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Mi sobrina Gisele 3 (final)

Después de esa noche de intenso sexo con mi sobrina, me costó un huevo levantarme al día siguiente, mientras me duchaba, Gise preparó el desayuno, y mientras lo tomábamos me dijo:

- juany, que bien me cogiste anoche.

- Me alegro que te gustara, a mi me dejaste a la miseria, no se como voy a laburar hoy – dije riendo.

- Mi novio acababa muy rápido, no me hacía disfrutar nada, en cambio vos, me esperaste y me diste unos orgasmos fuertísimos.

- Y esto es el principio, sobrinita.

Se me estaba haciendo tarde y con un tremendo beso nos despedimos hasta la tarde, el día fue extraño, la hija del dueño de la empresa nos llamo a todos y nos comentó que se iba a hacer cargo ella de la dirección administrativa de la misma. Andrea, es una mujer grandota, imponente, con un muy buen cuerpo, pero la cara de enojo permanente la deslucen permanentemente; pero como jefa es excelente, apenas se hizo cargo de la empresa, propuso una serie de cambios importantes, entre los que estaban la unificación de sector donde trabajo y debido a mis desempeños, me pusieron a cargo de toda la gente relacionada, lo que significaba mayor dedicación, pero mayor sueldo también.

Después de un día realmente agotador, tenía una sola cosa en la cabeza, mi sobrinita caliente esperándome en casa; de camino pasé por un sex shop, con algo de vergüenza, entre y la minita que atendía me pregunta que necesitaba; compre unas esposas decoradas con piel de animal sintética, una pluma, un antifaz y un aparatito que vibra, para colocar sobre el clítoris.

Llegue a casa y casi me caigo de espaldas cuando entre, estaba Gise desnuda acostada en la mesa del living, a un costado estaba la bata de gasa que siempre usa. Realmente mi pija reaccionó al instante, tire a la mierda el maletín y desvistiéndome a toda velocidad, llegue y me zambullí en la raja de la concha, empecé a pasarle la lengua en todo el largo, con desesperación. La piel de Gise, olía increíble, ella se acomodó sobre la mesa y poniendo sus piernas sobre mis hombros me dio acceso al culito también, que no se quedó fuera de mis caricias.

Usando mi lengua lo fui arponeando, pasándola alrededor, subí a su concha nuevamente, los jugos que de allí manaban, estaban mojando el agujerito posterior de mi sobrina, con el dedo índice de mi mano izquierda, lo fui tanteando, estaba muy cerrado. Con mi otra mano, rodee su pierna y tomé el clítoris entre mis dedos pulgar e índice, y lo empecé a estirar suavemente en todas direcciones. Los gemidos de Gise eran auténticos gritos de placer, poco me importó que los vecinos escucharan, estaba enajenado con los agujeros de mi sobrina.

Cuando estaba a punto de acabar, me separé de ella:

- ¿Qué hacés?, no me dejes así

- Si querés que sigamos, me vas a ser caso en algo ¿si?

- Sabés que en este momento hago lo que quieras.

Fui a la bolsa del sex shop y le di el antifaz y las esposas, ella entendió y contoneando las caderas se encaminó al dormitorio. Agarré la pluma y el vibrador, mi sobrina me esperaba ya lista, ella sola se había esposado a la cabecera de la cama con el antifaz puesto. Sin decir nada me acerque y comencé a pasar la pluma por sus piernas, ella se revolvió, seguí por el costado de su tórax, ella se agitaba, el subir y bajar de su pecho me indicaba que estaba gozando, seguí, haciendo círculos en sus pezones, que se pusieron duros como piedras. Fui bajando por su abdomen y Gise se rió por las cosquillas, se puso seria cuando me arrimé a su pubis, cuando estaba llegando a su rajita con la pluma, coloque el vibrador sobre el clítoris.

Gisele chilló y tuvo un orgasmo, apretaba las piernas entorno a mi mano, su cadera danzaba a un ritmo puramente sexual, retorcía las piernas tratando de que sacara el vibrador de su clítoris, pero decidí hacerla sufrir y no lo saqué. Ella me pedía a gritos que lo sacara que no daba más; pero aún así no cedí en mis intentos por encadenarle otro orgasmo, y vaya que si lo logré; Gisele, se estiró en la cama y quedando apoyada solamente en la cabeza y los talones se arqueó, levantando la cadera y luego desplomándose inerte.

En un primer momento me asusté cuando no reaccionaba, pero la respiración agitada me decía que el orgasmo que tuvo fue fulminante. Le saque las esposas y le dejé el antifaz, y así como estaba en boxers, me fui a hacer la cena. Esa noche necesitábamos energía así que preparé unas pastas con una salsita que tenía en el freezer. Cuando estaba todo listo, fui a la habitación y estaba Gisele, no se había sacado el antifaz, la levanté y a ciegas la llevé al comedor.

La senté en la mesa y mi sobrina sin ver nada, solo olía el perfume de la comida, me senté a su lado y le fui dando de comer en la boca. El tener uno de los sentidos anulado, potencia los otros, mi sobrina quiso mover los brazos, y no la dejé. Comimos, compartiendo los utensilios. Cuando terminamos, serví un vaso de ron con coca cola y se lo dí a tomar, ella tosió, porque estaba bastante fuerte; tome un sorbo y se lo pasé con un beso, ella no se separó de mis labios hasta que el líquido desapareció de nuestras bocas. En eso estabamos cuando sonó mi celular, era Mariana (mi amante ocasional):

- Juan, mañana tengo toda la tarde libre, ¿te parece que nos veamos?.

- Mariana, hola, mañana se me complica mucho, tengo mucho trabajo y después quedé de llevar a mi sobrina a ver una película.

- A mi no me engañas, te estas cogiendo a la pendeja, y encima de esta dejando seco, ¿o me equivoco? – dijo casi a los gritos -

- No, no te equivocás – dije cansado y sin ganas de defender lo indefendible, era obvio que si la rechazaba, estaba sacándome las ganas por otro lado.

Mariana enojada me corto, me importo un carajo si se enojaba o no, con ella estaba muy claro que era sexo y nada más; Gisele, me estaba esperando, la llevé al sofá y a ciegas fue poniéndose arriba mío, me comió la boca, nuestras lenguas bailaban en un movimiento perpetuo, cada vez con más ardor, hasta que separandose, se sacó el antifaz y me lo puso.

Realmente era muy bueno, porque no dejaba ver nada, Gisele me paso la lengua por las tetillas, la sensación fue embriagadora, di un respingo y mi sobrina se empeñó en hacerme pagar lo que le había hecho un rato antes.

Siguió bajando hasta que se encontró con el elástico del boxer, lo bajo de un solo tiron hasta los tobillos, y se lanzó por mi pija que estaba al palo. La pendeja realmente era una genia chupándola, pasaba la lengua a lo largo desde los huevos hasta la cabeza, después se la metía hasta donde le daban arcadas, con una mano sostenía el prepucio abajo y escupiéndola, me pajeaba con la otra mano; el deslizar de la mano sobre el glande directamente, era un mar de sensaciones, Gisele, estaba orgullosa de hacerme sentir tanto placer, entre gemidos le avisé que iba a acabar y ella redoblo los esfuerzos por lograrlo, hasta que no pude más y tensándome largue la vida por la pija, perdí la cuenta de los chorros de leche que le dejé en la boca.

Perdí la cuenta en el cuarto, la boca de Gise, se llenó y ella fue tragando de a poco mientras que de mi verga seguía saliendo leche, mi sobrina, me miró con los ojos llorosos de tanta leche que tuvo que tragar, me dio un último chupón y se quedó con la cabeza apoyada en una de mis piernas, respirando agitadamente. Sin el antifaz nos acostamos y sin decirnos palabra, Gisele se ubicó formando un 69, estando ella arriba y dándome una inmejorable vista de sus agujeros, mi pija nuevamente salió del letargo, mi lengua fue directamente al bultito en la concha de mi sobrina, ella relajó las piernas para aumentar la presión de mi lengua sobre el clítoris, mientras la boca de Gise no se estaba quieta, tragándose, cada vez más mi pija, todo esto no hacía mas que aumentar mi excitación, abrí la boca y la puse sobre toda la hendidura de Gise, y succioné fuerte, ella por un momento dejó mi pija y arqueó la espalda, la boca se me llenó de jugos, que tragué ansiosamente, repetí esta operación varias veces. El placer que me daba mi sobrina era cada vez mayor.

En una de las bajadas que daba para tragarse mi pija, sentí como sus labios llegaban hasta la base, ella inmediatamente tuvo una arcada muy fuerte, pese a ello no dejó de chupar y nuevamente se la tragó toda, estaba llevándome al cielo con semejante chupada de pija. La saque de encima mió y me quedé descansando, Gise, me besó muy apasionadamente y subiéndose nuevamente se sentó sobre mi enhiesta pija, que le entró de una en la concha, en esta posición amatoria, puedo estas mucho tiempo sin acabar, cosa que mi sobrina no sabía y tampoco quise decirle.

Gisele con una danza de caderas digna de la mejor de las odaliscas, disfrutaba de mi pija en su interior, la concha de mi sobrina chorreaba jugos que me empapaban las pelotas. Gise tuvo dos orgasmos brutales en esta posición, hasta que no pudo más y se recostó sobre mi pecho con mi pija metida aún.

Me salí de su interior, y poniéndola en cuatro, sobre las almohadas, para que pudiera tener las piernas bien abiertas, se la metí enterita de un solo envión en esa conchita caliente que la recibió oprimiéndola con las sedosas paredes. Mientras le bombeaba desde atrás, le abrí las nalgas y dejando caer saliva sobre el agujero del culo, le dí suaves masajes con el dedo pulgar, hasta que poco a poco se lo fue comiendo todo. Sentía el movimiento de la pija a traves de la fina tela que separa las dos cavidades. La saque de la conchita y le apunté al culito y mi sobrina se tensó.

- juany, despacito por favor, nunca lo hice por el culo, traté pero me dolió mucho.

- Tranquila, relajate si te duele lo saco ok?

- Bueno.

Gisele, levantó más el culito y con una mano se abrió la nalga derecha, yo me encargue de la izquierda y muy suavemente fui empujando, cuando entro la cabeza Gise gimió, mitad por el placer y mitad por el dolor, me quedé quieto hasta que los músculos del culo se acostumbraron al grosor de la pija. Cuando mi sobrina se sintió cómoda con la cabeza de la pija en el culo, ella sola fue empujándose contra mí, cuando el dolor se hacía presente, paraba y salía un poco. Fueron casi 20 minutos hasta que mis huevos chocaron contra su culo.

Ella me miró con una sonrisa en la boca, y comencé a sacarla, despacio y volviéndola a meter, con cada salida y entrada, aumentaba el recorrido y la velocidad de mis envestidas; sentí como Gise se frotaba el clítoris mientras yo se la clavaba en el orto, hasta que tuvo un orgasmo, fue increíble sentir el pulsar de los músculos del culo de mi sobrina, esto sumado a la vista que tenía de ese hermoso trasero comiéndose toda mi pija fue demasiado, y apretándome contra sus nalgas, descargue el contenido de mis bolas en el culo de Gise, que agarraba fuertemente las sabanas, me incliné sobre mi sobrina y me quede respirando agitado mientras mi pija perdía dureza y salía de su culo.

Gisele se acostó a mi lado y sonriéndome me besó:

- me hiciste gozar mucho por el culo.

- tomándose el tiempo no tiene porque doler.

- mi novio era muy bruto, me la quiso meter a la fuerza y me puse a llorar.

- ¿te hice doler mucho?.

- No te voy a decir que no me dolió nada, pero muy soportable y por demás placentero.

Gise, se levantó y restos de mi leche le corrían desde el culo por las piernas, se dio vuelta y me miro sonriendo; fui tras ella y nos bañamos juntos. Sin fuerza para otro asalto, nos fuimos a dormir, como todas las noches desnudos con muestros cuerpos pegados.

El resto de la semana fue mas de lo mismo, mucho trabajo, el hacerme cargo de la sección de desarrollo, fue bastante complicado, hacerle entender a la gente que estaban a mi cargo que trabajamos en equipo, y mas o menos el equipo quedo armado. Se hizo el viernes y tenía que prepararle algo especial a mi queridísima sobrinita.

Pasé nuevamente por el sex shop, ya con mas confianza y la mina que atendía me reconoció:

- y ¿le sirvió lo que llevo el otro día?.

- Si, espectacular, pero ando buscando algo más.

Me mostró las fustas, y grilletes, comentándome que eso era lo que mas se vendía, pero a mi no me llama el sado, asi que opté por ver los disfraces y me gusto uno de mucamita (se que esta muy trillado el tema, pero quien no soño con cogerse a la mucamita rica), lo compre cuando llegue, mi sobrina estaba analizando varias universidades, me vió y se me colgó del cuello, me besó muy apasionadamente, y sacándome el saco y aflojándome la corbata y desprendiéndome los dos primeros botones de la camisa, me beso nuevamente en el cuello.

La separé y le di el paquete envuelto para regalo, y le dije que me iba a duchar, cuando salí, no ví a Gise ni en la habitación ni en la cocina, pase por el comedor y tampoco, hasta que siento ruidos en la lavandería, me asomé y vi a mi sobrina agachada, con una super mini, y un hilito que no cubría nada. Puso el lavarropas y giro, mirandome con deseo:

- ¿Qué desea para cenar el señor? – se había metido en el papel de mucama.

- Solo por hoy la voy a dejar que me sorprenda – se encaminó a la cocina y solo se escucharon los tacos de los zapatos.

Viendola con esa mini falda que le llega a la mitad del culo, y el hilo, que solo se vé cuando se le abran las nalgas me volvieron loco, mi pija se despertó a full. Me senté en el sofá y prendí el televisor y mientras mi sobrina cocinaba yo descansaba, otro día agotador en el trabajo.

Gisele, hizo carne con verduras, que le salieron increíbles, comimos opíparamente y después nuevamente en el sofá:

- ¿necesita algo más el señor?

- Si, que me muestre los hermosos pechos que tiene – mi sobrina, se saco la chaquetilla y la camisa, quedando solamente con un corpiño que estaba abierto en los pezones, que estaban ya paraditos y apuntándome.

La agarré de la mano y la traje hasta mi, la senté en mis pienas y la besé profundamente, le ordené levantarse y que de espaldas a mi se agachara sin flexionar las rodillas, por lo que sus nalgas se separaron, apareció el hilito que se incrustaba en su raja, y apenas tapaba el centro del agujerito del culo, a los costados se notaba el asterisco, sin demora me fui a chuparlo, traté de meterle la lengua lo mas adentro posible, el culo ya se abría con más facilidad, Gisele solo gemía, por momentos las piernas no la sostenían y se le doblaban. El orgasmo la tomó por sorpresa y fue demoledor, se cayó encima mío, el triangulito de la tanguita totalmente mojado.

- juany me hiciste acabar chupandome el culo – me dijo sorprendida

- ahora te toca a vos hacerme gozar – y sin esperar un segundo, se ubicó entre mis piernas y sacandome la pija se dedicó a metérsela en la boca.

Después de algunas arcadas, y con bastante perseverancia, se la pudo meter entera, sentir los labios de Gise en la base de mi pija era una locura, mientras la tenía en la garganta, me miraba. Los ojos de a poco se le llenaron de lagrimas, la sacaba y grandes cantidades de espesa saliva salían de su boca, bajando por el tronco de la pija hasta el culo, cuando siento que mi sobrina, con su dedo, me hurgueteaba, para llegar a mi ojete, la sensación de ese dedo puerteandome, lejos de molestarme me calentó más de lo que estaba.

A los pocos minutos de estas caricias, mi pija empezó a pulsar, y antes de llegar al punto de no retorno, preferí sacar a mi sobrina y poniéndola en cuatro, se la apunté al culo, ella al sentir la cabeza de la pija en el orto, se separó las nalgas, dándome mejor acceso. Esta vez, el culito de Gise estaba más preparado, y aparte ya sabía todo lo que la iba a hacer gozar por ahí, el agujero se tragó la cabeza de una, casi sin fuerza, y luego ella sola fue clavándosela entera, cuando la tuvo toda adentro, dio un largo gemido. Sin esperar, empecé el mete y saca, esta vez sin contemplaciones, le daba caderazos fuertes, metiéndola bien al fondo en cada embestida.

Gisele gritaba de placer, aumentando el volumen de su voz cuando estaba totalmente empalada; con tanta actividad, nos fuimos corriendo en la cama, hasta que la cabeza de Gise, empezó a dar contra el cabecero y ella, avanzando, se incorporó, apoyando los brazos en la pared, saco la cola literalmente me volvió loco, la agarré de la cintura con una mano y la otra fue directamente a su concha que era un mar de jugos, algunos goteaban hacia las sabanas.

Mi sobrina, apoyaba la cabeza contra sus manos, mis manos volaban desde la concha a las tetitas, en una entrega total a la lujuria, le pellizque los pezones, llevandola al umbral del dolor, ella respondía apretando los músculos del culo, lo que hacia que las sensaciones en la pija fueran extremas.

Obviamente con la chupada de verga que me dio, y todas las sensaciones que me producía ese maravilloso culo, no pude más y empecé a soltar chorro tras chorro de leche en lo profundo de sus intestinos. Cuando Gise sintió ese calor invadiendo su culito, y con mis manos atacando la concha, no pudo más y acabó dando verdaderos alaridos de placer, nos derrumbamos en la cama y nos quedamos dormidos.

El sábado por la mañana temprano llegaron las complicaciones, el timbre sonó incesante, como pude me puse un pantalón corto, fui a abrir algo encandilado por el sol matinal, cuando abro la puerta eran mi primo y su mujer; parece que habían venido a ver a su hija, ahí recién caí en que la habitación de huéspedes, no era tal, ya que la cama que uso mi sobrina solo dos días era un despelote, llena de ropa sin planchar de los dos, las valijas de mi sobrina, era imposible que alguien pudiera adecuar esa habitación en menos de una mañana de trabajo.

Mi somnolencia se disipó instantáneamente, ya había abierto la puerta y tenía que dejarlos entrar, ellos hablaron despacio, ya que nos habían pescado “teoricamente” durmiendo, cuando Gisele apareció totalmente desnuda en el comedor, sin percatarse de que sus padres estaban ahí. Cuando los vió, salió corriendo a la habitación, mi primo se me vino encima a cagarme a trompadas, entre insultos y golpes, vino Gisele a los gritos y nos separó.

- papáaaaa, para por favor, no le hagas nada.

- Hija, como pudiste, no solo podría ser tu padre, sino que es primo mío, somos familia?.

- Por lo que gise me contó Ustedes la tratan como el culo- opiné.

- Vos callate, ya le has hecho mucho daño a nuestra hija- dijo mi primo.

- No papá, el tiene razón o te olvidás la pelea que tuvimos??.

Miré a la esposa de mi primo y no decía nada, cuando quise defender nuevamente a mi sobrina, por fin hablo:

- juan por favor dejanos solos, tenemos que hablar en familia.

Sin decir nada, mire a Gise, y asintió con la cabeza, me fui a duchar, me dejó tranquilo que no se escuchaban gritos, estaban hablando en calma, cuando salí, mi sobrina me pidió hablar a solas en el dormitorio.

- juany, vos sabes lo que te quiero, pero tengo que ir con ellos, son mis padres.

- Gise, lo que vos decidas esta bien, te voy a extrañar horrores, porque yo también te quiero mucho.

Nos dimos un gran abrazo y con un beso en mis labios nos despedimos mucho antes de que se tuviera que ir, salimos y en el comedor estaba mi primo con una cara que lo decía todo, la esposa, tenía una cara más pasable, pero también el disgusto se le notaba en el rostro.

Mi primo se llevó a Gisele y dejó a su mujer preparando toda la ropa, sin demora se metió en mi habitación que aún mostraba la gran batalla nocturna que hubo, ella se quedó mirando desde la puerta, aún había olor a sexo y las sabanas hechas un desastre, ropa tirada, y en un rincón el disfraz de mucamita, la esposa de mi primo lo miró detenidamente.

- cuando hablaba con mi hija, me contaba todo lo que hacían – dijo y me cayo como un balde de agua fría.

- Si, y que te decía?

- Que la pasaba muy bien con vos, que tenían sexo muy seguido y…..

- Y que?

- Que sos bastante degeneradito – dijo con una sonrisa en los labios.

- Digamos que tengo mis fantasías.

Ella se llevó una mano a la boca y se metió un dedo entre los labios, pensativa, se me acerca y me dice suave al oido:

- ya te cogiste a la hija, te cogerías a la madre?

Ahí ya no supe que decir, y fue ella la que se me prendió del cuello y me besó, haciendo fuerza con la lengua para invadir mi boca. Tiré la poca conciencia que tenía por la ventana y sin esperar, la agarré del culo, que sin ser tan durito y lindo como el de Gise, no estaba como para despreciarlo.

La fui llevando hacia la cama, sentándose en la orilla, me bajó los pantalones de Jogging que me había puesto, quedando solo en boxers, ella me mordisqueaba la pija sobre la tela, hasta que no aguantó más y me los bajó hasta las rodillas; sin esperar y sabiendo que estábamos cortos de tiempo, se metió mi pija en la boca. Me volvió loco cuando me agarró de la cadera y me impulsaba para que me la cogiera por la boca.

En todo momento me miraba a los ojos, poniendo una cara de puta terrible, por momentos, se la metía bien adentro y la dejaba unos segundos. A los pocos minutos le dije que si no paraba la iba a bañar en leche, y ella como la puta que es, le puso mayor énfasis en hacerme acabar, hasta que no pude más y tomándola de la cabeza le clavé la pija hasta la campanilla, y ahí le descargue la poca leche que tenía en los huevos.

Sin darle mucho tiempo, a la esposa de mi primo, le bajé los pantalones y la bombachita que llevaba y arrodillado al costado de la cama, me lancé a comerme esa concha. Mucho menos cuidada que la de Gisele y mas grande, pero lo compensaba con los movimientos de cadera que daba; se que esta mal comparar, pero Gisele, se quedaba más quieta cuando se la chupaba; y su madre hacía una verdadera danza del vientre.

No tardó mucho en acabar, tapándose la cara con la almohada para apaciguar los gritos de placer:

- bueno pariente ahora viene lo bueno. – dije.

- No, para, no quiero serle tan infiel a mi marido, hace mucho que no tenemos sexo, y esto ya es demasiado.

- Esta bien, vos te lo perdés – le dije en tono canchero.

Me subí los pantalones y ella en el baño se limpió y se acomodó la ropa, al rato, con un suave beso en los labios se despidió, diciendo:

- de esto nunca nada a nadie ¿ok?.

- ok

Se fueron de vuelta a mi provincia natal, esa semana siguiente fue de terror en el trabajo, mi jefa pese a ser muy seria, era muy comprensiva, y mi desempeño le agradaba, así que mi empleo estaba muy bien. Aparte mi emprendimiento sigue viento en popa, por lo que vivo más holgado, pero la ausencia de mi sobrina, me estaba haciendo mella, la extrañaba, me gustaban mucho las atenciones que tenía para conmigo.

El sábado siguiente a la ida de mi sobrina, pretendía dormir hasta tarde, pero los ruidos en el departamento de al lado me despertaron, a regañadientes me levanté y vi a mis nuevos vecinos mudandose, una familia de cuatro integrantes, el que debía ser el padre de familia, un tipo flaco, alto y muy serio, la señora joven, pero por su forma de vestir, parecía una monja y las dos hijas.

Esto merece un párrafo aparte, porque sin estar escabiado estaba viendo doble, si, eran mellizas, dos pendejas muy lindas, pero vestidas parecido a su madre, por demás conservador. Sin parecer metido me acerque y los saludé presentándome. El padre de la familia, Manuel, se presento examinándome de arriba abajo, su esposa Ana y sus hijas gemelas, Marina y Mariana.

Aca termina la serie de “ Mi sobrina Gisele” y empieza otra, mis vecinas gemelas, las que resultaron ser…….. esa es otra historia.

7 comentarios - Mi sobrina Gisele 3 (final)

AlejandroMillo14 +1
muy buenos los relatos, lástima q nunca hubo una foto de la nena
edudalio +1
Muy buenos los relatos, pero la verdad que faltaron fotitos de la nena.
m4riano_22 +1
Te felicito capo que buenos relatos.
lenguafacil +1
che, yo esto ya lo lei... creo...
josepirineo +1
yo quisiera una sobrina Giselle, jejejej, excelente relato. +5