Hace un par de años estuve separado de mi mujer unos meses, y antes de volver a juntarnos, tuve un par de salidas, una de ellas les voy a contar ahora.
Me tocó participar de un congreso asesorando y eran tres días de trabajo intenso, en un ambiente muy cheto, todo muy formal, sin espacio para joder porque había mucha guita puesta. El segundo día de este evento, veo a dos mujeres sacándose una foto, muy sonrientes, bien vestida una de ellas (después supe que era expositora) de pelo oscuro largo, tez muy clara, y su amiga, una rubia, flaquita, en sus treinta largos.
Mientras recorría de un lado a otro el salón, volví a cruzarme con la rubia, Daiana se llamaba, le entré con alguna frase pelotuda, pero de alguna manera le caí simpático y seguimos hablando. Me contó que vino por su amiga que era expositora, que ella no era del ambiente donde estábamos, sino psicóloga.
Terminando el evento, me dió su whatsapp y quedamos en hablar. Al final, no pasó nada, hablamos un rato al pedo y nada más. Al cabo de una semana, era un miércoles, me manda un mensaje y nos ponemos a chatear, yo estaba hasta las bolas haciendo un informe y no podía distraerme mucho. Para la mina fue como una señal, empezó a subir el tono de la conversación y al final le terminé diciendo para coger. Me dijo que no podía porque estaba su hijo en la casa, que recién el viernes a la noche se lo llevaba el ex-marido, así que dejamos el asunto ahí, sin corfirmar nada.
Como un estúpido, me olvidé del viernes a la tarde y me acordé de enviarle un mensaje, recién el sábado por la mañana, pero no me respondió. Al mediodía salí para la zona de su casa, me lo había comentado en una de nuestras charlas, y ahí directamente llamé a su celular. Me responde dormida, que estaba medio dolorida, por eso no me había devuelto el mensaje. Cuando ya estaba por colgar, me dice sino quería ir a Palermo, a uno de esos lugares donde hacen "brunch" y esas pelotudeces, pero como la calentura era fuerte, dije que sí.
Yo llegué primero, me senté a leer Clarín mientras esperaba, al ratito llega bien producida, y nos pusimos a hablar, tenía 43 años, divorciada, una bestia de laburo todo el día, se había separado hacía 5 años y nunca más se puso en pareja, que tenía un pibe de 9 años, medio artista encima. Así pasamos una hora larga y yo ya me entraba a aburrir, le dije para irnos, cuando salimos, muy caballero le ofrezco el brazo para que abrace porque estaba fresco, lo acepta y nos vamos caminando, sin saber bien para donde encarar. En eso me dice que hacía mucho frío, le dije que vayamos a mi casa, me dice que no porque recién me conocía, y no quería ir a un telo, así que pegamos la vuelta y vamos para su casa. En un momento determinado del camino, le entré con un beso, que duró un buen rato, le gusto y apuramos el paso.
Me pidió que no la abrace ni nada mientras entrabamos al edificio, porque eran rechusmas los vecinos, cruzamos la entrada y cuando llegamos al ascensor, me pone una voz de puta terrible y me dice: "acá ya no le importa a nadie lo que yo haga", así que entramos al ascensor con un terrible chapada, hasta el piso de ella, ahí fue cuando me di cuenta que era flaquísima, re chata de culo y tetas, apenas los pezones. Nunca había estado con una mina tan, pero tan flaquita, a mi siempre me gustaron con carne, incluso más que gorditas.
De manera, que era todo nuevo para mi, a ver que mierda hacía.
Pasamos a la cocina, se sirve agua y seguimos con el chape violento, tirada de pelos, le metí las manos por debajo de la camisita que tenía, le entré a tocar en la entrepierna por arriba del jean, pero sin desabrocharlo. Me dice que pasemos a la pieza. Cama grande, seguimos con el franeleo, hasta que me dice: "esto es muy adolescente!"
Me sacó mi pulover y el buzo que tenía, quedé con mi pantalón puesto y nada más, me dice que a ella le gusta que la desvistan despacio, que me pareció una boludez a esa altura del partido. Nos acostamos de costado, me baja la bragueta y me saca la pija y empieza a pajearme, al rato se escupe en la mano y vuelve a pajarme, mientras que yo empecé a jugar con sus pezoncitos, chiquitos y duritos, bien rosaditos, la termino de desvertir de la parte de arriba y la empiezo a lamer por el cuerpo, un rato en el ombligo, lo que la hizo gemir, y cuando quiero bajarle el jean para sacarle la bombacha y lamer la concha, me frena y me dice "estoy indispuesta", puteé por dentro y me dije, bueno, por lo menos que me tire la goma, así que me calmé, le baje el pantalón y la masturbé con mucho cuidado de no ensuciar ni nada, mientras le chupaba las tetitas y ella me pajeaba. En eso, terminó, me di cuenta por arqueó la espalda y tembló un poquito.
Al rato, la hago bajar y que me chupe la pija, le entró con unas ganas bárbaras, babeandome todo, sin sacarme el boxer, solo la cabeza y un poquito del tronco, yo mientras le tiraba un poco el pelo y le gustaba, asi que me bajó el boxer y entro a lamerme las bolas, con un cuidado, unos 2 o 3 minutos y después siguió con la pija, se la metió toda en la boca y no la sacaba, era dale que te dale de baba, encima yo estaba todo afeitado, así que sentía los chorros, que ella volvía a lamer, al rato tipo cinco minutos de darle al pete, le digo que estoy por terminar y siguió chupando, le terminé en la boca, un chorro largo, bien caliente, siguió con mi pija adentro, chupando y chupando, me pone una voz de bebota "puedo seguir jugando?" y siguió un rato largo más hasta que me hizo terminar de nuevo, esta vez no tragó de una, sino que me hizo terminar en el pecho y después se limpió.
Nos acurrucamos, ella ya desnuda y nos quedamos dormidos una media hora, me desperte y le empecé a arrimar mi pija por el culo, por si en una de esas podía culearla, se despertó pero seguía quietita, bajé y empecé a lamerle el agujerito, ahí se dio vuelta y me preguntó sino me daba impresión porque ella estaba indispuesta, le dije que no, me la chupa de nuevo y saca un forro y me pidió que la coja fuerte, en misionero, y entro como nada, cojimos hasta quedarnos cansados, terminó ella primero, me llevó al baño, me lavó la pija y volvió a comersela y hacerme terminar.
Me dice ahí que no tenía más forros, sino quería bajar al super chino y compré ya unos forros, obvio que me vestí y baje y compré los benditos preservativos, tomamos un cafecito y volvimos a la faena. Me puse en pelotas, me acosté y entro a chuparme y pajearme, lo cual me estaba por hacer explotar, y me dice, "ah, no, Lucio, acá me garchás y me toca a mi arriba", la senté y como era tan livianita, la senté de frente, de espalda, fuerte, despacio, de más está decir el enchastre de sangre en las sábanas. Al final me pide termine y me sentí en una porno, cuando escuchaba el "chas, chas" de mis pelotas rebotando en el culito flaco de la veterana, acabé en el forro.
Ahí paramos, nos pusimos a hablar al pedo, me despedí y volví a casa. Al rato me llama y me dice que no había terminado dos veces como yo creía, sino cinco veces, y si quería que nos viéramos al otro día.
Pero eso queda para el próximo relato...
Me tocó participar de un congreso asesorando y eran tres días de trabajo intenso, en un ambiente muy cheto, todo muy formal, sin espacio para joder porque había mucha guita puesta. El segundo día de este evento, veo a dos mujeres sacándose una foto, muy sonrientes, bien vestida una de ellas (después supe que era expositora) de pelo oscuro largo, tez muy clara, y su amiga, una rubia, flaquita, en sus treinta largos.
Mientras recorría de un lado a otro el salón, volví a cruzarme con la rubia, Daiana se llamaba, le entré con alguna frase pelotuda, pero de alguna manera le caí simpático y seguimos hablando. Me contó que vino por su amiga que era expositora, que ella no era del ambiente donde estábamos, sino psicóloga.
Terminando el evento, me dió su whatsapp y quedamos en hablar. Al final, no pasó nada, hablamos un rato al pedo y nada más. Al cabo de una semana, era un miércoles, me manda un mensaje y nos ponemos a chatear, yo estaba hasta las bolas haciendo un informe y no podía distraerme mucho. Para la mina fue como una señal, empezó a subir el tono de la conversación y al final le terminé diciendo para coger. Me dijo que no podía porque estaba su hijo en la casa, que recién el viernes a la noche se lo llevaba el ex-marido, así que dejamos el asunto ahí, sin corfirmar nada.
Como un estúpido, me olvidé del viernes a la tarde y me acordé de enviarle un mensaje, recién el sábado por la mañana, pero no me respondió. Al mediodía salí para la zona de su casa, me lo había comentado en una de nuestras charlas, y ahí directamente llamé a su celular. Me responde dormida, que estaba medio dolorida, por eso no me había devuelto el mensaje. Cuando ya estaba por colgar, me dice sino quería ir a Palermo, a uno de esos lugares donde hacen "brunch" y esas pelotudeces, pero como la calentura era fuerte, dije que sí.
Yo llegué primero, me senté a leer Clarín mientras esperaba, al ratito llega bien producida, y nos pusimos a hablar, tenía 43 años, divorciada, una bestia de laburo todo el día, se había separado hacía 5 años y nunca más se puso en pareja, que tenía un pibe de 9 años, medio artista encima. Así pasamos una hora larga y yo ya me entraba a aburrir, le dije para irnos, cuando salimos, muy caballero le ofrezco el brazo para que abrace porque estaba fresco, lo acepta y nos vamos caminando, sin saber bien para donde encarar. En eso me dice que hacía mucho frío, le dije que vayamos a mi casa, me dice que no porque recién me conocía, y no quería ir a un telo, así que pegamos la vuelta y vamos para su casa. En un momento determinado del camino, le entré con un beso, que duró un buen rato, le gusto y apuramos el paso.
Me pidió que no la abrace ni nada mientras entrabamos al edificio, porque eran rechusmas los vecinos, cruzamos la entrada y cuando llegamos al ascensor, me pone una voz de puta terrible y me dice: "acá ya no le importa a nadie lo que yo haga", así que entramos al ascensor con un terrible chapada, hasta el piso de ella, ahí fue cuando me di cuenta que era flaquísima, re chata de culo y tetas, apenas los pezones. Nunca había estado con una mina tan, pero tan flaquita, a mi siempre me gustaron con carne, incluso más que gorditas.
De manera, que era todo nuevo para mi, a ver que mierda hacía.
Pasamos a la cocina, se sirve agua y seguimos con el chape violento, tirada de pelos, le metí las manos por debajo de la camisita que tenía, le entré a tocar en la entrepierna por arriba del jean, pero sin desabrocharlo. Me dice que pasemos a la pieza. Cama grande, seguimos con el franeleo, hasta que me dice: "esto es muy adolescente!"
Me sacó mi pulover y el buzo que tenía, quedé con mi pantalón puesto y nada más, me dice que a ella le gusta que la desvistan despacio, que me pareció una boludez a esa altura del partido. Nos acostamos de costado, me baja la bragueta y me saca la pija y empieza a pajearme, al rato se escupe en la mano y vuelve a pajarme, mientras que yo empecé a jugar con sus pezoncitos, chiquitos y duritos, bien rosaditos, la termino de desvertir de la parte de arriba y la empiezo a lamer por el cuerpo, un rato en el ombligo, lo que la hizo gemir, y cuando quiero bajarle el jean para sacarle la bombacha y lamer la concha, me frena y me dice "estoy indispuesta", puteé por dentro y me dije, bueno, por lo menos que me tire la goma, así que me calmé, le baje el pantalón y la masturbé con mucho cuidado de no ensuciar ni nada, mientras le chupaba las tetitas y ella me pajeaba. En eso, terminó, me di cuenta por arqueó la espalda y tembló un poquito.
Al rato, la hago bajar y que me chupe la pija, le entró con unas ganas bárbaras, babeandome todo, sin sacarme el boxer, solo la cabeza y un poquito del tronco, yo mientras le tiraba un poco el pelo y le gustaba, asi que me bajó el boxer y entro a lamerme las bolas, con un cuidado, unos 2 o 3 minutos y después siguió con la pija, se la metió toda en la boca y no la sacaba, era dale que te dale de baba, encima yo estaba todo afeitado, así que sentía los chorros, que ella volvía a lamer, al rato tipo cinco minutos de darle al pete, le digo que estoy por terminar y siguió chupando, le terminé en la boca, un chorro largo, bien caliente, siguió con mi pija adentro, chupando y chupando, me pone una voz de bebota "puedo seguir jugando?" y siguió un rato largo más hasta que me hizo terminar de nuevo, esta vez no tragó de una, sino que me hizo terminar en el pecho y después se limpió.
Nos acurrucamos, ella ya desnuda y nos quedamos dormidos una media hora, me desperte y le empecé a arrimar mi pija por el culo, por si en una de esas podía culearla, se despertó pero seguía quietita, bajé y empecé a lamerle el agujerito, ahí se dio vuelta y me preguntó sino me daba impresión porque ella estaba indispuesta, le dije que no, me la chupa de nuevo y saca un forro y me pidió que la coja fuerte, en misionero, y entro como nada, cojimos hasta quedarnos cansados, terminó ella primero, me llevó al baño, me lavó la pija y volvió a comersela y hacerme terminar.
Me dice ahí que no tenía más forros, sino quería bajar al super chino y compré ya unos forros, obvio que me vestí y baje y compré los benditos preservativos, tomamos un cafecito y volvimos a la faena. Me puse en pelotas, me acosté y entro a chuparme y pajearme, lo cual me estaba por hacer explotar, y me dice, "ah, no, Lucio, acá me garchás y me toca a mi arriba", la senté y como era tan livianita, la senté de frente, de espalda, fuerte, despacio, de más está decir el enchastre de sangre en las sábanas. Al final me pide termine y me sentí en una porno, cuando escuchaba el "chas, chas" de mis pelotas rebotando en el culito flaco de la veterana, acabé en el forro.
Ahí paramos, nos pusimos a hablar al pedo, me despedí y volví a casa. Al rato me llama y me dice que no había terminado dos veces como yo creía, sino cinco veces, y si quería que nos viéramos al otro día.
Pero eso queda para el próximo relato...
4 comentarios - la psicologa (primera parte)