Relato erótico muy perverso, espero que lo disfruten, si les gusta, meto continuación 😉 Si son ansiosos, vayan a donde empieza la letra negrita, que es cuando los primos retratados empiezan a embarcarse en un juego incestuoso mediante un extraño juego de cartas con prendas.
Jugando con su primita parte I
Uno al contar una historia se debate entre sí ir a lo seguro, o contar una historia verosímil. Esta vez, a diferencia de otros relatos carnales, contaré una historia más realista, algo con la que muchos podrían identificarse.
La historia ocurrió una tarde noche de un helado julio en la que para nuestro protagonista, los planetas y hasta las estrellas de la galaxia parecían haberse alienado para iluminar un único propósito: Llevar a cabo una oscura fantasía.
Tener un departamento para él empezaba tener sus ventajas. Una sucesión de visitas de sus familiares, amigos y bellísimas amigas fueron para conocer el lugar. A él le gustaba creer que estas últimas tanteaban el terreno evaluando si dejaba de ser el amigo bobo, o algo más. Lo que no intuyó, es que quien lo visitaría para cenar una noche, era alguien con quien tenía un lazo sanguíneo.
Era su prima Juli, cuando escuchó su voz en el portero no lo podía creer. “No tenía crédito para avisarte, pero me imaginé que estarías acá.” y al abrir la puerta sus ojos se encontraron con los suyos, azules y bellos como siempre lo fueron.
- No me iba a quedar sin conocer tu departamento primo.- Le expresó risueña mientras subían por el elevador. No dejo de notar que estaba entre la línea que divide a las mujeres de las adolescentes con sus 18 añitos recién cumplidos, era como un pastel recién salido del horno. Aunque sus amigos le dirían “barely legal”
Montones de recuerdos se sucedieron sobre ellos dos, recuerdo del origen de su enfermiza fantasía con ella. Y es que a pesar de tener 30 y ella poco más de la mitad, fue la joven quien arrojó la primera piedra en aquel juego incestuoso. Como cuando le enseñaba a jugar algún juego en la pc, y ella se inclinaba sobre su brazo, rozando sus incipientes pechos sobre su antebrazo… y era una acción que repetía a cada momento.
También recordaba el jugueteo con sus pies, cuando le tocaba la pierna con sus deditos desnudos bajo la mesa, acariciándolo… o peor (o mejor, según la opinión) cuando le tocaba esperar con ella su turno en la pc, mientras él estaba sentado en el suelo ella haciéndose la distraída, jugando con las más pequeñas, se paraba sobre sus piernas de hombre jugando a hacer equilibrio, como si estuvieran sosteniéndose en un madero a flote
- Cuidado, turbulencia… - y les movía las piernas para que cayeran, pero Juli no caía, sino que le acariciaba con el dedo gordo el creciente bulto, de nuestro otrora juvenil protagonista.
Y en la playa habían pasado cosas. Esperaba a que todos se vayan al mar para pedirle que le pusiera bronceador en su espalda desnuda, y el mero contacto de su espalda desuda, y la visión de su trasero adolescente, le provocaban una erección muy incómoda…
- ¿Qué te quedaste pensando?
- En cómo pasa el tiempo, y me vuelvo viejo- Dijo en tono deprimente- Pero vos cada vez más linda, como si me succionaras la vida.- Su prima rió con él, aunque en su cabeza, pasó la idea de succionar otra cosa.
- ¿Viejo vos? Vivís solo, vas al gym, estás fenómeno, trabajas de lo que te gusta, vamos…
Sintiéndose alagado, caminó por el pasillo mientras la escuchaba con atención. De nuevo tenía problemas con su tía, y cualquier escusa era buena para comer fuera. Sin perder tiempo, mientras abría la puerta, le dijo que estaba invitada cuando a cenar cuando quisiera, siempre y cuando sea sin abusar y esté solo. No debía parecer necesitado.
- Llegamos, he aquí mi baticueva.
La chica pasó con cierto desinterés y se sentó en el sillón, desde donde admiró el lugar, los cuadros, los muñecos coleccionables…
- Me hace acordar a la casa de Virgen a los 40…
- Por suerte, no llegó virgen a los 40 así que gracias he…- Dos novias anteriores se ocuparon de ello y nada más. Habían sido experiencias desastrosas.
Mientras debatían sobre qué pedir al delivery, Juli se tomó el atrevimiento de encender la televisión, mientras se desabrigaba con cierta gracia No se vestía como puta, ni tenía un cuerpo de puta, y ahí su encanto, podía ser la prima de cualquiera, pero era la suya, y le pareció hermosa, desde hace años. Jean ajustado, remera poser, pelo rubio lacio, teñido en las puntas de un color caprichoso, y accesorios por doquier. Si era virgen o no, era un misterio, no conocía de su vida íntima, pero le encantaría formar parte de ella.
- Bueno unas empanadas entran como piña ¿No?
- Pedime lo que quieras Mati…- Le dijo en un tono interesante, mientras terminaba con la orden telefónica.
La noche se consumió con tranquilidad, sentados en el sillón, bastante juntos frente a frente, comieron mientras se ponían al tanto de temas de familia y otros más intrascendentes, le pareció curiosa su manera de sentarse, con las piernas sobre el sillón, cruzadas, formando esa cueva en entre sus piernas por donde se colaba su mirada cada vez de manera menos disimulada.
Como quien no quiere la cosa, empezaron las preguntas interesantes: Le preguntó si estaba de novio y ante su negativa se mostró preocupado.
- ¿Qué son todos gays tus amigos? No podes estar soltera siendo tan linda, tenes que vivir experiencias, es ahora.- Ella se mostró alagada por su tono sincero, aún poco comprometedor.
- No me gustan tan babosos, se me tiran al lance, pero algo me dice que no. Me parecen muy inmaduros, y sí, ya sé que tengo que vivir y todo eso, me encantaría que pasen cosas…- Y mientras lo decía hacía un rulo en su cabello.
En ese momento su mente sucia hizo “click” al darse cuenta de que podía contar algo, que, de tener suerte, lo llevaría a una situación interesante.
- Te recomiendo que aproveches a hacer de joven, todo lo que desees. Yo me arrepiento de no hace ciertas osas en mi adolescencia… bha, no te tendría que estar contando esto.- Dijo eso, obviamente para captar su interés y que le pidiera seguir contando.
- Dale Mati, contame ¿Qué fue lo que siempre quisiste hacer?
- No, sos mi prima, no debería Juli, a no ser que después vos me cuentes algo…
- ¿Algo así como verdad consecuencia?- Dijo riendo y también sorprendida. – Bueno, vos decime que te gustó haber hecho y yo después veo que digo…- Se apresuró a decir, ella no quería perder el hilo, se nota que también presentía algo. Mientras el hombre buscaba más cerveza y la servía, pareciendo relajad y para nada nervioso, creó el suspenso necesario y al sentarse a su lado se sinceró.
- Siempre quise jugar ciertos juegos obscenos que no tuve chances de probar. Mis novias era muy lindas pero cerradas, mojigatas diría yo, y nunca me llevaron la corriente en lo que yo quería, a la larga, es algo que te deja insatisfecho con vos mismo, termina rompiendo la relación.
- No creí que fueran tan frígidas, no lo parecían…
- Tenía que rogarles por sexo Juli, imaginate, yo sé que no soy Brad Pitt, pero no soy un monstruo tampoco… y no pedía nada raro.
- ¡Para nada feo!- Y al decirlo se arrimó unos casilleros.- Que histéricas ¿Qué querías jugar, decime?
Mati sonrió y bebió un trago largo al ver que la tenía atrapada en su red, ella lo imitó sin despegarle la mirada. Tenía unos hermosos ojos azules tras unos lentes de marco negro que le quedaban muy bien.
-Veni seguime, te muestro.
- ¿No me vas a poner un pañuelo con cloroformo en el camino, no?
- No es mi estilo…
La chica parecía consternada, pero al final accedió. Mati encendió la luz de su habitación y abrió una única puerta roja de su armario. No había juguetes sexuales como dildos, ni dvd´s o vhs pornográficos, tampoco correas, látigos o trajes de cuero como en 50 sombras… no, tenía cajas… ¡Cajas!
- Lo que hay dentro es lo interesante, parecen cajas de habanos, pero en realidad, cada una encierra un juego sexual.- Juli no parecía asustada ni mucho menos, escudriñó por la cajas buscando uno conocido, pero no tenía “La guerra de los sexos” o alguno similar.- Quería jugar con mi novia a que la caja que tocaran, serían el juego del día, pero como no les gustaban muchas cosas, como orales… disfraces… nada prácticamente, me obligaron a deshacerme de ellas.
- ¿Les hiciste caso?
- Un amigo me las guardo por años, hace poco volvieron junto con recuerdos.
- ¡Que aburridas! Ellas se lo perdieron…- Dedicándole una enésima mirada pervertida. ¿Acaso estaba sucediendo? ¿Hacerlo con su prima sería una realidad?
- No son comunes, a la mayoría los hice sacando el material de internet y de relatos personales, algunos son extraños y vagos, otros… la verdad, terriblemente obscenos, la cuestión, prima mía, es que nunca tuve con quien jugarlos…- Por supuesto, lo dijo en tono misterioso, como un ricachón sin planes para la noche, no pretendía dar lástima ni mucho menos, solo jugar cualquiera de esos juegos con ella, ese era su objetivo, y debía hacer cualquier cosa por atraparla…
- ¿Y qué tan atrevidos son? Quiero decir… ¿Todos involucran penetración o cosas así?
Viendo como le brillaban los ojos, le respondió que había de diversas intensidades, y la mayoría se podía “regular” así que no debía terminar en una película de Dana Dearmond necesariamente.
- ¿Dana quién, primo?
- Este por ejemplo…- Tomando una caja rectangular y larga- Contiene un jugo de cartas que se basa en el azar, con cartas de colores según la intensidad… pero para que explicarte…- Guardando la caja.- Somos primos, esto no deberías ni haberlo visto.
Fue su último intento de retomar a la senda del bien. De desistir de sus fantasías incestuosas, de evitar los remordimientos. Aunque ella lo excitaba de sobre manera, esos ratones no tenían porque salir de su jaula. Fue su última defensa, y ella, la eludió.
- Juli, siento ratones con vos desde hace tiempo, años diría, pero sé que somos primos y está mal. Te cuento esto porque así capaz que puedo exorcizarme, sacarme esta idea de jugar como nunca jugué con tu cuerpo… espero que no me odies.- Ella para su suerte, puso su brazo sobre el de él.
- Hay primo, yo también tengo internet…- Y se sentó en la cama risueña, como si fuese suya. Al parecer la confesión de su primo había confirmado sus sospechas- Yo leí muchas cosas, sé que es común sentir cosas prohibidas como las que sentimos, y más entre primos, no llegamos acá de casualidad. Sabemos que somos primos, pero ahí está la fantasía…
-Tenes toda la razón prima, ese es el encanto…- Y sin decir más nada, sacó la misma caja que Julieta había sacado.
- Es un juego simple y divertido, sacamos tres cartas con prendas cada uno, las ponemos boca abajo frente nuestro, y en cada turno, uno voltea una. Tendrá una acción a realizar, como… besar, por ejemplo.
- Que bien explicas ¿Y por qué tantos colores de tarjetas?
- Son la intensidad de la acción, blancas juegos de niños, amarillas dignas de novios, naranjas suelen ser cosas que las parejas no se atreven a hacer… Se empiezan con tres blancas, y quien se niega, a realizar una de las acciones, reemplaza la carta con una de un color superior. Al terminar de usar tres blancas se reemplazan por una nueva blanca y dos amarillas, si en cambio te negás seguido, subís de intensidad más rápido y cuando tenés todas naranjas, no vas a querer hacer más nada.
- Espera ¿y las rojas?- Preguntó interesada totalmente interesada.
- Esas, son cartas tan atrevidas, que para muchos son criminales. En fin, gana el que hace más puntaje de acuerdo al que dice la carta. Algunos jugaron por dinero, otros por cosas muy importantes, como propiedades, tenencias, asuntos legales, otros por más situaciones sexuales.
La imaginación es el límite.
- ¿De dónde sacaste este juego? No puedo creer que esté tan excitada con esto.
En un parpadeo, Mati cerró las persianas, apagó los teléfonos, el portero eléctrico, separó las cartas y repartió tres blancas para cada uno.
- Voy a ser caballeroso, primero vos linda…
- Que conveniente… - Déjame ver si entendí, doy vuelta una carta ¿Y si me dejo hacer lo que dice, gano puntos, sino la reemplazo por una amarilla?
- Exacto rubia…- Y la chica, obediente, con la piel blanca brillando de excitación, leyó la primera y rió con estruendo.- ¡Esto es una pavada! ¡Me animo!
En efecto, decía:
"Debes recibir un susurro al oído, y debe ser
el más sucio que escucharás en tu vida"
- Bueno, entonces manos a la obra ¿O debería decir labios?
- Tus chistes son malísimos, dale decime algo sucio así gano 5 puntos, y que sea bien fuerte. – A su primo no le costó pensar en un piropo digno de un camionero, no, mejor aún, de un camionero ebrio, uno tan sucio que le revolvería la panza a un hombre y haría abortar a una mujer.
- Te metería la lengüita tan profundo en tu anito, que te llenaría el paladar con tu nesquik.
Su prima lo miró horrorizada, quizás dudó de lo que estaba haciendo por primera vez en la noche, de todas formas, ante el guiño del ojo de él, no se amilanó y le ordenó voltear su carta sin comentarios.
- Esta también es fácil preciosa, sacarme tres prendas. Vos elegís, con la única excepción del calzoncillo.- En efecto, eso decía la carta, muchas de ellas, ayudaban a calentar el terreno para próximas cartas.
- Sácate la remera, el pantalón, y los zapatos…- Ordenó con decisión.
El cumplió en el acto, sin mucho interés, recién estaban calentando los motores, era muy pronto para un striptease o que viera algo de más. Estaban empatados en 5 pensó mientras ella admiraba su físico decente de treintañero.
- Mi turno de nuevo…- Y Juli volteó la suya con algo de miedo.- Me animo a esto… dice, un beso en cualquier parte menos de los hombros para abajo… por 15 puntos.
El hombre se acercó despacio a sus labios, su principal objetivo, y le estampo un beso cargado de humedad, delicado y sedoso al principio, aunque no tardo en perder toda compostura y enroscar su lengua con la de ella, más pequeña, masajeó sus costados, encías y cada cavidad de su boca, pasándole galones de su saliva, mezclándola con la de ella. Era curioso cómo se detenía el tiempo con los besos, no sabía si habían pasado minutos o segundos.
Quedó con la boquita empapada, chorreando baba por el mentón, y él le paso la lengua para limpiarla como un perro limpiando a su cachorra.
- No te imaginas hace cuanto quería hacer esto.
- Se nota Mati… le metiste ganas…- Y ganas le siguieron metiendo a cada prenda, la carta del beso se repitió, y Juli le mostró que no se quedaba atrás al besarlo a él, y como una exploradora bucal, trato de llegar hasta la base de su lengua con la suya, empapando cada pared con su saliva, haciendo ruidos de succión que se debieron de escuchar un piso arriba y un piso abajo.-
Pueden salir veinte cartas así y no me voy a cansar primo.
Luego le tocó desvestirse a ella, quedando en paños menores: un corpiño y bombacha color uva con encaje a los lados, y a él, por fin, le tocó enseñar carne, o más bien bulto.
- La carta dice que me desvistas vos así que como me animo, manos a la obra primita…
Valiente y suspicaz, le ficho el “paquete” con ansias, mordiéndose el labio y puso sus manos a cada lado de su cadera y empezó a bajarlas, arrastrando con sus pulgares el bóxer. Cuando descendió hasta el nacimiento del tronco, totalmente erecto, se fijo en la manera pulcra en la que estaba depilado.
- Que tronco venoso, se debe sentir latir dentro de una…- Dijo al desplegarlo como hasta de bandera, con un glande grande y rojo flameando al final del asta. En un santiamén lo despojó del bóxer con pocos movimientos y admiro el miembro erecto de su primo.
Ella poso su cara contra el tronco para comparar el largo con su rostro, y el hombre al sentir su rostro tocándolo, por poco siente su corazón estallar, el pene era de una longitud normal, como dije, esta historia involucra a dos personas perfectamente normales, no era ni un actor porno ni nada parecido, solo un hombre pervertido con una suerte inmunda en el amor.
- La carta no decía nada de refregártela, ya saldrán cosas interesantes.
Así que en puntos siguieron empatados, tras un par de cartas más, llegó lo interesante, llegó luego de cómo seis, antes de que se volviera tediosa la etapa de cartas blancas, Salió una amarilla interesante.
- Mira lo que dice…
“Permítete a tu hombre, recordar épocas pasadas en una regresión mordaz.
Que vuelva a experimentar sus años de lactante en toda su gloria”
- Vas a tener que pelar teta prima ¿Te animas? - Julieta sonrió, aunque extrañamente, algo tímida.
- ¿Qué pasa? Mira que vale 30 puntos linda.
- Es que me acuerdo de las tetas de tus novias, y no sé, creo que con las mías te morís de hambre.
- No seas bobita, mientras que sean tuyas, me van a saber complacer… ¿Puedo?
- Me animo… - Dijo púdica, y se descubrió un pecho.
Aunque la carta no decía nada de tocar se tomó sus libertades, no solo lo deglutió con los ojos, admirando esa teta pequeña pero delicada, preciosa, de las que tienen un pezón desacostumbrado al amor, del mismo color que el pecho, sin resaltar demasiado. La manoseo con delicadeza y pellizcó su cima para endurecerlos, y ahí tomo un poco de color.
- Me encantan estos pezones que son del color de la teta, son tan raros… - Y sin perder más tiempo, llevo sus labios al pezón, primero oprimiéndolo con sus labios solo en el extremo, como si tratara de atrapar una pequeña cereza, luego, como siempre, subió la intensidad abarcando todo el pezón, succionándolo como un lactante precisamente, lento primero, y rápido y fuerte después, estimulando la otra teta con sus dedos grandes de señor. Ella estaba extasiada, a pesar de ser una pequeña muestra, sus gemiditos de virgen empezaban a brotar de sus labios como cantos de sirena.
- Lo bueno de tus tetas Juli, es que son un bocado delicioso y muy cómodo de comer…- Y acto siguiente, metió el pecho entero en su boca, en una etapa más lascivia, succionó ruidosamente con mucha fuerza, como queriendo quitárselos del pecho por varios minutos, mientras la saliva goteaba por su pera sus gemidos se hacían música. Al final, se los dejó clorados y ensalivados, ahora se notaban las venitas azules como ríos de tinta convergiendo en sus mastoides.
La ansiedad aumentaba, y el hombre también sacó una carta que no tenía problemas en realizar.
“Es un hombre generoso aquel que comparte sus golosinas, si compartes a
tu chica tu chupetín especial, serás recompensado y además, no se gastará”
- ¿No se supone que sea yo la que reciba puntos? La que va a chupar soy yo.
- No prestes atención, el jugo es equitativo, ya vas a salir favorecida. Yo me animo por 100 puntos, así que con que le des unos besitos a mi chupetín, ya basta…
Como una gatita en celo, la rubia delgada se acercó a él, arrodillado, y olio con fuerza su glande y fue bajando, hasta perder su nariz entre sus huevos y más atrás.
- Sabes que unos besitos no bastan primo…- Y recorrió con su lengua desde el centro de sus pelotas, hasta el orificio del glande, pasando por todo el tronco y sus venas amoratadas.
- Que putita resultaste ser mi amor…
- Y vos un viejito verde tenés el doble de mi edad, viejito verde…- Y se tragó el glande, haciéndolo ver el techo de goce, por poco se va para atrás al arquear su espalda de placer, dado que la lengua y las paredes de su boca, le estaban dando una fiesta a su glande. Lugo lo retiró empapado y posó el extremo de su lengua en su meato, para ir deglutiéndola desde el extremo hasta donde pudiera… sintió como su cabeza latiente llegaba al fondo de su garganta y ella seguía empujando, hasta el límite, soportando las arcadas, su primita logró llegar a sus huevos, por los que se chorreaba la baba.
No obstante estaba lejos de terminar, sus manos delgadas y angelicales entraron en acción suplantando a su boca, ocupada con su escroto. Lo lamió, cada arruga, cada resquicio, y luego intentó meterse ambos testículos en la boca, para soltaros de golpe embabosados, haciendo ruido de sopapa. Repitió el proceso hasta que se engolosinó con uno y lo succionó con fuerza…
- Despacito mi amor…
- Me estoy vengando por cómo me dejaste la teta…- Dijo con una sonrisa pícara, sin soltar el testículo, que entraba entero en su boca y lo pasaba de un lado a otro como una canica, con cuidado de no morderlo, aunque rozándolo un poco. Luego lo masturbó con sus labios, en el clásico carpinterito, y decidió dejar la empresa antes de hacerlo eyacular. Por ser tan inocente y joven, se animó bastante a los desafíos.
- Siguió pensando que esos puntos deberían ser para mí…
- Pero si me negaba, no chupabas nada mi amor.
- No me digas amor, primo, sos un viejo verde…- Secándose con la mano la boca ensalivada, casi paspada de tanto trabajo húmedo.
El juego continuó, las cartas se sucedieron, algunas intrascendentes o pasos hacia atrás, hasta que por fin salió la carta deseada por la chica.
- ¡Lee lo que dice! ¡Y me re animo!
“No es hombre quién no se adentra en las profundidades marinas, en busca de las
deliciosas ostras y todas las maravillas culinarias que hay en ellas.”
- Bueno, todo marinero que se precie no teme a bucear… a ver qué almejita hermosa tenemos por acá…
El hombre, de manos habilidosas por un pasado artístico, le bajó las braguitas color violeta con encaje muy despacito, la tenía muy húmeda, y una vez que las pasó por los pies y estuvieron libres, las olio como una ahogado dando una bocanada salvadora. Se las refregó por la boca y nariz para impregnarse ese olor para toda la vida.
- Este si es olor a concha del bueno…- Y ahí si admiró la hermosa empanadita natural sin estrenar de Julieta. Tenía cardos delicados sobre la almeja, y algunos pelusientos a los lados, eran sus primeros pelitos, los que la vieron crecer y estuvieron con ella desde el principio. El hombre paso su mano por sus labios, su bello, estirándolo para sentir la textura. Eran de color ocre, a medio camino del negro y el rubio. Sin poder esperar más, ante la mirada impaciente de ella, envolvió con toda su boca la vulva haciendo sonidos realmente guarros, aunque no tanto como sus gemiditos de gata.
Su vagina estaba empapada en sudor y flujos producto de excitaciones recientes, volviéndola un cenagal muy apetecible de fluidos y olores virginales. Su primer trabajo era probarla por completo, de norte a sur, entera y de manera profunda, como se diría en el barrio “a lo bestia” chupaba la vulva como un perro sediento, con mucho ruido y saliva, después vino el trabajo de cirujano, donde su lengua realizo los movimientos indicados en los puntos precisos.
Ayudándose con los dedos, separó los labios mayores para aislar al pequeño clítoris inflamado y lo masajeó con su lengua, dándole chupones sonoros de vez en cuando, y succionándolo con delicadeza. El éxtasis era semejante que tuvo que empezar a masturbarse porque el pene empezaba a latirle y dolerle, ella gemía como una urraca mientras le atacaba el orificio orinal por el que salía gotitas de orín. Fuera de sí, bajó hacia la oquedad virginal tapiada por el himen mientras sus dedos acariciaban su clítoris, y en ese momento, se corrió como una marejada sobre su boca, salpicando gotitas por doquier.
- Increíble, riquísimo flujo prima…
El juego y el puntaje dejaron de importar de un momento a otro, ella desparramó las cartas y lo tomó del rostro estampándole un nuevo beso muy húmedo, más audaz que los anteriores, compartiendo así el sabor y olor de la vagina con ella.
Sus manos le recorrieron el cuerpo desnudo, terminaron de retirarle el brasier para sentir sus tetas bien apretadas contra sus pectorales. Ella no se quedó tras, clavo sus uñas de nena en su espalda, sintiendo bien los músculos, hasta bajar a sus glúteos, que oprimió golosa. El pene estaba tan erecto que parecía querer estirarse más para llegar desde allí a la vagina de su prima y se lo froto por todo el vientre chato. El hombre se mojo un par de dedos para ir preparando el orifico virginal, sin embargo, ella lo detuvo.
- No sé… si quiero que me desvirgues. Nunca pensé en llegar a tanto…
El hombre comprensivo, lejos de ser un acosador o querer llegar a fondo en un primer asalto, optó por una estrategia más relajada…
- Juli, no voy a hacer nada que vos no quieras, de hecho, llegaste más lejos de lo que llegas en mis fantasías.
- ¿En serio Matías?
- En realidad no, en mis pajas siempre te hago la cola, pero en fin, si queres poner un punto final, no me voy a enojar. Me cumpliste un sueño con solo verte desnuda, poder besar tus labios, todos tus labios…- Ella se abrazó a él jocosa por su comentario lascivo, y lo miro con ojos de niña embobada.
- Me parece injusto que no te corras mientras que yo me corrí varias veces… - La chica se estiró para alcanzar las cartas desparramadas por doquier, en busca de una, mientras el hombre se deleitaba con la visión de su trasero abierto, revelando el precioso ano.
Sin poder contenerse se sentó sobre sus piernas, precisamente la parte trasera de sus rodillitas, para tener las nalguitas de frente, y las empezó a acariciar que daba gusto.
- Espera, que me pongo cómoda. No me la metas he, yo se que te gustaría pero hoy no…
- No te preocupes, solamente te quiero conocer…- Ella le presentó la colita levemente estando acostada, para que él le acariciara las nalgas, las apretara y estirara para revelar su ojo negro. Lo estiro con delicadeza y luego bien fuerte para verlo en todo su esplendor, a ella se veía que le gustaba, dado que no dijo nada cuando le acariciaba el asterisco por fuera, sintiendo su rugosidad y textura. Le abría las nalgas y estiraba para relajar el ano, y tras acariciarlo, le metió un dedo en seco.
Julieta se encrespó más para poder masturbarse el clítoris, mientras él le metía dos dedos muy lentamente, los giraba, los sacaba y volvía meter, con la otra mano se masturbaba para cargarse de semen, sin largarlo aún, dado que si seguía excitándose quizás cambie de idea…
- Perdóname Juli, pero no puedo contenerme.- Y tras estirar el trasero lo más que pudo, dejándole marcas rojas en la piel, hundo sus labios en su orificio astringente, más precisamente en su centro rosado, muy diferente de su pigmentación oscura de alrededor. Su prima empezó a gemir más fuerte, de manera casi sistemática, lamió el centro e intentó introducir su lengua aplicando presión como un ariete húmedo, hasta que se relajo tanto que entro y pudo deleitarse con aquella oquedad prohibida. Luego se mojo dos dedos y los introdujo húmedos muy profundos, a la vez que lamía los alrededores oscuros y acarició sus paredes internas hasta hacerla correr de nuevo, empapando las sabanas…
- Nunca creí que sentiría placer por esos lugares, todas las experiencias anales me parecieron un invento del hombre, ahora entiendo porqué tantas entregan el orto…
- Mi amor quiero acabar, vos elegís donde, pero por favor, quiero venirme…
La adolescente volteó y le mostró la carta que estaba buscando. La del 69, así que sin perder tiempo, se acostó y la recibió bien sobre él, con la vulva pegajosa y sucia apretándole la boca como queriendo ahogarlo, mientras ella lamia el glande y lo masturbaba con la mano.
Luego volvió a vengarse, ya que una mano de la chica viajo por su escroto y más abajo, y se introdujo en su ano. Resultó ser muy vengativa. Él no se inmutó, después de todo sería hipócrita quejarse después de que él le hizo un enema con su lengua y dedos.
Limpiar su vagina fue difícil, se había corrido con eficiencia, estaba muy aceitada, mezclada con su sudor, volviendo su tajito un caldo delicioso de líquidos virginales. El se la salivó bien, tragando incluso pelitos que se desprendían, luego se concentró en el clítoris, a la vez que volví a colarle un dedo a ese ano todo húmedo y relajado. Ella lo masturbó con sus labios golpeteando su cima contra la garganta cada vez más rápida y fuerte, la posición en la que estaba propiciaba la entrada del pene perfectamente hasta sus cuerdas vocales. Además amaba el sonido de actriz porno que salía de su boca:
- Aggkh agggkh agggkhj jaggk…- Todo mientras le refregaba la conchita contra la lengua.
Incapaz de contenerse más, se incorporó para una nueva posición, ella acostada, y el arrodillado, con su pistola apuntándole a la boca mientras le masajeaba el clítoris con fervor. Por fin se corrió en el interior de su boca abierta, y la cantidad fue copiosa, algunas gotas superaron su boca y viajaron hacia su frente, cabellos, sábana, aunque la mayoría cayó sobre su lengua.
Juli cerró la boca mientras atrapaba con sus manos y lengua el semen alrededor, y empezó a revolver el contenido para mezclarlo con su saliva. El hombre se la siguió exprimiendo para regalarle unas gotitas más, espesas y muy blancas. Tras unos momentos de degustarlo, de hacerse un buche, le abrió la boquita para que viera el caldo blanco y grumoso que se le había formado, y lentamente, como si tragara remedio, lo dejó pasar hacia su interior.
- Las que dicen que es rico, mienten, me lo tragué por vos primo, porque es tu lechita, pero es un
asco.
- Eso es una mujer valiente… y según leí, difiere según la persona y lo que comió- Besándola para mezclar todo una vez más… tenía miedo de que con la saliva, los flujos, y sus semientes nacieran las chicas superpoderosas o superputas, algo así por semejante mezcla de sustancias triple X. A veces podía tener pensamientos muy raros.
- ¿De qué te reís?
- De nada… Bombón, acóstate, báñate, come algo, lo que quieras, mi casa es tu casa.
Ya eran más de las 4 de la mañana cuando Juli salió del baño radiante.
-Acordate, le dije a mi mama por watsapp que me empapó un auto salpicándome un charco y por eso volví a bañarme…- Le dijo en el ascensor, mientras la acompañaba a la puerta a esperar el taxi.- Y que vimos dos películas, por eso llego tarde y son…
- Si, vimos El Conjuro y Bajo la Misma Estrella, no te preocupes mi amor…- Ella lo miró algo preocupada ante su tono meloso, de amante, que ignoraba por completo el hecho de que había diferencia de edad y compartían sangre, hasta tenían rasgos parecidos.
- Me siento rara ahora, no arrepentida, pero rara, como si me hubiera metido en algo tan grande que no sé si voy a poder manejar.- Su primo mucho mayor la abrazó con cariño, con mucho afecto. Sin perversión en ese gesto.
- No te preocupes, no pienses, a veces hay que actuar, necesitabas amor, cariño, sentir experiencias como yo y creo que te las di. No le busques la vuelta, las fantasías están para cumplirse… y por cierto, si te preguntas cómo sigue esto… vos ganaste.
- ¿Gané que cosa?
- El juego tonta. Hiciste más puntos. Me podes pedir lo que quieras… lo que se te ocurra.
La puerta del ascensor se abrió y la acompañó por el hermoso pasillo del edificio, el taxi esperaba en la calle, y mientras le daba la plata para que le pague, le hizo señas a través del cristal del loby de que espere.
- Bueno, sin dudas me saque muchas cosas de encima hoy, pero está lejos de terminar esto primo. Creo que ya sé lo que quiero.
- Lo que quieras, lo que sea…
- Tengo una amiga que desde que te vio en mi cumpleaños de 18 dijo que estabas re bueno. Quiero que salgas con nosotras, nos lleves a un boliche, yo me ocupo del resto, pero básicamente quiero que mi amiga tenga un trato preferencial como el que tuve…
- Me parece perfecto ¿Ella sabe algo de lo nuestro?
- Sabe que me re calentaste siempre, pero nada más, vos mantenete atento, ya te mando un wattsap.
Después de asentir con énfasis le dio un beso de despedida muy tierno y meloso, sin importarle un carajo que lo viera el tachero y el casero con una nena, que en realidad, era su prima, su fantasía más recurrente, su ambición más obscena, ahora estaba cumplida, y lo mejor de todo, era que el sueño de fundirse en uno con ella, estaba a punto de comenzar.
Espero que les haya gustado! Si me lo piden preparo una secuela! escucho o leo mejor dicho consejos y sugerencias!
Jugando con su primita parte I
Uno al contar una historia se debate entre sí ir a lo seguro, o contar una historia verosímil. Esta vez, a diferencia de otros relatos carnales, contaré una historia más realista, algo con la que muchos podrían identificarse.
La historia ocurrió una tarde noche de un helado julio en la que para nuestro protagonista, los planetas y hasta las estrellas de la galaxia parecían haberse alienado para iluminar un único propósito: Llevar a cabo una oscura fantasía.
Tener un departamento para él empezaba tener sus ventajas. Una sucesión de visitas de sus familiares, amigos y bellísimas amigas fueron para conocer el lugar. A él le gustaba creer que estas últimas tanteaban el terreno evaluando si dejaba de ser el amigo bobo, o algo más. Lo que no intuyó, es que quien lo visitaría para cenar una noche, era alguien con quien tenía un lazo sanguíneo.
Era su prima Juli, cuando escuchó su voz en el portero no lo podía creer. “No tenía crédito para avisarte, pero me imaginé que estarías acá.” y al abrir la puerta sus ojos se encontraron con los suyos, azules y bellos como siempre lo fueron.
- No me iba a quedar sin conocer tu departamento primo.- Le expresó risueña mientras subían por el elevador. No dejo de notar que estaba entre la línea que divide a las mujeres de las adolescentes con sus 18 añitos recién cumplidos, era como un pastel recién salido del horno. Aunque sus amigos le dirían “barely legal”
Montones de recuerdos se sucedieron sobre ellos dos, recuerdo del origen de su enfermiza fantasía con ella. Y es que a pesar de tener 30 y ella poco más de la mitad, fue la joven quien arrojó la primera piedra en aquel juego incestuoso. Como cuando le enseñaba a jugar algún juego en la pc, y ella se inclinaba sobre su brazo, rozando sus incipientes pechos sobre su antebrazo… y era una acción que repetía a cada momento.
También recordaba el jugueteo con sus pies, cuando le tocaba la pierna con sus deditos desnudos bajo la mesa, acariciándolo… o peor (o mejor, según la opinión) cuando le tocaba esperar con ella su turno en la pc, mientras él estaba sentado en el suelo ella haciéndose la distraída, jugando con las más pequeñas, se paraba sobre sus piernas de hombre jugando a hacer equilibrio, como si estuvieran sosteniéndose en un madero a flote
- Cuidado, turbulencia… - y les movía las piernas para que cayeran, pero Juli no caía, sino que le acariciaba con el dedo gordo el creciente bulto, de nuestro otrora juvenil protagonista.
Y en la playa habían pasado cosas. Esperaba a que todos se vayan al mar para pedirle que le pusiera bronceador en su espalda desnuda, y el mero contacto de su espalda desuda, y la visión de su trasero adolescente, le provocaban una erección muy incómoda…
- ¿Qué te quedaste pensando?
- En cómo pasa el tiempo, y me vuelvo viejo- Dijo en tono deprimente- Pero vos cada vez más linda, como si me succionaras la vida.- Su prima rió con él, aunque en su cabeza, pasó la idea de succionar otra cosa.
- ¿Viejo vos? Vivís solo, vas al gym, estás fenómeno, trabajas de lo que te gusta, vamos…
Sintiéndose alagado, caminó por el pasillo mientras la escuchaba con atención. De nuevo tenía problemas con su tía, y cualquier escusa era buena para comer fuera. Sin perder tiempo, mientras abría la puerta, le dijo que estaba invitada cuando a cenar cuando quisiera, siempre y cuando sea sin abusar y esté solo. No debía parecer necesitado.
- Llegamos, he aquí mi baticueva.
La chica pasó con cierto desinterés y se sentó en el sillón, desde donde admiró el lugar, los cuadros, los muñecos coleccionables…
- Me hace acordar a la casa de Virgen a los 40…
- Por suerte, no llegó virgen a los 40 así que gracias he…- Dos novias anteriores se ocuparon de ello y nada más. Habían sido experiencias desastrosas.
Mientras debatían sobre qué pedir al delivery, Juli se tomó el atrevimiento de encender la televisión, mientras se desabrigaba con cierta gracia No se vestía como puta, ni tenía un cuerpo de puta, y ahí su encanto, podía ser la prima de cualquiera, pero era la suya, y le pareció hermosa, desde hace años. Jean ajustado, remera poser, pelo rubio lacio, teñido en las puntas de un color caprichoso, y accesorios por doquier. Si era virgen o no, era un misterio, no conocía de su vida íntima, pero le encantaría formar parte de ella.
- Bueno unas empanadas entran como piña ¿No?
- Pedime lo que quieras Mati…- Le dijo en un tono interesante, mientras terminaba con la orden telefónica.
La noche se consumió con tranquilidad, sentados en el sillón, bastante juntos frente a frente, comieron mientras se ponían al tanto de temas de familia y otros más intrascendentes, le pareció curiosa su manera de sentarse, con las piernas sobre el sillón, cruzadas, formando esa cueva en entre sus piernas por donde se colaba su mirada cada vez de manera menos disimulada.
Como quien no quiere la cosa, empezaron las preguntas interesantes: Le preguntó si estaba de novio y ante su negativa se mostró preocupado.
- ¿Qué son todos gays tus amigos? No podes estar soltera siendo tan linda, tenes que vivir experiencias, es ahora.- Ella se mostró alagada por su tono sincero, aún poco comprometedor.
- No me gustan tan babosos, se me tiran al lance, pero algo me dice que no. Me parecen muy inmaduros, y sí, ya sé que tengo que vivir y todo eso, me encantaría que pasen cosas…- Y mientras lo decía hacía un rulo en su cabello.
En ese momento su mente sucia hizo “click” al darse cuenta de que podía contar algo, que, de tener suerte, lo llevaría a una situación interesante.
- Te recomiendo que aproveches a hacer de joven, todo lo que desees. Yo me arrepiento de no hace ciertas osas en mi adolescencia… bha, no te tendría que estar contando esto.- Dijo eso, obviamente para captar su interés y que le pidiera seguir contando.
- Dale Mati, contame ¿Qué fue lo que siempre quisiste hacer?
- No, sos mi prima, no debería Juli, a no ser que después vos me cuentes algo…
- ¿Algo así como verdad consecuencia?- Dijo riendo y también sorprendida. – Bueno, vos decime que te gustó haber hecho y yo después veo que digo…- Se apresuró a decir, ella no quería perder el hilo, se nota que también presentía algo. Mientras el hombre buscaba más cerveza y la servía, pareciendo relajad y para nada nervioso, creó el suspenso necesario y al sentarse a su lado se sinceró.
- Siempre quise jugar ciertos juegos obscenos que no tuve chances de probar. Mis novias era muy lindas pero cerradas, mojigatas diría yo, y nunca me llevaron la corriente en lo que yo quería, a la larga, es algo que te deja insatisfecho con vos mismo, termina rompiendo la relación.
- No creí que fueran tan frígidas, no lo parecían…
- Tenía que rogarles por sexo Juli, imaginate, yo sé que no soy Brad Pitt, pero no soy un monstruo tampoco… y no pedía nada raro.
- ¡Para nada feo!- Y al decirlo se arrimó unos casilleros.- Que histéricas ¿Qué querías jugar, decime?
Mati sonrió y bebió un trago largo al ver que la tenía atrapada en su red, ella lo imitó sin despegarle la mirada. Tenía unos hermosos ojos azules tras unos lentes de marco negro que le quedaban muy bien.
-Veni seguime, te muestro.
- ¿No me vas a poner un pañuelo con cloroformo en el camino, no?
- No es mi estilo…
La chica parecía consternada, pero al final accedió. Mati encendió la luz de su habitación y abrió una única puerta roja de su armario. No había juguetes sexuales como dildos, ni dvd´s o vhs pornográficos, tampoco correas, látigos o trajes de cuero como en 50 sombras… no, tenía cajas… ¡Cajas!
- Lo que hay dentro es lo interesante, parecen cajas de habanos, pero en realidad, cada una encierra un juego sexual.- Juli no parecía asustada ni mucho menos, escudriñó por la cajas buscando uno conocido, pero no tenía “La guerra de los sexos” o alguno similar.- Quería jugar con mi novia a que la caja que tocaran, serían el juego del día, pero como no les gustaban muchas cosas, como orales… disfraces… nada prácticamente, me obligaron a deshacerme de ellas.
- ¿Les hiciste caso?
- Un amigo me las guardo por años, hace poco volvieron junto con recuerdos.
- ¡Que aburridas! Ellas se lo perdieron…- Dedicándole una enésima mirada pervertida. ¿Acaso estaba sucediendo? ¿Hacerlo con su prima sería una realidad?
- No son comunes, a la mayoría los hice sacando el material de internet y de relatos personales, algunos son extraños y vagos, otros… la verdad, terriblemente obscenos, la cuestión, prima mía, es que nunca tuve con quien jugarlos…- Por supuesto, lo dijo en tono misterioso, como un ricachón sin planes para la noche, no pretendía dar lástima ni mucho menos, solo jugar cualquiera de esos juegos con ella, ese era su objetivo, y debía hacer cualquier cosa por atraparla…
- ¿Y qué tan atrevidos son? Quiero decir… ¿Todos involucran penetración o cosas así?
Viendo como le brillaban los ojos, le respondió que había de diversas intensidades, y la mayoría se podía “regular” así que no debía terminar en una película de Dana Dearmond necesariamente.
- ¿Dana quién, primo?
- Este por ejemplo…- Tomando una caja rectangular y larga- Contiene un jugo de cartas que se basa en el azar, con cartas de colores según la intensidad… pero para que explicarte…- Guardando la caja.- Somos primos, esto no deberías ni haberlo visto.
Fue su último intento de retomar a la senda del bien. De desistir de sus fantasías incestuosas, de evitar los remordimientos. Aunque ella lo excitaba de sobre manera, esos ratones no tenían porque salir de su jaula. Fue su última defensa, y ella, la eludió.
- Juli, siento ratones con vos desde hace tiempo, años diría, pero sé que somos primos y está mal. Te cuento esto porque así capaz que puedo exorcizarme, sacarme esta idea de jugar como nunca jugué con tu cuerpo… espero que no me odies.- Ella para su suerte, puso su brazo sobre el de él.
- Hay primo, yo también tengo internet…- Y se sentó en la cama risueña, como si fuese suya. Al parecer la confesión de su primo había confirmado sus sospechas- Yo leí muchas cosas, sé que es común sentir cosas prohibidas como las que sentimos, y más entre primos, no llegamos acá de casualidad. Sabemos que somos primos, pero ahí está la fantasía…
-Tenes toda la razón prima, ese es el encanto…- Y sin decir más nada, sacó la misma caja que Julieta había sacado.
- Es un juego simple y divertido, sacamos tres cartas con prendas cada uno, las ponemos boca abajo frente nuestro, y en cada turno, uno voltea una. Tendrá una acción a realizar, como… besar, por ejemplo.
- Que bien explicas ¿Y por qué tantos colores de tarjetas?
- Son la intensidad de la acción, blancas juegos de niños, amarillas dignas de novios, naranjas suelen ser cosas que las parejas no se atreven a hacer… Se empiezan con tres blancas, y quien se niega, a realizar una de las acciones, reemplaza la carta con una de un color superior. Al terminar de usar tres blancas se reemplazan por una nueva blanca y dos amarillas, si en cambio te negás seguido, subís de intensidad más rápido y cuando tenés todas naranjas, no vas a querer hacer más nada.
- Espera ¿y las rojas?- Preguntó interesada totalmente interesada.
- Esas, son cartas tan atrevidas, que para muchos son criminales. En fin, gana el que hace más puntaje de acuerdo al que dice la carta. Algunos jugaron por dinero, otros por cosas muy importantes, como propiedades, tenencias, asuntos legales, otros por más situaciones sexuales.
La imaginación es el límite.
- ¿De dónde sacaste este juego? No puedo creer que esté tan excitada con esto.
En un parpadeo, Mati cerró las persianas, apagó los teléfonos, el portero eléctrico, separó las cartas y repartió tres blancas para cada uno.
- Voy a ser caballeroso, primero vos linda…
- Que conveniente… - Déjame ver si entendí, doy vuelta una carta ¿Y si me dejo hacer lo que dice, gano puntos, sino la reemplazo por una amarilla?
- Exacto rubia…- Y la chica, obediente, con la piel blanca brillando de excitación, leyó la primera y rió con estruendo.- ¡Esto es una pavada! ¡Me animo!
En efecto, decía:
"Debes recibir un susurro al oído, y debe ser
el más sucio que escucharás en tu vida"
- Bueno, entonces manos a la obra ¿O debería decir labios?
- Tus chistes son malísimos, dale decime algo sucio así gano 5 puntos, y que sea bien fuerte. – A su primo no le costó pensar en un piropo digno de un camionero, no, mejor aún, de un camionero ebrio, uno tan sucio que le revolvería la panza a un hombre y haría abortar a una mujer.
- Te metería la lengüita tan profundo en tu anito, que te llenaría el paladar con tu nesquik.
Su prima lo miró horrorizada, quizás dudó de lo que estaba haciendo por primera vez en la noche, de todas formas, ante el guiño del ojo de él, no se amilanó y le ordenó voltear su carta sin comentarios.
- Esta también es fácil preciosa, sacarme tres prendas. Vos elegís, con la única excepción del calzoncillo.- En efecto, eso decía la carta, muchas de ellas, ayudaban a calentar el terreno para próximas cartas.
- Sácate la remera, el pantalón, y los zapatos…- Ordenó con decisión.
El cumplió en el acto, sin mucho interés, recién estaban calentando los motores, era muy pronto para un striptease o que viera algo de más. Estaban empatados en 5 pensó mientras ella admiraba su físico decente de treintañero.
- Mi turno de nuevo…- Y Juli volteó la suya con algo de miedo.- Me animo a esto… dice, un beso en cualquier parte menos de los hombros para abajo… por 15 puntos.
El hombre se acercó despacio a sus labios, su principal objetivo, y le estampo un beso cargado de humedad, delicado y sedoso al principio, aunque no tardo en perder toda compostura y enroscar su lengua con la de ella, más pequeña, masajeó sus costados, encías y cada cavidad de su boca, pasándole galones de su saliva, mezclándola con la de ella. Era curioso cómo se detenía el tiempo con los besos, no sabía si habían pasado minutos o segundos.
Quedó con la boquita empapada, chorreando baba por el mentón, y él le paso la lengua para limpiarla como un perro limpiando a su cachorra.
- No te imaginas hace cuanto quería hacer esto.
- Se nota Mati… le metiste ganas…- Y ganas le siguieron metiendo a cada prenda, la carta del beso se repitió, y Juli le mostró que no se quedaba atrás al besarlo a él, y como una exploradora bucal, trato de llegar hasta la base de su lengua con la suya, empapando cada pared con su saliva, haciendo ruidos de succión que se debieron de escuchar un piso arriba y un piso abajo.-
Pueden salir veinte cartas así y no me voy a cansar primo.
Luego le tocó desvestirse a ella, quedando en paños menores: un corpiño y bombacha color uva con encaje a los lados, y a él, por fin, le tocó enseñar carne, o más bien bulto.
- La carta dice que me desvistas vos así que como me animo, manos a la obra primita…
Valiente y suspicaz, le ficho el “paquete” con ansias, mordiéndose el labio y puso sus manos a cada lado de su cadera y empezó a bajarlas, arrastrando con sus pulgares el bóxer. Cuando descendió hasta el nacimiento del tronco, totalmente erecto, se fijo en la manera pulcra en la que estaba depilado.
- Que tronco venoso, se debe sentir latir dentro de una…- Dijo al desplegarlo como hasta de bandera, con un glande grande y rojo flameando al final del asta. En un santiamén lo despojó del bóxer con pocos movimientos y admiro el miembro erecto de su primo.
Ella poso su cara contra el tronco para comparar el largo con su rostro, y el hombre al sentir su rostro tocándolo, por poco siente su corazón estallar, el pene era de una longitud normal, como dije, esta historia involucra a dos personas perfectamente normales, no era ni un actor porno ni nada parecido, solo un hombre pervertido con una suerte inmunda en el amor.
- La carta no decía nada de refregártela, ya saldrán cosas interesantes.
Así que en puntos siguieron empatados, tras un par de cartas más, llegó lo interesante, llegó luego de cómo seis, antes de que se volviera tediosa la etapa de cartas blancas, Salió una amarilla interesante.
- Mira lo que dice…
“Permítete a tu hombre, recordar épocas pasadas en una regresión mordaz.
Que vuelva a experimentar sus años de lactante en toda su gloria”
- Vas a tener que pelar teta prima ¿Te animas? - Julieta sonrió, aunque extrañamente, algo tímida.
- ¿Qué pasa? Mira que vale 30 puntos linda.
- Es que me acuerdo de las tetas de tus novias, y no sé, creo que con las mías te morís de hambre.
- No seas bobita, mientras que sean tuyas, me van a saber complacer… ¿Puedo?
- Me animo… - Dijo púdica, y se descubrió un pecho.
Aunque la carta no decía nada de tocar se tomó sus libertades, no solo lo deglutió con los ojos, admirando esa teta pequeña pero delicada, preciosa, de las que tienen un pezón desacostumbrado al amor, del mismo color que el pecho, sin resaltar demasiado. La manoseo con delicadeza y pellizcó su cima para endurecerlos, y ahí tomo un poco de color.
- Me encantan estos pezones que son del color de la teta, son tan raros… - Y sin perder más tiempo, llevo sus labios al pezón, primero oprimiéndolo con sus labios solo en el extremo, como si tratara de atrapar una pequeña cereza, luego, como siempre, subió la intensidad abarcando todo el pezón, succionándolo como un lactante precisamente, lento primero, y rápido y fuerte después, estimulando la otra teta con sus dedos grandes de señor. Ella estaba extasiada, a pesar de ser una pequeña muestra, sus gemiditos de virgen empezaban a brotar de sus labios como cantos de sirena.
- Lo bueno de tus tetas Juli, es que son un bocado delicioso y muy cómodo de comer…- Y acto siguiente, metió el pecho entero en su boca, en una etapa más lascivia, succionó ruidosamente con mucha fuerza, como queriendo quitárselos del pecho por varios minutos, mientras la saliva goteaba por su pera sus gemidos se hacían música. Al final, se los dejó clorados y ensalivados, ahora se notaban las venitas azules como ríos de tinta convergiendo en sus mastoides.
La ansiedad aumentaba, y el hombre también sacó una carta que no tenía problemas en realizar.
“Es un hombre generoso aquel que comparte sus golosinas, si compartes a
tu chica tu chupetín especial, serás recompensado y además, no se gastará”
- ¿No se supone que sea yo la que reciba puntos? La que va a chupar soy yo.
- No prestes atención, el jugo es equitativo, ya vas a salir favorecida. Yo me animo por 100 puntos, así que con que le des unos besitos a mi chupetín, ya basta…
Como una gatita en celo, la rubia delgada se acercó a él, arrodillado, y olio con fuerza su glande y fue bajando, hasta perder su nariz entre sus huevos y más atrás.
- Sabes que unos besitos no bastan primo…- Y recorrió con su lengua desde el centro de sus pelotas, hasta el orificio del glande, pasando por todo el tronco y sus venas amoratadas.
- Que putita resultaste ser mi amor…
- Y vos un viejito verde tenés el doble de mi edad, viejito verde…- Y se tragó el glande, haciéndolo ver el techo de goce, por poco se va para atrás al arquear su espalda de placer, dado que la lengua y las paredes de su boca, le estaban dando una fiesta a su glande. Lugo lo retiró empapado y posó el extremo de su lengua en su meato, para ir deglutiéndola desde el extremo hasta donde pudiera… sintió como su cabeza latiente llegaba al fondo de su garganta y ella seguía empujando, hasta el límite, soportando las arcadas, su primita logró llegar a sus huevos, por los que se chorreaba la baba.
No obstante estaba lejos de terminar, sus manos delgadas y angelicales entraron en acción suplantando a su boca, ocupada con su escroto. Lo lamió, cada arruga, cada resquicio, y luego intentó meterse ambos testículos en la boca, para soltaros de golpe embabosados, haciendo ruido de sopapa. Repitió el proceso hasta que se engolosinó con uno y lo succionó con fuerza…
- Despacito mi amor…
- Me estoy vengando por cómo me dejaste la teta…- Dijo con una sonrisa pícara, sin soltar el testículo, que entraba entero en su boca y lo pasaba de un lado a otro como una canica, con cuidado de no morderlo, aunque rozándolo un poco. Luego lo masturbó con sus labios, en el clásico carpinterito, y decidió dejar la empresa antes de hacerlo eyacular. Por ser tan inocente y joven, se animó bastante a los desafíos.
- Siguió pensando que esos puntos deberían ser para mí…
- Pero si me negaba, no chupabas nada mi amor.
- No me digas amor, primo, sos un viejo verde…- Secándose con la mano la boca ensalivada, casi paspada de tanto trabajo húmedo.
El juego continuó, las cartas se sucedieron, algunas intrascendentes o pasos hacia atrás, hasta que por fin salió la carta deseada por la chica.
- ¡Lee lo que dice! ¡Y me re animo!
“No es hombre quién no se adentra en las profundidades marinas, en busca de las
deliciosas ostras y todas las maravillas culinarias que hay en ellas.”
- Bueno, todo marinero que se precie no teme a bucear… a ver qué almejita hermosa tenemos por acá…
El hombre, de manos habilidosas por un pasado artístico, le bajó las braguitas color violeta con encaje muy despacito, la tenía muy húmeda, y una vez que las pasó por los pies y estuvieron libres, las olio como una ahogado dando una bocanada salvadora. Se las refregó por la boca y nariz para impregnarse ese olor para toda la vida.
- Este si es olor a concha del bueno…- Y ahí si admiró la hermosa empanadita natural sin estrenar de Julieta. Tenía cardos delicados sobre la almeja, y algunos pelusientos a los lados, eran sus primeros pelitos, los que la vieron crecer y estuvieron con ella desde el principio. El hombre paso su mano por sus labios, su bello, estirándolo para sentir la textura. Eran de color ocre, a medio camino del negro y el rubio. Sin poder esperar más, ante la mirada impaciente de ella, envolvió con toda su boca la vulva haciendo sonidos realmente guarros, aunque no tanto como sus gemiditos de gata.
Su vagina estaba empapada en sudor y flujos producto de excitaciones recientes, volviéndola un cenagal muy apetecible de fluidos y olores virginales. Su primer trabajo era probarla por completo, de norte a sur, entera y de manera profunda, como se diría en el barrio “a lo bestia” chupaba la vulva como un perro sediento, con mucho ruido y saliva, después vino el trabajo de cirujano, donde su lengua realizo los movimientos indicados en los puntos precisos.
Ayudándose con los dedos, separó los labios mayores para aislar al pequeño clítoris inflamado y lo masajeó con su lengua, dándole chupones sonoros de vez en cuando, y succionándolo con delicadeza. El éxtasis era semejante que tuvo que empezar a masturbarse porque el pene empezaba a latirle y dolerle, ella gemía como una urraca mientras le atacaba el orificio orinal por el que salía gotitas de orín. Fuera de sí, bajó hacia la oquedad virginal tapiada por el himen mientras sus dedos acariciaban su clítoris, y en ese momento, se corrió como una marejada sobre su boca, salpicando gotitas por doquier.
- Increíble, riquísimo flujo prima…
El juego y el puntaje dejaron de importar de un momento a otro, ella desparramó las cartas y lo tomó del rostro estampándole un nuevo beso muy húmedo, más audaz que los anteriores, compartiendo así el sabor y olor de la vagina con ella.
Sus manos le recorrieron el cuerpo desnudo, terminaron de retirarle el brasier para sentir sus tetas bien apretadas contra sus pectorales. Ella no se quedó tras, clavo sus uñas de nena en su espalda, sintiendo bien los músculos, hasta bajar a sus glúteos, que oprimió golosa. El pene estaba tan erecto que parecía querer estirarse más para llegar desde allí a la vagina de su prima y se lo froto por todo el vientre chato. El hombre se mojo un par de dedos para ir preparando el orifico virginal, sin embargo, ella lo detuvo.
- No sé… si quiero que me desvirgues. Nunca pensé en llegar a tanto…
El hombre comprensivo, lejos de ser un acosador o querer llegar a fondo en un primer asalto, optó por una estrategia más relajada…
- Juli, no voy a hacer nada que vos no quieras, de hecho, llegaste más lejos de lo que llegas en mis fantasías.
- ¿En serio Matías?
- En realidad no, en mis pajas siempre te hago la cola, pero en fin, si queres poner un punto final, no me voy a enojar. Me cumpliste un sueño con solo verte desnuda, poder besar tus labios, todos tus labios…- Ella se abrazó a él jocosa por su comentario lascivo, y lo miro con ojos de niña embobada.
- Me parece injusto que no te corras mientras que yo me corrí varias veces… - La chica se estiró para alcanzar las cartas desparramadas por doquier, en busca de una, mientras el hombre se deleitaba con la visión de su trasero abierto, revelando el precioso ano.
Sin poder contenerse se sentó sobre sus piernas, precisamente la parte trasera de sus rodillitas, para tener las nalguitas de frente, y las empezó a acariciar que daba gusto.
- Espera, que me pongo cómoda. No me la metas he, yo se que te gustaría pero hoy no…
- No te preocupes, solamente te quiero conocer…- Ella le presentó la colita levemente estando acostada, para que él le acariciara las nalgas, las apretara y estirara para revelar su ojo negro. Lo estiro con delicadeza y luego bien fuerte para verlo en todo su esplendor, a ella se veía que le gustaba, dado que no dijo nada cuando le acariciaba el asterisco por fuera, sintiendo su rugosidad y textura. Le abría las nalgas y estiraba para relajar el ano, y tras acariciarlo, le metió un dedo en seco.
Julieta se encrespó más para poder masturbarse el clítoris, mientras él le metía dos dedos muy lentamente, los giraba, los sacaba y volvía meter, con la otra mano se masturbaba para cargarse de semen, sin largarlo aún, dado que si seguía excitándose quizás cambie de idea…
- Perdóname Juli, pero no puedo contenerme.- Y tras estirar el trasero lo más que pudo, dejándole marcas rojas en la piel, hundo sus labios en su orificio astringente, más precisamente en su centro rosado, muy diferente de su pigmentación oscura de alrededor. Su prima empezó a gemir más fuerte, de manera casi sistemática, lamió el centro e intentó introducir su lengua aplicando presión como un ariete húmedo, hasta que se relajo tanto que entro y pudo deleitarse con aquella oquedad prohibida. Luego se mojo dos dedos y los introdujo húmedos muy profundos, a la vez que lamía los alrededores oscuros y acarició sus paredes internas hasta hacerla correr de nuevo, empapando las sabanas…
- Nunca creí que sentiría placer por esos lugares, todas las experiencias anales me parecieron un invento del hombre, ahora entiendo porqué tantas entregan el orto…
- Mi amor quiero acabar, vos elegís donde, pero por favor, quiero venirme…
La adolescente volteó y le mostró la carta que estaba buscando. La del 69, así que sin perder tiempo, se acostó y la recibió bien sobre él, con la vulva pegajosa y sucia apretándole la boca como queriendo ahogarlo, mientras ella lamia el glande y lo masturbaba con la mano.
Luego volvió a vengarse, ya que una mano de la chica viajo por su escroto y más abajo, y se introdujo en su ano. Resultó ser muy vengativa. Él no se inmutó, después de todo sería hipócrita quejarse después de que él le hizo un enema con su lengua y dedos.
Limpiar su vagina fue difícil, se había corrido con eficiencia, estaba muy aceitada, mezclada con su sudor, volviendo su tajito un caldo delicioso de líquidos virginales. El se la salivó bien, tragando incluso pelitos que se desprendían, luego se concentró en el clítoris, a la vez que volví a colarle un dedo a ese ano todo húmedo y relajado. Ella lo masturbó con sus labios golpeteando su cima contra la garganta cada vez más rápida y fuerte, la posición en la que estaba propiciaba la entrada del pene perfectamente hasta sus cuerdas vocales. Además amaba el sonido de actriz porno que salía de su boca:
- Aggkh agggkh agggkhj jaggk…- Todo mientras le refregaba la conchita contra la lengua.
Incapaz de contenerse más, se incorporó para una nueva posición, ella acostada, y el arrodillado, con su pistola apuntándole a la boca mientras le masajeaba el clítoris con fervor. Por fin se corrió en el interior de su boca abierta, y la cantidad fue copiosa, algunas gotas superaron su boca y viajaron hacia su frente, cabellos, sábana, aunque la mayoría cayó sobre su lengua.
Juli cerró la boca mientras atrapaba con sus manos y lengua el semen alrededor, y empezó a revolver el contenido para mezclarlo con su saliva. El hombre se la siguió exprimiendo para regalarle unas gotitas más, espesas y muy blancas. Tras unos momentos de degustarlo, de hacerse un buche, le abrió la boquita para que viera el caldo blanco y grumoso que se le había formado, y lentamente, como si tragara remedio, lo dejó pasar hacia su interior.
- Las que dicen que es rico, mienten, me lo tragué por vos primo, porque es tu lechita, pero es un
asco.
- Eso es una mujer valiente… y según leí, difiere según la persona y lo que comió- Besándola para mezclar todo una vez más… tenía miedo de que con la saliva, los flujos, y sus semientes nacieran las chicas superpoderosas o superputas, algo así por semejante mezcla de sustancias triple X. A veces podía tener pensamientos muy raros.
- ¿De qué te reís?
- De nada… Bombón, acóstate, báñate, come algo, lo que quieras, mi casa es tu casa.
Ya eran más de las 4 de la mañana cuando Juli salió del baño radiante.
-Acordate, le dije a mi mama por watsapp que me empapó un auto salpicándome un charco y por eso volví a bañarme…- Le dijo en el ascensor, mientras la acompañaba a la puerta a esperar el taxi.- Y que vimos dos películas, por eso llego tarde y son…
- Si, vimos El Conjuro y Bajo la Misma Estrella, no te preocupes mi amor…- Ella lo miró algo preocupada ante su tono meloso, de amante, que ignoraba por completo el hecho de que había diferencia de edad y compartían sangre, hasta tenían rasgos parecidos.
- Me siento rara ahora, no arrepentida, pero rara, como si me hubiera metido en algo tan grande que no sé si voy a poder manejar.- Su primo mucho mayor la abrazó con cariño, con mucho afecto. Sin perversión en ese gesto.
- No te preocupes, no pienses, a veces hay que actuar, necesitabas amor, cariño, sentir experiencias como yo y creo que te las di. No le busques la vuelta, las fantasías están para cumplirse… y por cierto, si te preguntas cómo sigue esto… vos ganaste.
- ¿Gané que cosa?
- El juego tonta. Hiciste más puntos. Me podes pedir lo que quieras… lo que se te ocurra.
La puerta del ascensor se abrió y la acompañó por el hermoso pasillo del edificio, el taxi esperaba en la calle, y mientras le daba la plata para que le pague, le hizo señas a través del cristal del loby de que espere.
- Bueno, sin dudas me saque muchas cosas de encima hoy, pero está lejos de terminar esto primo. Creo que ya sé lo que quiero.
- Lo que quieras, lo que sea…
- Tengo una amiga que desde que te vio en mi cumpleaños de 18 dijo que estabas re bueno. Quiero que salgas con nosotras, nos lleves a un boliche, yo me ocupo del resto, pero básicamente quiero que mi amiga tenga un trato preferencial como el que tuve…
- Me parece perfecto ¿Ella sabe algo de lo nuestro?
- Sabe que me re calentaste siempre, pero nada más, vos mantenete atento, ya te mando un wattsap.
Después de asentir con énfasis le dio un beso de despedida muy tierno y meloso, sin importarle un carajo que lo viera el tachero y el casero con una nena, que en realidad, era su prima, su fantasía más recurrente, su ambición más obscena, ahora estaba cumplida, y lo mejor de todo, era que el sueño de fundirse en uno con ella, estaba a punto de comenzar.
Espero que les haya gustado! Si me lo piden preparo una secuela! escucho o leo mejor dicho consejos y sugerencias!
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espero ansioso una secuela