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Vida Laboral 3 (estancados)

El lunes apenas llegue, la señora Lorena me llamó a su oficina; no me dí cuenta que Eliana venía atrás mío.

Lorena - ¿Cómo es eso de que mi hermana estuvo en tu casa?

Yo – es una historia larga, que le contaría gustoso, pero por el tono que está usando la voy a dejar con la pica.

Lorena – Mucho cuidado Juan, es mi hermana, la heredera de esta empresa y no quiero saber nada con que estés saliendo y peor aún, acostándote con ella.

Yo – Mire Lorena, me importa muy poco lo que usted quiera o no saber, lo que pasó es un tema entre Eliana y yo, fuera de las paredes de la empresa.

Lorena – Todo lo concerniente con mi hermana es de incumbencia mía. Ella se ha caracterizado por siempre estar con gente que no le conviene.

Yo – señora Lorena, me esta ofendiendo, y si no hay……

Eliana – ya estoy harta de que te estés metiendo en mi vida, Juan tuvo la delicadeza de ayudarme con algo….. que me pasó y si termine o no teniendo sexo con él no es problema tuyo.

Lorena – Eliana, a esto lo voy a mantener sin que nuestro padre se entere, porque sino aca van a rodas cabezas y la de Juan primero.

Yo – Lorena, realmente, ya me importa muy poco que me echen, mientras me paguen la indemnización que me corresponde, se que alguna otra empresa estará interesada en mi trabajo – dije, con la intensión de recordarle todo lo que hacía en la empresa.

Lorena – no me escuchaste lo que dije?, voy a mantenerlo en el mayor secreto posible.

Eliana – mirá Lorena, a mi poco me importa lo que hagas o dejes de hacer, pero no te metás en mi vida.

Como en toda empresa, las paredes oyen, así que la noticia de que Eliana había estado en mi departamento no tardó en llegar a los oídos de Elena, la que no me dejaba en paz. Para colmo, Lorena me dio más trabajo del habitual, se ve que como castigo por lo de Eliana o para dejarme muerto de cansancio.

El Miércoles, estaba en mi escritorio y de reojo ví venir a Elena, por el rictus de su cara era evidente que estaba muy enojada.

Elena – Juan, podes venir?

Yo – si que pasa?

Elena – acompañame a la sala de juntas.

Yo – vamos

Elena – explicame ¿Cómo es eso que la pendeja de mierda esa estuvo el fin de semama con vos?

Yo – mirá Elena es una historia larga, y no tengo ni ganas ni interés en contarte, es un tema mío y de Eliana.

Elena – te la cogiste ¿no?

Yo – Creo que soy libre para cogerme a Eliana o a cualquier mina que se me cruce.

Elena – pe….pero, es que yo te amo, y me duele. – dijo en un tono más calmo.

Yo – Elena, sos una mina muy inteligente, me jode ver que te rebajás a luchar por algo que ya se acabó.

Elena – es que….

Yo – Tengo mucho trabajo, ¿necesitás algo más?

Elena - no, nada más. – y se fue de la sala de juntas con los ojos llorosos.

Antes de que pudiera salir, la señora Lorena apareció por la puerta que comunica con su oficina.

Lorena – así que te acostaste con mi hermana al final?

Yo – por que?

Lorena - se lo confirmaste a Elena.

Yo – a ver señora Lorena, como le dije a Elena, soy dueño de acostarme y tener sexo con quien me de la gana, no tengo obligaciones con nadie.

Lorena – entonces mi hermana ¿que es?

Yo – una mina a la que la ayude y me pagó con una soberana garchada.

Lorena – no hay necesidad de ser tan maleducado.

Me dí media vuelta y la dejé con la palabra en la boca, me puse los auriculares y la música fue mi única compañera hasta la hora de salida. Y si las cosas venían mal, se pusieron peor.

Cuando me levanté, vi que Eliana me estaba esperando, bajamos juntos al estacionamiento y apenas llegamos a mi auto, me empujó contra una columna y bajándome el cierre, me sacó la pija y se la mando hasta la garganta. Las sensaciones que me producía la boca de la pendeja me hacían estremecer, realmente la chupaba excelente.

Antes de acabar, la pendeja se dio vuelta y se apoyó contra el baúl del auto, dejándome toda la colita a mi disposición, sin dudarlo y mirando para todos lados, me arrodille, y busque debajo de la faldita, la cabrona estaba en bolas; me puse a chuparle la concha, cuando Eliana empezó a gemir, me levanté y se la metí, por primera vez sin forro, pero como ya he dicho anteriormente, la calentura no piensa; se la metí de una vez y hasta el fondo, Eliana gimió fuerte, saque media pija y otra vez al fondo, así varias veces.

Estaba en plena faena, cuando miro de reojo y veo una silueta mirándonos fijamente, miré bien y era Lorena, que escudada por su auto, nos estaba mirando muy atentamente, sin dejar de mirarla, le daba cada vez más fuerte a su hermana, los gemidos sin duda llegaba a sus oidos. Me acerque a Eliana y le dije al oido:

Yo – viste pendeja, te la estoy clavando a cuero pelado.

Eliana – la verdad que se siente mucho mejor así, que con forro.

Solamente se escuchaba el chocar de nuestros cuerpos en toda la cochera, en un momento dado me quedé mirando fijamente a Lorena, hasta que con evidente enojo sacó la alarma del auto y le pegó un portazo como queriendo hacer la puerta giratoria.

Lorena aceleró de más y salio de la cochera como loca, con algo de imprudencia; yo seguí como si nada hubiera pasado, estaba disfrutando mucho de la concha de Eliana, que estaba con la cara apoyada en el baúl del auto, con los brazos en cruz recibiendo mis vaivenes; la pendeja apretó las manos y levantando la cabeza soltó un gran gemido y se desplomo sobre el auto, las piernas le flaquearon y la sostuve con la pija bien clavada.

Se incorporó agitada y se movió sacándose la pija, se agachó y se la mando toda mojada en sus jugos a la boca, me la estuvo chupando, hasta que le llene la boca de leche, sin avisarle, ella se atragantó y se puso a toser, los chorros de leche seguían saliendo y manchándole el pelo, la cara; Eliana se giró y el ultimo chorro fue a dar al oído.

Eliana – sos un desgraciado, me enchastraste toda, mira como me dejaste.

Yo – te ves hermosa, toda maquillada con mi leche.

Eliana – Ahora me vas a tener que esperar, me tengo que limpiar.

Yo – Esta bien pendeja.

Eliana se fue al baño a limpiarse y mi celular vibró, lo miré y era un mensaje de Lorena.

Lorena – y te divertiste con mi hermana? Desgraciado.

Yo – si y por lo que ví, vos te divertiste mirando?

Lorena ya no contestó, Eliana vino del baño y nos fuimos, la dejé en el centro con unas amigas y me fui a casa. Los días con sobre carga de trabajo, me estaban matando, realmente Lorena estaba logrando hacerme pagar el estar con su hermana.

Llegue a casa, estaba destruido, me puse unos pantalones cortos, descalzo y sin remera; pedí comida con un delivery y me prendí con una muy buena película sobre terrorismo virtual y cuando sonó el timbre no me calenté en vestirme, abrí y no era la comida, era la señora Lorena.

Lorena – hola ¿puedo pasar?

Yo – si, pase, siéntese, yo ya vengo, me pongo algo y vengo – esa mañana había estado la empleada limpiando y la casa estaba impecable, me puse unos pantalones náuticos y una remera.

Cuando llegué de nuevo al living, estaba Lorena examinando todo, había estado mirando las fotos y la casa en general.

Lorena – vivis mejor de lo que creía, aparte se ve que tenés buen gusto.

Yo – nada del otro mundo, me agrada darme algún gustillo de vez en cuando.

En eso suena el timbre nuevamente y esta vez era el delivery, recibí la comida y la dejé en la mesa del comedor, di por seguro que Lorena se quedaba a cenar, así que de la cocina traje platos y cubiertos, me pareció propicio descorchar un vino que me regaló un despachante de aduana, un 5 sentidos, algo que es exclusivamente de exportación. Sabiendo el precio me dije “facil viene, fácil se va”.

Cenamos con Lorena hablando de trivialidades, hasta que a quemarropa me pregunta:

Lorena - ¿Cómo llevas la separación con Elena?, se que es, digamos, insistente.

Yo – bien, la vengo humillando para que me deje en paz.

Lorena – y con mi hermana? ¿Qué pasa?

Yo – con tu hermana, digamos que fui el héroe que la salvó y me lo recompensó con una buena garchad…. Tuvimos relaciones.

Lorena – jajajajaja, no me molesta que seas mal hablado, pero contame, como es que la salvaste?

Yo – coincidimos en el mismo pub y un pibe le puso algo en el trago que la dio vuelta, cuando estaba saliendo, la querían violar; así que trompada viene y va, la traje a casa y le llame a un medico amigo a ver que hacer.

Lorena – mi hermana tiene el don de hacer malas amistades, el último noviecito le costo una fortuna a mi viejo.

Yo – no pretendo sacarles un centavo que no me gane con mi laburo, aparte no soy del tipo de persona que le gusta a tu hermana.

Lorena – no es lo que vi en el estacionamiento.

Yo – con Eliana tenemos un muy buen sexo, pero nada más, es algo raro, pero no va más allá.

Lorena – Se que mi hermana es bastante, emmm, libertina digamos.

Terminamos de cenar y Lorena tomó la iniciativa de levantar todo lo que habíamos usado para cenar y llevarlo a la cocina, antes de que se pusiera a lavar, la interrumpí y me puse yo manos a la obra. Lorena me ayudaba secando y acomodando todo en la alacena.

Preparé café y lo llevamos al comedor, Lorena se sentó en el sofá y yo en el suelo sobre un almohadón; desde ahí tenía una visión inmejorable de sus piernas, Lorena debió adivinar y las cruzó, dejándome ver fugazmente la bombachita que llevaba.

Yo – ya te he contado bastante de mi vida, ahora cuenteme algo de la suya, si no le molesta.

Lorena – Estuve casada cuatro años, pero la relación desde el principio fue un desastre, mi marid… ex marido, era muy mujeriego, y me engañaba con cuanta pendeja se me cruzaba.

Yo – realmente no hay nada más destructivo para una relación que el engaño – dije dando a entender que con conocimiento de causa.

Lorena – el colmo fue cuando quiso levantarse a mi hermana, ella me lo comentó, pero yo no le creí, y nos peleamos muy fuerte, nunca más se recompuso nuestra relación de hermana.

Lorena – un día llegando a casa, los encontré y los interrumpí, ese día lo eche, y no lo ví más

Yo – me imagino que iniciaste los trámites del divorcio?

Lorena – si, pero esta muy demorado, porque alega que no se ha hecho la división de bienes; en definitiva, quiere un dineral para firmar los papeles.

Yo – veo que es un tema complicado que siempre se resume al dinero de tu familia.

Lorena – bueno, ya es muy tarde, me tengo que ir, mañana es un día largo.

Lorena se despidió de mí con un suave beso en la mejilla, yo correspondí, pero en vez de apoyar mi cara, le apoye los labios, Lorena me miró y se fue.

Pasaron varios minutos, cuando suena nuevamente el timbre, pensando que Lorena se había olvidado algo, abrí sin mirar, era Eliana, que apenas entró me dio una bofetada digna de novela barata. Cuando me iba a dar la segunda, le agarré el brazo, la di vuelta y la apoyé bruscamente contra la puerta.

Yo – ¿que te pasa pendeja?

Eliana – y? te diste el gusto de estar con las dos hermanas? Hijo de puta. – si supiera!!!!!.

Yo – te estas equivocando pendeja, tu hermana cayó acá de sorpresa y la invité a cenar, NADA MÁS.

Eliana se zafó de mi abrazo, y corrió a la habitación, cuando vió la cama armada, se le despejaron algo las dudas.

Yo – lo que me contó, no te da autoridad moral, para increparme nada.

Eliana – que te contó?

Yo – que te quisiste coger a tu cuñado, jajajajaaja, mira a la pendeja.

Eliana – ese cabrón me estaba molestando cada vez más, le conté a mi hermana y como ella no me creyó, le demostré que era verdad, no sabes el quilombo que se armó.

Yo – me imagino – dije acordándome del quilombo con mi sobrina Gisele.

Yo – vení pendeja, date vuelta.

Eliana vino hasta donde yo estaba y se dio vuelta, le levanté la minifalda que traía y le di un sonoro chirlo en uno de los cachetes, se dio vuelta y me miró con furia.

Eliana – aaaayyyyyy, por que me pegas????

Yo – que te creias, que el bofetón es gratis? No nena.

Eliana se vino como un animal herido, a darme otro, nuevamente la agarré de las manos y se las llevé a la espalda, quedando los dos juntos. Realmente Eliana era una fiera en todo sentido, sin pensarlo dos veces, me largó un escupitajo que quedó en el borde de mis labios, con la lengua lo recogí y juntándolo con más saliva mía, se lo devolví, si antes estaba furiosa, ahora ni les cuento.

Ante tanta furia, trataba de pegarme en los huevos, pero no la dejaba, ni la soltaba, hasta que no pude más y me empecé a reir a carcajadas.

Eliana – de que te reis?, hijo de puta.

Yo – de que no te aguantas que te devuelvan los golpes, en este caso el escupitajo jajajajajajajajaja

Eliana – deja de reirte, por favor – ya no estaba furiosa –

Yo – jajajajajajajajajaja

Eliana – dale jajaja, soltame jajajajaja – prometo no hacerte nada jajajajajajaja

Yo – esta bien, pero acordate de que lo que me hagas, te lo devuelvo.


La solté, y me empujó al sofá, caí sentado ella se sentó arriba mió con las piernas abiertas y refregándose contra mi para dejarme igual de sucio que ella, mis manos volaron debajo de la mini y le agarré el culo, separándole los cachetes; le corrí la tanga y la noté muy húmeda; a la pendeja le gustaba que la trataran bien fuerte.

Como la tanga ya me estaba jodiendo, se la rompí, dejándosela de cinturón, me dio mejor acceso a los agujeritos de Eliana. Le metí dos dedos en la concha para mojármelos, y después empezar a apretarlos en el culito, Eliana me comía la boca y los gemidos salían por los costados de su boca. En unos minutos tenía uno de los dedos clavados en el culo de la pendeja.

Eliana – así que me vas a hacer el culo?, desgraciado.

Yo – te voy a romper el culo pendeja, mañana en la oficina todo el mundo se va a dar cuenta de que no te podes sentar bien y desde mi escritorio me voy a cagar de risa.

Eliana – mmmmmm volvio el señor violador, no sabes lo que me calienta.

Sabiendo que estaba como tetera de caliente, le metí el segundo dedo adentro, ella se quejó del dolor, pero no hizo nada para que lo sacara.

Me levanté del sofa y levanté a la pendeja en brazos, la llevé al dormitorio y la solté sobre la cama, ella sabiendo lo que venía;

Eliana – hace mucho que nadie anda por ahí, así que hacemelo despacio ¿si?

Yo – ya te dije que te voy a romper el culo, acordate que mando yo ¿si? – ese sí fue lo mas burlesco que pude pronunciarlo-

Deje caer saliva en el canal que separa las dos nalgas y sola se fue a lubricar el ojete, con la punta de la pija, le dí unas pinceladas, para mojar bien la zona y sin mediar palabra, le apunté a la puerta y empecé a hacer fuerza, Eliana sabía relajar el culo para disfrutar y que no le doliera. Se la metí hasta el fondo, y la dejé quieta unos segundos y la pendeja gemía muy bajito; la empecé a sacar, y a meter siempre bien profundo, la pendeja metió una de las manos por debajo de su cuerpo y empezó a pajearse, a los pocos minutos, ya no tenía ninguna consideración, se la estaba metiendo con todo, sus rodillas se llegaban a levantar de la cama.

La pendeja no pudo más entre la paja que se estaba haciendo y mi pija clavada en el culo, tuvo un orgasmo que me mojó las bolas, yo estaba al borde del abismo, pero el culo apretándome la pija intermitentemente, me hizo acabar, dejándole toda la carga de mis bolas en las entrañas.

No me moví de arriba de la pendeja, hasta que mi pija se salió sola, Eliana se levantó y presurosa se fue al baño, al rato me levanté para limpiarme y me la encontré sentada en el bidet.

Eliana – no sabes lo que me arde, me lastimaste bruto – ese bruto, me lo dijo con una sonrisa, así que no le dí importancia.

Yo – me gusta cumplir mi palabra, te dije que no te ibas a poder sentar, y te lo cumpli.

Eliana se lavó, me puteo cuando se dio cuenta de que le había roto la tanguita que llevaba, y se fue para su casa.

Los problemas con las hermanas estaba como cuando llegamos de roma, estancados…

Continuará….

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