Primera parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2844885/Fectiche-con-mi-Cunada.html
<< Aun recuerdo mi primer contacto con las perversiones de la pornografía, debí tener alrededor de 12 o 13 años, tal vez por estas épocas los jóvenes tienen sus primeras pajas a más temprana edad pero, vamos, hace 10 años las cosas eran muy distintas, era un viejo casete de VHS, curioseaba entre las películas de mi hermano y aún recuerdo con nitidez la primera escena que mire en el video a medio rebobinar, un fondo negro y frente a él, unas piernas bien formadas de color canela, con el abdomen descubierto y sin ropa interior, se movía al ritmo de una música sensual y preparaba un rastrillo para rasurar su pelvis, un montículo de vello púbico bastante atiborrado, coloco su pierna sobre una silla y dejo ver sus labios vaginales, los abrió ligeramente y comenzó a rasurar, lamentablemente, pisadas de fuera de mi cuarto arruinaron mi calentura y me hicieron apagar de golpe la videocasetera…>>
Desde que tengo memoria tengo un fetiche por la ropa interior, recuerdo que a los 15 años, muy seguido visitaba la casa de una prima directa, Ana, la cual para ese entonces tenía 20, y un cuerpo muy divino a mi parecer, unas tetas no muy grandes pero de buen ver, pero un culo que me volvía loco, y mis primeras pajas se las dedique a ella, en algunas de las tantas visitas mientras ella usaba la pc de escritorio y yo me sentaba en el piso, podía apreciar la orilla de una tanga roja de hilo dental sobresaliendo por su espalda escapándose de su pijama, me perdía mirándola, algunas veces tal vez me descubría y solo se limitaba a alzar el pantalón para cubrirse, aunque mis fetiches fueron aumentando y cuando mis visitas se hicieron más frecuentes, pase a dormir en su cuarto y ella en el cuarto de su hermano, para que yo durmiera “cómodo”, a la media noche cuando ya no se podía oír ningún ruido, me levantaba de la cama para hurgar en sus cajones, y allí lo encontraba, un cajón lleno de una variedad extensa de ropa interior, tangas y pantaletas por doquier, me gustaba olerlas y aunque su olor era a ropa limpia, no podía evitar excitarme y terminar en el baño masturbándome con algunas de ellas, para después colocarlas en su lugar original.
Así es como me inicie en el mundo de las pantaletas, ese gusto por el hermoso trozo de tela que tapa lo que para mí es el mayor atractivo femenino, las nalgas…
Nunca me imaginé que terminaría oliendo y probando las tangas de mi cuñada, nuestra relación familiar es bastante unida, y nos hablamos lo suficiente para considerarnos “amigos”, pero nunca hemos hecho ninguna broma de índole sexual.
Esa tarde y después de 2 semanas de masturbación diaria, me encontré con algo que me dejo helado, al entrar al baño, note que su ropa no estaba como habitualmente la dejaba, esta vez estaba doblada, un pantalón de mezclilla doblado del cual se asomaba una tanga blanca con un delgado hilo trasero y tela transparente por la parte frontal, fue tanta mi excitación que no imagine que pudiera ser una “trampa”, procedí a jalar la tanga de donde se asomaba y junto con ella voló un papel amarillo en el cual se podía leer… “Que la disfrutes… ; )”…
http://www.poringa.net/posts/relatos/2844885/Fectiche-con-mi-Cunada.html
<< Aun recuerdo mi primer contacto con las perversiones de la pornografía, debí tener alrededor de 12 o 13 años, tal vez por estas épocas los jóvenes tienen sus primeras pajas a más temprana edad pero, vamos, hace 10 años las cosas eran muy distintas, era un viejo casete de VHS, curioseaba entre las películas de mi hermano y aún recuerdo con nitidez la primera escena que mire en el video a medio rebobinar, un fondo negro y frente a él, unas piernas bien formadas de color canela, con el abdomen descubierto y sin ropa interior, se movía al ritmo de una música sensual y preparaba un rastrillo para rasurar su pelvis, un montículo de vello púbico bastante atiborrado, coloco su pierna sobre una silla y dejo ver sus labios vaginales, los abrió ligeramente y comenzó a rasurar, lamentablemente, pisadas de fuera de mi cuarto arruinaron mi calentura y me hicieron apagar de golpe la videocasetera…>>
Desde que tengo memoria tengo un fetiche por la ropa interior, recuerdo que a los 15 años, muy seguido visitaba la casa de una prima directa, Ana, la cual para ese entonces tenía 20, y un cuerpo muy divino a mi parecer, unas tetas no muy grandes pero de buen ver, pero un culo que me volvía loco, y mis primeras pajas se las dedique a ella, en algunas de las tantas visitas mientras ella usaba la pc de escritorio y yo me sentaba en el piso, podía apreciar la orilla de una tanga roja de hilo dental sobresaliendo por su espalda escapándose de su pijama, me perdía mirándola, algunas veces tal vez me descubría y solo se limitaba a alzar el pantalón para cubrirse, aunque mis fetiches fueron aumentando y cuando mis visitas se hicieron más frecuentes, pase a dormir en su cuarto y ella en el cuarto de su hermano, para que yo durmiera “cómodo”, a la media noche cuando ya no se podía oír ningún ruido, me levantaba de la cama para hurgar en sus cajones, y allí lo encontraba, un cajón lleno de una variedad extensa de ropa interior, tangas y pantaletas por doquier, me gustaba olerlas y aunque su olor era a ropa limpia, no podía evitar excitarme y terminar en el baño masturbándome con algunas de ellas, para después colocarlas en su lugar original.
Así es como me inicie en el mundo de las pantaletas, ese gusto por el hermoso trozo de tela que tapa lo que para mí es el mayor atractivo femenino, las nalgas…
Nunca me imaginé que terminaría oliendo y probando las tangas de mi cuñada, nuestra relación familiar es bastante unida, y nos hablamos lo suficiente para considerarnos “amigos”, pero nunca hemos hecho ninguna broma de índole sexual.
Esa tarde y después de 2 semanas de masturbación diaria, me encontré con algo que me dejo helado, al entrar al baño, note que su ropa no estaba como habitualmente la dejaba, esta vez estaba doblada, un pantalón de mezclilla doblado del cual se asomaba una tanga blanca con un delgado hilo trasero y tela transparente por la parte frontal, fue tanta mi excitación que no imagine que pudiera ser una “trampa”, procedí a jalar la tanga de donde se asomaba y junto con ella voló un papel amarillo en el cual se podía leer… “Que la disfrutes… ; )”…
3 comentarios - Fetiche con mi Cuñada (2)