Buenas, como anda la gente de Poringa?
Después de leer muchísimos relatos me decidí a contar uno sobre algo que me paso hace algunos años, pero a pedido de @bremduchis, le voy a cambiar el nombre a la protagonista, por el de ella.
Esto paso hace 3 años exactamente, estando yo soltero, trabajaba y actualmente lo hago en la empresa de mi familia, una inmobiliaria para ser mas especifico. Me ocupo de muchas tareas administrativas, entre ellas, la de organizar las visitas con los interesados a los departamentos en venta y/o alquiler.
Un día, como muchos otros, atiendo un llamado por un departamento de 1 dormitorio que tenia en alquiler, de entrada la voz de ella me encanto, femenina, suave, muy dulce parecía. Hago la cita para un día y horario especifico, anoto su nombre, “Brenda” me dijo que se llamaba, el nombre de entrada me encanto. Cuelgo, y me quedo pensando en esa hermosa voz, maquinando sobre cómo podía ser ella físicamente. La imagine tal como me gustan a mi, morocha, petisa, flaquita pero con curvas, y esperaba que así sea.
Llega el día de la visita al departamento, como siempre, llego 5 minutos antes para verla venir. A la distancia veo una linda morochita que se acercaba al departamento y por adentro me decía “que sea ella por favor!”. Era ella….tal como la imagine, y como aparece en las fotos que sube acá, divina. Saludo cordial al principio y charla amistosa (de las incomodas también cuando mostras departamentos) en el ascensor hasta llegar al piso. Pero también note que había mucha buena onda, demasiada y se me cruzo por la cabeza preguntarle si lo buscaba para ella al departamento. La respuesta fue tanto sorprendente como esperanzadora: “Es para mí, estoy en pareja pero me estoy por separar…”. Al escuchar eso me convencí que algo tenía que hacer.
Después de mostrarle el departamento, le pedí su mail para pasarle las fotos del departamento como excusa.
Al día siguiente le escribo el mail con las fotos adjuntadas y algún que otro chiste sobre su nuevo departamento y un “besos” como para finalizar el saludo, a lo cual me respondió de la mejor manera, y también con el mismo saludo. Sentía que tenía que jugármela con algo más informal, así que a los días le escribí por whatsapp directamente para decirle que si le había gustado el departamento y lo quería ver de nuevo, que me avise y se lo mostraba. Me responde con un “hola!” y continuo diciendo que le había gustado y quería venir a la oficina a ver los gastos de alquiler y traerme las garantías para hacer la averiguación de ellas. “Por supuesto que sí” le respondí, y quedamos en que nos veíamos al día siguiente en la oficina.
Llego el día, abro la puerta, la saludo con un beso, la invite con un café, charlamos, le pase los gastos de alquiler pero esa charla se transformo casi en una camuflada cita con café de por medio que duro 1 hora de reloj. Le pregunte todo sobre ella, su trabajo, su vida, todos menos su situación de pareja. Lo mismo ella, me pregunto todo. Sabía que algo pasaba, no podía ser solo una cliente más. Y sabía que tenía que hacer algo mas pero sin meterla en problemas a ella ni quedar en off side.
Pasaron varios días, no tuve noticias de ella, yo tampoco le escribí mas, pero tenía muchas ganas. Hasta que un día me llega un mensaje por whatsapp, me gustaba que fuese por ahí y no por mail, diciendo que al final no iba a alquilar el departamento porque no se iba a separar entre otras cosas. Por un lado fue medio bajón, pero por otro lado, quería insistir y sacarme la duda, así que le respondí diciéndole que no pasaba nada, que cuando quiera que pase por la oficina a buscar las garantías (la quería ver de nuevo y jugármela). Recibí un “sí, dale, en estos días paso y me invitas otro café”. Hermosa respuesta.
Luego de una semana, me llega un mensaje de Brenda “Hola! Estas en la oficina? Recién salgo del local. Si estas, paso a buscar las garantías”. Ella trabajaba en el centro de Rosario, en un local de ropa a 2 cuadras de mi oficina. Le respondo “Hola Bren, sí, estoy acá, venite si querés”
Tocan la puerta, le abro, la saludo con un beso, fue ese típico beso de saludo de labios contra cachete entre ambos.
Lo que iba a ser un café y buscar las garantías se transformo en una charla de media hora contándome que no busca mas departamentos porque iba a seguir con su novio. No la pude invitar con el café por cuestiones de tiempos de oficina y de ella pero me confesó que se había quedado con ganas de ese bendito café. Ese fue el punto de partida, el pie que sentí que me tiro para lo que hice después, que fue decirle directamente Yo también me quede con ganas, hoy ya no puedo, pero si querés podes venir a casa mañana.”
Me miro, me sonrió, como sabiendo hacia donde iba esa invitación, y me respondió “Bueno, dale, mañana a la tarde te escribo y paso”
Nos saludamos con un beso, un beso casi rozando boca con boca. Cerré la puerta y lo festeje como un gol en el minuto 93 en una final del mundo.
Al día siguiente, se estaba por dar lo que quería desde que la vi en la puerta del departamento…
Después de leer muchísimos relatos me decidí a contar uno sobre algo que me paso hace algunos años, pero a pedido de @bremduchis, le voy a cambiar el nombre a la protagonista, por el de ella.
Esto paso hace 3 años exactamente, estando yo soltero, trabajaba y actualmente lo hago en la empresa de mi familia, una inmobiliaria para ser mas especifico. Me ocupo de muchas tareas administrativas, entre ellas, la de organizar las visitas con los interesados a los departamentos en venta y/o alquiler.
Un día, como muchos otros, atiendo un llamado por un departamento de 1 dormitorio que tenia en alquiler, de entrada la voz de ella me encanto, femenina, suave, muy dulce parecía. Hago la cita para un día y horario especifico, anoto su nombre, “Brenda” me dijo que se llamaba, el nombre de entrada me encanto. Cuelgo, y me quedo pensando en esa hermosa voz, maquinando sobre cómo podía ser ella físicamente. La imagine tal como me gustan a mi, morocha, petisa, flaquita pero con curvas, y esperaba que así sea.
Llega el día de la visita al departamento, como siempre, llego 5 minutos antes para verla venir. A la distancia veo una linda morochita que se acercaba al departamento y por adentro me decía “que sea ella por favor!”. Era ella….tal como la imagine, y como aparece en las fotos que sube acá, divina. Saludo cordial al principio y charla amistosa (de las incomodas también cuando mostras departamentos) en el ascensor hasta llegar al piso. Pero también note que había mucha buena onda, demasiada y se me cruzo por la cabeza preguntarle si lo buscaba para ella al departamento. La respuesta fue tanto sorprendente como esperanzadora: “Es para mí, estoy en pareja pero me estoy por separar…”. Al escuchar eso me convencí que algo tenía que hacer.
Después de mostrarle el departamento, le pedí su mail para pasarle las fotos del departamento como excusa.
Al día siguiente le escribo el mail con las fotos adjuntadas y algún que otro chiste sobre su nuevo departamento y un “besos” como para finalizar el saludo, a lo cual me respondió de la mejor manera, y también con el mismo saludo. Sentía que tenía que jugármela con algo más informal, así que a los días le escribí por whatsapp directamente para decirle que si le había gustado el departamento y lo quería ver de nuevo, que me avise y se lo mostraba. Me responde con un “hola!” y continuo diciendo que le había gustado y quería venir a la oficina a ver los gastos de alquiler y traerme las garantías para hacer la averiguación de ellas. “Por supuesto que sí” le respondí, y quedamos en que nos veíamos al día siguiente en la oficina.
Llego el día, abro la puerta, la saludo con un beso, la invite con un café, charlamos, le pase los gastos de alquiler pero esa charla se transformo casi en una camuflada cita con café de por medio que duro 1 hora de reloj. Le pregunte todo sobre ella, su trabajo, su vida, todos menos su situación de pareja. Lo mismo ella, me pregunto todo. Sabía que algo pasaba, no podía ser solo una cliente más. Y sabía que tenía que hacer algo mas pero sin meterla en problemas a ella ni quedar en off side.
Pasaron varios días, no tuve noticias de ella, yo tampoco le escribí mas, pero tenía muchas ganas. Hasta que un día me llega un mensaje por whatsapp, me gustaba que fuese por ahí y no por mail, diciendo que al final no iba a alquilar el departamento porque no se iba a separar entre otras cosas. Por un lado fue medio bajón, pero por otro lado, quería insistir y sacarme la duda, así que le respondí diciéndole que no pasaba nada, que cuando quiera que pase por la oficina a buscar las garantías (la quería ver de nuevo y jugármela). Recibí un “sí, dale, en estos días paso y me invitas otro café”. Hermosa respuesta.
Luego de una semana, me llega un mensaje de Brenda “Hola! Estas en la oficina? Recién salgo del local. Si estas, paso a buscar las garantías”. Ella trabajaba en el centro de Rosario, en un local de ropa a 2 cuadras de mi oficina. Le respondo “Hola Bren, sí, estoy acá, venite si querés”
Tocan la puerta, le abro, la saludo con un beso, fue ese típico beso de saludo de labios contra cachete entre ambos.
Lo que iba a ser un café y buscar las garantías se transformo en una charla de media hora contándome que no busca mas departamentos porque iba a seguir con su novio. No la pude invitar con el café por cuestiones de tiempos de oficina y de ella pero me confesó que se había quedado con ganas de ese bendito café. Ese fue el punto de partida, el pie que sentí que me tiro para lo que hice después, que fue decirle directamente Yo también me quede con ganas, hoy ya no puedo, pero si querés podes venir a casa mañana.”
Me miro, me sonrió, como sabiendo hacia donde iba esa invitación, y me respondió “Bueno, dale, mañana a la tarde te escribo y paso”
Nos saludamos con un beso, un beso casi rozando boca con boca. Cerré la puerta y lo festeje como un gol en el minuto 93 en una final del mundo.
Al día siguiente, se estaba por dar lo que quería desde que la vi en la puerta del departamento…
5 comentarios - La cliente que no fue...@bremduchis
Gracias por pasar y los pts! Un honor viniendo de la mejor escritora de relatos de Poringa 🙂