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Una diosa. Capítulo 48

Una diosa. Capítulo 48

Queríamos comentarles que estamos empezando un nuevo proyecto de relatos más cortos. La idea es un relato por día, donde la historia de cada uno empiece y termine ese mismo día. Pero para calentar más la cosa, la pagina se basaría únicamente en fantasías. Les dejamos el link para que nos vayan siguiendo ya que en los próximos días empezaremos a subir los primeros relatos.
Muchas gracias por todo!

http://www.poringa.net/FantasiasH

Esta es la historia de Gabriela, una diosa de 25 años que tiene muchas ganas de contarnos su vida repleta de hombres, amigos, engaños y muchas anécdotas sexuales. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…


Capítulo 48: El mejor orgasmo
El 25 de Diciembre mi vieja me despertó al medio día para ir a almorzar y ahí caí en lo que había pasado. Agarré el celular y tenía mensajes de varias de las chicas preguntándome donde estaba y les mentí diciéndole que había llegado tarde a mi casa y que como estaba muy borracha decidí no ir. Prefería guardar en secreto lo que había sido mi noche de Navidad. Todavía sentía el placer de haber estado con los dos hermanos. Todavía sentía el gusto de la leche de Gian Luca en mi boca. Todavía sentía el placer que me provocó cogerme a Nicolas. Todavía me dolía la cola de lo abierta que me la habían dejado.
Gastón me llamó esa misma tarde para vernos y me pasó a buscar minutos después para ir a su departamento y matarnos en una sesión de sexo expres que para ser sincera, casi ni disfruté. Después de todo seguía saboreando los orgasmos de la noche anterior. A pesar de eso fue un rencuentro hermoso y me dio mi regalo de Navidad (una remera divina) y yo el suyo (una billetera). Después hablamos de su futuro y me confesó que el caso estaba casi resuelto, pero que seguramente iba a tener que estar en el norte hasta mediados de Marzo, cosa que me entristeció muchísimo.

El 2015 terminó mucho más tranquilo de lo que me esperaba. Para pasar el 31 nos juntamos en familia y después de eso decidí ir a lo de Paola a pesar del mensaje de Gian Luca de “Querés que repitamos lo de Navidad hoy a la noche?”. El pendejo siguió insistiendo en coger conmigo, mucho más cuando los primeros días de enero me dijo que era su cumpleaños y que quería mi cola de regalo, pero le dejé bien en claro que la noche de Navidad había sido la última vez.
Las chicas parecían no estar molestas con que no haya ido a Navidad, después de todo se creyeron mi mentira. Para el cumpleaños de 25 de Daiana fuimos a pasar la tarde a lo de Andrea, disfrutando de la pileta y de una tarde entre amigas. A la noche llegaron algunos novios y cocinaron un asado para todas nosotras. El verano parecía que pasaba a pasos agigantados y cuando me di cuenta Enero estaba terminando y yo no había tenido sexo.

Para los primeros días de Marzo apareció un nuevo video de Tomás y Maipi, pero esta vez incluía como bonus track a Ana Laura, la mejor amiga de la putita esa. Este video era mucho más largo, duraba más de 10 minutos y se veía de todo. Como ellas se la chupaban a él, como las chicas se tocaban entre sí, como Tomás se cogía a su novia y después le daba a la amiga y por último como acababa en el pecho de ambas que de rodillas le pedían leche desesperadamente.
Me dio asco, bronca y celos a la vez, algo que no pude evitar. Natalia me escribió para preguntarme como me sentía al respecto, pero le mentí diciéndole que no me afectaba. Pero en realidad me ponía muy mal, era el chico con el que yo había decidido comprometerme y ponerme en serio, ahora se estaba cogiendo a una pendejita trola y para colmo era su novia. Definitivamente ese tema me ponía muy mal y que se mostraran tanto me lastimaba más.
Obviamente sabía porque me molestaba, no estaba enamorada de Tomás, sino que me jodía el hecho de que él estuviese pasando la situación tan bien mientras yo seguía sola y sin nadie fijo para poder sobrellevar la situación. Entonces me puse a pensar y después de negar mucho la realidad, entendí que lo que yo quería era estar en una relación con alguien.
Habían pasado muchos años desde que terminé mi primer y único noviazgo con Eloy y se empezaban a hacer cada vez más obvias mis ganas de estar con alguien. Casi todas mis amigas estaban de novias y las que no, tenían a alguien con quien divertirse y entretenerse. ¿Era mi problema porque seguía esperando a Gastón? Obviamente su reaparición en mi vida me había movido el piso y me había hecho cuestionar que quería de mi. Me encantaba la idea de entablar una relación con él, pero hacía meses que estaba con este problema y no podía empezar una relación así. Lo necesitaba ahí, lo necesitaba en Rosario para poder decirle que lo quería, que quería estar con él, para decirle…

- ¿Qué haces acá?- Le pregunté a Gastón el sábado 13 de Febrero a las 8 de la noche cuando me tocó el timbre y se apareció de sorpresa en mi casa con una caja de bombones y un ramo de flores.
- Te vine a buscar.- Me respondió con simpleza.- Vamos a comer afuera a festejar el 14.
Tenía puesto un pantalón elegante, unos zapatos negros y una camisa divina, pero lo que más me emocionó fue el hecho de que viniera y se apareciera de la nada en mi casa. Fue una sorpresa hermosa. Subí a cambiarme a las apuradas y me puse un vestido de verano y unos zapatos azules arroba de un corpiño bien sexy y una tanga celeste nueva que todavía no había estrenado.
Fuimos a comer a un restaurante muy top, donde servían cosas muy ricas y estuvimos hablando toda la noche. Mi fascinación no se iba, no podía quitarme de la cara la sonrisa de tonta que tenía en ese momento y él se daba cuenta de eso y le provocaba una sonrisa preciosa que me ponía más tonta a mi. Me comentó que se había cerrado el caso y que para la semana siguiente ya iba a estar de vuelta en Rosario, cosa que me puso muy contenta, pero lo mejor de todo fue cuando me dijo que quería empezar a entablar bases conmigo y a ponernos en algo serio.
- Obvio que quiero.- Le dije emocionada.- Me gustás mucho y estos meses que estuviste afuera me sentí un poco sola y me di cuenta que es porque te quiero. Y porque quiero estar con vos.
No era necesario decir mucho más, pero él me respondió confirmándome lo que ya suponía. “Yo también quiero estar con vos” y después de un hermoso beso seguimos con el postre.
Cuando la cena termino, pensé que íbamos a ir a su casa, pero arrancó hacia otra dirección y se alejó un poco de su barrio. “¿A dónde vamos?” le pregunté intrigada, pero él solo me respondió “Sorpresa”. Sin embargo la sorpresa fue lo que me suponía. Frenó el auto frente a uno de los mejores telos de la ciudad y con cara de felicidad me miró y bajamos del auto. “Quiero la mejor habitación que tengas” le dijo al chico de la recepción y después de pagar este nos dio la llave. Era una pieza enorme, con una cama gigante contra una pared, unos sillones sobre el costado y un mini bar en la punta. El baño tenía ducha y jacuzzi y los dos nos miramos con cara cómplice al ver eso.
El se sacó la ropa quedándose en bóxers y mientras iba prendiendo el agua del jacuzzi yo me fui desvistiendo hasta quedarme en ropa interior. Entré al baño y lo vi metido en el agua y me sonrió con deseo al verme así vestida. “Que divina esa tanguita” me dijo y estiró sus brazos invitándome a participar. Me metí adentro de jacuzzi y me senté apoyando mi espalda sobre su pecho. Automáticamente sus labios se posaron en mi cuello y sus manos en mi panza y comenzaron a jugar. Tenía una sonrisa impregnada en la cara que no podía quitármela de ninguna manera.
Gastón fue creando un ambiente hermoso, entre besos, caricias y comentarios delicados y románticos me logró encender como solo él sabe hacerlo. Yo le acariciaba la nuca y las piernas y disfrutaba de la forma en la que me tocaba y de la manera en que sus labios recorrían despacito mi cuerpo. Una de sus manos se enredó entre mi tanga y comenzó a acariciarme la concha. El calor del agua se mezcló con la intensidad de sus dedos sobre mi clítoris y provocaba que me moviera al ritmo de su mano. De a poco iba sintiendo como se prendía fuego cada centímetro de mi cuerpo y gozaba más y más de estar ahí con él.
Pasé mi mano por detrás de mi espalda y llegué al bulto que se había armado en su bóxer y comencé a tocarlo. Como pude le saqué la pija de adentro y empecé a pajearlo con suavidad, mientras él seguía con sus dedos sobre mi conchita. Sus besos no cesaban y me encendían más y más y el roce de los cuerpos era completamente excitante. Con su mano libre me desabrochó el corpiño y de dedicó a manosearme las tetas y acariciarme los pezones que ya estaban completamente duros. Sentir su piel sobre mi cuerpo me estaba poniendo muy fogosa y disfrutaba de cada centímetro de su cuerpo.
Nos sacamos lo poco que quedaba de ropa y seguímos tocándonos con pasión mientras sus labios rozaban mi cuerpo. Disfrutaba de cada roce, cada beso, cada toque, todo era muy placentero. Sus manos sobre mis tetas apretando fuertemente me volvía loca. Su respiración sobre mi cuello me prendía por completo. Su pija bien dura que sentía apoyada contra mi cola me tentaba.
- ¿Vamos a la cama?- Le pregunté y él aceptó.
Nos levantamos y después de secarnos el uno al otro con sensualidad, fuimos a la cama entre besos. Gastón se acostó sobre mi cuerpo y abrí mis piernas para que se pudiera acomodar. Nos miramos fijos a los ojos y sus pupilas marrones me atraparon por completo. Sentía fuego en mi interior. Acomodó su pija sobre mi concha y logré sentir como entraba cada centímetro en mi cuerpo. La pasión y el placer que me provocó me causó un grito espléndido. No podía creer lo mucho que me había gustado eso, era la primera vez que sentía tanto placer con que solo me penetraran. Abrí bien fuerte los ojos y él me miró fijo y empezó a cogerme con ganas.
Movía su cadera hacia adelante y hacia atrás, lo hacía con pasión. Sentía su cintura rozar mis muslos y su cuerpo chocar contra el mío cuando su pija entraba bien a fondo de mi concha. Me retorcía de placer, me temblaban las piernas y me ardía el cuerpo. Apreté fuerte sus brazos y el placer aumentó. Gastón se movía cada vez más rápido y su pija me estaba volviendo loca, me provocaba muchísimo placer. Lo atrapé con mis piernas. Su sonrisa y su mirada en primera plana me encantaban. Su cuerpo mojado rozaba el mío. Su pija entrando y saliendo.
Grité, como nunca antes había gritado en mi vida. Un grito agudo y de desahogo salió de mi boca y Gastón sonrió al escucharlo. Un calor me envolvió por todo el cuerpo y sentí como acababa como nunca antes había acabado. Un orgasmo increíble me vino y no podía parar de disfrutarlo. Su pija seguía adentro de mi cuerpo y me seguía calentando. Yo continuaba acabando a pesar de que él estaba quieto y admiraba la forma en la que me había dejado.
- Acabame toda.- Le dije cuando pude terminar de disfrutar mi orgasmo.
Gastón volvió a moverse bien rápido y enseguida retomé el placer de que me cogiera con esa pija hermosa. Sentí como la leche empezaba a salir de su cuerpo y llenaba el mío y volví a acabar en un grito de placer puro y él sonrió una vez más. Me beso y le devolví el beso con ganas. Nuestros cuerpos mojados y transpirados se rozaron una vez más y un escalofríos me recorrió la piel desde los pies hasta la cabeza. Lo miré a los ojos y sentí algo que hacía mucho tiempo no sentía. Sentí amor.


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