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Sofía

Desde hacía 3 años que estaba casado y desde hacía 6 meses que era padre, tenía un muy buen trabajo y Verónica, mi mujer, era más que hermosa. Sin embargo mi vida sexual no era buena, desde que ella se enteró que no tuvimos más sexo incluso hasta después de dar a luz

Más de un año sin sexo!!! Si no tenia sexo con Verónica entonces con alguien más iba a ser. Ahí apareció Sofía

Sofía era mi secretaria, mujer de 31 años, alta, de excelentes piernas. Tenía pelo corto y siempre en portaba seriedad en su cara. Mujer de excelentes piernas y muy provocativa.Nos conocíamos desde hacía muchos años y nos teníamos mucha confianza y note que desde que supo que era padre la note más provocativa conmigo
Sofía
“¿Le gusto? ¿Quiere algo más? Le hablo y veo que pasa” me decía a mí mismo, con una mezcla de ganas de tener con ella algo más junto con una sensación de culpa por hacer esto estando casado. Verónica ya la conocía, y no estaba muy contenta con ella porque la verdad le daba muchos celos pero el deseo me podía más y empecé a hablarle subiendo un poco más el tono de nuestras charlas y sacando temas más íntimos

-A ver…..cuál es tu fantasía?

-Sabes que fantasía tengo? Ser la amante de un hombre casado. Que me tenga más ganas a mí que a su mujer. Me excita saber que un hombre se acuesta con otra pensando en mi.

-Apa!! Así que te gusta ser la segunda?

-Para nada! Yo no soy la segunda de nadie. Yo hago que la esposa quede en segundo plano jaja y tu fantasía cuál es?

- La mía era tener sexo con mi secretaría pero nunca me diste bola:p jaja

-Lo sabía….si te la pasas mirándome! Jaja Mira vos que curioso…tu fantasía es hacerlo con la secretaría y la mía con un hombre casado. Yo tengo lo que vos necesitas, vos tenes lo que yo necesito, podríamos sacarnos las ganas….jaja

-No sería mala idea…

La idea de tener una amante me encantaba, me ponía a mil, más después de tanto tiempo en donde Verónica y yo dejamos de ser esa pareja apasionada en la cama para simplemente ser “compañeros”.

La charla quedo ahí pero el tono no bajo, cada día a la mañana me mandaba mensajes, audios o videos cada vez más calientes. Fotos de ella en la cama, en la ducha, cambiándose la ropa. Nunca se desnudaba pero eso provocaba más que si lo estuviera haciendo. A la noche también mandaba sus “mensajes de buena noche”. Por desgracia tenía que borrar a cada instante sus mensajes para que no descubrieran lo que pasaba. Todo estaba yendo muy lejos y había que terminar con esto…

-Mire Jefecito, este viernes lo invito a comerm…DIGO!! A comer a mi casa, no me vaya a dejar con las ganas 😉

Lo pensé tanto que acepte. Le dije a Vero que Lucas me había invitado a jugar al futbol y comer un asado. No le pareció raro, más que nada, fue muy normal. Así que tenía la excusa perfecta. Ese mismo viernes, a la salida del trabajo, nos dirigimos a su casa, era linda, grande, demasiado para una mujer sola.

-Ponete cómodo! Estás en tu casa- Dijo y se metió a su habitación a cambiarse de ropa

Cuando salió era una mujer aún más bella. Había cambiado su camisa por una musculosa la cual dejaba en claro que debajo de ella no había nada y su pantalón de vestir por una calza negra que resaltaba un más sus piernas

La ayude en la cocina, a lavar y ordenar todo. A cada rato aprovechaba para apoyarse sobre mí e insinuarse pero no iba más allá de eso. Finalmente nos fuimos al sillón a ponernos cómodos
Se sentó encima de mí mirándome fijamente, pegando bien su cuerpo al mío

-Sos tan dulce, te hago de todo para que me mires y te portas como un caballero. No te gusto?
Sus labios se acercaron lentamente a los míos y empezó a besarme, eran deliciosos!!! No pude resistirme y empecé a besarla yo también. Nuestras lenguas se entrelazaban mientras lentamente empezaba a levantarle la musculosa y dejarla sin ella

-Te estas poniendo más pícaro!! Así te quiero conmigo!

Sus pechos eran perfecto, ni grandes ni pequeños. Los tomaba con fuerza, los apretaba, los acariciaba, con mis menos recorría suavemente sus pezones. Hacía tanto que no hacía algo así que lo disfrutaba como si fuera la primera vez. De a poco me acerque a ellos para empezar a darle besos, mordidas y chupadas a sus pezones
Ella tampoco se quedó atrás y sus manos empezaron a bajar por mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna, sus manos no paraban de manosearme el pene hasta ponerlo duro
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-Que durita esta! La Vero me la va a tener que prestar- Decía a la vez metía su mano debajo de mi ropa y me sacar el pene

-Hace mucho que no la pasas bien pero acá estoy yo para darte lo que necesitas!

De pronto se alejó un poco de mí y se paró delante mío dándome la espalda. Empezó a bajarle lentamente sus calzas para luego seguir con su ropa interior
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-Qué cuerpazo que tenes mi amor!!! Estas mejor que la otra
Eso la ponía contenta, amaba compararse y sentirse más que Verónica y yo estaba dispuesto a hacer que se sintiera aún más superior

-Sacate toda la ropa y vamos a la cama!
No tarde nada en quedarme completamente desnudo al igual que ella. Se metió en la pieza y se sentó en la punta de la cama abriendo bien sus piernas y provocándome para que me acercara a ella.

-Te la voy a chupar enterita como más te gusta!!
Me acerque y la tome del pelo poniéndole mi verga al alcance de su lengua, la cual estiraba para lamer toda su punta. Cada vez que quería tener más la alejaba y la hacía desear.

-Te estas muriendo para que te chupe la pija, no me hagas rogar!!- siempre usando un tono de voz más que excitante

Finalmente se la acerque y la tomo con sus manos, la acariciaba suavemente mientras le daba chupones a mis testículos. Su cara de placer era increíble, lo disfrutaba y se asegura de que yo supiera que lo pasaba bien. De a poco empezó a llenarla de saliva, ponía la punta de mi verga en sus labios y le daba pequeñas escupidas para lubricarla y hasta que se la metió por completo en la boca y empezó a hacerse sexo oral sin necesidad de usar sus manos.

-Hace mucho que no te chupaban la pija mi amor? Te gusta?

-Me encanta! La chupas mejor que cualquier otra!

Sentía como mi pene entraba lo más profundo posible y escuchar cómo se ahogaba con mi miembro me ponía más excitado aun. De su boca salían hilos de saliva que caían entre sus pechos. Lentamente fue bajando una de sus manos y empezó a masturbarse muy suavemente.
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De pronto me pidió que parara –Quiero hacer el 69- me dijo al tiempo que me pedía que me acostara boca arriba.

Obedecí y se puso encima de mí abriendo bien sus piernas para que pasara mi lengua por toda su conchita. Ya la tenía bien húmeda y estaba deliciosa. Mi lengua no paraba de recorrer su rajita de punta a punta mientras sentía como sus manos me masturbaban lentamente mientras su lengua lamia todo mi glande.

Luego de un rato, se levantó y se puso en 4 sobre la cama, mirándome con sus ojos llenos de lujuria. Me pare y se puse en la punta de la cama donde la toma de la cintura y empecé a darle mordidas en sus nalgas.

-Rómpeme el orto! Dale! Esa conchudita de tu mujer no da lo que te doy yo!
Tome mi verga y la apoye en su ano para empezar a meterlo muy lentamente. Metía la cabeza y volvía a sacarla para ver como aquel culito se acostumbraba a mí, moría por sacarme las ganas de darle duro pero quería aprovechar el momento y hacerla desearme tanto como yo la deseaba a ella

-Dale mi amor! Sacate las ganas que tenes!

-Pedimelo más! Suplícame que te coga-

-Dale mi amor! No seas malo, necesito que me rompas el culito, por favor!- Decía entre gemidos provocados por su manos que no dejaba de masturbarla

No quise esperar más y de una buena vez por toda metí mi verga por completo en si interior para luego empezar a darle embestidas. Sentir como mi miembro recorría cada milímetro de su estrecho interior me generaba miles de sensaciones que me enloquecían aún más.
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Empecé a ir más rápido a la vez que empecé a darle fuertes nalgadas a ese culito hermoso. En ese momento ya no sentía más culpa ni miedo de lo que pensara Vero, podría entrar a la habitación y verme ahí mismo cogiendo con otra que no me interesaría, solo quería disfrutar como hacía tiempo no lo hacía.

Nuestros gemidos aumentaban y podía ver como mi miembro entraba y salía de su ano cada vez más rojo. No quería detenerme hasta sentir que ya no podía más. Mientras tanto Sofía estaba perdida en su mundo de placer, disfrutaba de mi dándole por el ano a la vez que se masturbaba cada vez más rápido

-Como se nota que hace mucho no te dan lo que mereces, la debes tener llena de leche para mí!!

Sentir nuestros cuerpos chocando, el calor en la habitación, todo hacía que fuera un gran momento. Mis manos no paraban de golpearla y sus nalgas se ponían cada vez más rojas, quería nunca terminar pero sabía que no podría aguantar más tiempo

Por fin después de mucho tiempo iba a hacer lo que me gustaba! Empecé a ir más rápido para no atrasar más aquel gran momento. Sus gemidos se transformaron en gritos a la vez que su mano le daba placer a más no poder

La sensación de que pronto acabaría empezó a llegar y con fuerte gemido sentí como mi semen salía con fuerza de mi verga. A su vez Sofía soltó un fuerte grito de placer y soltando un fuerte orgasmo, tan fuerte como nunca había visto acabar a una mujer

Mi cuerpo no dejaba de moverse y seguía penetrándola soltando cada gota de semen de mi interior. Era el gran orgasmo después de tanto tiempo.

Mis nalgadas se transformaron en caricias que iban desde su cintura hasta sus hombros hasta que saque por completo mi verga de su interior dejando su ano bien abierto y lleno de mi semen salía escasamente de ella.

Sofí estaba agotada y dejo caer su cuerpo en la cama mientras yo me acosté a sus espaldas para luego abrazarla y quedarnos de cucharita

-te gusto mi amor?- Me decía al tiempo que me tomaba de las manos y me hacía apoyarla en su vientre-

-muchisimo! me hiciste gozar como hace mucho que no lo hacía.

-conmigo la pasas mejor que Vero?- La había pasado tan bien que Vero simplemente parecía ser un recuerdo lejano el cual volvió a mi después de escuchar su nombre.
-Mucho mejor! vos si sabes lo que me gusta-

Empecé a besarla en su cuello mientras le decía lo mucho mejor que era en la cama. Sentirse la mejor a pesar de ser la segunda la llenaba de placer, le excitaba el hecho de que yo estuviera con alguien más tanto siempre besaba mis manos, en especial el anillo de casados.
Sofía
Nos quedamos en la cama y nos dormimos, cuando nos despertamos eran las 7 de la tarde, el cielo estaba negro y por la ventaba corría el agua de la fuerte lluvia que había afuera. Aquel delicado cuerpo desnudo me incitaba a más. Iba a llegar mucho más tarde de lo pensado a casa….

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