Me llamo Ana, tengo 32 años y os voy a contar la historia de mi último cumpleaños, hace escasamente cuatro días. Llevo casada doce años con un hombre genial, que además de ser muy atractivo es muy atento. Desde el principio mi marido y yo sexualmente somos muy activos. Yo soy una mujer de muy buen ver, según me dicen. Mido 1,63 soy morena con el pelo muy largo liso, ojos rasgados verdes que llaman mucho la atención. Mis medidas son de 110-58-92. Mi marido dice que perfecta. A él le gusta los pechos grandes. Bueno a lo que voy. Después de mucho tiempo en fantasear con mi marido sobre gustos y fantasías en el último cumpleaños mi marido me iba a sorprender de manera increíble.
Me había puesto un vestido de seda de lujo, que a mi marido le vuelve loco para la cena de mi cumpleaños. Mientras cenábamos mi marido parecía inquieto, hasta que a media cena me dijo que el regalo me lo daría después de la cena. No le di importancia alguna. Al terminar y brindar con champagne bailamos en medio del salón. A los pocos minutos mi marido me dijo que era el momento de darme el regalo, me llevó a la habitación y allí me ato los ojos con un pañuelo negro. Me dejé llevar segura de que se trataba de algún juego erótico, como muchos de los que solíamos hacer. Noté como me desnudaba, dejándome tan solo con mis medias, mis ligas y los zapatos de tacón de aguja como prenda. Me ató al cabecero de la cama por las muñecas y comencé a sentirme terriblemente excitada. A los pocos minutos note el roce de sus manos en mis piernas, me estremecí por momentos, pero al instante noté como otra de sus manos acariciaban mis cabellos, me quedé algo turbada, no era posible que llegase a los dos sitios, pensé entonces en que a lo mejor había otro hombre, o quizás otra mujer que era su fantasía favorita. Por raro que parezca me gustó seguir con mi inocente forma, me dejé llevar e imaginé que se trataba de un hombre por sus manos. Después me besaron la boca con pasión, entonces es cuando me dí cuenta que había alguien más. El beso era de mi marido, pero en mis piernas había alguien lamiendo con delicadeza mi piel. Suspiré al mismo momento que mi marido se acercaba a mi oído y me susurraba "hoy voy a hacer realidad tu fantasía, déjate llevar mi vida, disfruta, yo estaré aquí contigo"
Aquellas palabras lejos de molestarme me hizo un estremecimiento desde la nuca hasta la misma entrada de mi vagina, hundiendo el estómago. Ante mi sorpresa descubrí otras manos, y después otras más, todas me acariciaban sin dejar un rincón de mi piel sin tocar. Jadeaba y me contoneaba de gusto, no podía evitarlo, me sentía como una esclava utilizada y me excitaba aún más si cabe el solo pensarlo. Al cabo de unos diez minutos mi marido apartó el pañuelo de mis ojos y entonces ante mí aparecieron hasta cinco hombres contando a mi marido, totalmente desnudos enfrente de mi. Todos eran guapisimos, con cuerpos espectaculares y super dotados, tenían las pollas mas grandes que había visto jamás. Mi marido no estaba mal equipado pero aquello era como lo de las peliculas porno. todos me follaron, me derritieron de placer follandome sin parar por todos los sitios, me senti una puta zorra en celo, pero mis gritos y sollozos lo unico que conseguia era avivar un fuego imparable ya. Mi marido fue muy activo en la fiesta y se le veia totalmente entusiasmado con la situacion. No se las veces que llegue a correrme, pero se que acabe como loca bañada en semen y con mi culo y mi coño ardiendo
Dias despues mi marido y yo en la cama vimos por video lo sucedido, nos excitamos tanto que follamos a lo loco de nuevo. Desde ese dia los cuatro que han pasado no soy capaz de quitarme de la mente la imagen de aquellas pollas enormes en mi boca o esos cuerpos azotandome y follandome sin compasion alguna. Quiero repetir, y mi marido me a confirmado que lo volveremos a hacer este fin de semana, pero en esta ocasion con siete chicos elegidos por mi. Todos son de una agencia de escorts que en estos casos hacen un precio especial. Estoy deseando que llegue el dia.
Me había puesto un vestido de seda de lujo, que a mi marido le vuelve loco para la cena de mi cumpleaños. Mientras cenábamos mi marido parecía inquieto, hasta que a media cena me dijo que el regalo me lo daría después de la cena. No le di importancia alguna. Al terminar y brindar con champagne bailamos en medio del salón. A los pocos minutos mi marido me dijo que era el momento de darme el regalo, me llevó a la habitación y allí me ato los ojos con un pañuelo negro. Me dejé llevar segura de que se trataba de algún juego erótico, como muchos de los que solíamos hacer. Noté como me desnudaba, dejándome tan solo con mis medias, mis ligas y los zapatos de tacón de aguja como prenda. Me ató al cabecero de la cama por las muñecas y comencé a sentirme terriblemente excitada. A los pocos minutos note el roce de sus manos en mis piernas, me estremecí por momentos, pero al instante noté como otra de sus manos acariciaban mis cabellos, me quedé algo turbada, no era posible que llegase a los dos sitios, pensé entonces en que a lo mejor había otro hombre, o quizás otra mujer que era su fantasía favorita. Por raro que parezca me gustó seguir con mi inocente forma, me dejé llevar e imaginé que se trataba de un hombre por sus manos. Después me besaron la boca con pasión, entonces es cuando me dí cuenta que había alguien más. El beso era de mi marido, pero en mis piernas había alguien lamiendo con delicadeza mi piel. Suspiré al mismo momento que mi marido se acercaba a mi oído y me susurraba "hoy voy a hacer realidad tu fantasía, déjate llevar mi vida, disfruta, yo estaré aquí contigo"
Aquellas palabras lejos de molestarme me hizo un estremecimiento desde la nuca hasta la misma entrada de mi vagina, hundiendo el estómago. Ante mi sorpresa descubrí otras manos, y después otras más, todas me acariciaban sin dejar un rincón de mi piel sin tocar. Jadeaba y me contoneaba de gusto, no podía evitarlo, me sentía como una esclava utilizada y me excitaba aún más si cabe el solo pensarlo. Al cabo de unos diez minutos mi marido apartó el pañuelo de mis ojos y entonces ante mí aparecieron hasta cinco hombres contando a mi marido, totalmente desnudos enfrente de mi. Todos eran guapisimos, con cuerpos espectaculares y super dotados, tenían las pollas mas grandes que había visto jamás. Mi marido no estaba mal equipado pero aquello era como lo de las peliculas porno. todos me follaron, me derritieron de placer follandome sin parar por todos los sitios, me senti una puta zorra en celo, pero mis gritos y sollozos lo unico que conseguia era avivar un fuego imparable ya. Mi marido fue muy activo en la fiesta y se le veia totalmente entusiasmado con la situacion. No se las veces que llegue a correrme, pero se que acabe como loca bañada en semen y con mi culo y mi coño ardiendo
Dias despues mi marido y yo en la cama vimos por video lo sucedido, nos excitamos tanto que follamos a lo loco de nuevo. Desde ese dia los cuatro que han pasado no soy capaz de quitarme de la mente la imagen de aquellas pollas enormes en mi boca o esos cuerpos azotandome y follandome sin compasion alguna. Quiero repetir, y mi marido me a confirmado que lo volveremos a hacer este fin de semana, pero en esta ocasion con siete chicos elegidos por mi. Todos son de una agencia de escorts que en estos casos hacen un precio especial. Estoy deseando que llegue el dia.
2 comentarios - mi regalo de cumpleaños