Me llamo María Inés, tengo 40 años, estoy casada y mi marido tiene 61. El tiene un hijo de un matrimonio anterior y el chico tiene 19 y vive con nosotros. Vivimos en un barrio tranquilo de un pueblo del interior que está a unos 40 kilómetros de la ciudad. Son todas casitas bajas y los vecinos somos todos conocidos. Tanto mi esposo como mi hijo se van a la ciudad a la mañana uno a trabajar y el otro a estudiar y vuelven a la tardecita. Yo quedo ahí, hago las tareas de la casa y salgo a caminar por el pueblo para entretenerme.
Un día caminando por el barrio vi que se estaban mudando al lugar una familia. Yo iba con otra vecina, y como bien somos los del lugar, enseguida nos fuimos a presentar a esa familia. Era un matrimonio de recién casados muy jóvenes, creo que ambos no pasaban mucho de los 20 años. La chica se notaba que estaba embarazada y nos presentamos. Además les ofrecimos ayuda para cuando la necesitaran, les dimos nuestros teléfonos y les mostramos donde vivíamos. Ellos fueron muy amables y agradables y no les incomodó que nosotras los abordáramos. Seguimos caminando y, como siempre, comentamos algo de lo que nos parecieron; que bien que está el nuevo vecino, le dije a mi amiga y ella me dijo está bien bueno, jajá y nos reímos las dos.
Pasaron los días y uno de ellos salimos con mi amiga y encontramos a la chica que estaba regando un jardincito frente a la casa y nos pusimos a conversar. Allí nos enteramos que se habían casado medio de apuro por el embarazo de ella y su padre lo había mandado a trabajar en un campo que tenía en la zona y también conversamos de pila de cosas así que nos enteramos de todo como pasa siempre en esos pueblitos de campaña. De pronto llegó él del campo y nos saludó con un beso a cada una y nos convidaron a tomar algo y bueno, pasamos un lindo rato con ellos. Cuando nos despedimos el nos acompaño a la puerta y nos despidió con un beso.
Volvimos con mi amiga a nuestras casas y ella me dijo si había notado como me miraba, yo le dije que no y ella dijo mira no te sacó los ojos de encima y cada vez que te parabas te miraba la cola. Yo me reí y lo dejé pasar.
Una semana después llegó un día a mediodía la chica a pedirme prestado una plancha pues la de ella se había quemado. Me dijo que la traería en una hora u hora y media.
Cuando se fue pensé, no vendrá él a traerla? Como en ese pueblo somos todos medio chismosos, cruzó enseguida mi amiga a preguntar a que había venido y a avisarme que se iba para la ciudad a comprar algunas cosas.
Yo esperé un rato para ver si traían la plancha y me bañé y me cambié la ropa interior y me puse una pollera medio corta. Esperé un rato y ya eran como las 3 de la tarde y me dije, voy a salir a caminar un rato y después la voy a buscar. Cuando fui al dormitorio a cambiarme de nuevo sonó el timbre, y me dije, la plancha y fui a abrir y era él con la plancha. Cuando abrí se me quedó mirando como medio absorto y le dije, que pasa?
Y me dice, Usted me va a disculpar, pero es bien bonita usted. Yo quedé como media cortada, estaba dispuesta a eso, pero no me lo imaginé en ese momento. Yo ya me había levantado a un par de vecinos, incluso al esposo de mi amiga y ella no lo sabía, pero quedé como descolocada. Fue demasiado rápido. Se sentó en el comedor y me empezó a hablar de su esposa y de que no podía tener sexo con ella por el embarazo y esas cosas. Me enteré que él tenía 20 años y su esposa 18. En un momento me tomó de la mano y me dijo que yo le gustaba mucho y ahí mismo le prendí cartucho y lo besé en la boca.
No sé cómo pero llegamos al cuarto de mi hijastro y allí él se desnudó y tenía su martillo duro y lleno de venas negras. Me lo tragué y lo degusté bien hasta que estuvo pronto y comenzó a meter suavemente hasta que entró casi todo en mi vagina y comenzó a moverse primero con suavidad mientras nos besábamos y después con una rapidez que me hizo volar y ver estrellitas de colores hasta que sentí si leche caliente que me inundaba la matriz. Salió de dentro de mí y le tomé el pene y se lo chupe hasta que estuvo vacio. Esa fue la primera vez con él. Ahora lo hacemos por lo menos una vez cada quince días.
Ahora tengo tres vecinos a quienes recurrir cuando ando medio bajoneada.
Otro día les cuento como son los otros dos.
Un día caminando por el barrio vi que se estaban mudando al lugar una familia. Yo iba con otra vecina, y como bien somos los del lugar, enseguida nos fuimos a presentar a esa familia. Era un matrimonio de recién casados muy jóvenes, creo que ambos no pasaban mucho de los 20 años. La chica se notaba que estaba embarazada y nos presentamos. Además les ofrecimos ayuda para cuando la necesitaran, les dimos nuestros teléfonos y les mostramos donde vivíamos. Ellos fueron muy amables y agradables y no les incomodó que nosotras los abordáramos. Seguimos caminando y, como siempre, comentamos algo de lo que nos parecieron; que bien que está el nuevo vecino, le dije a mi amiga y ella me dijo está bien bueno, jajá y nos reímos las dos.
Pasaron los días y uno de ellos salimos con mi amiga y encontramos a la chica que estaba regando un jardincito frente a la casa y nos pusimos a conversar. Allí nos enteramos que se habían casado medio de apuro por el embarazo de ella y su padre lo había mandado a trabajar en un campo que tenía en la zona y también conversamos de pila de cosas así que nos enteramos de todo como pasa siempre en esos pueblitos de campaña. De pronto llegó él del campo y nos saludó con un beso a cada una y nos convidaron a tomar algo y bueno, pasamos un lindo rato con ellos. Cuando nos despedimos el nos acompaño a la puerta y nos despidió con un beso.
Volvimos con mi amiga a nuestras casas y ella me dijo si había notado como me miraba, yo le dije que no y ella dijo mira no te sacó los ojos de encima y cada vez que te parabas te miraba la cola. Yo me reí y lo dejé pasar.
Una semana después llegó un día a mediodía la chica a pedirme prestado una plancha pues la de ella se había quemado. Me dijo que la traería en una hora u hora y media.
Cuando se fue pensé, no vendrá él a traerla? Como en ese pueblo somos todos medio chismosos, cruzó enseguida mi amiga a preguntar a que había venido y a avisarme que se iba para la ciudad a comprar algunas cosas.
Yo esperé un rato para ver si traían la plancha y me bañé y me cambié la ropa interior y me puse una pollera medio corta. Esperé un rato y ya eran como las 3 de la tarde y me dije, voy a salir a caminar un rato y después la voy a buscar. Cuando fui al dormitorio a cambiarme de nuevo sonó el timbre, y me dije, la plancha y fui a abrir y era él con la plancha. Cuando abrí se me quedó mirando como medio absorto y le dije, que pasa?
Y me dice, Usted me va a disculpar, pero es bien bonita usted. Yo quedé como media cortada, estaba dispuesta a eso, pero no me lo imaginé en ese momento. Yo ya me había levantado a un par de vecinos, incluso al esposo de mi amiga y ella no lo sabía, pero quedé como descolocada. Fue demasiado rápido. Se sentó en el comedor y me empezó a hablar de su esposa y de que no podía tener sexo con ella por el embarazo y esas cosas. Me enteré que él tenía 20 años y su esposa 18. En un momento me tomó de la mano y me dijo que yo le gustaba mucho y ahí mismo le prendí cartucho y lo besé en la boca.
No sé cómo pero llegamos al cuarto de mi hijastro y allí él se desnudó y tenía su martillo duro y lleno de venas negras. Me lo tragué y lo degusté bien hasta que estuvo pronto y comenzó a meter suavemente hasta que entró casi todo en mi vagina y comenzó a moverse primero con suavidad mientras nos besábamos y después con una rapidez que me hizo volar y ver estrellitas de colores hasta que sentí si leche caliente que me inundaba la matriz. Salió de dentro de mí y le tomé el pene y se lo chupe hasta que estuvo vacio. Esa fue la primera vez con él. Ahora lo hacemos por lo menos una vez cada quince días.
Ahora tengo tres vecinos a quienes recurrir cuando ando medio bajoneada.
Otro día les cuento como son los otros dos.
8 comentarios - Mi nuevo Vecino
Lástima no tenerte de vecina 🙂