El sábado, me encontró realmente cansado, pese a haber dormido muy bien, Lorena me había dejado a la miseria, me levanté, me preparé el desayuno y me lo llevé al living, prendi la tv y comí tranquilo en el sofá, que todavía tenía impregnado el perfume de Lorena.
Me di una larga ducha, y me vestí sencillo, tenía la idea de salir a almorzar, no quería ni cocinar ni limpiar nada. Estaba en camino al Shopping cuando me llega un sms, no le dí mucha bola hasta que llegue a destino, estacioné y recién ahí leí el mensaje:
Elena – tenemos que hablar, podes ahora?
Yo – que querés, ya no tenemos nada de que hablar.
Elena – quería saludarte antes de irme.
Yo – estoy en el Shopping, venite y almorzamos.
Por lo menos le iba a dar la oportunidad de despedirnos bien, como amigos, porque desde que había dejado de insistir, me ablandé en la forma de tratarla.
A la media hora, llegó, me saludó como amiga, pedimos algo de comer.
Elena – mañana me voy para Uruguay, y quería saludarte, porque parte de este nuevo trabajo te lo debo a vos.
Yo – esta bien, sos muy buena profesional, y te lo mereces.
Elena – la que me recomendó fue Lorena…….
Yo – mira que bien. – dije sin saber que comentarle.
Elena – es una empresa paralela que tienen allá, y Lorena me ofreció el puesto y me hace falta alejarme de vos.
Yo – es lo mejor Elena – le di un beso en la mejilla, me acarició la cara y se fue.
Me había sacado un gran peso de encima, pague la cuenta y me fui a casa, alquile un par de películas, tenía la idea de estar muy laxo toda la tarde. Apenas estaba empezando la película, cuando suena el timbre, me imagine: o Lorena o Eliana.
Y no me equivocaba, era Eliana, como siempre despampanante, venía con Anahí una de sus inseparables amigas y compañera de cama.
Eliana – no hace falta que me digas nada, ya mi hermana me contó todo.
Yo – y que fue lo que te contó, si se puede saber.
Eliana – que te la recontra garchaste la otra noche y que blanqueó la situación.
Yo – si cogimos como locos, para que te voy a mentir, y si, ahora entiendo varias cosas.
Eliana – como esta es la última vez que vamos a coger nosotros, quise darte un regalito especial de despedida.
No alcanzó a terminar de hablar que Anahí, me llama desde la puerta del dormitorio, estaba ya en bolas, Eliana la vió y me agarró de la mano, me llevó hasta la amiga y se dieron un beso que me dejó con los ojos como platos.
Anahí – viste somos bisexuales, nos gusta la carne y el pescado – dijo sonriendo.
Yo ahí perdí la poca compostura que me quedaba, me saque la ropa en un abrir y cerrar de ojos, y me fui sobre Anahí, metí mi cabeza entre sus piernas y le chupé la concha con mucha fuerza, sorbiendo los jugos que me regalaba, Eliana no se estaba quieta, me agarró de la cadera y me giro con fuerza, sin decir nada, se metió mi verga hasta la garganta. Cuando dejaba de chupar a Anahí, miraba como Eliana cabeceaba, casi siempre tocando mi abdomen con la nariz, nunca la había visto tan fuera de sí.
Anahí se acomodó arriba mío, dejándome la concha sobre la boca, mientras que se apoyaba en la pared con los brazos extendidos. Eliana dejó mi pija y se dedicó a meterse los huevos en la boca, la sensación era muy extraña, no me dolía, pero poco faltaba, y la rugosidad de la lengua sobre el escroto era increíble, me hacía temblar.
Haciendo un gran esfuerzo me saque a Anahí de arriba mío, y le agarré la cabeza a Eliana, la besé, pasándole los jugos de su amiga. Eliana rebusco por toda mi boca con su lengua, se llevó una mezcla de mi saliva y jugos de Anahí. La tiré a la cama y sin importarme si estaba mojada o no se la metí hasta el fondo, Eliana agarró las sabanas y las tiró hacia ella. Imprimí velocidad a mis movimientos, hasta que no pude más y me vacié en la concha de Eliana. Apenas me salí, Anahí me limpió la pija con una chupadita.
Anahí - no sabes lo que me gustan los pasteles de crema.
Y se puso a sorber la mezcla de flujos de la concha de su amiga, pude ver por los movimientos de la garganta de Anahí que estaba tragando todo lo que salía de la concha de Eliana. Cuando no salía nada más.
Anahí – mmmmm delicioso, que buen sabor tu leche.
Anahí no perdió tiempo y se metió mi pija nuevamente en la boca, evitando que perdiera toda la rigidez, Eliana no se quedó quieta y se puso a lamerme los huevos, mi pija volvió a estar a punto, estas pendejas eran terribles.
Puse a Anahí boca arriba en la cama, pero Eliana me paró en seco.
Eliana – no, no, te dije que te tenía un regalito especial, ella nunca le dio el culito a nadie, pero la convencí de que te lo regale a vos hoy.
Yo – uuuyyyyyy, que regalito, no puedo esperar.
Anahí – me contó Eli, como se lo rompiste el otro día, y me calentó tanto que quiero lo mismo ella.
Anahí se puso en cuatro patas y levantó el culo, las nalgas se abrieron como dos gajos, dejando expuesto el agujerito inexplorado. Eliana se puso atrás de ella y le dio varios lengüetazos, dejando gran cantidad de saliva, me escupió la pija y la acomodó en la puerta.
Empujé y Anahí estaba muy tensa y no aflojaba, Eliana soltó más saliva desde arriba y se deslizó por el canal que separa las nalgas, se fue debajo de su amiga y se adueño de la concha, ahora sí se relajó Anahí y el culo se comió de una la cabeza de la pija. Anahí se volvió a tensar, pero la lengua de Eliana en la concha era demasiado. En tres o cuatro empujones ya la tenía toda a dentro.
Anahí – aaaaaahhhhhhhhh, me estas partiendo el culo.
Yo – te gusta como te estoy culiando putita?
Anahí – ahhhhhh seguí, así suavesito, Amiga esto es increíble, la siento gigante en el culo.
Eliana – viste pendeja, te dije que una vez que la tuvieras adentro ibas a querer más.
Anahí – siiiiiiiii, ahhhhhhhh, dame mas fuerte, reventame el culo.
Yo – así que querés que te de con todo, que te cueste caminar una semana igual que a tu amiga?
Yo – lo pedís, lo tenés.
La agarré de las caderas y le dí realmente con saña, casi sacaba la pija y se la volvía a mandar al fondo, sentía como los huevos chocaban contra la nariz de Eliana. Anahí gemía sin cesar, hasta que con un grito tuvo su primer orgasmo; como yo había acabado, tenía para rato, por lo que seguí a toda máquina. En una de las embestidas, la pija se me salió del culo y cuando empujé fue a dar justo a la boca de Eliana, cuando sentí el calor, me quedé quieto, sintiendo como se movía esa lengua, que se me enroscaba en el tronco como una constrictor.
La saqué y de una la metí al fondo en el culo de Anahí, con esta embestida tan fuerte, mis huevos quedaron sobre la boca de Eliana, me los chupó.
Anahí – dale, acabame adentro, quiero tu leche en el culo, dale, que ya no aguanto más.
Yo – querés leche puta, tomá.
Me quedé ensartado lo más profundo que pude y ahí solté la leche, cuando lo sintió, se retorció en la cama y tuvo otro orgasmo, Eliana seguía con mis huevos, pocas veces he acabado tanto; mi pija ya sin fuerza se salió del culito. Las dos féminas se acomodaron en la cama Eliana estaba cansada, pero Anahí estaba destruida.
Nos fuimos los tres al baño y nos duchamos, las dos me bañaron y las dejé juntas mientras yo me vestía, las dos pendejas demoraron bastante, varios gemidos salieron del baño; no quise ni asomarme, ya no me quedaban fuerzas para seguir; entre las dos acomodaron mi habitación. Al rato ya estábamos todos compuestos, Anahí se sentaba de lado en el sofá, sin duda le dolía el culo. La miré y me reí, tomamos un café que Eliana preparó y las dos se fueron. Ese sábado dormí como un bebé.
El domingo temprano, la insistencia del timbre me despertó, sin vestirme, atendí y era Lorena, vestía informal, pero muy elegante, realmente era muy coqueta.
Lorena – dale vestite, que tenemos una reserva en el Wembley, y si llegamos tarde la perdemos.
Yo – Esperame que me duche, y vamos.
Me metí de una a la ducha, y a los pocos segundos llegó Lorena detrás de mí; mientras nos duchábamos, nos besamos, mis manos volaron a las protuberantes tetas, con el pulgar jugué con los pezones, Lorena bajó sus manos y mientras que con una me pajeaba, con la otra me acariciaba las bolas. Dejé una de las tetas y me fui a la conchita, que estaba mojadísima, la hice poner una de las piernas en el borde de la bañera, me acomodé y se la metí, Lorena se abrazó a mí, me besaba el cuello, me mordía el hombro; mientras yo le bombeaba la concha.
Lorena me agarra con las dos manos la cara y me besa, me vuelve a abrazar para no caerse, cuando estamos por acabar, me clava las uñas en la espalda y siento un caldo cálido que me envuelve la pija.
Nunca con ninguna de todas las amantes y novias, pude compenetrarme tan bien, con Lorena era normal acabar juntos, ¿sera una señal? me pregunté.
Nos terminamos de duchar y nos vestimos, Lorena había traído mas ropa en el bolso, me vestí con un sport rígido, y salimos en el auto de ella hacia el restaurante, cuando llegamos, me dí cuenta que la familia de Lorena era habitué de ese lugar, en una mesa estaba la madre, el padre y Eliana, otras dos sillas vacías me hicieron suponer que era mi presentación formal.
Durante la comida, la madre de Lorena, de la que evidentemente habían heredado la belleza las dos hijas, me interrogó con preguntas muy tranquilas. Me preguntó sobre mi familia, le conté que siempre fui el rebelde y que me vine de mi provincia natal muy joven, no entre en detalles sobre que embaracé a mi media hermana, ni que estuve de novio con una sobrina, ni hablar de las gemelas y la madre, como quien dice esquivé el balazo. Mientras que Martín el padre, me miraba con cara de “muy” pocos amigos.
Almorzamos y fue Lorena la que me sacó de ese embrollo, argumentando que teníamos reservaciones en otro lado; con el tiempo los padres de Lorena me empezaron a ver bien, mi empresa de servicios web iba viento en popa, cada vez mejor.
Con Lorena nos casamos en diciembre de 2012 y a los pocos meses empezamos la búsqueda de un hijo, cosa que a Carmen la sumió en una importante depresión. Carmen se hizo muy confidente con nosotros, su matrimonio ni iba nada bien, el marido la golpeaba, hacían años que buscaban un hijo, pero no había caso, en medio de la frustración al marido se le iba la mano.
Le preguntamos si se habían hecho estudios y nos comentó que ella se loa había hecho, es más se hizo un tratamiento hormonal para mejorar la fertilidad, pero al parecer el problema era el marido, que por lo machista, nunca se quiso hacer ningún estudio; estuvimos toda la tarde charlando tratando de mejorarle el ánimo, esa noche:
Lorena – me vas a matar si te digo lo que se me está cruzando por la cabeza desde hace tiempo.
Yo – por tu cara no quiero saberlo.
Lorena – vos sabes lo que te amo ¿no?
Yo – si, ¿por?
Lorena – quiero que pienses en la posibilidad de embarazar también a Carmen.
Yo – estas loca?,
Lorena – ella ya se esta divorciando, y va a salir rápido porque lo denuncio al marido, acordate que estoy en deuda por el favorcito que me hizo para estar juntos.
Yo – Lore, amor, es muy fuerte esto.
Lorena – vaaaamos, queres que te recuerde lo de las gemelas?, o preferis que te recuerde el regalito de despedida que te dio mi hermana y la turra de la amiga?
Yo - ¿Cómo sabés de eso?
Lorena – mi hermana me pidió permiso para el regalito, y yo se lo dí, con la condición de que primera, única y última vez.
Yo – no se dejame pensarlo, no quiero que esto vaya a arruinar nuestro matrimonio.
Lorena – no, mi amor, quedate tranquilo, aparte con Carmen hemos sido algo más que amigas.
Yo – no dejo de asombrarme con lo que me decís, también se torteaban?
Lorena – bueno, no lo digas así, pero si más de una vez compartimos una cama, fue una época en que estaba muy despechada con mi ex marido.
Yo – bueno, ahora arregla esto, porque sino no voy a poder dormir.- dije mostrando la tremenda erección que me había causado la conversación
Lorena se metió debajo de las sábanas, de una se metió la pija en la boca, tanto que hizo una arcada, entre chupada y chupada me comentaba de lo fogosa que era Carmen, que siempre andaba pajeándose porque el ex la dejaba siempre con ganas; mi calentura no dio más y sin avisarle le llene la boquita de leche, Lorena se sorprendió, pero tragó casi todo, salió de debajo de las sabanas tosiendo.
Lorena – me podrías haber avisado ¿no?
Yo – no, a partir de ahora nada de avisar, va a ser sorpresa.
Lorena todavía con mi leche en la cara me dio un beso, yo no quería abrir la boca, pero la lengua de ella me obligó a probar mi leche.
La mañana nos encontró atrasados y a las corridas, salimos cada uno en su auto, yo fui a la empresa y Lorena tenía unos trámites que hacer, tomamos caminos separados. A media mañana, me llega un mensaje de Lorena: vení a esta dirección, es muy importante.
Avise que salía y cuando llegué era un hotel 5 estrellas que solo conocía por Internet, en la recepción pregunté por Lorena, me dieron la tarjeta y el numero de habitación. Cuando entré estaban las dos Lorena y Carmen, las dos en lencería que no tapaba nada, y una bata transparente. Sin decir nada, me saqué la ropa ante la atenta mirada de Carmen, Lorena estaba mas pendiente en la cara de su amiga que en como me sacaba la ropa. Debajo de mi boxer se veía la pija formando una carpa, me fui para el jacuzzi y recién ahí hable:
Yo – Amor, pedí una botella de champán y recién cuando la tengas vengan las dos, antes no ¿ok?
Eso me dio tiempo a preparar todo, cuando llegaron venían con tres copas y la botella en la hielera, ellas se metieron y una vez adentro del agua llenaron las copas.
Lorena – brindo por la amistad y el amor
Carmen – brindo por mi amiga que me presta a su esposo para que me embarace.
Yo – brindo por mis dos hembras.
Los tres chocamos las copas y tomamos, agarré a Carmen, y la atraje hacia mí, quedamos de frente, ella con las piernas abiertas, Lorena de atrás me abrazaba y besaba, haciendo que las tetas de Carmen se apretaran contra mi pecho. Carmen giró la cabeza y mientras Lorena me besaba, ella se encargaba de jugar con el pezón de mi esposa.
No tardé mucho en sentir la mano de Carmen agarrarme la pija, segundos después se le unía la de Lorena; entre las dos dirigieron mi pija a la concha de Carmen, la encontré muy apretadita, sentía como entraba cada centímetro de mi pija.
Carmen – ahhhhhhhh, que buena poronga que tiene tu marido, ahhhhhhh
Lorena – te dije que era un semental.
Cuando Carmen estaba por tener el primer orgasmo, paré en seco.
Yo – vamos a la cama que vamos a estar más cómodos.
Nos secamos y las mujeres salieron primero, las dos estaban sentadas en el borde de la cama con las piernas abiertas. Tome las piernas de mi esposa y las puse en mis hombros, acerque la pija de despacio la fui metiendo, habíamos acordado que la primera leche era de Lorena, la calentura del momento nos hizo olvidar de Carmen, pero ella se ubicó entre mis piernas y se dedicó a pasarle la lengua por el culo a Lorena, de vez en cuando a mis huevos.
Lorena – ahhhhhhhh, amiga como me estas calentando uffff, me vas a hacer acabar con esa lengua en el culito.
No pude aguantar más y me descargue tres chorros de leche en lo más profundo de la concha de mi mujer, la saque de la concha aún goteando semen.
Yo – Carmen, limpiame bien la pija si queres mi leche.
Carmen sin duda, se la mando a la boquita, era una experta en el arte de la felación, se la mandaba entera, no dejaba nada afuera, ni una arcada, mientras mi pija ya estaba llegando nuevamente al punto máximo. Suena el teléfono de Carmen, Lorena lo busca y era el ex marido.
Yo – Carmen, ponete en cuatro patas con el culito bien levantado y vos Amor, anda lubricándolo que voy a empezar por ahí.
Carmen hablaba con el marido, no podía aceptar el tema del divorcio, y le rogaba que no lo dejara.
Carmen – no hay nada mas que hablar, aparte ahora estoy con un macho que seguro me deja embarazada.
Se ve que la puteo porque Carmen cortó la conversación y no le dio más bola, se puso en cuatro patas y Lorena le pasó la lengua dejándole bien mojado el culo, mi esposa me agarró la pija y la uso en la entrada, no hablábamos, yo me dejaba hacer.
Empuje, el culo se dilató y desapareció la cabeza de mi pija, Lorena separaba las nalgas y dejaba caer saliva en justo en nuestra unión. Carmen, estaba quieta recibiendo mi pija por atrás, yo la sacaba , se mojaba con la saliva y la volvía a meter, en una de las oportunidades, la saque y quedó el culo abierto, Lorena aprovecho y soltó saliva y se fue directo para adentro, le metí la verga casi al fondo, Carmen aulló, en su rictus se notaba el dolor y el placer, Lorena al darse cuenta, le metió dos dedos en la concha mientras masajeaba el clítoris.
Eso fue el sumun para Carmen, que ella sola se impulsó hacia atrás clavándose la pija totalmente; sentía como se movían los dedos de mi mujer en la concha a través de la fina tela que separa ambos conductos, Carmen nunca dejó de aullar, y por las contracciones del culo, supe que estaba teniendo una cadena de orgasmos que la estaban matando de placer.
Los músculos de Carmen me estaban estrangulando la verga, hasta el umbral del dolor, lo que aproximó mi acabada, la saqué porque quería prolongar el momento de placer que estas dos hembras me estaban dando.
Me higienice en el baño, había llegado el momento de inseminar a Carmen, en la habitación estabas mis dos mujeres haciendo un 69, Lorena abajo y Carmen arriba; le hice señas a Lorena que se quedara callada, ella viendo mis intensiones, separó los labios vaginales de Carmen, dejándome el camino listo para metérsela.
Apunté y de una se la mandé toda, Carmen se sorprendió, dejó de chupar la concha de mi esposa, levantó la cabeza y abrió grandes los ojos y la boca, mi mujer me pasaba la lengua por las bolas, me las ensalivaba bien, inicié un bombeo infernal, a toda máquina, Carmen chupaba la concha de Lorena con todas las ganas, Lorena tuvo un orgasmo y quedó muy sensible, se hizo para atrás con la idea de sacar la concha del alcance de su amiga, y en vez de los huevos me pasó la lengua por el culo.
En un primer momento me quedé quieto, pero la sensación no me desagradó, y volví a moverme con todo, Lorena se dio cuenta que me calentaba y siguió con más ganas, nunca tuve la pija tan dura.
Yo – uuuuyy amor, como me estas poniendo, no sabes lo dura que siento la pija.
Carmen – ahhhhhhh, que hijo de puta, como me coges, seguí, dame fuerte, ahhhhhhhhhhh
Lorena – amorsito, parece que te gusto que te chupe acá atrás.
Yo – mmmmmmmmmffffff, que placer.
La pija me empezó a latir adentro de la concha de Carmen, Lorena me apretó la base y pese a sentir que acababa, la leche me ardía en la base, seguí moviéndome, Lorena me apretó contra su amiga y me soltó la pija, fueron cuatro chorros de leche que salieron a presión, inundando a Carmen, que cuando sintió como mi leche le quemaba la concha, tuvo una acabada que le hizo flaquear las piernas y caer, sacándose mi pija de la concha; por la calentura, me pajee unas cuantas veces y volvía acabar sobre el culo y la espalda de Carmen, me hice para atrás y le dí la verga a Lorena que le la limpiara hasta que perdí toda la erección.
Lorena se levantó y acomodó a Carmen, la puso boca arriba con las dos almohadas debajo de la cadera, para que toda la leche quedara en la concha.
Lorena – quedate un rato así, para que la leche se te quede en la concha lo mas posible.
Carmen – sentí que me regaba los ovarios, no me mentiste con lo de que era un semental.
Lorena – viste amiga, esto es un macho de verdad.
Yo – ustedes dos, sepan que no soy un pedazo de carne. – dije en broma.
Lorena – hay amor, como nos cogiste, hace mucho que no me dabas tan fuerte.
Yo – agradecele a tu amiga, me calentó mucho verlas a las dos.
Descansamos un rato, y ellas se fueron a casa mientras que yo me bañé y volví a mi trabajo, todos me miraban y adivinaban, mi cara lo decía todo. Esa tarde no hice más nada.
Esa noche, Lorena me confirmaba que Carmen se mudaría a vivir con nosotros, porque el marido quería vender la casa y repartir, mas que nada por molestar que por necesidad. Mis dos mujeres me hicieron la cena y esa noche sin decir nada me fui a dormir.
El fin de semana, Carmen se terminó de mudar con nosotros, y esa noche me esperaba una nueva inseminación a mis damas; desde temprano, se estuvieron tocando y besando adelante mío, yo estaba en el sofá viendo TV, ellas se paseaban por delante casi en bolas, Carmen con una mini tanga, se agachaba para mostrarme el culo, al rato Lorena , hacía que acomodaba los almohadones del sofa y me tocaba la pija. Al rato, veo que se besan las dos y se meten al dormitorio, no pasaron tres minutos que se escucharon los primeros gemidos, me desnude en el comedor y llegue a la habitación en pelotas.
Estaban las dos abrazadas, Carmen tenía dos dedos metidos en la concha de mi esposa, Lorena, tenía el indice en el culo y el mayor en la concha, movía la mano frenéticamente. Abrí las piernas de Carmen, que sin dejar de besar a Lorena, se acomodó, poco a poco le fui metiendo la pija, sintiendo como las rugosidades de la concha la abrazaban, cuando llegó al fondo, la saqué totalmente, repetí esta operación seis o siete veces, hasta que ella, rodeándome con las piernas me obligó a quedarme hundido en la concha. Carmen atenazada a mi cintura, subía y bajaba las caderas, ese ritmo enloquecedor, sumado a que me estuvieron calentando toda la tarde, me hicieron llenarle la concha de leche.
Lorena me apartó de su amiga y de una se mando la pija a la garganta, me daba chupones prolongados, la pija se me bajó un poco, pero no se murió, así como estaba se acostó boca arriba con la cabeza colgando en el borde, me paré al borde de la cama y ella me acomodó para que literalmente le cogiera la boca, no me lo hice repetir. Con la verga a media asta, se la metí en la boca, ella sola me impulsaba para que le llegara al fondo, por momentos podía ver como la garganta se le hinchaba con la pija incrustada.
Cuando no pude más la di vuelta y Carmen se había encargado de lubricarle la concha a Lorena, sin contemplaciones se la metí y empecé a bombear como loco, pero pese a lo que me había calentado la chupada que me hizo Lorena, no podía acabar, al parecer Carmen se llevó toda mi carga.
Carmen al ver que estaba sudando mucho, juntó algo del jugo de la concha de mi esposa con los dedos y me los pasó por el culo. Como vengándose, me mandó un dedo al fondo, me dolió por la violencia con que lo hizo, pero me calentó y a los pocos minutos dejaba nuevamente una gran carga de semen en la concha de mi mujer.
Ese mes cogimos como locos, a veces, era una mujer por noche, a veces las dos querían su ración, yo tuve que ir al medico porque estaba adelgazando demasiado, mientras que el obstetra nos confirmaba el embarazo doble. Carmen tuvo un embarazo espectacular, solamente mucha gastritis en los primeros meses, en cambio Lorena tenia unas pequeñas perdidas, que la obligaron a estar tres meses en cama.
Lorena tuvo a mi hijo de ocho meses, mientras que Carmen lo tuvo a las treinta y siete semanas, una hermosa nena. Mi mente enferma se pregunto que iba a pasar cuando llegaran a la adolescencia.
Esa es toda la historia, hasta aca llegamos, somos felices a nuestra manera, es gracioso ver la cara que ponen sobre todo en los hoteles, cuando pedimos una habitación doble y me ven entrar con mis dos mujeres, o cuando estamos en la playa de vacaciones y me ven besar alternadamente a las dos.
Me di una larga ducha, y me vestí sencillo, tenía la idea de salir a almorzar, no quería ni cocinar ni limpiar nada. Estaba en camino al Shopping cuando me llega un sms, no le dí mucha bola hasta que llegue a destino, estacioné y recién ahí leí el mensaje:
Elena – tenemos que hablar, podes ahora?
Yo – que querés, ya no tenemos nada de que hablar.
Elena – quería saludarte antes de irme.
Yo – estoy en el Shopping, venite y almorzamos.
Por lo menos le iba a dar la oportunidad de despedirnos bien, como amigos, porque desde que había dejado de insistir, me ablandé en la forma de tratarla.
A la media hora, llegó, me saludó como amiga, pedimos algo de comer.
Elena – mañana me voy para Uruguay, y quería saludarte, porque parte de este nuevo trabajo te lo debo a vos.
Yo – esta bien, sos muy buena profesional, y te lo mereces.
Elena – la que me recomendó fue Lorena…….
Yo – mira que bien. – dije sin saber que comentarle.
Elena – es una empresa paralela que tienen allá, y Lorena me ofreció el puesto y me hace falta alejarme de vos.
Yo – es lo mejor Elena – le di un beso en la mejilla, me acarició la cara y se fue.
Me había sacado un gran peso de encima, pague la cuenta y me fui a casa, alquile un par de películas, tenía la idea de estar muy laxo toda la tarde. Apenas estaba empezando la película, cuando suena el timbre, me imagine: o Lorena o Eliana.
Y no me equivocaba, era Eliana, como siempre despampanante, venía con Anahí una de sus inseparables amigas y compañera de cama.
Eliana – no hace falta que me digas nada, ya mi hermana me contó todo.
Yo – y que fue lo que te contó, si se puede saber.
Eliana – que te la recontra garchaste la otra noche y que blanqueó la situación.
Yo – si cogimos como locos, para que te voy a mentir, y si, ahora entiendo varias cosas.
Eliana – como esta es la última vez que vamos a coger nosotros, quise darte un regalito especial de despedida.
No alcanzó a terminar de hablar que Anahí, me llama desde la puerta del dormitorio, estaba ya en bolas, Eliana la vió y me agarró de la mano, me llevó hasta la amiga y se dieron un beso que me dejó con los ojos como platos.
Anahí – viste somos bisexuales, nos gusta la carne y el pescado – dijo sonriendo.
Yo ahí perdí la poca compostura que me quedaba, me saque la ropa en un abrir y cerrar de ojos, y me fui sobre Anahí, metí mi cabeza entre sus piernas y le chupé la concha con mucha fuerza, sorbiendo los jugos que me regalaba, Eliana no se estaba quieta, me agarró de la cadera y me giro con fuerza, sin decir nada, se metió mi verga hasta la garganta. Cuando dejaba de chupar a Anahí, miraba como Eliana cabeceaba, casi siempre tocando mi abdomen con la nariz, nunca la había visto tan fuera de sí.
Anahí se acomodó arriba mío, dejándome la concha sobre la boca, mientras que se apoyaba en la pared con los brazos extendidos. Eliana dejó mi pija y se dedicó a meterse los huevos en la boca, la sensación era muy extraña, no me dolía, pero poco faltaba, y la rugosidad de la lengua sobre el escroto era increíble, me hacía temblar.
Haciendo un gran esfuerzo me saque a Anahí de arriba mío, y le agarré la cabeza a Eliana, la besé, pasándole los jugos de su amiga. Eliana rebusco por toda mi boca con su lengua, se llevó una mezcla de mi saliva y jugos de Anahí. La tiré a la cama y sin importarme si estaba mojada o no se la metí hasta el fondo, Eliana agarró las sabanas y las tiró hacia ella. Imprimí velocidad a mis movimientos, hasta que no pude más y me vacié en la concha de Eliana. Apenas me salí, Anahí me limpió la pija con una chupadita.
Anahí - no sabes lo que me gustan los pasteles de crema.
Y se puso a sorber la mezcla de flujos de la concha de su amiga, pude ver por los movimientos de la garganta de Anahí que estaba tragando todo lo que salía de la concha de Eliana. Cuando no salía nada más.
Anahí – mmmmm delicioso, que buen sabor tu leche.
Anahí no perdió tiempo y se metió mi pija nuevamente en la boca, evitando que perdiera toda la rigidez, Eliana no se quedó quieta y se puso a lamerme los huevos, mi pija volvió a estar a punto, estas pendejas eran terribles.
Puse a Anahí boca arriba en la cama, pero Eliana me paró en seco.
Eliana – no, no, te dije que te tenía un regalito especial, ella nunca le dio el culito a nadie, pero la convencí de que te lo regale a vos hoy.
Yo – uuuyyyyyy, que regalito, no puedo esperar.
Anahí – me contó Eli, como se lo rompiste el otro día, y me calentó tanto que quiero lo mismo ella.
Anahí se puso en cuatro patas y levantó el culo, las nalgas se abrieron como dos gajos, dejando expuesto el agujerito inexplorado. Eliana se puso atrás de ella y le dio varios lengüetazos, dejando gran cantidad de saliva, me escupió la pija y la acomodó en la puerta.
Empujé y Anahí estaba muy tensa y no aflojaba, Eliana soltó más saliva desde arriba y se deslizó por el canal que separa las nalgas, se fue debajo de su amiga y se adueño de la concha, ahora sí se relajó Anahí y el culo se comió de una la cabeza de la pija. Anahí se volvió a tensar, pero la lengua de Eliana en la concha era demasiado. En tres o cuatro empujones ya la tenía toda a dentro.
Anahí – aaaaaahhhhhhhhh, me estas partiendo el culo.
Yo – te gusta como te estoy culiando putita?
Anahí – ahhhhhh seguí, así suavesito, Amiga esto es increíble, la siento gigante en el culo.
Eliana – viste pendeja, te dije que una vez que la tuvieras adentro ibas a querer más.
Anahí – siiiiiiiii, ahhhhhhhh, dame mas fuerte, reventame el culo.
Yo – así que querés que te de con todo, que te cueste caminar una semana igual que a tu amiga?
Yo – lo pedís, lo tenés.
La agarré de las caderas y le dí realmente con saña, casi sacaba la pija y se la volvía a mandar al fondo, sentía como los huevos chocaban contra la nariz de Eliana. Anahí gemía sin cesar, hasta que con un grito tuvo su primer orgasmo; como yo había acabado, tenía para rato, por lo que seguí a toda máquina. En una de las embestidas, la pija se me salió del culo y cuando empujé fue a dar justo a la boca de Eliana, cuando sentí el calor, me quedé quieto, sintiendo como se movía esa lengua, que se me enroscaba en el tronco como una constrictor.
La saqué y de una la metí al fondo en el culo de Anahí, con esta embestida tan fuerte, mis huevos quedaron sobre la boca de Eliana, me los chupó.
Anahí – dale, acabame adentro, quiero tu leche en el culo, dale, que ya no aguanto más.
Yo – querés leche puta, tomá.
Me quedé ensartado lo más profundo que pude y ahí solté la leche, cuando lo sintió, se retorció en la cama y tuvo otro orgasmo, Eliana seguía con mis huevos, pocas veces he acabado tanto; mi pija ya sin fuerza se salió del culito. Las dos féminas se acomodaron en la cama Eliana estaba cansada, pero Anahí estaba destruida.
Nos fuimos los tres al baño y nos duchamos, las dos me bañaron y las dejé juntas mientras yo me vestía, las dos pendejas demoraron bastante, varios gemidos salieron del baño; no quise ni asomarme, ya no me quedaban fuerzas para seguir; entre las dos acomodaron mi habitación. Al rato ya estábamos todos compuestos, Anahí se sentaba de lado en el sofá, sin duda le dolía el culo. La miré y me reí, tomamos un café que Eliana preparó y las dos se fueron. Ese sábado dormí como un bebé.
El domingo temprano, la insistencia del timbre me despertó, sin vestirme, atendí y era Lorena, vestía informal, pero muy elegante, realmente era muy coqueta.
Lorena – dale vestite, que tenemos una reserva en el Wembley, y si llegamos tarde la perdemos.
Yo – Esperame que me duche, y vamos.
Me metí de una a la ducha, y a los pocos segundos llegó Lorena detrás de mí; mientras nos duchábamos, nos besamos, mis manos volaron a las protuberantes tetas, con el pulgar jugué con los pezones, Lorena bajó sus manos y mientras que con una me pajeaba, con la otra me acariciaba las bolas. Dejé una de las tetas y me fui a la conchita, que estaba mojadísima, la hice poner una de las piernas en el borde de la bañera, me acomodé y se la metí, Lorena se abrazó a mí, me besaba el cuello, me mordía el hombro; mientras yo le bombeaba la concha.
Lorena me agarra con las dos manos la cara y me besa, me vuelve a abrazar para no caerse, cuando estamos por acabar, me clava las uñas en la espalda y siento un caldo cálido que me envuelve la pija.
Nunca con ninguna de todas las amantes y novias, pude compenetrarme tan bien, con Lorena era normal acabar juntos, ¿sera una señal? me pregunté.
Nos terminamos de duchar y nos vestimos, Lorena había traído mas ropa en el bolso, me vestí con un sport rígido, y salimos en el auto de ella hacia el restaurante, cuando llegamos, me dí cuenta que la familia de Lorena era habitué de ese lugar, en una mesa estaba la madre, el padre y Eliana, otras dos sillas vacías me hicieron suponer que era mi presentación formal.
Durante la comida, la madre de Lorena, de la que evidentemente habían heredado la belleza las dos hijas, me interrogó con preguntas muy tranquilas. Me preguntó sobre mi familia, le conté que siempre fui el rebelde y que me vine de mi provincia natal muy joven, no entre en detalles sobre que embaracé a mi media hermana, ni que estuve de novio con una sobrina, ni hablar de las gemelas y la madre, como quien dice esquivé el balazo. Mientras que Martín el padre, me miraba con cara de “muy” pocos amigos.
Almorzamos y fue Lorena la que me sacó de ese embrollo, argumentando que teníamos reservaciones en otro lado; con el tiempo los padres de Lorena me empezaron a ver bien, mi empresa de servicios web iba viento en popa, cada vez mejor.
Con Lorena nos casamos en diciembre de 2012 y a los pocos meses empezamos la búsqueda de un hijo, cosa que a Carmen la sumió en una importante depresión. Carmen se hizo muy confidente con nosotros, su matrimonio ni iba nada bien, el marido la golpeaba, hacían años que buscaban un hijo, pero no había caso, en medio de la frustración al marido se le iba la mano.
Le preguntamos si se habían hecho estudios y nos comentó que ella se loa había hecho, es más se hizo un tratamiento hormonal para mejorar la fertilidad, pero al parecer el problema era el marido, que por lo machista, nunca se quiso hacer ningún estudio; estuvimos toda la tarde charlando tratando de mejorarle el ánimo, esa noche:
Lorena – me vas a matar si te digo lo que se me está cruzando por la cabeza desde hace tiempo.
Yo – por tu cara no quiero saberlo.
Lorena – vos sabes lo que te amo ¿no?
Yo – si, ¿por?
Lorena – quiero que pienses en la posibilidad de embarazar también a Carmen.
Yo – estas loca?,
Lorena – ella ya se esta divorciando, y va a salir rápido porque lo denuncio al marido, acordate que estoy en deuda por el favorcito que me hizo para estar juntos.
Yo – Lore, amor, es muy fuerte esto.
Lorena – vaaaamos, queres que te recuerde lo de las gemelas?, o preferis que te recuerde el regalito de despedida que te dio mi hermana y la turra de la amiga?
Yo - ¿Cómo sabés de eso?
Lorena – mi hermana me pidió permiso para el regalito, y yo se lo dí, con la condición de que primera, única y última vez.
Yo – no se dejame pensarlo, no quiero que esto vaya a arruinar nuestro matrimonio.
Lorena – no, mi amor, quedate tranquilo, aparte con Carmen hemos sido algo más que amigas.
Yo – no dejo de asombrarme con lo que me decís, también se torteaban?
Lorena – bueno, no lo digas así, pero si más de una vez compartimos una cama, fue una época en que estaba muy despechada con mi ex marido.
Yo – bueno, ahora arregla esto, porque sino no voy a poder dormir.- dije mostrando la tremenda erección que me había causado la conversación
Lorena se metió debajo de las sábanas, de una se metió la pija en la boca, tanto que hizo una arcada, entre chupada y chupada me comentaba de lo fogosa que era Carmen, que siempre andaba pajeándose porque el ex la dejaba siempre con ganas; mi calentura no dio más y sin avisarle le llene la boquita de leche, Lorena se sorprendió, pero tragó casi todo, salió de debajo de las sabanas tosiendo.
Lorena – me podrías haber avisado ¿no?
Yo – no, a partir de ahora nada de avisar, va a ser sorpresa.
Lorena todavía con mi leche en la cara me dio un beso, yo no quería abrir la boca, pero la lengua de ella me obligó a probar mi leche.
La mañana nos encontró atrasados y a las corridas, salimos cada uno en su auto, yo fui a la empresa y Lorena tenía unos trámites que hacer, tomamos caminos separados. A media mañana, me llega un mensaje de Lorena: vení a esta dirección, es muy importante.
Avise que salía y cuando llegué era un hotel 5 estrellas que solo conocía por Internet, en la recepción pregunté por Lorena, me dieron la tarjeta y el numero de habitación. Cuando entré estaban las dos Lorena y Carmen, las dos en lencería que no tapaba nada, y una bata transparente. Sin decir nada, me saqué la ropa ante la atenta mirada de Carmen, Lorena estaba mas pendiente en la cara de su amiga que en como me sacaba la ropa. Debajo de mi boxer se veía la pija formando una carpa, me fui para el jacuzzi y recién ahí hable:
Yo – Amor, pedí una botella de champán y recién cuando la tengas vengan las dos, antes no ¿ok?
Eso me dio tiempo a preparar todo, cuando llegaron venían con tres copas y la botella en la hielera, ellas se metieron y una vez adentro del agua llenaron las copas.
Lorena – brindo por la amistad y el amor
Carmen – brindo por mi amiga que me presta a su esposo para que me embarace.
Yo – brindo por mis dos hembras.
Los tres chocamos las copas y tomamos, agarré a Carmen, y la atraje hacia mí, quedamos de frente, ella con las piernas abiertas, Lorena de atrás me abrazaba y besaba, haciendo que las tetas de Carmen se apretaran contra mi pecho. Carmen giró la cabeza y mientras Lorena me besaba, ella se encargaba de jugar con el pezón de mi esposa.
No tardé mucho en sentir la mano de Carmen agarrarme la pija, segundos después se le unía la de Lorena; entre las dos dirigieron mi pija a la concha de Carmen, la encontré muy apretadita, sentía como entraba cada centímetro de mi pija.
Carmen – ahhhhhhhh, que buena poronga que tiene tu marido, ahhhhhhh
Lorena – te dije que era un semental.
Cuando Carmen estaba por tener el primer orgasmo, paré en seco.
Yo – vamos a la cama que vamos a estar más cómodos.
Nos secamos y las mujeres salieron primero, las dos estaban sentadas en el borde de la cama con las piernas abiertas. Tome las piernas de mi esposa y las puse en mis hombros, acerque la pija de despacio la fui metiendo, habíamos acordado que la primera leche era de Lorena, la calentura del momento nos hizo olvidar de Carmen, pero ella se ubicó entre mis piernas y se dedicó a pasarle la lengua por el culo a Lorena, de vez en cuando a mis huevos.
Lorena – ahhhhhhhh, amiga como me estas calentando uffff, me vas a hacer acabar con esa lengua en el culito.
No pude aguantar más y me descargue tres chorros de leche en lo más profundo de la concha de mi mujer, la saque de la concha aún goteando semen.
Yo – Carmen, limpiame bien la pija si queres mi leche.
Carmen sin duda, se la mando a la boquita, era una experta en el arte de la felación, se la mandaba entera, no dejaba nada afuera, ni una arcada, mientras mi pija ya estaba llegando nuevamente al punto máximo. Suena el teléfono de Carmen, Lorena lo busca y era el ex marido.
Yo – Carmen, ponete en cuatro patas con el culito bien levantado y vos Amor, anda lubricándolo que voy a empezar por ahí.
Carmen hablaba con el marido, no podía aceptar el tema del divorcio, y le rogaba que no lo dejara.
Carmen – no hay nada mas que hablar, aparte ahora estoy con un macho que seguro me deja embarazada.
Se ve que la puteo porque Carmen cortó la conversación y no le dio más bola, se puso en cuatro patas y Lorena le pasó la lengua dejándole bien mojado el culo, mi esposa me agarró la pija y la uso en la entrada, no hablábamos, yo me dejaba hacer.
Empuje, el culo se dilató y desapareció la cabeza de mi pija, Lorena separaba las nalgas y dejaba caer saliva en justo en nuestra unión. Carmen, estaba quieta recibiendo mi pija por atrás, yo la sacaba , se mojaba con la saliva y la volvía a meter, en una de las oportunidades, la saque y quedó el culo abierto, Lorena aprovecho y soltó saliva y se fue directo para adentro, le metí la verga casi al fondo, Carmen aulló, en su rictus se notaba el dolor y el placer, Lorena al darse cuenta, le metió dos dedos en la concha mientras masajeaba el clítoris.
Eso fue el sumun para Carmen, que ella sola se impulsó hacia atrás clavándose la pija totalmente; sentía como se movían los dedos de mi mujer en la concha a través de la fina tela que separa ambos conductos, Carmen nunca dejó de aullar, y por las contracciones del culo, supe que estaba teniendo una cadena de orgasmos que la estaban matando de placer.
Los músculos de Carmen me estaban estrangulando la verga, hasta el umbral del dolor, lo que aproximó mi acabada, la saqué porque quería prolongar el momento de placer que estas dos hembras me estaban dando.
Me higienice en el baño, había llegado el momento de inseminar a Carmen, en la habitación estabas mis dos mujeres haciendo un 69, Lorena abajo y Carmen arriba; le hice señas a Lorena que se quedara callada, ella viendo mis intensiones, separó los labios vaginales de Carmen, dejándome el camino listo para metérsela.
Apunté y de una se la mandé toda, Carmen se sorprendió, dejó de chupar la concha de mi esposa, levantó la cabeza y abrió grandes los ojos y la boca, mi mujer me pasaba la lengua por las bolas, me las ensalivaba bien, inicié un bombeo infernal, a toda máquina, Carmen chupaba la concha de Lorena con todas las ganas, Lorena tuvo un orgasmo y quedó muy sensible, se hizo para atrás con la idea de sacar la concha del alcance de su amiga, y en vez de los huevos me pasó la lengua por el culo.
En un primer momento me quedé quieto, pero la sensación no me desagradó, y volví a moverme con todo, Lorena se dio cuenta que me calentaba y siguió con más ganas, nunca tuve la pija tan dura.
Yo – uuuuyy amor, como me estas poniendo, no sabes lo dura que siento la pija.
Carmen – ahhhhhhh, que hijo de puta, como me coges, seguí, dame fuerte, ahhhhhhhhhhh
Lorena – amorsito, parece que te gusto que te chupe acá atrás.
Yo – mmmmmmmmmffffff, que placer.
La pija me empezó a latir adentro de la concha de Carmen, Lorena me apretó la base y pese a sentir que acababa, la leche me ardía en la base, seguí moviéndome, Lorena me apretó contra su amiga y me soltó la pija, fueron cuatro chorros de leche que salieron a presión, inundando a Carmen, que cuando sintió como mi leche le quemaba la concha, tuvo una acabada que le hizo flaquear las piernas y caer, sacándose mi pija de la concha; por la calentura, me pajee unas cuantas veces y volvía acabar sobre el culo y la espalda de Carmen, me hice para atrás y le dí la verga a Lorena que le la limpiara hasta que perdí toda la erección.
Lorena se levantó y acomodó a Carmen, la puso boca arriba con las dos almohadas debajo de la cadera, para que toda la leche quedara en la concha.
Lorena – quedate un rato así, para que la leche se te quede en la concha lo mas posible.
Carmen – sentí que me regaba los ovarios, no me mentiste con lo de que era un semental.
Lorena – viste amiga, esto es un macho de verdad.
Yo – ustedes dos, sepan que no soy un pedazo de carne. – dije en broma.
Lorena – hay amor, como nos cogiste, hace mucho que no me dabas tan fuerte.
Yo – agradecele a tu amiga, me calentó mucho verlas a las dos.
Descansamos un rato, y ellas se fueron a casa mientras que yo me bañé y volví a mi trabajo, todos me miraban y adivinaban, mi cara lo decía todo. Esa tarde no hice más nada.
Esa noche, Lorena me confirmaba que Carmen se mudaría a vivir con nosotros, porque el marido quería vender la casa y repartir, mas que nada por molestar que por necesidad. Mis dos mujeres me hicieron la cena y esa noche sin decir nada me fui a dormir.
El fin de semana, Carmen se terminó de mudar con nosotros, y esa noche me esperaba una nueva inseminación a mis damas; desde temprano, se estuvieron tocando y besando adelante mío, yo estaba en el sofá viendo TV, ellas se paseaban por delante casi en bolas, Carmen con una mini tanga, se agachaba para mostrarme el culo, al rato Lorena , hacía que acomodaba los almohadones del sofa y me tocaba la pija. Al rato, veo que se besan las dos y se meten al dormitorio, no pasaron tres minutos que se escucharon los primeros gemidos, me desnude en el comedor y llegue a la habitación en pelotas.
Estaban las dos abrazadas, Carmen tenía dos dedos metidos en la concha de mi esposa, Lorena, tenía el indice en el culo y el mayor en la concha, movía la mano frenéticamente. Abrí las piernas de Carmen, que sin dejar de besar a Lorena, se acomodó, poco a poco le fui metiendo la pija, sintiendo como las rugosidades de la concha la abrazaban, cuando llegó al fondo, la saqué totalmente, repetí esta operación seis o siete veces, hasta que ella, rodeándome con las piernas me obligó a quedarme hundido en la concha. Carmen atenazada a mi cintura, subía y bajaba las caderas, ese ritmo enloquecedor, sumado a que me estuvieron calentando toda la tarde, me hicieron llenarle la concha de leche.
Lorena me apartó de su amiga y de una se mando la pija a la garganta, me daba chupones prolongados, la pija se me bajó un poco, pero no se murió, así como estaba se acostó boca arriba con la cabeza colgando en el borde, me paré al borde de la cama y ella me acomodó para que literalmente le cogiera la boca, no me lo hice repetir. Con la verga a media asta, se la metí en la boca, ella sola me impulsaba para que le llegara al fondo, por momentos podía ver como la garganta se le hinchaba con la pija incrustada.
Cuando no pude más la di vuelta y Carmen se había encargado de lubricarle la concha a Lorena, sin contemplaciones se la metí y empecé a bombear como loco, pero pese a lo que me había calentado la chupada que me hizo Lorena, no podía acabar, al parecer Carmen se llevó toda mi carga.
Carmen al ver que estaba sudando mucho, juntó algo del jugo de la concha de mi esposa con los dedos y me los pasó por el culo. Como vengándose, me mandó un dedo al fondo, me dolió por la violencia con que lo hizo, pero me calentó y a los pocos minutos dejaba nuevamente una gran carga de semen en la concha de mi mujer.
Ese mes cogimos como locos, a veces, era una mujer por noche, a veces las dos querían su ración, yo tuve que ir al medico porque estaba adelgazando demasiado, mientras que el obstetra nos confirmaba el embarazo doble. Carmen tuvo un embarazo espectacular, solamente mucha gastritis en los primeros meses, en cambio Lorena tenia unas pequeñas perdidas, que la obligaron a estar tres meses en cama.
Lorena tuvo a mi hijo de ocho meses, mientras que Carmen lo tuvo a las treinta y siete semanas, una hermosa nena. Mi mente enferma se pregunto que iba a pasar cuando llegaran a la adolescencia.
Esa es toda la historia, hasta aca llegamos, somos felices a nuestra manera, es gracioso ver la cara que ponen sobre todo en los hoteles, cuando pedimos una habitación doble y me ven entrar con mis dos mujeres, o cuando estamos en la playa de vacaciones y me ven besar alternadamente a las dos.
5 comentarios - Vida Laboral 5 final