Pasaban los días desde quella brutal garchada que me metieron los 3 y Antonio no perdía oportunidad cada vez que nadie lo escuchada de decirme que el próxima Sábado se repetiría, mientras me daba algún chirlo en la cola.
Llegó el Viernes y llovía fuertísimo por lo que Antinio no fue a trabajar y nos quedamos solos en casa. Eran como las 10 cuando me levante y le pregunté que desayunariamos y dijo:
- Esta te vas a comer vos.
- Si mañana te la voy a comer toda. Le dije con un tono medio picaron y abrí la heladera.
- Ahora también te la vas a comer toda. Se puso atrás mío y me empezó a tocar la cola. Yo sé que te gustó putito, dijo, y sentí que se sacaba el pantalo.
Me giré, lo miré a los ojos, se agarró la verga y la movió, me agaché y la empecé a chupar con una desesperación que ni yo podía creer. Estuve unos 5 minutos y me frenó.
- Para que no quiero acabar ahora, te voy a llenar de leche en el orto. Bajate el pantalón y date vuelta. Me dijo mirandome a los ojos.
- Dale rompeme el orto le dije mientras me giraba y me apoyaba en la mesada.
Yo estaba apoyado en la mesada con las manos, sacando culo, dejandoló bien paradito, me puso un poco de saliva en entrada de mi ano, jugó un ratito con sus dedos y apoyó la cabeza de su verga. Me dio unas nalgadas mientras me penetraba, hasta metermela toda, me agarró de las caderas y me empezó a dar embestidas brutales, yo gemía sin parar, me dolía mucho pero me gustaba, él estaba hecho un toro, no paraba, estuvo 10 minutos sin parar, me agarró y me llevo a la sala, me hizo acostar boca abajo en el sofá y me empezó a penetrar de nuevo, que lindo se sentía aquello, no pasó mucho hasta que Antonio empezo a gemir y me llenaba de leche adentro de mi ano. El resto del día fue un día normal.
Llegó el Sábado, me desperté ansioso porque sabía que me volverían a coger Antonio, Marce y Luis. Me levanté y Antonio me dijo que me tenía una sorpresa, que a las 17 me esperaría en la esquina para ir a la casa de Marce. Ansioso esperé que fueran las 17, no se me ocurría que podía ser esa sorpresa pero se me cruzaban muchas cosas por la cabeza.
Llegaron las 17, Antonio salió avisandole a mi madre que iría a casa de Marce a tomar unas cervezas y que llegaría tarde. Esperé 5 minutos y le dije a mi madre que yo también saldría y que no sabía si volvía para cenar. Fui a la esquina y ahí estaba Antonio esperandome en el auto, subí y me dio una bolsa diciéndome "andá cambiandote en el camino", abrí la bolsa y habia una peluca rubia, una tanga roja y un corset negro, con 2 tiras rojas.
Sin decir nada me fui a la parte trasera del auto y me empecé a sacar mi ropa, me puse la tanga y me excité muchísimo al sentir como se metía dentro de mi cola, me terminé de poner lo otro y me hizo pasar hacia adelante.
- Ahora si sos una putita, cuando lleguemos vas a ver la sorpresa de la que te hablaba. Me dijo riendo.
- Pensé que la sorpresa era esta ropa... ¿cual es la sopresa? Estaba nervioso no se me ocurría que podía ser.
- Es algo que seguro te va a gustar mucho.
Llegamos a la casa de Marce, entramos.
- Que linda putita. Dijo Marce dandome un pequeña palmada en la cola.
- ¿Llegó? Preguntó Antonio.
- Si, está en la habitación. Dijo Marce.
- ¿Hablan de Luis? Pregunté
- No, alguien que te va a gustar mucho más. Dijo Antonio riéndose.
Fuimos a la habitación y al entrar vi a un hombre grandote, de más o menos 2 metros, negro, calvo, parecía de unos 45 años.
- Hola, me llamo Germán, vos sos Miguel ¿no?
- Hola, si, soy Miguel. Miré a Antonio y le pregunté que hacía aquél hombre en la habitación con nosotros.
- Luis no podía venir y se nos ocurrio traer a German así tenes tres pijas para jugar como el Sábado pasado, pero eso será mas tarde.
Me hicieron sentar en la cama, Antonio y Marce salieron de la habitacion y cerraron la puerta, German se sacó la ropa y dejo ver un inmenso pene, largo, gordo, cabezon, venoso, se lo veía muy hinchado y me quedé mirándolo fijamente.
- ¿Te gusta lo que ves? Preguntó German.
- Me da miedo. Respondí.
Apoyó su verga en mis labios y comencé a besarlo, le pasaba la lengua, hasta que decidí chuparlo, me costó hacerlo entrar en mi boca pero al final pude meter y saborear un buen pedazo.
- Me encantan las putitas como vos, mostrame esa colita. Dijo
Obedeciéndole me pare y me giré, me tiró a la cama, dejándome en 4, me dió unas nalgadas, me bajó la tanga a la altura de los mulos, y me empezo a dar golpecitos con su verga en la entrada de mi ano mientras me decía que le gustaba mi culo, que me iba a partir como nadie, que nunca me olvidaría de él y su verga y cosas como esas.
Agarró un pote de vaselina que tenía al lado, se puso un poco en los dedos metiéndolos en mi hoyo durante un rato, se puso un poco en su verga la apoyó en la entrada de mi ano e hizo fuerza hasta que entró la cabeza y se me escapó un gran gemido debido al dolor que sentí.
- ¿Duele? Preguntó
- Bastante. Le respondí.
- Que bueno, es lo que me pidieron que haga. Dijo entre risas mientras terminaba de meter toda su verga en mi ano.
La verga de German era mucho mas grande que las otras que ya me habían penetrado la semana pasada, sentía un gran dolor, pero también sentía placer y no podía dejar de gemir.
- Veo que te gusta putita. Dijo mientras empezaba con leves embestidas.
- Sí, no pares. Le respondí.
Al escuchar eso me agarró de las caderas y comenzó con embestidas fuertísimas, me dolía muchísimo pero me gustaba, sentía que estaba por acabar sin tocarme la verga, me encantaba como me estaba garchando. Me empecé a pajear, al verlo German me sacó la verga, se sentó en la cama apoyando la espalda en el respaldar de la cama, me hizo seña de que me sentara encima de él, me senté encima de él, hundiendo de a poco su verga en mi ano, me agarró de las caderas y me la clavó hasta el fondo. Me hizo inclinar un poco hacia atrás, con sus manos levantó mis muslos y me la empezó a clavar con violencia, yo solo gemía, disfrutaba mucho. Pasaron unos minutos y me dijo que estaba por acabar, que me trague toda la leche, me levanté rápidamente y se la chupé hasta que me llenó la boca de leche, me pajee, me acomodé la tanga y salí de la habitación.
- Mirá Marce la cara de felicidad que tiene la putita, dijo Antonio.
- Se ve que le dejaron la colita bien rota, dijo Marce.
- Rota le quedará en unas horas cuando terminemos, dijo.
Estaban los 3 sentados en un sillón, me dijeron que me saque la tanga y gateara por adelante de ellos, cada vez que pasaba me pegaban nalgadas muy fuertes. Luego de unos minutos Antonio saco su verga y le siguieron Marce y Germán. Me hicieron arrodillar y los 3 me rodearon para que les chupara la verga. Pasó un rato y yo estaba chorreando saliva porque me agarraban de la nuca y me mandaban la verga hasta la garganta. Antonio me hizo levantar mi cola, estaba agachado dejando mi cola lista para ser penetrada por Antonio mientras se la seguía chupando a Marce y Germán. Me escupió el ano y me metió toda la verga de una y siguió con fuertes embestidas que me hacían doler pero a la vez me hacían pedirle mas y mas.
Pasaron varios minutos y Antonio me metió la verga en la boca, llenándomela de semen, Marce aprovechó y me empezó a penetrar, despacio, como disfrutando mientras yo se la seguía chupando a German, mientras Antonio solo miraba y le dijo a Marce que aprovechara a la putita y la clavara con ganas. Marce al escuchar eso me agarró de las caderas empezó a romperme la cola, se sentía su pelvis chocar contra mis nalgas, me la metía a fondo, me estaba destruyendo, German empezó a gemir y me llenó la boca de semen y se sento junto a Antonio. Marce me tiró al sillón, recostado boca abajo y se recostó arriba mío y siguió con fuertes embestidas, yo gemía como trola, estaba disfrutando mucho mas que la semana pasada, pasaron unos minutos y sentí como Marce me llenaba el ano de leche, diciendome al oido cuanto le gustaba cogerme. Me sacó la verga y me dijo que se la chupe hasta dejársela bien limpia y luego se puso a tomar unas cervezas junto a Antonio y Germán, diciéndome que preparara la cola que luego me volverían a coger.
Llegó el Viernes y llovía fuertísimo por lo que Antinio no fue a trabajar y nos quedamos solos en casa. Eran como las 10 cuando me levante y le pregunté que desayunariamos y dijo:
- Esta te vas a comer vos.
- Si mañana te la voy a comer toda. Le dije con un tono medio picaron y abrí la heladera.
- Ahora también te la vas a comer toda. Se puso atrás mío y me empezó a tocar la cola. Yo sé que te gustó putito, dijo, y sentí que se sacaba el pantalo.
Me giré, lo miré a los ojos, se agarró la verga y la movió, me agaché y la empecé a chupar con una desesperación que ni yo podía creer. Estuve unos 5 minutos y me frenó.
- Para que no quiero acabar ahora, te voy a llenar de leche en el orto. Bajate el pantalón y date vuelta. Me dijo mirandome a los ojos.
- Dale rompeme el orto le dije mientras me giraba y me apoyaba en la mesada.
Yo estaba apoyado en la mesada con las manos, sacando culo, dejandoló bien paradito, me puso un poco de saliva en entrada de mi ano, jugó un ratito con sus dedos y apoyó la cabeza de su verga. Me dio unas nalgadas mientras me penetraba, hasta metermela toda, me agarró de las caderas y me empezó a dar embestidas brutales, yo gemía sin parar, me dolía mucho pero me gustaba, él estaba hecho un toro, no paraba, estuvo 10 minutos sin parar, me agarró y me llevo a la sala, me hizo acostar boca abajo en el sofá y me empezó a penetrar de nuevo, que lindo se sentía aquello, no pasó mucho hasta que Antonio empezo a gemir y me llenaba de leche adentro de mi ano. El resto del día fue un día normal.
Llegó el Sábado, me desperté ansioso porque sabía que me volverían a coger Antonio, Marce y Luis. Me levanté y Antonio me dijo que me tenía una sorpresa, que a las 17 me esperaría en la esquina para ir a la casa de Marce. Ansioso esperé que fueran las 17, no se me ocurría que podía ser esa sorpresa pero se me cruzaban muchas cosas por la cabeza.
Llegaron las 17, Antonio salió avisandole a mi madre que iría a casa de Marce a tomar unas cervezas y que llegaría tarde. Esperé 5 minutos y le dije a mi madre que yo también saldría y que no sabía si volvía para cenar. Fui a la esquina y ahí estaba Antonio esperandome en el auto, subí y me dio una bolsa diciéndome "andá cambiandote en el camino", abrí la bolsa y habia una peluca rubia, una tanga roja y un corset negro, con 2 tiras rojas.
Sin decir nada me fui a la parte trasera del auto y me empecé a sacar mi ropa, me puse la tanga y me excité muchísimo al sentir como se metía dentro de mi cola, me terminé de poner lo otro y me hizo pasar hacia adelante.
- Ahora si sos una putita, cuando lleguemos vas a ver la sorpresa de la que te hablaba. Me dijo riendo.
- Pensé que la sorpresa era esta ropa... ¿cual es la sopresa? Estaba nervioso no se me ocurría que podía ser.
- Es algo que seguro te va a gustar mucho.
Llegamos a la casa de Marce, entramos.
- Que linda putita. Dijo Marce dandome un pequeña palmada en la cola.
- ¿Llegó? Preguntó Antonio.
- Si, está en la habitación. Dijo Marce.
- ¿Hablan de Luis? Pregunté
- No, alguien que te va a gustar mucho más. Dijo Antonio riéndose.
Fuimos a la habitación y al entrar vi a un hombre grandote, de más o menos 2 metros, negro, calvo, parecía de unos 45 años.
- Hola, me llamo Germán, vos sos Miguel ¿no?
- Hola, si, soy Miguel. Miré a Antonio y le pregunté que hacía aquél hombre en la habitación con nosotros.
- Luis no podía venir y se nos ocurrio traer a German así tenes tres pijas para jugar como el Sábado pasado, pero eso será mas tarde.
Me hicieron sentar en la cama, Antonio y Marce salieron de la habitacion y cerraron la puerta, German se sacó la ropa y dejo ver un inmenso pene, largo, gordo, cabezon, venoso, se lo veía muy hinchado y me quedé mirándolo fijamente.
- ¿Te gusta lo que ves? Preguntó German.
- Me da miedo. Respondí.
Apoyó su verga en mis labios y comencé a besarlo, le pasaba la lengua, hasta que decidí chuparlo, me costó hacerlo entrar en mi boca pero al final pude meter y saborear un buen pedazo.
- Me encantan las putitas como vos, mostrame esa colita. Dijo
Obedeciéndole me pare y me giré, me tiró a la cama, dejándome en 4, me dió unas nalgadas, me bajó la tanga a la altura de los mulos, y me empezo a dar golpecitos con su verga en la entrada de mi ano mientras me decía que le gustaba mi culo, que me iba a partir como nadie, que nunca me olvidaría de él y su verga y cosas como esas.
Agarró un pote de vaselina que tenía al lado, se puso un poco en los dedos metiéndolos en mi hoyo durante un rato, se puso un poco en su verga la apoyó en la entrada de mi ano e hizo fuerza hasta que entró la cabeza y se me escapó un gran gemido debido al dolor que sentí.
- ¿Duele? Preguntó
- Bastante. Le respondí.
- Que bueno, es lo que me pidieron que haga. Dijo entre risas mientras terminaba de meter toda su verga en mi ano.
La verga de German era mucho mas grande que las otras que ya me habían penetrado la semana pasada, sentía un gran dolor, pero también sentía placer y no podía dejar de gemir.
- Veo que te gusta putita. Dijo mientras empezaba con leves embestidas.
- Sí, no pares. Le respondí.
Al escuchar eso me agarró de las caderas y comenzó con embestidas fuertísimas, me dolía muchísimo pero me gustaba, sentía que estaba por acabar sin tocarme la verga, me encantaba como me estaba garchando. Me empecé a pajear, al verlo German me sacó la verga, se sentó en la cama apoyando la espalda en el respaldar de la cama, me hizo seña de que me sentara encima de él, me senté encima de él, hundiendo de a poco su verga en mi ano, me agarró de las caderas y me la clavó hasta el fondo. Me hizo inclinar un poco hacia atrás, con sus manos levantó mis muslos y me la empezó a clavar con violencia, yo solo gemía, disfrutaba mucho. Pasaron unos minutos y me dijo que estaba por acabar, que me trague toda la leche, me levanté rápidamente y se la chupé hasta que me llenó la boca de leche, me pajee, me acomodé la tanga y salí de la habitación.
- Mirá Marce la cara de felicidad que tiene la putita, dijo Antonio.
- Se ve que le dejaron la colita bien rota, dijo Marce.
- Rota le quedará en unas horas cuando terminemos, dijo.
Estaban los 3 sentados en un sillón, me dijeron que me saque la tanga y gateara por adelante de ellos, cada vez que pasaba me pegaban nalgadas muy fuertes. Luego de unos minutos Antonio saco su verga y le siguieron Marce y Germán. Me hicieron arrodillar y los 3 me rodearon para que les chupara la verga. Pasó un rato y yo estaba chorreando saliva porque me agarraban de la nuca y me mandaban la verga hasta la garganta. Antonio me hizo levantar mi cola, estaba agachado dejando mi cola lista para ser penetrada por Antonio mientras se la seguía chupando a Marce y Germán. Me escupió el ano y me metió toda la verga de una y siguió con fuertes embestidas que me hacían doler pero a la vez me hacían pedirle mas y mas.
Pasaron varios minutos y Antonio me metió la verga en la boca, llenándomela de semen, Marce aprovechó y me empezó a penetrar, despacio, como disfrutando mientras yo se la seguía chupando a German, mientras Antonio solo miraba y le dijo a Marce que aprovechara a la putita y la clavara con ganas. Marce al escuchar eso me agarró de las caderas empezó a romperme la cola, se sentía su pelvis chocar contra mis nalgas, me la metía a fondo, me estaba destruyendo, German empezó a gemir y me llenó la boca de semen y se sento junto a Antonio. Marce me tiró al sillón, recostado boca abajo y se recostó arriba mío y siguió con fuertes embestidas, yo gemía como trola, estaba disfrutando mucho mas que la semana pasada, pasaron unos minutos y sentí como Marce me llenaba el ano de leche, diciendome al oido cuanto le gustaba cogerme. Me sacó la verga y me dijo que se la chupe hasta dejársela bien limpia y luego se puso a tomar unas cervezas junto a Antonio y Germán, diciéndome que preparara la cola que luego me volverían a coger.
7 comentarios - Mi padrastro y sus amigos (2) gay
Saludos.