Esto no tiene sentido, JAJA, pero bueno, las cosas inocentes o innovadoras no les gustan :(
La intriga sugiole a Héctor, padre de Laura cuando notó que la ropa interior de su hija estaba manchada de una sustancia láctea y espesa, rápidamente se la llevó a su señora, Norma, a que le diga que podría a llegar a ser eso.
— No debe ser nada, Héctor, debe ser que tomá mucho yogur — dijo, más que nada para proteger a su hija.
El boludo le creyó y se fue. Norma pasó la lengua por la tanga de su hija y supo que eso no era yogur, eso era semen, “mmm, delicioso semen a decir verdad” pensó Norma, algo caliente, sucia puta.
A Gregorio pasole algo similar cuando pasó al baño luego de que su hijita haya estado ahí largo rato, pedorreando ruidosamente. Gregorio entró y en el inodoro no vió otra cosa más que unos manchones de leche flotando en el agua meada. Gregorio fue más lúcido e imagino que su hija había estado cagando leche de verga. Gregorio no le habló más a su hija por ese año.
El caso de Carlos es más destacable, pues él, yendo a despertar a su hija Romina aquel domingo la encontró con el culo destapado y pedorreando leche, espesa y abundante leche. Y supo lo que pasaba: su hija era una puta del orto.
Furioso pero calmo la despertó
— QUÉ HICISTE ANOCHE, ROMINA???
— Eh? Qué pasa, papi? Qué hora es?
— QUÉ HICISTE ANOCHE??? ESO TE PREGUNTO.
— Nada, papi, estuve con… amigas, comimos algo y vimos pelis y…
— Dejá de mentir, cómo te llenaron el culo de esto entonces — dijo Carlos al tiempo que le pasaba la mano por el culo a su hijita para recoh¡jerle el semen que allí abundaba.
— Ay, papi, qué hacés, no sé qué eso… — dijo Romi sonrojándose.
— Me mentiste! Te estuvieron culeando y yo pensando que sos una niña buena, dios mío! Dijo Carlos alterado y ya de pie, inevitablemente con la verga amorcillada porque hace tiempo que no acariciaba un ojete tan rosadito como ese.
— Perdón, papi, es que te ibas a enojar si te decía que tengo novio, me dijo mamá y..
— Tu mamá sabía???!!! Dios mío.
Carlos salió presuroso de la habitación de Romi, Romi se limpió su orto enclechado con servilletas de papel que tenía en el cajón de la mesa de luz.
Carlos llegó con su señora:
— VOS SABÍAS QUE A ROMI SE LA CULÉAN LOS SÁBADOS???
— Eh? Anoche salió con su novio, pero,,, no sé qué decís, Carlo’....
— Qué no sabés? Mirá esto, no, mejor saboreá esto, qué te pensás que es???
Y le hizo lamer los dedos que habían estado en el orto de Romi a su señora.
“Mmm, mmm” dijo Debora mientras saboreaba los dedos de su marido. “Sabe rico”, agregó.
— Putas de mierda — dijo Carlos y haciendo arrodillar a su señora y tomandola del pelo, se la culéo duramente por la boca mientras pensaba en el castigo que merecían, y en el ojete de su hija.
Romi, ya bideteada, apareció a desayunar con sus papis y se encontró con esa escena, Carlos le dijo:
— Vos no salís más! Saliste igual que tu madre. Sentate a desayunar.
Carlos siguió culeándose por la boca a su señora, mamá de Romi; Romi miraba sonriente mientras tomaba su leche con gallegas.
Débora dijo a su hija, de rodillas y entusiasmada en su labor:
— Glub, glub, aggg, aggg
La intriga sugiole a Héctor, padre de Laura cuando notó que la ropa interior de su hija estaba manchada de una sustancia láctea y espesa, rápidamente se la llevó a su señora, Norma, a que le diga que podría a llegar a ser eso.
— No debe ser nada, Héctor, debe ser que tomá mucho yogur — dijo, más que nada para proteger a su hija.
El boludo le creyó y se fue. Norma pasó la lengua por la tanga de su hija y supo que eso no era yogur, eso era semen, “mmm, delicioso semen a decir verdad” pensó Norma, algo caliente, sucia puta.
A Gregorio pasole algo similar cuando pasó al baño luego de que su hijita haya estado ahí largo rato, pedorreando ruidosamente. Gregorio entró y en el inodoro no vió otra cosa más que unos manchones de leche flotando en el agua meada. Gregorio fue más lúcido e imagino que su hija había estado cagando leche de verga. Gregorio no le habló más a su hija por ese año.
El caso de Carlos es más destacable, pues él, yendo a despertar a su hija Romina aquel domingo la encontró con el culo destapado y pedorreando leche, espesa y abundante leche. Y supo lo que pasaba: su hija era una puta del orto.
Furioso pero calmo la despertó
— QUÉ HICISTE ANOCHE, ROMINA???
— Eh? Qué pasa, papi? Qué hora es?
— QUÉ HICISTE ANOCHE??? ESO TE PREGUNTO.
— Nada, papi, estuve con… amigas, comimos algo y vimos pelis y…
— Dejá de mentir, cómo te llenaron el culo de esto entonces — dijo Carlos al tiempo que le pasaba la mano por el culo a su hijita para recoh¡jerle el semen que allí abundaba.
— Ay, papi, qué hacés, no sé qué eso… — dijo Romi sonrojándose.
— Me mentiste! Te estuvieron culeando y yo pensando que sos una niña buena, dios mío! Dijo Carlos alterado y ya de pie, inevitablemente con la verga amorcillada porque hace tiempo que no acariciaba un ojete tan rosadito como ese.
— Perdón, papi, es que te ibas a enojar si te decía que tengo novio, me dijo mamá y..
— Tu mamá sabía???!!! Dios mío.
Carlos salió presuroso de la habitación de Romi, Romi se limpió su orto enclechado con servilletas de papel que tenía en el cajón de la mesa de luz.
Carlos llegó con su señora:
— VOS SABÍAS QUE A ROMI SE LA CULÉAN LOS SÁBADOS???
— Eh? Anoche salió con su novio, pero,,, no sé qué decís, Carlo’....
— Qué no sabés? Mirá esto, no, mejor saboreá esto, qué te pensás que es???
Y le hizo lamer los dedos que habían estado en el orto de Romi a su señora.
“Mmm, mmm” dijo Debora mientras saboreaba los dedos de su marido. “Sabe rico”, agregó.
— Putas de mierda — dijo Carlos y haciendo arrodillar a su señora y tomandola del pelo, se la culéo duramente por la boca mientras pensaba en el castigo que merecían, y en el ojete de su hija.
Romi, ya bideteada, apareció a desayunar con sus papis y se encontró con esa escena, Carlos le dijo:
— Vos no salís más! Saliste igual que tu madre. Sentate a desayunar.
Carlos siguió culeándose por la boca a su señora, mamá de Romi; Romi miraba sonriente mientras tomaba su leche con gallegas.
Débora dijo a su hija, de rodillas y entusiasmada en su labor:
— Glub, glub, aggg, aggg
11 comentarios - A los papis: su hija pedorréa leche? Cuidado