me hago la paja y NO en mi es NO. Pero los hombres muy por el contrario después de estar un tiempo con nosotras, de cojernos como han querido, de hacernos chupar sus pijas durante horas y de hacernos tragar su leche, nos proponen traer algún o algunos amigos para que hagamos lo mismo con ellos, y asà ellos disfrutar con la contemplación de semejante espectáculo en el que una es la protagonista y ellos son los invitados de lujo. La verdad que nunca entendÃ, quizás sea el morbo de la situación, pero al revés yo me muero. De ello estabamos hablando con mi novio, cuando Gonza me contó que él le habÃa dicho a varios de sus amigos cómo era yo en la cama, y que ellos habian quedado muy calientes y querÃan conocerme. Y me insinuó que yo podrÃa recibirlos y hacer con ellos lo mismo que con él, y que me iba a gustar, y que iba a gozar con el hecho de que mientras uno me la metÃa por la concha yo se la podÃa chupar a otro, y con las dos manos hacerles la paja a otros dos. Y mi novio iba a estar mientras tanto mirando y deleitándose, aunque, claro, no tanto como iba a gozarla yo.
Yo pense que era joda, es más hice una tipica escena de mina celosa, pero después de que me hiciera convencer acepte gustosa.
Al dia siguiente fui a la casa de mi novio a las 13 hs; el me esperaba mas tarde pero estaba caliente desde temprano, llegue a su casa con un mono, al llegar a su puerta y antes de tocar, me lo saque y sabiendo que iba a estar solo ese dÃa. Solo tenÃa una ropa interior diminuta un corpiño y tanga extremadamente pequeña, me marcaban las tetas mal que parecÃa iban a explotar hacia afuera, y la tanga tan ajustada que la tenÃa toda dentro de mi culo y se me incrustó entre mis labios vaginales. Cuando me vió se puso colorado y la voz le salÃa bajito, no esperaba ver a la puta de su novia vestida tan perra. Le pedà permiso para entrar, me dejó pasar y me senté en el sillón del living. El cerró la puerta y se quedó al lado de esta. Le pedà que se siente al lado mio, y le dije que le iba a dar una muestra de lo que iban a gozar sus amigos y que despues decida. Me arrodillé en frente de el y le bajé su pantalon bermuda y su boxer, ya tenÃa su pija bastante erecta, era de buen tamaño entre 17 y 18 cm y bien proporcionada. Le agarré los huevos y se los empecé a amasar mientras lo miraba con mi cara de perrita. Cerraba sus ojos y gemÃa agitadamente. Su pija ya estaba al maximo y me metà su cabeza en mi boca, le succionaba esta y le daba pequeños masajes con mi lengua, de a poco iba tragandome su chota, hasta llegar a tener mis labios contra sus huevos, empecé a masturbarlo con mi boca, mis labios recorrian todo su tronco de arriba a abajo, cuando no lo esperaba, escuche que empieza a gritar de placer y a contraerse su cuerpo, hasta que me eyacula en la boca, aguanto menos de 5 minutos. Tiró su cuerpo bien contra el respaldo del sillón y su cabeza hacia atrás, me limpie con mis dedos los restos de semen que salieron por mi boca y me volvÃa meter su pija en la boca esta vez limpiando la leche de su chota y huevos, se la seguà chupando hasta que se le puso bien dura de nuevo, me levanté, me saqué el short, y me puse encima de el con mis rodillas a sus costados, para montarlo a el que seguÃa sentado. Quedé con mis tetas en su cara, se las puse en su boca para que chupe mis pezones erectos y con mi mano derecha agarré su chota y la acomodé en la entrada mi concha. Me froté mis labios vaginales con la cabeza de la chota un par de veces y me metà su cabeza dentro mió. Empecé a montarlo muy fuerte, me encantaba el golpeteo que hacÃa mi cuerpo contra el suyo, todo el trabajo lo hacÃa yo pero por lo menos me estaba comiendo una rica pija, gemÃa el pendejo como loco y yo también, mis tetas saltaban y me las trataba de chupar como podÃa. En un momento exploto y me eyaculo en mi concha, quedó respirando muy fuertemente y yo seguà montandolo hasta que tuve mi orgasmo. Pobre pendejo parecÃa que lo habÃan consumido todas sus energÃas. Deseaba que me rompa el culo, pero se notaba que llegó a su lÃmite.
Luego de ello fui a bañarme y en eso llegan sus amigos, que estaban esperandome fuera de la cortina, eran sus cuatro amigos.
Eran José, Angel, Raul y Ricardo, ya los conocia de la secundaria aunque eran mayores que yo. Yo sali desnuda y ellos empezaron a desabocharse los pantalones. Raúl estaba a un lado y José al otro, asà que ordené a Ãngel que metiera su pene en mi boca, mientras asÃa las vergas de sus amigos, familiarizándome con ellas. Gonzalo solo se atino a sentarse y observar la escena.
Nunca habÃa hecho algo remotamente parecido, salvo en mis sueños más húmedos.
Apreté sus penes con las palmas de mis manos de modo que cuando bajaba la piel de uno, mis dedos notaban el glande del otro. Mi lengua jugaba con el miembro de Ãngel dentro de mi boca; como si le estuviera haciendo un masaje, apretaba la punta de la lengua contra su frenillo y absorbÃa con los labios; la posaba sobre su prepucio y volvÃa a absorber. Por breves segundos, le procuraba balanceos de garganta profunda, para que notase mi campanilla y la presión de mi faringe contra su glande. Quise mantenerle en ese estado durante un rato, pero no pudo contenerse…
Suave, gimió y discreto se apartó para servirse una copa en el banco. Me quedé con Ricardo, José y Raúl, mirándoles de rodillas.
–¿Quién quiere ser el siguiente? –les pregunté-
Ricardo me agarro de mi cabeza e hizo que se la chupara estaba deliciosa su verga, lami y trague hasta donde podÃa. Asi se las mamaba
Chupa tetona, chupa verga –gritaba uno. Poco a poco todo empezó a gustarme aún cuando me dolÃa. Tuve que estirar mucho mi boca también para empezar a mamar esa vergas que me ahogaban. Yo soy muy buena mamando como una salvaje, asà que se venian rápido en la
boca y me llenaban la cara y las tetas de leche.
José fue el primero que comenzó a meterme dos dedos en mi concha. Dios mÃo que delicia lo que estaba sintiendo. Cuando de repente siento como comienza a meterme su verga. Lo mire por encima de mi hombro y le sonreÃ. El tomándome por la cintura comenzó a cogerme. Al tiempo seguÃa mamándoles las pijas a Raul, Ricardo y Angel. Esa cogida fue tremendamente placentera tanto asà que tuve el orgasmo más rápido de mi vida. Y que orgasmo por dios santo. Una descarga monumental la cual escurrÃa por mis piernas. José no paro de garcharme. SeguÃa metiendo y sacando su cosa mientras yo seguÃa mamando.
José siguió cogienddome hasta que luego de algunos minutos acabó dentro de mÃ. Que gran cantidad de semen me habÃa echado el forro. Siguió metiéndomela por algunos segundos hasta que ya, perdiendo la erección me la sacó. PodÃa sentir como el semen comenzaba a salir de mi concha, sentÃa como si me estuviera orinando. Sin dudas una sensación espléndida. Pero yo no estaba ni siquiera cerca de estar satisfecha por lo que al acabar José miré a Ãngel y le pedà que siguiera.
El obviamente se posicionó detrás de mi y sin perder el tiempo comenzó a meterme su verga. Jamás en mi vida habÃa sentido tanto placer teniendo las piernas abiertas. Siempre en el momento de tener sexo sentÃa un poco de vergüenza y me costaba soltarme pero esa noche estaba tan relajada que solamente disfrutaba de lo que me estaban haciendo. La manera en la que chupaba la verga de Raúl era fenomenal. ParecÃa una experta actriz porno. El me despeinaba y por momentos me agarraba por detrás de la cabeza para llevarme su verga hasta la garganta. Era increÃble pero ni hablar de lo que me estaba haciendo Ãngel. Su verga era sin dudas la más grande de las tres y me estaba abriendo la concha de una manera única. El la metÃa y sacaba lentamente, la sacaba completamente y luego de golpe la metÃa toda lo cual me encantaba. Por momentos aceleraba y la metÃa mucho más fuerte y rápido lo cual me hacia vibrar de placer. Yo no podÃa decir mucho porque tenÃa la verga de Raúl en la boca pero ellos sà que me decÃan cosas, algunas veces cosas sucias y asquerosas. Me encantaba que me llamaran trola, puta, perra. Eso me excitaba aun más. Mis gemidos indicaban que me gustaba, y ellos no me preguntaban ni me consultaban nada, hacÃan lo que querÃan. Tanto asà que Raúl sin decirme nada soltó una gran corrida en mi boca. El agarrándome la cabeza me hizo imposible que pudiera escupirlo por lo que me toco tragármelo completamente. Ricardo se puso delante de mà y ya con la pija erecta me la metió en la boca. Ãngel me hizo moverme un poco. El se sentó en el sofá y me acomodó de frente a él. Yo bajé lentamente y agarrándole la verga me la puse en la entrada de mi concha y empezó a entrarme. Luego, Ricardo poniéndose de pie al lado mÃo comenzó a metérmela en la boca. Esa tarde casi todo el tiempo tuve una verga en la boca. Yo me la sacaba, la escupÃa y de vuelta me la metÃa en la boca. Jamás habÃa disfrutado tanto chupar una verga como esa tarde.
Luego, cuando noté que José ya tenÃa su verga parada traté de acomodarme para que se parara del otro lado y poder mamársela pero el tenÃa otros planes. Me puso sus manos en mi espalda y me empujo un tanto quedando recostada sobre Ãngel. Luego, el acomodando la cabeza de su verga en mi culo comenzó a metérmela, por lo que me acomode aun mas para que pudiera enterrármela.
El, untándose los dedos de saliva me los metió en el culo. Luego me lleno el culo de su saliva y nuevamente comenzó a metérmela. Esta vez pudo meterme la cabeza de la verga. Entonces tomándome por las caderas comenzó a moverse detrás de mà y asà fue metiéndola poco a poco. Un dolor increÃble me sacudió y le pedà que se detuviera, pero él no me hizo caso y siguió metiéndomela. Mientras tanto Ãngel seguÃa con su verga dentro de mi concha por lo cual estaba recibiendo las dos al mismo tiempo. En ese momento, al darme cuenta de que tenÃa las dos vergas incrustadas me sentà realmente como una puta. Deje de negarme a ser enculada y agarrando la verga de Ãngel comencé a mamársela. José seguÃa metiéndome su verga hasta que ya me entraba con más facilidad. Aunque no lograba metérmela completamente si sentÃa que me llegaba muy adentro, cuando me la metÃa sentÃa como si estuviera cagando lo cual fue una sensación grandiosa. Estando asà tuve un nuevo orgasmo. Deje de mamársela a Ricardo y me recosté sobre Ãngel sin moverme. SentÃa como mi cuerpo temblaba. Pero ellos no paraban de cogerme. Sudaba como nunca en mi vida habÃa sudado y Ãngel también por lo cual nuestros cuerpos empapados se hacÃan un tanto resbalosos. José seguÃa metiéndome su verga por el culo. Mi culo estaba muy adolorido pero no querÃa que me la sacara.
Mi novio mientras se seguia pajeando en un sillo aledaño. Seguimos asà hasta que Ãngel se corrió debajo de mi. Yo no me baje y seguà cogiendo con José, el no se detenÃa, seguÃa metiéndomela cada vez más rápidamente, sentÃa que se me dilataba cada ves mas y mas. Luego lo hice detenerse, Ãngel se paró dándole el lugar a Raúl, luego me monté sobre su verga y después José volvió a metérmela en el culo volviendo a tener las dos vergas en cada agujero.
- Como te gusta verdad puta?
- Me encanta… rico…. Sigan.. más… más……
- A Gonzalo tambien le gusta que te cojamos.
- No menciones a ese forro. SÃganme cogiendo.
Ellos siguieron en su labor. Pero ya no aguantaba más tener esa verga en el culo. Por lo que me detuve. Me levante y ahora me puse de espaldas a José ya que el al estar debajo se movÃa menos. Agarre su verga y me la acomodé en mi culo. Luego baje hasta tenerla adentro. Luego me recosté en su pecho y le abrà las piernas a Raúl para que me cogiera por la concha. El me tomó las piernas, las levanto un poco y comenzó a metérmela. Dios mÃo, sin dudas era lo mejor que me habÃa pasado. Estuvimos mucho tiempo asÃ. Tuve dos orgasmos con las dos vergas dentro de mÃ. Ãngel me habÃa puesto a chuparsela. El olor a semen era intenso, el descontrol era inimaginable y el placer que estaba sintiendo no puedo expresarlo con palabras, tienen que probarlo para poder entenderlo. Luego de muchÃsimo tiempo, Raúl se corrió dentro de mÃ. Una gran descarga. Ãngel al notarlo rápidamente se puso delante de mà y tomo el lugar de Raúl, su enorme verga sin dudas era la más rica, era la más grande por lo cual sentÃa que llegaba muy adentro de mÃ.
Yo no prestaba atención a las cosas que ellos hablaban entre ellos. Mis jadeos eran tan intensos que casi no podÃa escucharlos, eso sumado al sonido de la música hacÃan difÃcil escuchar lo que comentaban entre ellos. Lo que si podÃa escuchar era cuando me llamaban puta. Jamás imagine poder aguantar tanto tiempo una verga en el culo. Ya ellos no tenÃan ninguna consideración. Me la enterraban demasiado fuerte. Pero a mà me gustaba por lo que no podÃa quejarme. Cuando José se corrió en mi culo fue cuando pude tomarme un pequeño respiro. Me levanté y fui a la cocina. Tomé muchÃsima agua. Recuerdo que tomaba con un desespero que se me derramaba por las mejillas cayéndome en el pecho. Pero Ãngel no estaba dispuesto a perder el tiempo. Se acerco a la cocina y me montó sobre el pequeño comedor que hay en la cocina, me abrió las piernas y comenzó a metérmela, el comenzó a chuparme las tetas, y la manera en la que lo hizo fue sensacional. Ahà tuve un nuevo orgasmo, el me dejó descansar unos cuantos segundos.
- Sigue, papi. Sigue metiéndomela.
- Como quieras putita
El volvió a metérmela, me acostó en la mesa y siguió metiéndomela. Puesto que la mesa era bastante pequeña, Ricardo en el otro extremo y aprovechando que mi cabeza quedaba por fuera de la mesa me puso a chupársela. Ellos no perdÃan tiempo y me daban de todas las formas posibles.
Asà me garcharon hasta que todos acabaron. Me quede dormida llena de semen por todas partes, Eran las 19 hs me desperté por el frio y me sentà pegajosa, y llena de ese liquido viscoso, aparte desnuda y con varios tipos a mi lado. Estaba toda llena de leche. Me senté y comencé a limpiarme. Con mis manos iba quitándome la leche y me la llevaba a la boca. Mi novio que estaba mirando con su celu me tomo una fotografÃa, yo hasta le sonreà para la foto. Luego le pedà que la borrara no sin antes pedirle que me la pasara a mi celular. Aun esa fotografÃa la tengo de recuerdo aunque no es necesario ya que esa tarde jamás la voy a poder olvidar.
Luego, me metà al baño, tome una ducha breve y finalmente me fui a mi casa,
Yo ya habÃa chupado alguna que otra pija en algun baño, en algun cine con chicos con los que salia y obvio que habÃa garchado, pero con este chico me enamore por primera vez. Ahora más grande me di cuenta que era solo calentura de adolescente. Con este chico que les comente empecé a salir, a hacer tipicas cosas de novios. Cuando me pidió cojerme, le dije que sÃ, y le pedà que se pusiera siempre forro, ya que tenia miedo de embarazarme. Él aceptó y me cojió de lo lindo, muchÃsimas veces.
No quiero hacer filosofia del sexo, pero yo soy celosa cuando estoy en pareja con alguien, pero eso no impide que yo tenga ganas de garchar con otro. Lo que nunca permitiria es que mi novio al que amo este con otra mina mientras yo me hago la paja y NO en mi es NO. Pero los hombres muy por el contrario después de estar un tiempo con nosotras, de cojernos como han querido, de hacernos chupar sus pijas durante horas y de hacernos tragar su leche, nos proponen traer algún o algunos amigos para que hagamos lo mismo con ellos, y asà ellos disfrutar con la contemplación de semejante espectáculo en el que una es la protagonista y ellos son los invitados de lujo. La verdad que nunca entendÃ, quizás sea el morbo de la situación, pero al revés yo me muero. De ello estabamos hablando con mi novio, cuando Gonza me contó que él le habÃa dicho a varios de sus amigos cómo era yo en la cama, y que ellos habian quedado muy calientes y querÃan conocerme. Y me insinuó que yo podrÃa recibirlos y hacer con ellos lo mismo que con él, y que me iba a gustar, y que iba a gozar con el hecho de que mientras uno me la metÃa por la concha yo se la podÃa chupar a otro, y con las dos manos hacerles la paja a otros dos. Y mi novio iba a estar mientras tanto mirando y deleitándose, aunque, claro, no tanto como iba a gozarla yo.
Yo pense que era joda, es más hice una tipica escena de mina celosa, pero después de que me hiciera convencer acepte gustosa.
Al dia siguiente fui a la casa de mi novio a las 13 hs; el me esperaba mas tarde pero estaba caliente desde temprano, llegue a su casa con un mono, al llegar a su puerta y antes de tocar, me lo saque y sabiendo que iba a estar solo ese dÃa. Solo tenÃa una ropa interior diminuta un corpiño y tanga extremadamente pequeña, me marcaban las tetas mal que parecÃa iban a explotar hacia afuera, y la tanga tan ajustada que la tenÃa toda dentro de mi culo y se me incrustó entre mis labios vaginales. Cuando me vió se puso colorado y la voz le salÃa bajito, no esperaba ver a la puta de su novia vestida tan perra. Le pedà permiso para entrar, me dejó pasar y me senté en el sillón del living. El cerró la puerta y se quedó al lado de esta. Le pedà que se siente al lado mio, y le dije que le iba a dar una muestra de lo que iban a gozar sus amigos y que despues decida. Me arrodillé en frente de el y le bajé su pantalon bermuda y su boxer, ya tenÃa su pija bastante erecta, era de buen tamaño entre 17 y 18 cm y bien proporcionada. Le agarré los huevos y se los empecé a amasar mientras lo miraba con mi cara de perrita. Cerraba sus ojos y gemÃa agitadamente. Su pija ya estaba al maximo y me metà su cabeza en mi boca, le succionaba esta y le daba pequeños masajes con mi lengua, de a poco iba tragandome su chota, hasta llegar a tener mis labios contra sus huevos, empecé a masturbarlo con mi boca, mis labios recorrian todo su tronco de arriba a abajo, cuando no lo esperaba, escuche que empieza a gritar de placer y a contraerse su cuerpo, hasta que me eyacula en la boca, aguanto menos de 5 minutos. Tiró su cuerpo bien contra el respaldo del sillón y su cabeza hacia atrás, me limpie con mis dedos los restos de semen que salieron por mi boca y me volvÃa meter su pija en la boca esta vez limpiando la leche de su chota y huevos, se la seguà chupando hasta que se le puso bien dura de nuevo, me levanté, me saqué el short, y me puse encima de el con mis rodillas a sus costados, para montarlo a el que seguÃa sentado. Quedé con mis tetas en su cara, se las puse en su boca para que chupe mis pezones erectos y con mi mano derecha agarré su chota y la acomodé en la entrada mi concha. Me froté mis labios vaginales con la cabeza de la chota un par de veces y me metà su cabeza dentro mió. Empecé a montarlo muy fuerte, me encantaba el golpeteo que hacÃa mi cuerpo contra el suyo, todo el trabajo lo hacÃa yo pero por lo menos me estaba comiendo una rica pija, gemÃa el pendejo como loco y yo también, mis tetas saltaban y me las trataba de chupar como podÃa. En un momento exploto y me eyaculo en mi concha, quedó respirando muy fuertemente y yo seguà montandolo hasta que tuve mi orgasmo. Pobre pendejo parecÃa que lo habÃan consumido todas sus energÃas. Deseaba que me rompa el culo, pero se notaba que llegó a su lÃmite.
Luego de ello fui a bañarme y en eso llegan sus amigos, que estaban esperandome fuera de la cortina, eran sus cuatro amigos.
Eran José, Angel, Raul y Ricardo, ya los conocia de la secundaria aunque eran mayores que yo. Yo sali desnuda y ellos empezaron a desabocharse los pantalones. Raúl estaba a un lado y José al otro, asà que ordené a Ãngel que metiera su pene en mi boca, mientras asÃa las vergas de sus amigos, familiarizándome con ellas. Gonzalo solo se atino a sentarse y observar la escena.
Nunca habÃa hecho algo remotamente parecido, salvo en mis sueños más húmedos.
Apreté sus penes con las palmas de mis manos de modo que cuando bajaba la piel de uno, mis dedos notaban el glande del otro. Mi lengua jugaba con el miembro de Ãngel dentro de mi boca; como si le estuviera haciendo un masaje, apretaba la punta de la lengua contra su frenillo y absorbÃa con los labios; la posaba sobre su prepucio y volvÃa a absorber. Por breves segundos, le procuraba balanceos de garganta profunda, para que notase mi campanilla y la presión de mi faringe contra su glande. Quise mantenerle en ese estado durante un rato, pero no pudo contenerse…
Suave, gimió y discreto se apartó para servirse una copa en el banco. Me quedé con Ricardo, José y Raúl, mirándoles de rodillas.
–¿Quién quiere ser el siguiente? –les pregunté-
Ricardo me agarro de mi cabeza e hizo que se la chupara estaba deliciosa su verga, lami y trague hasta donde podÃa. Asi se las mamaba
Chupa tetona, chupa verga –gritaba uno. Poco a poco todo empezó a gustarme aún cuando me dolÃa. Tuve que estirar mucho mi boca también para empezar a mamar esa vergas que me ahogaban. Yo soy muy buena mamando como una salvaje, asà que se venian rápido en la
boca y me llenaban la cara y las tetas de leche.
José fue el primero que comenzó a meterme dos dedos en mi concha. Dios mÃo que delicia lo que estaba sintiendo. Cuando de repente siento como comienza a meterme su verga. Lo mire por encima de mi hombro y le sonreÃ. El tomándome por la cintura comenzó a cogerme. Al tiempo seguÃa mamándoles las pijas a Raul, Ricardo y Angel. Esa cogida fue tremendamente placentera tanto asà que tuve el orgasmo más rápido de mi vida. Y que orgasmo por dios santo. Una descarga monumental la cual escurrÃa por mis piernas. José no paro de garcharme. SeguÃa metiendo y sacando su cosa mientras yo seguÃa mamando.
José siguió cogienddome hasta que luego de algunos minutos acabó dentro de mÃ. Que gran cantidad de semen me habÃa echado el forro. Siguió metiéndomela por algunos segundos hasta que ya, perdiendo la erección me la sacó. PodÃa sentir como el semen comenzaba a salir de mi concha, sentÃa como si me estuviera orinando. Sin dudas una sensación espléndida. Pero yo no estaba ni siquiera cerca de estar satisfecha por lo que al acabar José miré a Ãngel y le pedà que siguiera.
El obviamente se posicionó detrás de mi y sin perder el tiempo comenzó a meterme su verga. Jamás en mi vida habÃa sentido tanto placer teniendo las piernas abiertas. Siempre en el momento de tener sexo sentÃa un poco de vergüenza y me costaba soltarme pero esa noche estaba tan relajada que solamente disfrutaba de lo que me estaban haciendo. La manera en la que chupaba la verga de Raúl era fenomenal. ParecÃa una experta actriz porno. El me despeinaba y por momentos me agarraba por detrás de la cabeza para llevarme su verga hasta la garganta. Era increÃble pero ni hablar de lo que me estaba haciendo Ãngel. Su verga era sin dudas la más grande de las tres y me estaba abriendo la concha de una manera única. El la metÃa y sacaba lentamente, la sacaba completamente y luego de golpe la metÃa toda lo cual me encantaba. Por momentos aceleraba y la metÃa mucho más fuerte y rápido lo cual me hacia vibrar de placer. Yo no podÃa decir mucho porque tenÃa la verga de Raúl en la boca pero ellos sà que me decÃan cosas, algunas veces cosas sucias y asquerosas. Me encantaba que me llamaran trola, puta, perra. Eso me excitaba aun más. Mis gemidos indicaban que me gustaba, y ellos no me preguntaban ni me consultaban nada, hacÃan lo que querÃan. Tanto asà que Raúl sin decirme nada soltó una gran corrida en mi boca. El agarrándome la cabeza me hizo imposible que pudiera escupirlo por lo que me toco tragármelo completamente. Ricardo se puso delante de mà y ya con la pija erecta me la metió en la boca. Ãngel me hizo moverme un poco. El se sentó en el sofá y me acomodó de frente a él. Yo bajé lentamente y agarrándole la verga me la puse en la entrada de mi concha y empezó a entrarme. Luego, Ricardo poniéndose de pie al lado mÃo comenzó a metérmela en la boca. Esa tarde casi todo el tiempo tuve una verga en la boca. Yo me la sacaba, la escupÃa y de vuelta me la metÃa en la boca. Jamás habÃa disfrutado tanto chupar una verga como esa tarde.
Luego, cuando noté que José ya tenÃa su verga parada traté de acomodarme para que se parara del otro lado y poder mamársela pero el tenÃa otros planes. Me puso sus manos en mi espalda y me empujo un tanto quedando recostada sobre Ãngel. Luego, el acomodando la cabeza de su verga en mi culo comenzó a metérmela, por lo que me acomode aun mas para que pudiera enterrármela.
El, untándose los dedos de saliva me los metió en el culo. Luego me lleno el culo de su saliva y nuevamente comenzó a metérmela. Esta vez pudo meterme la cabeza de la verga. Entonces tomándome por las caderas comenzó a moverse detrás de mà y asà fue metiéndola poco a poco. Un dolor increÃble me sacudió y le pedà que se detuviera, pero él no me hizo caso y siguió metiéndomela. Mientras tanto Ãngel seguÃa con su verga dentro de mi concha por lo cual estaba recibiendo las dos al mismo tiempo. En ese momento, al darme cuenta de que tenÃa las dos vergas incrustadas me sentà realmente como una puta. Deje de negarme a ser enculada y agarrando la verga de Ãngel comencé a mamársela. José seguÃa metiéndome su verga hasta que ya me entraba con más facilidad. Aunque no lograba metérmela completamente si sentÃa que me llegaba muy adentro, cuando me la metÃa sentÃa como si estuviera cagando lo cual fue una sensación grandiosa. Estando asà tuve un nuevo orgasmo. Deje de mamársela a Ricardo y me recosté sobre Ãngel sin moverme. SentÃa como mi cuerpo temblaba. Pero ellos no paraban de cogerme. Sudaba como nunca en mi vida habÃa sudado y Ãngel también por lo cual nuestros cuerpos empapados se hacÃan un tanto resbalosos. José seguÃa metiéndome su verga por el culo. Mi culo estaba muy adolorido pero no querÃa que me la sacara.
Mi novio mientras se seguia pajeando en un sillo aledaño. Seguimos asà hasta que Ãngel se corrió debajo de mi. Yo no me baje y seguà cogiendo con José, el no se detenÃa, seguÃa metiéndomela cada vez más rápidamente, sentÃa que se me dilataba cada ves mas y mas. Luego lo hice detenerse, Ãngel se paró dándole el lugar a Raúl, luego me monté sobre su verga y después José volvió a metérmela en el culo volviendo a tener las dos vergas en cada agujero.
- Como te gusta verdad puta?
- Me encanta… rico…. Sigan.. más… más……
- A Gonzalo tambien le gusta que te cojamos.
- No menciones a ese forro. SÃganme cogiendo.
Ellos siguieron en su labor. Pero ya no aguantaba más tener esa verga en el culo. Por lo que me detuve. Me levante y ahora me puse de espaldas a José ya que el al estar debajo se movÃa menos. Agarre su verga y me la acomodé en mi culo. Luego baje hasta tenerla adentro. Luego me recosté en su pecho y le abrà las piernas a Raúl para que me cogiera por la concha. El me tomó las piernas, las levanto un poco y comenzó a metérmela. Dios mÃo, sin dudas era lo mejor que me habÃa pasado. Estuvimos mucho tiempo asÃ. Tuve dos orgasmos con las dos vergas dentro de mÃ. Ãngel me habÃa puesto a chuparsela. El olor a semen era intenso, el descontrol era inimaginable y el placer que estaba sintiendo no puedo expresarlo con palabras, tienen que probarlo para poder entenderlo. Luego de muchÃsimo tiempo, Raúl se corrió dentro de mÃ. Una gran descarga. Ãngel al notarlo rápidamente se puso delante de mà y tomo el lugar de Raúl, su enorme verga sin dudas era la más rica, era la más grande por lo cual sentÃa que llegaba muy adentro de mÃ.
Yo no prestaba atención a las cosas que ellos hablaban entre ellos. Mis jadeos eran tan intensos que casi no podÃa escucharlos, eso sumado al sonido de la música hacÃan difÃcil escuchar lo que comentaban entre ellos. Lo que si podÃa escuchar era cuando me llamaban puta. Jamás imagine poder aguantar tanto tiempo una verga en el culo. Ya ellos no tenÃan ninguna consideración. Me la enterraban demasiado fuerte. Pero a mà me gustaba por lo que no podÃa quejarme. Cuando José se corrió en mi culo fue cuando pude tomarme un pequeño respiro. Me levanté y fui a la cocina. Tomé muchÃsima agua. Recuerdo que tomaba con un desespero que se me derramaba por las mejillas cayéndome en el pecho. Pero Ãngel no estaba dispuesto a perder el tiempo. Se acerco a la cocina y me montó sobre el pequeño comedor que hay en la cocina, me abrió las piernas y comenzó a metérmela, el comenzó a chuparme las tetas, y la manera en la que lo hizo fue sensacional. Ahà tuve un nuevo orgasmo, el me dejó descansar unos cuantos segundos.
- Sigue, papi. Sigue metiéndomela.
- Como quieras putita
El volvió a metérmela, me acostó en la mesa y siguió metiéndomela. Puesto que la mesa era bastante pequeña, Ricardo en el otro extremo y aprovechando que mi cabeza quedaba por fuera de la mesa me puso a chupársela. Ellos no perdÃan tiempo y me daban de todas las formas posibles.
Asà me garcharon hasta que todos acabaron. Me quede dormida llena de semen por todas partes, Eran las 19 hs me desperté por el frio y me sentà pegajosa, y llena de ese liquido viscoso, aparte desnuda y con varios tipos a mi lado. Estaba toda llena de leche. Me senté y comencé a limpiarme. Con mis manos iba quitándome la leche y me la llevaba a la boca. Mi novio que estaba mirando con su celu me tomo una fotografÃa, yo hasta le sonreà para la foto. Luego le pedà que la borrara no sin antes pedirle que me la pasara a mi celular. Aun esa fotografÃa la tengo de recuerdo aunque no es necesario ya que esa tarde jamás la voy a poder olvidar.
Luego, me metà al baño, tome una ducha breve y finalmente me fui a mi casa,
5 comentarios - Mi primera experiencia
Excelente BB