Esta era mi hermanita cuando la dejé de ver, al irse con su ahora ex marido, se fue y nunca más supimos de ella, a pesar de todo lo que vivimos juntos, ella y yo.
Con su físico cuidado, saludable, entrenado por mi.
Así regresó, desvalida, desmadrada, sin poder valerse por ella sola, desamparada.
Nada queda de lo que fue mi hermanita, los años pasaron para todos nosotros, y para ella no fue la excepción. Sin embargo, de aquella mujer desenfadada, osada, atrevida, que se llevaba el mundo por delante, no queda nada.
Es más, sin ninguna autoestima apareció en la puerta de la vieja casa de nuestros padres, rendida a las adversidades, dominada por sus vicios, dejada por sus afectos y pasiones.
Descuidó a su familia, nosotros, por un tipo, mi cuñado, perdiendo la compostura.
Mi madre me llamó para que fuera a visitarlas.
Llegué de inmediato a buscarla, y me esperaba en el viejo lugar donde "jugábamos" nuestros juegos.
Verla así, fue una epifanía, como una aparición, la manifestación ante mi vista de lo que estaba perdido u oculto. Todos mis fantasmas del pasado, regresaron como una visión de un ser sobrenatural o fantástico, aunque, excedida de peso.
Luego de la emoción del encuentro, los besos y abrazos que encendieron mi testosterona, le pregunté por lo sucedido, de a poco me fue contando, tal vez, sea mejor realizar otro post para evidenciar lo que vivió, muy rudo y complejo de resumir en pocos renglones.
Fui totalmente honesto con ella, siempre lo había sido, le dije mi impresión, y lo que creía necesario realizar para su recuperación psíquica y física. Toda la vida ella había sido una "bomba" despampanante, eso a su vez, la llenaba de certezas y seguridad en lo personal.
Debía entonces ponerse a dieta, más ejecutar una rutina de entrenamiento, le expliqué, que estaba seguro que con el adiestramiento físico y con la preparación técnica que adquiriría, podría recuperar su vida, tanto desde lo corporal hasta lo lúdico, pasando por emociones y sentimientos.
Se puso de inmediato con mucha fuerza de voluntad a realizar los ejercicios para aquel perfeccionamiento pensado para ella por su hermano dilecto.
No fue nada fácil, eran muchos kilos, pero mejoró. Cada imagen suya que me compartía a través de las redes sociales, me excitaba, y me llevaba al pasado juntos.
Le pedí con muchas dudas que me dejara fotografiarla como cuando jugábamos aquellas historias de antaño, que las representábamos en el viejo cobertizo en los fondos de la casa paterna. Luego de un instante de silencio en la red, respondió afirmativamente accediendo.
Una pose llevó a otra, y de pronto estaba como antes frente a mi sin ropas, totalmente desnuda, sensual y excitada sexualmente, debía aprovechar aquel momento. inmediatamente, sin que se pierda el interés o vehemencia que la impulsaba a obrar de aquella determinada forma.
Sin embargo, y como castigo divino, se abrió la puerta del cobertizo, mi hermana al igual que yo se sorprendió, y alcanzó a ponerse de espaldas.
Ingresó Miguel, desesperado vociferando y apurando sus pasos
¡Otra oportunidad! Reclamaba llorando de manera desconsolada mi cuñado...
Y ella, mi hermana, se la dio, y me volvió a dejar
Me queda sólo el recuerdo de cuando la cojía
29 comentarios - Mi hermanita creció engordó y la abandonaron