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Una diosa. Capítulo 35

Una diosa. Capítulo 35

Esta es la historia de Gabriela, una diosa de 25 años que tiene muchas ganas de contarnos su vida repleta de hombres, amigos, engaños y muchas anécdotas sexuales. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…


Capítulo 35: Invierno ardiente
El invierno siguió y los días se hacían cada vez más cortos y más fríos. Julio era el mes ideal para comer mucho, dormir bien tapada y tener mucho sexo para calentarse y Tomás supo aprovechar el mes al máximo. Después de nuestra experiencia con Flavia él estaba mucho más apegado a mi y en cada oportunidad que se presentaba me proponía de pasar un buen rato. Ya no le importaba si estábamos en su casa o en su auto, así como en la facultad o en un restaurante o inclusive en el cine. Maipi había pasado a una mejor vida y ya no era un problema a pesar de que sus intentos por recuperar a Tomás se habían vuelto algo patéticos. Pero yo había ganado y él estaba conmigo.
Cuando llegó Agosto el frío no cesó y una especie de ola polar invadió la ciudad. Ir a la facultad a la mañana era un sacrificio, pero peor para mi era ir al trabajo, ya que mi escritorio estaba al lado de la puerta y cada vez que alguien la habría entraba una ráfaga de aire que me congelaba. Patricio, mi jefe, me propuso correr el escritorio unos metros más atrás y lo hicimos, pero el frío seguía siendo evidente. Martín, uno de mis compañeros, me embromó con que podía aprovechar y tomar café y mates toda la tarde para calentarme, Juan Manuel, otro de los chicos, fue más extremo y de manera camuflada me propuso coger para calentarnos.

Pero no fue hasta mediados de mes que no me importó que abrieran la puerta, pues el chico que entró se veía muy familiar. “Hola. ¿En qué puedo ayudarte?” le dije con tono amable y una sonrisa en la cara. Él revolvió el bolso que traía y sacó unos papeles y los apoyó en el escritorio y ahí cruzamos miradas y nuevamente me vino la sensación de que lo conocía.
- ¡Gabi!- Me dijo sorprendido y sonrió. Al ver mi cara de desconcierto aclaró.- Soy Gastón, ¿te acordás? Que nos conocimos en la costa y después nos vimos un par de veces.
¿Y como no acordarme? Gastón había sido el amor de verano que más me había conquistado nunca. Lo conocí cuando fuimos con las chicas a Pinamar en el verano de 2009 y salimos durante casi medio año. Fue el primer chico por el que llegué a sentir mucho más que cariño. Pero su actitud reservada y casi misteriosa terminó haciendo que nos peleáramos y que cortáramos toda relación. Seguía alto, flaco, con una cara divina y con rasgos bien definidos, ojos marrones y pelo oscuro bien cortito. Pero se había dejado un poco la barba y le daba un toque adulto masculino que lo hacía más lindo todavía.
- ¡Obvio que me acuerdo!- Le dije parándome y abrazándolo.
Nos quedamos un rato hablando sobre nuestras vidas. Me contó que seguía con abogacía pero que ya estaba por terminar y que trabajaba con su padre en el estudio y que Patricio era un cliente suyo y que le iba a llevar unos papeles. Yo le hablé un poco de mi pasada, evitando contarle sobre mis aventuras de la noche y al final quedamos en que uno de esos días teníamos que tomar algo para ponernos al día. “Seguro no aparece nunca más” pensé en ese momento. Pero me equivocaba.

El miércoles de la semana siguiente Gastón volvió a aparecer en la oficina y para mi sorpresa trajo dos cafés y unas medialunas. “Para que no te quejes tanto del frío” me dijo ya que yo le había contado de mi problema y se sentó en la mesa y se puso a tomar su café. Le agradecí y tomé la taza que tenía para mi, pero él se quedó sentado y empezó a hablarme. Al principio le respondí algo cortante, pensado que podía llegar Patricio o alguno de los chicos y no quería que me vieran distraída. Pero a medida que iba pasando el tiempo y nadie aparecía me fui soltando.
Gastón me contó que estaba viviendo solo y trabajando con su viejo hacía ya dos años y que le estaba yendo muy bien, tenía un auto propio y había viajado por varios lugares del mundo. Obviamente destacó el hecho de que estaba soltero y que por más que estuvo saliendo con una chica durante unos años, nunca llegó a nada serio. Evité contarle muchos detalles de mi vida de novia con Eloy y mucho menos que en ese momento estaba saliendo con Tomás. Pero le seguí un poco el juego y cuando al final del día me dijo que la próxima teníamos que tomar el café afuera, obviamente que acepté su propuesta. ¿Habían vuelto todos esos sentimientos que había guardado hacía varios años?
Apenas se fue de la oficina, entré a facebook y busqué su perfil, casi que había ignorado sus fotos y sus comentarios por lo que era todo nuevo. El cambio era notable, ese nene de 18 y 19 años había quedado en el pasado y ahora se había convertido en un verdadero hombre y por lo visto era deseado por más de una. Sus fotos de perfil rondaban los 50, 55 likes y eran todas muy sexys. En cuero en la playa, con unos amigos en una fiesta con una camisa slim fit, con la torre Eiffel de fondo y con una musculosa que revelaba unos brazos bien armados, manejando su auto con unos lentes oscuros y una sonrisa divina.

Salí del trabajo y me fui directo a la casa de Tomás, como habíamos acordado previamente. Con la excusa de que teníamos que terminar un trabajo para la facultad nos juntamos a estudiar y a comer y yo después me quedaba a dormir. Emiliana, Natalia y Silvina ya estaban cuando yo llegué y habían avanzado bastante con el trabajo, por lo que apenas terminaron de comer se fueron y yo me quedé leyendo un poco lo que habían hecho. Pero mi cabeza estaba en otro lado.
Gastón me había hablado por el chat del facebook y me había pedido mi número de teléfono para mandarme unos whatsapp y así acordar una salida juntos. Algo nerviosa y con culpa por estar en la casa de Tomás, se lo mandé y el primer whatsapp no tardó en llegar. “Qué lindo que fue hoy hablar con vos. La verdad que no me había dado cuenta lo mucho que te extrañaba.” decía, abriendo la conversación con una frase reveladora. Le respondí agradeciéndole el café y diciéndole lo bien que la había pasado, pero los brazos de mi amante que se apoyaron en mis hombros me obligaron a dejar el celular en la mesa sin poder seguir la conversación.
- ¿Querés que vayamos a la cama, hermosa?- Me preguntó al oído para después darme unos besos en el cuello que prendieron la llama interior.
Me levanté y después de darle un beso bien apasionado fuimos hasta su pieza. Nos tiramos en la cama y comenzamos a darnos algunos besos. Él se puso sobre mi y yo abrí mis piernas para que se acomodara encima de mi cuerpo. El frío empezaba a desaparecer de a poquito y sus besos sobre mi cuello y mi pecho me encendían cada vez más. Pero mi mente no estaba en ese lugar, seguía todavía en mi celular, con ese mensaje que me había llegado. Cerré los ojos y a medida que Tomás bajaba empecé a recordar un pasado que ya parecía olvidado…
La primera vez que estuve con él en su cama, como me había cogido bien fuerte haciéndome gritar como loca. La primera vez que lo hice sin forro y me llenó la pancita de leche. Cuando lo hicimos en la ducha y me llenó la cola de semen. Cuando no tuve mejor manera de explicarle a mis amigas que lo que él me hacía sentir eran “kilos de placer”. Todas las veces que lo habíamos hecho, empecé a acordarme una por una y su cara se apareció frente a la mía. “Qué lindo que fue hoy hablar con vos” me imaginé que me lo decía con esa voz hermosa que tenía.
Un fuego invadió mi cuerpo cuando Tomás metió su cabeza entre mis piernas y comenzó a chuparme la concha. Sentía su lengua yendo y viniendo de acá para allá y me volvía loca. Pero en mi imaginación seguía la cara de Gastón frente a mí y recordaba su cama rechinando cada vez que me daba en cuatro. El calor ya dominaba mi cuerpo y la lengua que pasaba por mi clítoris me volvía más loca. Quería que me cogiera y que me hiciera acabar miles de veces. Estaba encendida.
Lo acosté sobre la cama y con brusquedad le saqué el pantalón y el bóxer. Lo masturbé por unos segundos para que su pija se quedara bien dura y me senté sobre ella apoyando mis piernas una a cada lado de su cuerpo. Comencé a moverme bien rápido y sentía como su pija bien gruesa bailaba adentro mío. Tomás apoyó sus manos sobre mi cintura y veía su rostro reflejando el placer a medida que yo movía mi cuerpo hacia adelante y hacia atrás.
Como pudo me levantó y me acostó sobre la cama y él se arrodilló a la altura de mi cintura y abriéndome las piernas volvió a metérmela bien a fondo. Un gemido de placer salió de mi boca y cuando comenzó a darme bien fuerte no pude contener la felicidad que me provocaba que me cogiera. Cerré los ojos y me dediqué a disfrutar de su pija saliendo y entrando de mi cuerpo y la imagen de Gastón volvió a aparecer en mi cabeza. Pero esta vez no estaba flotando en la nada como antes, esta vez era él el que me cogía así de lindo. Era su pija la que entraba y salía de mi cuerpo. “La verdad que no me había dado cuenta lo mucho que te extrañaba” me dijo su voz que solamente se escuchó en mi cabeza y una sonrisa se dibujó en mi cara.
Como era su costumbre cambiar de pose bastante seguida, Tomás me dijo que me pusiera en cuatro y cuando lo hice Gastón volvió a aparecer en mi mente, ya que esa era su pose favorita. Me metió nuevamente la pija en la concha y apoyando sus manos sobre mi cintura empezó a darme bien rápido y fuerte y las imágenes de mi primera vez con Gastón aparecieron en mi cabeza. Lo bien que la había pasado ese día, lo trola que me había sentido al acostarme con él, lo mucho que me había gustado su manera de cogerme. Y no pude evitar un orgasmo divino que llegó acompañado no de uno, sino de varios gritos de placer que Tomás celebró dándome más duro y más a fondo.
Volvió a darme vuelta y mi calentura le pidió que me acabara en las tetas. Él se acomodó sobre mi pancita y comenzó a pajearse bien rápido hasta que la leche comenzó a salir. “Dámela toda” le pedí con voz de putita y el obedeció llenándome el pecho de semen bien calentito. El invierno estaba llegando a su fin, pero mientras durara había que mantenerse caliente y Tomás no tenía por qué ser mi única opción.

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3 comentarios - Una diosa. Capítulo 35

GaryelMiron +1
Buen relato, me paso por los otros asi me pongo al dia 😉
HistoriasDe
Gracias! Espero que te gusten!
suaveplatense
Cada vez mas liberal jajajaj felicitaciones
HistoriasDe
Viste? Muchas gracias!