Bueno, creo que debo empezar esta historia presentándome. Mi nombre es Matias, no soy un chico demasiado alto ya que mido 1.72 cm, tengo piel blanca y un cuerpo normal.
En mi familia somos cuatro; mi madre, Noelia, tiene 49 años, mide 1.60 cm, es blanca y un cuerpo normal podria decirse, es morocha con el cabello teñido de rubio. Mis hermanos, Martín y Daniela de 20 y 23, ambos más grandes que yo.
Mi ventaja es ser el más pequeño, mis padres están separados hace muchos años y siempre fui muy pegado a ella, jamás la vi con ningún tipo de deseo hasta hace unos años y desde entonces todo cambio.
Hoy, luego de clases al llegar a casa me di cuenta que mis hermanos no estaban, Martín seguramente estaba en clases de la Facultad y Daniela siempre sale con sus amigas.
Todo continuó normal hasta que fui al baño y luego de hacer mis necesidades note que mi madre había sacado la pequeña ventana que teníamos sobre la ducha que daba al patio. Cuando salí me crucé con mi mamá y, luego de saludarla me informó que iba a bañarse así que decidió entrar al baño.
Mientras estaba volviendo hacia mi habitación me pudo la curiosidad y salí de la casa para caminar hasta el patio trasero donde se encontraba la ventana y, subiendome sobre una mesa algo vieja logre ver todo.
Mi madre estaba duchándose, pude ver sus pezones parados de color café claro a pesar de ser blanca, y su pelvis completamente depilada que era mejor de lo que imaginaba y su trasero que, a pesar de no ser duro o perfecto era genial.
Mientras la observaba una de mis manos bajo hasta mi ereccion la cual se notaba demasiado ya que llevaba puestos unos pantalones cortos de gimnasia color rojos.
Mientras comenzaba a masturbarme de forma inconsciente escuchó que mi madre grita desde la ducha.
- Matias, ¿podes pasarme la toalla que me la olvide?
En ese momento estaba pensando en que hacer. Tenía que pasarle la toalla para que no sospeche pero tampoco podía entrar con mi miembro escondido de forma inutil al baño por lo que me arriesgue y, una vez dentro de la casa camine hasta el baño, entre en el y le acerque la toalla a mi madre rogando que no notará mi miembro con la mirada hacia abajo.
-Pero... Matias...
CONTINUARA.
En mi familia somos cuatro; mi madre, Noelia, tiene 49 años, mide 1.60 cm, es blanca y un cuerpo normal podria decirse, es morocha con el cabello teñido de rubio. Mis hermanos, Martín y Daniela de 20 y 23, ambos más grandes que yo.
Mi ventaja es ser el más pequeño, mis padres están separados hace muchos años y siempre fui muy pegado a ella, jamás la vi con ningún tipo de deseo hasta hace unos años y desde entonces todo cambio.
Hoy, luego de clases al llegar a casa me di cuenta que mis hermanos no estaban, Martín seguramente estaba en clases de la Facultad y Daniela siempre sale con sus amigas.
Todo continuó normal hasta que fui al baño y luego de hacer mis necesidades note que mi madre había sacado la pequeña ventana que teníamos sobre la ducha que daba al patio. Cuando salí me crucé con mi mamá y, luego de saludarla me informó que iba a bañarse así que decidió entrar al baño.
Mientras estaba volviendo hacia mi habitación me pudo la curiosidad y salí de la casa para caminar hasta el patio trasero donde se encontraba la ventana y, subiendome sobre una mesa algo vieja logre ver todo.
Mi madre estaba duchándose, pude ver sus pezones parados de color café claro a pesar de ser blanca, y su pelvis completamente depilada que era mejor de lo que imaginaba y su trasero que, a pesar de no ser duro o perfecto era genial.
Mientras la observaba una de mis manos bajo hasta mi ereccion la cual se notaba demasiado ya que llevaba puestos unos pantalones cortos de gimnasia color rojos.
Mientras comenzaba a masturbarme de forma inconsciente escuchó que mi madre grita desde la ducha.
- Matias, ¿podes pasarme la toalla que me la olvide?
En ese momento estaba pensando en que hacer. Tenía que pasarle la toalla para que no sospeche pero tampoco podía entrar con mi miembro escondido de forma inutil al baño por lo que me arriesgue y, una vez dentro de la casa camine hasta el baño, entre en el y le acerque la toalla a mi madre rogando que no notará mi miembro con la mirada hacia abajo.
-Pero... Matias...
CONTINUARA.
4 comentarios - El otro lado de mi madre I
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