Faltaban unos minutos para la hora de cierre del vivero, estaba muy concentrada en el arreglo de una maceta y no escuché que alguien había entrado
-buenas tardes...Noelia
El más crudo invierno me corrió por la espalda, hacia mucho que nadie me llamaba así, Noelia era mi nombre de guerra, el que utilizaba cuando alquilaba mi sexo al mejor postor
Un hilo de voz logró salir de mi garganta
-Que haces acá? Como me encontraste?
-vos que haces acá? Rodeada de plantines y abono, dijo en tono de burla, Te queda mucho mejor estar rodeada de pijas
-Te pido por favor que te vayas
Acercó su cara a la mía intimidandome más todavia
-No me voy a ir así, después de todo lo que te busqué, pensaste que viniendote a este pueblito de mala muerte y vistiendote de señora se te iba a borrar lo puta de la cara?
Oscar me conocía demasiado bien, por lo menos conocía esa faceta de mi vida pasada y que yo creía pisada.
Me inicié en un departamento piojoso de congreso, de la mano de una amiga que decía trabajar en un geriátrico, yo intuía que su ocupación era otra y, tentada por la idea de ganar dinero rápido, no fácil pero si rápido, me acerqué a ella y le pedí que me ayude a conseguir trabajo, dandome un chirlo en el culo me dijo "Vos vas a andar bien"
Me auto convencí que era una labor como cualquier otra, si la gente limpia casas ajenas, cuida hijos ajenos, cocina para familias ajenas, porque yo no podía cojer con hombres ajenos? Ese era el discurso que repetí en mi cabeza mil veces, pero a pesar de intentar tomarlo con normalidad, mantuve en secreto mi nuevo empleo e inventé otro para tapar mi actividad real.
La "entrevista de trabajo" era el lunes a las 8 de la mañana, si, lunes 8 am. Yo ingenuamente creía que este negocio iba de la mano con la nocturnidad, no tenía idea de la cantidad de tipos que pasan por un puterio antes de entrar a la oficina, los que dicen sacar a pasear al perro, los que van después de dejar los chicos en el colegio o los que simplemente están amanecidos cualquier día de la semana.
Micaela se hacia llamar la putona semi retirada dueña del departamento, simulaba ser simpática y generosa, me quería hacer creer que me daba trabajo cuando en realidad se iba a quedar con él 50% de lo que los clientes pagaran por mí, porque ella ponía el aviso en el diario y la habitación, claro yo nada más ponía el cuerpo.
Después de tres meses de ir aprendiendo los secretos del oficio más antiguo, una tarde me mandaron a la casa de Oscar, servicio completo de una hora era la consigna.
La idea era la de siempre, sacarmelo rápido de encima pero dejándolo contento para que vuelva a llamarme.
Me recibió un cuarentón muy interesante, debo admitir que cada tanto me tocaba algún cliente que me hacia olvidar de lo profesional y me daba el gusto además de disfrutar del sexo.
El ambiente era más que agradable, un departamento impecable en una zona muy linda de palermo, música suave y un aroma riquisimo en el aire. Como me habían enseñado, rechaze la copa que mi cliente me quiso convidar, le cobré por adelantado y me dispuse a iniciar el servicio
-no hay apuro, si me gustas más todavía pago para que te quedes otra hora, me dijo
-bueno, si vos decis que no hay apuro... Le contesté intentando no bajar la guardia
Se acercó mirándome, con una sonrisa encantadora, posó su mano derecha en mi mejilla y la fue llevando hasta mi nuca, su boca estaba prácticamente sobre la mía. También me habían enseñado que las putas no besábamos en la boca, que era demasiado personal, pero no me pude resistir y lo dejé avanzar. El encuentro de nuestras bocas era sólo el comienzo, sin separarnos me fue desnudando, acariciando y besando, del cuello a los hombros, de ahí a mis ya excitados pechos, bajó a mi panza y antes de seguir me hizo recostar en un gran sillón. Se metió entre mis piernas con besos suaves que poco a poco se transformaron en lamidas cada vez más intensas. Sus habilidosas manos acariciaban mis muslos y mi cuerpo ya empezaba a gestar un orgasmo que prometía ser bestial. Bastó que sus dedos se movieran un poco en mi interior para que los espasmos me invadieran y un gemido se escapara llenando el ambiente de placer absoluto.
Quedé tendida en el sillón disfrutando del cosquilleo que todavía circulaba en mi cuerpo, Oscar se levantó y se desnudó mientras me observaba como a una presa recién cazada. Preservativo de por medio, se ubicó encima mío y acarició con su miembro mi sensibilizado clitoris, casi resbalándose me penetró muy despacio, cada centímetro de su virilidad me invadía majestuosamente, lo rodeé con mis piernas como pidiéndole que no salga nunca y en un vaiven delicioso me llenó de placer mientras acariciaba mi espalda y besaba mi cuello.
Nunca pude ni quise tener el control, él me hizo subir arriba suyo y tomandome de la cintura marcó el ritmo y la profundidad de la penetracion, mis pechos se balanceaban delante de su cara, el los atrapaba con la boca y me hacia estremecer. Mis repetidos orgasmos lo estimularon al máximo, en unos pocos movimientos rápidos quedé apoyada en mis rodillas con Oscar atrás mío que me penetró con fuerza y lo hizo varias veces hasta descargar su semen en el preservativo.
Ese fue apenas el principio de todo lo que iba a venir.
Habían pasado cuatro años y estábamos de nuevo frente a frente, repitió el gesto de la primera vez acariciando mi mejilla y llevando su mano a mi nuca pero ya no me resultó encantador
-No te olvides que yo tengo unas fotitos tuyas muy lindas y unos vídeos también, tu marido te vio así alguna vez?
-vos no tenés nada!
-No, no, vos no rompiste nada, creiste que habías destruido todo, pero eran sólo copias
El poco valor que había reunido para enfrentarlo se esfumó en ese instante
-por favor, te pido de nuevo, dejame tranquila... estoy embarazada
La puerta de entrada se abrió y Oscar separó su cuerpo del mio
-bueno, paso la semana que viene entonces! Dijo en tono amable simulando ser un cliente más y se fue, aunque yo sabía que no se iba a ir de mi vida tan fácilmente
Continuará...
-buenas tardes...Noelia
El más crudo invierno me corrió por la espalda, hacia mucho que nadie me llamaba así, Noelia era mi nombre de guerra, el que utilizaba cuando alquilaba mi sexo al mejor postor
Un hilo de voz logró salir de mi garganta
-Que haces acá? Como me encontraste?
-vos que haces acá? Rodeada de plantines y abono, dijo en tono de burla, Te queda mucho mejor estar rodeada de pijas
-Te pido por favor que te vayas
Acercó su cara a la mía intimidandome más todavia
-No me voy a ir así, después de todo lo que te busqué, pensaste que viniendote a este pueblito de mala muerte y vistiendote de señora se te iba a borrar lo puta de la cara?
Oscar me conocía demasiado bien, por lo menos conocía esa faceta de mi vida pasada y que yo creía pisada.
Me inicié en un departamento piojoso de congreso, de la mano de una amiga que decía trabajar en un geriátrico, yo intuía que su ocupación era otra y, tentada por la idea de ganar dinero rápido, no fácil pero si rápido, me acerqué a ella y le pedí que me ayude a conseguir trabajo, dandome un chirlo en el culo me dijo "Vos vas a andar bien"
Me auto convencí que era una labor como cualquier otra, si la gente limpia casas ajenas, cuida hijos ajenos, cocina para familias ajenas, porque yo no podía cojer con hombres ajenos? Ese era el discurso que repetí en mi cabeza mil veces, pero a pesar de intentar tomarlo con normalidad, mantuve en secreto mi nuevo empleo e inventé otro para tapar mi actividad real.
La "entrevista de trabajo" era el lunes a las 8 de la mañana, si, lunes 8 am. Yo ingenuamente creía que este negocio iba de la mano con la nocturnidad, no tenía idea de la cantidad de tipos que pasan por un puterio antes de entrar a la oficina, los que dicen sacar a pasear al perro, los que van después de dejar los chicos en el colegio o los que simplemente están amanecidos cualquier día de la semana.
Micaela se hacia llamar la putona semi retirada dueña del departamento, simulaba ser simpática y generosa, me quería hacer creer que me daba trabajo cuando en realidad se iba a quedar con él 50% de lo que los clientes pagaran por mí, porque ella ponía el aviso en el diario y la habitación, claro yo nada más ponía el cuerpo.
Después de tres meses de ir aprendiendo los secretos del oficio más antiguo, una tarde me mandaron a la casa de Oscar, servicio completo de una hora era la consigna.
La idea era la de siempre, sacarmelo rápido de encima pero dejándolo contento para que vuelva a llamarme.
Me recibió un cuarentón muy interesante, debo admitir que cada tanto me tocaba algún cliente que me hacia olvidar de lo profesional y me daba el gusto además de disfrutar del sexo.
El ambiente era más que agradable, un departamento impecable en una zona muy linda de palermo, música suave y un aroma riquisimo en el aire. Como me habían enseñado, rechaze la copa que mi cliente me quiso convidar, le cobré por adelantado y me dispuse a iniciar el servicio
-no hay apuro, si me gustas más todavía pago para que te quedes otra hora, me dijo
-bueno, si vos decis que no hay apuro... Le contesté intentando no bajar la guardia
Se acercó mirándome, con una sonrisa encantadora, posó su mano derecha en mi mejilla y la fue llevando hasta mi nuca, su boca estaba prácticamente sobre la mía. También me habían enseñado que las putas no besábamos en la boca, que era demasiado personal, pero no me pude resistir y lo dejé avanzar. El encuentro de nuestras bocas era sólo el comienzo, sin separarnos me fue desnudando, acariciando y besando, del cuello a los hombros, de ahí a mis ya excitados pechos, bajó a mi panza y antes de seguir me hizo recostar en un gran sillón. Se metió entre mis piernas con besos suaves que poco a poco se transformaron en lamidas cada vez más intensas. Sus habilidosas manos acariciaban mis muslos y mi cuerpo ya empezaba a gestar un orgasmo que prometía ser bestial. Bastó que sus dedos se movieran un poco en mi interior para que los espasmos me invadieran y un gemido se escapara llenando el ambiente de placer absoluto.
Quedé tendida en el sillón disfrutando del cosquilleo que todavía circulaba en mi cuerpo, Oscar se levantó y se desnudó mientras me observaba como a una presa recién cazada. Preservativo de por medio, se ubicó encima mío y acarició con su miembro mi sensibilizado clitoris, casi resbalándose me penetró muy despacio, cada centímetro de su virilidad me invadía majestuosamente, lo rodeé con mis piernas como pidiéndole que no salga nunca y en un vaiven delicioso me llenó de placer mientras acariciaba mi espalda y besaba mi cuello.
Nunca pude ni quise tener el control, él me hizo subir arriba suyo y tomandome de la cintura marcó el ritmo y la profundidad de la penetracion, mis pechos se balanceaban delante de su cara, el los atrapaba con la boca y me hacia estremecer. Mis repetidos orgasmos lo estimularon al máximo, en unos pocos movimientos rápidos quedé apoyada en mis rodillas con Oscar atrás mío que me penetró con fuerza y lo hizo varias veces hasta descargar su semen en el preservativo.
Ese fue apenas el principio de todo lo que iba a venir.
Habían pasado cuatro años y estábamos de nuevo frente a frente, repitió el gesto de la primera vez acariciando mi mejilla y llevando su mano a mi nuca pero ya no me resultó encantador
-No te olvides que yo tengo unas fotitos tuyas muy lindas y unos vídeos también, tu marido te vio así alguna vez?
-vos no tenés nada!
-No, no, vos no rompiste nada, creiste que habías destruido todo, pero eran sólo copias
El poco valor que había reunido para enfrentarlo se esfumó en ese instante
-por favor, te pido de nuevo, dejame tranquila... estoy embarazada
La puerta de entrada se abrió y Oscar separó su cuerpo del mio
-bueno, paso la semana que viene entonces! Dijo en tono amable simulando ser un cliente más y se fue, aunque yo sabía que no se iba a ir de mi vida tan fácilmente
Continuará...
20 comentarios - El camino a la perdición (capítulo 1)
y sólo sé que se llama Noelia 😉 jajaja
(Me parece que estoy leyendo mucho a Hemingway - ¡Rescatame con la segunda parte de tu cuento, Clandestyna!)
hay pasajes muy interesantes
saludos Misko
Sus habilidosas manos acariciaban mis muslos y mi cuerpo ya empezaba a gestar un orgasmo que prometía ser bestial. Bastó que sus dedos se movieran un poco en mi interior para que los espasmos me invadieran y un gemido se escapara llenando el ambiente de placer absoluto.
Un erotismo de alto vuelo mas la trama que se intuye dramática. Todo camino se inicia con el primer paso, aunque sea a la perdición...
Excelente relato amiga, quedó justo en suspenso en la parte más interesante, estoy a la espera de la continuación linda...FELICITACIONES!! +10
besos y a esperar la segunda parte!