Les voy a contar una historia de tantas que hemos podido concretar con mi morocha.
Hace unos tres años empezamos a incursionar en el mundo swinger y con el tiempo hemos ido incorporando fantasías y morbos que hacen que tengamos una vida sexual muy picante.
Para ponerlos un poquito en contexto, en una época en la cual yo viajaba mucho por trabajo, mi mujer sabía que yo había tenido una historia sexual con una compañera de laburo, la cual si bien cuando la supo no le gustó ni medio, en algún momento le generó curiosidad y morbo saber cómo era la mina, qué cosas habíamos hecho, etc. Le picó la curiosidad y un día que yo estaba de regreso de mi viaje se empezó a calentar con la fantasía de que yo esa tarde habría garchado con mi compañera y se calentó pensando con que yo volvería con olor a sexo, más precisamente que volviera con olor a concha en la boca o en los dedos. Ella es bisex por lo tanto fantaseaba con que ese olor a sexo la llevara a imaginar que estábamos en trío con esa compañera mía. Se calentó tanto que se puso a charlar por wsapp con una amiga de ella y charla va charla viene, le terminó contando que éramos una pareja liberal, que habíamos hecho experiencias de todo tipo, etc. A la amiga le picó la curiosidad al toque y luego le confesó que se había recontracalentado con esa charla. La cuestión es que mi mujer le dijo que en esas salidas que teníamos ella había tenido sexo con otras mujeres y a la amiga le quemó el bocho. Esa noche llegué de viaje y mi negra estaba ardiendo, cogimos como locos y me hizo la cabeza diciéndome todo lo que había fantaseado con mi compañera y que en poco tiempo nos íbamos a coger a su amiga porque notó que le había encantado lo que le había contado de nosotros.
Así fue que con el correr de los días, las charlas por wsapp entre mi esposa y su amiga seguían y cada vez eran más hot. Ya el tono de las charlas era muy explícito y al poco tiempo me incorporaron a mí. Como la amiga es separada, a la noche estaba sola y podía encerrarse en su cuarto a mensajear, así que cada noche nos poníamos a mensajear los tres y mientras yo la cogía a mi mujer veía las cosas que se escribían y yo daba letra también. Nos matamos a mensajes un par de semanas y luego le dije a mi mujer que pasara a la acción.
Una tarde que la amiga estaba sin chicos, mi mujer se fue hasta la casa, previo mensajeo, y por primera vez la amiga dejó que mi mujer se la garche. La llevó al dormitorio, la tiró en la cama, se puso encima de ella y le comió la boca. Cuando ya estaba bien caliente la desnudó y le chupó los pezones y fue bajando hasta llegar a la conchita. Estaba bien depiladita y empapada de jugos. Le lamió los labios, le chupó el clítoris mientras le metía los dedos buscando el punto G y la hizo acabar un par de veces de una manera brutal. Después ella se animó, aunque más tímidamente, a chuparle las tetas y la concha a mi mujer. No lo hizo con tanta sabiduría por inexperta pero la calentura de mi mujer hizo que acabara como una yegua con una squirt que a la amiga la dejó asombrada y con toda la cara llena de sus flujos. El primer paso estaba dado, ahora solo faltaba que me dejaran participar a mí.
Como se imaginarán, los mensajes de las noches posteriores eran cada vez más intensos y la amiga ya se animaba de escribirme cosas muy zarpadas a mí, las cuales yo correspondía de manera más zarpada aún.
El siguiente paso fue que se animó a salir con nosotros y ese es el comienzo de una serie de salidas que iré dejándoles por acá.
Pero de todas esas cosas que hicimos juntos, voy a elegir para comenzar una que me pareció muy morbosa y excitante por todo lo que ocurrió en un solo día.
Para que entren en situación les cuento que mi esposa es una mujer de 40, morocha, curvosa, con mucha cola y muchas lolas (el cirujano hizo una obra de arte con sus lolas), tiene una boca hermosa y una piel muy suave. Es una mina todo terreno a la que le gusta el sexo en todas sus formas, oral, vaginal, anal, le excita mucho el semen en su boca, en sus tetas, en su cola. Le gustan las nenas y los hombres. Completísima. La amiga es unos años más chica, 33, bajita, algo rellenita, mucha cola y lolas, medio colorada, con una concha y una boca carnosas que dan ganas de no dejar de lamer. Al igual que a mi mujer, le gusta todooooo y también descubrió el gusto por las nenas así que podría decirse que también es completísima. No saben lo que es estar con las dos a la vez. El sueño del pibe.
Además de amigas entre ellas, son colegas dado que ambas trabajan en un banco. Como ocurre generalmente en los bancos privados, las hacen usar uniformes, así que visten polleras a la rodilla y camisa blanca. Son muy coquetas así que siempre están arregladas, maquilladas, con la bijou que hace juego, con sandalias o zapatos de taco, etc. Imaginen cuando van a un banco y ven esas empleadas que los calientan, bueno, así.
La cosa es que en uno de los encuentros que tuvimos mi mujer le dice en un momento de calentura a la amiga: “Cómo me calentaría que un día vayas a la oficina de él y le chupes la pija y me traigas el gustito a leche en la boca”. A la amiga le encantó la idea pero yo pensé que quedaría en eso y nada más. De todos modos la idea me repicaba y me excitaba mucho pensarlo.
Pasaron unos días y estando en mi oficina mi mujer me empieza a escribir por wsapp diciéndome que estaban en el baño con la amiga y que se acordaban de esa fantasía y que si yo estaba disponible. La pija se me puso dura en segundos y obviamente le contesté que sí. En menos de 5 minutos organizamos puesto que ellas tienen un rato de tiempo al mediodía para salir a almorzar. Como tienen las salidas en distintos turnos, la amiga salía antes y se venía a mi oficina que está a 5 cuadras del banco y mi mujer la esperaba que volviera antes de salir ella en su receso.
Eso fue más o menos a las 11,30 hs así que imaginen mi cabeza. No veía la hora de que llegara el receso del mediodía. Les cuento que acá en el interior, al mediodía todo el mundo corta para almorzar así que la ciudad está tranquila y si bien mi oficina está cerca de los bancos, la zona es tranquila y a esa hora no anda nadie.
A las 12,50 mi mujer me manda wsapp: “Ahí va R…, espero que tengas mucha lechita para ella así me convida el gustito”.
Mi respuesta fue: “Me explota la p… amor, te va a llevar mucho gustito a leche tu amiguita”.
Diez minutos más tarde aparece R en la oficina. Pollera azul a la rodilla, camisa blanca con un botón extra desprendido, boca roja bien sensual, perfumada, excitada, mirada muy de putita. Una loba en celo era.
Dada la confianza que tenemos luego de tanta cama compartida, solamente le dije: “Uds dos me quieren matar hijas de puta”. Ella me dijo: “Obvio corazón, te vas a morir encantado de la vida jaaja”. Dicho esto nos comimos la boca. Ella tiene una boca tremenda, carnosa, y una lengua larga e inquieta. La agarré de la nuca y le metía la lengua bien adentro mientras ella hacía lo mismo y buscaba mi pija con su mano. Me agarró la pija por encima del pantalón, me la apretaba, me la acariciaba. Se separó un instante de mi boca y mirándome con mucha putez me dijo “Que chupada de pija te voy a dar papito” y luego de eso la agarré de la mano y la llevé para mi privado.
No me dejó hacer mucho. Me apoyé sobre el escritorio y enseguida ella se arrodilló en la alfombra mullida y buscó mi bulto. Me abrió el cinto a los tirones, demostrando mucho deseo. Desabrochó los botones del jean y metió la mano buscando la pija. En cuanto bajó el bóxer me saltó la pija de adentro y ella la agarró con su mano entera mientras no dejaba de mirarme con cara de trola. Me pajeó unos instantes muy despacio y luego se la metió en la boca y empezó a chuparla como una desesperada. La lamía, la metía entera, la sacaba y lamía mis huevos a punto de explotar. Me decía chanchadas como: “Tenés leche para mí?”; “Me vas a dar la mema?” Por un lado me excitaba mucho escucharla y por el otro trataba de no escucharla porque me iba a hacer acabar muy pronto tanto morbo y excitación.
Luego de chuparla un rato me dice: “Antes de que me des la leche en la boca, quiero que me cojas. Quiero llenarte la pija de juguitos así cuando viene M te la chupa y siente todo el gustito de mi concha”. Ahí me di cuenta que cuando mi mujer saliera del banco, luego de excitarse con el gustito a leche de la boca de su amiga, iba a venir a buscar su premio. Eso me voló aún más la cabeza y tenía que desviar mi mente para no acabar ya.
Como tenemos mucha confianza y cogemos todas las semanas casi, no usamos forro así ahí nomás le hice sacar la pollera y la puse contra la cara contra el escritorio, de espaldas a mí, le saqué la tanga que tenía clavada en la cola y le di unas chupadas en la cola y en la concha. Estaba toda mojada de la excitación así que la pija le entró de una y empecé a cogerla agarrándola de las caderas y siendo suave al principio. Me gustaba ver su cara girada mirándome y diciéndome cosas tales como “Dale, cogeme, cogeme, ahhhhh sí”. No quería acelerar mucho el ritmo porque me iba a acabar y la idea era que se llevara la boquita llena no la conchita. Aguanté un poco más así suave y ella me pedía más y más así que puse mente en blanco y la empecé a coger cada vez más fuerte y rápido. La agarré de los hombros y le hacía tope en cada pijazo. El ruido de su cola chocando con mis piernas era brutal. Gritaba como una poseída, pedía más y más y comenzó a lanzar un gemido interminable mientras se aferraba al borde del escritorio. Acabó como una bestia y yo seguí cogiéndola aunque con menos intensidad, acompañando el descenso de su orgasmo. Cuando saqué mi pija, tenía todas las piernas chorreando sus jugos. Era un placer ver su conchita enrojecida y babeante. Se incorporó y me decía: “Hijo de puta, no podés cogerme así. La idea era que me tome la leche nada más pero me mataste”. Sonreí y le dije que me encantaba cogerla y que no se quedara calentita. A todo esto, mi pija seguía tan dura como siempre. La adrenalina, la excitación y el morbo eran tales que estaba al palo, así que ella empezó a tocarme la pija mientras me metía la lengua en la boca y me decía cosas calientes provocándome. Luego se agachó, se arrodilló en el piso y empezó a chuparme la pija. Como se dio cuenta que podía mancharse la camisa, se la desprendió y sacó junto al corpiño y se quedó totalmente en bolas, solos con sus sandalias, hermosamente excitante. Volvió a arrodillarse y ahora sí dispuesta a cumplir la fantasía de mi mujer. Me chupaba, me pajeaba, me lamía los huevos y no me sacaba la mirada de mis ojos. No podía ser la cara de putona que ponía. Me dijo que quería ya la leche luego de unos minutos de placer infinito. Me preguntó si quería que ella me la sacara o si quería dársela yo. Le dije que me la sacara ella y entonces empezó su tarea. La pajeaba con la boca, se la metía hasta la garganta y sacaba. Luego le pasaba la lengua por la cabeza de la pija mientras me pajeaba con la mano y me acariciaba los huevos con la otra mano. Una petera de locos.
Poco rato más pude aguantar y cuando veía que era inminente que iba a acabar le avisé y acomodó la cabeza de mi pija haciéndole un colchón con su lengua mientras pajeaba y me acariciaba las bolas. Mirándome a los ojos me dijo “Dámela ya, dame la leche. Quiero tomarme la lechita”. Eso me mató, me voló la cabeza y empecé a acabar a chorros. Ella solo gemía y seguía pajeando buscando que no quede ni una gota ni caiga fuera de su boca. Cuando cesaron mis espasmos exclamó un “MMMMMM…..” y me mostraba la boca llena de leche. Saboreó unos instantes y se tragó todo, pasándose la lengua por las comisuras sin dejar nada. Siguió chupando despacio, casi acariciando mi pija con su boca y luego la ayudé a levantarse y le comí la boca mientras la agarraba de la nuca. Nos miramos con complicidad y me dijo: “Te gusta que seamos tan putitas con M?” Me encanta le dije, nada me gusta más que cogerlas y dar rienda suelta a estas locuras.
Se vistió, se fue llena de olor a leche, con las piernas todas chorreadas de flujo. En el banco la esperaba mi mujer. Avida de saber, de oler, de compartir el sabor de mi leche.
A los pocos minutos mi mujer me manda una foto por wsapp. Era una selfie de ellas. Estaban besándose con lengua y decía al pie de la foto: “Me encantó que le des la leche a R y que me traiga el gustito a la boca. En 10 minutos estoy ahí papi, ahora voy por mi leche”.
Como verán, la historia de ese día recién comenzaba. El resto se los cuento en otra oportunidad.
Ojalá les guste.
Hace unos tres años empezamos a incursionar en el mundo swinger y con el tiempo hemos ido incorporando fantasías y morbos que hacen que tengamos una vida sexual muy picante.
Para ponerlos un poquito en contexto, en una época en la cual yo viajaba mucho por trabajo, mi mujer sabía que yo había tenido una historia sexual con una compañera de laburo, la cual si bien cuando la supo no le gustó ni medio, en algún momento le generó curiosidad y morbo saber cómo era la mina, qué cosas habíamos hecho, etc. Le picó la curiosidad y un día que yo estaba de regreso de mi viaje se empezó a calentar con la fantasía de que yo esa tarde habría garchado con mi compañera y se calentó pensando con que yo volvería con olor a sexo, más precisamente que volviera con olor a concha en la boca o en los dedos. Ella es bisex por lo tanto fantaseaba con que ese olor a sexo la llevara a imaginar que estábamos en trío con esa compañera mía. Se calentó tanto que se puso a charlar por wsapp con una amiga de ella y charla va charla viene, le terminó contando que éramos una pareja liberal, que habíamos hecho experiencias de todo tipo, etc. A la amiga le picó la curiosidad al toque y luego le confesó que se había recontracalentado con esa charla. La cuestión es que mi mujer le dijo que en esas salidas que teníamos ella había tenido sexo con otras mujeres y a la amiga le quemó el bocho. Esa noche llegué de viaje y mi negra estaba ardiendo, cogimos como locos y me hizo la cabeza diciéndome todo lo que había fantaseado con mi compañera y que en poco tiempo nos íbamos a coger a su amiga porque notó que le había encantado lo que le había contado de nosotros.
Así fue que con el correr de los días, las charlas por wsapp entre mi esposa y su amiga seguían y cada vez eran más hot. Ya el tono de las charlas era muy explícito y al poco tiempo me incorporaron a mí. Como la amiga es separada, a la noche estaba sola y podía encerrarse en su cuarto a mensajear, así que cada noche nos poníamos a mensajear los tres y mientras yo la cogía a mi mujer veía las cosas que se escribían y yo daba letra también. Nos matamos a mensajes un par de semanas y luego le dije a mi mujer que pasara a la acción.
Una tarde que la amiga estaba sin chicos, mi mujer se fue hasta la casa, previo mensajeo, y por primera vez la amiga dejó que mi mujer se la garche. La llevó al dormitorio, la tiró en la cama, se puso encima de ella y le comió la boca. Cuando ya estaba bien caliente la desnudó y le chupó los pezones y fue bajando hasta llegar a la conchita. Estaba bien depiladita y empapada de jugos. Le lamió los labios, le chupó el clítoris mientras le metía los dedos buscando el punto G y la hizo acabar un par de veces de una manera brutal. Después ella se animó, aunque más tímidamente, a chuparle las tetas y la concha a mi mujer. No lo hizo con tanta sabiduría por inexperta pero la calentura de mi mujer hizo que acabara como una yegua con una squirt que a la amiga la dejó asombrada y con toda la cara llena de sus flujos. El primer paso estaba dado, ahora solo faltaba que me dejaran participar a mí.
Como se imaginarán, los mensajes de las noches posteriores eran cada vez más intensos y la amiga ya se animaba de escribirme cosas muy zarpadas a mí, las cuales yo correspondía de manera más zarpada aún.
El siguiente paso fue que se animó a salir con nosotros y ese es el comienzo de una serie de salidas que iré dejándoles por acá.
Pero de todas esas cosas que hicimos juntos, voy a elegir para comenzar una que me pareció muy morbosa y excitante por todo lo que ocurrió en un solo día.
Para que entren en situación les cuento que mi esposa es una mujer de 40, morocha, curvosa, con mucha cola y muchas lolas (el cirujano hizo una obra de arte con sus lolas), tiene una boca hermosa y una piel muy suave. Es una mina todo terreno a la que le gusta el sexo en todas sus formas, oral, vaginal, anal, le excita mucho el semen en su boca, en sus tetas, en su cola. Le gustan las nenas y los hombres. Completísima. La amiga es unos años más chica, 33, bajita, algo rellenita, mucha cola y lolas, medio colorada, con una concha y una boca carnosas que dan ganas de no dejar de lamer. Al igual que a mi mujer, le gusta todooooo y también descubrió el gusto por las nenas así que podría decirse que también es completísima. No saben lo que es estar con las dos a la vez. El sueño del pibe.
Además de amigas entre ellas, son colegas dado que ambas trabajan en un banco. Como ocurre generalmente en los bancos privados, las hacen usar uniformes, así que visten polleras a la rodilla y camisa blanca. Son muy coquetas así que siempre están arregladas, maquilladas, con la bijou que hace juego, con sandalias o zapatos de taco, etc. Imaginen cuando van a un banco y ven esas empleadas que los calientan, bueno, así.
La cosa es que en uno de los encuentros que tuvimos mi mujer le dice en un momento de calentura a la amiga: “Cómo me calentaría que un día vayas a la oficina de él y le chupes la pija y me traigas el gustito a leche en la boca”. A la amiga le encantó la idea pero yo pensé que quedaría en eso y nada más. De todos modos la idea me repicaba y me excitaba mucho pensarlo.
Pasaron unos días y estando en mi oficina mi mujer me empieza a escribir por wsapp diciéndome que estaban en el baño con la amiga y que se acordaban de esa fantasía y que si yo estaba disponible. La pija se me puso dura en segundos y obviamente le contesté que sí. En menos de 5 minutos organizamos puesto que ellas tienen un rato de tiempo al mediodía para salir a almorzar. Como tienen las salidas en distintos turnos, la amiga salía antes y se venía a mi oficina que está a 5 cuadras del banco y mi mujer la esperaba que volviera antes de salir ella en su receso.
Eso fue más o menos a las 11,30 hs así que imaginen mi cabeza. No veía la hora de que llegara el receso del mediodía. Les cuento que acá en el interior, al mediodía todo el mundo corta para almorzar así que la ciudad está tranquila y si bien mi oficina está cerca de los bancos, la zona es tranquila y a esa hora no anda nadie.
A las 12,50 mi mujer me manda wsapp: “Ahí va R…, espero que tengas mucha lechita para ella así me convida el gustito”.
Mi respuesta fue: “Me explota la p… amor, te va a llevar mucho gustito a leche tu amiguita”.
Diez minutos más tarde aparece R en la oficina. Pollera azul a la rodilla, camisa blanca con un botón extra desprendido, boca roja bien sensual, perfumada, excitada, mirada muy de putita. Una loba en celo era.
Dada la confianza que tenemos luego de tanta cama compartida, solamente le dije: “Uds dos me quieren matar hijas de puta”. Ella me dijo: “Obvio corazón, te vas a morir encantado de la vida jaaja”. Dicho esto nos comimos la boca. Ella tiene una boca tremenda, carnosa, y una lengua larga e inquieta. La agarré de la nuca y le metía la lengua bien adentro mientras ella hacía lo mismo y buscaba mi pija con su mano. Me agarró la pija por encima del pantalón, me la apretaba, me la acariciaba. Se separó un instante de mi boca y mirándome con mucha putez me dijo “Que chupada de pija te voy a dar papito” y luego de eso la agarré de la mano y la llevé para mi privado.
No me dejó hacer mucho. Me apoyé sobre el escritorio y enseguida ella se arrodilló en la alfombra mullida y buscó mi bulto. Me abrió el cinto a los tirones, demostrando mucho deseo. Desabrochó los botones del jean y metió la mano buscando la pija. En cuanto bajó el bóxer me saltó la pija de adentro y ella la agarró con su mano entera mientras no dejaba de mirarme con cara de trola. Me pajeó unos instantes muy despacio y luego se la metió en la boca y empezó a chuparla como una desesperada. La lamía, la metía entera, la sacaba y lamía mis huevos a punto de explotar. Me decía chanchadas como: “Tenés leche para mí?”; “Me vas a dar la mema?” Por un lado me excitaba mucho escucharla y por el otro trataba de no escucharla porque me iba a hacer acabar muy pronto tanto morbo y excitación.
Luego de chuparla un rato me dice: “Antes de que me des la leche en la boca, quiero que me cojas. Quiero llenarte la pija de juguitos así cuando viene M te la chupa y siente todo el gustito de mi concha”. Ahí me di cuenta que cuando mi mujer saliera del banco, luego de excitarse con el gustito a leche de la boca de su amiga, iba a venir a buscar su premio. Eso me voló aún más la cabeza y tenía que desviar mi mente para no acabar ya.
Como tenemos mucha confianza y cogemos todas las semanas casi, no usamos forro así ahí nomás le hice sacar la pollera y la puse contra la cara contra el escritorio, de espaldas a mí, le saqué la tanga que tenía clavada en la cola y le di unas chupadas en la cola y en la concha. Estaba toda mojada de la excitación así que la pija le entró de una y empecé a cogerla agarrándola de las caderas y siendo suave al principio. Me gustaba ver su cara girada mirándome y diciéndome cosas tales como “Dale, cogeme, cogeme, ahhhhh sí”. No quería acelerar mucho el ritmo porque me iba a acabar y la idea era que se llevara la boquita llena no la conchita. Aguanté un poco más así suave y ella me pedía más y más así que puse mente en blanco y la empecé a coger cada vez más fuerte y rápido. La agarré de los hombros y le hacía tope en cada pijazo. El ruido de su cola chocando con mis piernas era brutal. Gritaba como una poseída, pedía más y más y comenzó a lanzar un gemido interminable mientras se aferraba al borde del escritorio. Acabó como una bestia y yo seguí cogiéndola aunque con menos intensidad, acompañando el descenso de su orgasmo. Cuando saqué mi pija, tenía todas las piernas chorreando sus jugos. Era un placer ver su conchita enrojecida y babeante. Se incorporó y me decía: “Hijo de puta, no podés cogerme así. La idea era que me tome la leche nada más pero me mataste”. Sonreí y le dije que me encantaba cogerla y que no se quedara calentita. A todo esto, mi pija seguía tan dura como siempre. La adrenalina, la excitación y el morbo eran tales que estaba al palo, así que ella empezó a tocarme la pija mientras me metía la lengua en la boca y me decía cosas calientes provocándome. Luego se agachó, se arrodilló en el piso y empezó a chuparme la pija. Como se dio cuenta que podía mancharse la camisa, se la desprendió y sacó junto al corpiño y se quedó totalmente en bolas, solos con sus sandalias, hermosamente excitante. Volvió a arrodillarse y ahora sí dispuesta a cumplir la fantasía de mi mujer. Me chupaba, me pajeaba, me lamía los huevos y no me sacaba la mirada de mis ojos. No podía ser la cara de putona que ponía. Me dijo que quería ya la leche luego de unos minutos de placer infinito. Me preguntó si quería que ella me la sacara o si quería dársela yo. Le dije que me la sacara ella y entonces empezó su tarea. La pajeaba con la boca, se la metía hasta la garganta y sacaba. Luego le pasaba la lengua por la cabeza de la pija mientras me pajeaba con la mano y me acariciaba los huevos con la otra mano. Una petera de locos.
Poco rato más pude aguantar y cuando veía que era inminente que iba a acabar le avisé y acomodó la cabeza de mi pija haciéndole un colchón con su lengua mientras pajeaba y me acariciaba las bolas. Mirándome a los ojos me dijo “Dámela ya, dame la leche. Quiero tomarme la lechita”. Eso me mató, me voló la cabeza y empecé a acabar a chorros. Ella solo gemía y seguía pajeando buscando que no quede ni una gota ni caiga fuera de su boca. Cuando cesaron mis espasmos exclamó un “MMMMMM…..” y me mostraba la boca llena de leche. Saboreó unos instantes y se tragó todo, pasándose la lengua por las comisuras sin dejar nada. Siguió chupando despacio, casi acariciando mi pija con su boca y luego la ayudé a levantarse y le comí la boca mientras la agarraba de la nuca. Nos miramos con complicidad y me dijo: “Te gusta que seamos tan putitas con M?” Me encanta le dije, nada me gusta más que cogerlas y dar rienda suelta a estas locuras.
Se vistió, se fue llena de olor a leche, con las piernas todas chorreadas de flujo. En el banco la esperaba mi mujer. Avida de saber, de oler, de compartir el sabor de mi leche.
A los pocos minutos mi mujer me manda una foto por wsapp. Era una selfie de ellas. Estaban besándose con lengua y decía al pie de la foto: “Me encantó que le des la leche a R y que me traiga el gustito a la boca. En 10 minutos estoy ahí papi, ahora voy por mi leche”.
Como verán, la historia de ese día recién comenzaba. El resto se los cuento en otra oportunidad.
Ojalá les guste.
8 comentarios - A mi esposa le gusta compartir leche con la amiga