You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Sexo inesperado

Mi hermana tenía tiempo aprendiendo el arte de "poner uñas". Cosas que nosotros los hombres jamás entendemos ni reparamos en la importancia de ello. Las mujeres se aferran a la estética o al ideal estético en demasia, para mi humilde opinión. Pero bueno, mi hermana lo hacia para sacar un dinero extra y eso estaba bien.

Un día cuando llegué a casa, al ir subiendo la escalera; enfrascado en mi Mp3 tanto que ni me di cuenta que habia alguien en la segunda planta, justo al recién subir la escalera; allí donde mi hermana tenía su mesita para poner uñas y sus enseres necesarios.

Fue de repente que escuché una risa y desde media escalera volteé para arriba, lo que ví fue espectacular. Estaba una amiga de mi hermana, poniéndose uñas. Pero vista desde abajo, desde este ángulo se veía espectacular; una forma definida: de espaldas, con cintura entallada, pero no tanto, es decir ni delgada ni gruesa, unas linea que se ensanchaba en las nalgas dejándo una imagen apetitosa y despertando ilusiones, ya de por sí el cuerpo de esta chica era imponentemente sensual -ahora al imaginarlo de nuevo, empiezo a empalmar- llevaba unos leggins en color rosa y una blusa blanca sin más, se le veian unas piernas gruesas, bien formadas y el pelo cubríéndole la espalda.

Al llegar al la segunda planta ví que no era ninguna amiga conocida, era una chava nueva. Saludé cordialmente -mirando lo que pude, entre ello vista de frente unos senos firmes pero pequeños- y le calculé unos 22 años a lo sumo. Al saludarla vi que me miraba fijamente a los ojos, y sus labios se curvaron en un rictus de sorpresa. Yo no hice más nada que dejarlas alli e irme a mi habitación que estaba al final del pasillo y doblando a la izquierda.

Desde mi cuarto escuchaba el murmullo de la plática entre ellas y las risas. Prendí el televisor, sintonicé algún canal chapucero de cultura, ahora no era chapuza, daban un concierto de Soda Stereo, le dejé allí y me recoste un rato. Hacia un calor de mil demonios, me quité la camisa y me recoste.

Al sonar persiana americana, mi mente iba y venia arriba y abajo por la imagen de esta chava sentada, delcada, de belleza -más que normal- imponente. Mi mente trabajaba en acariciar su pelo, de color rojizo, en oler su perfume, en sentir el tacto de sus labios, en sentir sus pechos firmes y delicados, en bajar por su cintura... empalmaba, sin duda. Gustavo cantaba y tocaba.

Después de un rato así, de repente cai en la cuenta de que ya no se escuchaba el murmullo en el pasillo, estaba todo silencio. Pensé que ya debían haber terminado la sesión de uñas. Yo seguí viéndo el concierto de Soda que no tardaria en terminarse. Luego de un rato escuche que tocarón a mi puerta, débilmente; con un sólo golpe. Pensé que seria mi hermana que necesitaba algo o preguntaria algo.

Abrí la puerta.

Era la amiga de mi hermana. Al darse cuenta de que tenia el torso desnudo, me miró rápidamente e hizo ese rictus de sorpresa -algo sumamente emocional y dificilmente se finge-. Yo que no me habia dado cuenta de la situación, me sonrojé y sólo pude decir; perdón, pense que...

-No, disculpame a mi. -Me dijo ella.

Yo fuí a por la camisa para taparme, pero ella dio más bien un paso dentro.

Yo me puse la camisa rápidamente.

-Disculpa, esque le llamaron a tu hermana y tuvo que salir por algo, no sé me dijo que tardaria y me dejó...

-¿Te dejo sola?

-Si, esque no terminó de ponerme las uñas sólo me puso las de la mano izquierda y pues... es aburrido estar sola allí.

-O.k. Pasa - le dije- ¿Quieres ver la t.v.?

-Me da igual, sólo con estar con alguien ya basta.

Desocupe una silla y ella se sento alli frente a la tele. Mirabamos lo que quedaba de concierto sin decir nada. Yo que estaba un poco atrás de ella, la recorria con la mirada, veia ese busto compacto, imaginaba su tacto Bajaba la mirada por su abdomen que se veia liso en su blusita blanca, y bajaba a donde su cadera se ensanchaba... -Empalmado, seguro.

Ella de repente volteo y me descubrió mirandola en forma lasciva. Me sentí mal, pero era inevitable. Me sonroje y miré hacia afuera, por el balcón. Me sentía estúpido y apenado, siempre he sido asi, algo tímido y muy penoso.

Luego de un rato, ella me miró y sonrió al hacerlo. Yo correspondí.

Como ninguno decia nada, ella rompió el slencio ¡y que bueno que lo hizo!

-Oye...

-Eh... -contesté distraido-

-¿Te gustó?

-Eh... es.

-He visto que me has mirado.

-Perdón es...

-¿Si o no? - Me dijo, mientras se relamia un poco los labios y me miraba fijamente.

-Bueno seria sí. Es decir SI... bueno es.

-Descuida, no pasa nada. Es solo que te miré hacerlo y me gustó. ¿Sabes?

-Bueno, es inevitable mirarte. Es raro, tenerte aqui en mi cuarto así... sabes, perdón es... no sé. Es.... -sin duda no sabia que decir ni hacer, ella dio el paso justo-.

-Me gusta sentirme deseada, saber que le agrado a alguien... es un halago, ¿a poco no, que no te gusta sentir eso?

-Bueno no sé... nunca me ha pasado, creo.

-¿Que dices? Si eres guapo.... seguro hay más de una a la que le despiertas algo.

-¿Tu crees?-Conteste con la voz algo entrecortada.

-Bueno a mi me gustas... y cuando te ví sin camisa, me gustaste más.

-Eh!!! -me sonrojé-

-¿Me dejas verte otra vez?

-¡Pero que dices! -fue lo que atine a decirle

-Andale, solo poquito si.

Yo me levante un poco la camisa, solo un poco y ella me dijo:

-Sacala toda, anda va.

Yo obedecí y al parecer se habian asignado los roles, ella pedia yo cumplia. SIn pensar que llegariamos a más accedí.

Al sacarme la camisa, ella se mordiqueó un poco el labio inferior, eso me excitó. Y ella recorria mi pecho y mi abdomen con su mirada.

-Ponte de pie.

Yo me puse de pie... ella llevo su mano derecha -la que no tenia uñas todavia-. a su entrepierna. Esto me re-excito.

-Date una vuelta.

Yo me di una vuelta, ella se relamió los labios y bajó su mirada la detuvo en el botón del jean y luego la volvio a mis ojos. Yo que estaba de pie y ella sentada casi frente a mi, vi que sus pesones se empezaban a erectar un poco, se marcaban en la blusita aún a través del brassiere que llevaba. Esto era algo sumamente excitante para mí.

-Mmm ¿como no gustar esto?

Yo me sonrojé.

Ella se tocó un pecho y me pregunto, con una voz quedita y suave -¿quieres ver?

Yo queria ver, pero temia por mi hermana, podia llegar y descubrirnos. Ella se levantó un poco la blusa, mientras se mordisqueaba el labio y me volvio a preguntar -¿quieres ver dime?

Y yo le conteste con el poco aire que salió de mí -si.

-Eh... ¿te gusta? Me preguntó ella mientras levantaba la blusa y hacia un sonido gutural félino. Algo sumamente sensual.

Yo sólo asenti. Miré como puso su blusa encima de sus bubis, pequeñas que estaban dentro de un brassiere blanco muy delgado, se traslucia en la textura el pesón, ya durito. Al ver esto, tuve la erección más dura de mi vida, supe que queria ver más... sin duda.

Ella rió un poco, suave y sensual y miró como estaba ya todo caliente y estúpido por ella. Lo disfrutaba, seguro.

-¿Te gustan mis pechos?

-Si... siii - le dije.

-¿Quieres verlos? -Me pregunto mientras tocaba el brassiere con su mano casi como si fuera a sacarse el pesón, pero no lo hizo.

Yo que ya estaba recalentado. Asenti con la cabeza.

-Va, pero desabrochate el pantalón- me dijo...

Yo de nuevo en mi rol sumiso, comencé a desabrochar el jeans mientras ella llevaba sus manos atrás para desabrochar el brassiere. Luego cayeron a los lados ambas tiras que se ajustaban atrás, el brassiere se aflojó del todo y dejé de ver los pesones marcados. Yo bajaba el zipper de mi pantalón lentamente. El pene erecto dentro de mi truza, comenzó a somarse un poco, se me marcaba firme y se notaban detalles a través de mi truza.

Ella sólo gimío: -Ohhh mmm que bien! y de nuevo asomó su rictus de placer/sorpresa.

Se levanto poco a poco el brassiere tapando sus pesones con las manos, lo sacó por su cabeza con una mano -con la otra se tapaba- y me lo lanzó. Yo lo cogí al vuelo y sentí su textura suave, lo puse en mi nariz y lo olfateé... a ella pareció gustarle. Mientras yo hacia esto ella se destapo los pesones y me dejó verlos allí, duritos, firmes tenian una forma de piquito y eran oscuros pero rosáceos.

Ella me hizo el ademán con un dedo para que me acercara. Con el jean aun puesto pero desabrochado me acerqué a ella con dos o tres pasos, ella al tenerme cerca y con mi pelvis casi en su cara -estaba sentada- me agarró el pene con firmeza con su mano derecha.

Gimío de nuevo.

-Mmm siii ii- se le entrecortaba la voz. Yo dejé que me tocara y llevé mis manos a mi cabeza mientras miraba el hacia arriba, sentia como presionaba y jaloneaba suave. Luego sentí algó húmedo en mi pene, baje la vista y vi que ella ¡pasaba su lengua por mi glande encima de la truza! emtonces quisé tomar su cabeza con mis manos y empujarla para que se la metiera en la boca, pero en cambio resistí el impulso y lleve una mano a su cuello y la otra a su pecho. Los acaricié. Ella gemía.

Ella retiró su lengua de mi pene y un hillillo de líquido preseminal quedo colgando entre su lengua y mi pene aún dentro de la truza, es decir el hilillo atravesaba la truza.

Bajé mis pantalones por completo y ella se levantó, dio la vuelta y se arrodillo en la silla, dándome la espalda. Sus nalgas ¡por dios! sus nalgas eran hermosas, llenas, firmes...

Yo la abracé con una mano pasé hasta sus pechos, con la otra la estrujé hacia mí y le repegué mi pene en sus nalgas -ella gimío al notarlo y se replegó hacia mí- mientras le besaba el cuello. Mientras haciamos esto ella replegaba su pelvis hacia mí en pequeñas sentadillas para sentir mi pene, aumentando mis deseos por penetrarla.

-Cógeme...co... mmm coco. Cógeme .-me dijo al fin.

-¿Quieres sentirme adentro? - Le pregunte mientras le repegaba firmemente mi pelvis a sus nalgas.

-Siii si si...- me dijo- asi cógeme asi, desde atrás... bajáme el leggin y la braga y metemela así.

Yo le toqué las nalgas firmemente con las manos y le bajé el leggin lentamente, después una braga de lycra, la doble en al silla y ví su vaginita húmeda. Pasé mi mano por ella.

Ella gemía y me pidio de nuevo -Métemela ya....antes que vuelva tu hermana. Yo me bajé la truza y puse mi pene al borde de su conchita. Ella solita se sento y se la metia.. suavemente. Aunque yo estaba detrás pude notar como cerraba los ojos y arrugaba la boca de placer. Todavia no la tenia toda adentro cuando ella puso su mano en mis piernas como indicandome que me detuviera que hasta allí llegara. Me detuve. Ella comenzó a menearse atrás adelante. Yo la besaba en el cuello y en la cara.

Luego de unos minutos sentí como su vagina se cerraba y se abria... comenzó a gemir. Se corrío con un grito y un temblor en todo el cuerpo. Yo que estaba a punto de venirme, seguí moviendome pero ella me rechazó, se la saco y rápidamente se dio vuelta se sento en la silla y comenzó a chuparmela. Apenas dos o tres chupadas y sentí como vibraba todo mi pene para correrme. Me salieron tres violentos chorros de semen, uno dentro de su boca -ella gimío de placer y sorpresa al sentir la potencia- otro en su cara y quedó estilando hacia abajo y otro más en sus pechos y un cuarto hilillo de semen que me salio mientras ella me exprimía y me relamia todo el pene.

Rápido nos limpiamos, nos besamos ella se puso la ropa. Y se fue a dónde las uñas. Después de un tiempo supe que mi hermana le habia dicho a ella que yo era muy tímido y que en cierto modo mi hermana misma le habia propuesto dejarme un rato a solas con ella para que ella actuara conmigo. Yo le gustaba, ella me gustaba necesitaba un empujoncito ¿no?

J.R. 2016

Si te gustó comenta!

3 comentarios - Sexo inesperado

ElmironMira +1
severa hermana
jonhnynude
Severa, gracias por pasar!
ORRUBLE +1
dviino el relato !!!! tome sus puntos buen hombre 👍
jonhnynude
Gracias por tu comentario y puntos, siempre benvenidos. Saludos
El_abuelito +1
Excelente literatura, te ganas unos puntos...
jonhnynude
Gracias por pasar y comentar.