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Al aire libre, en un bosque - relato de una perra

Me he tomado una semana sabática de la U y del trabajo, a mi jefe no le agrado mucho la idea pero no me negó un descanso. Decidí irme con este hombre a su casa a las afueras de la ciudad; es posible que un ambiente distinto me haga bien.

Tenjo es un pueblo bien particular, tranquilo y movido a la vez, pero con una desesperanza de vida inquietante; sin embargo para mi esta bien, su casa esta en la parte rural, es una finca no muy grande ubicada en una vereda no muy lejos de la carretera. Es extraño que viva solo, aveces pienso que voy a toparme con el cadáver de su ex en alguna parte de la finca.

He disfrutado el paisaje y la tranquilidad, escucho vacas, caballos, perros, aves, el viento. La noche anterior creo que pase más de una hora observando las estrellas en una noche especialmente despejada; nunca había visto algo así, nunca pense que el cielo pudiera verse tan iluminado.

Hay varias fincas cercanas, constantemente puedo ver camiones que recorren el camino en tierra para dirigirse a ellas, la del frente es una finca igual de sencilla, en la parte de atrás puedo ver una finca mucho más amplia, con muchas vacas. Y siempre hay trabajadores recorriendo el camino que rodea la finca.

Fredy es conductor, trabaja en la única empresa de transporte del pueblo; usualmente esta todo el día trabajando y llega en la noche. En las tardes voy al pueblo, me siento en una banca del parque central bajo los arboles más grandes que jamas he visto; regreso a la finca, y Fredy me esta dando unas noches de sexo inolvidables.

Es algo brusco, tengo mis brazos y piernas llenos de morados; creo que es un hombre maltratador, no se lo he dicho, pero han llegado citaciones de comisaria de familia y de fiscalia.

Hoy es un día especialmente caluroso, Fredy no fue a trabajar, dice que se quiere divertir conmigo... no sé exactamente a qué se refiere. Prepara un balde lleno de hielo con unas cervezas, me lleva afuera y nos sentamos a tomar.

No hablamos, solo insiste en que me desnude para broncearme, me causa algo de gracia, pero veo que va enserio; me desnudo con naturalidad, me pongo mis gafas de sol y me siento, tomo una cerveza helada.

No hace falta ser muy observador para leer la situación, pronto las camionetas y camiones pitaban sin cesar al pasar, algunos se detienen un momento, otros que van a pie saludan a Fredy y me ven incrédulos y desconcertados a la vez.

Hay un pequeño bosque en la frontera norte de la finca, él me lleva allá, trae las sillas.

-Mucho sapo hay acá- dice mientras se sienta y enciende un cigarrillo.

Me siento a su lado, tomo un largo sorbo de la cerveza que queda casi vacía.

-Quiero verla dándose dedo- me dice mirándome a los ojos y colocando una mano en su entrepierna.

Coloco dos dedos en mi clítoris, y lo froto con suavidad, realmente lo disfruto, y disfruto la mirada de este hombre morboso.

Se pone de pie, se acerca y saca su verga, la pone en mi boca y con gran deseo se la chupo, se pone duro rápidamente y crece en mi boca. Me toma del brazo y me apoya contra un árbol, chupa rápidamente mis senos y me da vuelta.

-Saque culo- dice, con sus mano apoyadas en mis caderas.

Busca mi vagina y me penetra con relativa facilidad, la situación resulta un tanto fantasiosa, casi en el momento me he dado cuenta que estoy cumpliendo una fantasía. Fredy creo que también, lo noto en la intensidad de sus ya acostumbradas envestidas agresivas... me pregunto si alguna ex lo ha denunciado por eso.

Tengo la sensación que varios pares de ojos nos están observando, pero no puedo comprobarlo, tengo la mirada fija en el tronco del árbol y en el cielo... o lo que alcanzo a ver.

Silbidos atronadores empiezan a romper los sonidos de la naturaleza, me sonrojo, empiezo a sudar, por un segundo la vergüenza moral trata de apoderarse de mi, sin embargo el placer es mucho más grande; tomo una decisión clara... quiero darles un buen espectáculo.

Mis gemidos aumentan cuando él comienza a pellizcar mis pezones, giro mi cabeza, puedo ver un grupo de adolescentes, y mas atrás un grupo numeroso de trabajadores de la finca vecina; mis piernas tiemblan, no me puedo sostener.

Fredy me pone en 4, agarra con firmeza mis caderas; a continuación con la primera envestida mis gafas de sol caen al suelo, luego de la segunda el agarra con firmeza mi cabello, halandome hacia atrás, quedo de frente al publico... me sonrojo de nuevo.

Me gusta que me vean, los silbidos aumentan, me gritan cosas, todo eso a la vez es demasiado, no resisto más... viene un intenso orgasmo, gimo ahogadamente, percibo que me pongo toda roja como si no pudiera respirar.

Él me pone de pie enseguida, con su cinturón ata mis manos al árbol, me da un par de nalgadas... alguien grita algo y de nuevo silbidos, creo que hay más personas. Tengo una fugaz fantasía que todos hicieran una fila y llegaran a mi.

Mete dos dedos en mi culo, los saca enseguida, luego escupe en mi ano; enseguida me penetra con fuerza, su verga se siente gigante, entra y sale lentamente pero con firmeza, a la quinta vez que lo mete percibo como su semen sale y llena mi ano, cuando lo saca siento que salen un gran chorrito de semen.

Me aferro al árbol, agotada, maltratada.

1 comentarios - Al aire libre, en un bosque - relato de una perra

kramalo
Si le gusta, no tiene que decir ni pio....ja!