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El vestido (Final)




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Compendio II


Si tengo que ser honesta y admitir cuando fue la primera vez que fantaseé ver a mi pololo/marido acostado con otra mujer, fue cuando mi prima se rompió el brazo.
😂
Y es que incluso para mi marido pasa a ser su “segundo gran amor”.
Es que simplemente es lindísima: unos ojitos café, medio achinados, que la hacen ver más gata que yo y la recontra llenan de soberbia; unos labios carnosos, como con forma de trompita, ideales para besar por horas y horas; pelito negro y resplandeciente, que cada 3 días se lo plancha, para que los rulitos no le aparezcan; una piel morenita, bronceada eternamente; un acento español exacerbado de Madrileña apasionada y un carácter fiero y muy definido.
Eso, complementado con una cinturita de avispa; un tremendo par de pechos (de esos paraditos y desafiantes, del mismo porte que los mios… y eso que ni siquiera se ha embarazado 😮 ) y un trasero redondito y carnoso, de otro mundo.
😆
Ella tenía la figura que muchas envidiábamos (más que nada yo, que estaba enamorada de un muchacho que simplemente le vuelven loco las pechugas XD) y su experiencia con los chicos es inigualable.
Y en cambio yo, que pololeaba con el amor de mi vida y más grande de mis amigos, tenía el pecho planito, una colita decente y lo único que medio me salvaba eran mis ojitos color verde.
XD
¡Las vueltas que da la vida!
Pero cuando mi prima se quedó con nosotros, no tenía otro lugar donde ir.
😕
Y yo quería que viera que mi pololo era genial y diferente, porque siempre terminaba insultándomelo, sin importarle lo feliz que él me hacía.
(Aunque eso era un acto de ella, porque secretamente también estaba enamorada de él…XD)
😂
Pero lo que más me mató de la risa fue lo que me contó en nuestro viajecito de septiembre.
“¡En serio, Mari! ¡A ningún tío le había dado mi cola antes!”
Y yo no podía parar de reír, porque mi marido se la tomó por un malentendido…
😆
Pero sin importar lo graciosísimo que fue todo, la mirada de mi prima era dulce y tierna cuando lo recordaba.
Me contó que a pesar de todo, igual lo disfrutó y que incluso, pasó un tiempo metiéndose cosas por el trasero (¡Al igual que yo! XD) para no olvidar la experiencia.
😕
Pero pasaría un tiempo para que los viera, porque ella y mi marido me quieren bastante y a pesar que era como uno de esos “culposos” que una tiene, les preocupaba que me fueran a lastimar.
En fin, volviendo a ese día sábado…
😆
Acordamos que se hiciera la enferma, para que él no sospechara nada raro…
Y la verdad, que el tiro nos salió un poquito por la culata.
Porque él se creyó el cuento: le tocó la frente varias veces, para ver que no tuviese fiebre; acariciaba sus mejillas y la tuvo bien arropada y una buena parte del día abrazando, para que no se pasara de frio…
😍
Algo que su antiguo novio nunca hizo y que literalmente, le ponía sus ojitos así…
Hasta por la noche, cuando nos acostábamos, me preguntaba si acaso no sería necesario llevarla al doctor.
😠
Yo me hice la ofendida…
“¡No te pongas celosa, Marisol! Solamente, no quiero que les pase algo malo…”
Y para que se hagan la idea de cómo estábamos, él estaba sentado sobre la cama, mientras yo me arreglaba las medias del portaligas, en silencio, pero mostrándole todas esas curvitas que a él tanto le gusta mirarme y me cubría los hombros con un abrigo delgadito y semi transparente, que me daban mayor sensualidad.
De repente, suena la puerta y solamente, puede ser una persona que golpea…
😏
Yo, sigo ocupada y callada y a él no le queda otra más que atender.
“¡Lizzie!” dice, con un tono de sorpresa que me late el corazón.
😍
¡Y se ve lindísima, vestida de novia!
Su cinturita se marca bien, su colita se destaca por montones y esos pechos tan gelatinosos…
😤
Es que en esas cosas, Liz es más disciplinada que yo: no saldrá a correr tan a menudo como mi esposo, pero hace estiramientos de piernas y aeróbica, cuando está aburrida.
Aparte que ella si se mantiene firme en la dieta…
😆
Pero lo que me encantó es que ni siquiera le dio tiempo para procesar…
¡Un puro beso, y se colgó de sus hombros, empujándolo para la cama!
Él, sorprendido, miraba para todos lados y Liz cerraba firme sus ojos, disfrutando del interior de su boquita magistral.
😚
Lo llevó derechito y con convicción hasta la cama.
¡Él quería tocarla, verdad que si!
Porque la faldita de gasa se le apegaba bastante a la piel y la cola se le veía estupenda.
Pero también me miraba preocupado a mí… y eso, como que mataba el ambiente un poco.
😕
Yo sé que me ama y le preocupo siempre.
Pero a ratos (Como ese, por ejemplo), me gustaría un poquito que “se olvidara de mí” y se enfocara en ella, solamente, porque como les dije al comienzo: yo quería que mi prima supiera lo rico que besaba y me hacía sentir.
Pero bueno… también soy la primera en reconocer que me daría un tremendo ataque de celos si él me ignorara completamente, porque se le cruzó una desconocida…
😠
Por fortuna, a mi amigo no se le ha subido a la cabeza lo galán que él es…
Pero volviendo al grano, Liz lo tiró a la cama.
Y él, callado, pero igual tratando de mirarme…
Aun así, Liz no se dio por vencida y él paró de luchar y se dejó llevar…
😖 😩 😫
Y yo, con mi botoncito ardiendo y sentándome en el silloncito reclinable, dedeándome con impaciencia.
Porque pienso que es mejor que las pornos: a Liz la veo todos los días y él es el chico que me vuelve loca…
Y verlo que otra lo quiere y quiere tenerlo dentro, con la misma desesperación que yo, es algo maravilloso…
Así que ella no paraba de besarlo.
🤤
Estaba rojita de vergüenza, porque era como una noche de bodas y él también la miraba con esos preciosos ojazos.
😲 😲 😲
¡Era tan rico!
Porque a ella, también le bajó esas ganas que le comiera los pechos y que deseas que te vea como una llegó al mundo…
Y sus pezones, tremendos y bien marcados, demandaban porque fueran bien chupados.
Y yo empezaba a chorrear cuando se los agarraba y con una tranquilidad desesperante, él se los sobaba suavemente en círculo, haciéndole derretir.
😫 😫 😫
Y lo que más me mataba es que ella solita se empezaba a mover entre las piernas de mi marido.
Porque aparte, la tenía afirmada de la colita con una mano y le apretaba el cachete con ganas.
Y le continuó apretando y estirando los pezones, con suavidad y con firmeza, estirándolos para que doliera un poquito.
Y bueno, Liz besándolo apasionada, deliciosa, entregándose al chico que le gusta y sus labios se veían brillantes, de esa pura saliva lujuriosa que te llena la boca.
😳
Pero Liz es muy hábil y con una sola mano, logró bajar el cierre del pantalón de mi marido, moverle el calzoncillo y sacarle su bastoncito completamente del pantalón.
😮
¡Y para qué decirles que lo acariciaba contenta y despacito, subiendo y bajando su manita, sabiendo que apenas le puede cerrar alrededor!
😩 😖 😩
Y yo, ahí, chupeteando y sacando el consolador…
Porque era inevitable que se lo terminara metiendo.
Y su manita subía y bajaba, cada vez más rápido, dándole unos besitos terribles, donde su lengüita parecía veranear dentro de la boca de mi marido.
Y bueno, cuando lo empezó a meter, le cortó la respiración…
Porque una podrá ponerle todo el empeño que quiera, pero meterse la cosita de mi marido no es tarea fácil.
😩 😲 😩
¡Tienes que hacer un esfuerzo igual, porque ya les dije que es gordita y es difícil meterla de golpe!
Y a él, no le culpo por recogerle la falda, porque su cola se ve grandota y tenía que tocarla.
Pero se notó cuando pudo entrarle la cabecita entera, porque dio como una sonrisita y parecía sentirse requeté bien.
😫 😍 😖 😩
Esa sensación increíble, como que te va rompiendo por dentro y ensanchándote a más no poder, no tiene precio.
Y obvio que ella se quejaba, con suspiritos suaves, con sus pechitos vibrando y sacudiéndose con violencia y con las manos de mi marido, afirmándola de la cintura, asegurándose que cada uno de sus saltitos le hiciese avanzar más y más adentro.
Y yo, metiéndome el consolador y sacándomelo, siguiéndoles el paso y apretando una de mis pechuguitas como si se me fuera la vida.
Y cuando se la pudo meter toda y como que le calzaban las bolitas de mi esposo, ella como que se meneaba para adelante y para atrás, como si se las rascara.
Su cuerpo enterito vibraba y los ojitos cerrados que ella ponía eran terribles, porque los resortes de la cama crujían con la fuerza de sus saltos.
Y mi marido también cerraba los suyos, y se notaba que iba a acabar, y se venía y se venía…
Y ¡Paff!
¡Fue formidable!
Porque como mi marido todavía sigue saliendo a trotar, todavía tiene fuerza en la cintura…
Y esa maravillosa sensación que me da, cuando él acaba, que como me levanta de la cama, pude ver que es cierta, porque se meneó unas 3 veces, antes que ella se acostara…
💦 💦 💦
Y me di cuenta que hasta ponemos la misma cara cuando se viene y tenemos que esperar que la saque: una sonrisita media tontorrona, una mirada algo vacía, perdida en el espacio y unos suspiros que te abarcan el pecho entero.
Y ahí, con la faldita a medio subir, con el encaje blanco todo doblado y los senos de Liz, firmemente apretados sobre el pecho de mi marido, mientras que ella le abraza para que no se arranque, mi marido le pregunta:
“Liz, ¿Quieres otra vez?”
😳
Y como que nos asusta, porque con una, nos deja bien…
Pero la saca y se sigue viendo grande, con unas tremendas venas y ardiente como si tuviera fuego…
🤤
Entonces, le pide a Liz que se apoye en el respaldo de la cama…
Se muerde los labios y me mira igual con nerviosismo, porque sabe que le hará su favorito “doggy style”.
😂
Y ahí como que entiende por qué se lo presto tanto…
Porque a solas conmigo, me daría hasta las 4 de la mañana, sin parar…
Y otra vez, le entra esa tremenda cosa, ancha y grande como la vida misma, meneándola sin parar…
😫 😖 😂 😫
Pasa otro rato más y quedamos desechas…
Dejé el sillón todo pegajoso y ellos, acostados en la cama, uno arriba de la otra…
Tuve como 5 orgasmos y supongo que Liz perdió la cuenta, porque sus ojitos tan vivos y picarones están a medio cerrar y la sonrisa que tiene muestra todos sus dientes blanquitos…
😳 🤤 😛
La vuelve a sacar y se sigue viendo tremenda…
Y de verdad, que no puedo evitarlo…
Se siente ese olorcito rico y fuertecito a sexo y me pongo a lamerla lo más feliz de la vida…
😍 😆
Y Liz me ve y también se pone a hacer lo mismo, haciéndole que le vuele la cabeza…
Lo más rico de todo es que él tiene tanta carne que podemos fácilmente repartirnos mitad y mitad y nunca tocarnos…
Y bueno… como soy yo la única que no ha probado nada por la noche, me toca tragarme su juguito… aunque a Liz le moleste un poco…
😫 😖 😩 😛
Pero sé que para mí, a él todavía le queda una cabalgata…
Y Liz, que también es toda una viciosa, le pone la conchita en la boca a mi marido, para que también le haga gozar…
😂
¡Otro buen rato y bam, bam, bam!
💦 💦 💦
Pero ya casi lo teníamos en la lona y yo, de verdad quería que me comiera la conchita, porque la hace recontra genial.
Y Liz, que todavía le impresionaba que la cosa de mi marido siguiera así, parada y dura como el acero y aprovechando que yo no la estaba ocupando, decidió montarla una vez más…
😩 😖 😩 😖
Ahí, faltó un poco para que nos diéramos un besito lésbico…
Porque las 2 teníamos los pezones paraditos a reventar y la boca, con esa saliva pegajosa, que lo único que te hace es babear…
Al final, terminamos los 3 cansados y dormimos hasta tarde, aunque igual, como él hace toda la pega y al día siguiente, vuelve a la faena, le dejamos descansar.
😏
“Y al final, ¿Te gustó usar el vestido?” le pregunté, pensando que tendríamos que si o si mandarlo a lavar.
“¡Sí! ¡Bastante!... deberíamos hacerlo más a menudo…” respondió ella, más que contenta.
Y bueno… es por eso que ratito libre que tenemos, aprovechamos de chupársela a más no poder.
😉


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1 comentarios - El vestido (Final)

pepeluchelopez
Mejor que mirar porno nada es actuado y lo mejor que uno puede unirse, genial! Saludos
metalchono +1
😆 ¡No podría estar más de acuerdo, campeón! ¡Un besito y que lo pases fenomenal! 😘 😉