Una diosa. Capítulo 10

Capítulo 10: Tres no son multitud
El verano terminó y era hora de ponerse las pilas. Villa Gesell, Lucas, la playa, los boliches y el quincho habían llegado a su fin y Febrero arrancó con muchos exámenes y estudio. Guillermina y Ramiro fueron mis compañeros durante todo el mes y Lautaro y Eloy se sumaron algunas tardes, a pesar de que este último parecía ponerse incómodo cada vez que estaba conmigo. Cuando rendimos la última materia, salimos a festejar el cumple de Guille con otros chicos de la facu como Germán que de a poco se iba sumando al grupo. Esa noche la chica del cumpleaños y Ramiro se pusieron de novios, un noviazgo que dura hasta hoy en día.

Con las chicas de la secundaria hacíamos lo imposible para juntarnos una vez a la semana, aunque sea un ratito. El cumpleaños de 19 de Daiana fue la excusa perfecta a finales de Enero, y sobre todo fue excelente ya que tuve la oportunidad de ver a Hernán una vez más (a pesar de que no pasó nada). A finales de Febrero volvimos a juntarnos por iniciativa de Andrea, que tenía que contarnos algo muy importante. Hacía un año, cuando nos fuimos a Gesell por primera vez, ella se enganchó con Juan Carlos (Juanca para nosotras), y a pesar de las idas y venidas que tuvieron en el 2009, ese año parecía que la cosa iba seria. También aprovechamos para que Flavia nos detallara un poco más sobre su experiencia.
- Me re dolió chicas.- Nos dijo muy seria.- Fermín me chupó y me coló los dedos un buen rato, pero cuando me metió la pija me re dolió. Lo hice frenar un montón de veces. Igual en estos meses intentamos un par de veces más y ya no me duele como antes.- Dijo contenta.- Es más, la semana pasada sin que me dijera nada le pedí que intentara y me gustó muchísimo. Se los recomiendo.
Una nueva idea entró en mi cabeza, así como lo había hecho la de tragar semen y la de chupar un culo. Mi apetito sexual aumentaba con cada idea loca que me tiraban. Pero Enero y Febrero habían sido meses de escases intenta y la necesidad de una buena pija sobre mi concha iba aumentando. Lautaro cada vez se veía más tentador, era la opción que más me gustaba, pero sus 13 centímetros no habían sido de satisfacción y necesitaba alguien que me cogiera de verdad. Hernán era mi utopía, la persona con la que de verdad quería estar, pero lo veía cada vez más difícil. Empezaba a desesperarme un poco el saber que no había una persona con la que pudiera contar cada vez que quería algo de sexo.

La solución llegó el primer fin de semana de Marzo. Nos juntamos con las chicas de la secundaria para salir a bailar y después de una buena previa y una noche que parecía inolvidable, Florencia terminó tomando de más y vomitando en el baño. Con Ailín la sacamos del boliche y nos sentamos en la vereda para que tomara un poco de aire. Uno de los patovicas se nos acercó y le dijo a Ailín que entrara a buscar agua a la barra y yo me quedé sola con Flor. Enseguida empezó a llorar desconsoladamente y no sabía que hacer. Pero ella me ganó de mano y sola entró a hablar.
- Soy una forra.- Decía entre llantos.- Lo re cagué.
- ¿Qué pasó Flo?- Le pregunté yo.
- A Guille. Lo re cagué en el verano.- Me dijo.
Guille era su novio, habían concretado a finales del año pasado y era una relación bastante rara para todas nosotras, porque él a pesar de ser bastante agradable, era un chico muy raro y no nos terminaba de cerrar. Florencia me confesó que una noche que salió en el verano se comió a un pibe con que había estado hacia unos años y terminaron en un telo. Lo peor fue que después repitió la experiencia el fin de semana siguiente ya que Guillermo estaba en Buenos Aires con su familia.
Ailín salió con el agua y quedó todo ahí, pero teníamos que seguir hablando el tema. Nos juntamos en la semana y le pregunté bien que había pasado y me contó que este chico le había empezado a hablar de la nada y que cuando se lo cruzó en la noche, no se aguantó estar con él. Al fin de semana siguiente fue peor, porque se había peleado con Guillermo y fue ella quien buscó a este chico. Después de eso, él no paraba de acosarla y ella no sabía cómo sacárselo de encima, pero sobre todo, no sabía qué hacer con Guillermo.
- Quiero compensarlo de algún modo y no sé cómo.- Me dijo.
Seguimos hablando por un buen rato, tratando de ver una salida del problema. Sobre este flaco le dije que yo me ocupada, y esa misma noche lo agregué al facebook y le dije que dejara de acosarla y a los pocos días se iba a alejar de Flor. Con respecto a Guillermo, le sugerí que siguiera con él, pero Florencia tenía sus dudas, más, teniendo en cuenta que se acercaba su cumpleaños y ni siquiera le había comprado un regalo. Una idea surgió por mi cabeza, se la comenté y ella me miró con una sonrisa en la cara.

El sábado 20 de Marzo fue el cumple de Guille, y tal como habíamos acordado con Flor, yo estaba invitada. Él insistió en que fuéramos todas, pero para que nuestro plan funcionara las otras chicas no tenían que estar. Me vestí bien provocadora, así lo habíamos acordado, con un short blanco bien cortito y una remerita color pastel suave que mostraba mucha piel. Florencia, por el contrario, se puso un pantalón largo muy entangado y un top negro que le resaltaba las tetas chiquitas que tenía. Esa noche estábamos listas para matar.
Estaba lleno de amigos de Guillermo, y muchos bien babosos cuya única intención al verme así vestida era cogerme esa misma noche. Pero yo los esquivé a todos. Cada vez que uno se me tiraba encima, Flor venía a mi rescate. Cerca de las 3 de la mañana terminé frente a frente con el cumpleañero. “Feliz cumple Guille” le dije dándole un abrazo. “Te regalo un trago” lo invité después y nos escapamos del grupo para ir a la barra. Una vez ahí empezó la parte más difícil del plan.
- Estás re lindo hoy.- Le dije pasándole la mano por la frente para acomodarle el pelo.
Guille era un chico muy lindo. Tenía una carita divina, con unos ojos verdes hermosos y una sonrisa perfecta. De cuerpo estaba bastante bien, no era súper musculoso o de esos ultra flacos, pero se mantenía en forma.
- Gracias.- Me contesta. Estaba algo borracho, eso era de gran facilidad para el plan.- Vos también. Mis amigos están como locos.- Agrega mirando a la ronda.
- Si, ya se. Pero no me gusta ninguno.- Le digo acercándome a él y haciendo puchero.- No son lindos como vos.- Insisto pasando mi mano por sus hombros y apoyándola sobre el pecho en la parte abierta de la camisa.
- Para Gabi.- Me dice él riéndose y tratado de alejarse. Yo fui más rápida y lo agarré de la mano.- Sos amiga de Flor vos. No da.
Pero la segunda parte del plan comenzó y Florencia apareció justo preguntándonos: “¿Qué quieren?”
- Yo lo quiero a él.- Le digo riéndome y volviendo a apoyar mi mano sobre el pecho de Guillermo.
- ¡Ay yo también!- Dice ella parándose detrás de él y pasándole las manos por la cintura.- Quiero que me de esto.- Agregó apretándole el bulto sobre el pantalón.
Aprovechando su reacción de sorpresa, yo pegué mi cuerpo contra el de él que quedó atrapado entre nosotras dos. “Habrá que apagar la velita” le dije yo a centímetros de su cara y él me miró totalmente atónito. La miré a Flor que parecía más que conforme con mi actuación y pasamos a la última parte del plan, la mentira que era necesaria para poder lograr nuestro objetivo.
- ¿Sabías que con Flor hace unos años pasamos una noche muy loca?- Le pregunté al cumpleañero que me miraba con la boca semi abierta. Negó con la cabeza así que le seguí contando.- Estábamos en casa, solitas y algo calientes y empezamos a tocarnos bien despacito.- Me cuerpo se acercaba cada vez más a el de él, que estaba inmóvil escuchando lo que le decía.- Y después de eso vinieron los besos… La lengua… Fue hermoso. La pasamos muy bien. Pero después de eso juramos algo. ¿Sabés que juramos?- Guillermo volvió a negar con la cabeza.- Que cuando alguna de las dos se pusiera de novia, íbamos a repetir la experiencia, pero lo íbamos a incluir a él.
La reacción fue inmediata. Sin darle tiempo a reaccionar le comí la boca y él que se había puesto al palo con la historia, me devolvió el beso. Florencia seguía pegada atrás de él, con sus manos sobre su pantalón. Él me abrazó enseguida y bajó sus manos hasta la parte de mi espalda donde la remera no llegaba y al sentir su piel sobre la mía comprobé que estaba bien caliente. Pero después de eso, lo corrimos del medio y llegó nuestro turno. Flor y yo nos sumergimos en un beso bien caliente, con mucha lengua y muchas manos. Él, que estaba parado al lado de nosotras, nos miraba totalmente sorprendido. Nosotras seguíamos con lo nuestro, bien inmersas en ese beso caliente. Nuestro primer beso a pesar de lo que le habíamos dicho a Guille.
La gente alrededor empezaba a mirar con ganas y decidimos que estábamos llamando demasiado la atención, pero habíamos cumplido nuestro objetivo. Entre las dos agarramos a Guille de la mano y empezamos a caminar hacia la salida. Una vez afuera nos subimos a un taxi y fuimos al telo que habíamos acordado previamente con Flor. En el taxi la cosa se fue poniendo caliente cuando nos besamos con mi amiga mientras él la acariciaba a ella. El taxista no podía creer lo que veía, y cuando vio que nos bajábamos en la puerta de telo le dijo a Guille: “Grande campeón”. Entramos y pedimos una habitación. El recepcionista y el de seguridad que estaba al lado también nos miraron sorprendidos. Pasamos a la pieza dando por finalizado nuestro plan. A partir de ese momento era todo improvisación.
Nos acostamos las dos en la cama, una al lado de la otra, y entre caricias y besos nos fuimos calentando mutuamente. Guillermo miraba parado desde la punta de la cama, atónito por lo que estaba viendo. Flor, que estaba mucho más suelta que yo, pasaba su boca por todo mi cuerpo y su mano acariciaba lugares claves para aumentar mi temperatura. De a poco nos fuimos sacando la ropa sin prestar atención al chico que estaba a unos metros de nosotras. Florencia bajó por mi cuello, mi pecho, mis tetas y mi abdomen hasta llegar a cintura y después de pasarle la lengua como una loca, me desabrochó el short y me lo bajó de un saque. Mi tanguita duró muy poco sobre mi cuerpo, ya que mi amiga me la sacó a las apuradas, abrió mis piernas y comenzó a darme placer con su boca.
La fantasía que habíamos inventado para calentar a Guille se estaba cumpliendo y me encantaba. Flor me lamía la concha con ganas, pasando su lengua bien rápido hacia un lado y hacia el otro sobre mi clítoris. Yo, que estaba acostada boca arriba, podía ver toda la situación. Mientras ella, que se encontraba semi arrodillada, seguía con lo suyo, su novio se había desnudado por completo y pude ver su pija de unos 18 centímetros, totalmente dura y lista para entrar en acción. En ese momento fue que se me ocurrió algo que ya había visto en algunos videos y ¿qué mejor regalo de cumpleaños que dos chicas chupándotela?
Me levanté y cuando lo hice Flor también y fui gateando hasta el borde de la cama. Me bajé y me arrodillé en el piso y mi amiga imitó mi movimiento. Él entendió enseguida y se paró bien en frente de nosotras. Yo tomé la rienda y tomé su hermosa pija con la mano y me la llevé a la boca. “Ohhh qué lindo” dijo él con tono de placer. Mientras me metía y sacaba su pija de mi boca, mi amiga me acariciaba el cuerpo y me besaba las tetas. “Que lindas putitas que son” volvió a hablar el cumpleañero. Flor subió hasta mi cuello y cuando la tuve casi al lado mío la besé con ganas y ella me devolvió el beso metiendo su lengua bien adentro de mi boca. Después le tocó el cuerno a ella de darle placer a su novio. Mientras lo hacía, me puse detrás de mi amiga y le fui acariciando las tetitas a medida que ella saboreaba su pija. “Si mi amor” decía Guille que había puesto una de sus manos sobre su nuca y la guiaba con los movimientos. Yo aproveché para desabrocharle el pantalón a ella y sacárselo junto con la bombachita que tenía. Después empecé a tocarla. Mis manos se metieron entre sus piernas y llegué a su concha que ya estaba completamente mojada. Le gustó tanto que no pudo contener sus gemidos y una risita que hiso que se la dejara de chupar a él. Guille volvió en busca de mi boca y mientras tocaba a su novia se la chupaba a él.
Florencia se levantó y se paró al lado de Guillermo y se besaron con ganas. Yo seguía arrodillada frente a él, chupándosela bien rápido mientras que con una de mis manos le acariciaba el clítoris a ella. “¿Te gusta el regalito de cumpleaños que te preparé?” le preguntó Flor. “Me encanta” le respondió Guille y volvió a darle un beso. Yo me sentía la más puta del mundo y por alguna razón en particular, me encantaba ese rol.
Llegó el momento de seguir con la acción y él decidió empezar con su novia. Mientras se ponía un forro, ella se acostó en la cama con las piernas abiertas y quedó a la espera de recibir su pija sobre su concha. Yo me tiré al lado de ella y de a poquito fui lamiendo su cuerpo. Apenas la penetró Flor no pudo evitar un gemido de placer que me puso la piel de gallina. Mi boca fue subiendo por su cuerpo hasta llegar a su boca y nos sumergimos en un beso bien apasionado mientras ella recibía los pijazos de él.
- Comele la boca.- Me dijo a mi, mientras se la metía y se la sacaba con furia.
Estaba muy caliente. Besar a mi amiga con ganas mientras su novio se la cogía bien duro me volvía loca y para colmo había visto esa pija y me moría por tenerla adentro. Tuve que tentarlo así que sin dejar de jugar con ella, levanté mi culito y me acomodé para que quedar en cuatro bien al costado de ella. El resultado fue casi instantáneo y sentí como su mano se posicionaba en mi cola y Guille empezó a jugar con mi cuerpo. Al principio fue solo caricias y apretones, pero sus dedos no tardaron en entrar a mi conchita y la calentura fue máxima.
- ¿Querés que te coja?- Me preguntó.- ¿Querés que te rompa la conchita?
- Sí.- Le dije yo entre jadeos.- Metémela toda.
Él se la sacó a su novia, se paró detrás de mi y me ensartó de un saqué provocándome un placer inmenso que solo pude catalizar en un grito orgásmico lo loca que me había puesto. Enseguida comenzó a darme bien duro y sentía como su pija entraba y salía por completo de mi cuerpo. Florencia me tocaba todo el cuerpo y sentía sus manos bien calientes ir desde mi cola hasta mis tetas. “Ponete allá, así te la chupa un ratito” le dijo él a ella. Flor obedeció y se acostó a delante de mí con las piernas abiertas y puso su concha sobre mi cara. Quería chupársela, quería devolverle el favor, pero sentía tanto placer que no podía parar de gemir. Mi lengua salía de mi boca y tocaba los labios de ella, pero la satisfacción que me daba su pija era cada vez más y más.
Ninguno de los tres aguantaba más del placer. Guillermo me empezó a dar con más fuerza y mis gemidos se convirtieron en gritos de placer mientras que mi boca y mis manos se concentraban en la concha de mi amiga. Fue casi en cadena. Florencia acabó con un “¡sí, sí, sí!” y sentí como un líquido salado salía de su cuerpo. Después me tocó a mi mientras la pija de su novio me penetraba bien a fondo y no pude contener un grito orgásmico impresionante. Por último fue él, que después de unos segundos de cogerme bien duro acabó golpeando su cadera sobre mi cola.
Nos quedamos casi inmóviles por un tiempo y después reaccionamos acostándonos en la cama, él en el medio y nosotros a cada lado. Me dio un beso a mi primero y después uno a ella y le agradeció por el regalo. Acto seguido nos pidió que nos besáramos y en vez de darnos un beso así nomás, fue bastante apasionado como lo hicimos en el taxi. La cosa no tardó en calentarse. Ya estábamos desnudos y cuando sentimos que su pija se había vuelto a parar, nos miramos con una mirada cómplice y juntas bajamos por su cuerpo para darnos una segunda vuelta.

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