Un colegio ? - Qué pereza! se me escuchó decir. En la universidad uno está en su zona de confort, no debes regañar a nadie, si asisten o no es problema de ellos, puedes hacer chistes políticos o sexuales y no temer que venga un padre de familia a reclamarte porque dañaste la mente de su angelita. Pero ni modo, me envió la Universidad a hacer unos cursos introductorios sobre ingeniería a varios colegios de Itagui, 50 estudiantes por salón. Y lo normal a esa edad; algarabía, carcajadas, apodos, era un curso voluntario; así que cuando dije el componente de matemáticas que tenía la ingeniería, al día siguiente solo llegaron 3, eran nerditas medio freakys que leen esa basura de Jhon Green y otros autores que escriben bajo la formula de romeo y julieta (Pero al menos leen). Fue más cómodo compramos cosas de comer y las clases fueron como picnics, nos tomamos confianza, nos añadimos al facebook y creamos un minigrupo de whatsapp. Dentro de esa nueva amistad, quedamos en que un amigo que es profesor de edu física y yo, las ibamos a entrenar, sabe cualquiera que dentro de una mujer que ataca a las que sólo piensan en su físico, hay precisamente un demonio envidioso, que con entrenamiento no volverá a escupir para arriba. Mi amigo aceptó ayudarme, también expresando el tedio de entrenar niñas feas de un colegio, pero oh! sorpresa cuando nos encontramos con ellas, estaban con lycras, tennis, blusas señidas y de colores fuertes. El uniforme les hacía un mal tremendo. Nos fuimos a hacer deporte, sudamos mucho, mirabamos de reojo la forma en que la lycra se forra sobre toda su anatomía y evidentemente hicimos lo que hace todo entrenador, rozarlas por encima de la ropa con nuestro pene, mientras le haciamos el estiramiento. Fuimos a llevar a la primera a su casa, Alejandra se llama, y nos invitó a tomar jugo, la verdad hacía mucho calor y la sed era insoportable a pesar de las dos botellas de agua que nos habíamos tomado. Entramos a su casa, una casa grande como lo son aún las de los barríos tradicionales de Itagui. No había nadie en casa nos dijo que nos pusieramos cómodos que estabamos en nuestra casa y ofreció las duchas por si alguien quería bañarse. Mi amigo que es muy entron, dijo que el si se bañaba, se duchó y al rato salió en toalla, obviamente tiene cuerpo de gimnasio y se notaba en ellas cierta picardía, el se sentó en toalla a seguir con la conversación y noté que intencionalmente dejaba que se abriera hasta la cintura, no se veia su pene, pero si toda la pierna y quedaba el borde de la toalla en un punto peligroso. Conociendolo como lo conozco, estoy seguro que se lo tocó en el baño para que se viera abultado, como en un 50% de erección y eso llamaba la atención de las niñas que parecían turnarse para mirar el bulto, me explico, mientras dos hablaban copiosamente otra disimuladamente miraba y así cada una tenía su turno de silencio para fingir que ponía atención a la conversación, pero yo las veía mirar. Entonces fui a ducharme también, mi toalla también era corta y también toqué mi pene para que se pusiera algo erecto, tengo cuerpo trabajado y me senté de la misma forma. Una de ellas dijo: Ustedes parecen dos stripers, reímos y mi amigo se levantó a bailar diciendo que él era striper, se les acercaba con su bulto y ellas apartaban la cara y ponían las manos como tapandose del sol y claro el les tocaba las manos con su pene. Reímos mucho, bailé, lo acompañé y cuando una de ellas, Sara, se paró para ir a la cocina, aún riéndo, la atrapamos entre los dos y le hicimos un sandwich, en medio de las carcajadas decía que no, pero sus otras dos amigas gritaban; -Eso, denle duro que a ella le gusta, todo fabuloso y gracioso hasta que a mi amigo se le cayó la toalla y dejo ver su miembro, hubo un silencio y un "ayyyyy" generalizado, pero rompí en risas y ellas también y las otras siguieron asusando, denle no la dejen, no importa, así es mejor, que lo sienta. Entonces yo también me quité la toalla y al ritmo de la música seguimos en el sandwich, ya le hacíamos con más fuerza para que sintiera la punta de los penes y dejabamos una huella pequeña de semen en su lycra fucsia. Sara dijo: Alejandra también quiere y fuimos por ella y allí delante de sus amigas le hicimos lo misma, ella no ponia las manos, si no que fingía bailar también, como un reagueton, pero nuestro movimiento no era restregando si no adelante y atrás, y por último tomamos a Julieth que tenía unos shorts, las puntas de nuestros penes le tocaban las piernas y a ratos los acomodabamos justo en donde queda el culo y donde queda la vagina, la música sonaba y ella como en chiste nos cogió los penes, las otras gritaron eh! y se acercaron a tocarlos también, nosotros respondimos manoseandolas por todos lados, esos senos pequeños aun adolescentes, esos culos y esas vaginas, era realmente delicioso y curioso la excusa del baile, seguiamos bailando como si hiciera parte de la alegría de la danza. le bajé a Julieth el short y le ponía la cabeza de la verga entre sus nalgas, ella dijo--así no-- entonces mi amigo dijo, con vaselina parcero, todos soltamos carcajadas fingindas (excitado uno no se ríe realmente), Alejandra, como si fuera una gran ocurrencia, fue a buscar vaselina. Ya no importaba la música, Julieth estaba tendida en el piso con sus shorts y cacheteros a media pierna, ella puso sus brazos debajo de su cara como quien recibe un masaje, yo me embadurnaba de vaselina el pene y mi compañero le metía el dedo por detrás también con el lubricante para que mi pene entrara con cierta facilidad, le puse mi pene en la puerta de su culo, no fue fácil, ella ponía resistencia, pedía disculpas, pero que era virgen, las otras dijeron al mismo tiempo: "nosotras también" eso me alegró porque parecían esperar su turno y hacían esa advertencia. La penetré y se quedó quieta, precisamente como si fuera un masaje, empecé a entrar y salir, las otras a mirar, mi amigo le puso el pene en la cara y ella lo chupaba, eso si no se enseña, todas saben chupar, le di buen rato y luego tomamos a Alejandra, ella misma se bajó la lycra, y le di con ganas, sara se sentó para mirar mejor como le entraba y le salia a la amiga, tambíen chupó, sará quizo ponerse en cuatro y fue mejor para que le entrara y para que lo chupara. Las tres se pusieron en la mesa dobladas y nosotros de pie, nos turnabamos para culearnoslas, duramos mucho rato hasta que ya eran las 5 de la tarde y nos daba susto que los papás de Alejandra volviera. Así que preguntamos quienes querían leche, ninguna quería, les parecía asqueroso así que nos les vinimos en la cara. Ver esos rostros juveniles y nerds, untados de semen, es el mejor espectaculo que cualquier hombre hetero puede ver, la octava maravilla, sin temor a equivocarme, que las islas artificiales en Dubai esperen su turno. Ya vistiéndonos, Julieth que era la más sapa e imprudente, preguntó algo que no se le puede preguntar a unos profesores: ¿Y la ética profesoral?, yo la miré y le respondí, te la metí por el culo
1 comentarios - Etica profesional, por el culo