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Un verano caliente. Capítulo 13

Un verano caliente. Capítulo 13

Esta es la historia de Julián, un chico de 23 años que después de pasar el mejor verano de su vida nos cuenta las historias que vivió y nos mantiene calientes en este invierno frío. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…


Capítulo 13: Noche borrosa
Las siguientes dos historias son bastante bizarras y van casi de la mano, pero las voy a contar por separado y espero poder dar la mayor cantidad de detalles posibles, ¿por qué? Porque en ambas estaba muy en pedo.
Como iba contando el Martes 5 de Enero Noelia se despertó mucho más tarde que yo, fue a desayunar conmigo y después de unos besos calentones decidió irse a su casa. Apenas lo hizo me llegó un mensaje de Cecilia: “¿Esta noche hacemos algo? Las chicas quieren reunirse y yo tengo ganas de verte.” Obviamente me interesaba mucho la idea y después de preguntarle a Ema, Valen, Santi y Fer si se sumaban, organizamos que las chicas y los chicos vengan a casa y después de una buena noche de tragos y baile se quedaban a dormir. La idea era que mientras todos dormían o aparentaban, los dos nos íbamos a la pieza y teníamos algo de acción. Pero la cosa salió mal.
- ¿Van esta noche a la joda en la casa de Juli?- Le preguntó Valentín a las tetonas en el club a eso de las 4 de la tarde.
- No sabíamos nada.- Contestó Mariana haciéndose la boluda. Noelia me miró con cara de orto.
- Es que lo organizamos todo así de la nada.- Le digo yo para disimular.- Vengan tipo 11 y tráiganse lo que quieran tomar.
Cuando nos fuimos después de organizar quería matar a Valentín. Pero ya estaba hecho e iba a tener que dar una joda en casa. Para disimular más todavía invité a algunos de futbol y a algún que otro grupito de rugby a la fiesta. Le dije a las culonas que la joda se había abierto un poco y pude ver la cara de decepción de Cecilia mientras les contaba. Pero ellas acordaron en invitar algunas amigas.

Así, tipo 9 llegaron los chicos y acomodamos todo para esconder y guardar lo que se podía llegar a romper y preparar la heladera para almacenar hielo y alcohol. La joda se fue poniendo grande y tipo 12 la casa estaba llena de gente. Unas 40 personas, entre chicos de futbol, rugby y chicas de vóley, hockey y hándbol. Busqué a Cecilia un buen rato y la encontré en la cocina hablando con dos chicas.
- Hola.- Le digo.- ¿Cómo va?
- Bien.- Me contesta ella en seco.- Ellas son Marisa y Julieta dos amigas.
- Hola.- Les digo a las chicas. Pero yo quería estar con Cecilia.- ¿Querés que te prepare algo?
- No.- Me vuelve a contestar en seco.- Ya fue “La flaca” a buscar algo de tomar.
- ¿”La flaca”?- Le pregunto sin saber quién era.
- Es una amiga nuestra.- Me contesta Marisa.- Pero seguro se quedó chapando con alguien en el camino.- Agregó riéndose y se fueron las dos a buscarla.
- Ceci,- Empiezo.- no te pongas así. Cuando se vayan todos vamos a quedar solos los dos.
- Habíamos organizado otra cosa.- Me dice enojada.- Andá. Andá de joda con tus amigos.
Y ese comentario me enojó bastante y decidí no darle más bola en toda la noche. Las cosas estaban algo tensas y al haber tanta gente me preocupaba algo en la casa, por lo que decidí relajar las cosas tomándome un fernet. Pero obviamente debía de estar más necesitado de alcohol de lo que me acuerdo, porque cuando me di cuenta ya estaba muy en pedo. Empecé a poner la música más fuerte y a bailar como si nada importara. Vi a Paula yéndose con Federico (el rugbier) a una de las habitaciones y les dije algo como “usen forro por favor” y después cuando encontré a Ema con Tati les pregunté por qué todavía no eran novios. En síntesis, mi nivel de ebriedad era alto.
No recuerdo como arrancó la situación y quien vino primero, pero el orden de los factores no altera el producto. Lo que me acuerdo es que en un momento de la noche tenía a Cecilia y a Noelia en frente mío reprochándome que ambas sabían que me había acostado con la otra en los últimos dos días. Noelia muy enojada me tiró algo y se fue. Cecilia se me largó a llorar en el medio de todos y tratando de consolarla la llevé a la cocina, pero mi estado no ayudaba.
- Estás re mil en pedo.- Me dijo entre llantos.- Sos un pelotudo. La verdad es que me encantas y pensé que eras mejor que eso.
Sin que pudiera decirle nada, vinieron sus dos amigas y se la llevaron. La busqué un rato, pero ya no estaba. Nuevamente mi nerviosismo por una fiesta en casa y mi tristeza me llevaron a tomar más fernet aún y antes de que pudiera pensar estaba bailando en el centro de la ronda una cumbia con una chica muy linda. La chica era alta, bien flaca, rubia de ojos claros y con un culito chiquito, pero lindo. Cada vez bailábamos más cerca. Tan cerca que terminamos chapando en el medio de la ronda y de a poquito nos fuimos trasladando hacia un costado. No estaba en toda mi conciencia, menos cuando le dije:
- ¿Vamos a la pieza?
- Dale.- Me dijo ella.

Al entrar encontré a una parejita besándose en mi casa a punto de hacerlos. Casi de un grito le dije que se fueran y ambos un poco asustados se pararon y se fueron. Ella se empezó a reír, pero apenas cerré la puerta con llave la tiré en la cama (un poco violento) y me puse encima de ella para besarla otra vez.
A pesar de eso, la chica se copó con los besos, era bastante rapidita. Me abrazó con sus manos y apoyó una en la nuca para que no nos despegáramos. La lengua la movíamos para todos lados y enseguida nos empezamos a chupar todo el cuerpo. No recuerdo si fue en ese instante o fue antes, pero la ropa había desaparecido y la calentura era inevitable.
Dado que ella me obligó, me puse un forro, ya que si era por mi seguramente me la cogía sin y después de una paja liviana, me ayudó a ponérmelo y se acostó contra el borde con las piernas abiertas. Su velocidad para coger era increíble. “Que trola que es” pensaba yo. Se la puse casi sin problemas y agarrándola de las piernas me la empecé a garchar. Gritaba y gemía como una perra en celo mal. Me acuerdo que en un par de ocasiones le pedí que no hiciera tanto ruido, pero ella estaba convencida de que tenía que gritar bien fuerte.
En un momento alguno de los dos sugirió un cambio. Creo que fue ella la que me pidió que me acueste en la cama y ella agarrándome la verga se sentó encima de mí. Afuera la música se escuchaba cada vez más fuerte y la chica aprovechaba para moverse al ritmo de la música. Enseguida me di cuenta que no sabía su nombre.
- Disculpame.- Le digo tratando de hacerme el serio.- Pero tengo mi pija en tu concha y no se tu nombre.
- Daniela.- Me contestó ella entre risas y siguió moviéndose para adelante y para atrás.- Pero casi todo el mundo me conoce como “flaca”. ¿Vos?
Enseguida mi cerebro hizo un link. A pesar de la cantidad de alcohol que había ingerido, me di cuenta que me estaba cogiendo a la amiga de Cecilia. No lo podía creer, era demasiada coincidencia y también una cagada tremenda. Ella no podía enterarse quién era yo.
- Matías me llamo yo.- Le digo mintiéndole casi sin problema.
- Hola Mati.- Me contestó riéndose.- Hermosa pija.
Siguió moviéndose sentada en mi verga. Las manos las tenía en la nuca y los ojos cerrados demostrando placer. Daniela era muy buena en lo que hacía. Yo puse mis manos en su cintura y la acompañaba en cada círculo que daba. Cada dos por tres emitía ruidos de placer y decía cosas como “¡Huy sí!” o “’Por Dios!”.
Le pedí que se pusiera en cuatro sobre el borde de la cama. Ella lo hizo y yo me paré atrás de ella y le volví a meter la pija en la concha. Entró sin problemas, la tomé de la cintura una vez más y me la empecé a coger bien fuerte. Ella tuvo que morder las sábanas para no gritar tanto y a pesar de eso se escuchaba sus gemidos y sus “¡Sí!”, “¡Dale!” y “¡Cogeme!”. Eso me volvía cada vez más loco y el alcohol me desinhibía por completo, así que no tuve problemas en pegarle unos buenos chirlos en la cola y en agarrarla del pelo para cabalgarla con más fuerza. A ella parecía encantarla que la dominen.
- Que puta que sos.- Le digo agachándome y quedando a centímetros de su oído. Estaba completamente loco.
- ¡Re puta!- Me contestó ella entre gemidos y suspiros.- ¡Cogeme más fuerte!- Agregó casi gritando.
Eso me puso más excitado de lo que estaba y soltándola del pelo la agarré de fuerte de la cintura con las dos manos y me la empecé a coger lo más heavy que pude. Ella ya no intentaba disimular sus ruidos y gritos de placer que resonaban por toda la habitación.
- ¡Ay Dios!- Decía.- ¡Sí! ¡Sí! ¡Cogeme más fuerte! ¡Así! ¡Más! ¡Más!
Yo me cebé tanto y le empecé a dar tan duro que sentí como se rompía el forro y como mi verga le perforaba la concha. Ella seguía gritando, cada vez más y eso me volvía cada vez más loco.
De repente se tiró contra el colchón acabando de una manera increíble, largando unos cuantos chorros por la conchita. Yo le saqué la verga de la concha y con tan solo pajearme unos segundos empecé a acabar encima de su culo. Ella protestó porque pensó que tenía el forro puesto, pero a mí no me importaba y a pesar de eso no se movió. Una buena cantidad de leche fue a parar a sus nalguitas y caía por sus muslos. Cuando terminé le pegué un buen chirlo en cada cachete.
- ¡Muy puta sos!- Le digo alejándome para ver la imagen que hacía dejado.
Estaba todavía en cuatro, terminando de disfrutar su orgasmo. La cabeza la tenía apoyada en la cama. Su culo, en primer plano, completamente lleno de mi semen que le caía por las piernas y por la conchita. Suspiraba bien fuerte y se acariciaba la nuca.
- ¡Soy lo más puta que hay, Mati!- Me dijo cuando se levantó para cambiarse.
Sin que me dijera nada, me acosté en la cama. Ella salió y me preguntó si iba a salir, le dije que no así que ella se fue. La fiesta afuera seguía, pero yo no daba más, el alcohol y la satisfacción después del sexo no me dejaban seguir. La música afuera se escuchaba cada vez más lejos. Cerré los ojos y dejé que la noche terminara sin mi.


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2 comentarios - Un verano caliente. Capítulo 13

4trujillo52 +1
ja alta joda por tus pagos!!
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Jaja siempre hay que hacer buenas fiestas!
mono_canaya +1
Es un bajón cuando se te junta el ganado!! No sabes para donde disparar!! Jajaja excelente relato
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Gracias por pasar!