Post anterior
Post siguiente
Compendio II
😂
Esa mañana, desperté cansada y sonriente.
Él se veía lindo, durmiendo a mi lado y de verdad que me dio lata tener que irme a clases.
Lo amo bastante y si pudiera, me quedaría durmiendo todos los días con él.
Pero también me enseñó a ser responsable, así que me rompió el corazón, pero me bañé y me fui a clases.
😊
A todo esto, mis amigas estaban complicadas esa semana, porque tenían pruebas y se habían pegado trasnochadas.
“¿También te quedaste estudiando hasta tarde?” me preguntó Ann, que tenía unas ojeras terribles.
“¡Nooo! Anoche me quedé haciendo el amor con mi marido hasta tarde.” Respondí, bien alegre mientras comíamos en el casino.
😂
¡Maté el ambiente de la mesa, porque quedaron calladas!
“¿Cómo dices?” preguntó Vane, muerta de la risa.
Y les conté lo que pasó.
😆
Me encanta hablarles de esas cositas que él hace por mí y hasta Jess se veía interesada por lo del vestido.
😕
Aunque lo que pasó con mi marido al final de año igual le afectó un poco (no me quiso hablar por un tiempo y ni siquiera me ha dicho que ella vino esa tarde a mi casa o que algo pasó entre ella y mi marido), sabe que él es un chico honesto, caballeroso y un buen papá y creo que también le gusta un poco.
Pero Vane es la que más detalles me pedía y es que le tiene un antojo terrible.
XD
Lara, en cambio, mordía el lápiz con fuerza y Ann suspiraba, porque saben que no les miento con eso.
Y les conté de la manera que comió mi conchita, de cómo me robó el aliento cuando metió su ardiente cosita dentro de mí y de la manera que me terminó rematando la colita.
😊
Jess no pudo aguantar y fue al baño por un tiempo. Lara me volvió a retar (¡¡Toda colorada!!), diciéndome que no debía hablar esas cosas dentro de la universidad, aunque Vane le pidió que se relajara.
Y Ann y Sandy me miraban sin palabras.
¡Fue genial!
😆
Pero por la tarde, conversamos un rato a solas con Liz.
“¿Lo pasaste bien anoche?” preguntó, como que no quería la cosa.
“¡Excelente! ¡Fue espectacular!”
😳
Puso una carita rara, como de sorpresa, pero también de vergüenza.
¡Y me dio la guinda de la torta!
😃
“¿Sabes?... anoche los vi… no quise hacerlo… pero la puerta estaba abierta…”
🤤
¡Les prometo que en esos momentos, sentía como que me iba a escurrir entre las piernas!
Y es que lo que pasó fue lo siguiente: Liz sigue teniendo clases de arte por la noche en su instituto y vuelve como a las 11 (Lo rico es que vivimos en una parte segura de Adelaide, porque sino, mi marido viviría afligido por ella todo el tiempo 😕 )
La cosa fue que llegó a la casa, apagó las luces y se fue a acostar…
¡Pero nos escuchó!
😂
Y de verdad, que yo ya no dejo la puerta a propósito para que nos vea.
Todavía veo las grabaciones de seguridad, cuando mi marido se la sirve por las mañanas (¡Ya saben! Para nochecitas como estas, que el consolador que me dejó no es suficiente para bajar la calentura), pero en lo otro, somos bien reservadas.
Y dijo que yo la estaba gozando.
Caminó bien calladita, pero dijo que no nos habríamos dado cuenta, porque ya estábamos haciendo un buen alboroto.
😊
¡Me contó que yo estaba tirada en la cama, medio ahogada y chascona y que tenía el trasero al aire!
Y él, infatigable, preguntándome si me podía hacer la colita…
😳
Y bueno, ahí se puso medio nerviosa, porque reconoció que por él, nos hemos vuelto “medio putas”….
Porque a pesar que apenas se veía, igual se distinguía la cosita de mi marido.
😅
Y no es que sea tan, taan grande( igual tiene lo suyo XD)…
Pero si es bastante gorda y eso le sorprendía, porque nosotras nos la metemos por el trasero casi todos los días.
🤤
Y bueno, contó lo de siempre: que puso su cosita entre mis cachetitos y la empezó a sobar bien despacio, para ponerme más caliente…
(Y todo esto lo contaba roja hasta las orejas)
Hasta que puso la cabecita en la punta de mi agujerito. Que ahí, boté un suspiro de alivio y él empezó a empujar.
😩
“Parece que te dolía… pero no estoy segura…” dijo, con ese tiritón y nerviosismo en la piel que te da el pensarlo.
Pero después, empecé a disfrutarlo. Me remecía enterita, tan fuerte que se balanceaba la cama y que de no haber viajado con nosotros en septiembre, habría creído que estaba temblando.
Y bueno… no tuvo duda en confesar que se empezó a tocar también.
😕
Creo que es normal, porque nos vuelve locas y nos da como tambor casi todos los días.
Pero pienso que lo hizo para no sentirse tan mal por habernos visto.
En fin, no pasó mucho en que yo lo empezara a disfrutar.
Que él entraba y salía de mí con tanta fuerza y velocidad, que ahí se daba cuenta de lo putas que nos hemos vuelto y que yo gemía “como una loca… con la boca abierta y babeando…” (¡Sus palabras! XD), mientras él la metía y sacaba hasta el fondo.
😳
Y entonces, vio que él acababa como un cañón…
Una remecida fuerte. 2, 3 y 4…
😛
Y yo, con una cara de golosa, como si me hubiese comido una torta entera…
XD
“¡Qué envidia! Me habría gustado verlo…” le dije, sonriente y ya mojadita.
😏
Y bueno, tengo que contarles que Liz siempre piensa que soy exagerada con lo de los disfraces.
Mi marido ya me entiende un poco, porque lo hace entretenido y para mí, todo esto es como un juego.
Pero a ella, le falta compromiso.
😕
Porque para la pascua, me disfracé de conejita (¡Celebro las fiestas y las cosas, muy parecido a la chica de “Deadpool” XD), con orejas, bigotes y todo y ella, de tanga y sostén…
Pero aun así, no tuvo dudas en comer los “huevitos de chocolate” más ricos que le han servido…
😈
En fin, volviendo al momento…
“¿No te gustaría probarte mi vestido?”
Me miró toda colorada…
😳
“Pero Mari… ¡Es tu vestido!…” y lo dijo en ese tono tan rico, como si quisiera también, pero no se atrevía porque es mi marido.
Yo, estaba en la gloria…
😇
“Pero ya sabes cómo es él. Dice que es una lástima que lo usemos solamente un día…” Le dije un poquito triste, porque aunque salió caro, él tiene mucha razón…
“¡Pero es tu marido!” me respondía con mucha seriedad.
Yo no entendía qué le pasaba…
😓
“¿Y?”
“Si él se casara conmigo… podría irse preso.”
😳
Yo, wooooow, porque entonces no soy la única…
Y es que hasta mi mamita me ha contado que también se le ha pasado esa idea por la cabeza:
Él es un papá tan genial y un marido tan talentoso, después de todo…
XD
“¡Pero sería solamente una noche! ¡Y es solamente un juego!” le dije, como bajándole los pelos.
Y ella se fue relajando, como que no me creyera que se lo fuera a prestar…
😕
Porque eso es lo malo de los chicos de ahora: ya pocos se quieren casar y se conforman con vivir juntos.
Nada de vestido de novia, de noches de bodas o lunas de miel…
Y a lo mejor, están en su derecho o les falta dinero.
Pero mi mejor amigo siempre creyó (y cree) firmemente en esas cosas…
En que una, como mujer, se merece un día especial…
Y por eso, ese sábado enterito, él se lo iba a demostrar.
😉
Post siguiente
1 comentarios - El vestido (3era parte)