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Un verano caliente. Capítulo 16

Un verano caliente. Capítulo 16

Esta es la historia de Julián, un chico de 23 años que después de pasar el mejor verano de su vida nos cuenta las historias que vivió y nos mantiene calientes en este invierno frío. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…


Capítulo 16: El desafío (Parte 2)
Celeste y yo nos miramos y los dos pensamos lo mismo: “No solo tenemos que hacerlo, sino que tenemos que hacerlo mejor que ellos”. Y después de todo Daniel y Oriana acababan de coger en frente nuestro y nos habían dejado muy sorprendidos. Él, que solía ser tranquilo y el más calladito de la relación, era todo un dominador y un rey en la cama. Y ella que hablaba todo el tiempo y que parecía una chica inocente, se dejaba coger con ganas mientras gritaba y gemía al ritmo del sexo y al final se tragaba la leche como una nenita obediente. ¿Qué había pasado?

Un breve resumen de cómo empezó la noche para los que no se acuerdan. El sábado 9 de Enero nos juntamos en casa con los chicos de la facultad: Celeste, Guillermina, Martín y la pareja Oriana y Daniel. Entre chistes y alcohol empezamos a hablar de sexo y Ori nos empezó a confesar cosas de su relación que cada vez nos dejaban con la boca más abierta que antes. Pero cuando Cele le dijo que parar porque estaba empezando a excitarse ella le dijo que también y tras un chiste de Daniel de que se podían ir para tener sexo, su novia le dijo que ella no tenía problema en tener sexo frente a todos. Así Celeste la desafió a que no se animaba y Oriana dijo que lo iba a hacer si después nosotros dos teníamos sexo a lo que yo, tras unas palabras muy cortas de mi amiga, accedí.
Y así empezaron los novios a hacerlo delante de notros. Besos, mamadas, petes, penetraciones, gritos, gemidos y para terminar un bukkake increíble. “Ahora te toca a vos” le dijo Oriana a Celeste mientras se limpiaba de la cara el semen que le había quedado. Y sí, nos tocaba a nosotros dos, después de todo habíamos accedido a hacerlo si ellos lo hacían primero. Pero los nervios nos empezaron a consumir.
Solo habíamos estado dos veces con Cele, por lo que no nos conocíamos del todo sexualmente. Yo sabía que ella no tenía problema en chuparla y que le gustaba mucho que se la chupen, “¿Me tocás un poquito?” decía. Le gustaba mucho cabalgar, era la dominante del sexo, pero no tenía problemas en ponerse abajo o en cuatro. Pero… ¿Qué podíamos hacer para destacarnos? Aparte, las dos veces que lo hicimos fue con forro, por lo que nunca le acabé a ella.
- Aguantá.- Le dijo dándose vuelta y mirando al centro de la mesa.- Tenemos toda la noche.
- No chiquita.- Le dijo Oriana acercándose.- Ustedes prometieron que lo iban a hacer y tienen que hacerlo.
Así que decidí tomar riendas en el asunto. Me puse de pie, hice un fondo blanco de casi medio vaso de fernet y me saqué la remera. Me paré en el medio del living a unos metros de los sillones y le hice una seña a Celeste con la mano para que venga. Ella se levantó y empezó a caminar. Una vez que estuvo en frente mío la besé y la besé con ganas. Enseguida estábamos enredados en un abrazo caliente con besos y caricias que solo podían significar una cosa, vamos a tener sexo. Le puse el cuello y ella me lo empezó a besar y cuando lo hizo quedé a pocos centímetros de su oreja.
- Bailame.- Le dije casi en un susurro para que los otros no escucharan.- Bailame como lo hiciste la otra vez que estuvimos y prometo tocarte todo el tiempo que quieras.
Ella me miró y me sonrió, sabía que había aceptado. Como ya lo había hecho me empujó contra el sillón para que yo quedara sentado. Fue al equipo de música que estaba prendido pero bien bajito el volumen y puso una radio que en ese momento estaban pasando una cumbia que justo terminaba. Pero ella es más bien del estilo Rock and Roll, así que rápido buscó entre los CDs de mis viejos y manoteó uno de Lenny Kravitz y después de buscar su pista, empezó a sonar “American Woman”.
Cele sabía moverse muy bien, no solo en ese momento en general era muy buena bailando. Por lo que esos 4 minutos iban a ser puso oro. Al principio se paseó por todo el living moviendo las piernas y la cadera. Cuando empezó la parte cantada de a poquito se fue acercando a la mesa donde estaban los chicos. A Guille le puso el culo en la cara y ella le devolvió un chirlo. A Martín se le sentó y le pasó todo el pelo por la cara, pero él no se animó a tocar. A Dani, que todavía seguí desnudo, le tocó la espalda con un dedo y después le dio un beso en el cachete. A Oriana, que tan solo se había puesto su bombacha, se le sentó encima de frente y le comió la boca con ganas. Cuando se levantó se sacó la remera y reveló un corpiño azul eléctrico de encaje que le quedaba divino. La remera la revoleó por los aires.
De a poquito se fue acercando a mi y una vez que estuvo bien en frente mío me dio la espalda y agachó la parte de arriba del cuerpo para dejarme el culo en primera plana y me miró directo entre sus piernas abiertas. Yo le sonreí. Despacito se paró y cuando lo hizo giró la cabeza para volver a pararme y al mismo tiempo que Lenny decía “Uh!” ella se pegó un buen chirlo en el culo que resonó en toda la habitación. Despacito se fue desabrochando el corpiño y una vez que se lo sacó me lo tiró a la cara.
Se dio vuelta y empezó a caminar directo hacia mi y cuando lo hizo levantó una pierna y la apoyó en mi muslo. Casi como leyendo sus pensamientos yo le desabroché el short que tenia puesto y le bajé el cierre. Una vez que lo hice ella volvió a alejarse al rito me la canción y dándonos la espalda hacia todos se lo fue bajando para volver a mostrarnos su hermosa cola en primer plano y revelarnos una increíble cola less negra que podía matar a cualquiera.
Cuando se volvió a dar vuelta le tiró el short a Guillermina que no paraba de reírse completamente sorprendida de lo que estaba haciendo su amiga. Volvió despacito hacia mi y segundos antes de que la canción terminara, se sentó de espaldas sobre mis piernas y se tiró para atrás justo para que yo le diera un buen beso cuando sonaron los últimos acordes. El baile había terminado, era hora de coger.
La música siguió sonando, pero Dani le bajó el volumen para que no nos molestara. Una vez que Celeste había terminado con su danza, la senté en el sillón y me arrodillé en frente de ella, tal como mi amigo lo había hecho hacía unos minutos. Le saqué la cola less y la tiré para atrás. Ella me sonrió y me guiñó un ojo dándome a entender que podía hacer lo que quería, así que le metí un dedo adentro de la conchita y se la empecé a chupar.
Ella era bastante ruidosa y le gustaba demostrar su placer, y esa noche no fue la excepción. Habíamos logrado lo que queríamos, que Dani y Ori quedaran en segundo plano, pero no podíamos dejar que nos ganaran en el sexo. Así que estuve un buen rato chupando y jugando con su conchita. Le metía la lengua, le tocaba el clítoris e introducía uno o dos dedos bien rápido para cogérmela con mi mano. Celeste, que tuvo los ojos cerrados todo el tiempo, se revolvía el pelo, se acariciaba los pezones y se mordía los labios del placer. Una vez que ya no daba más me paré.
Ella se sentó contra el borde del sillón y me sacó la bermuda y el bóxer de un tirón. “¡Ah bueno!” dijo uno de los chicos al ver que mi verga, completamente parada, salía disparando a las manos de Cele. Ella la agarró y después de unos segundos de paja se dedicó a chuparla. No se si era la excitación del momento o el hecho de que tenía que mejorar a Oriana, pero esa fue la noche que mejor me la chupó. La escupió un par de veces y se la metía y se la sacaba de la boca mientras me pajeaba a toda máquina. Le pasaba la lengua desde la base hasta la cabeza como si fuese un helado y le daba chupones a la punta que me volvían loco. Nos estábamos superando a nosotros mismos.
Cuando no di más le dije que se sentara en el sillón y ella lo hizo. Me abrió las piernas y una vez que me agaché para quedar a su altura le metí la pija hasta el fondo, esta vez sin forro. Ella me abrazó y tiró su cabeza hacia atrás y volvió a gemir al ritmo de las penetraciones. Yo la abracé de la parte baja de la espalda y me dediqué a cogérmela con ganas. Miré a los chicos que nos observaban con atención. Martín se había preparado otro fernet y miraba como si fuese una película. Guillermina estaba sentada casi en la punta de la silla y parecía que iba a caerse. Oriana y Daniel, sentados uno al lado del otro, se acariciaban y se tocaban sus partes. Había que darles un show mejor todavía.
- Abrazame fuerte.- Le susurré otra vez al oído.
Cuando lo hizo, bajé mis manos hacia su culo y la levanté con fuerza. Ella me abrazó con sus piernas y sin dejar que la pija saliera de su concha, la fui llevando hasta la otra pared. Una vez que la apoyé ella no pudo evitar un sonrisa de oreja a orea y no se me ocurrió otra cosa más que hacer que besarla. Pero besarla no de calentura, sino con ganas, esa sonrisa me volvía loco, me motivaba, me alegraba la noche. Ella me devolvió el beso apoyando su mano sobre mi nuca y metiéndome la lengua hasta el fondo. Yo que seguía teniendo mis manos en su culo hice un poco de fuerza y la empecé a mover de arriba hacia abajo.
- ¡Ay Dios!- Gritó ella cuando los mivimientos ya eran constantes y mi pija entraba y salía casi por completo de su concha.- ¡Sí! ¡Por favor seguí así!- Agregó después de un rato.
Había encontrado una pose espectacular para volver locas a las mujeres, donde la fuerza y la destreza la hacía yo y todo el placer lo recibía ella. Celeste me lo agradeció con otro beso, esta vez un beso bien de calentura. Los chicos hablaban entre ellos, pero yo no podía darme vuelta y mirarlos, solo tenía ojos para ella, que en ese momento volvía a morderse el labio con los ojos cerrados.
Cuando no pude seguir más fui un poco de espaldas hasta poder sentarme en el sillón, todo esto sin sacarle la pija ni un segundo. Ahora le tocaba a ella darme placer y sabía muy bien cómo hacerlo. Puso sus manos sobre mis hombros y empezó a bailar hacia adelante y hacia atrás sobre mi cintura. Yo apoyé mis manos sobre su cola y le di unas palmaditas para motivarla. Cele se volvió toda una loba que se movía para todos lados. Di vuelta la cara para ver a los chicos. Daniel sonreía con cara de admiración y cuando lo miré fijo levantó las manos y empezó a aplaudir. No pude contener un sonrisa.
- Avisame cuando estés por acabar.- Me dijo Celeste al oído izquierdo para que los chicos no vieran.
Supuse que iba a dejar que le acabara en la boca, como lo había hecho Oriana con su novio y eso me volvió aun más loco, la agarré bien fuerte del culo y la ayude a que se moviera más rápido, pero no hiso falta. Celeste tomó una velocidad increíble y pude sentir como la leche empezaba a subir.
Tras un grito que sonó entre “Ahora” y “Dale” (Dahora) ella se levantó y se arrodilló adelante mío, pero en vez de ponerme la cara me puso el pecho. No tardé en acabar una buena cantidad de leche sobre sus tetitas que a medida que salía ella se iba desparramando por todo el cuerpo. Miré a los chicos que se reían y emitían comentarios sobre lo ocurrido. Pude ver en la cara de Oriana la satisfacción de habernos hecho coger delante de todos. Habíamos pasado el desafío.
Después de que Celeste saliera de una ducha la noche de a poquito fue cayendo y tras unos vasos de fernet los chicos se fueron. Cuando ella salió por la puerta le di un beso, pero no un beso de calentura, sino un beso con sentimientos, un beso que transmitía más que deseo sexual. Un beso de amor.


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3 comentarios - Un verano caliente. Capítulo 16

leanlean123 +1
excelente, como todos los relatos
HistoriasDe
Muchas gracias!!
CupidoSex +1
Bn post amigo, pasate por los mios 😃
HistoriasDe
Muchas gracias! Vemos de pasarnos
Masturbadaro +1
Excelente como todos, cuando el próximo?
HistoriasDe
Ya lo subimos ayer! Vemos hoy de subir el próximo.
http://www.poringa.net/posts/relatos/2884749/Un-verano-caliente-Capitulo-17.html