Para quienes no pudieron leer la primera parte, aquí dejó el link: http://www.poringa.net/posts/relatos/2854997/Mi-amiga-Mayra.html
Ahora si continuo con la segunda y última parte:
Eran aproximadamente las 10 de la noche, estábamos con la luz apagada, pero encendidos a mil. Decidí desabrochar su jean y bajarlo suavemente solo lo necesario para dejar descubierta la zona de su conchita, al ver que no rechazaba esta acción, proseguí metiendo mi mano por debajo su calzoncito, y sentí como ya asomaban unos pelitos, tenía su conchita un poco peludita, pero me excitaba tocarla y escuchar como ella gemía cerca de mi. Le introducí dos dedos que entraron fácil porque ya estaba algo mojadita, en ese momento ella dio como un leve salto, pero se veía que estaba disfrutando. Entonces inicié suavemente un mete y saca con mis dedos, que terminaron mojaditos con sus fluidos. Estuve así unos minutos, cuando ella se levantó un poco (estaba casi acostada en ese momento) y se inclinó hacia la parte de mi pinga, me desabrochó el pantalón, buscó con su mano la parte superior de mi boxer y sacó rápidamente mi pene.
Me pajeaba con algo de miedo, hasta que se lanzó a meterlo en su boca, creo que fue la primera vez que chupaba una pinga, porque no lo hacía tan bien, pero igual disfrutaba viendo como lo mamaba. Con una de mis manos tome su cabeza y la bajaba para darle ritmo a sus chupadas y tratar de que entre todo en su boca. Estuvo chupando mi pene como unos 10 minutos, luego hice que se recueste con la intención de ahora yo chuparle esa conchita que ya sabía tenía pelitos y me imaginaba era blanquita, ya me moría de ganas por tenerla en mi boca y pasarle mi lengua. Estaba ya guiándome del olorcito de su conchita mojada cuando se escuchó que abrieron y cerraron la puerta principal de su casa, lo que hizo que rápidamente nos pongamos la ropa y tratemos de aparentar que estábamos tranquilos viendo una película, al rato llegó su tía, nos saludo y se fue a descansar. Como casi nos descubren, mejor decidí retirarme, nos dimos un beso apasionado y me fui a casa.
En la uni actuábamos normal, seguíamos saliendo con amigos, nos llevábamos muy bien, y había mucha tensión sexual. Pero seguía pensando en lo que quedó pendiente entre ambos, hasta que no tardó en llegar. Aprovechando la llegada de un grupo musical a una discoteca, salimos, entre baile y baile empezamos a acariciar nuestros cuerpos y calentar la noche. Apenas terminó el evento teníamos claro lo que queríamos, no pasó mucho cuando llegamos a un hotel. Cerré la puerta y ahora si estaba solo con ella, sin nadie que nos interrumpa, deje la luz prendida pues no quería perderme nada. Ya recostados en la cama, empezamos a besarnos, yo pasaba mis manos por debajo de su blusa y sentía sus tetas abultaditas, bajé mas y nuevamente entre en esa selva, los pelitos nuevamente estaban en una de mis manos, pero deseaba tener esa conchita ya en mi boca.
Bajé suavemente mientras le daba besos por su cuerpo, hasta que llegué a la zona de su conchita, desabroché el jean y lo primero que pude ver fue un calzoncito blanco, que estaba ya algo mojado, estoy casi seguro que en la discoteca empezó a mojarse, lo bajé despacio y apareció ante mi una papita rica, blanca como lo había imaginado, con pelitos negros que la adornaban, le abrí los labios y el color rosadito de esa conchita me volvió loco, pasé mi lengua por cada espacio mojado de ella, sus gemidos me hacían seguir penetrando con mi lengua su rica vagina, le indiqué que volteara y vi sus nalguitas blancas, que como dije no tenía un gran culo, pero en ese momento me pareció increíble lo que tenía delante mio. Besé cada cachetito y no tardé en abrir ese culo para dejar mi saliva en ese ano marroncito.
Volví a subir hacia la altura de su rostro, le saqué la blusa y me permitió ver unas ricas tetas blancas con unos pezones algo rosados. Ella también me sacó mi pantalón y mi polo. Ya completamente desnudos me puse encima suyo, le alcé las piernas y las puse al hombro, sus pies estaban apuntando hacia el techo y mi pinga clavándose hasta el fondo de ella, gritaba y gemía sin parar, me decía "que siga que no pare", y yo seguía dándole todo. Luego me pidió que me pusiera abajo de ella, se montó encima de mi pinga, dando saltos que provoca el sonido de ese culito blanco cuando chocaba con mi cuerpo, mientras lo hacíamos me pedía que le muerda suavemente los pezones, que eso le encantaba...Ese día parecía que nos hubiéramos bañado, terminamos empapados de sudor y su concha y mi pinga terminaron mojaditos. Ese día acabé afuera de su conchita blanca, fue delicioso ver como chorreaba todo mi semen en ella. Salimos como a las 5 de la mañana, la deje en su casa y yo regresé a la mía recordando cada momento de esa deliciosa noche.
Iba de ves en cuando a su casa y aunque no todas terminaban con mi pinga en esa conchita blanca, si terminaba en su boca que poco a poco fue ganando experiencia. Pero recuerdo una noche donde nos pusimos a hablar y le conté que cuando fuimos de viaje a Lima junto a Talía y Daniel, ese día me calentó al verla salir del baño, si bien no estaba desnuda o con toalla, se notaba a través de su polo que estaba con frió, pues sus pezones estaba bien erectos y pidiendo una lamida a gritos. Luego me dijo que no se había percatado de eso, y que en ese momento si tal vez no hubiera andado con su amiga, algo podría haber pasado en Lima o mucho maás antes, pero no se la iba jugar así nada mas y perder la amistad de Talía. En verdad, nunca pensé en tirarme a Mayra en plan venganza. Creo que más fue el morbo de que sea la amiga de la chica con la que antes salía....pero sin duda fue una fantasía cumplida.
Ahora si continuo con la segunda y última parte:
Eran aproximadamente las 10 de la noche, estábamos con la luz apagada, pero encendidos a mil. Decidí desabrochar su jean y bajarlo suavemente solo lo necesario para dejar descubierta la zona de su conchita, al ver que no rechazaba esta acción, proseguí metiendo mi mano por debajo su calzoncito, y sentí como ya asomaban unos pelitos, tenía su conchita un poco peludita, pero me excitaba tocarla y escuchar como ella gemía cerca de mi. Le introducí dos dedos que entraron fácil porque ya estaba algo mojadita, en ese momento ella dio como un leve salto, pero se veía que estaba disfrutando. Entonces inicié suavemente un mete y saca con mis dedos, que terminaron mojaditos con sus fluidos. Estuve así unos minutos, cuando ella se levantó un poco (estaba casi acostada en ese momento) y se inclinó hacia la parte de mi pinga, me desabrochó el pantalón, buscó con su mano la parte superior de mi boxer y sacó rápidamente mi pene.
Me pajeaba con algo de miedo, hasta que se lanzó a meterlo en su boca, creo que fue la primera vez que chupaba una pinga, porque no lo hacía tan bien, pero igual disfrutaba viendo como lo mamaba. Con una de mis manos tome su cabeza y la bajaba para darle ritmo a sus chupadas y tratar de que entre todo en su boca. Estuvo chupando mi pene como unos 10 minutos, luego hice que se recueste con la intención de ahora yo chuparle esa conchita que ya sabía tenía pelitos y me imaginaba era blanquita, ya me moría de ganas por tenerla en mi boca y pasarle mi lengua. Estaba ya guiándome del olorcito de su conchita mojada cuando se escuchó que abrieron y cerraron la puerta principal de su casa, lo que hizo que rápidamente nos pongamos la ropa y tratemos de aparentar que estábamos tranquilos viendo una película, al rato llegó su tía, nos saludo y se fue a descansar. Como casi nos descubren, mejor decidí retirarme, nos dimos un beso apasionado y me fui a casa.
En la uni actuábamos normal, seguíamos saliendo con amigos, nos llevábamos muy bien, y había mucha tensión sexual. Pero seguía pensando en lo que quedó pendiente entre ambos, hasta que no tardó en llegar. Aprovechando la llegada de un grupo musical a una discoteca, salimos, entre baile y baile empezamos a acariciar nuestros cuerpos y calentar la noche. Apenas terminó el evento teníamos claro lo que queríamos, no pasó mucho cuando llegamos a un hotel. Cerré la puerta y ahora si estaba solo con ella, sin nadie que nos interrumpa, deje la luz prendida pues no quería perderme nada. Ya recostados en la cama, empezamos a besarnos, yo pasaba mis manos por debajo de su blusa y sentía sus tetas abultaditas, bajé mas y nuevamente entre en esa selva, los pelitos nuevamente estaban en una de mis manos, pero deseaba tener esa conchita ya en mi boca.
Bajé suavemente mientras le daba besos por su cuerpo, hasta que llegué a la zona de su conchita, desabroché el jean y lo primero que pude ver fue un calzoncito blanco, que estaba ya algo mojado, estoy casi seguro que en la discoteca empezó a mojarse, lo bajé despacio y apareció ante mi una papita rica, blanca como lo había imaginado, con pelitos negros que la adornaban, le abrí los labios y el color rosadito de esa conchita me volvió loco, pasé mi lengua por cada espacio mojado de ella, sus gemidos me hacían seguir penetrando con mi lengua su rica vagina, le indiqué que volteara y vi sus nalguitas blancas, que como dije no tenía un gran culo, pero en ese momento me pareció increíble lo que tenía delante mio. Besé cada cachetito y no tardé en abrir ese culo para dejar mi saliva en ese ano marroncito.
Volví a subir hacia la altura de su rostro, le saqué la blusa y me permitió ver unas ricas tetas blancas con unos pezones algo rosados. Ella también me sacó mi pantalón y mi polo. Ya completamente desnudos me puse encima suyo, le alcé las piernas y las puse al hombro, sus pies estaban apuntando hacia el techo y mi pinga clavándose hasta el fondo de ella, gritaba y gemía sin parar, me decía "que siga que no pare", y yo seguía dándole todo. Luego me pidió que me pusiera abajo de ella, se montó encima de mi pinga, dando saltos que provoca el sonido de ese culito blanco cuando chocaba con mi cuerpo, mientras lo hacíamos me pedía que le muerda suavemente los pezones, que eso le encantaba...Ese día parecía que nos hubiéramos bañado, terminamos empapados de sudor y su concha y mi pinga terminaron mojaditos. Ese día acabé afuera de su conchita blanca, fue delicioso ver como chorreaba todo mi semen en ella. Salimos como a las 5 de la mañana, la deje en su casa y yo regresé a la mía recordando cada momento de esa deliciosa noche.
Iba de ves en cuando a su casa y aunque no todas terminaban con mi pinga en esa conchita blanca, si terminaba en su boca que poco a poco fue ganando experiencia. Pero recuerdo una noche donde nos pusimos a hablar y le conté que cuando fuimos de viaje a Lima junto a Talía y Daniel, ese día me calentó al verla salir del baño, si bien no estaba desnuda o con toalla, se notaba a través de su polo que estaba con frió, pues sus pezones estaba bien erectos y pidiendo una lamida a gritos. Luego me dijo que no se había percatado de eso, y que en ese momento si tal vez no hubiera andado con su amiga, algo podría haber pasado en Lima o mucho maás antes, pero no se la iba jugar así nada mas y perder la amistad de Talía. En verdad, nunca pensé en tirarme a Mayra en plan venganza. Creo que más fue el morbo de que sea la amiga de la chica con la que antes salía....pero sin duda fue una fantasía cumplida.
1 comentarios - Mi amiga Mayra (2da parte)