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Compendio II
😅
Les diré que este Día del Padre ha empezado… diferente, a como me lo esperaba.
De partida, él tenía razón y tanto Liz y yo pescamos su resfriado, aunque él está mucho más saludable.
Pero lo que lo hizo distinto fue que ayer quise guardar cama, como era sábado y tenía flojera para levantarme.
😆
Me mimaron súper bien, trayéndome comida y él se quedó conmigo todo el día, viendo anime y jugueteando con las pequeñas.
Pero a la noche, como no quería que se aburrieran, le sugerí a mi marido que invitara a Liz a una cita, para que por fin se tomara un sábado libre.
A Liz le presté un vestido que me queda un poquito apretado, pero que a ella le queda estupendo y le pedí a mi marido que la llevara a comer y a bailar…
😏
La sorpresa me llegó como a las 11 de la noche, cuando mi marido me llama desde el mismo hotel que me llevó a mí la otra vez que salimos en una cita, porque Liz estaba deprimida y quería ver si se reanimaba con un baño de sales naturales.
XD
Por supuesto que yo no tuve problemas con eso y mientras él estaba allí, me dedeé hasta que me dormí del cansancio, pensando en todas las cositas que le estaría haciendo mi marido a Liz en la habitación.
Pero lo raro fue que no volvió por la noche.
😕
O sea, él me llamó como a las 7 de la mañana, pidiéndome disculpas por no haber regresado, pero que dormirían un poquito más, pedirían el desayuno, se ducharían y volverían para acá.
😳
¡No me siento celosa! ¡De verdad que no, porque cuando se marcharon, Liz puso una carita de alegría tan bonita, como cuando yo salía con mi pololo y eso me tiene muy alegre!
Pero me siento… como curiosa… porque quiero saber qué cosas le habrá hecho mi marido por allá.
Y bueno, Liz ha sido excelente conmigo, con las peques y con mi marido, por lo que igual no me parece tan malo que se lo quede una noche.
Lo único que me deja plop es que él no esté aquí y que otra vez tenga esa sensación de extrañarlo tanto.
🤷
Pero bueno, me sentía como en un remolino esa noche: le masajeaba su cosita ardiente y pegajosa y él me besuqueaba y me agarraba de lo lindo, por todas partes.
“Ruiseñor, no aguanto más. ¿Me dejas meterlo?” me preguntó, cuando ya me tenía lela.
😲 😫
Yo también estaba ardiendo por él y lógico que le di todas las facilidades.
😩 😂 😫 😭
¡Se siente tan recontra rico, porque me abre un montón y va entrando como despacito y a la fuerza!
Y cuando él se coloca arriba y la va empujando despacito, me da por abrazarle bien, pero bien fuerte, porque quiero sentirme rellenita por él.
“¡Oy, Marisol! ¡Simplemente… me encantas!”
😍 😂
Y ¡Paff!, que me da uno de esos besos recontra ricos, ardientes y libidinosos.
De esos, que te come la lengüita entera y te invade la boca con su lengua alocada, que está rellena de esa saliva espesa y pegajosa, con muchísimo deseo.
Y sus manitas, que toquetean todo y sus besitos maravillosos en el cuello y con cada metida, sentía que se hacía más y más grande dentro de mí.
Y así, respirábamos los 2 más y más fuerte y podía sentir que gemía bien despacito de pura felicidad y me sentía como si flotara en una nube, con lucecitas de colores por todos lados.
😲 😲 😲
¡Y de repente, me llega a la matriz y como que no puedo respirar y el tiempo se detiene!
Y machaca y machaca, sin parar, sin parar, más y más…
😩 😲 😩 😲
¡Veo estrellas fugaces caer por montones!
Y siento sus manos firmes, sobre mi cintura…
“¡Marisol!... ¿Cómo puedes… estar… tan apretada?” alcanzó escuchar su voz, haciendo tanta fuerza.
Y entonces, como que algo caliente nace dentro de mí y me baña tan rico por dentro…
😫 😫 😫
Como que me deshace y me siento cansada, con todo el cuerpo que me pesa.
“¡Marisol! ¡Marisol, despierta!”
Una vocecita tierna y un besito en mi carita.
😚
“¡Ruiseñor! ¡Ruiseñor! ¿Estás bien?”
Otro besito y una risita.
😘
Abro los ojos y lo veo a él, con una carita muy linda.
“¡Marisol, Marisol! ¡Despierta! ¿Cómo estás?”
Los abro otra vez y él está ahí, a mi lado, transpirando súper rico y con la respiración acelerada, muy contento.
“¡Marisol, eres perfecta!” me dijo y me dio besitos, de esos que son como cariñitos y me hicieron bajar el sueñito un poco más.
“¡Ruiseñor, ruiseñor! ¿Estás muy cansada? ¿Quieres hacerlo otra vez?”
😆
¡Me reía solita!
Lo más rico de todo es que él todavía estaba dentro de mí y podía sentirlo.
No estaba tan duro como al principio, pero sí podía sentir su calorcito y su tamaño dentro de mí.
Y la segunda ronda fue mucho más rica, porque iba con esos besitos que me gustan tanto.
😍
“¡Ruiseñor, me gustas tanto!” me decía, mientras me amasaba mis pechitos con sus manos tan calientitas.
Y podía sentir cómo iba creciendo y creciendo otra vez, dentro de mí…
Fue riquísimo, porque como ya estaba adentro, me dejó ir arriba…
😩 😖 😩
¡Y ahí sí que me trabajó los pechos!
Porque me agarraba de la cintura y me los sostenía cuando se sacudían.
¡Me sentía como encima del juego más rico de mi vida!
😃
Pero lo más bonito era verle a él, mi mejor amigo, disfrutando de mí.
Eso de verlo cerrar los ojitos, al sentir mi peso caer encima de él, como si quisiera aguantarse hasta el infinito, era memorable.
Y cuando su cosita crecía y crecía, hasta otra vez tocar la fuente de la vida, me hizo dar unos grititos maravillosos, que de haber estado mis chiquititas, las hubiesen despertado.
😖 😲 😖 😍
Los orgasmos que me sacó de esa manera fueron muchísimos y me sentía tan, tan excitada y bonita, porque recordaba lo que me decía mi prima de tener orgasmos consecutivos, uno tras otro y me hacían tanto sentido en esos momentos.
Pero si tuviese que describir la acabada que me dio mi marido en una sola palabra sería “fulminante”…
Porque sentí que me borraba del planeta.
💦 💦 💦 💦
Otros 4 “chorrazos”, que me hicieron latir el útero entero y contraer su cosita, tratando de sacarle más y más de su calientito juguito.
Él se veía tan lindo, afirmado de mi cintura, con los ojitos bien cerrados y sin soltarme, para sentirme lo más adentro posible y me acosté otra vez sobre él, para besarlo.
“¡Marisol, eres simplemente maravillosa!” me dijo él, contento con mis besitos.
😆
Pero aun así, lo sentía durito dentro de mí y cada besito me iba calentando más y más…
“¡Amor! ¡Amor! ¡Tú me prometiste postre!” le dije con mi voz más infantil, mientras lo besaba.
“¿Postre?” preguntó él, bien confundido, cuando me la sacaba.
“¡Sí, tú me prometiste un tremendo postre… con mucha, mucha leche!” respondí entera regalona.
“¿Cuándo?”
“Al principio. Tú dijiste que me querías dar postre, mucho postre, con mucha leche… por aquí…” le respondí, restregándole mi colita sobre su paquete ardiendo.
😈
Y él, por supuesto que muy contento…
“¡Claro, mi gatita, que le daré postre si me lo pide!... pero mañana, ¿No te sentirás cansada para ir a trabajar?”
😠
Solamente, le di una de esas miradas que matan…
Pero bueno, a la mañana siguiente otra vez no me podía sentar bien y le avisé a Liz que estaba mucho mejor y que podía ir a verlo, algo que ella hizo tan contenta como lo hice yo.
😆
Por la tarde, cuando volví de la escuela y me la encontré de camino a su instituto en el metro, venía tan contenta y sonriente, que hasta nos dimos un “high five” de saludo…
Y al llegar a mi casa, lo encontré a él en el living, agotadísimo, pero junto con mis pequeñas que lo adoran tanto.
Al final, me pegó el resfrío a mí y un poquito a Liz, pero salvo usar pañuelos y unos estornudos, no nos hizo muchos dramas.
Aunque eso sí, Liz aprendió que “Bless you” en español, se dice “salud”…
😕
Y la única duda que me queda es si acaso traerán ellos el almuerzo o tendré que cocinar yo…
😉
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1 comentarios - Lo cortés no quita lo caliente… (final)