http://www.poringa.net/posts/relatos/2797388/Mi-inocente-hermanita-y-mi-pervertido-padre-con-imagenes.html
El de arriba, es el link de la primera parte, es para los que no leyeron el inicio de esta historia.
Ahora bien, seguramente, los que lo leyeron o vieron el post, se habrán preguntado y no estarían de acuerdo con el título del mismo. Porque en el, la que aparece como de alguna manera culpable del desenlace del evento era mi hermana, y como responsable primario tal vez yo mismo, su hermano, porque de alguna manera, había comenzado a introducirla en el deseo de la carne.
Sin embargo, no todo es lo que parece, y aquí se darán cuenta del porque de aquel titulado.
A partir del embeleso de mi hermana con mi padre, todo se modificó en nuestra casa.
En virtud de la avidez sexual de su hija, mi hermanita @felina nuestro padre ideó una especie de actividad, la misma que nuestro abuelo materno, el padre de nuestra madre, había llevado a cabo en su provincia natal con sus hijas.
Tal vez, lo hizo como el manifiesta, porque no podía aguantarle el ritmo, aunque después, seguro le interesó los beneficios que adquiría a través de ella.
Nuestro padre, luego de aquella experiencia, la relatada en la primera parte de la historia, rápidamente, construyó y ubico a su hija, mi hermana, en un cuarto propio, sola. Dejó de compartir la habitación conmigo, de alguna manera, a nadie de la familia nos pareció mal. Hasta a mi, el más perjudicado, lo entendí, era una mujer y debía tener su intimidad. Claro, yo no sabía hasta ese momento los pormenores de lo sucedido entre ellos.
Como tradición en nuestra familia nuestros padres, de manera individual, antes de acostarse a dormir, pasaban por nuestras respectivas habitaciones a desearnos un reparador descanso. Pero, esos augurios algunas veces se convertían en otra cosa muy distinta.
En el específico caso de mi hermanita y mi padre, los cuales estaban en pleno romance, la rutina varió drásticamente, y cada saludo de buenas noches daba pie a un encuentro sexo genital
La tensión sexual entre ellos era evidente, e iba "in crescendo" con el paso de los días. Aumentaba en progresión geométrica, la intensidad del deseo de ambos. Aunque, no había simetría física, ni etaria, el esfuerzo de él, era desproporcionado e inconveniente para su salud. No era ese el caso de mi hermana, que estaba endemoniada, y se iba convirtiendo en algo nocivo y pernicioso, la comenzaba a padecer.
Ella, no sólo siempre estaba predispuesta a él, sino que, comenzaba a asediarlo, lo buscaba de tal forma que todo saldría a la luz, eso lo perjudicaría irreversiblemente. La insistencia por cojer de ella, era inversamente proporcional a la de él. Su insistencia lo molestaba, pero debía cumplir y comenzaba a arrepentirse de sus actos indecorosos e inmorales con su hija.
Por otro lado, sopesaba el placer que obtenía con su inexperta hija, nadie se la había chupado igual, ninguna le sacaba tanto semen, la cantidad de veces que llegaba al orgasmo con ella era increíble, más a su edad. La pendeja en cada encuentro le hacía echar como mínimo tres polvos, mientras que ella lo sextuplicaba, no bajaba de los dieciocho polvos.
El sabía, que de continuar así, esto lo llevaría a la tumba, mientras reflexionaba @felina le sacaba el primer "taco", el que ella saboreaba como un elixir y tragaba, mientras le decía ¡Me estás haciendo inmortal, papi!
¡Ahora vení por mi, entrame! Ordenó la joven
La sugestiva vos aniñada de su hija lo encabritó otra vez. La poseyó sobre ella, mientras su carnal deliraba de gozo y orgasmos simultáneos, tuvo seis seguidos, con la chota de su progenitor dentro de ella y bombeando sin parar.
¡Ahora por atrás pa..!! Rogó su dulce retoño
@felina lograba el mismo placer teniendo sexo contra natura, hasta él pensaba que tenía un clítoris en el ano.
El se mantenía erecto, primero porque no había acabado y segundo, gracias a unas pastillas azules.
Ella inició el corcoveo característico de sus orgasmos anales, y él no lo soportó más y se vino dentro del culo de su hija, la guasca y la fricción, dilataron el orto de la jovencita. Su verga adquiría el estado de reposo, y aún "gomosa" la chota se reanimó, al oír los sonidos y la sensación producida en el órgano viril por el movimiento vibratorio de los cuerpos, transmitido por un medio elástico, como el recto
El conjunto de ondas producidas por su cuerpo al vibrar, el del "ojete" ella y la poronga de él, creaba una variación de presión en el medio que la rodeaba y podían ser captadas por el oído de él.
El golpeteo era como palmadas entre las nalgas de su hija y los huevos del padre. Aquella sonoridad agradable que resultaba de esa combinación adecuada de los sonidos, de ese repiqueteo, además de las palabras y/o el de las frases que su hija decía entre cortadas por la lascivia, hicieron nuevamente erguir la pija del progenitor.
La sacó de ese oscuro agujero y desde atrás la penetró en la divina abertura vaginal. Ella en un principio se molestó, debido a que luego le picaba la vulva, y debía tomar antibióticos porque indefectiblemente hacía infecciones urinarias. Sin embargo, luego de producir un movimiento alternativo y sucesivo de un lado a otro, constante, ella empezó a disfrutarlo y se olvidó de las consecuencias.
Se estremeció otra vez, su vulva se llenó de líquidos y fluidos seminales, comenzó a temblar, se sacudía agitada por los orgasmos y su padre sentía las contracciones de las paredes de la vagina de su hija. Su choto nuevamente empezó a palpitar y tuvo los primeros escalofríos, volvió a temer por su integridad, era una anormalidad para él lo que sucedía de un tiempo a esta parte, o como mínimo, una falta de adecuación a lo que no es habitual
Ambos absortos, ensimismados del mundo que los rodeaba, se tumbaron de lado, enganchados como perros en celo, vencido o sin fuerzas para continuar en un empeño o una lucha, su padre volvió al clímax y eyaculó nuevamente inmerso en ella.
Ella lo llevó guiándolo a la posición del misionero, y en ese giro, no lo soportó más, de él se apoderó un frenesí agónico. Percibía un movimiento interior, involuntario y trémulo de algunas partes del cuerpo, el latido del corazón sensible e incómodo, parecía iba a estallar.
Su ninfa, una maquinita sexual, acababa como una ninfómana, el deseo sexual de ella era intenso, insaciable, parecía imposible de satisfacer, lo de ella era excesivo, desmedido. De seguir así pronto sería cadáver.
Se sentía sojuzgado ante su mirada, la de su hija, con la violencia de su conchita, hasta hacía poco virgen, tal vez en ese momento lo vio todo claro, ella era una especie de fenómeno, una cosa extraordinaria y sorprendente, parecía incansable, que consumía la energía del otro, y aquello, él, lo debía explotar, como un don de ella, un talento innato, y como tal, debía compartirlo con otros.
A pesar de su desgaste, de su cansancio, a él no se le bajaba, eso también era una cualidad propia de ella. Hacía magia con la "cachucha", otro atributo valioso para la actividad que imaginaba para su descendiente, atraía, cautivaba, allí empezó a maquinar el negocio.
Ella, se ató las piernas, desde sus tobillos con el cinturón de él y subió las piernas para que la impregnara otra vez, nuestro padre estaba seco, sólo se mantenía firme su pene, tal vez por inercia, pero estaba convencido que ni exprimiéndolo sacaría nada. Ella le reclamó compromiso.
Las palabras de su hija, el tono de la demanda y su idea reciente, conspiraron a su favor y condicionó su último polvo a un futuro acuerdo con ella, uniéndose mediante un juramento. En pleno acto genésico, tuvo la cabeza fría como para plantear la proposición. Actuó con astucia y ocultamente para lograr su objetivo. Despertó la curiosidad o interés de ella y esta accedió
Vertió las últimas gotas de placer, inclinado sobre el rostro de su hija, la instilo a cuentagotas, con la escasez de sus testículos, mientras le informaba que la iba a entregar a algunos de sus conocidos, gente de negocios, que iban a ser muy generosos, como también muy reservados.
Ella al salir del trance, del estado de suspensión de los sentidos durante el éxtasis sexual, comprendió lo crítico y decisivo de su respuesta, era fundamental, de transcendentes consecuencias, el lance de su padre la había tomado por sorpresa, sin defensa, con la guardia baja, entendía que se precipitó al aceptar.
Sin embargo, era algo impensado, que sucedió de manera inesperada, ella quiso torcer su decisión, pero su papá la interrumpió tomándola del cuello y le dijo ¡No lo vas a arruinar!
Ella, con el estado del alma enteramente embargada por un intenso sentimiento de admiración por su padre, de unión del alma con su casi Dios, temió por la suspensión temporal de las funciones corporales y de placer con él, entonces accedió, murmurando ¡Pero yo quiero con vos, no con otros! Su progenitor le respondió ¡Te acostumbrarás, y te gustará!
Ella le sonrió, se recogió el cabello en dos coletas, se puso otra ropa interior, tomó uno de sus juguetes para disponerse a dormir y le dijo ¡Quedo a la espera y a tu disposición papito!
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El de arriba, es el link de la primera parte, es para los que no leyeron el inicio de esta historia.
Ahora bien, seguramente, los que lo leyeron o vieron el post, se habrán preguntado y no estarían de acuerdo con el título del mismo. Porque en el, la que aparece como de alguna manera culpable del desenlace del evento era mi hermana, y como responsable primario tal vez yo mismo, su hermano, porque de alguna manera, había comenzado a introducirla en el deseo de la carne.
Sin embargo, no todo es lo que parece, y aquí se darán cuenta del porque de aquel titulado.
A partir del embeleso de mi hermana con mi padre, todo se modificó en nuestra casa.
En virtud de la avidez sexual de su hija, mi hermanita @felina nuestro padre ideó una especie de actividad, la misma que nuestro abuelo materno, el padre de nuestra madre, había llevado a cabo en su provincia natal con sus hijas.
Tal vez, lo hizo como el manifiesta, porque no podía aguantarle el ritmo, aunque después, seguro le interesó los beneficios que adquiría a través de ella.
Nuestro padre, luego de aquella experiencia, la relatada en la primera parte de la historia, rápidamente, construyó y ubico a su hija, mi hermana, en un cuarto propio, sola. Dejó de compartir la habitación conmigo, de alguna manera, a nadie de la familia nos pareció mal. Hasta a mi, el más perjudicado, lo entendí, era una mujer y debía tener su intimidad. Claro, yo no sabía hasta ese momento los pormenores de lo sucedido entre ellos.
Como tradición en nuestra familia nuestros padres, de manera individual, antes de acostarse a dormir, pasaban por nuestras respectivas habitaciones a desearnos un reparador descanso. Pero, esos augurios algunas veces se convertían en otra cosa muy distinta.
En el específico caso de mi hermanita y mi padre, los cuales estaban en pleno romance, la rutina varió drásticamente, y cada saludo de buenas noches daba pie a un encuentro sexo genital
La tensión sexual entre ellos era evidente, e iba "in crescendo" con el paso de los días. Aumentaba en progresión geométrica, la intensidad del deseo de ambos. Aunque, no había simetría física, ni etaria, el esfuerzo de él, era desproporcionado e inconveniente para su salud. No era ese el caso de mi hermana, que estaba endemoniada, y se iba convirtiendo en algo nocivo y pernicioso, la comenzaba a padecer.
Ella, no sólo siempre estaba predispuesta a él, sino que, comenzaba a asediarlo, lo buscaba de tal forma que todo saldría a la luz, eso lo perjudicaría irreversiblemente. La insistencia por cojer de ella, era inversamente proporcional a la de él. Su insistencia lo molestaba, pero debía cumplir y comenzaba a arrepentirse de sus actos indecorosos e inmorales con su hija.
Por otro lado, sopesaba el placer que obtenía con su inexperta hija, nadie se la había chupado igual, ninguna le sacaba tanto semen, la cantidad de veces que llegaba al orgasmo con ella era increíble, más a su edad. La pendeja en cada encuentro le hacía echar como mínimo tres polvos, mientras que ella lo sextuplicaba, no bajaba de los dieciocho polvos.
El sabía, que de continuar así, esto lo llevaría a la tumba, mientras reflexionaba @felina le sacaba el primer "taco", el que ella saboreaba como un elixir y tragaba, mientras le decía ¡Me estás haciendo inmortal, papi!
¡Ahora vení por mi, entrame! Ordenó la joven
La sugestiva vos aniñada de su hija lo encabritó otra vez. La poseyó sobre ella, mientras su carnal deliraba de gozo y orgasmos simultáneos, tuvo seis seguidos, con la chota de su progenitor dentro de ella y bombeando sin parar.
¡Ahora por atrás pa..!! Rogó su dulce retoño
@felina lograba el mismo placer teniendo sexo contra natura, hasta él pensaba que tenía un clítoris en el ano.
El se mantenía erecto, primero porque no había acabado y segundo, gracias a unas pastillas azules.
Ella inició el corcoveo característico de sus orgasmos anales, y él no lo soportó más y se vino dentro del culo de su hija, la guasca y la fricción, dilataron el orto de la jovencita. Su verga adquiría el estado de reposo, y aún "gomosa" la chota se reanimó, al oír los sonidos y la sensación producida en el órgano viril por el movimiento vibratorio de los cuerpos, transmitido por un medio elástico, como el recto
El conjunto de ondas producidas por su cuerpo al vibrar, el del "ojete" ella y la poronga de él, creaba una variación de presión en el medio que la rodeaba y podían ser captadas por el oído de él.
El golpeteo era como palmadas entre las nalgas de su hija y los huevos del padre. Aquella sonoridad agradable que resultaba de esa combinación adecuada de los sonidos, de ese repiqueteo, además de las palabras y/o el de las frases que su hija decía entre cortadas por la lascivia, hicieron nuevamente erguir la pija del progenitor.
La sacó de ese oscuro agujero y desde atrás la penetró en la divina abertura vaginal. Ella en un principio se molestó, debido a que luego le picaba la vulva, y debía tomar antibióticos porque indefectiblemente hacía infecciones urinarias. Sin embargo, luego de producir un movimiento alternativo y sucesivo de un lado a otro, constante, ella empezó a disfrutarlo y se olvidó de las consecuencias.
Se estremeció otra vez, su vulva se llenó de líquidos y fluidos seminales, comenzó a temblar, se sacudía agitada por los orgasmos y su padre sentía las contracciones de las paredes de la vagina de su hija. Su choto nuevamente empezó a palpitar y tuvo los primeros escalofríos, volvió a temer por su integridad, era una anormalidad para él lo que sucedía de un tiempo a esta parte, o como mínimo, una falta de adecuación a lo que no es habitual
Ambos absortos, ensimismados del mundo que los rodeaba, se tumbaron de lado, enganchados como perros en celo, vencido o sin fuerzas para continuar en un empeño o una lucha, su padre volvió al clímax y eyaculó nuevamente inmerso en ella.
Ella lo llevó guiándolo a la posición del misionero, y en ese giro, no lo soportó más, de él se apoderó un frenesí agónico. Percibía un movimiento interior, involuntario y trémulo de algunas partes del cuerpo, el latido del corazón sensible e incómodo, parecía iba a estallar.
Su ninfa, una maquinita sexual, acababa como una ninfómana, el deseo sexual de ella era intenso, insaciable, parecía imposible de satisfacer, lo de ella era excesivo, desmedido. De seguir así pronto sería cadáver.
Se sentía sojuzgado ante su mirada, la de su hija, con la violencia de su conchita, hasta hacía poco virgen, tal vez en ese momento lo vio todo claro, ella era una especie de fenómeno, una cosa extraordinaria y sorprendente, parecía incansable, que consumía la energía del otro, y aquello, él, lo debía explotar, como un don de ella, un talento innato, y como tal, debía compartirlo con otros.
A pesar de su desgaste, de su cansancio, a él no se le bajaba, eso también era una cualidad propia de ella. Hacía magia con la "cachucha", otro atributo valioso para la actividad que imaginaba para su descendiente, atraía, cautivaba, allí empezó a maquinar el negocio.
Ella, se ató las piernas, desde sus tobillos con el cinturón de él y subió las piernas para que la impregnara otra vez, nuestro padre estaba seco, sólo se mantenía firme su pene, tal vez por inercia, pero estaba convencido que ni exprimiéndolo sacaría nada. Ella le reclamó compromiso.
Las palabras de su hija, el tono de la demanda y su idea reciente, conspiraron a su favor y condicionó su último polvo a un futuro acuerdo con ella, uniéndose mediante un juramento. En pleno acto genésico, tuvo la cabeza fría como para plantear la proposición. Actuó con astucia y ocultamente para lograr su objetivo. Despertó la curiosidad o interés de ella y esta accedió
Vertió las últimas gotas de placer, inclinado sobre el rostro de su hija, la instilo a cuentagotas, con la escasez de sus testículos, mientras le informaba que la iba a entregar a algunos de sus conocidos, gente de negocios, que iban a ser muy generosos, como también muy reservados.
Ella al salir del trance, del estado de suspensión de los sentidos durante el éxtasis sexual, comprendió lo crítico y decisivo de su respuesta, era fundamental, de transcendentes consecuencias, el lance de su padre la había tomado por sorpresa, sin defensa, con la guardia baja, entendía que se precipitó al aceptar.
Sin embargo, era algo impensado, que sucedió de manera inesperada, ella quiso torcer su decisión, pero su papá la interrumpió tomándola del cuello y le dijo ¡No lo vas a arruinar!
Ella, con el estado del alma enteramente embargada por un intenso sentimiento de admiración por su padre, de unión del alma con su casi Dios, temió por la suspensión temporal de las funciones corporales y de placer con él, entonces accedió, murmurando ¡Pero yo quiero con vos, no con otros! Su progenitor le respondió ¡Te acostumbrarás, y te gustará!
Ella le sonrió, se recogió el cabello en dos coletas, se puso otra ropa interior, tomó uno de sus juguetes para disponerse a dormir y le dijo ¡Quedo a la espera y a tu disposición papito!
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