2da parte!
Todos los personajes en este relato son mayores de edad
"Veamos que más sabes hacer", !!!!!
Sebastián se deja completamente, esta tan excitado y tan sorprendido que simplemente se deja llevar por la experiencia de Isabel. Ella le da un beso en la boca y frota sus pechos sobre Sebastián, lentamente lo empuja y lo hace sentarse en la tina. Isabel se le pone encima y sujeta su miembro, lo guía hasta su coño y se va sentando sobre él. "¡Aaaaah, es, es grueso, duro, es fantástico!" exclama ella, Sebastián suspira profundamente a medida que el coño de Isabel cubre su miembro, ella lo besa y mete su lengua en su boca, lo recibe entero y mueve sus caderas para sentirlo mejor, "¡vaya que son escasas las vergas como esta!" le dice al tiempo que se empieza a mover. Sebastián está ahí, sin moverse y sin hacer nada mientras Isabel le cabalga encima, el sonido del agua es opacado por los gemidos de ella que deja escapar a cada instante. Sebastián mira sus pechos agitarse y tímidamente extiende sus manos y se los toma, "¡eso es acaricia mis pechos!" le dice ella que se lo sigue montando. Isabel se muestra fogosa y desinhibida, muy diferente a como es normalmente. No le da tregua, le da con todo a Sebastián, ella se lo folla bien follado y somete a una dura prueba al muchacho y su nueva "herramienta". Al cabo de varios minutos Sebastián siente una serie de espasmos recorriendo su cuerpo, Isabel lo siente también y pronto un fuerte chorro en su coño, Sebastián se corre en ella. Isabel se pone de pie y se asombra al ver la cantidad de semen que brota, blanco y espeso. Ella se la mama otra vez, esta impresionada al ver que la verga de Sebastián sigue erecta y dura, tras chupársela un rato una nueva descarga de semen le cubre el rostro y sus senos. Isabel se saborea y degusta. "Eres toda una máquina, pero aun tienes mucho que mejorar", con toda normalidad Isabel se viste de nuevo mientras Sebastián la mira desconcertado como sin entender o creer lo que ocurrió. Isabel le da un beso y sale del baño mientras Sebastián se queda bajo el agua con cara de estúpido.
Esa noche Sebastián durmió mejor que nunca, al despertar por la mañana Sebastián no sabe si todo fue un sueño o no. Su miembro aun está ahí y con el tamaño que tanto le gusta. Se viste y baja a la cocina con el resto de su familia, todos parecen desconocer lo que sucedió en el baño e incluso Sebastián no sabe si ocurrió o no. Isabel aparece radiante, con una gran sonrisa y su simpatía habitual. Ambos se miran a los ojos y ella le hace un guiño, entonces Sebastián lo entiende, si ocurrió.
El resto de la mañana él se queda en el patio y acompaña a sus abuelos, cada vez que se topa con Isabel ella solo lo mira, hablan de cualquier cosa pero no comentan nada de lo sucedido. Sebastián se dirige al baño a lavarse las manos antes de almorzar cuando Isabel le cierra el paso y lo pone contra la pared, "a las 5 de la tarde, en el establo, no faltes" le dice como dándole una orden y después un beso, mientras ella lo besa, Sebastián siente como le soba su miembro por un instante, luego Isabel sigue su camino. Disimuladamente sale de la casa a la hora estipulada, no quiere llegar tarde a su primera "cita" y tras lo sucedido en el baño está más que ansioso aun y su "pequeñín" se lo hace saber poniéndose sumamente duro. Con fuerza empuja el añoso portón del establo y camina en silencio buscando a Isabel, ella ya debería de estar ahí pues la vio salir unos minutos antes que él lo hiciera. Tras avanzar unos pasos la ve, con su delantal de empleada y su cabello tomado, esta donde se guarda la paja. Ansioso Sebastián se abalanza sobre y ambos caen en el pajar, "¡Oye, oye contrólate!" le dice Isabel que lucha por sacárselo de encima, Sebastián luce desconcertado, hasta desilusionado, "pensé que lo íbamos a hacer" le recrimina. Isabel se ríe, lo que no ayuda en mucho a la autoestima de Sebastián, al verlo algo apenado Isabel le toma el rostro y lo hace mirarlo a los ojos. "escúchame bien, ponme mucha atención" parte diciendo ella, "lo vamos a hacer, pero deberás controlarte", Sebastián luce desconcertado, "lo que tienes aquí abajo y que se carga sobre mi vientre ahora es una maravilla, pero debes saber usarla adecuadamente y eso también se aplica a otras partes de tu cuerpo" agrega ella después, "¿no entiendo?" responde Sebastián, sin embargo Isabel se muestra comprensiva con él. "Muchos hombres creen que por tenerla de ese tamaño son unos reyes en la cama, pero no es así, a las mujeres, o casi todas, nos importa más que la cantidad, la calidad", Sebastián la escucha atentamente. "Y eso mi joven amante superdotado implica usar no solo tu verga, también tus manos, tu boca y tu lengua. Si aprendes a besar a una mujer, a tocarla y a lamerla, las tendrás rendidas a tus pies", Sebastián entiende ahora de que habla Isabel. "Dame un beso" le dice Isabel a Sebastián, él se sorprende un poco ya que ciertamente no sabe besar. Torpemente se acerca a Isabel y trata de repetir lo que ella hizo en el baño el día anterior y junta sus labios y los presiona con algo de fuerza. "Nada mal, pero debes ser más sutil", Isabel le enseña la manera correcta, como mover sus labios y envolver los de su pareja, como presionar con su lengua y él le va tomando el ritmo, ella le dice dónde poner las manos y como deslizarlas delicadamente desde las caderas o la cintura hacia lugares más sensibles. Durante varios minutos estuvieron así, besándose, abrazados con Sebastián metiendo su lengua en la boca de Isabel y viceversa. Ella le enseña a tocarla, a subir sus manos y sentir los pechos de una mujer, como acariciarlos, frotarlos con delicadeza, maximizando la excitación. Sebastián aporta lo suyo, la besa en el cuello cerca de la oreja, sube y baja por él, al mismo le va abriendo su delantal y la puntea delicadamente presionando con su notable miembro su culo. "Muy bien, muy vas aprendiendo" le dice Isabel encantada por la forma de besar de Sebastián. Ella deja que él le abra su delantal, el cómo desvestir es algo muy importante también. Sebastián lo hace lo mejor que puede, Isabel sabe que con practica lo hará mejor. Se aparta su sostén y Sebastián le chupa los pechos, envuelve sus pezones delicadamente, se los besa y se las lame de forma sutil, pero excitante. Ella se recuesta sobre su delantal y deja a Sebastián actuar por su cuenta, solo lo corrige cuando es necesario, "eso es, sigue así, delicioso" le dice, mientras Sebastián sigue adelante y va metiendo su mano entre los muslos alcanzando su sexo. "Espera, no tan fuerte, más despacio, así, eso es así, muévete con sutileza", Isabel siente las caricias de Sebastián en su coño, lo controla, calma sus ímpetus y le dice cómo hacerlo, como rozar sus dedos contra su clítoris, como debe moverlos alrededor del mismo, como presionarlos sobre su vagina y Sebastián demuestra ser un alumno destacado. Isabel lo empuja hacia abajo, él desciende por su vientre hasta llegar a su pubis, con su boca lo envuelve por encima del calzón, a ella le gusta, lo disfruta y aprueba el actuar de su alumno. "Ahora deberás lamer bien mi coño, si aprendes a hacerlo las chicas se van a rendir a ti", Sebastián sin saber mucho comienza a deslizar su lengua sobre el sexo de Isabel, la reacción de ella, un profundo gemido seguido de espasmos en su cuerpo le indica que lo hace bien y sigue adelante. Sebastián hace sus lamidas más intensas, presiona con fuerza y hunde su lengua en el coño de Isabel, no le da tregua y la retorcerse sobre la paja, la hace delirar, realmente él sabe cómo darle sexo oral a una mujer. Con un hilo de voz ella le dice que use sus dedos, que la masturbe con los mismos, Sebastián lo hace, los hunde en su coño y juguetea con su clítoris, lo siente húmedo y ardiendo, la folla con sus dedos e Isabel se derrite ante sus caricias, "¡eso es, así, dale con ganas, chupa mi coño vamos no pares!", ella está fuera de sí, sorprendida por lo rápido que aprende su joven alumno. Ambos se besan de nuevo, Isabel muy satisfecha hasta ahora y como buena maestra evalúa bien a su alumno, "ahora vas a cogerme, mete ese gran miembro tuyo en mi sexo". Sebastián lo sujeta y lo guía hasta el coño de Isabel, ella lo tiene tan lubricado luego del sexo oral que le dio que no tiene problema alguno en penetrarla, ella lo abraza y lo rodea con sus piernas, "¡ahora, presiona, con fuerza!". Sebastián arremete, hunde su miembro y la bombea con fuerza, ahora es Sebastián quien la folla. Los besos de ambos son más ardientes que nunca, sus lenguas se cruzan a cada instante en medio de sus jadeos y gemidos, "¡es increíble, me llena entera!" exclama Isabel al sentir el movimiento de semejante miembro dentro de su cuerpo. Ella cambia de pose, se recuesta de costado con Sebastián detrás, ella sujeta su miembro y él la penetra de nuevo, se mueve rítmicamente y le masajea sus pechos, la besa en el cuello y se mueve más rápido cada vez, Isabel sigue gimiendo descontrolada, es increíble la forma en que Sebastián la folla y como se siente su miembro. Sebastián toma el control y la pone en cuatro, le devora nuevamente su coño y se lo hace con sus dedos, a Isabel le encanta, pero más aún cuando Sebastián la penetra así, en su pose favorita que le den por detrás. La toma firmemente de sus caderas y la bombea bien duro, sus pechos se mueven de un lado para otro, él arremete con todo y su miembro se mueve con vigor, su grosor, su textura y su longitud hacen gozar a Isabel, ella deja escapar toda su fogosidad de mujer madura. Con sus piernas separadas se le monta encima dándole la espalda, se empala firmemente sobre Sebastián, le cabalga encima y él le frota con sus dedos su clítoris, a lo que le gusta bastante, en medio de sus ardientes gemidos le pide que le siga dando con todo, que no se detenga, que no le de tregua, a ella le gusta el sexo duro, que la follen con fuerza, con intensidad y pasión, Sebastián, a pesar de su inexperiencia, le da todo eso y más. Isabel le pide que se corra sobre ella, Sebastián se pone de pie y literalmente la baña con su semen, Isabel lo frota sobre todo su cuerpo y se la chupa hasta sacarle la última gota, Sebastián esta rendido. Ambos regresaron discretamente a la casa, Sebastián comió como nunca en la cena, el esfuerzo de follar así le provoca un apetito atroz y en la noche cayo rendido en su cama de una vez.
Al día siguiente su familia se prepara para regresar a casa, a Sebastián le gustaría quedarse un día más para estar con Isabel, pero no lo dejan. En privado se despiden y le dice que no olvidará lo que ella le enseño, "así espero, tiene mucho talento y con esto", ella le aprieta su verga ligeramente, "puedes tener a las mujeres que quieras". Con un ardiente beso se despiden, ahora besa con más personalidad y pasión, "volveré en cuanto pueda" le dice él, "¡te estaré esperando!" le grita ella.
Enfilan en el jeep por la carretera, Sebastián va con una sonrisa enorme y ni siquiera le presta atención a sus hermanos, "¿y tú pequeñín de que te ríes tanto?", "yo, de nada, solo que esta visita fue mejor de lo esperado".
la continuacion...proximamente !
Todos los personajes en este relato son mayores de edad
"Veamos que más sabes hacer", !!!!!
Sebastián se deja completamente, esta tan excitado y tan sorprendido que simplemente se deja llevar por la experiencia de Isabel. Ella le da un beso en la boca y frota sus pechos sobre Sebastián, lentamente lo empuja y lo hace sentarse en la tina. Isabel se le pone encima y sujeta su miembro, lo guía hasta su coño y se va sentando sobre él. "¡Aaaaah, es, es grueso, duro, es fantástico!" exclama ella, Sebastián suspira profundamente a medida que el coño de Isabel cubre su miembro, ella lo besa y mete su lengua en su boca, lo recibe entero y mueve sus caderas para sentirlo mejor, "¡vaya que son escasas las vergas como esta!" le dice al tiempo que se empieza a mover. Sebastián está ahí, sin moverse y sin hacer nada mientras Isabel le cabalga encima, el sonido del agua es opacado por los gemidos de ella que deja escapar a cada instante. Sebastián mira sus pechos agitarse y tímidamente extiende sus manos y se los toma, "¡eso es acaricia mis pechos!" le dice ella que se lo sigue montando. Isabel se muestra fogosa y desinhibida, muy diferente a como es normalmente. No le da tregua, le da con todo a Sebastián, ella se lo folla bien follado y somete a una dura prueba al muchacho y su nueva "herramienta". Al cabo de varios minutos Sebastián siente una serie de espasmos recorriendo su cuerpo, Isabel lo siente también y pronto un fuerte chorro en su coño, Sebastián se corre en ella. Isabel se pone de pie y se asombra al ver la cantidad de semen que brota, blanco y espeso. Ella se la mama otra vez, esta impresionada al ver que la verga de Sebastián sigue erecta y dura, tras chupársela un rato una nueva descarga de semen le cubre el rostro y sus senos. Isabel se saborea y degusta. "Eres toda una máquina, pero aun tienes mucho que mejorar", con toda normalidad Isabel se viste de nuevo mientras Sebastián la mira desconcertado como sin entender o creer lo que ocurrió. Isabel le da un beso y sale del baño mientras Sebastián se queda bajo el agua con cara de estúpido.
Esa noche Sebastián durmió mejor que nunca, al despertar por la mañana Sebastián no sabe si todo fue un sueño o no. Su miembro aun está ahí y con el tamaño que tanto le gusta. Se viste y baja a la cocina con el resto de su familia, todos parecen desconocer lo que sucedió en el baño e incluso Sebastián no sabe si ocurrió o no. Isabel aparece radiante, con una gran sonrisa y su simpatía habitual. Ambos se miran a los ojos y ella le hace un guiño, entonces Sebastián lo entiende, si ocurrió.
El resto de la mañana él se queda en el patio y acompaña a sus abuelos, cada vez que se topa con Isabel ella solo lo mira, hablan de cualquier cosa pero no comentan nada de lo sucedido. Sebastián se dirige al baño a lavarse las manos antes de almorzar cuando Isabel le cierra el paso y lo pone contra la pared, "a las 5 de la tarde, en el establo, no faltes" le dice como dándole una orden y después un beso, mientras ella lo besa, Sebastián siente como le soba su miembro por un instante, luego Isabel sigue su camino. Disimuladamente sale de la casa a la hora estipulada, no quiere llegar tarde a su primera "cita" y tras lo sucedido en el baño está más que ansioso aun y su "pequeñín" se lo hace saber poniéndose sumamente duro. Con fuerza empuja el añoso portón del establo y camina en silencio buscando a Isabel, ella ya debería de estar ahí pues la vio salir unos minutos antes que él lo hiciera. Tras avanzar unos pasos la ve, con su delantal de empleada y su cabello tomado, esta donde se guarda la paja. Ansioso Sebastián se abalanza sobre y ambos caen en el pajar, "¡Oye, oye contrólate!" le dice Isabel que lucha por sacárselo de encima, Sebastián luce desconcertado, hasta desilusionado, "pensé que lo íbamos a hacer" le recrimina. Isabel se ríe, lo que no ayuda en mucho a la autoestima de Sebastián, al verlo algo apenado Isabel le toma el rostro y lo hace mirarlo a los ojos. "escúchame bien, ponme mucha atención" parte diciendo ella, "lo vamos a hacer, pero deberás controlarte", Sebastián luce desconcertado, "lo que tienes aquí abajo y que se carga sobre mi vientre ahora es una maravilla, pero debes saber usarla adecuadamente y eso también se aplica a otras partes de tu cuerpo" agrega ella después, "¿no entiendo?" responde Sebastián, sin embargo Isabel se muestra comprensiva con él. "Muchos hombres creen que por tenerla de ese tamaño son unos reyes en la cama, pero no es así, a las mujeres, o casi todas, nos importa más que la cantidad, la calidad", Sebastián la escucha atentamente. "Y eso mi joven amante superdotado implica usar no solo tu verga, también tus manos, tu boca y tu lengua. Si aprendes a besar a una mujer, a tocarla y a lamerla, las tendrás rendidas a tus pies", Sebastián entiende ahora de que habla Isabel. "Dame un beso" le dice Isabel a Sebastián, él se sorprende un poco ya que ciertamente no sabe besar. Torpemente se acerca a Isabel y trata de repetir lo que ella hizo en el baño el día anterior y junta sus labios y los presiona con algo de fuerza. "Nada mal, pero debes ser más sutil", Isabel le enseña la manera correcta, como mover sus labios y envolver los de su pareja, como presionar con su lengua y él le va tomando el ritmo, ella le dice dónde poner las manos y como deslizarlas delicadamente desde las caderas o la cintura hacia lugares más sensibles. Durante varios minutos estuvieron así, besándose, abrazados con Sebastián metiendo su lengua en la boca de Isabel y viceversa. Ella le enseña a tocarla, a subir sus manos y sentir los pechos de una mujer, como acariciarlos, frotarlos con delicadeza, maximizando la excitación. Sebastián aporta lo suyo, la besa en el cuello cerca de la oreja, sube y baja por él, al mismo le va abriendo su delantal y la puntea delicadamente presionando con su notable miembro su culo. "Muy bien, muy vas aprendiendo" le dice Isabel encantada por la forma de besar de Sebastián. Ella deja que él le abra su delantal, el cómo desvestir es algo muy importante también. Sebastián lo hace lo mejor que puede, Isabel sabe que con practica lo hará mejor. Se aparta su sostén y Sebastián le chupa los pechos, envuelve sus pezones delicadamente, se los besa y se las lame de forma sutil, pero excitante. Ella se recuesta sobre su delantal y deja a Sebastián actuar por su cuenta, solo lo corrige cuando es necesario, "eso es, sigue así, delicioso" le dice, mientras Sebastián sigue adelante y va metiendo su mano entre los muslos alcanzando su sexo. "Espera, no tan fuerte, más despacio, así, eso es así, muévete con sutileza", Isabel siente las caricias de Sebastián en su coño, lo controla, calma sus ímpetus y le dice cómo hacerlo, como rozar sus dedos contra su clítoris, como debe moverlos alrededor del mismo, como presionarlos sobre su vagina y Sebastián demuestra ser un alumno destacado. Isabel lo empuja hacia abajo, él desciende por su vientre hasta llegar a su pubis, con su boca lo envuelve por encima del calzón, a ella le gusta, lo disfruta y aprueba el actuar de su alumno. "Ahora deberás lamer bien mi coño, si aprendes a hacerlo las chicas se van a rendir a ti", Sebastián sin saber mucho comienza a deslizar su lengua sobre el sexo de Isabel, la reacción de ella, un profundo gemido seguido de espasmos en su cuerpo le indica que lo hace bien y sigue adelante. Sebastián hace sus lamidas más intensas, presiona con fuerza y hunde su lengua en el coño de Isabel, no le da tregua y la retorcerse sobre la paja, la hace delirar, realmente él sabe cómo darle sexo oral a una mujer. Con un hilo de voz ella le dice que use sus dedos, que la masturbe con los mismos, Sebastián lo hace, los hunde en su coño y juguetea con su clítoris, lo siente húmedo y ardiendo, la folla con sus dedos e Isabel se derrite ante sus caricias, "¡eso es, así, dale con ganas, chupa mi coño vamos no pares!", ella está fuera de sí, sorprendida por lo rápido que aprende su joven alumno. Ambos se besan de nuevo, Isabel muy satisfecha hasta ahora y como buena maestra evalúa bien a su alumno, "ahora vas a cogerme, mete ese gran miembro tuyo en mi sexo". Sebastián lo sujeta y lo guía hasta el coño de Isabel, ella lo tiene tan lubricado luego del sexo oral que le dio que no tiene problema alguno en penetrarla, ella lo abraza y lo rodea con sus piernas, "¡ahora, presiona, con fuerza!". Sebastián arremete, hunde su miembro y la bombea con fuerza, ahora es Sebastián quien la folla. Los besos de ambos son más ardientes que nunca, sus lenguas se cruzan a cada instante en medio de sus jadeos y gemidos, "¡es increíble, me llena entera!" exclama Isabel al sentir el movimiento de semejante miembro dentro de su cuerpo. Ella cambia de pose, se recuesta de costado con Sebastián detrás, ella sujeta su miembro y él la penetra de nuevo, se mueve rítmicamente y le masajea sus pechos, la besa en el cuello y se mueve más rápido cada vez, Isabel sigue gimiendo descontrolada, es increíble la forma en que Sebastián la folla y como se siente su miembro. Sebastián toma el control y la pone en cuatro, le devora nuevamente su coño y se lo hace con sus dedos, a Isabel le encanta, pero más aún cuando Sebastián la penetra así, en su pose favorita que le den por detrás. La toma firmemente de sus caderas y la bombea bien duro, sus pechos se mueven de un lado para otro, él arremete con todo y su miembro se mueve con vigor, su grosor, su textura y su longitud hacen gozar a Isabel, ella deja escapar toda su fogosidad de mujer madura. Con sus piernas separadas se le monta encima dándole la espalda, se empala firmemente sobre Sebastián, le cabalga encima y él le frota con sus dedos su clítoris, a lo que le gusta bastante, en medio de sus ardientes gemidos le pide que le siga dando con todo, que no se detenga, que no le de tregua, a ella le gusta el sexo duro, que la follen con fuerza, con intensidad y pasión, Sebastián, a pesar de su inexperiencia, le da todo eso y más. Isabel le pide que se corra sobre ella, Sebastián se pone de pie y literalmente la baña con su semen, Isabel lo frota sobre todo su cuerpo y se la chupa hasta sacarle la última gota, Sebastián esta rendido. Ambos regresaron discretamente a la casa, Sebastián comió como nunca en la cena, el esfuerzo de follar así le provoca un apetito atroz y en la noche cayo rendido en su cama de una vez.
Al día siguiente su familia se prepara para regresar a casa, a Sebastián le gustaría quedarse un día más para estar con Isabel, pero no lo dejan. En privado se despiden y le dice que no olvidará lo que ella le enseño, "así espero, tiene mucho talento y con esto", ella le aprieta su verga ligeramente, "puedes tener a las mujeres que quieras". Con un ardiente beso se despiden, ahora besa con más personalidad y pasión, "volveré en cuanto pueda" le dice él, "¡te estaré esperando!" le grita ella.
Enfilan en el jeep por la carretera, Sebastián va con una sonrisa enorme y ni siquiera le presta atención a sus hermanos, "¿y tú pequeñín de que te ríes tanto?", "yo, de nada, solo que esta visita fue mejor de lo esperado".
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3 comentarios - El Pequeñín...... sera ? II